29 marzo 2009

La entrega


Sientan el lugar que cada cual ocupa en la sala.

Visualizándose, vayan alejándose cada vez más, despersonalizándose cada vez más. Sean capaces de no ubicarse en ningún lugar, sabiéndose que son sostenidos por ustedes mismos con la confianza y la fe de ser servidores.

Traten de sentirse entregados allá donde estén. La entrega es en sí una energía que el hombre debe conocer, manejarla como otras tantas, pero en estos momentos es necesaria la entrega hacia lo que cada uno de ustedes sienta que debe fundirse, una entrega total.

La semana anterior se hacía hincapié en que el hombre debe de retomar su parte interna y dejar que este caparazón -el cuerpo- no la limite, conocerse en realidad quien es. Insistíamos en que el ser humano se había atrapado con todas las golosinas –entre comillas- que él mismo ha puesto para entretenerse, pero tanto se entretuvo y se entretiene que perdió su identidad. Ese fue, en resumen, el encuentro anterior.

No es que el hombre deba rechazar, aunque en un inicio sí que debe rechazar todo aquello que lo entretiene, pero no se trata de un rechazo, de un corte, de una negación, sino más bien de un apartado para poder ver sin esas necesidades que el cuerpo le demanda, poder ver más allá, lo auténtico que cada cual llevamos y después unificar en armonía la parte interna y la externa. Pero en este momento, cuando se les propone “rechácenlo, apártenlo”, no se refiere a que el hombre tenga que fustigar su cuerpo, al contrario, es su templo, es para venerar ese cuerpo pero con la sabiduría de que esa veneración no lo va a atrapar, al contrario, va a romper todos los limites para poder salir a la luz el ser que el hombre lleva en su interior.

Pero hoy el hombre no se comporta de esa forma. Está rindiendo culto meramente a la parte exterior, a la belleza –entre comillas-, belleza impuesta también por las necesidades –se podría llamar- del momento que convienen a unos cuantos. Y ahí el ser humano se está atrapando y sólo percibe lo que ve, se obsesiona en lo que ve y cada vez le demanda mas y mas, cada vez necesita rendir más culto a ese cuerpo, de ahí que les aconsejábamos y les aconsejamos que rechacen esa parte de egolatría que están rindiéndose a sí mismos, que vayan a lo más profundo, que se despersonalicen para llegar a sentir quiénes son y darse cuenta que están rindiendo culto a algo falso.

El cuerpo, como tantas veces se les ha dicho, es lo que les da la posibilidad de que su espíritu esté recogiendo experiencias, por eso debemos cuidarlo como a un templo. Pero el templo necesita únicamente limpieza, transparencia, no más; ya no necesita ponerle más atributos. Un templo aireado para que las ideas y pensamientos fluyan, para que las emociones no se estanquen, para que se pueda entrar y salir a voluntad cuando así lo demande el espíritu. Y ya está.

En esa creencia es en la que el hombre debe posicionarse. Desde ahí es donde va a ver la posibilidad de qué hacer y el sentido a tantas y tantas preguntas. Desde ese templo transparente es donde él puede observar y observarse todas las experiencias que las vidas le han ido poniendo para ser quien es, que aun hoy la mayoría no sabe quién es.

Pero si sólo se le mantiene vivo, ese templo nos dará la posibilidad de saber qué estamos haciendo en este preciso momento, en este lugar, a la espera de qué.

Hoy, la mayoría de cosas que escuchamos son palabras, y les insistimos en que dejen de ser palabras para que sientan y vean para qué se les está preparando, para qué ustedes mismos se ha ido preparando vida tras vida. En estos instantes en que la Tierra está, como decíamos el encuentro anterior, todo este tiempo que se les está regalando es para que observen, sientan y vean para qué se estuvieron preparando durante tantas vidas.

De ahí que hacemos hincapié en que deben de apresurar el paso y dejar de escuchar las palabras. Tienen que pasar al siguiente paso, tienen que vivirlas, tienen que saber qué lugar ocupan porque si no saben qué lugar están ocupando, si se les llama –que se les está llamando- no van a escuchar, por tanto no pueden responder.

Si saben el lugar que ocupan, y es más, si saben qué es lo que tienen que hacer la respuesta será inmediata porque verán, y no serán sus imaginaciones ni eso que ustedes llaman coincidencias; podrán ver en todo lo que les rodea la llamada para cada uno de ustedes, la verán, la sentirán y automáticamente estarán preparados para ir, para dar esa respuesta.

Pero si están cultivando todo lo que es exterior, todo lo que no son ustedes, si no saben ni el lugar que ocupan, si no sienten quienes son, porque son ustedes mismos quienes van a percibir el lugar que están ocupando qué lugar es, no se les puede decir con palabras, quedaría en palabras; deben de sentir una vez alejados y despersonalizados del lugar que ocupan cada uno de ustedes, deben de percibir cual es su lugar, deben de sentir para qué se les está preparando y para qué se prepararon ustedes. Y deben de dar la respuesta.

No se les dice que se les va a llamar, se está llamando a toda la humanidad constantemente de un tiempo cercano aquí, constantemente, por muchos medios que ustedes llaman externos, e internos. Se les está llamando de mil formas y maneras y pocos de ustedes escuchan. Todo lo personalizan, todo lo que escuchan creen que es únicamente para ustedes. Es –recuérdenlo- para el ser de humanidad, para todos los seres humanos. La única diferencia que puede haber es que unos escuchan y otros no, que unos hacen y otros no, pero a todos los seres humanos se les está llamando.

Aquellos que escuchan van sintiendo esa llamada y reubicándose en el lugar preciso para cada ser. Aquellos que no escuchan no es que se les deje, no, nunca se les deja, sencillamente no oyen. Habrá un instante que a través del propio hombre, a través de lo que observe quizás, quizás, ahí tengan ese resplandor que los haga reaccionar, pero jamás se deja de llamar al hombre. Por eso se les dice muchas veces: “estén alertas, ya saben que la casualidad no existe, ya saben que todos los seres humanos son elegidos para terminar este ciclo, todos”. Todos se deben de ver en el mismo espacio, con las mismas posibilidades, porque todos tienen las mismas necesidades. Lo que ocurre –volvemos a repetir- es que unos están alertas sintiendo esa llamada y otros todavía no.

No se les puede decir nada más. Llegará un momento en que ustedes mismos ya no necesiten de más palabras. En cada estado de ánimo de cada ser humano, de cada grupo de humanidad, se hace hincapié con unos ejemplos u otros, pero realmente todo está en su interior. Se les recuerda, quizás, se intenta que tengan seguridad en ustedes mismos, que no crean en las casualidades, que no crean que están solos. Se les intenta dirigir hacia dónde ir de mil formas, hasta dar con la que cada uno necesite, pero nada nuevo se les puede decir porque eso nuevo, eso novedoso lo tienen que vivir ustedes, experimentar ustedes, y eso sólo puede ocurrir cuando den un paso hacia adelante, cuando se posicionen en ese punto interno que cada cual tiene y solo den culto a esa parte interna, cuando se den cuenta que lo de fuera no importa, ninguna importancia tiene; lo que vale, lo que interesa es lo que ustedes llevan en su interior, de ahí que decimos: “no juzguen, nadie sabe qué es lo que cada cual lleva en su interior”.

Eso es lo que deben hacer brotar, eso es lo que deben encontrar en su interior y cuando encuentren, cuando lo encuentren, ya sabrán qué posición ocupan, qué es lo que se espera de cada uno de ustedes. Porque cada ser de humanidad está en este momento por algo en el planeta, cada uno de ustedes puede dar algo y sólo lo puede dar uno, que en su conjunto crea armonía para este tiempo, que en su conjunto toma la gran fuerza para hacer que el cambio pueda ocurrir dentro de una armonía.

Pero se tienen que despersonalizar, se tienen que alejar mucho de sus personalidades, de sus cuerpos externos, deben ver a la Tierra desde lejos y a ustedes desde lejos. Cuanto más se acerquen a ese cuerpo con las necesidades que hoy ustedes mismos le han impuesto, éste les pedirá mas y mas, mas placer, pero ese placer es momentáneo, no se rindan a ese placer del cuerpo. El cuerpo -repetimos hasta la saciedad- es su templo pero también es su trampa, y hoy el hombre lo está viviendo como tal y este cuerpo lo está encarcelando. Deben romper esos límites, deben ir directos hacia romper con todo lo que de placer -con mayúsculas- a ese cuerpo, y entiendan que no se trata de fustigar al hombre, se trata de que el ser coja y unifique esa armonía en su interior y en su exterior.

Decíamos que el hombre, cada cual, lleva su ritmo. La Tierra misma lleva su propio ritmo, pero a la vez que ella lo acelera el hombre también lo debe de hacer, y es más, en la medida que acelere esa inercia que tiene le será mucho más fácil identificarse, identificarse, no personalizarse. Hasta no hace mucho el hombre tenía la misma vibración que la Tierra, pero la lentitud que hoy tiene el hombre, la Tierra ya no la tiene.

Deben de reflexionar, como les pedíamos el día anterior, con lo que el hombre necesita como pura necesidad. Si ya lo han identificado obsérven en qué lugar se han posicionado. Si no han identificado todavía qué es lo que el hombre necesita, ahí ya cada cual debe de tener un dato de lo rápido o lento que va, y volvemos a repetir, deben de apresurarse, deben de saber como ser humano, como parte de la raza humana, qué es lo que el hombre necesita.

Hasta que no identifiquen qué es lo que el hombre necesita van a estar vagando por todo lo que sus cuerpos les demandan, que no son las necesidades autenticas. Mientras estén divagando por todo lo que creen necesitar es energía que pierden, y esa energía que pierden es necesaria para que ustedes mismos sepan quienes son. Hoy se trata únicamente de eso, por eso les decimos que se apresuren, se trata de que identifiquen sus propias necesidades, las necesidades del ser humano, se trata de que sepan ya cuáles son superficiales y cuáles necesarias para la vida, se trata de que cuando el hombre identifique quién es ya no necesitará escuchar las palabras, será realmente una palabra viva, un ser que vive la vida.

En estos momentos hay seres que realmente han dado un paso, un paso importante. Hay seres que no necesitan de otros para poder percibir, para poder escuchar, que no necesitan de otros y se ponen, como es necesario, para servir, pero ya no solo con su intención sino con su conciencia despierta.

Se les dice muchas veces: “traten de ser sus propios mensajeros, traten de ser ustedes quienes escuchen, traten de ser quienes sientan”. En la medida en que cada uno no dependa del otro se sentirán con más seguridad en ustedes mismos, y es tiempo de que se sientan con esa confianza. Son seres de luz, tienen que sentirse como tales. Pero deben de acelerar sus pasos y sutilizarse.

Una cosa necesaria es que se unan para un propósito y otra es que necesiten de esa unión. Es distinto, muy distinto. Cada uno debe de saber quién es, el lugar que ocupa y qué hace aquí, para cuando se le llame. Pueden creerlo, pueden creer en lo que escuchan, pero siempre lo escucharán de fuera, y tienen que apresurarse para ser ustedes mismos quienes perciban y escuchen y ahí, con esa fuerza, se aúnen a otros seres que están en el mismo punto evolutivo que ustedes.

No se dispongan únicamente a que alguien les hable. No se dispongan únicamente, aun creyendo en ese ser, a que alguien les dirija. Sean ustedes mismos, y entiéndanlo todo con mayúsculas -recuerden el inicio de la oración-, despersonalícense, aléjense sintiendo el lugar que ocupan pero aléjense, aléjense de sus personalidades que son las que no les dejan entender o malentienden lo que escuchan, aléjense hasta ser únicamente vibración, sin personalidad pero sí con identidad, porque así, por lo menos, cuando escuchen no lo malentenderán, pero traten de ser ustedes mismos quienes tengan las respuestas por una escucha interior.

Deben de ser sus propios canales y hacer de canales para otros. No tienen límites, y menos en el día de hoy. El ser nunca ha tenido limites y en los tiempos actuales todo se les es dado, sólo tienen que ir hacia ello con esa pureza de corazón, no más. Tienen que ir a por ello y ser realmente esos haces de luz allá donde estén, para todo, para todos.

Que así sea.

3 comentarios:

Acuarius dijo...

Que así sea :)

Alma dijo...

Mi cuerpo ya no limita lo que mi interior siente.
Poder exponer al exterior sentires....Sacarlos a la LUZ y compartirlos, dejarlos fluír para poder ser vistos. Mostrar una confianza inquebrantable a mí misma, en una propia entrega de servicio, mostrar lo que llevo dentro, poder manejarlo sin miedos al fín, y fundiéndome en ello allá donde esté, en una entrega total siempre por y al servicio del amor.
Ya no puede acallar por más tiempo mi cuerpo, sentires de mi ALMA.

Saludos, tambien para Matrix.
Y
Besitos.

Ivan Alejandro Samayoa Solis dijo...

hermosas palabras para tan bella aventura... la vida y con tanta esperanza de encontrar la luz... saludos.

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