30 mayo 2008

ORACION: EL DESEO, LA NECESIDAD Y LA INSPIRACION


Podríamos catalogar al ser humano en tres categorías: la primera sería ubicarlo en el mundo del deseo, la segunda en el mundo de la necesidad y la tercera en el mundo de la inspiración.

Y aunque el hombre no sea consciente, se mueve en esos tres mundos. Su apetito carnal, por llamarlo de alguna forma, va teñido o bien por el deseo o bien por la necesidad o bien por la inspiración. Y lógicamente, todos conviven en el mismo planeta y este planeta se muestra de distintas formas en base al ser humano, a cómo vive ese mundo el hombre.

Para quien se mueve por el deseo todo le es poco, siempre quiere más y más, siempre desea más y más, nunca está saciado. Quien se mueve en el mundo de la necesidad se llena con poco. Pero en cualquiera de los dos casos estamos hablando del hombre, del ser humano, concreto y con unas necesidades humanas. En cualquiera de los dos casos, se mueva por lo que se mueva, está arraigado a las necesidades humanas.

El ser humano que se mueve por inspiración, bien por la suya propia o por una inspiración divina, ya se sale de los conceptos humanos, siendo él humano se sale de las necesidades humanas y la vida la muestra en base a esas necesidades.

Y uno de fuera que observe esas tres categorías de seres humanos, a poco que observe siempre se identificará con ese ser de inspiración. Si observa al hombre que se mueve a través de sus deseos, lógicamente muchas de las cosas que tiene le apetecerán. Si observa la humildad del que se mueve por necesidades, también muchas de esas cualidades le apetecerán. Pero a quien realmente rendirá culto es a aquel que ve que se mueve por una necesidad o inspiración divina, porque lo que muestra le sobrepasará y le causará admiración.

Aunque nadie quiera parecerse a nadie, que cada cual esté conforme como es, como siente, como piensa, como actúa, aunque esté conforme, siempre mientras el hombre exista existirá también esa tendencia en los seres humanos a clasificarse en base a sus apetencias, eso es innato en el hombre. Lo que tienen que observar y observarse es en cuál de esos tres aspectos de humanidad están cada uno de ustedes.

El hombre, como ya venimos diciendo, tiene que tener conciencia de en qué momento está, tiene que ser consciente, energéticamente hablando, de en qué punto está. Y eso sólo lo puede evaluar uno mismo, nadie tiene que evaluar en qué punto está cada uno. Cada cual debe ser consecuente y hacerse sus preguntas en base a todo lo que escucha y a todo lo que vive, para ir poco a poco acercándose más a lo que realmente siente que debe de ser, porque cada hombre, cada ser de humanidad, sí sabe cómo quiere ser, sí sabe qué concepto de ser quiere ser uno mismo, dónde quiere clasificarse.

Porque el hombre necesita esa confianza y seguridad de saberse en el lugar que está, lo fuerte que pisa, si está o no en el camino correcto, si está o no haciendo lo que le corresponde. Es una necesidad a nivel consciente y para muchos a nivel inconsciente, pero todos necesitan saber en qué momento están, y para ello tienen que hacerse estas preguntas: ¿a qué grupo de humanidad permanezco yo?, ¿cómo me muevo?, ¿mi vida se mueve por deseos, por necesidades, por inspiración, o un poco de todo, un poco de necesidad, un poco de inspiración, un poco de deseo?, ¿por cuál de todo se decanta más?

Están entrando en un momento en que deben saber qué hacen aquí. Ya no es tiempo de seres inconscientes, es momento de saber para qué están ustedes aquí. Y hacia ahí se les dirige, para que sepan qué hacen en este momento puntual de la historia en este planeta.

Para eso se les han dado directrices, para que se vayan conociendo y vayan sintiendo cuáles son sus tendencias y hacia donde van sus necesidades. Se les han dado claves o pistas de cómo hacer para cambiar aquello que no les guste de ustedes mismos. Se les va dirigiendo de una forma suave, para no alterarles y que cada uno de ustedes vaya cogiendo aquello que necesita y esto lo identifica cada uno por lo fuerte o débil o el impacto o la suavidad con que reciben las palabras.

Y en función de cómo las reciben y lo que de ellas les llega, así ustedes asimilan y están preparados para trabajar eso que han asimilado. Y hay muchas formas de trabajarlas, muchas. Cada cual debe habituarse a las que más se identifican con ese hacer para mejorar como seres humanos ese carácter, esas respuestas, esa convivencia, en definitiva, llegar a conocerse ustedes mismos y ponerse en el lugar que les corresponde conscientemente, o lo que es lo mismo, saber conscientemente donde se tienen que ubicar.

Pero para ello tienen que saber, tienen que conocer sus necesidades y ser conscientes de qué es lo que a ustedes les mueve y qué es lo que hace que den un paso adelante.

Si se mueven únicamente por el deseo, cada vez se sentirán más vacios. Necesitan valorar todo lo que tienen en su vida y comenzar a ir deshaciéndose de ese deseo, quedarse únicamente con aquello que les es necesario para su vida plena.

Hace tiempo, mucho tiempo, les decíamos que el hombre debe vaciarse para que se pueda llenar de cosas nuevas, conceptos nuevos, ideas nuevas, necesidades nuevas. Y hacíamos más hincapié y les decíamos que en los hogares también deberían hacer una limpieza e ir vaciando para que den tiempo a que otras cosas puedan aparecer en ellos. Y hoy se les dice: si se mueven únicamente por un deseo y son inconscientes de que su vida única o mayormente se mueve por aquello que desean, lógicamente no van a tener suficiente nunca, y cada vez se van a sentir más y más vacios.

Tampoco pueden decantarse únicamente por la necesidad, tienen que coger ese punto de equilibrio porque la necesidad en sí es buena, pero el hombre tiende a caer en los extremos. Y no es una necesidad austera, es una necesidad para moverse en base únicamente a una apetencia necesaria de las emociones, los sentimientos, el pensamiento… no es solo la necesidad de dar alimento al cuerpo o de una vida austera con esa justeza, no hablamos de esa necesidad precaria, más bien hablamos en un sentido interno energético.

Esa necesidad la ponemos para que el hombre se mueva, mueva su vida con esa armonía que da acallar un, por ejemplo, sentimiento, acallar lo que da una emoción, un pensamiento, a esa necesidad nos referimos. Yo tengo la necesidad, por ejemplo, de abrazar a una persona que hace años no veo, que hace tiempo no veo, o a una persona que veo diariamente, pero estoy en mi casa; pues ya vendrá; ¡no!, hay que dar cauce a esa necesidad y hay que ir donde se tenga que ir para recoger las experiencias que se tengan que recoger. A eso nos referimos como necesidad y deseo. No se muevan únicamente porque desean algo con mucha fuerza, porque eso no les va a nutrir.

Claro que toda palabra puede ampliarse a todos los ámbitos de la vida, y deben hacerlo, no deben acotarlo únicamente a una parcela, pero en este caso y momento se está hablando de esas necesidades y de esos deseos, como también se habla de esa inspiración, es lo mismo. El hombre se mueve por inspiración, perfecto, pero también se mueve por una necesidad hacia esa inspiración.

Para que el hombre llegue a sentir lo que realmente es, para que vibre todo su ser, para que su cuerpo, su alma, su espíritu vibre, tiene que ser una inspiración la que le haga mover. Si únicamente se mueve por otras necesidades no vibrará, y hoy el hombre necesita vibrar, es como que ya nada le satisface, nada le llena, como si todo lo hubiese tenido y nada le hubiese hecho vibrar.

Y no vamos a entrar en que el hombre lo haya perdido o no, no, vamos a ubicarnos en lo que hay. El hombre, hoy, esta vacio y busca llenarse justo en lugares donde no lo va a conseguir, porque lo busca fuera de sí mismo. Al hombre, cuando se siente vacio, le da por marcharse, por irse, divertirse, comprarse… y después de toda esa experiencia se vuelve a observar, a sentir, y si no se siente más vacio se siente igual, como si nada hubiese ocurrido. Y en la mayoría de casos, tras haber alcanzado lo que pensaba le iba a llenar, se siente peor, con lo cual indica que por donde busca no va a encontrar.

El hombre tiene que buscar en su interior, tiene que estrujarse para sentirse, para conocer cuál es su tendencia, “pues mi tendencia es a la calma, mi tendencia es a la interiorización, mi tendencia es un poquito de aquí y un poquito de allá, pero me conozco, me siento pleno con poco, o necesito mucho, pero me conozco”. Me conozco, me acepto, me elevo, porque así es de la única forma que voy a poder entrar en ese mundo de inspiración que me va a llevar a donde deseo, ahí sí entra el deseo, a donde deseo llegar. Pero ese deseo es con mayúsculas, a donde mi alma anhela entrar, a donde mi mente no tiene palabras pero mi espíritu tiene un anhelo, una falta, una necesidad.

Pero eso alguien internamente, externamente, me tiene que inspirar para acallar esa necesidad a la que mi mente no puede dar nombre, alguien me tiene que inspirar, el qué, el cómo, ya no tanto el por qué, pero sí el qué y cómo, y que surja. Pero hay que ponerse en actitud para que eso pueda surgir.

¿Cuántos seres humanos conocemos que puedan estar dirigidos por una inspiración?, ¿cuántos? Más bien conocemos seres que están atacados de deseo o de necesidad, pero un ser que se mueva por un ataque de inspiración… son menos, ¿verdad?, los hay, pero son menos.

A eso es a lo que el hombre tiene que aspirar, aspirar a ser lo que es un ser humano. El ser humano, como tal, es un ser de inspiración divina, un ser que se mueve únicamente por inspiración divina, cuyas necesidades son para alcanzar ese estado de gracia. Esa es la naturaleza del hombre. ¿Que está lejos de ella?, sí, está lejos, por eso indicamos cómo puede evaluarse para saber si va por el camino correcto o si se va perdiendo, y debe saber en cada momento qué tiene que coger y qué tiene que dejar, todo no se puede acaparar. El hombre tiene que elegir, de todo lo que el mundo le enseña, en base a su necesidad para llegar a alcanzar esa inspiración, y lo demás, dejarlo.

Por eso les poníamos el ejemplo de que tiempo atrás les hablábamos de sus hogares, que vacíen, que se vacíen también de conceptos para que entren cosas nuevas. Pero si el hombre replica una y otra vez de la misma forma, lógicamente no se va a sentir bien. Y hoy el hombre sabe distinguir por su estado de ánimo lo que le hace bien y lo que le hace daño, sabe distinguir lo que le hace sentirse feliz y lo que le hace sentirse desgraciado. Entonces tiene que ir rompiendo esa inercia que tiene, esa tendencia a ir acumulando interna y externamente cosas inservibles, ideas inservibles.

Renuévense de todo, de todo, hagan una buena limpieza en todo, déjense, déjense cada vez más para que ideas nuevas puedan entrar, para que esa inspiración pueda entrar, porque si la buscan pero están llenos no la encontraran, y se necesita -de necesidad-, y se desea –de anhelo, de anhelar- que el hombre, el ser de humanidad, alcance su punto máximo de lo que es.

El hombre no es mediocre, el ser de humanidad está hecho de divinidad, y ustedes lo olvidan, el ser humano ha olvidado que es un ser de divinidad y se volvió mediocre.

Deben retomar cada uno de ustedes, cada uno de los seres que buscan la verdad, retomar a través de esa inspiración su grado de divinidad y, por consiguiente, replicar como divinidad.

Así sea.

23 mayo 2008

ORACION: LA COHESION Y LA CONEXION


Todo en el universo existe gracias a una conexión y armonía, la cual se dedican unos a otros, cada cuerpo viviente, véanse galaxias, planetas, seres. Todo existe gracias a esa armonía con que conectan y hacen un único cuerpo celeste armónico.

Esa es quizás una ley que el hombre desatiende casi constantemente, porque él se vive como ser aislado e independiente de todo. Sus vidas no las ven, y mucho menos las viven, como parte de una totalidad, por tanto, al vivirlas de forma aislada, la vida del hombre es totalmente inservible para el universo.

Cuando el hombre, por intuición, sentir, o necesidad ve más allá de lo habitual, se da cuenta de que esa forma de vivir no le hace crecer ni a sí mismo ni a la humanidad, no hace crecer a la tierra ni al universo.

Cuando se da cuenta ve que si aúna su fuerza, si aúna su sabiduría, si se reúne y une tantas y tantas necesidades, es cuando realmente puede hacer una gran obra que sirva, que dé servicio en principio donde estén, en ese lugar, en ese planeta, en esa galaxia, que sirva, que sea útil para generaciones futuras, tanto si son ideas como formas.

Dense cuenta que a nivel de pensamiento el hombre va lejos. Cuando recibe una idea, raro es que no la identifique y a través de su mente la clasifique en un lugar u otro, pero ya le ha dado un espacio, ya le ha dado su aprobación, por decirlo de alguna forma, a nivel mental.

Pocas cosas nuevas recibe el hombre que le hagan decirse “esto no lo había escuchado nunca, esto es sorprendente”, pocas cosas. Normalmente al ir mas allá a través de su pensamiento y sus ideas, lo que maneja habitualmente se lo sabe, es como si esa lección ya la supiese, pero en teoría. Al quedarse estancado en esa teoría repite una y mil veces la misma historia en su propia vida, repite una y mil veces las mismas situaciones cambiándoles el traje, pero la esencia es la misma que vivió el día anterior, la semana anterior, el mes anterior, el año anterior… y así sucesivamente. Simplemente le ha cambiado el traje, pero la esencia es la misma.

Porque el hombre no quiere dar ese paso hacia delante y sumergirse en esa globalidad de perfección y armonía a la cual tiene que sucumbir. Quiere llegar aisladamente y no lo va a conseguir, porque el hombre, aisladamente, no es nada, no es nadie.

¿Qué puede hacer un ser humano, hombre o mujer, da igual, un individuo de su especie aisladamente?: nada. Llegará un momento que su cuerpo se debilitará y ahí dejará su sello, ahí.

Pero aun así, en los últimos tiempos enseñan al hombre a esa individualidad, a ese vivir sin tener en cuenta nada más ni a nadie más. Y amplíenlo, no únicamente en la forma de pensar, sino en la forma de sentir, de actuar… Es como si se creyesen únicos e irrepetibles y al mismo tiempo, como no sienten ninguna viabilidad en eso, decaen en un sin sentir. O sea que no tienen sentimiento ni sentido de la vida.

¡Qué contradicción!, ¡qué complicado ha hecho el hombre algo tan sencillo como es vivir en base a esa cohesión con todo lo que existe! Comenzando con su cuerpo, de no tomar nada aisladamente, de que cada uno de los órganos necesita de los otros, que cada sentimiento y cada emoción necesita de otros sentires, otras emociones, otros pensamientos, otras ideas, otros mundos. No vivir aisladamente como si fuese con ello lo último. No existe ni el comienzo ni el final, existe una interrelación con todo y entre todo, es un ir y venir constante, y en ese ir y venir constante el hombre tiene del deber de aprender a mezclarse y relacionarse sencillamente, vivir cada instante en base a esa armonía y perfección que existe en el universo, porque si el hombre existe es dada a la perfección que hay en su entorno.

Si cada planeta, cada mundo se creyese aislado, sería un caos, ya no existiría la vida. Existe porque se saben necesarios unos a otros y no se acercan demasiado ni se alejan demasiado. Existe entre ellos una conexión armónica que hace que la vida se dé, que hace que ustedes puedan llevar a cabo esa perfección de destino en este instante y momento en la tierra. En otros, Dios dirá, pero ahora, aquí, en este planeta, tienen que dar viabilidad y no entregarse a su propio ombligo viendo sus propias y únicas necesidades, porque no han nacido para ello, han nacido para relacionarse y comprender que la existencia existe en base a esa relación, a ese intercambio, a ese ir y venir sin querer tener la panacea, sin querer tener la razón.

Todo existe, existirá y existió, y el hombre nace y renace para recoger los frutos que otras civilizaciones dejaron y dar curso a nuevas interpretaciones de la vida. Mezclarse de nuevo con otras energías distintas, dar distintas formas de vivir, quizás también distintas formas de pensar, de sentir y hasta distintas formas humanas.

Nadie puede tener la razón y nadie puede quitar la razón. Únicamente el hombre sabe que existe, gracias a esa armonía de universos y de mente, y es el deber de cada ser humano orante, aprender para ser parte de ese movimiento que ayuda a otros con la única intención de servir. Y a veces, en la mayoría de casos, eso se hace en la sombra. En la mayoría de casos el hombre que quiere servir al hombre, a la Tierra y al universo, en definitiva al Creador, lo hace en silencio, en silencio para coger su propio eje armónico, para no elevarse demasiado o bajar demasiado, para coger ese punto de armonía entre su físico, sus emociones y su mente.

Pero en definitiva el hombre tiene que apostar por darle ese sentido autentico a su vida que le sirva, que no le haga decaer, que no fluctúen sus emociones, que le sirva para quedar templado, para poder servir a través de esas ideas, de esa nueva forma de ver la vida, de esa forma de relacionarse desde ese punto a veces invisible. Entiéndanlo, denle la forma que ustedes quieran, invisible.

A veces el hombre se comporta ostentosamente para que los demás vean. En la mayoría de casos, hoy día, el ser que quiere subir de categoría en ese estatus de humanidad, lo hace en base a que le den palmaditas y palmaditas, trabaja poco en la sombra, bien poco, por tanto está tan hacia fuera que ha perdido el verdadero y único sentido de la vida en él.

Y hacia ahí, como el hombre no esté templado, es hacia donde la humanidad se inclina. Pueden interiorizarse unos momentos y verán que alguna o buena parte de sus vidas se inclinan hacia esa palmadita en la espalda, cuando el autentico ser debería saberse útil sin que nadie le premiara, útil a esta humanidad, a este mundo y a la Divinidad.

Y quizá nadie lo sepa nunca, pero él sí, él si sabe que está viviendo lo que realmente le corresponde, que es hacer una cohesión con lo que existe formando parte de todo. Forma parte de la naturaleza porque se siente parte de ella, forma parte del ser humano porque se siente parte del ser humano, forma parte de la Divinidad porque se siente un ser divino.

El hombre tiene que sentirse sin aprobación de nadie, tiene que sentirse, busquen cada cual, pero busquen de verdad, no con palabras, lo que cada cual necesita para sentirse parte de todo lo existente, parte de todo lo que existe, con una función determinada.

No importa que sea en este plano humano, pero siéntanse que realmente su actitud humana está proyectando con un sentir, bajo su forma de ver, que es la que realmente entra en conexión con la parte divina.

Todo lo que el ser humano vive en la actualidad que le hace fluctuar sus emociones, sus sentires y sus pensares, todo lo que él hasta hoy ha dado por bueno y válido en su vida, se está desmoronando. Se está desmoronando porque en un tiempo sirvió y durante poco más a algunos les servirá, pero se está desmoronando.

El hombre no se debe permitir caer mas allá del punto en que tenga que remontar, rápidamente, porque no necesariamente tiene que pasar por la llamada muerte para ponerse en sintonía con la tierra, no necesariamente.

En sus manos, como todo, está el que tengan que pasar por ella, pero no es necesario para la raza de humanidad pasar por lo que ustedes llaman muerte. Es un nacer y renacer constante dentro del mismo cuerpo.

Amén.

15 mayo 2008

ORACION: LA CONTEMPLACION


El hombre, aunque aparentemente visto desde afuera se ve como un ser inconsciente por sus obras, su comportamiento y la destrucción que lleva tras de él, parece como si fuese totalmente un hombre dormido, un ser de humanidad no válido. Aparentemente es así, es lo que ve el ojo humano tras la mano del hombre, pero en su interior aún le quedan atisbos de esa esencia de buen hacer, aunque no lo muestre.

Decimos esto para que comprendan todo lo que a continuación escucharán. Y vamos a comenzar por ese tiempo contemplativo que el hombre ha interpretado mal y llama tiempo vacacional.

Cuando la Creación se culminó, dicen que descansó, descansó para contemplar Su obra. Y todo ser humano, aunque en apariencia sea caótico, tiene todavía esos atisbos de esencia y se retira un tiempo que él llama dentro de ese deterioro “vacacional”. Pero seres humanos que no se van de vacaciones, también tienen su tiempo, que debería de ser lo lógico, lo normal y habitual.

Pensaran que, por ejemplo, en los países tercermundistas todo es pobreza, trabajo, esclavitud. El occidental cree que ese ser humano lo pasa mal, no vive, y está muy lejos de la realidad. Esos seres todavía guardan ese conocimiento o sensación de que el hombre debe de tener su tiempo para contemplar, y no lo hacen una vez al año, lo hacen a lo largo del día, al ponerse el día. Cualquier tribu por alejada que esté, cualquier civilización por interiorizada que esté, tiene su tiempo contemplativo para ver lo ocurrido tras el día y poner en común todo lo necesario para continuar al día siguiente.

Pero dentro de ese gran deterioro, el hombre ha tomado este tiempo como vacaciones una vez al año. Es triste que después de esas llamadas vacaciones el hombre venga todavía más apurado, apurado económicamente, psicológicamente y emocionalmente. La inmensa mayoría, sin darse cuenta, a un nivel muy inconsciente se está enfrentando, se está contemplando a ese nivel inconsciente, cuanto menos la convivencia con sus semejantes.

Y, ¿qué puede contemplar un hombre, un ser humano, hombre o mujer, en esos 15 o 30 días después de grandes estreses y problemas de todo tipo?, ¿qué contempla? ¿Contempla a la mujer, al hombre, a los hijos o las personas que hayan ido con él? Lo que ve no le gusta, y ¿a nosotros, seres orantes, en qué nos puede ayudar eso?, ¿nos puede dar luz a continuar con nuestro hacer, con nuestra evolución? Sencillo: a no caer en el mismo error que los demás seres humanos, a tener el tiempo que cada cual necesite, pero no vivido como una vacación, un punto y aparte, o como un cortar para –como se dice- renovarse, no; es coger ese tiempo necesario que cada ser de humanidad necesita, y no obligatoriamente una vez al año, pero dejémoslo con el tiempo que cada cual necesite, pero vivido desde el otro aspecto para dar toda la importancia que realmente tiene. Tiene una gran importancia que el hombre viva las cosas cotidianas elevando al máximo su cualidad, subiéndolas al máximo posible, como por ejemplo el llamar tiempo de vacaciones o llamar tiempo contemplativo.

Cuando uno sabe entra dentro de esa inconsciencia, como decimos también contempla, pero al no tener la conciencia de lo que está haciendo contempla únicamente esos 15 días o ese mes, cuando debería contemplar todo el año, todo el día, todo el tiempo que ha vivido. Ese es el tiempo contemplativo que ustedes llaman vacaciones.

Estaría bien que todo el mes, y ahora entraremos por qué el hombre en su gran mayoría ha optado por dar el tiempo contemplativo al mes 8, a agosto, la gran mayoría de la humanidad salvo las excepciones que hemos comentado que es diariamente el tiempo de contemplación, lo han dejado para el mes 8, y siempre ha sido así. Curioso, ¿verdad?, cuando las cosas no se saben uno puede pensar que es por el calor, otro que es una necesidad del cuerpo, pero ¿por qué ese mes y no otro? Si, cada vez hay más seres humanos, mas empresas, mas y mas de todo, y ya alargan, se cogen en junio, julio, septiembre, octubre, pero siempre ha sido el mes de agosto, el mes 8, cuando el hombre ha dedicado inconscientemente a relajar su cuerpo -entre comillas lo de relajar-, hoy en día. Más o menos ya captaran por donde les queremos inducir.

Veníamos a lo largo de estas semanas, de estos encuentros, dando la importancia que tiene el numero 8, el mes 8, el día 8, y en general ya les expresamos que todos los llamados trabajos, todas las personas, los seres que quieran realmente dedicar a ese interior, a ese espíritu, a esa alma una dedicación, sería bueno que cogieran las 8 sin importar si vamos dos horas por delante o por detrás, no importa, es el numero lo que importa. Ustedes hoy van dos horas, pero las 8 son las 8, su mente ya sí lo programa, no les llaman las 20, sí saben que son las 20, pero son las 8 de la mañana o de la tarde. Ahí es donde debe el hombre hacer hincapié por lo que ya les hemos explicado muchas veces.

Cuando el hombre se compromete y va a por todas, a elevar esa energía, ese nivel de conciencia, tiene que saber que cada pequeña cosa a la que no ha dado nunca importancia la tiene y mucho, porque es como ese gran engranaje en donde todo coincide, donde todo el universo se pone, como ustedes dirían, a laborar.

Ya el hombre, al no dar importancia a estas pequeñas cosas y otras, va perdiendo el sentido, y cuando realmente quiere retomar algo ya no sabe por dónde comenzar. Y todas estas pautas que les hemos ido marcando, han sido para que ustedes eleven el nivel de conciencia, la vibración, y que no la bajen, dado el tiempo en que se encuentra la tierra.

Si les decimos que es un nuevo resurgir, un nuevo renacer del planeta y del hombre, ya pueden imaginar que se renace bajo el numero 8. Por eso, normalmente, al 8 siempre se le teme, no al 13 como ustedes piensan, eso son supersticiones, pero a un nivel de universo donde todo, cualquier pieza que pensemos encaja, todo se elabora, todo coincide con el 8.

Ahí podemos hilar muy fino si se quiere, y corresponde hacerlo. Ustedes tienen, por ejemplo, mucho amor a las formas geométricas como el cuadrado, la pirámide o el triangulo, pero ¿y el octógono? Claro, pueden pensar “qué bobada, ¿cómo eso nos puede elevar la conciencia, mantener y no bajar la vibración en el tiempo contemplativo?”.

Si se ve así desde fuera, tanto que tiene que hacer el hombre en sí mismo como cambios de conducta, de mentalidad, de actitud, ¿cómo hablar ahora de formas geométricas nos va a poder ayudar a todo ello? Sencillo, mírenlo bajo la forma de universo que hablábamos el día anterior [1], no dejen al azar absolutamente nada. Si el hombre quiere realmente hacer un trabajo interno de alquimia, tiene que coger todo lo que existe, todos los elementos que él conoce, el aire, el fuego, las formas geométricas, la numerología, el día, la hora, todo. Y como ustedes comprenderán, con un mes que tienen por delante, se les dirige únicamente para que cada cual haga aquello que sienta que tiene que hacer. Si no lo cree importante y necesario, si se siente bien, pues no hagan nada, pero nuestro deber como personas que están pendientes de los seres orantes, es decir lo que debían. Ustedes harán lo que crean más oportuno.

Estaban pensando en dejar el día 8 y tomarse su tiempo contemplativo, no lo olviden. Nosotros nos despedimos hoy. ¿Por qué? Porque el hombre tiene que retomar su espacio en libertad plena y consciente para mantener esa vibración sin ayuda. Y qué mejor que aliarse, ponerse en sintonía con el día, el mes y la hora en el que el universo se sintoniza con toda la galaxia, con todo lo que existe.

Durante el mes que ustedes llaman agosto, toda la galaxia comienza a retomar cada movimiento y ponerse a punto, ajustarse. ¿Qué ocurre con el planeta Tierra dentro de esta galaxia?: dada la evolución de él y los seres que lo habitan, necesita vitalmente que la reajusten, que la sostengan, sí, que la sujeten, y siempre podrán observar que en ese mes vacacional hay mas seres que se marchan, mas catástrofes, mas –como ustedes llaman- desgracias. Lógico, porque cuando algo se ajusta o reajusta, y cosas o seres no están en su lugar, tienen que quitarse de ese lugar, por tanto tienen que desaparecer de ese planeta en ese momento, para volver a renacer siempre –no lo olviden-, pero en un principio el hombre lo vive como desgracias y catástrofes, y es un reajuste. A ese reajuste es al que queremos que cada uno de ustedes, durante este tiempo, se acople en la medida que cada cual crea necesario, no hay obligaciones, criticas ni ajustes de ningún tipo, hay una libertad total para que cada uno de ustedes haga lo que crea conveniente con su vida y con su hacer. Es una recomendación dada a todo el trabajo y la trayectoria que hemos venido haciendo.

Pero ¿qué puede ocurrir? Puede ocurrir que vivan este espacio contemplativo como un espacio vacacional, y no pasara absolutamente nada, aclararán sus mentes de todo lo enturbiado, cansado, y renovarán su cuerpo con un buen relax, pero ¿qué alimento le van a dar a su espíritu?, ¿qué temple va a tener su alma? Ahí es donde queremos hacer hincapié. A parte de que relajen sus cuerpos y se diviertan, que deben de vivir la vida dentro de esa alegría, de esa diversión, es alimentar diariamente a ese espíritu y templar esa alma. Y una recomendación para que les sea más fácil es que se reúnan, sí, que se reúnan como tiempo de contemplación, llamémosle de diversión, pero sin olvidar que todo el conjunto de este grupo es el que mantiene la vibración que cada cual tiene, por separado hay mucho alto y bajo, pero en un conjunto, cuando se conjugan esas energías se puede trabajar con ustedes, se puede bien trabajar con ustedes.

Traten durante este tiempo de retomar todo lo que han escuchado, de no olvidar absolutamente nada, de visualizarse como lo que son, seres de luz, de mantener sus cuerpos sin enfermedad, de observar sus pensamientos, sí, observarlos, que no quepa ni por un instante el juicio ni la crítica, y mucho menos la envidia. Apóyense unos a otros, cojan el tiempo que les estamos diciendo, habitúense a tomar ese número, bien 8 de la mañana o de la tarde, y tomarse su tiempo de contemplación para ver el día, para sentirse, para observar esas emociones, para ver dónde ha habido o se ha colado un mal pensamiento, para pedir disculpas si son necesarias, y durante el resto del día traten de apoyarse y motivarse. No es que durante el resto del año eso no se deba de hacer, creemos que se entiende que durante todo el trabajo y la trayectoria ya saben lo que es correcto o no, lo que les hace crecer y lo que les mengua, ya saben que tienen que elegir, elegir y elegir, ya saben que con quien convivan es con quien más esfuerzo deben hacer para elevar ese nivel de vibración.

Durante todo el año, pero este tiempo, insistimos, no lo cojan como vacaciones. Témplense y sitúense con la necesidad que cada cual tenga de ajustarse y reajustarse y poder llegar a la noche y sentirse tranquilos, en paz y sobre todo sentirse felices. Que no haya ningún resquemor, ninguno. Si tuviesen el menor resquemor, soluciónenlo.

Sabemos que lo sabrán, pero se les repite para que no lo olviden. Cuando un ser, un grupo se propone hacer un trabajo interno de elevar la conciencia, de sintonizar con la vibración universal, no puede hacerlo en solitario. Ningún ser de este planeta ni de esta ni ninguna humanidad puede hacer ese trabajo en solitario.

Son pequeños o grandes grupos que reagrupan esa energía para así poder evolucionar aunque en última instancia se tenga que entrar por esa puerta en solitario, por última instancia, en todas las civilizaciones, en todos los universos, en todos los mundos, en todos, se entra en sintonía con el universo a nivel grupal porque se refuerzan unos a otros, se apoyan unos a otros hasta alcanzar esa vibración necesaria que el hombre necesita en este instante en el planeta. Por eso les pedimos que no dejen de reunirse el tiempo y los momentos que cada cual necesite. Y por supuesto, estar templados como venimos diciéndoles estas últimas semanas o encuentros.

No piensen en ningún momento en las catástrofes, no piensen en ningún momento en las desgracias, no existen, existen reajustes. El planeta se reajusta, la familia se reajusta, el anciano se reajusta. Son reajustes necesarios para la evolución de la raza y del planeta, no lo vivan como catástrofes, no bajen ese nivel emocional.

No tengan pena de todo lo que escuchen, ahí se les dice que se templen. Cambien ese instante de tristeza que tienen cuando escuchan la llamada desgracia, cámbienla como comentábamos la semana pasada, mándenles luz, diríjanles a otros mundos, a otros lugares para que de nuevo se vuelvan a reajustar. Nada se pierde, nada, ese es el trabajo más importante que debería hacer el ser de humanidad, apoyar cualquier decisión del Cielo de llevarse a seres, apoyarles y no vivirlo como una desgracia.

Si supiese el hombre, si por un instante se diese cuenta cómo en ese instante de desgracia que vive como tal y le entra esa tristeza en el corazón, cómo se densifica y cambia automáticamente su vibración, si en ese instante tuviésemos que recoger a uno de ustedes nos sería imposible. Cuando el hombre densifica tanto su vibración, cuando se desintoniza con esta frecuencia en la que todos estamos, no podemos alcanzarles.

Si una tristeza en un tiempo como el que estamos se apodera de su corazón, automáticamente tienen recursos suficientes, experiencias suficientes para retomarlo al instante. No dejen pasar horas y mucho menos días, estén siempre a punto para que se les pueda hablar, para que se les pueda recoger, para que se les pueda dirigir hacia donde cada uno de ustedes se ha propuesto caminar.

Si les entra la tristeza, el miedo, la ira, la rabia -nombramos todo aquello que baja al hombre de vibración hasta niveles que ustedes no pueden ni imaginar-, observando lo que hemos comentado muchas veces, lo que a cada uno de ustedes les haga sentirse felices, plenos, lo que cada cual conoce de sí mismo, en un instante pueden cambiar -como poco-, de la tristeza a la esperanza, y cuando el hombre cambia de la tristeza a la esperanza es un primer paso para alcanzar la felicidad, no la llamada así por el hombre sino la plena felicidad, la que ya no duele, la que ya nada ata al hombre a este ni a ningún otro lugar.

Por último, si alguno de ustedes por lo que fuese necesitase de estos servidores, ya sabe, porque así cada uno de ustedes lo decidió, que hay una conexión directa, solo es interiorizarse y pedir lo que cada uno necesite.

Por nuestra parte solo diremos que pasen un tiempo contemplativo para que sus espíritus y su alma puedan estar, puedan estar…

Amén.



[1] Oración del 18-7-2007: Una vía sin retorno

08 mayo 2008

ORACION: AROMAS DE DIVINIDAD


¿Cómo entablar comunicación entre el hombre y la Divinidad, entre lo humano y lo divino?

¿Cómo puede el hombre sentir más allá de lo humanamente aprendido?

Hay unas lecciones o normas que se les van dando semanalmente o diariamente en base a la necesidad de la persona y a las necesidades de la humanidad. A unos se les da diariamente de determinada forma y en determinados momentos, para que comprendan, distingan y sean ellos mismos su propio juez. A otros más aisladamente, pero cada cual recibe aquello que puede asimilar en el momento más preciso para que lo incorpore.

Pero constantemente se está atento para que el hombre comience a hacerse preguntas o continúe en la vía que se propuso para conocerse, para poder distinguir entre lo humanamente aprendido, o sea, lo que el hombre enseña al hombre, y lo divino, que también está en el interior del hombre.

Nosotros, estos servidores que constantemente están pendientes de la evolución del hombre, intentan por los medios más apropiados para cada cual que como poco perciban ese aroma de la divinidad para que les pueda ayudar a persistir en el planeta, a continuar en el planeta.

Muchas veces habrán escuchado que cuando el ser humano no es útil o viable para el plan universal, se marcha para de nuevo aprender cual es y en qué momento puede volver a nacer, en este planeta o en cualquier otro lugar que le sea más favorable o viable cumplir con su función, la que cada cual tenga que cumplir, porque no se olviden que cada ser humano, aparte de llegar a la globalidad como especie humana, tiene un don, por llamarlo de alguna forma, un don que retomar y aplicar allá donde se encuentre, en el caso del hombre en el planeta Tierra.

Cada cual tiene su misión, su hacer, llámenlo como mejor les suene, como mas lo sientan, como don, como hacer, como misión, como deber –de débito, no de obligación-, pero cada ser humano tiene un hacer allá donde se encuentre. Si no cumple con ese hacer, si él mismo no siente la viabilidad para llevarlo a cabo, genera una enfermedad para dejar que el alma, el espíritu, vuelva de nuevo en otro instante o lugar para cumplir.

Es la función del espíritu, la función del alma, tomar y retomar cuerpos, formas, para cumplir lo que cada cual ha de hacer. Conscientemente pocos seres humanos conocen cual es, por eso los que buscan en el camino encuentran siempre seres que les van dirigiendo para que cada cual descubra cual es su hacer y lo haga.

En la medida que el hombre va atisbando su hacer y no se atreve a cumplirlo por la serie de condiciones o condicionamientos a los cuales está sujeto en el lugar donde habita, si esta tan aprisionado que no encuentra forma de realizarlo es cuando ocurre la llamada muerte. Pero mientras el alma, el espíritu, ve una posibilidad por mínima que sea para cumplirlo, continua estando. Aunque el planeta se pusiera boca abajo, el hombre continuaría si así siente su espíritu la posibilidad de llevar a cabo lo que vino a hacer.

De ahí que si el hombre forma con su cuerpo físico una vida que no proyecta salidas para realizarlo, es el momento más favorable para que ocurra todo lo que está ocurriendo. Dicho de otra forma, el planeta, como ya muchas veces hemos dicho, está generando una energía que es favorable para que el cuerpo del hombre enferme.

De ahí –insistimos-, que todo aquel ser humano que en un momento determinado despertó en una búsqueda –no le demos nombre- de algo más de lo que se ve, se podría decir de un sentimiento, una sensación, una inquietud, un presentimiento, una intuición… llámenlo como quieran, pero aquel que siente algo mas, ese está en la vía de ser dirigido porque realmente eso que siente, sin dar nombre, es el espíritu o el alma suplicando realizar aquello que vino a hacer, aunque los momentos del planeta se pongan adversos. Quizá, repetimos, estos momentos aparentemente adversos, son los necesarios para que el hombre cumpla con lo que debe hacer.

De ahí que queremos apoyarles para que aún solo con un atisbo, lo que podrían llamar ustedes en el plano físico un aroma, un perfume, con un pequeño atisbo, muévanse, caminen hacia ahí aunque estén tan mediatizados que bajo sus formas se equivoquen, pero muévanse, den movimiento a su cuerpo. Pero sobre todo den salida para que su alma encuentre ese atisbo para cumplir con su función.

No se queden paralizados, no sucumban ante esa energía que parece que aprisione. Sálganse de las normas que esta sociedad en la que ustedes están ha impuesto, porque parece que todo se haya confabulado en este preciso instante en el planeta para aprisionar al alma.

El ejemplo, para que puedan entender, es lo más parecido a estas culturas llamadas tercermundistas cuando al nacer una criatura la exponen a lo más difícil y adverso y, lógicamente, el que sobrevive es fuerte y sobrevive a eso y a lo que le plantee el hombre. Es lo más parecido a lo que les queremos hacer que sientan.

La Tierra, el planeta, con su vibración ha conseguido ponerse en ese filo y el ser que dirige toda la humanidad ha cogido ese eje para aprisionar al hombre y que no se mueva. Al no moverse sucumbirá y dejará más espacio para aquellos que lo están adecuando a su forma. Sí, porque todo conocimiento del hombre está adecuado de tal forma que sí sabe hacia dónde ir y qué hacer, sí sabe, pero a la mayoría, a la gente del pueblo, al rebaño quieren hacer como un punto y aparte.

Les molesta tanta carne, les molesta tanta mente comenzando a despertar. Pero lo que más les incomoda es aquellos que se están saliendo de las normas.

Deben de juzgar ustedes mismos, deben darse cuenta si realmente se sienten como seres de divinidad con sus vidas, y si no se sienten así pero sí atisban ese perfume de divinidad deben corregir sus haceres, corregirlos, para realmente dar curso a aquello que sientan, cueste lo que cueste, tengan que hacer los cambios que tengan que hacer, ¿qué importancia tiene cualquier cambio físico que el hombre tuviese que hacer en su vida ante tanta y tanta maravilla que puede surgir desde su interior cuando éste atisbe quien es, qué es?, ¿cómo no me he podido dar cuenta antes?, ¿cómo me han tapado tanto mis sentidos que me han hecho un ser vulgar?, ¿cómo he podido dejar o dejarme hasta el punto o el momento de no tener ganas de continuar?, ¿qué he perdido en el camino, qué perdí que no fui capaz de ver?

Si constantemente se nos dice y en momentos puntuales siento ese apoyo, ¿por qué no acogerme a él?, ¿por qué hacer cada vez mas y mas grande el desanimo?, ¿por qué dejarme y dejarme como la mayoría de seres, sin una intención, sin un saber hacia dónde? Tenemos que saber hacia dónde, no podemos dejar que la multitud nos lleve, no podemos ir a empujones hacia donde ellos quieran que vayamos.

El hombre tiene que saber a través de ese perfume, de ese sentido de divinidad, alejarse de los empujones que nos da la sociedad. Debe salirse de ahí porque nos están arrastrando, no es el sentir auténtico.

Al final, el ser humano, por más peregrino y buscador que sea, ya no sabe ni hacia dónde ir. Se ha dejado en un momento, sin darse cuenta, llevar por esa multitud que le da lo mismo saber que no saber.

No, hay seres, la minoría, sí, pero hay seres que sí saben hacia dónde ir y por qué ir hacia allí, sí lo saben, aun no siendo a ciencia cierta, que por ahí se puede ver ese atisbo de divinidad que hay en el ser humano. Si se dejan arrastrar por la multitud no lo verán, no lo sentirán, se verán y se sentirán un trozo más de ser de humanidad vagando a la deriva.

Está en la elección del hombre elegir con todas las consecuencias, elegir, atisbar ese perfume, esa divinidad, ese amor, y elegir ir hacia ahí aunque le cueste. Debe proponérselo como deber, debe proponérselo, qué hacer para no dejarse arrastrar y ser consciente y fiel a esa alianza de amor divino, a esa alianza de divinidad.

Y todo está en las manos del hombre, en el corazón del hombre, en el alma del hombre, todo, todo aquello que necesite. Todo lo que necesite está en sus manos para poder hacerlo.

Es pararse, sentirse y decidir.

Así sea.

01 mayo 2008

ORACION: LA VIDA


¿Dirían ustedes mismos que la humanidad de este planeta está viva?

¿Qué entienden por vida?

En los conceptos que hoy se mueve el ser humano, en su gran mayoría, califican la vida como aquello que se mueve, y la muerte como aquello que está en quietud, inerte.

Hasta ahí la mayoría de seres humanos describen la vida. Una minoría se extiende un poco más al expresar qué es para ellos la vida, y pueden expresarse diciendo que la vida es lo que al hombre le hace sentir, y la muerte es aquello que no siente. Y así, así, en minorías y minorías, cada ser humano definiría de la vida cosas distintas y todos tendrían razón, su razón, porque es así como ellos viven la vida.

Nos hemos acercado alguna vez y hemos descrito pequeñas pinceladas, dentro de las oraciones, de lo que es la vida. La vida, les dijimos en una ocasión, es y no la mantiene el hombre, es un ente vivo e individual que no la mantiene el hombre.

Lo que el ser humano llama vida, lógicamente tiene razón porque él vive la vida y la califica de esa forma, pero la Vida, en mayúsculas, no tiene nada que ver con lo que el hombre llama vida, nada que ver.

La vida es libertad y el hombre no se siente libre, la vida es bondad y el hombre no es bondadoso, la vida es amor y el hombre se mueve en el querer, la vida es ilusión y el hombre está en la desilusión, la vida es movimiento y el hombre está en quietud, la vida es ir mas allá del pensamiento y el hombre está atrapado en él.

Cuando un ser de humanidad pueda definir todos los atributos de la vida y los adopte en sí mismo, cuando pueda decir que vive la vida conscientemente con todos esos atributos, ese ser humano vive la vida, vive en comunión con la vida, la ha conocido, la ha definido y se ha unido a ella, son dos formando un único ser, la vida y él, él y la vida.

Hasta que el ser humano no llegue a esa conclusión de que la vida es por sí misma un ser individual e independiente del hombre, que el hombre se dice vivo porque piensa, porque siente, porque habla, porque se expresa, y se siente vivo, pero cuando ve que lo que él llama vida no es tal porque tras ese pensar no hay un hacer, porque ese hacer -si lo hay- no está teñido de ese amor universal, siempre hay una necesidad de controlar y de poder, cuando a ese sentimiento no se le da la opción de expresarlo desde lo más profundo, está callado, esta encogido en un cuerpo y replegado hasta en sus más íntimos pensamientos, no se le puede llamar vida.

Pero tiene razón cuando dice que está vivo porque se mueve. A eso es a lo que nos referíamos, que todo aquel que define la vida tiene su razón y se cree vivo.

Pero si el hombre llegara a descubrir las posibilidades que en él están, que en él se encierran, comprendería sin necesidad de escuchar que no pueden llamar vida a lo que están viviendo. Quizás puedan llamarlos mantenidos, estoy manteniendo o manteniéndome dentro de la vida, pero no doy rienda suelta a la vida, en mi no está la expresión de vida.

Miras a un ser humano y la expresión de sus ojos no es la de vivir, no es la de la ilusión, no es la del amor. Miras a un ser humano a los ojos y ves sufrimiento, ves aceptación, ves esclavitud, ves desidia. En pocas miradas de los seres humanos se ve la bondad, en pocas miradas se percibe ese aliento de vida. Si escudriñas un poco mas sí ves que el hombre guarda ese aliento vital, pero tan guardado que no le aprovecha a sí mismo. Él no es consciente de que tiene en su interior esa vida y que lo que él llama vida le está dando la posibilidad de reconocerla y darle movimiento.

Es muy sencillo y complicado a la vez, hacerles ver qué es la vida, porque el hombre cree que está vivo. Si alguien les dijese “están dentro de un sueño, lo que ustedes llaman vida es solo un sueño de lo que podría llegar a ser o de lo que es”, no podrían decir que no están en lo cierto cuando les dicen eso, es posible que el hombre esté dentro de un sueño y a ese sueño ellos le llaman vida. Es lo que más se parece a lo que queremos que entiendan.

Están viviendo dentro de un sopor, dentro de un sueño o una ilusión de lo que podría ser la vida. Pero aun no la han reconocido. Hay pocos seres humanos, de los que ustedes llaman vivos, que hayan reconocido qué es la vida, porque aquel que lo reconoce no se parece en nada, ni aun en el físico, a un ser humano. Lo que llamamos energía, que rodea el cuerpo, cuando realmente el hombre se imbuye en la vida genera unos colores indescriptibles para el ojo humano, pero que se sienten y se transmiten a través de la mirada, sobre todo de la mirada, también sus manos, todos los poros de su cuerpo reflejan que es una persona o un ser excepcional, distinto, y ese ser sí vive dentro de ese amor universal, dentro de esa ilusión, de esa bondad, es ese reflejo de la perfección, de la autentica vida.

Lo demás, les cueste o no de creer, son trozos, fragmentos de lo que podría ser la vida, fragmentos que si se unen todos quizás eso sea la vida, pero aisladamente el hombre no la vive. Unos un poco, puntualmente, la ilusión cuando están proyectando algo, otros un poco, en momentos puntuales, la bondad, otros un poco, también en momentos puntuales, el amor, pero un ser que viva todo ello y no puntualmente, que viva hora tras hora, día tras día, hay pocos seres humanos, y a eso es lo que el hombre voluntariamente debería de apostar, a vivir la vida, a no conformarse con lo que están viviendo, porque no es vida, a apostar porque en estos tiempos el hombre puede descubrir y vivir la vida.

En otros tiempos no era posible porque la Tierra no estaba preparada para que un ser humano pudiese despertar, porque estaba dormida, era de noche para la Tierra. Ahora el planeta Tierra está despierto, en su día esplendoroso, y en este momento sí es posible que el hombre despierte a esa vida, y es a lo que el hombre va, a despertar a la auténtica vida, a ser consciente de que lo que hasta ahora él llamaba no es, que lo que él creía hasta ahora no es, que lo habían o se había confundido, pero ahora ya lo siente y ve que por ahí el hombre ya no tiene salida. Ya no se puede confundir porque ya no existe la confusión, ya no puede dejar que nadie le juzgue porque ya sabe que no hay juicio, ya no puede esperar que nadie le premie porque ya sabe que no hay premio, que se premia a sí mismo.

Ya sabe muchas cosas, lo siguiente que tiene que experimentar, después de ese conocimiento, es ponerse a descubrir realmente que no tiene barreras, ninguna, que todas las que hasta ahora veía eran puestas por el mismo, y que quiere vivir la vida y no quiere ser esa excepción que vino para disfrutarla, para conocerla, para imbuirse en ella, y se fue sin hacerlo. No quiere ser esa excepción.

Quiere recoger lo que realmente sabe que puede ser capaz de masticar, tragar y devolver. Quiero vivir la vida y replicar de esa experiencia, quiero ser auténtico como me crearon y replicar como ser vivo, no pasar, no ser mantenido por ella. Quiero mezclarme con ella, hacerme uno con la vida, quiero que nadie me cuenta que se experimenta al mezclarse con la verdadera vida, quiero sentirme un ser libre.

Muchos seres, de un tiempo a esta parte, se sienten libres. Están comenzando a romper esas ataduras impuestas por los hombres y se sienten libres, pero les vamos a contar un pequeño secreto que les puede servir para saber si son o no son libres. Y decimos secreto porque está en su interior, pero lógicamente ustedes no han llegado a ello.

Cuando se sientan libres, es un sentir, pero exprésenlo en voz alta: “yo me siento libre”. Exprésenlo en voz alta y automáticamente, lo primero que les vendrá será una quietud que los paralizará. Cuando en voz alta se digan “yo me siento libre” y realmente en ese instante comiencen a tener ideas, comiencen a querer hacer, hacer lo que sea, hacer, tanto si es novedoso como si no, a hacer, ahí sí están comenzando a romper con las ligaduras internas y externas. Pero si se sienten paralizados todavía no están comenzando a ser libres, quieren ser libres, y lo que ustedes o su mente les proyecta de su entorno les hace sentirse libres, pero cuando lo expresan en voz alta como algo hecho –recuerden que la palabra, al expresarla, ya es un acto, una acción-, cuando ustedes empleen la palabra en voz alta y comience a ser un hecho, observaran si realmente están cortando con esas ligaduras o no.

El hombre tiene que conocerse y lo tiene que hacer, como ya les hemos expresado muchas veces, para su bien, para poder sacar todas las cualidades que están en su interior, para poder llamar a la vida, porque la sienten, porque ustedes son parte de ella, porque están sumergidos en ese hacer vital en que dan y crean vida.

La vida no es esperar a que las cosas ocurran. La vida no es repetir y repetir y repetir. Eso es esa pequeña muerte en vida, es esa cárcel limitada, por eso mezclamos vida con libertad, por eso se mezcla la vida con el amor y no el querer o la posición, por eso la vida es sin depender del hombre ni de nadie, por eso la vida es algo aislado del hombre, algo que no hace el hombre, algo que no depende del hombre pero que el hombre se ha de aliar con ella. Aliarse con la vida.

Amén.

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