27 octubre 2010

Oración del dia 17 de octubre de 2010


Escuchen con atención y fluidez. No traten de retener, dejen que la intención de las palabras vaya impregnando todo su Ser.
A lo largo del día hemos ido recomendándoles que se sumerjan en su interior fortaleciendo así lo que cada cual necesite, para llegar a ser uno con la Totalidad. Hablábamos de la constancia, de la fuerza de voluntad, de la continuidad… Vamos un poco más allá.
Están culminando ese espacio que aconsejamos de diez encuentros en este año. Todo tiene un por qué aunque en principio no se les explique, recuerden que la intención de los encuentros es inducir al ser humano que alcance su divinidad. Ese es, en principio, el fin de estos servidores y el fin de la vida, que alcance todo ser viviente la unión con El Divino, la fusión con la auténtica vida.
Para ello se les va dirigiendo en base la vibración que cada grupo reúne, y se les hacen unas recomendaciones de alimentos, de respiración, todo para ir induciéndoles lo mas armónicamente posible para que tomen ese aliento que haga que sus cuerpos se renueven, que su alma, su espíritu, encuentre la razón para mantener y conservar el cuerpo físico.
Pues bien, dentro de ese momento culminante al que está llegando cada grupo, cada hombre aun no perteneciendo a ningún grupo, aun no planteándose absolutamente nada que no sea lo concreto, aun en ese estado a un nivel primario o inconsciente, el hombre está culminando su etapa humana, escuchen con atención, está culminando su etapa humana.
Este día de hoy les hemos hecho esas recomendaciones de dejar el estomago con falta y no con exceso, para que toda esa energía se vaya acomodando sin dañar ningún órgano. En base a que el hombre tiene excesos de alimento, tiene un exceso de energía humana. Y diferenciamos lo humano de lo divino porque lo humano es lo que densifica, lo que de alguna forma impide que haya esa fusión entre el espíritu, la mente y el cuerpo. En la medida que toda la energía corporal está depositada en hacer una digestión, el hombre no puede, no le deja esa necesidad de poder estar elevando esa vibración y sintiendo otras necesidades latentes que están entrando en el planeta Tierra.
El hombre, repetimos, está terminando su etapa humana en el planeta Tierra. Por tanto, quiere decir que tiene dos opciones: elevar su vibración, conservar el cuerpo físico y fusionarse con este a la Totalidad, con lo cual –escuchen bien- estamos hablando de inmortalidad; la otra opción es continuar humanizando las emociones, dando importancia a lo concreto, mente concreta, necesidades muy concretas, aliviar las necesidades momentáneas, concretizar, en una palabra, el cuerpo en la densidad que hasta ahora ha tenido el planeta, por tanto ese cuerpo envejecerá, llegará su momento y se marchará.
Y hoy no está ahí la función de la humanidad. La función hoy es llegar a conseguir que esa tasa vibratoria del cuerpo se fusione con el espíritu y éste dé la posibilidad de continuar habitando en el planeta sin necesidad de envejecer hasta la totalidad del ciclo planetario. Ese es el tiempo divino, pero el hombre lo está humanizando.
En la medida que el hombre goce de los momentos de su vida -como les explicábamos-, en la medida que goce de esos instantes de vida, el hombre alcanza poco a poco esa tasa de vibración necesaria para la fusión, por tanto comienza a vibrar para mantener sus funciones intactas y continuar.
A la vez que el hombre está llegando a su culminación, todo más allá de él está también llegando a esa culminación. Como decíamos, todo se sintoniza con las mismas necesidades y en la misma frecuencia. Es el hombre, en su afán de entender, de explicarse, el que retarda esa posibilidad. En la naturaleza, tanto animales como plantas llevan una evolución correcta, correcta para vivir esa inmortalidad respirando otra frecuencia vibratoria. Es el hombre, con su razonamiento y su forma de pensar, quien esta retardando esa fusión y, es más, no solo retarda esa función, sino que el tiempo en el que se halla lo hace con sufrimiento o con enfermedad, o sencillamente, dejando que las cosas ocurran, sin vitalidad, sin alegría.
Es función del hombre dejar todo lo humano en su plano humano y trascender, hacer de cada instante o dar a cada instante la trascendencia que corresponde. Ahí entra la voluntad, recuerden que decíamos que todo, todo ha de ser un trabajo por el cual el hombre tiene que transcurrir.
Cuando ocurre un hecho no lo dejen pasar, sea el que sea, lo que sea, este viento, por ejemplo, no lo dejen como un viento que les está acariciando, sientan su transcendencia, sientan que les están hablando desde lo más profundo de la existencia y esto se les penetra por cada poro de su cuerpo, por ejemplo.
Vean la transcendencia en todo lo que piensen, en todo lo que toquen, dejen la vulgaridad para la parte humana, dejen todo lo humano en lo humanamente, en lo material, pero trasciendan todo lo que toquen, todo lo que ideen, todo lo que inhalen, entre otras cosas porque el hombre no es humano y el medio de reconocerse esa parte divina es ver lo divino en todo aquello que existe. Y lo que existe el hombre lo huele, el hombre lo intuye, el hombre lo ve, el hombre lo toca, por tanto esta en todo aquello que le rodea. Si lo humanizan lo densifican y queda única y exclusivamente en algo caduco, algo que finaliza.
Pero dentro del proceso del hombre por la Tierra, la tarea latente, el deber –por llamarlo de alguna forma- que tiene, que por eso eligieron nacer en este momento, es elevar la conciencia planetaria, por tanto es elevar su propia conciencia. No están separados de nada, recuérdenlo. Si una de las funciones del hombre ha sido nacer voluntariamente para elevar la conciencia del momento y fusionarse, fusionar la materia con el espíritu dentro y fuera de su cuerpo, ya no existe la separación, por tanto ya no existirá la muerte, ya no existirá el fin, sino será un medio constante, siempre será la vida, siempre será el cambio, siempre será la continuidad.
Ahora el hombre está viviendo en un plano finito, en un plano concreto donde hasta hoy deja su cuerpo para nacer en otro. Pero eso no es necesario. Observen en el tiempo del planeta, pasan unos años hasta que el ser humano vuelve a retomar su conciencia individual, hasta que comienza a pensar por sí mismo, a actuar por sí mismo, pasan 20, 30…, no es tiempo de dejar pasar nada, de ahí que se le da al hombre la oportunidad para continuar con este cuerpo físico, pero recuerden que tienen que ir a por ello y antes de ir a por ello tienen que querer ir a por ello, tienen que -de alguna forma- impregnarse y sentir que realmente quieren ser parte de ello.
Cuando el hombre se involucra y ve en todo lo que existe y en todo su alrededor lo trascendente, la divinidad del instante, él no decae, es más, siempre ve una intención superior a él que le hace estar y continuar, y si en algún momento decae, ahí pide esa ayuda. Es ahí donde se dice: “pedid y se os dará”, en esa ayuda para continuar dentro del camino para recogerlo, recoger con sus propias manos y con su cuerpo físico y denso, escuchen, no necesariamente tienen que pasar por la llamada muerte para recoger lo que es de cada cual, para recoger la divinidad que en el hombre existe y está.
No necesariamente tienen que sufrir. Tienen que gozar, tienen que reconvertir, ¿recuerdan? Están en el número 8, en el encuentro 8: la regeneración, la transmutación. Tienen que pasar de tanto sufrimiento acumulado encarnación tras encarnación al gozo, al gozo de saberse que son ustedes mismos quienes van a recoger voluntariamente y con toda su intención el legado divino en el momento que cada cual quiera, que cada cual necesite, pidiendo –eso sí-, las fuerzas para no decaer ante tanta oscuridad necesaria que está pasando el planeta porque éste se está despojando todo lo que no sirve para que entre lo que sirve, lo que al hombre le va a servir: pasar de la oscuridad a la luz.
Pero el hombre tiene que sentirlo, tiene que querer ir a por ello y entonces es cuando recibe, recoge aquello que es de él con plena conciencia de que ha dado los pasos necesarios para que todo él se impregne de esa sabiduría para la que nació.
El hombre encarnó en el planeta para coger toda su conciencia y saberse ilimitado dentro de la Creación, ser un ser ilimitado, sin límites de carne ni ningún obstáculo que se le ponga humanamente, pero para ello este momento de humanidad tienen que trascenderlo, elevarlo, buscar la trascendencia del instante, pasar de todas las incomodidades o sufrimientos al gozo puro por estar vivos. Y que no quede en una palabra o un pensamiento, no sirven de nada, recuérdenlo, no sirve de nada una palabra o un pensamiento si no van unidos de una emoción, de algo que les haga latir, algo que les haga sentirse desbordados; ahí sí, ahí ya sirven la palabra y el pensamiento, pero de nada vale estar pensando en algo emocionante o bonito si no se les mueven esas emociones o sentimientos o algo les hace desbordarse.
Busquen en su interior ese momento, ese instante (del cual hablábamos esta mañana) que para ustedes sea trascendente y acójanse a él, porque realmente ese gozo es lo que les va a dar la posibilidad de vibrar de la misma forma que vibra el universo y fusionarse con la divinidad.
Si en cada instante del día después de haberse interiorizado en uno mismo buscando ese templo interno, ese rincón divino dentro de cada cual, el hombre quiere ver en su cotidianidad lo trascendente, que nada se les pase por alto porque todo lo humano que tocan tiene su trascendencia. Sin llegar a ser obsesivo, nada tiene que ser obsesivo, todo es natural, todo, pero en cada hecho está por lo menos la intención de ver, de sentir lo trascendente.
Ahí hay algo tan sencillo como levantar la vista por las mañanas y dejar de ver los problemas o impedimentos cotidianos, elevar los ojos y ver más allá de uno mismo y darle esa importancia a Él: dirige mi vida, hazme sentir la trascendencia en cada momento del día de hoy. Tengan la gran seguridad de que la constancia de esa petición hará que el hombre vea en todo lo cotidiano de su vida lo trascendente, y una vez éste atisbe que su vida es más, mucho más, automáticamente ahí ya nada le para, ya no hay obstáculos para él, puede estar viviendo dentro de esta humanidad, de esta densidad, sin rozarle o encerrarlo, puede estar escuchando un problema, viendo una desgracia, pero su emoción, su vibración continuar estando en el lugar que le corresponde. Por tanto, él está en vías de alcanzar ese estado de gozo donde no existe la muerte ni el fin. Ya comienza a recoger conscientemente ese ser ilimitado.
Lógicamente, el hombre tiene que acallar su mente concreta de sus por qué y sus cómos, cómo ocurre, por qué ocurre… Ocurre, y quiera el hombre o no, lo entienda o no, el hecho es que ocurre y ocurre porque el hombre no es finito, es infinito, ocurre porque el hombre no está hecho de huesos y carne, habita dentro de ellos pero él no es ello, por tanto, cuando él toma conciencia de quién es hace ilimitado lo finito.
Solo tiene que perseverar y tratar de que su vida, su cotidianidad no sea vulgar, no caiga en la dejadez, en el estar por estar, en el vivir por vivir. No, no quiero vivir por vivir, quiero vivir y gozar, quiero arrancar de mí toda limitación porque realmente soy ilimitado y quiero ir con ello con cuerpo y alma, quiero rozar la divinidad con plena conciencia. Hasta que el hombre no necesite de eso, lógicamente no va a ir a por ello, y si no va a por ello, ello no se le va a acercar, no puede, aunque quisiera no puede, forma parte de la conexión o de la atracción vibracional, todo se atrae o se repele en base a lo que el cuerpo esta vibrando, está viviendo.
Viven la felicidad: lo que atraen es felicidad; viven la pena: lo que atraen es la pena; vivan lo que vivan, aquello es lo que atraerán. De ahí que son tan importantes esos pensamientos. Esos pensamientos inculcados por educación apártenlos, creen sus propios pensamientos, hagan su propia función porque esa es la que van a bailar, no otra, no hay tiempo para vivir otra, no hay tiempo para danzar otra.
Y todo se le es dado, todo, cualquier pensamiento aunque les parezca irracional, cualquier necesidad aunque les parezca una barbaridad, no hay límites, no tiene límites el hombre, solo tiene que esperar haciendo, o lo que es igual, ser constante en ir a por lo que es suyo, a por la parte divina que hay en su interior.
El hombre no se percata de muchísimas cosas que ocurren en su entorno porque esta ensimismado en su vida, en lo que ha hecho de su vida. Cuando sale fuera de sí, cuando trasciende mínimamente su entorno, se da cuenta de todo aquello que ha tenido y tiene la humanidad a su alcance pero que no ha sabido interpretar y por tanto no le ha servido porque no lo ha utilizado ni sabía que existía. Coge de repente un libro o algo que le ilumina momentáneamente, y mientras le está llegando esa nueva forma de ver ahí empieza a encontrar la conexión con parte y le empieza a ver el significado de parte de su vida. En la medida que amplia y va ampliando y ampliando, se va dando cuenta que todos los acontecimientos, todos, por sencillos que sean, han hecho que su vida llegue al punto en el que está.
Si una vida comienza a atisbar algo de trascendente es porque ese ser ha ido viendo, ha ido sintiendo, ha ido buscando esa trascendencia en su vida. Nada le es regalado, sí que en un instante algo le abrió la visión, el sentimiento, algo lo puso en sintonía con esa nueva vibración y a partir de ahí comienza a ampliar y ampliar hasta darse cuenta que lo mas pequeñito que tuvo era para eso, para ampliar su conciencia hasta hacerle ver quién era, hasta hacerle sentirse parte de Dios. Pero si no tratan de engrandar aquello que tocan, aquello que ven, y lo dejan únicamente en lo material y lo denso del momento, lógicamente esa visión, esa amplificación no la van a tener y todo, todo lo tiene.
Todas las recomendaciones que se les están dando de la alimentación, la respiración, no son necesarias en sí. Se les da para que les ayude en la densidad del cuerpo, pero en sí, si ustedes se inspiran, si ustedes sienten esa elevación, lógicamente si se observan verán que no comen en demasía, no hacen de su vida un algo más de lo que hay, observarán que tienen una meta que seguir, que su alimentación es justa, que no se están desviando demasiado. Por tanto sean sabios al autoevaluarse en el momento en que están, mejor que uno mismo nadie sabe en el momento en que está; si mis emociones están equilibradas un día y otro día y otro día, estoy en el camino de alcanzar ese gozo pleno; si mis emociones están un día bajísimas hasta el punto de sentir la pena en mi interior, la infelicidad, el dolor…, se están alejando mucho de ese gozo, están impregnándose de todos los pensamientos de esta humanidad doliente y los están atrapando.
Cuanto más conserven esa sensación interna a la cual les inducimos a través de la quietud y el silencio, cuanto más se llenen de ello mas sensación placentera sentirán. Y esa constante será la que en un momento determinado les lleve a ese gozo del que hablamos.
Por tanto obsérvense, observen cual es su tendencia: estar alegres, estar tristes, estar altos, estar bajos… Corrijan esa falta de constancia, corríjanla, no desborden tanto sus emociones, no decaigan tanto sus emociones, busquen ese punto de encuentro, esa constante tan necesaria hoy en este planeta, busquen una constante. Hagan que sus vidas tengan una secuencia –por llamarlo de alguna forma- lo más constante posible; ahí sí pueden, en un momento dado, reconocer todo lo que esta introduciéndose en su interior y en cuanto ustedes reconozcan lo que inhalan, reconozcan ese sentir, ya lo demás no importa, serán autosuficientes para hacer, habrán llegado a sentir quienes son. Pero si por el contrario un día se derraman en felicidad y otros en tristeza, el cuerpo no tiene unas constantes, el espíritu no puede fusionarse con él, por tanto se alejan de ese estado de gozo.
No necesitan que nadie les diga en qué punto están, son ustedes mismos con las referencias que les dan los que deben de observarse si están yendo hacia ese reencuentro o retrocediendo y quedándose en el punto humano.
¿Recuerdan que en su día se les dijo el por qué iban a tener 10 encuentros?, ¿recuerdan el significado que se les dio del 10?: la fusión con el Creador, la fusión con la Divinidad. La mente humana puede preguntarse o deducir: quedan 2 meses, pues el año que viene entraremos en esa fusión… ¡No!, sus mentes están en una línea humana, se les habla de un estado de divinidad, se trabaja con la numerología por su vibración, están en el octavo mes, mes de la regeneración, están en el encuentro 8, tiempo de regenerarse, planetariamente está regenerándose, esta vibrando con el numero 8.
Humanamente el hombre puede llevar su pensamiento pero se equivocará, porque en el momento en que el hombre humaniza y concretiza algo se equivoca. Recuerden que el hombre, cada cual, cada ser de humanidad está en un punto y ese punto es él el único que lo sabe. Bien es cierto que estando toda esa energía regenerativa fluctuando en el planeta, inhalándola el hombre, el ser de humanidad, si su intención es ella lógicamente regenerará su forma de pensar y actuar, y dado a ese encuentro con el Creador, a ese numero 10, podrá sentir humanamente en 2 meses lo que es la fusión con la Divinidad; si no no, por supuesto que no.
Es lo que se les está dando en este instante, partiendo de lo que hay, partiendo de un nivel físico y concreto, pautas de divinidad, y es lo que les están explicando en este instante. Si humanizan su vida vivirán bajo las normas humanas y podrán ser un 8, un 10, un 20, un 40, no ocurrirá absolutamente nada porque son dos planos distintos, no se ha fusionado.
Pero para que se fusione recordamos: el hombre tiene que saber, y es lo que se les está dando, conocimiento para saber cómo se está moviendo hoy la humanidad, en qué punto está el ser de humanidad, qué es lo que quiere alcanzar la individualidad y aquello que individualmente quiera cada cual alcanzar, cómo alcanzarlo, y ahí ya llega ese numero 8 divino, ese numero 10 divino, esa fusión con el Creador, ¿comprenden? Y las palabras son las mismas, pero el hombre no las interpreta igual cuando lo vive bajo una forma humana o cuando transciende lo mismo a una forma divina. Ahí está la equivocación del hombre y ahí es donde hoy se les está corrigiendo. Se parte de lo que hay, escuchan aquello que ustedes pueden entender, pero dándole la trascendencia que corresponde.
Se adentran a esa culminación. Depende de cada uno el llegar a esa fusión, depende de cada cual, pero sepan, sientan, que con las recomendaciones que se les dan pueden llegar a alcanzarlo ya.
Vamos un poco más allá. Vuelvan a relajar las mentes. No traten de recordar, no traten, si están en el punto necesario lo vivirán, dejen la mente tranquila que vaya absorbiendo.
Vamos a darles en un instante la trascendencia necesaria para que a ustedes les impregne en lo más profundo. ¿Cómo? Como se les está dando un conocimiento se les explica cómo. Después, cada cual ya lo puede incorporar o no, depende de él.
Si estamos en la regeneración, en la transmutación, si ahí lo englobamos todo, lógicamente estamos dentro de una regeneración mental, por tanto mis pensamientos no van a ser obstáculo para poder pensar en otra vibración más elevada, otra octava de vibración.
Si ya no siento limite ninguno, si ya siento que en mi está ocurriendo esa regeneración durante estos 30 días, este mes, hasta llegar al noveno, hasta llegar a la inspiración, a la intuición de quien soy, tengo todo ese tiempo para dedicarme, dedicarme, no pensar, dedicarme, la dedicación que cada cual quiera darle, dedicarme con los medios que tenga a mi alcance o con los medios que necesite para alimentar mi mente para que esta únicamente vea la belleza, únicamente la belleza, porque esa belleza me va a inspirar qué viene después, hacia dónde encaminarme; tenía pensado humanamente marcharme a la playa, pero si un pensamiento me es inspirador y me dirige hacia las montañas más altas haciendo miles y miles de Km, hacia ahí me voy a encaminar. Si humanamente necesito algo, lo que sea, y pongo toda mi intención en ver, en sentir el estado trascendente de ese momento que mi humanidad me hace, y le veo ese otro sentido al cual nos referimos y atisbo que ese es inspirador, me ha sido inspirado, dejo la parte humana y voy y hago, o deshago, aquello que en ese instante me están inspirando.
Es de la forma que deja de permanecer este estado de humanidad en replicar más de lo conocido, o más de lo que nos ha sido inducido por la sociedad, por el momento, por la educación, por la familia…, y vamos a lo que es realmente, no humano, pero sí familiar, a lo que nos es familiar, vamos a formar parte de esa divinidad a lo que tanto anhela el hombre y siempre, en los momentos más delicados de sus existencias, algo le ha ido encaminando hacia ello. Esa si es mi familia, ese sí es mi Padre, con mayúsculas. No es un plano concreto y humanizado, es un plano divino el cual mi Ser siempre, en momentos puntuales de mis existencias, me lo ha hecho sentir hasta tal punto que hay momentos en alguna encarnación que no nos ha dejado hasta llegar a alcanzarlo.
Es el legado divino al cual en este tiempo el hombre tiene acceso, porque ya ha culminado todo lo necesario para poder unirse o fusionarse con Él. Por tanto, este tiempo es decisivo en este momento para los grandes buscadores. Ustedes, como seres de humanidad, tienen el deber de saber en qué punto de ese camino se encuentran y coger, hacer, deshacer, decir o decirse cómo continuar.
Como los seres que les ayudan dentro de esta escala evolutiva en la que se encuentran no pueden aproximarse más de lo que están a ustedes, son ustedes los que deben elevar esa vibración. Una forma muy sencilla que tiene el planeta Tierra y que tienen al alcance de sus manos es tomar, beber una vez al día, no importa cuándo, si en la mañana, si al mediodía, si de noche, no importa cuándo, una vez al día como mínimo para que esa densidad del cuerpo y sobre todo la oscuridad que hay hoy en sus mentes y que aun impregna esos estados de ánimo que no les dejan elevar, tomen infusión, un cocimiento de tomillo y jengibre, déjenlo reposar y tómenlo. Eso va a hacer que la energía de sus cuerpos sea más –por decirlo de alguna forma- blanda, más accesible para que puedan penetrar nuevas vibraciones. Es como ustedes lo tomaran o se informaran, como una depuración para la sangre; nosotros le damos la trascendencia que les pedimos en estos momentos a ustedes y es una depuración del alma para que esta se vuelva a su reencuentro y encuentre el camino. Una cocción de tomillo con una pizca de jengibre diariamente, y no tengan tiempo, no esperen ver ni sentir, implántenlo como puedan implantar la comida, la cena, la merienda, háganlo suyo, algo mas a tener en cuenta dentro de esa voluntad y constancia.
Culminen el día de hoy recordando, poniendo en común los puntos más importantes que a cada cual le hayan llegado. Pónganlos en común, denles fuerza, trasciendan a través del verbo aquello que les ha llegado.
Tómense el tiempo y culminen hoy a las 6 de su punto horario; el por qué se les explica, es tiempo de explicaciones para que ustedes eleven esa conciencia: necesitan terminar con el número 4, con la concretización, tienen que concretar esa regeneración con la cual se ha estado laborando el día de hoy, el encuentro de hoy.
Den por culminado a las 6 de su hora local, porque esta sumará un 4 y este será el momento que concretizarán esa energía interna.
¡Gocen, gocen y hagan gozar la vida!
Amén.

01 julio 2010

3ª Oracion del 20 de junio de 2010

Mientras escuchen sus mentes estarán tranquilas, no les cuestionaran absolutamente nada de lo escuchado, pero una vez fuera de aquí, una vez fuera de los círculos orantes su mente sí que querrá estructurar lo escuchado. Intenten pararla, no dejen que cuestione nada, sean sus voluntades más fuertes que el pensamiento.
Están en el encuentro de la concretización. Concretizan física y energéticamente las ideas, las emociones, los sentires, aunque no sean conscientes de ello. Por tanto se les va a ir dando unas sencillas pautas para que en la medida que vayan sintiéndolas puedan aplicarlas para que sean ustedes mismos los que puedan disfrutar de todo lo que son capaces de experimentar dentro de esa etapa evolutiva. Estamos hablando, en tiempo físico y concreto, de 2 meses o 3 como mucho, entre 80 y 90 días.
En el comienzo, lo primero que el hombre debe tener para entrar en este tiempo en armonía es una idea clara, una, no dos ni tres ni veinte, una, una idea clara que para cada ser de humanidad puede ser distinta, pero una idea clara. No importa que la llamen una idea espiritual, una idea concreta, una idea material, no importa, una idea clara. Tampoco importa que la idea pasare por ser todo de economía o lo que ustedes llaman una idea orgullosa o una idea grande, no importa, no limiten la idea. La idea que para cada uno sea necesaria para que de sentido a su vida, ¿cuál es?, pregúntense, ¿cuál es la idea que para mí da sentido a mi vida?, ¿qué es?
Tienen para ello, hablando en tiempo concreto del hombre del planeta Tierra, 10 días. Estructuren una idea, la suya, la de cada cual, durante 10 días. Cuando ya la tengan pasen los siguientes días con esa respiración pausada, con ese centramiento en el corazón y la idea fija en el entrecejo.
Para que el hombre esté seguro de que está haciendo lo correcto debe de sentir su respiración por la zona que se indica. Cuando se pause, cuando se tranquilice el corazón, que la respiración sea sentida en él, en el centro del pecho, inhalamos y exhalamos como si el aire entrase y saliese por el centro del pecho, por el corazón. Cuando fijamos la idea en la mente la respiración debe entrar y salir por el entrecejo, así la mente comienza a elevar esa vibración, esa idea, y tiene automáticamente la puerta abierta para otras dimensiones. O sea, la idea del hombre puede ejecutarse aquí, en este planeta, y en otros, la réplica, ¿recuerdan?, el hombre ha de replicar en este espacio porque tiene un cuerpo concreto y en el siguiente porque tiene un cuerpo espiritual.
De ahí que con el corazón sentimos esa tranquilidad, esa paz en este tiempo concreto y en esta vida de concretización, y al pasar dentro de esas pausas o de esa paz interna se pasa automáticamente al otro plano de conciencia a través del entrecejo, ya plasmando la idea.
Recuerden que cuando la idea se plasma, cuando ustedes la plasman físicamente anteriormente ya está plasmada en otro nivel, de ahí que al pensamiento del hombre le es mucho mas cómodo y sencillo planificar a un nivel mental, pero se siente incapaz de depositarlo y concretizarlo en el planeta Tierra. Ahora tienen la oportunidad de llevar esa idea al plano material o físico, su propia idea, recordando que todas las ideas que el hombre pueda tener dentro de esa gran imaginación, dentro de esa gran sensación, intuición, llámenlo como quieran, ilimitadamente pueden traerlas al plano concreto, pueden hacerlas visibles. Visibles no para ustedes, que también les va a servir, sino visibles para todo aquel que aun no sabe, sea la idea que sea, sin ponerse límites.
De nuevo volvemos a esos 10 días. Tenemos 10 días para sentir la idea, sentirla, cuál es, una única idea, lo que dé sentido a nuestra vida, a la nuestra. No pidan para los demás, cada cual debe de tener su propia idea aunque dentro de ella engloben a todo lo que existe incluido el ser humano, pero es su idea. No traten de inculcar la idea a nadie.
En esos tiempos que se están dando hay espacios en los que el hombre debe de encontrar, en todos ellos, esas pausas o momentos de interiorización. Tampoco importa la hora, el tiempo ni cómo lo haga, si en quietud, si en movimiento… Realmente, cuando el hombre está en contacto o conexión con la Divinidad está, y poco importa que se ponga en posición de loto, que vaya caminando, que este o no con gente. De nuevo volvemos a la no limitación.
Ahora, eso sí, no entren en la desidia, no entren en la pereza, no entren en el después. Ustedes sienten qué deben de hacer durante los 10 días, elaborar esa idea porque así lo sienten, si no no, y encontrarán ese tiempo. Y tampoco importa el tiempo que le dediquen, puede ser un instante, puede ser una hora, puede ser veinte horas, no importa.
Y después a la materialización. Tenemos la idea fijada, ya sabemos cuál es nuestra idea. No la vamos a planificar, no vamos a acotarla. Yo tengo esta idea y el Cielo dispondrá cómo, el Cielo dispondrá cuándo, el Cielo dispondrá dónde. De lo único que el hombre debe encargarse es de lanzar esa idea.
En todo ese proceso deben de pasar de veinte a treinta días, y el siguiente el hombre debe estar ya templado, debe de tener ya sabido, sentido con esa fe de que la idea ha sido lanzada, por tanto sin querer, sin ser ese el motivo, retoma o recoge una serenidad y una plenitud que no conocía. Cuando comiencen todos los sucesos se encontrará en un estado que los santos podrían llamar el estado de gloria, el estado contemplativo, donde todo ocurre pero él se siente por encima de todos los sucesos dejando que a través de él vayan ocurriendo las cosas.
Es importante que comprendan que cuando la intención o la idea es clara, la voluntad es firme y el hecho no puede dejar de ocurrir. O sea, la idea que ustedes tienen no puede dejar de ocurrir, ocurre, es que no puede hacer otra cosa. El hombre ya ha soltado, ha creado y ha soltado toda esa energía y el hecho ocurre.
Cuando el hombre tiene muchas ideas y detrás de una otra, y su mente comienza a estructurar cómo poder llevarlas a cabo, ahí pierde tantísima energía que es muy probable que ninguna de esas ideas se plasmen, por tanto -y entiendan la trascendencia de lo que escuchan- ya no importa la idea en sí, importa la experiencia que el hombre adquiere de decirse a sí mismo: “he tenido una idea y la he plasmado en 30 días, la he plasmado en 20 días… la he plasmado en un tiempo fijado”.
Es realmente entrar en el gran misterio del hombre, de lo que el hombre es. El hombre es un gran misterio aun por descubrir por él, tiene una fuerza increíble cuando esa fuerza es dirigida en un único sentido, sea este el que sea, en un único sentido, pero se entretiene en muchas ideas, en muchas, y entonces no, su voluntad es floja, su fe casi nula porque nunca ocurre lo que él piensa, nunca ocurre, nunca se ha plasmado la idea que él tiene y su fuerza se va debilitando, su voluntad se apaga, su fe no existe y cree que es parte de las circunstancias de alrededor, parte de su educación, parte de lo que ha hecho. Y sí, está recogiendo parte de lo que ha hecho, sí, pero ¿cómo se hace mejor?, ¿cómo puedo ser mejor?, ¿cómo puedo unirme yo a esa magia, a esa divinidad?, ¿cómo?: centralizando una idea, teniendo durante 10 días una idea fija, constante y después la fe inquebrantable de que esa idea se va a concretizar en breve. Pueden hasta marcarse ustedes los días en que quieran que se plasme.
Ya no importa, insistimos, que la idea se plasme o no por grandiosa o sencilla que sea. Lo que importa es la experiencia con la cual ustedes van a convivir, van a compartir. Se van a sentir parte de ese Dios que hoy lo intuyen, hoy lo leen, hoy lo teorizan, pero no lo viven, no lo sienten, no lo hacen. Yo puedo hablar de Dios, puedo sentir a Dios, puedo sentir la Creación pero miro mis actos y, ¿realmente yo soy voluntaria y conscientemente un creador o co-creador con Dios? Mis ideas las anhelo, las busco, las pido pero no se plasman.
Y así vive el ser humano y así se desinfla, comienza con una teoría, comienza con una religión, comienza con una filosofía y se pasa toda la vida buscando esa panacea que le vaya a hacer, esa lectura que le vaya a abrir, ese contacto que le vaya a dar cuando realmente está en él, en unificarse, en unificar la fuerza de su voluntad con la grandiosidad de su mente, o su alma y su corazón, o su alma y su sentir, o su alma y su espíritu. Hay que fundirse, fundirse con la fuente, con Dios mismo, para que eso ocurra.
Todas las religiones, todas las filosofías hablan de que eso es posible, hablan y hay antecedentes de seres que han alcanzado esa fusión con el Creador. Los beatifican, los idolatran cuando realmente no es un privilegio para un ser humano, es el privilegio por ser, sencillamente, por ser. Su Ser se conforma en un cuerpo y ese cuerpo ha de fundirse con su Ser para que realmente pueda tener ese acceso a hacer a voluntad aquella idea que necesita para dar sentido a la vida en este momento concreto o en cada momento de su vida, sea cual sea este. Ahora es este tiempo y el hombre debe de ver el sentido del por qué esta aquí en el planeta en este tiempo y no se encuentra 60, 100 o 300 años antes, sino en este momento, ver el sentido de esa vida.
Dar la trascendencia que corresponde a la vida de cada cual es lo que el hombre necesita para dar sentido a su vida y que cada cual cumpla con lo que debe de hacer. Cada ser de humanidad tiene una función en el planeta que no puede hacer otro, sino uno mismo, y no mas, y debe de percibir, sentir cual es esa función y llevarla a cabo. Por eso se les dice: aquella idea que para ustedes tenga la importancia hasta el punto que digan “es que yo, con esta idea, si la plasmo veré el sentido de mi vida; pues a esa, dediquen a esa esos 10 días. No la estructuren en la mente, recuerden, ustedes no tienen que estructurar nada, es ver la idea realizada, ver su idea realizada como si ya estuviese plasmada a un nivel físico, si es que se tiene que plasmar a un nivel físico. Quizás la idea de cada uno no pase por estar en este plano, pase por otros sea el que sea, no limiten la idea y denle cauce.
Es un tiempo breve, muy corto, para la humanidad. Ya no se dice que en la siguiente vida van ustedes a ser, o a ver al Cristo o… No, se está diciendo que en 40 días, 60 días, 90 días, como ustedes dicen vulgarmente pongan toda la carne en el asador, ¡toda!, no se reserven nada, pongan toda su voluntad en manos del Creador, ¡toda!, no se reserven nada. Si no encuentran su idea, si están dentro de ese tumulto de ideas recuerden la respiración, relajen, relajen, sientan ese corazón y pídanle ayuda para ver su idea, ayuda para ver su sentido de la vida.
Y después tranquilos, continuamos con esa paz interna para que todos los acontecimientos los veamos como necesarios, no como castigos ni como bendiciones, como necesarios para que el hombre por fin recobre la luz que tiene y sea consciente de lo que es. Para eso, en este tiempo tal y como está la mente del hombre, debe de recobrar toda la paz y toda la templanza que sea capaz y ver todos los acontecimientos como justos y necesarios para que el hombre se armonice, jamás dejar que la mente diga “¡pobre!”, jamás dejar que la mente diga “¡se lo merece!”, no, es verlos pasar, ¡verlos pasar!, estar templados. “Gracias Señor -podemos decir- por esta templanza”.
Recuerden –y se hace de nuevo hincapié-, ya no importa tanto la idea sino la experiencia que pueden vivir cuando seleccionen o unifiquen todo su potencial en una sola necesidad, esa experiencia el hombre hoy no la conoce. Y después de esa experiencia, después, podríamos decir: “ya ha alcanzado ese estado de gloria, ya ha nacido a una nueva humanidad estando en este plano, en este momento, con todo a su alrededor aparentemente en caos”.
Se aconseja que se pongan fechas, días, y se aconseja porque el hombre -como veníamos diciendo- no tiene confianza en sí mismo, por tanto no tiene fe en que es parte de Dios. Cuando el hombre se diga a sí mismo: “dentro de 10 días va a ocurrirme esto porque es lo que yo quiero”, 10, 20, pónganse un tiempo y vean qué ocurre. Automáticamente el hombre se eleva, se eleva en un plano físico, ya observa que tiene más confianza en sí y ya profundiza con un poco mas de voluntad.
Pónganse, no teman ponerse fechas, no teman que aparentemente no ocurra, pero esperen a que ocurra. Si en algún caso el hombre se pusiera 3 días, por ejemplo, un plazo muy corto, 3 días, y en esos días no aparece, no ocurre, el hombre se desmotiva, pierde esa fe, hagan la siguiente reflexión: ¿durante esos 3 días yo realmente he sentido la idea, he visto la idea, o sencillamente he pensado la idea?
Muchas veces el hombre no recoge aquello que ha estructurado en su mente, bien porque no lo ha sabido estructurar por miles de ideas que le pasan -como decíamos-, o porque no ha tenido la constancia de hacerlo diariamente, lo pensó pero no lo hizo y la idea no surge únicamente a través del pensamiento, surge a través de ponerse, de ponerse donde ustedes quieran pero ponerse, hacer un acto físico para que se concretice físicamente. O sea, que el hombre debe de observarse si lo ha hecho correctamente. Es igual que cuando ustedes están haciendo una curación, una sanación y leen el modo de hacerlo y no ocurre la sanación, pero ¿han ido paso a paso haciendo lo que marcaba o por desgana o desmotivación han dejado pasar alguno de los pasos? No deben dejar pasar en este caso absolutamente ningún aspecto, fuerza, constancia, fuerza de voluntad, constancia diaria, idea fija, una única idea fija.
Es el tiempo, se les dice, y el hombre, como tantas cosas escucha y no experimenta, lo escucha y “¡qué bien!, ¡qué bonito!”, pero ya no va a mas. Es el tiempo de que eso que escuchan y eso que dicen que les agrada se plasme, se concretice, y todos los seres que sostienen la Tierra, todos, están deseosos y están mandándoles toda la motivación, toda la fuerza para que ustedes hagan, ¡hagan! Ellos están poniendo todo su hacer a disposición del hombre, todo, para que este llegue al punto que corresponde. Hoy el camino tiene toda la ayuda de fuera, toda, aunque él no lo sepa, aunque él se sienta solo, aunque se vea entre catástrofes, toda, solo tiene que verla y actuar, verla y a continuación replicar en su cotidianidad. Si a mí me ayudan yo ayudo, si a mí me abrazan yo abrazo, si a mí me dicen yo digo, somos intermediarios también entre el hombre.
Piensen en todo ello durante unos instantes, dejen que todo se acople en su interior y después recojan lo que estén preparados para recoger.
Si llevan a cabo lo que se les recomienda, después de esos días ¿recuerdan cómo conectar o unirse al Creador? Eso que han sentido, que cada cual lo ha sentido de forma distinta pero que siente que esa actitud le lleva a fundirse con el Padre, con Dios, cuando tengan la seguridad absoluta de que esa idea se va a plasmar aun con fecha puesta por cada cual, entréguesela para que Él la pula, entréguensela para que cuando se concretice en este plano humano esté supervisada por el Gran Hacedor. Quizás cuando se la entreguen Él haga algunos retoques, pero tengan la seguridad de que cuando llegue a plasmarse no sólo nutrirá al que la lanzó, nutrirá a toda la humanidad, y la humanidad está necesitada de que la nutran a otros niveles.
Con la idea de uno, de cada cual, y no importa qué idea sea, todo existe y todas las ideas están ahí, solo hay que dar con la que uno necesita, y esa que uno necesita la depositarán parte de la humanidad si no en su totalidad, con lo cual cuando se la entregan para que la revise, para que le dé el visto bueno, tengan la seguridad que será una joya para la humanidad.
Cuando el hombre actúa con esa intención que es la única que existe, es la intención del amor, la intención de dar y recibir, todos los seres humanos, aunque no sean conscientes de quien está lanzando esa idea, aunque no sean conscientes de qué cosa les está produciendo ese bienestar o esa idea maravillosa, están recibiendo bienestar, están recibiendo ideas para que la vida de cada ser mejore, ¡mejore! Pero la intención siempre debe de ser compartir con el resto de la humanidad, compartir para mejorar, compartir para intercambiar, compartir sencillamente porque el ser está hecho para dar y dar.
Todo lo demás poco a poco se les ira mostrando, poco a poco se les ira induciendo, recomendando. Ahora tienen que romper con las ideas preconcebidas, por eso no deben estructurar nada, solo tener una idea, recuerden, se insiste. No estructuren. Si estructuran lo harán bajo el pensamiento que hoy tienen y este no sirve.
Amén.

24 junio 2010

1ª Oracion del 20 de junio de 2010

Prestamos atención a la respiración y hacemos que esta esté tranquila, profunda, pausada. Espalda erguida, mentón ligeramente recogido hacia el pecho para que fluya la energía libremente. Mente tranquila dejando pasar todas las ideas sin quedarnos con ninguna.
Siendo conscientes de nuestra respiración pausada, la dejamos y centramos toda nuestra atención en el centro del pecho como si quisiéramos que la respiración saliera y entrara por el pecho, y ahí quedamos en silencio.
Comenzamos el día de hoy dando mayor relevancia al sonido y la luz. Podríamos decir que entramos en el tiempo del sonido y la luz.
A lo largo de los tiempos el hombre ha tenido constancia por diversas fuentes, religiosas, filosóficas y demás, de los tiempos que acontecen y acontecerán, pero siempre a través de una mente concreta y sobre todo una mente estructurada, estructurada de ideas repetitivas. Por tanto todo lo que ocurre, está ocurriendo y ocurrirá, o sea, el tiempo de sonido y de luz, nada tiene que ver con las previsiones que el hombre tiene, tuvo o tendrá. Nada, no se parece en nada puesto que no hay referencias en el planeta ni en los universos.
Siempre los científicos suelen decir que se repiten las etapas, se repiten los acontecimientos cada equis tiempo. No es cierto y realmente los estudiosos saben que no es así. Son similares, similares en cuanto a que su mente los contempla de la misma forma. Pero si damos por hecho que la mente no puede contemplar absolutamente nada porque todo es novedoso y no tiene referencias, cuando hablamos del sonido ustedes pueden pensar en el viento, en el trueno, ¿en qué otra cosa puede pensar el hombre si no conoce?
Por tanto, si decimos que lo que acontece y acontecerá no se parece en nada, lógicamente podemos estar escuchando el trueno o el viento y no poder llegar a ninguna conclusión o llegar a las conclusiones de hasta ahora. Truenos, tormentas, agua, pero a ese otro nivel en el cual el hombre ha entrado y está comenzando a ser consciente, en ese nivel de apertura espiritual, nivel de apertura o de luz del alma, ese estruendo, ese trueno quiere decir muchísimas más cosas que hoy, quizás, lo escuchen como palabras porque lógicamente todo lo que se les está explicando, todo lo que se les está intentando inculcar es para que comiencen a romper esos esquemas mentales y a dar otro sentido, pero como siempre se les viene diciendo, ustedes pueden escuchar el sentido de las palabras pero la transformación de las mismas ya es a través del hacer del hombre porque si solo se quedan en palabras estas quedan vacías, por tanto no hay una experiencia, a uno no se le cambia absolutamente nada y continua con sus mismos esquemas escuchando el trueno o escuchando el viento.
Cuando se usan las palabras, el verbo, que es lo único que tenemos para poder comunicarnos, el hombre tiene el deber de elevar esa palabra y darle forma para que lo que escucha realmente se implante en el interior de cada cual como una experiencia, y ahí, al vivir esa experiencia internamente, es cuando el hombre actual tiene acceso a ese haz de luz o a esa nueva conciencia. Pero si no, quedan palabras y de palabras el hombre no puede hacer el cambio.
Por eso se les dice y se les ha dicho durante mucho tiempo que está en el interior de cada cual el querer atravesar a esa luz en base a la necesidad que cada cual tenga de llegar a ese estado. El hecho ocurre y ocurre para todos, ni buenos ni malos, ya que no existe, ocurre para todos. El único requisito es que el hombre escuche, observe, asimile y haga.
El cambio es para todos, para toda la humanidad, para todo el planeta, y todos lo han de vivir, todos sin excepción, pero el tránsito de la vivencia es lo que el hombre en sus conceptos antiguos o caducos vive como malo o bueno, vive como enfermedad y salud, vive como bien o mal ese cambio. Y la mayoría lo está experimentando como malo, como enfermedad, la mayoría esta sucumbiendo bajo esos conceptos antiguos y caducos cuando realmente es muy poco el esfuerzo que ha de hacer para ver lo mismo que está ocurriendo, porque el hecho es el mismo, pero ya lo ve dentro de otra dimensión de luz y le ve el sentido autentico de liberación, con lo cual su cuerpo no es dañado, no aparece la enfermedad y hace el cambio que corresponde.
Sentimos muchísimo, muchísimo, que el ser humano esté cayendo dentro de ese dolor, cayendo dentro de esa falta de ilusión en la cual está. El proceso han elegido ustedes vivirlo así, sus actos han provocado que el cambio sea como está ocurriendo. Podría haber sido más armónico, desde luego, y podrá ser más armónico si así cada cual pone su grano de arena. Y realmente cada cual en su vida, en su medio, en su interior lo vivirá y lo está viviendo de forma distinta, pero en general todos están cayendo en la melancolía, en la tristeza y en el dolor.
De ahí que muchas veces se les ha dicho que los seres que atisban esa luz, que sienten en su interior esa fuerza deben de acoger a los que están quedando en el camino, por lo menos para que no sufran, no deben sufrir, el hombre no debe sufrir. El mismo cambio, el mismo proceso, los mismos acontecimientos no tienen por qué vivirlos con dolor cuando comprenden, cuando entienden el sentido de la vida.
La vida está comenzando para el hombre, es el parto espiritual del alma. Cuando éste no se ve únicamente como cuerpo físico y eleva ese estado de conciencia, esa mente a decirse, a verse como algo más que un trozo de carne y huesos, ve el sentido de la vida, ve el sentido de lo que le está ocurriendo a él y a los demás y automáticamente comienza a hacer ligeros, pequeños o grandes cambios en su vida, formas de pensar distintas, formas de sentir distintas, y comienza de nuevo la ilusión por ver ese nuevo amanecer, por ver esa luz.
El hombre cree que con pedir esta todo resuelto. Cree que cuando pide al ser humano, cuando pide al Cielo, cuando pide, en general, ya está todo resuelto. Pero en su interior sabe al igual que sabe cuando él no se ha portado debidamente, cuando sabe que no ha dado la respuesta adecuada y sabe que podría haberlo hecho muchísimo mejor, internamente el hombre sabe cuándo puede hacerlo mejor e internamente sabe que pidiendo, por más que diga que él cree en un Dios, que él cree en la Divinidad o que cree en la Creación, internamente sabe que no está haciendo lo correcto, no hay un buen intercambio en la conexión de Dios y el hombre y él así lo siente cuando se para en infinidad de momentos y se pregunta por qué hay algo en su interior que le dice: por esto, por esto y por esto.
Pero el saber no quita que el hombre tenga que hacer ese cambio o ese pequeño o gran esfuerzo en cambiar, prefiere decirse automáticamente: ha sido mi imaginación. Para todo cree en su imaginación pero cuando le interesa lo amaña de tal forma que no da cauce, no da curso a esa imaginación, y cuando no le interesa lo deja ahí como que no va con él. En resumidas cuentas, el hombre siempre tiene motivos para amañarse y estancarse por no dar un paso novedoso, un paso distinto, por no hacer un giro en su forma de sentir, de pensar. Hay que hacer un pequeño esfuerzo.
En la medida que el hombre tenga la necesidad de entablar esa comunión con el Creador no tendrá otra solución que dar ese primer paso, revisarse sus formas de hacer y corregirlas, revisarse sus formas de pensar y corregirlas, si no nunca va a llegar a tener una conexión con la Creación, siempre se va a sentir aislado, puede llenar de tiempos de diversión, de regocijo su vida, pero siempre se sentirá aislado de esa fuente de Divinidad.
Ese es el esfuerzo que el hombre debe hacer, no creer en lo que ve a ciegas. Él se observa y ve su cuerpo, se observa y ve sus necesidades, se observa y ve sus inquietudes, pero son físicas, no profundiza, no quiere conectar con la parte de divinidad que hay en él, eso lleva una responsabilidad y éste, mal o bien, se acomoda con lo que tiene.
Todo lo que se les explica, todo hacia donde estos seres que apoyan al planeta intentan inducirles es para que observen ese peldaño de luz que hay frente ustedes y decidan si suben o no, es para abrirles esas puertas para dejarles entrar, pero el peldaño lo ha de subir el hombre.
Tomando en cuenta que no existe el bien ni el mal, que no existe el acierto ni la equivocación, tomando en cuenta que el hombre está en plena libertad de elección, tomando todo eso en cuenta podríamos decir: que el hombre haga lo que quiera, todo estará bien, todo estará bien. Pero lógicamente todo estará bien para el ser humano pero todo lo que el hombre hace, entiendan bien, todo lo que el hombre hace tiene unas consecuencias, unas consecuencias para sí, para el planeta, para el universo.
Y ahí es donde entran los servidores de luz. Que el hombre decida llegara donde tenga que llegar de una forma u otra es su elección, pero cuando entra ya que su conducta modifique otros mundos eso ya no es elección del hombre, y ahí es donde están manteniendo y donde está en ese filo fino hoy la humanidad. Por eso se les explica de qué modo pueden elevar esa vibración y hacer que todo, incluido el ser humano, haga su proceso dentro de una armonía sin dañarse y sin dañar lo que existe, vea o no vea la existencia el hombre.
Existe más de lo que sus ojos ven, cualquier actitud del hombre va más allá de lo que él cree, cualquier decisión por pequeña que sea no solo le mueve a él sino que mueve todo lo que existe. Por tanto, ahí es donde están todos los seres de luz pendientes de esas decisiones o actuaciones del hombre para que no dañen todo el sistema o todo ese gran juego del universo que ya esta predicho y que ya ha entrado en su tiempo.
Que el hombre quiera hacer ese proceso de una u otra forma no importa. Si ustedes quieren relajarse porque sus cuerpos no les acompañan, porque su mente no tiene la fuerza o las ganas de hacer ese esfuerzo está bien, lo harán de otra forma, pero está bien. Ahora bien, todos los actos que hacen hoy quedan reflejados a nivel vibracional, energético, en la Tierra, y esto estos seres lo remodelan para que no haga daño al sistema de mundos y esa remodelación se invierte de nuevo en una energía armónica y positiva para el planeta Tierra y los demás planetas existentes de mas formas de vida.
Pero cuando entra esa masa crítica donde la fuerza se incorpora a tal velocidad que es lo que está ocurriendo en el planeta Tierra, y no da tiempo a estos seres de mantener y transformar toda la energía basura que el hombre esta depositando con sus formas de pensar y hacer, precipita la Tierra, precipita el ser humano y precipita todo lo que existe. Y eso no puede ocurrir, eso no es armonía, por tanto eso no existe en el universo y queda aquí reducido siendo los hombres, siendo el ser humano a través de sus cuerpos enfermos quienes están haciendo ese cambio; o sea, dicho de otra forma para que lo entiendan mejor, todas las formas de pensar negativas que hoy está teniendo el ser humano por no querer aceptar el cambio que es visible se están traduciendo en una enfermedad que respira el hombre, o sea, esta dañándose a sí mismo y a los demás. Esa forma de pensar está dañando su cuerpo y el de los seres que habitan el planeta Tierra.
No se está dejando salir nada. De ahí, lo crean o no, las tormentas, de ahí el sistema solar, de ahí las enfermedades que se avecinan para estos dos meses de julio y agosto tal como ustedes cuentan el tiempo, enfermedades fuertes, nuevas, porque la energía que el pensamiento genera no está saliendo fuera de este espacio de la Tierra, no podemos dejar salir esta energía para no enfermar otros mundos, otras formas de vida, y está de nuevo revirtiendo en los seres humanos. Están ustedes mismos provocándose las enfermedades.
Forma de salir, forma de evitar que esa masa crítica absorba todas las formas de vida del planeta: elevar la vibración. ¿Cómo elevar la vibración?: cambiando la forma de pensamiento. ¿Cómo cambiar la forma de pensamiento?: visualizando la armonía, rodeándose de armonía; los ojos captan la belleza, la mente eleva su pensamiento, su pensamiento eleva la vibración. Por tanto esa parte divina que tiene el hombre no deja entrar aunque estuviese respirando la enfermedad las 24 horas del día, no deja que su cuerpo enferme, esta vibrando ya dentro del planeta en otra dimensión. Eso es así, pueden creerlo o no, pueden experimentarlo, eso sí, pueden experimentarlo.
Pero para ello tienen que atreverse a observar con sus ojos la armonía. Si no la hubiese -de ahí que se les decía tantas veces “salgan a la naturaleza”- deben de crearla, ver la belleza, impregnarse de la belleza; hará que sus pensamientos cambien, por tanto su mente cambiará, su vibración se elevará y su cuerpo sanará.
No pueden quedarse, no deben quedarse en esa pasividad de ver las cosas ocurrir y solamente ver lo negativo de lo que ocurre. Si estuviesen viendo esa belleza observarían que lo que está ocurriendo tiene un lado muy positivo, muy hermoso, y ya seria ese granito de arena para que esa masa crítica de humanidad diera otra respuesta.
¿Pero el hombre, cómo lo vive?: se les da todos los medios. Se les quita el trabajo, lo ven como desgracia. Se les da un cuerpo enfermo, lo ven como desgracia. Les cuesta realmente vivir la vida, la escasez, lo ven como desgracia. Cuando es una gran oportunidad para que el hombre suelte amarras, para que a través de ese cuerpo doliente llegue a su punto más álgido y vea que debe parar, observar y automáticamente ver la grandeza de la vida, sentirse conectado con Dios aunque esté muriendo su cuerpo. Ya deja de vivirlo como desgracia y automáticamente llega la sanación. Es poner al hombre en el punto más álgido para que mute, y este lo está viviendo como una gran desgracia.
Se les da otra visión para que aquellos que quieran puedan tener acceso a esa luz sin pasar por la muerte.
En la medida de lo posible, durante este tiempo de verano deben de sentir que sus corazones están más aquietados. De ahí pueden –como les decíamos- salir al aire libre, sentir cómo el corazón se aquieta, se alegra, deben de inducir voluntariamente a una respiración mucho más lenta de lo habitual aunque en principio les cueste un trabajo. En la medida que la respiración vaya aquietándose siendo conscientes de ella, observaran que es todo como más pausado, más lento, no más costoso sino más lento, pero el hacer, el trabajo se ejecuta igual o mejor. Pero sí los movimientos deben observarlos más lentos y al principio pueden hacerlos voluntariamente hasta que salgan solos. Todo más lento, el caminar más lento, el pensamiento más lento, la respiración más lenta. No emprendan grandes trabajos, no tengan varias ideas a la vez, tengan una idea, macérenla y pausadamente llévenla a cabo. Pero todo siendo muy conscientes de la lentitud, sobre todo en estos meses de verano. Cualquier idea, cualquier acontecimiento, cuando les venga a la mente relájenlo y conscientemente hagan que les cueste más tiempo de desarrollar, no tengan prisa para nada.
La energía que están respirando hace que su corazón se apresure, por tanto tienen que poner la voluntad para que este se sosiegue físicamente haciendo que los acontecimientos sean más lentos; no perderán tanta energía, elevaran la que tienen.
Son pequeñas medidas que se les dan para que su cuerpo, sobre todo el corazón, observe los acontecimientos sin que este se dañe, que viva todo lo que ocurre como si no fuese con él siendo consciente de que es parte de todo.
Ven una acontecimiento que el corazón les salta: usen la mente para aquietarlo, no pasa nada, esta todo dentro de lo previsto. Mi sentir es altruista, mi hacer es incondicional para el Cielo y para el hombre, nada tengo que temer. Así se sosiega el corazón y éste continua latiendo sin dañar ningún órgano.
Y sobre todo, a lo largo del día de hoy haremos hincapié en que el hombre, a través de sus pensamientos y su actitud no solo puede poner su cuerpo en armonía, sino que debe, por deber al hombre, ayudar a que éste salga de donde se está metiendo, ayudarle a ver otras posibilidades en su vida.
Amén.

28 enero 2010

En busca del Creador

Mantengan la mente relajada, el cuerpo sereno y alerta.
No cambien las palabras que escuchen, sientan la entonación, el momento, la resonancia en su interior, pero permanezcan serenos.
Desde tiempo se les vas mostrando qué hacer, cómo comportarse para encontrar lo que cada cual busca en su interior, y se les dan pautas para que así lleguen a alcanzarlo. Pero cuando el hombre pide, lo espera ya y lo quiere ya, y todo lo que existe tiene un proceso.
El hombre, después de su andadura por el planeta ha ido dejando atrás lo más puro de él y ha ido, sin darse cuenta, quedándose con lo mas cómodo, con lo más rápido, apagando así una sed momentánea. Y así hasta nuestros tiempos. Pero dentro de todo ese proceso, civilización tras civilización ha ido ganando de alguna forma ese billete de vuelta porque, en definitiva, el hombre, desde que existe, trae en lo más profundo de él ese recuerdo de El Creador, en lo más profundo desde que comenzó su andadura por la Tierra tiene ese recuerdo de dónde procede.
Pero, ¿qué ha ocurrido?: que el hombre ha intentado encontrarlo en la Tierra, ha intentado encontrarlo en su día a día, y lo ha buscado por miles de sitios desde las religiones, filosofías, formas de vida… Lo que muestra es que el hombre tiene recuerdos de una armonía vivida.
Y en ese proceso, durante todo ese proceso y esas andaduras, resulta que el planeta Tierra ya ha tomado su investidura de divinidad, por tanto el hombre que habita en el planeta tiene el deber de hacerlo si quiere continuar dentro de este sistema, este sistema de mundos.
Para poder el hombre permanecer en este planeta, como así lo ha hecho la Tierra, debe encontrar en su interior a Dios, al Creador, a la Divinidad, denle el nombre que mejor se ajuste a cada uno de ustedes, pero en definitiva tienen que retornar a la esencia de Dios. Y ese camino de retorno que tiene que hacer, que ya ha comenzado en su andadura, tiene que hacerlo sintiendo en su interior la voz. Por eso venimos encuentro tras encuentro recomendándoles que expresen en voz alta para sentir su voz, para romper todos los inconvenientes, taras, obstáculos que se han puesto a sí mismos para no escuchar ni a estos servidores ni al Gran Servidor.
Y lo buscan, lo buscan con palabras, se aclaman a Él a través del rezo o la oración, a través de la meditación, a través de las reflexiones, pero con palabras vacías. Recuerden que el verbo es creador cuando se utiliza el Verbo y no la palabrería.
Ustedes, tanto interna como externamente, usan palabras para ir al encuentro de Él, que en definitiva, no serán ustedes quien Le encuentren, será Él el que se acerque, pero ustedes tienen que poner todos los medios desde lo más profundo para querer ir hacia El, para querer que les encuentren. Y así como muchas veces decimos “es una de las formas, pero hay más”, en esta ocasión no hay ninguna otra forma, no hay ningún otro modo de llegar hasta Él. En definitiva, no hay ninguna otra forma de permanecer en este planeta ni en ningún otro lugar del universo si no es a través de sentirlo, de escucharlo, de entablar esa comunión o dialogo interno con Dios.
Y podemos llamarle de muchas formas, de la que mejor se nos acople. Podemos creernos religiosos o no, ateos o no, no importa la forma externa que le demos. El resultado es que el hombre es Su creación, y en este momento de la historia la Tierra retorna al Creador, a su Creador, por tanto el hombre retorna, hace el camino inverso, ya ha cumplido todo lo que tenía que cumplir y ahora se debe a otras cuestiones.
Al comienzo les hemos dicho: no cambien ninguna palabra. Continuamos recordando.
Para que el hombre continúe estando con su cuerpo en este planeta tiene que adoptar otro cambio de conciencia. El cambio de conciencia no es físico, el cambio de conciencia se lo da su Creador. Y todo este tiempo vamos preparando a cada uno de los seres humanos para que sientan a ese Creador dándole -se repite- el nombre que cada cual necesite, y les vamos dirigiendo de la mejor forma para sentirlo.
Pero el hombre aun quiere cogerse, aun quiere aferrarse a lo que conoce y lo que conoce el ser humano, como ustedes pueden ver, no es a Dios, no es al Creador. Conoce las creaciones de los propios hombres y estas creaciones las ha hecho propias, propias y necesarias.
Pero como dijimos la ultima vez, todo a lo que el hombre se ha ido agarrando, todo lo que el hombre puede decir hoy “esta es mi vida”, todo, todo salvo la forma física en algunos de los casos, todo se le va a ir abajo, no lo va a sostener, no puede sostener la forma, o sea, el cuerpo físico, no lo puede sostener la misma forma de vida que han llevado hasta el momento.
Todo cambia, y es literal, todas sus vidas van a cambiar comenzando por la vida personal, íntima, llámenla como quieran, trabajo, amigos, formas… Pero claro, tantas veces el ser humano ha escuchado semejantes palabras… Semejantes palabras y nada en sus vidas ha cambiado aparentemente, que una vez más, una vez más el hombre escucha pero no asimila.
Pero poco a poco, poco a poco, cada cosa tiene su momento, irán relacionando lo escuchado con esa forma distinta del devenir y eso distinto que ha de venir lo pueden buscar a través de la fusión o unión con Dios, no hay otro modo, no se metan ahora en religiones, ni tan siquiera en filosofías, adéntrense en lo más intimo de cada cual, en definitiva es ahí donde El les puede encontrar.
Pero, como decíamos al inicio, no tengan ninguna prisa, no quieran hacerlo ya. Pero sí deben de comenzar a cambiar esa actitud indolente, autoindulgente, cómoda hasta llegar hasta el hastío; deben de tener como primera o primerísima necesidad el encontrar a nuestro Creador en su interior, y después continúen con sus vidas. Para ello cada cual puede hacerlo a su forma, por supuesto, pero que sea lo primero, lo primero que ustedes piensen, lo primero que ustedes hagan, den prioridad a ese reencuentro con El.
Una, y otra, y otra, cada cual necesitara su tiempo puesto que cada cual está en momentos distintos. Cada cual necesitara su tiempo, pero no por ello deben de dejar de hacerlo, no de pensarlo, no estamos diciendo que tienen que pensar en Dios, tienen que encontrar a Dios.
No lo piensen, no se detengan en cómo. Tienen que entrar en silencio en el primer instante de su consciencia diaria, entrar en esa intima comunión con nuestro interior, o sea, a través del dialogo, a través del verbo. Si es necesario exprésenlo en voz alta para que vayan familiarizándose con su voz y con la voz de Él.
Si no tienen prisa, si parten de la base de que todo tiene su proceso, encontraran que en un momento determinado cambia hasta la forma de querer encontrarle, cambia el dialogo, cambia el tono, pero cada vez mas es más fuerte la necesidad de interiorizarse para hablar con Él.
En principio el hombre piensa que habla consigo mismo y puede pasar un tiempo que así lo crea. Cuando se atreve por fin a expresar en voz alta ese dialogo con Dios, se sorprende de las tonterías que puede llegar a decir, se sorprende de su propio tono de voz, se sorprende de tantas cosas que no conocía… Pero de lo que más se sorprende es de la gran necesidad que siente en su interior de coger un tiempo para hablar con Él.
Cuando así ocurre, cada cual llega en su momento, pero cuando le escucha ahí ya se rompen todas las barreras, y en este tiempo, para poder llegar a ese punto necesario en el cual está sumergido el hombre es necesario pasar por ese proceso. Recuerden que el hombre es un ser de divinidad en potencia, que muchas y muchas veces han escuchado que todo está en su interior, que solo hoy es el recuerdo lo que tienen que retomar. Pero en todo ese proceso en el cual han estado millones de años, cada cual tiene su apertura porque cada cual ha ido haciendo encarnación tras encarnación, por tanto cada cual lleva su tiempo, su proceso y su despertar.
Pero todo lo que han escuchado durante tanto y tanto tiempo ya no tiene espera, es ya. Tantas veces lo han oído… ¡Es ya! ¿Ya, qué quiere decir?: cuando ustedes así lo decidan, lo cual tiene un peligro para el hombre: el hombre escucha y quiere hacer eso que está escuchando, eso que le agrada, pero cree que lo va a hacer pensando, y ya se les dice que no es tiempo de pensar, estamos ya en el proceso de actuar. Lo que bien es cierto, y ahí es donde radica el peligro, es que el hombre quiere hacerlo con este cuerpo, y con este cuerpo –se les repite- es comenzar a actuar desde el instante pasado, ya ni tan siquiera el presente, el pasado, es ya, inmediato, porque ocurre que como el proceso ha de venir, el hombre tiene que aceptarlo quiera o no quiera. Si el hombre no comienza a actuar, escuchen sin asustarse, el hombre dejara el cuerpo.
Si estamos en el tiempo de retornar hacia la parte de divinidad, si estamos de retroceso a nuestro hogar, que es el del Creador, lógicamente no podemos retornar con esta forma de pensar, de sentir ni de hacer porque, entre otras, no es armónica. La armonía la está retomando el hombre poco a poco mientras va acercándose a esa parte de divinidad que hay en él, por tanto, mientras ese proceso se dé y el hombre esté haciéndolo, su cuerpo le seguirá. Pero si cree que lo escuchado o lo leído forma parte de algo mas que tiene que almacenar como conocimiento, su cuerpo enfermara y se marchara, literalmente.
Es ese momento de decidir qué quiere hacer cada cual, cómo quiere continuar, ¿quiere continuar con esta forma, con este cuerpo? Si quiere continuar con el tiene que ir en busca de su propio Dios, tiene que fusionarse con esa Perfección. Si no quiere hacerlo con este cuerpo, es más, si no puede hacerlo con este cuerpo lo dejará para así continuar.
Quizás, quizás a muchos de los seres humanos les va a resultar más fácil dejar el cuerpo para fusionarse con la Divinidad, eso casi seguro. Pero la opción del hombre, la opción que hoy está teniendo el hombre que en otros momentos no ha tenido, es la de poder llegar a esa fusión con este cuerpo. Por tanto, de ahí que decimos que es ya, porque imagínense personas en una edad adulta de 50, 60, 70, 80, y que escuchen que es ya con el cuerpo que tienen, un cuerpo doliente quizás, sano, también, y que sea posible esa fusión con el Creador; realmente el hombre tiene que romper ahí todos los moldes estructurados en base a todo lo que él creía o pensaba, y dejarse ese espacio para entrar en comunión con esa Perfección que será la que vaya adecuando ese cuerpo doliente, esa forma de vida, esa actitud, para realmente poder continuar sirviendo a esta humanidad.
A partir de ya, todo aquello que no sirva para esta humanidad, para esta nueva humanidad, a través de catástrofes, a través de enfermedades, a través de todo lo que ya conocen irán cambiando de plano, pero continuaran sirviendo. Es lo que queremos que escuchen: el hombre, quiera o no, tienen que servir, por lo único quizás que pueden sentirse como seres privilegiados es porque se les da la opción de servir conscientes de que están sirviendo, y otros sirven siendo inconscientes, sintiéndose desgraciados, hasta incluso prefiriendo la muerte, pero sirven. Todo en el universo, todo lo creado sirve para llegar a la armonía, a la esencia, a esa esencia perfecta.
Y lo que se les trata de inculcar hasta lo más profundo, bien vayan aisladamente, bien vayan en grupos, es que tienen la posibilidad de llegar a esa perfección conscientes de lo que está ocurriendo. Pero esa conciencia no la van a encontrar en los escritos ni en las lecturas, en las religiones ni filosofías, la van a encontrar en su interior aclamándose al Creador.
Pero escuchen bien, aclamándose no quiere decir mendigando. Tienen que romper los viejos conceptos de rezar con la retahíla como si no fuesen hijos del Creador. No son mendigos, son hijos formados a la imagen y semejanza de perfección del Creador, por tanto tienen que ir de tu a Tu con todo el respeto y el amor que se le debe a un Padre –con mayúsculas-, a un Creador, pero de tu a Tu, con fuerza y resolución. Deben de sentir esa necesidad de servicio y esa claridad que solo se la puede dar El que Sabe.
Pero Se le tiene que ir cara a cara, día a día, instante a instante, no a través del rezo ni de la palabrería, sino a través del Verbo Creador: “quiero esto, necesito esto por esto y por esto, deseo esto por esto y por esto”; den sus motivos, den sus razones: “quiero servir por esto, quiero ser consciente por esto otro, tengo hasta aquí de claridad, si no es suficiente Te pido mas”.
Pero no mendiguen. Millones de años ha estado el hombre mendigando porque así se lo ha enseñado el propio hombre. El hombre es digno de alzar bien alta la cabeza y la voz, y hablar con su Creador con todo el amor del mundo expresándole sus necesidades más profundas, esa es la oración con Dios.
Conforme se vayan adentrando en esa nueva forma de dirigirse al Creador, irán observando cambios profundos en su interior, irán comprobando -porque así lo comprobaran- que lo que tienen en su entorno ha dejado de servirles, tendrán que cambiar -como así expresamos unos encuentros atrás- su forma de hacer y de reunirse, porque irán comprendiendo y aceptando sin que nadie les diga, que lo que han estructurado ha servido hasta el momento, pero a partir de ahí ya no sirve.
Como también se les dijo, a cada ser se le va adecuando la forma y el momento con mas armonía posible para que cambien sus vidas y sus formas. Como grupos también se observa cual es, en estos momentos, la mejor forma para que puedan sacar lo mejor de sí. Pero ustedes tienen que ir sintiendo, a la vez, que la estructura que han formado, tanto familiar como grupo espiritual, ha dejado de servirles; obsérvenlo, siéntanlo y hagan los cambios oportunos.
Cuando ustedes se adentren en su interior irán recogiendo nuevas formas para una estructura familiar, cuando ustedes se adentren en ese interior observaran que todo aquel que quiera realmente formar parte de esa conciencia de servicio grupal ira observando qué movimientos se han de hacer y le resultará mucho más fácil comprender; cuando se les dirige de otro modo hacia otras formas comprenderán y asimilaran más rápidamente.
Pero hagan el esfuerzo, dentro de que es tiempo de ese esfuerzo, es tiempo de dejar atrás esa comodidad, de no pensar, no lo van a encontrar a través del pensamiento, lo van a encontrar a través de esa interiorización y esa búsqueda interna, y ahí se les ayudara a través de sus encuentros.
Pero tienen que hacer ustedes el esfuerzo de ver de qué forma pueden servir mejor, más eficiente, más eficaz, más pronta, porque el tiempo es ya, a la humanidad.
Así sea.

23 enero 2010

La palabra intencionada

Les recordamos que a estas alturas, en el hombre, ya todo está en su interior. Por eso solo les recordamos, y con todo el amor del que disponen estos seres les encauzan para ese recuerdo.
Todo lo que escuchen y escucharan tiene que resonarles en el interior, puesto que ya todo lo saben. Pero dentro de esa resonancia irán comenzando a despertar dentro de ese recuerdo, a cómo actuar en base a la necesidad vibracional del planeta, o lo que es lo mismo, cómo comportarse en la vida cotidiana.
Partiendo como siempre desde lo que hay, desde lo que somos, desde lo que tenemos comprendido y lo que tenemos que recordar, partiendo de esa base es desde donde comienzan todos los malos entendidos, porque partimos –recordamos- de la comprensión de cada cual; unos han llegado a sentir hasta cierta parte del Plan de la Totalidad, otros están por arriba, otros por bajo…
Por tanto, dentro de esa insistencia en que el hombre tiene que recordar, lógicamente se les dirige en base a los conceptos que ustedes manejan, entre otras cosas el verbo, la palabra, pero ¿qué es lo que ocurre?: que este verbo, esta palabra, cada uno de ustedes la entiende de forma distinta en base a lo trabajado de cada uno. De ahí los malos entendidos que surgen con el verbo y de ahí ese verbo no intencionado que usa el hombre.
Y decimos un verbo no intencionado porque volvemos otra vez a insistir, si tenemos que inducirles o dirigirles hacia ese recuerdo de que son seres totalmente de luz y que todo está en su interior, y tenemos para ello que usar la palabra y cada uno de ustedes la entiende a su forma y su modo, ¿cómo poder llegar a todos? De ahí que llamamos el verbo intencionado, y de ahí que vamos a enseñar o a hacerles que recuerden cómo deben de usar la palabra para que no hayan malos entendidos o, lo que es lo mismo, para usar el verbo creador.
Como al tiempo de hoy nada sirve para pasar a este siguiente estadío, pero tenemos que valernos de lo que tenemos, o sea, tenemos que hacer que sirva, que nos sirva, que nos continúe sirviendo, tenemos que conseguir que la palabra, que es el único medio que tenemos de relacionarnos entre sí, o uno importantísimo que tenemos para relacionarnos, recobre la fuerza que en sí tiene el verbo.
En esta nueva dimensión, mientras estemos en este cuerpo concreto -no en este planeta, en este cuerpo concreto-, mientras tengamos cuerpo necesitamos del verbo para poder continuar estando dentro del planeta. Recuerden que el verbo es creador, crea y nos está creando el espacio adecuado para continuar dentro de este planeta con nuestros cuerpos. Pero para ello la dimensión tiene que cambiar, que es a lo que estamos dispuestos a apoyarles y ayudarles. Aparentemente nada les va a cambiar, físicamente, aparentemente, pero internamente todos ustedes comprobarán, no van a comprobar, estarán comprobando, que en su interior están habiendo grandes y decisivos cambios.
Para que esto sea cada vez más sentido, para que remueva todas estas sensaciones del cuerpo físico, mente, emociones, sentimientos, todas y cada una de las sensaciones, tenemos que continuar haciendo que nos sirva, y bien, el verbo. Para ello tenemos que cambiarlo.
En el encuentro anterior les aconsejábamos que no utilizaran la palabra amor hasta que no sintieran el auténtico amor al cual nos referíamos, pero estábamos usando el verbo, ¿cómo sino poder llegar hasta ustedes?, ¿cómo sino ustedes pueden llegar hasta otros seres humanos? Pero dándole toda la importancia y trascendencia que tiene. Pues bien, aconsejábamos que al referirnos a esa palabra “amor”, como aun ustedes no la sienten, al referirnos a ella lo haríamos como el Creador o la Creación, que es en definitiva amor. Con la palabra ocurre lo mismo.
En definitiva, si el hombre es un ser de luz, en principio aprisionado en un cuerpo concreto y pesado, y es tiempo de florecer, tiempo de iluminar, tendremos que aprovechar lo que tenemos para poder quitarnos toda esta espesura y sentirnos físicamente más ligeros, más sutiles. Por tanto, la densidad de la palabra que usamos hasta el momento tiene que sutilizarse, vocalizase dándole la intención -de ahí que volvemos de nuevo a trabajar con la intención- en todas las expresiones.
Cuando comunicamos, cuando nos comunicamos, hasta hoy nos entendemos cuando no son cosas importantes, cuando son cosas intrascendentes, cuando son palabras dichas sin ninguna intención, ni para bien ni para mal. Podríamos decir en el vocabulario del hombre que cuando se expresan a través de la broma todo el mundo lo entiende, pero cuando la palabra ya tiene que cobrar una importancia, ahí el hombre se pierde porque cada ser humano quiere ser más importante o quiere que se le reconozca mas, cree tener más conocimiento y quiere destacar de cualquier forma por encima de los demás. Entonces la palabra no se entiende, no se quiere entender, se malentiende porque no se escucha. Cuando entre sí hay una reunión y algo se quiere expresar, todos quieren tener la razón y cada cual, como la palabra es tan versátil, la expone pero lo hace queriendo subir por encima de los demás.
Y es natural, es natural porque el hombre, sin él saberlo, quiere llevar a esa palabra, a ese verbo, a su máxima expresión, pero como lo hace desde su ego, desde su don de importancia, y lo único que consigue o ha conseguido hasta estos momentos de la historia es vocear, subir el tono de las palabras perdiendo realmente la compostura de luz del hombre, no se comporta como ser de luz y ha vulgarizado esa necesidad de expresar o de exponer su forma de ver cualquier cuestión. Eso es lo que el hombre tiene que cambiar desde ya en estos momentos, pero a partir de lo que tiene, de la palabra.
¿Cómo sublimar la palabra?: intencionadamente. Yo voy a expresarme, pero antes de expresarme tengo la intención de saber qué quiero conseguir con esa palabra, qué quiero conseguir, cual es mi intención, cual es la intención del ser humano. Primera pregunta o auto pregunta que se tiene que hacer el hombre: ¿cuál es mi intención?, ¿qué fuerza le voy a dar yo al verbo?, ¿con qué intención?. ¿Como hasta ahora, hablar por hablar, hablar únicamente por crear espacios sonoros con un sonido que no se va a poner de acuerdo, hablar por hablar para rellenar el tiempo?
Hasta hoy, comprendan bien, hasta hoy el hombre está donde está –entre otras cuestiones- por no dar la importancia y la trascendencia que tiene a la palabra. Desde hace muchísimo el hombre deterioró el significado de esta y no lo ha recuperado, pero en este momento, si cada cual quiere entrar a formar parte de esa nueva humanidad tiene que hacerlo a través de la palabra, su vibración –recuerden- .
Cuando el verbo es escuchado o vocalizado crea una vibración en el interior del hombre, la cual, si está usando como corresponde ese verbo creador, automáticamente en su interior comienza a haber una resonancia que rompe con todas las negatividades internas u obstáculos que uno tenga para llegar a sentir realmente quien es en realidad.
Cuando esa resonancia penetra en su interior y comienza a haber ese eco, automáticamente entra ese recuerdo, esa intuición, esa nueva forma de dirigirse, de actuar, de escuchar, de ver, de relacionarse, porque aun teniendo ese velo por encima ya comienza a sentir que las cosas son de forma distinta, y lo ha hecho únicamente la resonancia de las palabras, el verbo, cuando es el verbo creador. Mientras tanto son palabras, pero si no van seguidas de esa intención solo quedan en palabras, y las palabras hasta hoy han llevado a la humanidad a lo que es. Y hoy lo que es esta humanidad ya no sirve, por eso se les dan las mismas, ¿observan?, se parte de lo que hay y lo que hay, si se le retoma la importancia siempre ha servido y siempre servirá, pero retomando ese verbo creador y dejando la palabra para este tiempo pasado.
Para que yo me exprese con el verbo creador y este resuene en mi tengo que intencionar las palabras, por tanto no me voy a relacionar con otro ser humano si antes de hablar yo no tengo la intención clara de qué quiero hacer vivir en mí y en el otro, en mí y en el otro lo que realmente quiero expresar. ¡Quiero!, porque así lo creo, porque así lo siento, observo mi vocabulario, observo mi forma de expresarme y observo mi intención y, ¿cuál es mi intención?, debemos preguntarnos; de hacer sentir una verdad que yo creo; voy a hacérsela vivir, voy a hacerle vivir una alegría, voy a hacerle compartir algo increíble que me ha ocurrido, y con esa intención de hacer partícipe a ese ser voy a expresarme. Ya estoy usando el verbo creador, y creo, estoy creando una nueva situación que yo ya he vivido para evocarla y que este ser humano este viviéndola aun sin haberla vivido.
Estamos creando una situación, una circunstancia, un hecho para que otros lo vivan. Eso es aplicable a un pensamiento, a una necesidad de compartir desde el corazón. ¿Cómo se expresa el corazón?: a través de verbo. Pero el corazón hoy se expresa a través de la palabra y esta no tiene la intención bien focalizada y se pierde. ¿Cuántas veces no quieren decir algo, y resulta que lo que la otra persona ha entendido les ha dejado totalmente entristecidos porque nada tenía que ver con lo que ustedes querían expresar? No ha estado bien intencionado.
Y en cambio se parte de lo que hay, no estamos diciendo “tienen que ir allá o acá”, no, estamos diciendo: la palabra es lo que tienen, pero elévenla, denle esa creación que le corresponde, denle la autentica palabra que es el verbo, el verbo creador. Y el verbo se hizo carne…, pueden crear, y de hecho en esta nueva etapa de la humanidad se va a crear mientras estén en el cuerpo físico, van a ver creaciones a través de su verbo o con su verbo, porque habrá retomado la fuerza que realmente tiene. Y esa resonancia que en su interior está es lo que les va a dar la posibilidad de sentir quienes son, y es de dentro, nada les va a venir de fuera, por eso decíamos y repetimos: cualquier pensamiento, aunque estén en solitario, exprésenlo en voz alta.
Les decíamos el encuentro anterior que a través del sonido, a través del color se les va a ir orientando. La palabra, el verbo crea un sonido, y es el principio. Y partimos de lo que el hombre tiene. ¿Comprenden la gran importancia de que comiencen a expresar en voz alta, a modelar su propia voz para que resuene en su interior?
Cuántas veces al escucharse no les gusta su voz, no les gusta su entonación o no la expresan con fuerza, con propiedad. Cuantas veces no se dicen: es que no se me expresar, es que no encuentro las palabras, es que me cuesta. Para reencontrarse a ustedes mismos, para reencontrar quienes son, tienen la necesidad de utilizar la palabra expresada, crear un sonido con su propia voz, expresar pensamientos en voz alta para, de alguna forma, familiarizarse con su voz, en un principio, seguido de muchas más experiencias que ni se imaginan a través de esa resonancia lo que va a ocurrir.
Pero cierto, cierto que hasta los pensamientos tienen que ser intencionados, no deben de dejar que el pensamiento fluctué sin ton ni son, sin blanco ni negro, no, que hasta el pensamiento sea intencionado, voy a pensar en tal o cual visión, en tal o cual idea, en tal experiencia, en tal imaginación, lo que ustedes quieran, pero intencionadamente y expresándolo en voz alta; se asombraran al principio de la torpeza de sus palabras, de la torpeza de su entonación, de la torpeza de lo que fluye, no se reconocerán; pero es necesario, tienen que reencontrarse dentro de esa vacuidad de su interior.
Hacen muchas cosas para sus cuerpos físicos, para estar o para agradarse se visten de esta forma o de esta otra, embellecen sus rostros, sus cuerpos, pero ¿qué hay de esa vacuidad en el interior, de ese silencio del interior que ahora se tienen que escuchar? Yo tengo que escuchar mi propia voz y sentir qué ocurre cuando sale por este cuerpo, por esta vacuidad, qué ocurre desde mi coxis hasta la garganta que es por donde sale, qué está pasando en ese interior, cuántas puertas está derrumbando, cuántos limites está rompiendo, qué desea expresar esta palabra, por qué tiene la necesidad de expresar.
De nuevo volvemos a lo mismo, todo está en su interior, todo, pero no está bien canalizado o está olvidado. El deber de todo servidor, de todo aquel que se considere servidor como estos servidores que les hablan, es de orientarles para que vuelvan a descubrir quienes son.
Se les habló en el encuentro anterior que se está trabajando desde ese corazón, desde esa Creación, para que el ser humano recobre su espacio, y se está trabajando con todos los seres humanos, con todos, para que todos tengan la misma fuerza y claridad para hacer lo que cada uno sienta que debe de hacer en cada momento. Y se trabaja a través del sueño, a través de la intuición, a través de esos momentos de silencio que ustedes recrean, para darles fuerza para continuar.
Comprendan que cuando algo se está soltando, cuando algo está cambiando la incertidumbre del ser humano es grande y a veces esa desorientación les hace sufrir innecesariamente. De ahí que tratamos de darles esa fuerza a través de sus momentos de quietud para que vayan orientados hacia donde ustedes elijan, pero sintiéndose apoyados por –llamémosle- otras fuerzas.
Y así se les continuará orientando en estos momentos trascendentes, y orientándoles cómo pueden ustedes avanzar armónicamente hacia el lugar que les corresponde.
Así sea.

18 enero 2010

Las sensaciones

Sean como esponjas en cada encuentro. Cualquiera puede ser mediador de los seres que apoyan al planeta Tierra, pero tienen que habituar la palabra salida desde el corazón dando forma a las sensaciones que su cuerpo en ese instante esté teniendo.
Cada sensación, bien sea mental, emocional, física, cualquiera, sentida, se debe dejar liberar a través de la palabra pausadamente, sin prisa, sin esperar qué diré o no después. Recuerden que en el tiempo en el que están jamás serán juzgados, por tanto es un deber de cada cual el dejar salir desde su interior dando forma a las sensaciones a través de la palabra. Se les ira guiando, se les dará ese verbo fluido y pausado, pero han de intentarlo, han de intencionarlo.
Recuerden que dispusieron cada uno de los presentes que podrían dar en este instante al planeta y sus habitantes. Recuerden que todos sus encuentros han sido con la intención de poder servir, ese servicio sin esperar nada allá donde ustedes están, que se les ha ido y se les está preparando para poder dar una respuesta adecuada en cada momento, en cada situación, en cada lugar, y jamás serán reprochados, jamás podrán equivocarse, pero es suya la intención y la disposición.
A la espera de esa disposición o disponibilidad se adecuan lo más fácil posible para el aprendizaje, para dar ese paso a esa nueva conciencia. Y a través de sus encuentros, a través del verbo, a través del sueño, a través de las inspiraciones, a través de sus pensamientos se les induce a sentir esa nueva vibración de apertura del corazón, esa nueva vibración de amor.
Más adelante explicaremos que el amor al cual nos referimos no es el amor que ustedes conocen, expresaremos y explicaremos cómo entonar esa nueva melodía del corazón para poder sentir el autentico amor. Hasta entonces recomendamos no empleen la palabra amor, no será empleada hasta que les hagamos sentir el auténtico amor.
Para expresar esa nueva vibración la relacionaremos con el Creador o la Creación, puesto que ustedes al Creador o la Creación sí le dan esa entonación espiritual ya fuera de cualquier tema de contradicción, lo elevan al máximo de lo que son capaces. Pero la palabra amor ustedes la empequeñecen, por tanto no vamos a emplearla. Recuerden pues, que cada vez que nos expresemos a través de la Creación o el Creador queremos estar transmitiéndoles esa vibración del amor con la que la Tierra ya late.
Están entrando en una nueva etapa, no precisamente porque comiencen su año dado como cuenta el hombre el tiempo, sino porque la energía del planeta así lo pide y ustedes están preparados para poder vibrar en una nueva sintonía. Esa nueva sintonía tiene que tomar forma, recuerden que están en un plano concreto, la Tierra es un plano denso y concreto. Dentro de esa densidad tienen que tomar forma las palabras que escuchen.
En esta nueva vibración, para que todos los servidores estén disponibles tienen que cambiar su forma de amar. Ya hace tiempo que venimos diciendo que sientan, que actúen bajo el sentir, que actúen bajo lo que les dicta el corazón, que relajen la mente y no le den absolutamente ninguna importancia a sus pensamientos, que los filtren a través del corazón.
Pues bien, en esa nueva vibración, en ese estado de conciencia la Tierra ya está, y los pioneros deben de ser aquellos grupos que han estado trabajando para ese momento, que lo han estado expresando interna y externamente. Pues bien, para esos servidores se habla y para todos los grupos del planeta es similar en base a su estado de avance dentro del mundo espiritual. Pero la energía para todos y ante todo es a través de abrir la puerta del corazón.
Para poder abrir sus corazones tienen que usar lo que ustedes llaman “técnicas”, pero deben de usarlas porque si lo dejan únicamente en palabras, el grupo como tal no entrará en esa nueva etapa o en esa nueva vibración.
Como siempre, recuerden que queda todo al alcance de lo que ustedes quieran hacer. Solo se les indica qué hacer y cómo hacerlo para poder llegar a lo que ustedes en su día dijeron y pidieron, o lo que es lo mismo, elevando al máximo la palabra, lo que antes de nacer ustedes vinieron a hacer a este lugar.
El cuerpo humano tiene puertas y ventanas y conexiones con otros mundos, con otras realidades, con otras existencias, siempre, eso es parte de la vida, siempre todo lo creado esta en interrelación constante, por tanto el hombre no es una excepción. Él, aun sin saberlo, aun estando dentro de esa densidad, en sus momentos de quietud como es a través del sueño, siempre ha estado alimentándose, o sea, conectado con esas realidades haciendo y laborando dentro de ese Plan del Creador. Pero luego, cuando regresa a su cuerpo, pierde toda conciencia de lo que ha estado ocurriendo y para lo que ha estado preparándose durante la noche. Pero no tener conciencia no quiere decir que no esté implantado en él, de ahí que el hombre, quiera o no, lo entienda o no, ya esta dispuesto para dar ese gran paso vibratorio, ese paso a esa nueva conciencia. Porque el no tener conciencia físicamente no exime de estar creciendo como ser, por tanto el hombre ha sido y está siendo preparado para una nueva vida, para un nuevo despertar.
Pero les decíamos hace un instante que para ese despertar deben de haber puntos de apoyo tal como ustedes los están teniendo desde otras dimensiones como es el caso oportuno de este instante, de sus encuentros. Por tanto, en la Tierra deben de haber puntales para que, llamémosles durmientes o inconscientes, sean atraídos hacia esos puntales bien conscientemente bien inconscientemente, de ahí la importancia de estos seres servidores del planeta Tierra.
Recuerden que hace tiempo y en varias ocasiones se les preguntaba: “¿quieren ser preparados para ese gran servicio?”. Porque se les recordó y se les recuerda que siempre han estado anhelándolo. Pero cuando se les expone sencillamente con sus palabras, ustedes pueden optar por continuar o no y siempre estará bien, todo estará bien y siempre serán asistidos, siempre, no puede ser de otra forma, ya no puede ser de otra forma.
El hombre tiene, dentro de esa capacidad de interrelacionarse con todo, en su cuerpo físico tiene puertas, ventanas, antenas. Y en épocas, en momentos, se van cerrando unas para dar paso a otras, para abrir otras, y eso depende de la densidad y del momento del planeta.
Por tanto, en estos últimos tiempos han tenido una mente dotada y sobrealimentada. Bien, eso les ha llevado a una tecnología -entre comillas- avanzada, pero ahora esa puerta se está estrechando, no cerrando, sean como esponjas, intenten integrar todo lo que escuchan para poder luego en su interior darle forma. Estrechando, la mente del hombre se va estrechando y va abriéndose una gran ventana hacia el corazón. Y esa es la nueva energía que está entrando por el órgano físico del hombre, por el corazón.
Por tanto, bien a través de la visualización, a través de las sensaciones, el hombre –recuerden- ya tiene todo en su interior para poder hacer que sienta, para poder hacer que lata el corazón, que bombee de forma diferente ese órgano, el corazón. La visualización es buena técnica hasta que logren que la sensación sea plena.
Esa sería la clave: tienen que sentir, tienen que notar sensaciones en su cuerpo. Ustedes están acostumbrados, cuando se saludan o se ven después de un tiempo, a abrazarse, y de ahí vienen sensaciones. Pero observen sus abrazos y observen sus manos de posesión, cómo pretenden poseer con sus manos, dar forma. Observen que sus abrazos siempre van, siempre, en todos los humanos vistos desde fuera se están agarrando, se están presionando, visualícenlo, visualicen sus abrazos, se agarran, se presionan, hablan, ¿por qué? Se están perdiendo sentir las sensaciones. Cada parte del cuerpo, recuerden, son ventanas y son medios para poder expresar, pero lo que hoy queremos transmitir y deben, por deber, de hacer hincapié y probar lo que se les va a decir hasta comprobarlo ustedes mismos: sean sutiles, entramos en la vibración de la sutileza, pero no por ello el cuerpo deja de sentir, es más, siente con muchísima más intensidad, y en esa nueva intensidad el corazón bombea de forma distinta.
En vez de poseer, en vez de aprisionar la libertad del sentir, cuando se relacionen, cuando se encuentren, acérquense, hagan que el pecho se una con el otro, pecho con pecho, corazón con corazón, pero no usen el verbo ni sus manos, estén un tiempo, el que cada cual sienta, sintiendo, dense la posibilidad de que esos dos corazones puedan fluir sin agarre.
Dentro de esta nueva etapa se les va a dirigir, si así ustedes lo quieren, sobre formas distintas de expresarse, formas distintas de relacionarse. Por tanto sugerimos que sus encuentros también sean distintos. Deben de dar profundidad.
¿Recuerdan que muchas veces hemos venido diciéndoles que eleven las palabras, eleven los momentos al máximo que sean ustedes capaces? Para que sus encuentros sean realmente fructíferos para ustedes y para la humanidad, para que sean realmente servidores, deben de elevar al máximo esos encuentros poniendo tiempos diferentes, dando la oportunidad de crecer el número hasta doce. Deben de ser doce servidores, están reencontrándose y en su momento serán grupos de doce.
En esta nueva etapa les iremos explicando el por qué de las cuestiones novedosas, porque dentro de que no haya ningún puntal referente, sí es el deber de estos servidores hacer que sus mentes se relajen y que tengan suficiente fuerza a través de su intención para esa mente, porque se les ha dado el alimento adecuado, de ahí que decíamos hace un instante: sólo se está dejando respirar a la mente, no se le ha cerrado, está respirando para poder inhalar nuevos conocimientos.
Estén abiertos a todas las nuevas posibilidades. Cambiaran de forma, cambiaran de numero y cambiaran de actividades, de ahí que hace un instante se les decía la forma y el medio para que cada cual pueda, dentro de esta interrelación, ser ustedes mismos, cada uno de ustedes, los que puedan comunicar en un momento necesario, porque el don o la virtud que cada cual tiene debe de desarrollarla a través de esa vacuidad o vacio y esa oportunidad que se le da de concretizar esas sensaciones.
Todo es novedoso, recuérdenlo. Y dentro de ese Gran Plan Universal estos servidores adecuan lo mejor para que puedan entender y para –sobre todo- que puedan actuar desde lo que tienen y desde lo que son, nunca se les va a dar tareas que no estén preparados para poder abarcar.
No se les pide que abran y que sean grupos de doce por una cuestión de cantidad. Podrían estar dos y estar preparados para poder ser transmisores de las nuevas vibraciones. Pero es en este momento lo mejor para el planeta que los grupos se reúnan en número de doce, lo cual no quiere decir que no puedan asistir más personas, no quiere decir que cuando se les dijo “sean ustedes siete” no pudiesen entrar más.
Y ahora que se les dice que el grupo será de doce, irán acudiendo por esa sincronicidad vibratoria. No quiere decir que cuando estén los doce no puedan reunirse más (personas), lo que se les está haciendo sentir es que esos doce pioneros o estos siete pioneros en este momento son el puntal. El puntal se refiere a que cada persona afín en sentir, en pensar, en necesidad e intención pueda acudir y sean estos esa suma hasta los doce, y posteriormente puedan ser muchos más, pero siempre serán esos doce los que sean puntales de ese numeroso, cuantioso grupo. Unos irán, otros vendrán, pero esos doce siempre estarán. Física, mental, espiritual, es la intención –recuerden-, cuando el hombre se abre a la intención de amor no siempre necesita estar físicamente, pero sí deben de componer esa energía del número, doce.
Podríamos estar con esta disponibilidad, contado como ustedes cuentan de tiempo, toda la noche, pero vamos a dejarlo ahí porque sus mentes ya no absorben más. Quédense con la intención y la posibilidad de que van a cambiar, si así lo quieren, de forma de hacer para estar más disponibles para este momento en la Tierra.
Actúen con conciencia de que toda su vida, toda, va a ser girada. Todo lo que hoy les sostiene les va a continuar sosteniendo pero de forma totalmente distinta, o lo que es lo mismo, van a continuar siendo asistidos pero lo que les sostiene va a cambiar.
Traten de ser conscientes en todo momento de sus sensaciones y exprésenlas. Cualquier sensación, aun estando en soledad, exprésenla. Van a ser requeridos a través de la palabra, a través del sonido y a través del color, a través de la palabra, a través del sonido y a través del color.
Filtren todo su hacer con el corazón.
Así sea.

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