09 julio 2009

La continuidad

La continuidad se podría asemejar al gran círculo cósmico, nada tiene comienzo ni final, todo es simultáneamente una continuidad y el hombre es así como a partir de ahora va a ver y vivir su vida, unos más temprano, otros más tardíos, pero todos los seres van a llegar a sentir que realmente la separación no existe, no forma parte del Plan.

Cuando entre dentro del hombre el recuerdo, podrá ver que estuvo totalmente viviendo una ilusión, o perdido dentro de una ilusión, que no existe la vida tal como él la imaginaba, que la Creación nada tiene que ver a lo que su mente ha conformado, va mucho más allá de lo que él ve, cree o piensa, pero ya en este momento va a entender porque va a poder experimentar cómo es el Ser, cómo se desenvuelve este espíritu que hoy, ayer y quizás mañana está en el interior de un cuerpo el cual, su personalidad, le hace ver o creer que existe un nacimiento y una muerte, o un principio y un final, y por más que él estudia, por más que él teóricamente comprende que no existe la separación, que no existe la muerte, que es un constante reciclarse, por más que él trata de comprenderlo se le quedó en una teoría.

Sus vidas están conformadas en base a un nacimiento y a una muerte y todo va relacionado de esa forma, por tanto el hombre ve su corta vida, se aferra a ella, se aferra a esa juventud, a ese hecho puntual, a ese ser, a ese hijo, a esa pareja, a ese trabajo, a esa juventud como si nada después existiese y eso le hace vivir la vida equivocadamente y que estreche cada vez más su mente y encarcele cada vez más a su espíritu.

En este momento actual de la humanidad en el cual esa vibración ya ha cambiado y ha superado la densidad, se le van a abrir esas puertas al hombre para que vea su propia continuidad, para que vea quien es él realmente, para que se dé cuenta que simultáneamente está en distintos planos, que no solamente tiene este cuerpo físico, que a través de cuerpos más sutiles labora, coordina con otros seres en otros lugares.

Por tanto, ese gran cambio de visión va a hacer que automáticamente su vida de un giro, que esa pequeñez, esa estrecha mente se amplíe hasta darse cuenta que lo que hoy vive, lo que ayer vivió, no sirve para dentro de un momento, no sirve para que ese espíritu recobre su esencia, para que unifique y se unifique totalmente. Y es el momento planetario, el momento de humanidad que hace que el hombre pueda fundirse y llegar a ese conocimiento puro.

Pero lógicamente, para que pase de ser una teoría y el hombre descorra voluntariamente ese velo o esa oscuridad en la que él planificó su vida, tiene que mover, movilizar lo que él llama su medio en el que se desenvuelve, unos conscientemente, otros inconscientemente, pero todos los seres del planeta están viendo cómo sus cimientos familiares, sus cimientos de vida se les derrumban.

Cuantas veces no se les decía y se continuará diciendo: cojan ustedes mismos las riendas de su vida para que los movimientos sean suaves, porque el movimiento tiene que ocurrir, debe ocurrir para que el hombre vea su totalidad. Es totalmente necesario que el hombre vea esa totalidad, pero para ello tiene que ocurrir ese movimiento, movimiento energético, movimiento físico, movimiento a todos los niveles, a todos.

Por supuesto que si el hombre no ha ido poco a poco haciendo pequeños movimientos en su vida personal, de pronto se va a resentir, tanto que quizás su vida se desmorone sin ver sentido alguno a esta.

Pero a poco que sientan, a poco que retrocedan en todo lo que han estado escuchando, observarán que constantemente se les ha ido induciendo, dirigiendo para que todo lo que va a ocurrir y está ocurriendo les hiciese el menor daño posible porque en realidad el dolor, el sufrimiento, lo hace ni más ni menos que la incomprensión. Si el hombre no comprende, lo que ocurra no lo va a poder asimilar y eso lo hará sufrir.

Ahora bien, si él ya comprende que eso que está ocurriendo a él o a otros es una necesidad vital para ver una totalidad de perfección, si él ya, aun en teoría, lo ha ido sintiendo y haciendo pequeños movimientos, lógicamente lo va a coger como algo natural y necesario y no va a sufrir. Y le ocurre lo mismo que a otro ser, pero este ha ido modificando hasta el punto que llegado el momento lo vive natural.

Para que se reajuste el ser humano, para que todas las vibraciones que esta inhalando vayan reajustando cada uno de los órganos físicos, cada uno de los cuerpos energéticos que en él hay, incluido su cuerpo físico, lógicamente tiene que haber un resentir. El cuerpo se resiente bien con dolor, se resiente por un humor que no se conocía, el pensamiento parece que sea caótico, las emociones revueltas que no sabe si llorar o reír, el corazón por momentos triste, por momentos alegre, eufórico… Hay un reajuste sutil que todos los seres están sintiendo.

Si no hay una fe, si no hay una cohesión espiritual, si no hay una necesidad, necesidad de fundirse con algo superior, el hombre no va a saber salir de este estado que no reconoce y puede sumirse en lo que ustedes llaman depresión, en una desesperación, puede comenzar a dar giros caóticos en su vida cuando todo, todo es natural, sencillo, cuando solo tienen que dejarse llevar por todo lo que sienten, por todo lo que escuchan, por aquello que les hace vibrar.

Déjense llevar, no lo cristalicen, hagan de sus vidas esa constante, una constante de sentir y hacer, una constante de percibir y dejarse llevar, una constante de ideas y ejecutarlas. No se encasillen en su familia, no se encasillen en su trabajo, no se encasillen en nada, déjense llevar por ese sentir.

Cuántas veces se les ha dicho que todo está en el interior del hombre, todo. Necesitan recordar y para ello se les dan todos los datos que el hombre necesita, solo los tienen que poner en práctica. Pero optan por dejarse llevar por la densidad del momento, enfrascarse en sus propias vidas pequeñitas, y cada vez van a ser mas pequeñitas puesto que las miras van a ser mucho más amplias. Se está –repetimos- descorriendo el velo que les nubla, van a ver y a sentir quienes son. Por tanto sus vidas les van a parecer cada vez más minúsculas, sus problemas cotidianos cada vez los van a ver más y más grandes. Lógicamente, si no dan un paso hacia adelante en ese nuevo despertar de la totalidad y se enfrascan en viejos esquemas familiares y de vida, como no van a sentir ni a ver la salida, cualquier acontecimiento les va a parecer grandísimo, enorme, insalvable.

Tienen que romper esa forma de vivir y tienen todo lo necesario en su interior, solo tienen que recordar todas las conversaciones que han escuchado, todo lo que estas les han hecho sentir en un momento determinado y apostar a hacer, dejar que la inercia no les oprima, coger aquello que sintieron, aquello que les hizo vibrar en un momento y llevarlo a cabo. Será de la única forma que descorrerán ese velo en su totalidad y comprenderán la grandiosidad que les esperaba, y se dirán a ustedes mismos: “¿por qué sufrí tanto?, ¿por qué no me decidí a dar este pequeño paso?, ¿por qué tuve que pasar, si tantas y tantas veces me lo dijeron, por tanto sufrimiento que me hice yo, por supuesto?” Pero eso ya debe quedar atrás. Una vez se descorra el velo solamente es necesario ir, ir dentro de esa continuidad hacia otro momento, hacia otros lugares, con otras necesidades.

Recuerden que todo esto que están escuchando ya lo han escuchado muchas veces, y llegará un momento que se digan a ustedes mismos: “¿cómo ocurrió?, ¿qué pasó?, no se nos avisó”. Comprendan y sientan, sientan en lo más profundo que siempre se les está apoyando, siempre, pero también comprendan que sus decisiones las toman únicamente ustedes, que se les puede aconsejar, se les puede inducir, se les puede dirigir, pero nunca se puede dar los pasos por ustedes, y si ustedes no dan ese paso, lógicamente estos seres de divinidad, aun apoyándoles constantemente les dejarán para que reflexionen y valoren esa necesidad de cambio en base a lo vivido y escuchado con ellos.

Valórenlo, valórenlo porque se les pone un ejemplo que quizás ustedes comprendan mucho mejor: Cuando al hombre se le pone un plato de comida si él pedirlo pueden ocurrir dos cosas, o bien que le siente mal por no tener apetito, o bien que lo engulla sin prestar ninguna atención a lo que está comiendo, de lo que se está alimentando. Es preciso que ustedes pidan la comida porque será que tienen hambre, es preciso que al pedir la comida valoren esta que se les da. Y eso, de nuevo, esta en sus manos.

El hombre cree que nada va a cambiar. Sí escuchó que estamos dentro de un cambio, escuchó que el planeta está modificando su forma, que también las propias formas del hombre están cambiando o deben cambiar, pero es una escucha no vivida, por tanto no asimilada. Ahí es cuando llegara ese instante en que ustedes se pregunten: “¿por qué ocurrió así?, no nos avisaron”. Sí que se les estuvo avisando, sí se les dijo que deben de dar un paso más y sí se les dijo y se les dice que deben de dar ese paso consciente, un paso voluntario para que ustedes valoren lo escuchado y vivan aquello que asimilaron. Ahí es cuando tienen que estar alertas, ahí es cuando tienen que ver de qué forma llevan ustedes a cabo en sus vidas aquello que asimilan de lo que escuchan.

Y tienen que hacer una auto valoración, nadie les va a valorar por ustedes, ustedes deben de ver cómo están aplicando a sus vidas aquello que asimilan de lo que escuchan, ver si hay alguna diferencia, a ver si hay un paso más hacia esa evolución planetaria como ser de humanidad o están en las mismas necesidades humanas, con los mismos requerimientos humanos, con las mismas respuestas humanas.

Se les repite que jamás se juzga al hombre, se le deja hacer y se le apoya en aquello que decide, pero tiene que hacer y tiene que decidir, no puede dejarse arrastrar por una Totalidad que no sabe hacia dónde va. Ustedes tienen medios y conocimiento para sí saber hacia dónde dirigirse, y tienen que mostrarlo, tienen que mostrarlo. ¿Cómo?: valorando aquello que escuchan, reafirmándose en si quieren continuar escuchando o darse un tiempo para pedir ese alimento.

En este tiempo de continuidad también está el tiempo del cambio. Todo constantemente, todo, está cambiando. Aunque el hombre crea que no, aunque el hombre se aferre a lo que le agrade, constantemente, con cada latir del corazón, hay un cambio.

Cogidos a ese gran cambio de evolución, lógicamente el hombre no puede permanecer como esta, y dentro de ese cambio es que les sugerimos que cambien su forma de reunirse. Pidan cuando así deseen reunirse, pídanlo, no den por hecho absolutamente nada porque podrán reunirse, podrán reunirse como amigos, podrán reunirse como seres para conversar de unas teorías, de un conocimiento, cada uno con sus necesidades. Pero esa fuente de inspiración a la que ustedes están ligados, si ustedes no se reafirman estará únicamente latente.

Es otra forma de ayudarles, se les ayuda calladamente, se les ayuda para que ustedes valoren qué necesitan, para que observen su vida y vean si realmente necesitaban tanta información, para que realmente, considerando profundamente sus vidas y sus movimientos en estas, vean si realmente se han estado nutriendo. Y valórenlo ustedes y en base a sus necesidades así, una vez más, serán las respuestas.

Es una forma de ayudarles para que reconsideren sus vidas dentro de este gran cambio planetario. Cierto es que muchos de ustedes, la inmensa mayoría de todos los grupos, creerán que en un momento en el que necesitan más ayuda que nunca se les deja libres, pero cuántas veces no se les ha dicho que al hombre, aun sin gustarle, le gusta más que le dirijan que ser el propio creador de su vida. Y no es correcto, ni por seres espirituales ni por seres humanos es correcto que se dejen dirigir sin que ustedes se interrelacionen con aquello que piden. Tienen que interrelacionar sus vidas y verse esa interrelación para que ocurra.

No se les deja, se les pide que sean ustedes los que elijan. Después de la experiencia vivida con estos servidores elijan si quieren continuar o si se adentran dentro de este nuevo cambio.

Cualquier decisión que tomen, cualquier decisión, será apoyada y será lo mas amorosa posible aunque ustedes así no lo sientan. Cualquier decisión que tomen. Siempre se les apoyará aunque ustedes no lo sientan.

Pero reléanse las oraciones, está en especial. Observen, sientan y en base a esa observación, en base a ese sentir, se les pide por el amor de Dios que se decidan, porque esa decisión, sea la que sea, es lo que les va a ayudar, lo que les va a ayudar a vivir este transito planetario suavemente, suavemente, sin necesidad de pasar por grandes sufrimientos.

Pero tienen que optar por dirigir sus vidas. Y sólo se les pide: decidan si continuar o no, decidan y sean conscientes de sus decisiones.

Amén.

04 julio 2009

El silencio, la poesía y la música

Déjense llevar por el sentir de las palabras. No las razonen, siéntanlas.

El silencio, la poesía y la música. Oración.

Hace tiempo venimos diciéndoles que nada se les puede enseñar, nada. En el interior del hombre ya está todo el conocimiento universal, solo es un recordatorio. Podemos, a través de la intención, recordarles, ayudar a que ustedes se interioricen y den con ese apartado que cada cual tiene para llegar a saber quién es, cada cual. Y a partir de ahí, una y otra vez, se le dé el nombre que se le dé, nuestra intención solo es ayudarles a recordar.

En la actualidad el ser humano necesita un antídoto, y urgente, muy urgente. El antídoto que hoy les presentamos es este: el silencio, la poesía y la música.

Traten de vivir y no solo durante la semana, traten de incorporarlo en su día a día como eso, un antídoto, un antídoto para de alguna forma soltar todo el veneno que el ser humano esta absorbiendo.

Tienen que hacerse muchas preguntas a ustedes mismos y contestarlas. ¿Recuerdan en el último encuentro?, se les inducia para que ustedes mismos observaran su vida y vieran dónde o cómo tendrían que adecuarla para sentirse satisfechos con esa vida que cada cual ha creado, y también se les decía que una vez el hombre llega a esa claridad de lo que él necesita, automáticamente puede cambiar cualquier estado que se le avecine, cualquier estado de ánimo, cualquier estado emocional, en definitiva ,puede hacer que su vida de un giro de 180 grados en todos los aspectos, en todos, pero que para ello el hombre debería de ver claro qué es lo que él necesita para vivir una vida plena, ¿lo recuerdan?

Constantemente tienen que ir incorporando mas sin eliminar absolutamente nada de lo que les llega, no de lo que escuchan, de lo que les llega. Es ir incorporando para que por fin cada cual llegue a dar con su sencillez más profunda, para darse cuenta que toda esa riqueza que está en su interior es sencilla, simple, pero que ha tenido que ver, escuchar, sentir de mil y una formas hasta darse cuenta que esa sencillez pero a la vez grandiosidad estaba en su interior. Ha tenido que dar vueltas y más vueltas, búsquedas y mas búsquedas, para darse cuenta que todo es natural y sencillo, que fue el hombre quien lo enmaraño y él, por supuesto, quien debe ir quitando todo lo que sobra para llegar a saber quién es.

También les decíamos dentro de ese recuerdo, que el hombre se impregna de todo lo que hay a su alrededor y la mayoría de veces no es consciente de lo que es suyo y lo que no, sencillamente está impregnado en algo que lo invade.

Cuando el hombre comienza a querer buscarse, a querer sentirse para no ser partícipe de esa gran masa de humanidad, sino dentro de ella coger, tomar o retomar su propia individualidad, debe de hacerse muchas preguntas y obtener respuestas, no debe nunca esperar a que los demás respondan por él, eso será la vida de los demás, de cada cual.

Pues en ese estado en que se encuentra el planeta, todo está interrelacionado y todo se impregna constantemente cambiando los estados de ánimo de los seres humanos sin que en realidad, quizás, vaya con uno. De ahí que el hombre debe estar despierto, para reconocer que no es su historia. En la medida que el hombre sea consciente de lo que tiene en su vida, de lo que le sirve y de lo que no, de lo que quiere y de lo que no, de dónde quiere llegar –y ahí volvemos a incidir- en este momento histórico de la humanidad, a estas alturas, con este estado de conciencia al cual el hombre ha llegado, debe tener claridad en su vida, no en la vida, en su vida.

Muchos engloban la vida en una: así es la vida, es ley de vida, eso es la vida. No, la vida no es ni muchísimo menos como el ser humano la está viviendo. El ser humano está viviendo su vida, y se dice en pequeño porque es minúsculo, y cree y se siente como el centro. Pero en cambio esa vida que en la mayoría de casos no complace, en la mayoría, la viven como si realmente esa fuese la vida, ¡no!, es su vida, si no les gusta cámbienla, por eso el hombre tienen tantas y tantas oportunidades y opciones, porque la vida no es como él la está viviendo, por eso necesita urgentemente ese antídoto, para atisbar, sólo atisbar, la grandiosidad de la vida.

La vida que cada cual vive no es la auténtica, por eso a la mayoría no le gusta, no le satisface, no le complace, se siente que debe haber algo mas y ahí entra el gran buscador, el caminante, buscando ese algo mas pero que la sociedad o la masa de humanidad le ha hecho ver o creer que así es la vida. ¡No!, la vida es grandiosa y el hombre lo olvidó. El hombre necesita retomar a través de la música, de la poesía y el silencio, el silencio en todos los aspectos, no solo el silencio físico y no cualquier música.

Dentro de ese silencio en su gran totalidad, aparece esa grandiosa sintonía que cada cual trae y automáticamente el hombre se expresa ya con poesía, todo lo que de sus labios crean es armonía, todo lo que su mente absorbe es transparencia. Pero todo eso el hombre, hoy -y volvemos a hoy-, lo tiene que retomar, tiene que recordar que él, dentro de esa perfección que es, que lo olvidó, tiene que retomarla. Y es ahora cuando se le puede recordar porque es ahora cuando la Tierra se ha puesto en disposición de que el hombre pueda recordar.

Es a través de esa vibración que la Tierra respira, que el hombre puede dar ese gran paso evolutivo, de ahí que siempre ha podido cambiar, siempre ha podido coger una nueva dimensión de su propia vida, siempre, pero como en la actualidad nunca. La posibilidad energética que hoy tiene el ser humano para en un instante, un instante del tiempo que ustedes comprenden y manejan, un instante, poder dar ese gran giro.

Pero todo esto es interno, lo lleva el hombre en su interior, no esperen conocerlo de fuera, no esperen coger una panacea que alguien les enseñe. Si ese alguien al cual nos referimos les hace recordar, perfecto; si esa música les hace recordar, perfecto; si estos servidores sirven para hacerles recordar, perfecto. Si no es así, sean capaces de decidir ustedes mismos qué hacer, ¡qué hacer!

Todo está en su interior, pero para eso tienen que beber de ese antídoto, para que la gran masa de humanidad que cada vez es mayor no pueda arrastrarlos, para que esa inconsciencia en la cual el hombre se ha dejado arrastrar y es un tono más que casi ya ni se escucha de esa sintonía del hombre, se ha perdido en sus decisiones y se deja arrastrar por las decisiones de otros, se ha perdido en sus sentires y se deja arrastrar por los sentires de los demás, ya no sabe donde está lo correcto o no, ya tiene mezcladas sus emociones, sentimientos, necesidades, por eso les decimos: es urgente que beban del antídoto, es urgente que el hombre se repliegue en sus adentros cada vez más, dentro de ese silencio, dentro de esa música, elíjanla, para que puedan expresar qué hacer, cómo moverse, cómo replantear sus vidas.

Sientan qué les hace sentir bien, qué hechos a lo largo del día les hacen sentir que son servidores, qué trabajos, qué haceres les llegan a lo más profundo y les hacen recordar que en un momento ustedes eligieron servir, que no están en ese camino por casualidad ni por agradar o agradarse, están porque tienen que cumplir, de cumplimiento, con el servicio que ustedes decidieron.

Pero para que ese compromiso de servir o de servicio, en mayúsculas, comience a dar su fruto, deben ser conscientes, no debe de vivir el hombre con teorías o de teorías, es un sentir profundo de saberse que cualquier decisión, cualquier decisión que toma es, y así lo siente, porque está cumpliendo, sin poder razonar ni darle nombre, pero hay un sentir que le hace saber que está cumpliendo con un deber hacia la humanidad, hacia el universo y hacia la Divinidad. Pero tienen que sentirlo, tienen que vivirlo, tienen que corregir sus vidas para que todos los días tengan como mínimo atisbos de que están cumpliendo.

Dentro de la densidad del planeta, el hombre, sin querer, y eso cada ser humano lo vive de distinta forma, pero sin él querer se densifica, sus trabajos, sus relaciones con los demás seres, sus pensamientos, por supuesto, todo es denso. Están –recuerden- en un planeta cuya densidad es importante, pero no son de aquí. Dentro de esa densidad, palabras que les resuenan como ejercicio o como obligación, cójanselo como quieran, pero si realmente ustedes quieren recordar y ser servidores conscientes, tienen que hacer ese esfuerzo, al principio puede que sea un gran esfuerzo, pero tienen que hacerlo. No son de aquí y deben de recordarlo, lo han escuchado muchas veces pero se les queda como teoría. Luego, si observan su densidad, van a sus haceres, a sus trabajos, se relacionan con sus personas, amigos, familias, y ya se olvidan de la mayoría de conversaciones que les llegaron al alma.

Pues dentro de esa densidad el hombre tiene que manejarse pero sin atraparse. Cuando el hombre diariamente siente que no es de aquí, automáticamente ya hace él esos recovecos para sentir instantes al día de saberse de otro lugar, de saberse que está aquí por un cumplimiento que aun no llega a reconocer pero se siente bien sabiendo que puede aportar mucho a los seres humanos, sabiéndose que su vida puede mejorar muchísimo más, sabiendo que lo que no le guste puede cambiarlo, sabiendo que siempre puede tener una respuesta para aquel que lo necesite.

Y todo eso el hombre lo tiene que recordar y hacerlo diariamente. Repetimos, háganlo como quieran, selecciónen sus momentos de quietud, de silencio, pero sientan quienes son.

En el plano de densidad en el cual están sumergidos se les llega de mil formas y ustedes, aun estando disponibles, no están despiertos. Se les llega y ustedes no escuchan, se les llega y ustedes no sienten, se les llega y ustedes dan a la casualidad ese día, ese momento, y se les llega de muchas formas. Cada vez que les llegamos ustedes tienen una pequeña inspiración; no crean que es suya, de ese modo cada vez estarán más despiertos a la llamada.

Recuerden que en este tiempo los seres que apoyan al planeta Tierra se están esmerando para que se les escuche. Y a lo largo del día, cada ser humano sin distinción, dormido o despierto, buscador o no buscador, cada día cada ser de humanidad tiene contactos con esos servidores pero en su gran mayoría lo atribuyen a una casualidad, creen que ha sido momentáneo y lo olvidan.

No se lo atribuyan a ustedes. Para abrir cada vez mas esa puerta, ese tiempo de conexión, atribúyanlo –fíjense lo que se les va a decir- atribuyan toda la vida que viven a esos seres que se les han regalado. Imagínense que son ellos los que dirigen su vida, cualquier acto, sea novedoso, rutinario, de trabajo, de ocio, atribúyanlo a que ha sido una inspiración divina, no se lo atribuyan a ustedes, a la casualidad o al momento. Es mejor comenzar por ahí que pensar que es o ha sido una casualidad.

Recuerden que ya hace tiempo se les dijo que a través de los sueños, a través de otros seres humanos, a través de cualquier medio de comunicación se les contesta, se les dirige, pero para ello ustedes tienen que ser conscientes, si no de nada vale. Si todo lo que ocurre en sus vidas ustedes dicen: “seguro que ha sido una inspiración divina”, ¡seguro!, no lo duden, aunque parezca -y vamos a poner los extremos- ordinario, no lo duden. Por ahí deben de empezar, por momentos de silencio interior, por momentos de regocijo con la música para que les eleve el espíritu, para que sus palabras cuando se relacionen suenen como la poesía más pura y divina. Traten de esmerarse con la palabra, procuren no utilizarla, cuando lo hagan por necesidad que sea armónica, que vean lo más bello del momento, que esa conversación la eleven como si la estuviese escuchando el Creador.

Hagan ese trabajo, es necesario. Es necesario que el hombre sea consciente del momento tan importante para la humanidad, es necesario que el hombre observe que con su propia intención, con su pensamiento y acción es capaz de convertir un hecho desarmónico en el más hermoso, en el más perfecto. Y estamos hablando del hombre actual con sus defectos y sus grandes virtudes.

Y recuerden y recuerden y recuerden, que esta densidad del planeta no les deja sentir, no les deja ver quien es en realidad el hombre, no les deja ver. Ven su imperfección porque es lo mas material, ven sus desacuerdos porque es lo mas material, ven su creación porque es lo mas material. Deben de habituarse a no ver con los ojos físicos, sino a sentir la grandeza del hombre y a sacar lo que en su interior llevan: ese es el servicio que cada uno de ustedes que se dicen servidores, que se dijeron servidores o se dicen caminantes, buscadores, ese es el servicio que deben de dar, a ese es al que se comprometieron. Están aquí con la densidad del planeta, con las necesidades de cada uno en sus vidas, pero tienen que mostrar que pueden y se puede mostrar la perfección dentro de esta densidad del planeta.

Todo se le pone en el camino al hombre, nada debería de ser un esfuerzo para él, todo es natural. Lo que con palabras cuesta llegar a ustedes, cuando comienzan a hacerlo como algo propio de la naturaleza divina que llevan no es esfuerzo, no es para nada laborioso ni costoso, es ligero, es liviano, es natural, le surge al hombre más pronto esa sonrisa, esa alegría, le surge más pronto esa palabra de ánimo que todo lo que aparentemente esta el hombre sembrando.

Pero para ello tienen que recordar, tienen que saltar de esa rueda que la humanidad sigue sin saber hacia dónde ni cómo. Si se dejan guiar por esa inercia de la mayoría no se les puede encontrar, recuérdenlo, de ahí que volvemos a retomar el principio, es urgente que el hombre sepa cómo salirse de esa inercia, es necesario que se salga de esa inercia para poder comunicar, para poder estar como están ustedes, para que no sea una quimera, para que no se diga nunca más “debe de haber algo mas”, para que nunca más crean que la vida, esa grandiosa vida, no la pueden vivir en estos cuerpos; pueden y deben vivir esa grandiosidad con los cuerpos que tienen, ya, en este instante, si ustedes así lo decidiesen. Recuerden, tienen que decidir sus vidas, qué hacer con sus vidas, claramente, “quiero llegar a esto”, claramente, un día, otro día.

Cada vez que ustedes necesiten reafirmarse, vocalícenlo y dense su tiempo de silencio para poder conversar con estos seres deseosos de hacerlo. Dense su tiempo de silencio, conózcanse, se asombrarán.

Y dentro de este tiempo de recuerdo se les recuerda: el tiempo al cual ustedes están supeditados, sin entrar en detalles, es imposible hacerlo, pero ya ustedes pueden atisbar, son momentos cambiantes, momentos decisivos pero a la vez cambiantes, instantes que la Tierra decide por necesidad. A la vez que el hombre selecciona su vida, así la Tierra como ser vivo lo hace y ella selecciona momentos como el actual para poder purificarse, de ahí que cada tiempo, cada año que se adentra a este mes del ocho, ella como ser vivo aprovecha para desintoxicarse, la Tierra también esta bebiendo de un antídoto.

No la vean como algo concreto, no la vean como la ven la mayoría de seres humanos, como un planeta denso, es un ser con sentimientos, sensaciones, emociones y corazón, y ella aprovecha estos momentos y observen qué hermoso –lo que el hombre llama casualidad- qué hermoso que cuando el hombre se toma su tiempo de retiro aunque lo haya deteriorado al paso del tiempo, su tiempo de retiro, su tiempo de ocio o su tiempo vacacional -como él le llama-, la Tierra aprovecha para desintoxicarse. Es curioso. Pero claro, cada vez que la Tierra se toma su antídoto para desintoxicarse, los ríos crecen, las –como llama el ser humano- catástrofes aprovecha. Realmente ese es el tiempo que el hombre tiene que comprender y conscientemente cambiar, cambiar, únicamente es cambiar su intención.

Ustedes cogen el mes ocho, el mes siete, un tiempo para el relax. Debería de ser un tiempo para la interiorización. Pero cambien un poco la intención, ese tiempo de relax vívanlo con la intención de ayudar a la Tierra a purificarse, vívanlo y mézclenlo, interrelaciónense con el antídoto que acabamos de darles al de la propia Tierra.

Nos extendemos un mínimo. Cuando ustedes entran en silencio sienten esa música de las esferas. Esa actitud, esa vibración que el hombre está emitiendo es el antídoto de la Tierra, ahí está la grandeza y la perfección, la interrelación que existe en todo.

El hombre vive en su pequeñez creyéndose aislado de todo, viviendo un pequeñito problema personal haciéndolo grande, grande, grande hasta perderse en él hasta olvidarse de quien es, cuando si su intención fuera la de elevar al máximo su comprensión, elevar al máximo su apertura de saber quién es, “¿quién soy?: soy un intermediario del Cielo y la Tierra, soy un intermediario entre el planeta y el cosmos, soy un intermediario pero a la vez estoy interrelacionado hasta con la respiración, mi alimento es el suyo, mi intención es la suya”.

De ahí que de la intención hoy se les dice: intencionen ese tiempo de silencio en el cual entra el hombre en este tiempo del año, intenciónenlo para purificarse y purificar a la vez al planeta. Sepan lo grandioso, sientan lo grandioso. Pueden comunicarse, no tiene barreras el hombre si supiera cómo hacerlo.

Aún sin él quererlo está constantemente interrelacionándose con todo lo que existe, pero la densidad lo atrapa y no recuerda, pero a través de los sueños, a través de ese silencio, a través de la música, a través de la contemplación, el hombre es capaz de llegar a saber quién es.

Encuéntrense.

Amén.

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