28 febrero 2008

ORACION: EL REFLEJO DE LA PERFECCION


Tomen aliento y traguen como si de un néctar de divinidad se tratase. Absorban las palabras, intégrenlas profundamente, traten de dar cauce en su interior conforme vayan asimilando las palabras.

Muchas veces habrán oído que se da por culminada una era y amanece otra nueva, y otras tantas habrán escuchado que estamos en ese tiempo de tránsito entre una y ese nuevo amanecer, entre la oscuridad de lo pasado y el resplandor que le continúa.

Y todo, si se dan cuenta, es un proceso natural como el nacimiento del hombre. Se implanta la semilla, está un tiempo germinando y llega a su culminación justo cuando ha terminado el proceso y está resplandeciente el nuevo ser.

Y todo sigue, ese ciclo armónico y perfecto, todo, incluido el hombre, incluido el ser humano, sigue un ciclo evolutivo con su inicio y su culminación y nuevamente, su nuevo despertar. Y así constantemente. No hay un final, no existe el final, es un principio sin fin, constante y renovador renacimiento.

Pero ese intervalo, ese tiempo en que culmina una era y comienza otra nueva, es un tiempo de tránsito, de incertidumbre, de oscuridad para el hombre, para que resurja de nuevo ese resplandor.

Y ahí, el hombre, en todos los tiempos, ese punto lo ha vivido amargamente, interna y externamente lo ha vivido con guerras entre hombre y hombre, entre hombre y planeta, no ha sabido adecuarse a ese cambio necesario y evolutivo de volver. Y en este tiempo, a esta nueva humanidad le está ocurriendo lo mismo, no entiende, no comprende y por tanto no sabe dirigir su vida con esa dedicación que le dé sentido a lo que está ocurriendo. Y al no tener sentido la vida del hombre, éste entra en la enfermedad y lo que él llama la muerte, tanto voluntaria como involuntariamente. Se están marchando muchos seres humanos, muchos, unos se quitan la vida voluntariamente, no sé que les pueda ocurrir en lo más profundo de su ser para no ver sentido a todo lo que está ocurriendo. Solo se nos ocurre sentir que el hombre, en esa confusión y esas tinieblas, no sabe sentir ese resplandor divino que hay en él, no sabe cómo verlo, cómo sentirlo, y mucho menos cómo ofrecerlo.

No hace mucho les decíamos que el hombre es ese reflejo de la Divinidad, les decíamos que está hecho a la imagen y semejanza y que por tanto debería replicar dentro de esa perfección. Eso lo han escuchado muchas veces y lo han debatido entre ustedes mismos, pero se ha quedado en palabras no vividas, porque si hubiesen vivido esas conclusiones a las que llegaron en su momento, se darían cuenta que no tienen derecho a sentirse como se sienten de vacíos. Se darían cuenta, y ya actuarían en consecuencia, de que sus vidas sí tienen un sentido, sí tienen una causa y, por tanto, un efecto ante el planeta y la humanidad, ante la humanidad y la Divinidad. Sólo con ese motivo ya deberían sentirse plenos, ¡plenos!, por eso decimos que no lo han vivido, que se les ha quedado en palabras, por eso les hemos dicho al inicio de la oración: traguen esa inhalación hacia lo más profundo, integren las palabras y vívanlas, reubíquenlas internamente allá donde las tenga que reubicar cada cual, pero vívanlas mostrando en su vida, en su hacer, en su pensar y en su sentir, que cada una de las vidas que están tiene un sentido.

En este tiempo de incertidumbre no es fácil estar siempre exuberante, no es fácil estar siempre en la cumbre, no es fácil. Pero para eso son un grupo, para eso están agrupados, observen, agrupados, ¿por qué existen los grupos?, ¿por qué se les dice muchas veces que se deben de unir similares sentires, similares vibraciones? Es para potenciarse y poder asumir y asimilar los momentos que el planeta está viviendo. No lo vivan como algo catastrófico, no, es más bien un sentir de esperanza para aquel o aquellos que sepan vivir este nuevo cambio al que el hombre debe de adecuarse, pero necesitan agruparse porque sucumbirán aisladamente, sucumbirán aisladamente.

Estamos en comienzos, comienzos para el hombre, para el ser de humanidad. La tierra ya ha concluido su fase, la ha terminado, ha llegado a la culminación de esa nueva vibración. El hombre está comenzando a sentirla, y observen a su alrededor los seres que se están quitando la vida, los seres que están quitándosela a otros, las enfermedades que se están llevando a grupos grandes de seres humanos, y los que quedan están sin motivación alguna para poder dar otra respuesta ante lo que se les presenta, no lo que se les avecina, lo que se les presenta. A cada cual en su vida se le presentan nuevas etapas y cada uno debe dar nuevas respuestas a esas nuevas formas de sentir.

Lógicamente, en una era novedosa donde el hombre no tiene un punto de referencia ni ningún ser humano que haya pasado por el mismo proceso, en un principio uno se hace sus preguntas, en otro principio sus elucubraciones, sus sentires, su amargura, su decepción, su alegría…, todo eso pasa por él, pero eso, con conocimiento y conciencia, deben de hacerlo rápido y dar cauce a esa nueva forma de ver, y eso sí lo sabe hacer el hombre, pero éste se recrea en su mismidad, con su misma dolencia o su misma necesidad, y se recrea y se recrea y vuelve de nuevo a esa inercia evolutiva de recrearse en un pasado para ver la solución a lo que le está ocurriendo, y no la va a encontrar porque no tiene un punto de referencia, es una nueva era, no ha ocurrido jamás.

En todas las nuevas eras, en los finales o culminaciones, como ustedes los quieran llamar, para que haya un nuevo inicio esa humanidad no tiene referencial alguno, va como dando golpes de ciego, pero va, y llega el que va, el que dentro de su propia experiencia por edad y por vivencia va observando lo que le puede mantener un cierto equilibrio ante algo desconocido, un cierto equilibrio, no baja demasiado aunque no comprenda. Tampoco puede decir que está ilusionadísimo con lo que se le avecina, porque no lo conoce, pero se mantiene en un cierto equilibrio.

Y para mantenerse en ese cierto equilibrio, el hombre coge cualquier punto que tenga a su alcance para no caer. Y ustedes como grupo, tienen esos puntales a los cuales no se cogen, no se acogen. Se piensan fuertes, y estamos en el comienzo. Cada uno de ustedes asimile lo que tenga que asimilar, en lo que le corresponde de entender o en el momento puntual que cada cual esté, y obsérvense si su entorno y ustedes están en equilibrio. Si no están en equilibrio no van a poder aguantar y caerán. Cuando nos referimos a caer, a cada cual, dependiendo del punto evolutivo en que esté, le ocurrirá de una forma u otra, a través de la enfermedad, a través del decaimiento, a través de la muerte o a través de esa vida sin sentir y sin sentido.

Tantas y tantas veces expresamos en los grupos “¡agrúpense!”, pero ustedes no hacen caso, no recuerdan ni lo más inmediato, esa inercia que han hecho de su vida les está arrastrando hasta el punto en que lo escuchado y asimilado por un instante, sólo por un instante, lo olvida. ¿Qué más se les puede decir? ¿Qué palabras se pueden usar para que les llegue a lo más profundo y les haga reaccionar? ¿Qué palabras darán realmente ese cambio en su interior que haga que se refleje la Divinidad que hay en el hombre? ¿Qué apoyo se les puede dar por parte de los servidores de luz, si lo más inmediato que tienen, seres de divinidad como cada uno de ustedes, lo dejan pasar por alto?

Y se refugian en su dolor, en su malestar, en su falta de comunicación, recreándose una y otra vez en el pasado y en lo que la humanidad les hizo y ustedes hicieron a la humanidad, cuando ya no cuenta nada de todo eso, cuando nunca ha contado nada de todo eso, cuando el hombre se está renovando constantemente en cada una de sus respiraciones y puede, a través de esa respiración, cambiar en menos de un instante cualquier acontecimiento del pasado y del presente.

Quizá lo único que quede por añadir en este instante, hasta que ustedes reaccionen, quizá lo único que se pueda añadir sea: no se crean fuertes, no son fuertes, ese impase de oscuridad y de nuevo despertar puede atraparlos casi sin ser conscientes.

Amén.

22 febrero 2008

ORACION: LA LIBERTAD


¿Para ustedes qué es la libertad?

Y después de definir lo que para cual significa la libertad la pregunta sería: ¿se sienten libres?

Es importante que entiendan el significado de la libertad a la cual nos estamos refiriendo, muy importante, porque quizá les dé un punto de referencia para lo que es realmente la autenticidad de la vida para cada cual.

Hoy, hayan contestado lo que hayan contestado con respecto a la libertad, lo que piensen, lo que crean de ella, si se sienten o no libres, independientemente de lo que hayan contestado se les dice que el ser humano en la actualidad, salvo pequeñas excepciones, no se siente libre.

No se sienten libres refiriéndose a la libertad que van a escuchar, y la mayoría de seres de humanidad se sienten libres. Parece un juego de palabras pero se lo vamos a ir aclarando.

Si ahora se le preguntara a la humanidad, la mayoría responderían que se sienten libres, la gran mayoría. Porque al igual que la semana anterior la palabra “alianza” se tenía mal comprendida, el hombre vive actualmente la palabra “libertad” como que algo o alguien le esta oprimiendo, en eso se basan mayormente, si me oprimen no soy libre, si no me oprimen soy libre. Y la mayoría de hombres y mujeres se sienten no oprimidos, por lo tanto se sienten libres.

Pero la libertad a la que nos referimos no está en si uno es oprimido o no o si uno está entre rejas o no. La libertad a la que nos referimos es una sensación, un sentir, un pensar libre, aunque su cuerpo estuviese apresado. Imagínense que al cuerpo físico lo encarcelan, el hombre supondría que ese ser no es libre, está encarcelado. Y hay seres encarcelados que están respirando y viviendo la autentica libertad. O sea, que la libertad a la que nos referimos es una libertad interna de sentir del espíritu.

Cuando el hombre hace un trabajo de reconocimiento de sí mismo que se conoce de arriba abajo, de dentro afuera y de afuera hacia dentro por todos los rincones de su cuerpo y de su mente, se reconoce automáticamente la sensación de libertad, el conocimiento trae al hombre la sensación de libertad. Cuando el hombre, el ser de humanidad, entra en esa sensación, ya no tiene barreras físicas ni aun estando en un cuerpo tullido, ni aun estando en un cuerpo encarcelado, no tiene barreras ni sensación de estar preso.

En cambio, cuando el hombre no se conoce, no sabe de si mismo casi nada. Cuando es un extraño para sí mismo que no sabe controlar sus reacciones, que no sabe medir sus respuestas, que no sabe lo que ocurre en su interior, cuando le es dada una experiencia agradable o desagradable, y no sabe cómo va a responder absolutamente sus emociones, sus pensamientos, sus palabras, sus obras, es un gran desconocido para sí mismo. Ese hombre, que son la mayoría, se sienten preso aun estando libre, se siente oprimido porque no tiene respuesta ni sabe la que va a ser la que van a dar ante cualquier acontecimiento.

O sea que es necesario, para que el hombre sea viable y que pueda continuar en su labor de hacer dentro de este planeta en este tiempo, es vital que reconozca cuáles son sus reacciones, sus sentires más profundos, sus necesidades más autenticas para atisbar esa libertad y así la libertad le llevará a otros reinos, a otros lugares.

Y tomen como referencia para entender lo que nos estamos refiriendo, el sueño, la ensoñación. El hombre puede estar entre rejas, pero dentro de esa ensoñación el hombre es libre; cuando despierta, cuando se concretiza dentro de su cuerpo es cuando se ve y se da por enterado de que esta enjaulado. Ese es el ejemplo.

El hombre, mientras está en su vida, actúa en su vida, vive su vida, se siente libre porque nadie lo ha encerrado, pero, ¿realmente ustedes creen que el hombre hace aquello que siente? En el primer instante ¿ustedes creen que cuando proyectan si se sintiesen libres no lo harían? Porque el hombre está cargado de proyectos, cargado de planes, de ideas, pero ¿cuántos se llevan a cabo?, ¿cuántos se concretizan? Si el hombre viviese la libertad a la que nos estamos refiriendo, al no tener ninguna barrera física, mental ni espiritual, llegaría a concretizar aquello que piensa o proyecta, es más, tendría nuevas ideas, tendría ideas ingeniosas.

Porque dentro de esa sutil vibración que le da el entendimiento o la sabiduría, el hombre es cuando se mete de lleno en esos otros reinos, en esos lugares de donde pueden recoger ideas novedosas, ingeniosas, porque no están humanizadas ni supeditadas por el miedo, la razón, la conveniencia…, son ideas puras, libres, que van de un lado a otro y el ser que vive la libertad las capta al vuelo y las plasma y concretiza en la vida.

Ese es el ser libre al cual nos estamos refiriendo, no al hombre que hace de su vida, de su cotidianidad, una constante y pesada carga, ese que vive la vida porque no tiene atisbos ni ve mas allá para poder proyectar una nueva vida.

El hombre debería de hacer un esfuerzo consigo mismo y en principio tratar de comprenderse, de conocerse, de saber lo que para él es importante, necesario y vital y desechar todo aquello que la sociedad y las normas de esta sociedad le han ido y le van inculcando poco a poco y él va absorbiendo sin ser consciente de que no son necesidades propias, que eso que le están dando, que muchos lo viven como alimento, lo están embotando y le están haciendo que se repliegue ante esa vida oscura, oscura porque no sabe, porque no se conoce, porque no puede decir “quiero esto, necesito esto”, es que la gran mayoría no saben qué quieren, no saben qué necesitan, ya no saben distinguir, y eso les tiene atrapados aunque ellos se sientan libres. ¡Claro!, se sienten libres porque no están entre rejas físicas, porque nadie les pone una soga al cuello y los tiene atados, pero esa libertad no es tal, están oprimidos por sus propios pensamientos viciados, oprimidos por su propio miedo viciado, oprimidos por su propia obsesión con las mismas ideas repetitivas una y otra vez, y no necesitan estar en la cárcel.

Pero a esos seres se les habla, se les hace ver y pensar y sentir. ¿Se sienten libres?, ¿viven su vida realmente en libertad?, ¿actúan en base a esa libertad?, ¿harían algo y no lo hacen? Es que no están libres, aunque nadie les ate, aunque sea porque ustedes mismos no se atreven, ya no son libres. Ya su propio pensamiento les atrapó, sus emociones les atraparon, su miedo les atrapó. Y para vencer todos esos obstáculos en los cuales está el hombre sumergido, cada cual debe hacer esa reflexión –que no obsesión-de sus necesidades y ponérselas en evidencia a sí mismo: ¿yo qué necesito?, ¿qué quiero?, ¿cuál es mi autentica necesidad?

No hay muchas necesidades. El hombre es austero, no tiene muchas necesidades. Todas las necesidades que aparentemente tienen no son suyas, son implantadas por una forma de vivir que han hecho suya, eso sí, pero no son suyas.

Tienen que ir retrocediendo a lo mas interno de cada cual para darse cuenta de qué es vital para cada uno. ¿Qué es vital?: respirar es vital, beber es vital, amar es vital, tener no es vital. Y el hombre lo basa en tener y tener y tener y tener, y ahí, automáticamente, él mismo se encierra y se aprisiona, porque todo lo quiere poseer, amarrar, y esa posesión lo encarcela, porque ni tú puedes poseer ni a ti te pueden poseer, pero es una sensación que el hombre debe sentir en lo más profundo de su ser, y esa sensación profunda se la da el conocimiento de sí mismo y de sus necesidades, no se la proporciona un ser ajeno a él, no se la proporciona una palabra maravillosa y le abre la conciencia, no. Es un trabajo interno de reconocimiento de sí mismo: ¿qué necesito?, ¿qué no necesito?, ¿qué es vital y qué no es vital?, ¿de qué puedo desprenderme y qué me tiene aprisionado?

Ir reconociéndose las limitaciones y vencerlas, porque si el hombre tiene limitación no es libre. Cualquier limitación que el hombre vea de sí mismo “tengo un pensamiento limitado, tengo un cuerpo físico limitado, tengo una economía limitada”, todos los limites que vaya reconociendo hay que salvarlos, unos físicamente y la mayoría mentalmente, internamente o emocionalmente, porque la inmensa mayoría de las limitaciones del hombre son de su mente.

Cuando ya se conoce y actúa en consecuencia de sus limitaciones, se va conociendo a sí mismo, va despertando a la libertad, esa a la que nos referimos, la autentica libertad. Cuando el hombre retoma su autentica libertad es cuando realmente se puede servir y se sirve la Divinidad de él, cuando se puede servir a sí mismo y servir a los demás, porque entra dentro del Gran Plan del cosmos que es la libertad.

Todo lo que les explicamos, todo, está limitado. Todo lo que llevan escuchando todo este tiempo está limitado. ¿Por qué? Porque ustedes son limitados. Con esto nos referimos y a veces lo hemos expresado, vayan mas allá de donde su imaginación les lleve, más todavía, hagan todo mucho más expansivo y grandioso, si hablamos de la libertad del cosmos y decimos y expresamos que es limitado, imagínenselo mucho más grandioso que lo que la palabra limita o ustedes están haciendo que se limite.

La autentica libertad es una sensación imprescindible, inexpresable, es quizás la autentica perfección que se manifiesta, la vibración condensada en el ser humano, o sea, el hombre conformado y su vibración, cada cual independiente, el hombre y su vibración, o configuración, que representa en el cosmos con total libertad, armonía, para poder interrelacionarse con todos los seres existentes en el universo y con todos los cuerpos del universo, la configuración, sus cuerpos, la energía de sus cuerpos.

No lo han entendido, pero poco a poco irán comprendiendo cada palabra, sea la libertad, sea la alianza, sea el miedo, la esperanza…, cualquier palabra que se desarrolle llévenla a lo más grandioso e inimaginable, y así quizás estarán atisbando lo que se les quiere explicar, porque si se quedan con lo que es la palabra y ustedes están limitados, ocurre que la transmisión es limitada. Por eso varias veces se les decía “intenten ser ustedes mismos sus propios transmisores, porque ahí no habrá limite”, esa es quizás la libertad mas autentica para que nos podamos expresar y ustedes entender, porque todo aquello que pasa o tenga que pasar por un filtro, tenemos la limitación del filtro y luego la de ustedes mismos, con lo cual se aleja bastante de lo que se les quiere explicar, de lo que se les quiere hacer vivir.

Entonces ustedes tienen que hacer el esfuerzo de elevar la palabra que escuchen al máximo de su imaginación, o sean sus propios transmisores, que ya es tiempo de vayan haciendo sus propios logros con respecto a la transmisión del cosmos con cada uno de ustedes, ya es tiempo de que dejen esa forma limitada que tienen de ustedes mismos y se den como en su día ustedes expresaron, aunque no lo recuerden, de ser seres transmisores y hacedores para una nueva era o nuevo despertar. Eso, al igual que ir conociéndose e ir aceptando y solucionando sus limitaciones, tienen que solucionarlo también, es una forma de limitación, de no comprenderse y no aceptarse, una forma de no creer en ustedes mismos, por tanto una forma de atadura y una falta de libertad.

Atrévanse. Atrévanse no únicamente hoy. Atrévanse a vivir esa palabra, la que escuchen cada semana, atrévanse a vivirla llevándola al máximo de su imaginación, al máximo. La palabra que escuchen cada semana vívanla y poténcienla día a día, momento a momento, no la dejen arrinconada, vívanla porque será la única forma en que ustedes vayan rompiendo y vayan aceptando lo que escuchan, y vayan impregnándose de esa nueva vibración a la cual les estamos induciendo cada semana.

Que ustedes, en determinados momentos u ocasiones, percibirán que han dado una respuesta distinta a la que habitualmente daban, puntual o esporádicamente notarán ligeros cambios de actitud, claro que los notarán.

Pero aun se les pide más, sean consecuentes del tiempo, porque en un planeta concreto como es la Tierra el tiempo cuenta, en el espacio no existe el tiempo, no existe, pero aquí claro que cuenta, el cuerpo está hecho, la energía es densa y concreta y el tiempo llega a su culminación. Y ustedes deben estar preparados, deben estar, por deber. Es quizás como concretamente en sus vidas ocurre, ustedes deben dinero a un banco, sí, la gran mayoría debe un dinero físico a un ser físico, a un planeta concreto.

El deber que ustedes tienen con el Cielo no es físico ni concreto, está ahí más firme y poderoso que lo que a ustedes les tiene atrapados, es algo que ustedes deben de reconocer y dar cauce, “¿qué compromiso hice con la Divinidad?, ¿qué compromiso hice con el Creador y la Creación?”, y cumplirlo. Y para cumplirlo me tengo que conocer, y para conocerme tengo que tomarme el tiempo y dedicarme un tiempo, y ser consecuente con ese ser, y ser dulce con lo que me encuentre, ser amoroso con lo que vaya surgiendo de mí, y cuando esté esa sensación de libertad, automáticamente poner al servicio para pagar esa deuda o ese compromiso, o esa alianza, llámenlo como quieran.

Dediquen cada semana a vivir la palabra que se desarrolla, el tema que se desarrolla. Vívanlo.

Amén.

14 febrero 2008

ORACION: LA ALIANZA


¿Qué es para ustedes la alianza?

¿Dónde aplicarían cada uno de ustedes esa palabra en sus vidas?

¿Consideran realmente que el hombre cumple con las alianzas?

¿Estaría realmente el hombre comprometido consigo mismo para poder cumplir con una alianza?

Decimos todo eso porque, realmente, el hombre entiende hasta cierto punto el compromiso, pero, ¿entiende realmente lo que es una alianza? Creemos que no. Conoce la palabra pero no creemos que conozca, y menos que viva, su significado. Y decimos todo esto porque, si el hombre con su compromiso ante la vida y ante él está perdiendo fortaleza ese compromiso, ¿cómo puede entender una alianza?

La alianza es, quizás, el compromiso de la Divinidad hacia el hombre. Para que entiendan el significado. Y el hombre debería tener presente y vivido ese compromiso. Pero en las relaciones humanas los compromisos han perdido toda su fuerza, hoy pocos seres humanos se comprometen a hacer determinadas cuestiones, y muchos menos los cumplen.

Si se parte de la base que para que haya un cambio dentro de la naturaleza de la humanidad, y ese cambio sea una réplica de la perfección en el planeta, se debería comenzar, entre otras cosas, cumpliendo los compromisos que las personas, los seres humanos, forjasen, cualquiera de ellos, puesto que entraría al cien por cien el conocimiento de uno mismo y su propia naturaleza, sabría de donde proviene y sabría hacia dónde va.

Eso es así de sencillo. Cuando el hombre retoma ese poder de la palabra o el verbo y se compromete, toma automáticamente, sin ser consciente, la alianza con la Creación, se aúnan, se sumergen las dos vibraciones o entidades en una. La alianza le susurra al oído cual es el origen de su naturaleza, puesto que se siente, la siente, y el hombre retoma y susurra de igual forma a la Divinidad con su forma de hacer, con su forma de comportarse con los demás seres humanos. En caso contrario el hombre no es capaz de llevar a cabo ese compromiso adquirido por él mismo, puede ser la palabra dada u otras cosas en las cuales entra un compromiso humano con la propia humanidad.

Por ejemplo, una pareja tienen un bebé. Automáticamente se compromete, hay un compromiso de vida en dar a ese nuevo ser una educación, un amor, durante equis tiempo. No se ha usado la palabra, pero está ese compromiso. Y así, el hombre, desde su nacimiento, durante toda la estancia por la vida, tiene que cumplir con compromisos adquiridos voluntariamente para llegar a atisbar lo que realmente le va a llevar ese comportamiento de dar cumplimiento a los compromisos para vivir la alianza de su propia naturaleza con la Divinidad.

¿Cuántas veces no habrán oído que el hombre eligió voluntariamente permanecer y nacer en la Tierra? Y ¿cuántas no habrán escuchado que el hombre, el ser de humanidad, no pertenece a este planeta?, vive y convive en él para elevar su vibración pero no pertenece a este planeta. Muchas veces lo habrán oído o leído, pero quizás no lo habrán entendido, quizás lo han dejado únicamente como una teoría, no han intentado vivirlo.

¿Por qué el hombre no pertenece aquí?, ¿en que se basan para decir que el hombre no pertenece aquí?: en la alianza que hizo con la Creación. Tuvo que comprometerse y formar una alianza para poder permanecer en este planeta voluntariamente durante un tiempo indefinido, hasta que el planeta tomara su vibración para poder ser usado por otros seres, seres humanos o no, otros seres. Y tuvo ese compromiso con la naturaleza, con la Divinidad. Pero se sumergió perdiendo su propia identidad y perdiendo poco a poco esas capacidades de recordar por qué vino, a qué vino, y por tanto fue perdiendo su palabra, su fuerza, su poder, sumergiéndose como tantas veces decimos, en un ensueño o letargo, haciéndole olvidar que a través de esa palabra, a través de ese compromiso llegará a reconocer de nuevo esa alianza que en un día se fundió con el Creador.

Y volverá a ver el sentido auténtico del ser humano, volverá a ver que no es un hombre únicamente de carne y hueso, que no es únicamente un hombre con una mente y un corazón, verá que hay mucho mas que le hace sentir, latir y replicar sin saber, en otras direcciones. Y podrá entender, quizás, en momentos determinados, algunos comportamientos de si mismo que por momentos se le escapan, podrá entender reacciones de otros seres humanos con respecto a él mismo que de otra forma no les ve sentido. Quizá sea una forma de poder retornar por ese sendero, que dé un sentido a la vida de cada cual.

Y muchos podrán pensar “¿cómo, sólo por comprometerme a cumplir lo dicho o a cumplir lo hecho?” Lo hecho, sí, traer a un ser a esta vida es un hecho, el comprometerse a traer del verbo es otro hecho, el decidir voluntariamente hacer o no hacer determinadas cosas ante la vida es otro hecho, pero se han de cumplir, se le ha de dar la fuerza que tiene, se ha de dar fuerza a ese compromiso, a esa alianza, a ese verbo, a ese hombre, para que no pase siendo un ser simple, para que no pase siendo una humanidad sin destino, para que no pase a formar parte de una energía sin conciencia.

El hombre tiene que retomar su forma de conciencia, su energía, y replegarla para formar su identidad, sí, a través de ese conocimiento, a través de esas pequeñas cosas que no les da ninguna importancia, que forman parte de cada individuo o que deberían de formar parte de la naturaleza del ser humano, ser consecuentes con su verbo, dar cumplimiento a esa palabra y a ese compromiso de vida. Cosas que deberían de ser tan naturales, hoy se les tienen que mostrar a la humanidad como puntos de referencia para retomar lo un día ustedes fueron, toda la humanidad, seres de divinidad que por elección propia vinieron a elevar esta vibración a este planeta. Y ¿cómo, con una misión tan elevada, pudo el hombre en un instante perderla de vista hasta el punto de dejarse y perder el poder del verbo, perder el compromiso de vida y la gran alianza con la Divinidad?

Y aun hoy muchos seres humanos creen que la llamada espiritualidad, que la llamada elevación de conciencia, les va a venir dada por una varita mágica cuando es, o debería de ser, parte de la cotidianidad de sus vidas en esos haceres naturales, sencillos, auténticos, que ese hacer lo hace el hombre a golpe constante de su voluntad, nadie te lo va a dar, nadie puede darlo, porque el ser humano lo tiene, lo único que debe es retomarlo dentro de esa sencillez, que la sencillez no le nuble la vista, que no hay grandes ni magníficos fuegos artificiales, es en su día a día, en su momento a momento, en su entorno más inmediato, en sí mismo con su forma de ver, de sentir, de hacer su vida.

Tan sencillo como retomar el compromiso que un día se hizo, ese y todos los que vinieron detrás, detrás con la humanidad, y todos los que continuará y que sin darse cuenta, por haber perdido ese sentido auténtico de verbo, hace y no da cumplimiento. Eso que el hombre inconscientemente, instante a instante, minuto a minuto, a lo largo de la vida ha ido diciendo pero no haciendo, hasta el punto de perder y quedarse por el camino olvidado.

Tantas cosas sencillas ha perdido el hombre por el camino, y son tan cotidianas que el hombre no las tiene en cuenta porque siempre piensa que lo importante tiene que ser trascendente y pierde de vista lo natural y cotidiano, esa respuesta diaria con ese ser que esta día a día en nuestro entorno.

No se comporten como hombres o mujeres simples. Denle a su vida esa trascendencia que merece cada cual. No vivan una vida simple, porque no son seres simples, son seres de divinidad con un gran compromiso adquirido voluntariamente por cada cual.

No pueden dejar que pasen sus vidas sin retomar esa esencia y mostrarla.

Soy un ser que vino con un propósito y debo reflejarlo con mis semejantes, debo reflejarlo con los seres humanos, intachable.

Mi palabra es una palabra auténtica, mi compromiso es un compromiso auténtico, mi hacer es digno.

Ese es, ese y no otro, el compromiso del hombre con el propio hombre y la alianza con la Divinidad.

Amén.

06 febrero 2008

ORACION: LA ALERTA


¿A qué debería de estar el hombre alerta?

A todo en la vida, pero sobre todas las cosas, debería estar alerta a no caer en la duda, a no dudar, seguido de estar constantemente renovándose, no caer en la rutina.

A todo, como hemos dicho, debería estar alerta el hombre, pero quizás lo que lo mueve o lo que lo para es la gran duda a todo lo que piensa o hace, siempre hay una duda detrás, a veces tan grande que le paraliza y deja de hacer aquello que había pensado o que creía debía de hacer.

Realmente si el hombre, la raza humana, está por mejorarse conscientemente, debe estar alerta a todo lo que de él depende, a las respuestas, a las relaciones, a los pensamientos, a sus actitudes, y tratar de mejorarse en todo lo que piensa o toca. Ver siempre que todo dentro de la raza humana se puede y debe mejorar, para aquel que busca y necesita encontrar una vía y un sentido a su vida, porque el que no, no necesita estar alerta, vive y funciona, y no se plantea nada. Pero el que sí es consciente y está sobre todo pendiente, por decirlo de alguna forma, que se siente pendiente de algo, ese sí debe de estar alerta, alerta a todo lo que le rodea y a sí mismo.

¿Qué ocurre cuando el ser humano baja la guardia, cuando deja de estar alerta? Eso se ve muy bien en las relaciones amorosas, pero sobre todo en el enamoramiento: al principio todo es maravilloso por parte de las dos personas, pero después se baja la guardia, la alerta, y comienza a entrar la comodidad, la costumbre, la dejadez, y es cuando se ve y se siente una pareja sin motivación y desencantada.

Hablamos de pareja, pero también de humanidad y de ser humano. A nivel individual la persona también se siente desalentada dentro de ese vacío y esa costumbre, y a nivel de humanidad, lógicamente, la humanidad se siente desalentada, vacía, desmotivada, y ¿por qué?: porque ya, tiempo atrás, dejó de estar alerta a sus necesidades más internas, a esas necesidades latentes, dejó que la costumbre, la comodidad y muchas otras cosas deterioraran e hicieran bajar la guardia.

Y volvemos a repetir, es como si clasificásemos a la humanidad en dos, aquellos que buscan y aquellos que se acomodan y conforman.

Para los que buscan, tienen que estar alertas para encontrar a través de su comportamiento el sentido de su propia vida. Para el resto no es necesario, porque no se lo han planteado, pero en cuanto el hombre se plantea mejorar como ser de humanidad, automáticamente tiene que ser consciente de no bajar la guardia. ¿Cómo quiero yo relacionarme con la vida, con los seres humanos?,” así, así, así…” Pues tengo que estar alerta de no bajar la guardia nada.

Y les podemos poner muchos ejemplos, pero este que van a escuchar es el más significativo y el que más puede el hombre controlar, por llamarlo de alguna forma.

Imagínense que tienen una terraza llena de flores, esa sería la humanidad en su hogar, y que todo lo que ven les gusta y les hace sentir felices, pero observan que cada mañana les tienen que quitar el polvo, las hojas secas, regar si lo necesitan, necesitan estar alerta constantemente con cada una de ellas y si, por alguna razón, se les olvida porque están un poco escondidas, se mueren.

Con la vida, con las ideas, con las personas, con sus ideales, ocurre lo mismo. Imagínense que tienen un ideal en su mente, y físicamente le dan forma, ¿Cómo llevar a cabo ese ideal?, “pues tengo que hacer esto, aquello y lo de mas allá”, y lo ven claro, lo ven factible, pero quizá la rutina les hace dejar de estar alertas con ese ideal y no regarlo o mimarlo lo suficiente hasta hacerlo concreto y palpable, de forma que ese ideal se muere, se pierde.

En todo aquello, importante o no para cada cual, pero sobre todo en lo importante, lo que realmente hace vibrar a uno, sea lo que sea, tienen que estar alertas para no decaer ni un mínimo, tienen que cultivarse y cultivar eso que quieren, sea cosa, persona o idea.

El hombre se desespera cuando aquello que piensa o necesita no se cumple, y a veces se desespera hasta tal punto en que decae físicamente, pero uno tiene que preguntarse a sí mismo “¿qué he hecho o qué hago para que esa idea o necesidad se lleve a cabo?”, y en la mayoría de casos observaremos que no hacemos nada, únicamente lo hemos pensado, pero ni tan siquiera hemos aprendido a lanzar la idea fuera de nosotros mismos, con lo cual está a aprisionada en nuestra mente, nuestro corazón o nuestro cuerpo, allá donde se deposite la idea.

Y no hemos hecho nada, no estamos haciendo nada, lo único que estamos haciendo es desesperarnos porque la cosa no ocurre, porque el hecho no se realiza, pero de nuevo hemos bajado la guardia y no estamos alertas con la idea, no nos hemos informado que debemos hacer para que eso surja, cómo cuidar o mimar esa persona o idea, y así el hecho se hace vulgar, sea lo que sea.

Cuando entra la vulgaridad en la vida del hombre éste se va apagando poco a poco. Y a la vulgaridad nos referimos cuando es lo que el común de las personas viven, muestran y hacen sin un sentido trascendental. Recuerden la oración de la trascendencia, un hecho, por sencillo o simple que parezca, cuando se le da la trascendencia que tiene, deja de perder toda la vulgaridad, por sencillo que sea. En cambio, cuando una idea es grandiosa, trascendente, y se hace sin sentido, se vulgariza, entra dentro de la vulgaridad porque no tiene sentido, carece de sentido; es esa fiesta donde el hombre se refugia, que nadie sabe qué está celebrando, cualquier celebración que el hombre apuesta por ella y cada vez mas y mas le preguntas y pocos o ninguno sabe cuál es el sentido de ese festejo. Y así se vulgariza.

Y el hombre debe de dar sentido trascendente a su vida y estar alerta para que esa vulgaridad no entre en su vida.

¿Por qué el hombre decae? Esa podría ser la conclusión de todas o cada una de las oraciones. ¿Por qué el hombre decae con tanta facilidad?: porque se deja llevar o arrastrar por el resto de la humanidad, perdiendo el sentido auténtico de la vida individual de cada ser de humanidad, convirtiéndolo en una vulgaridad.

Poco a poco, sin darse cuenta, el hombre va cayendo en un desánimo. Y no ocurre nada, no ocurre ninguna enfermedad, simplemente es un desánimo. Observen su entorno, su vida, y verán como un hecho, aunque sea uno solo, un hecho que debería ser trascendente lo han vulgarizado y sin darse cuenta han dejado que entre ese desánimo en sus vidas.

Al hombre, cuando quiere despertar, cuando está en el camino, cualquier pequeño desaire del resto de la humanidad le hace tambalearse porque no está fuerte todavía. De ahí que muchas veces les hemos dicho:” seleccionen con quien se relacionan”. Y parece que nos estemos yendo por otros derroteros, pero es y será siempre lo mismo, el hombre necesita de la seguridad de la humanidad para sentirse fuerte, pero esa fuerza o esa seguridad no la va a encontrar si no en sí mismo, no la va a encontrar fuera con el resto de seres humanos, la va a encontrar dentro de sí mismo. ¿Cómo?: no bajando la guardia, es así de simple si quieren, observando desde la idea, observando desde el pensamiento cómo encauza su vida o cómo lleva o dirige su vida, estando alerta ante cualquier estado de ánimo suyo y del resto.

Cada semana, cada encuentro que ustedes tienen, se les va dando cierta información para que la implanten en su vida con palabras y nombres a los que ustedes están acostumbrados, los que les son familiares. Y no es ni más ni menos importante, no lo es, lo verdaderamente importante es el estado en que ustedes están en cada encuentro, porque en base al estado en que estén así van a recibir.

En realidad, lo que se está pretendiendo decirles es que el hombre únicamente está en el planeta Tierra para relacionarse con los demás seres humanos, únicamente. Y se les dice de una forma, de otra, de otra…, a veces con ejemplos personales, a veces generales en la humanidad, pero lo cierto es que cada uno de los encuentros es para que ustedes comprendan, si realmente quieren llegar a ser esos seres de humanidad que están apostando por esta nueva vibración del planeta, la gran importancia que tiene relacionarse, conocerse a sí mismo y relacionarse con los demás.

Y aunque no le encuentren el sentido a las palabras que escuchan, aunque no se lo encuentren, lo único que les tiene que quedar muy claro es cómo me relaciono con los hombres, cómo cuido mis relaciones personales, íntimas, cómo cambiar mi forma de sentir y pensar para relacionarme conmigo mismo.

Y hoy se les dice la alerta como la semana anterior fue otra cosa, pero todo, todo tienen que amoldárselo a sus propias personalidades y vidas, y observen cómo lo están haciendo aflorar, cómo lo están asimilando y si lo están viviendo o no.

En base a lo que ustedes vivan, a lo que en ustedes se impregne y hagan suyo, comprenderán perfectamente y le darán perfectamente el sentido a lo que quizás en algún momento no comprendieron. Si no lo llevan a la vivencia siempre se les quedará descolgada en muchas o parte de las oraciones.

Amén.

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