31 enero 2008

ORACION: LAS SENSACIONES


¿Cómo definirían cada uno de ustedes su vida? ¿La definirían que se mueve por sensaciones, por lógica, por intuición, por razonamiento, por costumbre, por inercia?

Ojalá que la mayoría de seres pudieran definir sus vidas como movidos por sensaciones o por intuiciones. Ojalá el hombre pudiese decir que su vida está guiada única y exclusivamente por sensaciones, ¿se lo imaginan, se imaginan un planeta que todos los seres que lo habiten movieran sus vidas única y exclusivamente por sensaciones, por intuiciones?, ¿se lo pueden imaginar?, ¿qué ocurriría?

Las mentes lógicas imaginamos que lo vivirían como un caos, como algo caótico. Para las mentes que necesitan tenerlo todo pesado y medido a través de esa lógica, realmente sería un cortocircuito. Algo o alguien que se mueve a través de lo inesperado, que puede romper con cualquier idea, con cualquier acto en cualquier momento, siempre con ese respeto hacia el prójimo pero basado únicamente en su sensación de vida.

Imagínenlo y no se lo quiten del pensamiento ni del corazón, atrápenlo y no lo pierdan, porque es a lo que el ser humano va.

El hombre, para alcanzar ese estado de plenitud que tiene el planeta, estado de plenitud, debe guiar su vida única y exclusivamente por las sensaciones que le den sus sentidos, y no sus cinco sentidos, sus sentidos. Tiene que hacer lo imposible para dejarse guiar solo por la intuición o las sensaciones, aunque les parezca una barbaridad, aunque les parezca un sin sentido, y no lo acoten, amplíenlo a todo lo que es la vida en lo que ustedes toca, metan trabajo, metan pareja, metan todo lo que ustedes toquen, todo, sus pensamientos, sus ideas, sus acciones. No metan la lógica, no metan la razón, observen y obsérvense qué sienten, qué sensación tienen cuando piensan en una idea, en una persona, en un acontecimiento, en la vida, ¿qué sensación les mueve? Tienen que aprender a clasificar esas sensaciones.

Hasta ahora el hombre reconoce la sensación de frio, de calor, el hambre, la alegría, la tristeza, la amargura, la ilusión… Eso, el hombre, lo reconoce, pero no se mueve a través de ello. Ponemos ejemplos que cada cual tiene todos los días, todos. Una persona no está a gusto en su trabajo pero es lo que tiene que hacer; las sensaciones que tiene son de apatía, de tristeza por tener que levantarse e ir a un lugar que no le gusta, pero lo hace; tiene que ir a un lugar, su sensación le dice que no le apetece pero tiene que ir porque ha quedado con tal, con cual, o porque quiere agradar a alguien; a él no le apetece pero va.

Y así observen sus vidas y hagan un recuento de las cosas que diariamente hacen moviéndose exclusivamente por las sensaciones que les mueven en ese momento, o vean cómo diariamente hacen por obligación de cualquier tipo: porque tienen que entregar dinero, porque tienen niños pequeños, porque tienen, porque tienen, porque tienen esa obligación a lo que sea. ¿Cuál pesa más en sus vidas?

El ser humano, después de tanto y tanto tiempo y tiempos de moverse a través de la lógica y la obligación, ha perdido toda la frescura que es innata en el ser de humanidad, ha perdido todos sus reflejos de referencia de lo especial que es, ha perdido esa frescura de tener sensaciones únicamente a través de un olor y que le lleven a lugares donde no llega la razón, y que lo viva, que lo haga suyo.

Esos seres que ya tienen despierta esa facultad, porque hoy en día se le ha de llamar facultad cuando realmente es innato en el ser de humanidad, hoy ya es una facultad, aquel que conserva o aquel que ha apostado por mover su vida únicamente por sensaciones, le está sacando el jugo a la vida, está comprendiendo el sentido que tiene la vida para el ser de humanidad, está comprendiendo el sentido que tiene individualmente en este instante y momento en el planeta, ve su sentido, su relación, observa su vida y lo torcida o derecha que la encauzó, lo ve, lo siente, lo percibe a través de esos sentidos.

Hay que dar forma a la vida, una nueva forma a nuestras vidas a través de los sentidos, esas sensaciones que nos puede dar el tacto, la vista, la piel, el olfato, el corazón, el… nada, porque a veces no te lo trae ninguno de tus cinco sentidos pero tienes esa sensación y la sensación tiene nombre y se lo puedes dar, lo que te atasca es el realizarlo si no le ves una lógica.

Por ejemplo, una persona tiene una sensación fuerte de lo que sea, muy fuerte, automáticamente quiere darle forma y encontrar un nombre a esa sensación. ¡Vale!, ya se lo ha encontrado, ya le ha encontrado el nombre: pues me pasa…, esa sensación me da que esto es, estoy sintiendo esto por esto, ya tiene el nombre, ¿cómo la realizo?: no puedo realizarla, claro, porque no tengo esto, o no ha llegado aquel… Ya está metiendo la razón, ya tiene la lógica, ya te está atrapando y estás dejando de cumplir la sensación, estás dejando de dar forma a un nuevo estilo de vida, a una nueva forma de relacionarse la humanidad con el planeta, estás dejando de ver el autentico sentido del hombre en este planeta, en este, en otros no sabemos cómo se moverán, pero en este el hombre tiene que moverse a través de sus sentidos, lo que sienta en el momento que lo sienta y sin dejar que entre la lógica.

Lógicamente, están pensando: tengo dos hijos, tres hijos, un hijo, tengo una pareja, tengo un trabajo, tengo que darles de comer, si lo que siento no es eso, ¿cómo se van a alimentar? Vale, ya está la lógica, ya está el razonamiento, el atrapamiento y la resistencia ante una nueva forma de ver y vivir la vida.

Les estamos proponiendo este nuevo estilo, esta nueva forma. Nunca, no olviden que nunca, se le va a proponer nada al hombre, al ser de humanidad, que no esté dentro de la armonía de vida. ¿Qué quiere decir eso? Se lo tenemos que desmenuzar como a los niños pequeños, pero vamos a hacerlo en un ejemplo. Ustedes amplíenlo a toda su vida. El ejemplo sería: teniendo la seguridad de que la vida me va a proveer de lo que yo necesite, si necesitas una economía porque estas cuidando de unos hijos, la tendrás; si necesitas una nueva forma de estructurar tu trabajo, no tu hacer, tu trabajo, ese que te merma cada vez que piensas en levantarte de la cama para ir hacia él, no metas la lógica, ¿que sientes, que sensaciones te trae cuando tú dices “no voy a ir a trabajar, a ese trabajo no voy”, si no metes la lógica ni la razón te quedarás en cama, a ver qué pasa.

Sé que va a romper con la forma que tiene hoy estructurada el hombre, mucho, y ustedes deben de, dentro de la observancia, dentro de ese sentido que ya lo tienen inculcadisimo en sus genes, la observancia, observen hacia donde y como se está decantando el ser de humanidad con esta forma de ver la vida, con esta forma lógica de ver la vida, con esta inercia de vivir lo que todos viven, de moverse como todos se mueven, hacia dónde está llevando esa forma de vivir al ser humano.

Ustedes no sé si verán a través de esa observación hacia dónde les están dirigiendo. Estos servidores, desde ahí, les pueden decir que los están llevando a través de esa lógica y razón a una enfermedad sin vuelta, a una enfermedad sin sanación, a una muerte en vida. Hacia ahí es hacia donde les está llevando esa forma lógica de vivir sus vidas, esa forma respetuosa, para ustedes, de vivir lo que los demás les presentan y, por respeto, no se mueven por su sentir.

Y ahí podríamos ampliar, y ampliaremos, cómo se está comportando el ser de humanidad que presiente, percibe, intuye que la vida no es como nos la han presentado. ¿Qué le ocurre a ese grupo de seres de humanidad, que por un lugar u otro les vienen esas sensaciones de que no están en ningún lugar? Ese tiene que replantearse más que aquel que no ve, más que aquel que se deja llevar, si realmente apuesta y se deja llevar por esa nueva forma que se les está expresando, y que ocurra aquello que tenga que ocurrir. ¿Ustedes creen que la Creación, sí, la Creación que creó todo lo existente, les va a presentar algo, les va a proponer algo que no esté relacionado con la autentica armonía del universo? No podría, no podría, es que todo lo existente, hasta ustedes, hasta el hombre, es armonía, todo es armónico y cuando deja de ser armónico muere, desaparece, ¿entienden?

No se les va a proponer nada que no puedan con ello alcanzar la autentica armonía de vida y de universo. Otra cosa es que ustedes se atrevan a probar esa nueva forma que les llega, porque entre otras cosas -ya lo saben- tienen que aceptar únicamente aquello que les ha llegado a cada uno, aquello que les ha llegado, que les ha calado, es lo que tienen que probar, porque de todo lo que están escuchando quizás una, solo una cosa puedan asimilar, o dos o tres, pero imagínense que solo han asimilado una cosa de lo escuchado: esa es la que tiene que introducir y probar.

Se les dice: prueben, prueben a vivir aquello asimilado, vivirlo tal y como se lo estamos explicando, vivan por sensaciones. No se imaginan lo que puede ocurrir en sus vidas, puede ser realmente ese giro que están esperando, puede ser el auténtico cambio que están necesitando.

Amén.

24 enero 2008

ORACION: TIEMPO DE TEMPLANZA


En este nuevo amanecer de la humanidad sus aguas están revueltas, las emociones, los sentimientos, los pensamientos de los seres humanos están revueltos, todo indica que estamos en ese proceso de cambio, pero el hombre, cuando lo vive por separado, aislado en sí mismo, no puede percibir ese gran cambio, ve su vida, ve cómo se mueve, le gusta más o menos pero está centrado en su vida y no puede percibir toda la extensión de humanidad, ese nuevo nacimiento de un nuevo ser.

De ahí que el hombre debe de hacer un esfuerzo para no verse aislado igual que no ve aislada su vida, sus acontecimientos, no los ve aislados unos de otros, tiene que unirlos para ver el por qué. Para ver el cambio de humanidad, el hombre tiene que ver dentro de ese conjunto y ahí es donde percibirá ese nuevo amanecer y donde verá el sentido de su vida dentro de un conjunto de humanidad, y verá sus hechos aislados, sus pensamientos aislados, sus emociones cómo comienzan a tomar forma dándole un sentido y un por qué a lo que está o le está ocurriendo en ese momento en la vida.

Si el hombre se extrae tanto, se aísla tanto del conjunto de humanidad, no encontrará ese sentido ni verá la razón ni el por qué de esos cambios de humor, esos cambios físicos, esos pensamientos incontrolados, esas emociones desbordantes…

El hombre tiene que unir y unirse a ese Todo, no puede ver, no puede percibir nada aislado, su vida no es aislada, es un producto de un conjunto de seres con sus pensamientos, emociones y situaciones que repercuten en la vida de cada ser. De ahí que muchas veces no podemos dar nombre a esos estados de ánimo, no podemos ni tan siquiera deducir si ese estado de ánimo es nuestro o no, pero poco importa saber si es nuestro o no lo es, cuando realmente el hombre debe de unificar y unificarse con cada ser de humanidad dentro de la gran totalidad del universo, debe mezclar la energía y en esa mezcla y en esas aguas turbulentas de una y otra energía y cientos y millones de energías sacar la pureza de ese nuevo amanecer de humanidad.

Si el hombre se empeña en seguir como está, si se empeña en ver su vida como única, como lo más grande o lo más pequeño, verse en definitiva aislado de los demás seres y las demás situaciones de los demás seres humanos, que es como está viviendo, el hombre cada vez se está aislando mas, cuando debería de mezclarse más está haciendo lo opuesto de lo que es necesario para la totalidad, aislarse, replegarse, cuando debería de expandirse en ideas, actitudes, hechos a través de los cuales se confundan todas las energías unas entre otras sin saber cuáles o de donde viene la mía. Es ahí a lo que esta nueva humanidad va abocada, lo quiera o no es al altruismo con sus palabras mayúsculas, a unificar la totalidad de la energía del hombre hasta perder la propia identidad voluntariamente. Jamás perderá el hombre su propia identidad, nunca, pero esa debe ser su intención, la intención en estos momentos debería ser el mezclar con toda la intención su propia energía con el resto del universo, desde lo más profundo hasta perder o querer perder la propia identidad. Ahí se fusiona ese amor, ahí se fusiona el sentido autentico de la vida, ahí recobra el sentido la vida.

En estos momentos cada ser observa individualmente su vida y, sin entrar en si le gusta o no, si tiene o no que modificar aspectos de ella, sin entrar en todo ello el hombre puede, perfectamente, sin profundizar demasiado, darse cuenta que el camino de la vida no lo ha comprendido. Aunque le guste la vida que lleva, aunque no crea necesario modificar absolutamente nada porque está contento o contenta con lo que ocurre en su existencia, aun así se les dice que no han comprendido el sentido de la vida, el sentido que el hombre debe de dar a la vida para que ésta le dé, le muestre, esa fusión con la totalidad.

Recuerden que estos días decíamos que la vida por sí sola no es nada, que la vida la hace el hombre. Para que el hombre le de la autentica existencia y autenticidad a la vida, debe mezclarse, no aislarse, debe, con toda la intención, saber que debe poner toda su energía a la disposición de la energía acumulada en el planeta, la energía de los demás seres humanos, sin omitir ni reservarse nada.

Lógicamente, visto así, parece extraño o algo teórico cómo hacer eso. Volvemos a lo mismo de siempre, no cojan los hechos aislados: la convivencia, el compartir. Cuando el hombre convive y comparte, ya está mezclando su energía, ya está llegando en segundo lugar para dar toda la importancia a esa relación e intentar comunicarse, ya se ha replegado ese ego, ya se ha replegado ese don de importancia para dejar paso a la comprensión, a la unicidad, a la comunión con otros seres humanos.

La intención del hombre es encontrar o encontrarse con seres con los cuales pueda mezclar y entremezclar toda la energía. Sus formas de pensar generan energía, su sentir profundo genera energía, sus emociones, pensamientos, toda la actitud del hombre genera determinada tasa de energía. Esa es la que debe de mezclar potenciando al que tiene alrededor y a la vez potenciándose a sí mismo. Esa es la nueva forma de vida, ese es el sentir autentico de la vida, el dar y darse con la plena confianza de ser uno mismo, sin reservas. Eso es lo que realmente se espera del hombre, y eso es lo que este nuevo amanecer necesita para que se cumpla.

De ahí que el hombre debe entrar en momentos de pausa, porque no va a comprender ciertas actitudes de sí mismo y mucho menos de los demás. No va a comprender esa nueva forma de pensar o sentir o sus necesidades, son nuevas necesidades y formas de pensar y sentir, y necesita entrar en pausa física y mental, para poder dar forma y entender mínimamente qué está ocurriendo en el planeta y qué le está ocurriendo a él, para poder dar un poco de sentido a todo lo que a cada uno le está ocurriendo, porque el hombre, cuando ve mínimamente, le guste o no, un sentido a lo que le está ocurriendo, se relaja, le es más fácil continuar. Si en su vida no ve ese sentido, si por un lado y por otro no entiende lo que le está ocurriendo, se desespera, entra en conflicto y en enfermedad y no es de provecho a la humanidad.

Por eso es necesario ese tiempo de pausa, ese tiempo de interiorización, de aislamiento si fuese necesario, para entender todo lo que está ocurriendo. Es un nuevo amanecer, una nueva forma de pensar, de sentir y por tanto de vivir, que necesita el hombre y lo siente aunque no sepa darle nombre todavía. Está entrando en esos nuevos humores, en ese nuevo sentido no reconocido por nada, y para dar forma a eso necesita de un tiempo de pausa, un tiempo de pausa al día. Sin ensimismarse en sí mismo, sabiendo que su deber es entremezclarse con los demás seres humanos para potenciar esa nueva energía en el planeta hasta querer perder la identidad. Eso es realmente darse por amor, darse con las palabras mayúsculas del amor, sin reserva, sin mío, sin tuyo, porque no se pierde nada, se potencia.

Y en esta nueva humanidad el deber es potenciarse hasta el punto de fundirse, fundirse con la totalidad a voluntad propia. Si se dejan su tiempo llegaran a comprender situaciones que ahora les van grandes, llegaran a comprender respuestas que hasta ahora no entendían de sí mismos, cada cual entenderá el por qué de esta forma de sentir, de esta forma de pensar y por qué esta forma de actuar que a veces, en muchísimas ocasiones, entra en conflicto consigo misma. Se entenderán reacciones del cuerpo y reacciones, por tanto, de los demás seres humanos, y ahí, con esa comprensión, automáticamente pierde la referencia con la cual ahora está conviviendo el hombre, la referencia que ya está caduca, esa de poner en tela de juicio cualquier expresión de otros seres humanos, pasar por filtros que ya no corresponde porque el hombre ya entiende que se mueve únicamente con el afán de fundirse y potenciarse, ya no va al detalle, al juicio ni al prejuicio, va a fundirse.

Esa es la nueva humanidad, y ahí es a lo que cada uno de ustedes debe, por deber, hacer hincapié y no dejarse influenciar por nada, ni por actitudes ni pensamientos del pasado. Esa es la nueva humanidad a la cual ustedes van dirigidos.

Amén.

17 enero 2008

ORACION: EL DESPERTAR DE LA VIDA


Si alguien nos preguntara sobre la vida, sobre lo que pensamos sobre la vida, ¿podríamos responderle?, ¿cada uno de nosotros, qué piensa de la vida?

Si la pregunta fuera hacia personas mayores, nos contestarían: “la vida es así, esto es la vida”. Si preguntamos a los más jóvenes nos responderían lo mismo, “la vida es esto”. En realidad, la vida es que no se la puede definir de otra forma, con otro nombre, aunque queramos darle un sentido a esa palabra, pero ¿qué se puede decir de la vida?

La semana anterior decíamos que la vida sin el hombre no tiene sentido, el sentido, a la vida, se lo da el hombre. Por tanto el hombre sí debería definir con una palabra qué es la vida. Además, debería de hacerse el propósito de encontrar su propia definición en una sencilla palabra. Y, ¿por qué debería?: porque en la medida que el hombre llegue a la conclusión, a su propia conclusión, de poder definir en una palabra qué es la vida, verá cosas de la vida, de su vida, tan naturales que hasta ese instante no había caído en la cuenta, no había sido consciente.

Muchas veces el hombre se pierde en grandes elucubraciones, en grandes ideas, pero es bueno que comience a saber qué es la vida para él, cómo vivir su propia vida, dar sentido para él a esa vida, siempre para uno mismo. Recuerden que venimos tiempo diciéndoles que la vida la hace el hombre y que el hombre crea su propio destino, por tanto, esa vida y ese destino no es lógicamente, el mismo para todos, todos no podemos ver la vida del mismo color o forma, pero si podemos ver mi forma, mi color, y en base a esa forma y ese color así la vivo, así le dedico y así me dedica.

Es bueno y necesario que el hombre comience a acotar espacios para definir quién es y donde está. Una vez sepa quién es, quien soy, por qué y para qué estoy aquí, podrá mucho mejor comenzar a dar muestras de ese sentido que se pide al ser humano, ese sentido de vida, esa coherencia de vida y ese saber. No puede el hombre ir buscando, buscando, siempre buscando conocimientos, no puede ir siempre con esa ansia de que le den mas y mas y mas, el hombre tiene que encontrarlo dentro de sí porque ya está preparado para recoger sus propios frutos, pero claro, para eso tiene que saber donde esta, tiene que dar sentido a su vida, tiene que crearla.

Si es todo tan sencillo, tan natural… Uno observa su vida y ve en qué puntos debe mejorarla y cómo mejorarla. Observa toda su vida, observa lo que hay y lo que le gustaría, pero para ello, para ser un observador, tiene que ser fiel de dar forma a lo que observe, “observo que en esto, observo que en lo otro, observo que tengo que mejorar, observo que debo cambiar…” y hacerlo. Ser observador no es estar de brazos cruzados. Muchas veces hemos hablado que el hombre que observa no está parado, no es un parasito. El hombre que observa, en base a esa observación aprende, aprende a usar como corresponde tanto la palabra como la acción. El hombre observa su propia vida y lo que le gusta de ella y la potencia, y observa lo que no debiera estar, por tanto eso es lo que debe cambiar y no esperar. Cambiar es cambiarlo, ser observador conlleva el hacer inmediatamente aquello que ha reconocido.

Y así de sencilla es la vida, así de sencilla es nuestra vida, y así de grandiosa. No es complicada la vida, es sencilla, es grandiosa, y como nos han dicho y dicen constantemente, preparada para el hombre, preparada para que la use el hombre. Pero claro, el hombre no se atreve a coger esa gran responsabilidad porque nunca le han hablado que la vida es suya, de nadie más, y que puede hacerla de la forma que más le guste, la puede moldear a su forma, a su necesidad. Pero en cambio lo manipulan y son los demás los que viven la vida de uno, y claro, a la mayoría de seres humanos cuando les preguntan qué es para ellos la vida no tienen respuesta y su respuesta es “la vida es así, me la arreglan o desarreglan, me gusta o no me gusta, pero ¿yo que puedo hacer ante la vida?, la vida es así”. Y no, la vida la haces tú y esa es tu responsabilidad, no dejar que nadie te arregle la vida, tú debes arreglar tu vida, tú debes dar sentido a la vida sin límites ningunos.

El hombre no tiene que tener ningún límite, ninguna limitación. Aquello en lo que piense, por el hecho de haber sido pensado, ya puede existir y hacerse realidad, lo que sea, no hay límites. A eso tampoco nos han enseñado, con lo cual, cuando la vida de uno, por lo que sea no gusta y observas donde está y pasa por tener más economía, o tener otro trabajo, o tener otra pareja u otra casa, pase por lo que pase, el hombre automáticamente, reconociendo donde está se paraliza, ve imposible llevarlo a cabo. Si pasa por una economía y no la tiene “claro, ¿qué voy a hacer ante eso?”, ya se ha paralizado; si pasa por imaginar que no está con la pareja adecuada automáticamente se dice “pero bueno, las cosas son así, no voy a destrozar una familia porque yo haya visto…”, ya de nuevo se ha paralizado. Y así constantemente. Si observa que su trabajo no es el que le gustaría, automáticamente ya salta la duda de “¿Qué voy a hacer?, no estoy preparado para hacer otra cosa”. Siempre observa que no puede hacer mas, no termina de creerse el hombre que si él ha pensado esa vida, si la ha observado en su propia vida y ha sido consciente de ver donde no está haciendo lo adecuado para él mismo, para su propia vida, no le han enseñado a ser suficientemente fuerte como para decir “lo voy a cambiar pase por donde pase, sé que puedo hacerlo, sé que corresponde al hombre cambiar su propio destino y no sé de donde sacaré el dinero, no sé donde encontraré las fuerzas para dejar a mi mujer o mi marido, no sé cómo encontraré otro trabajo, no lo sé, pero sé que lo voy a hacer”. Es esa confianza y seguridad la que el hombre necesita para coger sus riendas. ¡Claro que no sabe cómo lo va a hacer!

Muchas vidas ha estado escuchando siempre, o bien reproches o limitaciones, no nos han educado en una libertad autentica de ser libres, ese ser siempre atado, enrejado en pensamientos, actitudes y hechos, y ahora de nuevo nos dicen que la vida la podemos hacer nosotros, que nuestra vida es nuestra y siempre ha sido, pero que en base a lo que en cada momento ha ido conviniendo a la sociedad, a las culturas, a las religiones, nos han ido educando de una forma o de otra siempre metidos en religión, siempre acotándonos las necesidades, siempre entre lo bueno y lo malo. Cualquier idea que le surja al hombre no es ni buena ni mala, es una idea y debe ser plasmada en este mundo que es el mundo de lo concreto.

Recuerden que el hombre está de paso, recuerden que el hombre no es de aquí. Y se les dice que lo recuerden para dar sentido a lo que están escuchando. El hombre no es de este planeta, está en este planeta, el planeta de la concretización, deonde nos enseñan a concretizar las ideas, pero una ideas ilimitadas, unas ideas sin miedos, unas ideas libres. Dentro de esa libertad, cualquier idea se debe realizar, claro que anteriormente debe de pasar por el filtro de cada cual con lo bueno, lo malo, lo justo o lo injusto, lo posible o lo imposible, porque nos han educado en base a esos filtros, en base a esas culturas, y ahora de nuevo nos enseñan que no existen los filtros, que no debemos para nada utilizar las limitaciones a las que nos han tenido años y años y años. Solo es probar. Claro, hasta ahora nos han tenido entre religión y no religión, entre lo bueno, lo malo y lo regular, entre profesores, padres, sociedad en general, hasta habernos creído que no somos nada, que no somos ni dueños de nosotros mismos y mucho menos de nuestras ideas.

Y así, más o menos, hemos ido viviendo hasta hoy. No pasa nada. Hoy nos dice que es de otra forma, vale, vamos a probarlo. No pasa nada. ¿Por qué el hombre no se atreve a probar? Porque aun tenemos miedo y estamos muy atados, atados a conceptos de bueno y de malo, nosotros mismos nos lo decimos una y otra vez, “es que si hago esto luego mi conciencia…” Estamos dentro de una cultura y una humanidad maltratada de muchas, muchísimas generaciones. Es lógico que el hombre tenga sus resistencias al creerse o al sentirse mínimamente libre. Tiene sus resistencias, y ya entramos de nuevo, no está ni bien ni mal, simplemente lo que se les dice una vez más es que lo prueben, no dejen nada por probar. Si hasta ahora no les ha servido de una forma, prueben de otra. Que su cultura o su religión o su voz o su conciencia les hacen ir por otros sitios, vayan. Si es tan sencillo. Que su conciencia les deja un poco más libres, perfecto, decídanse a ir más allá, decídanse a sentirse libres de su propia vida, libres para hacer o deshacer, y prueben a ver qué ocurre, seguro que les encantará. Ser dueños de su propio destino, ya no tener ninguna cabeza de turco para decir “por culpa tuya, por esta sociedad, por esta educación” No, no, no, no, eso es pasado, hasta hoy ha sido, ahora ya es pasado, ahora sé que únicamente depende de mí, si yo sueño, si yo idealizo una forma de vida sé que lo voy a conseguir, sé que puedo hacerlo, voy a por ello.

Y recuerden que se les ha dicho muchas veces, cuando el hombre, cuando el ser de humanidad entra en ese estado de seguridad interna y externa, no puede haber nada que dañe al prójimo, a otro ser humano, nada. Quizás, aparentemente, algunos se sientan molestos, heridos con decisiones que uno tome, sí, pero se sienten molestos. Pero hacer daño, dañar, ni física, ni moral, ni mentalmente, el ser humano, cuando entra dentro de esa verdad que muestra la gran seguridad, está fuera de poder dañar nada de lo que existe. Así de perfecto es el hombre. El hombre puede dañar, y daña, dentro de la inconsciencia en la que vive, pero cuando un ser despierta a esa conciencia, automáticamente se pone al servicio de, y ahí no hay daños, ahí no hay dolor para nada de lo que existe.

En otros momentos, aunque se ha hablado muchas veces sobre esos temas, pero en otros momentos se debe refrescar o recordar, y este puede ser uno de ellos. El hombre, todos los seres incluido el hombre, se basan en una ley y dentro de esas leyes no hechas por los hombres, sino leyes divinas, o leyes creadoras para que no lo encasillemos en ninguna religión, leyes que han ido cambiando en base al cambio generacional de los seres humanos, o en base a los cambios planetarios, pero todo se va ajustando dentro de esas leyes. Algunos las llaman leyes de causa y efecto, llámenles como quieran, son leyes de la naturaleza y esas no pueden ser agredidas por el hombre. El hombre las agrede aparentemente por su inconsciencia. Cuando el hombre es consciente de que esas leyes están entre otras cosas para su servicio, se pone en concordancia con ellas, o sea, el hombre es una ley mas para potenciar la ley universal, se pone servidor al planeta y servidor al universo, no puede dañar.

No caigan en esa llamada voz de la conciencia para dejar de hacer lo que en un momento intuyen que deben hacer. Y se les dice esto porque esa voz de su conciencia está muy amañada culturalmente, muy amañada por la religión o religiosidad, y muy mal educada, y a veces les puede confundir y no ser esa voz a la que ustedes son fieles y llaman voz de la conciencia, pueden ser las voces de otros seres a los que no les conviene para nada que ustedes muevan ficha.

¿A qué hombre, a qué ser de humanidad le va a gustar -si no está preparado para ello, por supuesto- escuchar que otro ser es dueño de su propia vida? En principio no lo van a creer, y en segundo es que si lo creyeran no les va a ser muy agradable porque si pasa por ser libre para hacer o deshacer, el hombre no está acostumbrado a ello y se puede sentir amenazado. Por tanto no les va a gustar y va a continuar sintiendo esa necesidad de acallar esa conciencia.

Vamos a ir dejándolo ahí, sintiendo que las cosas se amontonan en sus cabezas y que todas las cosas novedosas, aunque las vivamos en un instante como maravillosas, no se aceptan en su totalidad y hay que dar tiempo al tiempo.

Solo quédense con que ya no les sirve para nada la queja, la queja ante la vida ni ante los seres humanos, no se pueden quejar porque están viviendo lo que ustedes quieren vivir. El cuento que no les guste, pueden cambiarlo. Quédense con ello, ya no hay culpables, es uno mismo el que hace o no.

Amén.

10 enero 2008

ORACION: EL VERBO, VIA DE PERFECCION


¿Recuerdan la oración de la semana anterior, que se les hablaba del hombre de universo? Se les hablaba de ese instante de perfección en el cual es creado el hombre teniendo la capacidad de poder entrar y salir de este lugar del planeta Tierra como un ser de espíritu, con carne, sin necesidad de pasar por la muerte. Ese era a grandes rasgos el hombre de universo.

Y decíamos que poco a poco el hombre ha ido perdiendo esa perfección quedándose anclado en el espacio que ocupa, anclado física, mental, emocional y espiritualmente, perdiendo todos los valores con los cuales fue creado, y perdiendo por tanto la perfección, porque no la usa.

Culminando la oración de la semana anterior, quedó en el aire para que ustedes pensaran, sintieran, comentaran.

Durante un tiempo vamos a ir desarrollando aquello que a la mayoría les quedó en el aire, que fue explicado y entendido con palabras del hombre, pero recuerden que se les está diciendo constantemente que las palabras de los hombres, las ideas de los hombres, los conceptos que hoy tiene el hombre no sirven para este momento.

Vamos a introducirlos de forma que vayan asimilando poco a poco esos nuevos conceptos para que el hombre pueda vivir retomando su perfección y llegando a ser ese hombre de universo. Y hoy, la vía, el medio, va a ser el verbo, la palabra.

En conceptos de los hombres, la palabra existe para comunicarse y entenderse entre sí. Hasta ahí, hoy, el hombre tiene claro ese concepto. Bien es cierto que de un tiempo a esta parte hasta la palabra que sirve para comunicarse los unos con los otros se está deteriorando, pero aun estamos hablando de la palabra que usa el hombre. No entramos, y escuchen bien, en el verbo.

Ustedes creen que es la misma cosa el verbo y la palabra. En sí es la misma cosa, en sí, pero dentro del deterioro que el hombre ha hecho de sus dones, el verbo nada tiene que ver con la palabra que usa hoy.

¿Y por qué es tan importante que retomen, importante no es la palabra, urgente, urgente es la palabra, por qué es tan urgente que el hombre de humanidad retome el verbo? Ya dejamos la palabra a un lado, ya no usamos la palabra, usamos el verbo y se les va a explicar de modo que puedan asimilar, no ya entender, asimilar, qué es el verbo.

No vamos a entrar en las religiones, cada una de ellas tendrá su parte de razón al explicar qué es el verbo. Tal y como ustedes lo conocen, saben que el verbo creó al hombre, “y el verbo se hizo carne” les dicen en su religión. Vamos a ir desarrollando esa parte de razón que su religión les mostró. Pero nos vamos a ir ubicando en la oración de la semana anterior para que no se pierdan, de la semana anterior, y de la anterior, y de la anterior y de la anterior. Recuerden que unas con otras se entrelazan para llevarles a una comprensión y una asimilación.

Si venimos diciendo que el hombre está hecho a la imagen y semejanza del Creador, si hacemos hincapié en explicar que el hombre es parte de Dios, que Dios está en él, que el Creador es perfecto, también tenemos que entender que el hombre, el ser de humanidad, es perfecto.

Pero entra lo que venimos diciendo, entra la nueva energía que todo lo invade en la Tierra, y el hombre va perdiendo esa perfección. La va perdiendo porque si decimos por culpa de la sociedad, si pensamos que es por falta de educación o mala educación, también nos crea la incógnita de preguntarnos quien es la sociedad: el hombre, por tanto, ¿quién ha perdido ese recuerdo de perfección?: el hombre. Partiendo de la base que el hombre en un momento de su historia perdió esa capacidad de saber quién es, esa capacidad de dar la importancia que tiene a él mismo, a las cosas, pensamientos o decisiones que toma él mismo, hasta el punto de anularse y dejar que otros, la bien llamada sociedad, decidan por uno mismo, porque no lo creerán pero observen que sus vidas, las de la gran mayoría, están dirigidas por seres que no son ustedes, están dirigidas por la pareja, por los hijos, por las circunstancias, por el banco, por los jefes… y alguien diría por la vida.

Y también en oración se les explicó que la vida es el hombre. La vida en sí no podríamos definirla si no existiese el hombre. De nuevo está el hombre, ¡qué ser tan perfecto, que todo gira en su entorno sin ser necesario, sin ser necesario! En cambio, todo gira en torno a esa perfección. Y ¿Por qué si todo gira en torno a esa perfección decimos “y no es necesario”?: porque el hombre ya no reconoce esa perfección, por tanto, como hombre, como ser de humanidad, no está siendo necesario. Es necesaria la perfección, es vital la perfección, y dentro de esa necesidad, de esa urgencia, vuelve a entrar el verbo. Para que el hombre recuerde y retome la perfección que está en él tiene que usar el verbo. Y vamos a dar varios ejemplos para que comprendan qué es el verbo y qué es la palabra.

Ya hemos dicho que la palabra es lo que ustedes usan para comunicarse, no para entenderse, que últimamente no se entienden, para comunicarse. Para que el hombre retome esa perfección, ¿por qué debe usar el verbo? Sencillamente porque el verbo es creador. Si la palabra que ustedes usan ya no les está sirviendo, ¿cómo creen que su palabra pueda crear?, por más que lo digan, por más que sientan que es así. Porque en teoría el hombre sí sabe que en sí es lo mismo, la misma cosa, pero comprendan que si la palabra ya no les está sirviendo porque ya no se comunican debidamente, ya no se entienden entre sí, que la misma palabra que escuchan en un grupo de personas, se puede individualmente preguntar y cada cual ha escuchado cosas distintas, ¿cómo se puede esperar que la palabra cree? No crea, la palabra no crea, ha perdido su fuerza como el hombre ha perdido su perfección.

Para retomar esa perfección, para que el hombre sea capaz de ser un hombre de universo y mezclarse entre sí y fusionarse con todo lo que existe, con todo el universo, debe dar forma hasta crear, usando el verbo. Como en sí es lo mismo, cuando ustedes empleen la palabra para que esta coja el carácter de importancia, de fuerza, fuerza de creación, y se convierta en verbo, tienen que hacer una palabra que tome forma inmediatamente sea la que sea, digan lo que digan, escuchen lo que escuchen, debe estar seguida de una forma, deben de crear que esa palabra cobre vida para que sea verbo, de nada vale entender, que es lo mismo, de nada vale decirse entre ustedes “es que no usas bien la palabra”, no sirve porque no se lo aplican. Si aquel que dice “yo uso las palabras y me cojo a ellas” observas su vida y no es creador, está usando únicamente la palabra, la teoría de la palabra, no está usando el verbo creador.

El hombre, y ahí entra la urgencia, para que despierte a este nuevo nivel de conciencia de la Tierra, a esta nueva vibración, tiene que ser consecuente con el verbo.

Aquello que no tengan la intención de plasmar inmediatamente, no lo vocalicen. El modo de ensalzar al verbo en el lugar que le corresponde es no usar la palabra si esta no va seguida inmediatamente de un hecho. Usen el silencio para aquellas palabras que todavía no sienten o no se sienten con la fuerza de llevar a cabo. Imprégnense de que detrás de una palabra tiene que haber un hecho, detrás,

- Me voy a tal sitio…

Se va, y es a ese sitio, si no únicamente digan “me voy”.

- Voy a hacer cierta cosa…

¡Háganlo!, no cabe el decir “no he podido”, porque la palabra se deteriora y el verbo se aleja, no crea. Si no están seguros al cien por cien de que tras la palabra va a haber un hecho usen el silencio.

El hombre, dentro de su olvido, ha ido deteriorando cada uno de los dones con que fue creado, cada uno. El don de la escucha, el don de la imaginación, y así con todos hasta llegar al verbo creador. ¿Por qué –pregúntense ustedes- si el verbo crea, si yo soy consciente de que soy parte del Creador, por qué mi palabra no crea?, ¿por qué cuando un ser humano tiene una necesidad vital, sea la que sea, una necesidad de mejorar físicamente, una necesidad vital de generar una economía, una necesidad vital la que sea, por qué con su palabra no la crea? Si él es creador, ¿por qué no crea aquello que es necesario en ese instante? Pregúntenselo.

Lógicamente, como el hombre habla y habla y habla, y desea y desea y desea, y no ve ni sus deseos cumplidos ni sus palabras realizadas, va perdiendo la fe en sí mismo, y sí escucha que es parte de Dios, que es un ser perfecto, que está hecho a la imagen y semejanza, lo escucha pero no lo integra, porque si lo integrara, si no fuera pura filosofía o pura teoría, podría sanar cualquier situación que le fuera vital, pero no es así.

Hay pocos seres pero los hay, no lo olviden, si la humanidad existe como humanidad es porque hay seres que sí son perfectos, que sí usan el verbo y través del verbo como vía de perfección mantienen el planeta Tierra. Y otros, a través del verbo no pensado, lógicamente, a través del verbo salido y tomado forma con palabra y hechos, verbo, palabra, hecho. Hay seres que mantienen el planeta y otros lugares a través del verbo. Y esos seres de perfección, esos hombres configurados como cada uno de ustedes, como cada uno que escucha, configurados con forma humana, usan el verbo para ser una creación. Porque si decimos seres, sus mentes se pueden ir a eso de etéreo –que los hay-, pero no, estamos hablando con sus cuerpos, cuerpos que sostienen a través del verbo creador el mundo.

Y ahí está el hombre, aun titubeando si será, no será… ¡qué palabras más bonitas, pero mi vida continúa igual!, continúa igual, claro, y continuara igual porque no lo has integrado, no se ha asimilado, por tanto se vuelve a usar la palabra sin fuerza, esa palabra que ya no sirve, esa palabra que nos retiene en una incomprensión cada vez más profunda.

- ¿Qué quiso decir?

- Pues quiso decir esto…

- No, yo no entendí eso.

Así está la humanidad. Si detrás de la palabra hay un hecho no hay posibilidad de dudas. Y ese hecho es la creación de un ser, el que sea, y esa creación puede hacer que el hombre salga de la oscuridad en la que está sin necesidad de pasar –se repite- por una muerte física. Que lo crean, eso es ya su decisión. Que lo integren y lo hagan, eso es su decisión. Que es la única vía que hay para que el hombre retome su perfección y actué en base a esa perfección y cambie el mundo, también es su decisión.

Pero como hemos dicho que ustedes, que cada cual que escucha y asimila y hace está preparado, no les quepa la menor duda. Ahora bien, la mejor demostración es la que se harán ustedes mismos usando el verbo y dejando atrás la palabra.

Usen el verbo con todo el rigor que se merece. Usen el verbo con la trascendencia que le caracteriza por su Creador. No se sientan limitados en ningún aspecto, en ninguno, cualquier necesidad que su mente tenga, que su corazón reclame, que su espíritu les pida, vocalícenlo, vocalicen su necesidad como hombre, no pidan al Creador, son creadores, son co-creadores del Creador, busquen en sus profundidades esa perfección, ese recuerdo de quienes son.

Lógicamente, lo harán y no ocurrirá nada, y se pueden pasar días, semanas, meses y años y no ocurrirá nada. Porque, volvemos a insistir, cuando el hombre pierde el recuerdo, el único medio que tiene para mostrar y demostrar son las relaciones humanas, de nada les va a servir vocalizar su necesidad si el verbo creador no lo están usando como corresponde con sus semejantes. Ahora bien, cuando ustedes en sus relaciones inmediatas y no inmediatas, con todo aquel que se relacionen lo usen correctamente, den la importancia que necesita la palabra y el verbo, ahí sí, cuando ustedes se observen que constantemente, no puntualmente, tras de una palabra hay un hecho, ya lo han creado, ahí sí. Ahí vayan ya a lo grande, sí, a lo que ustedes piensan imposible, si piensan que es imposible tener millones y millones y millones, si es imposible tener dentro de una enfermedad terminal una sanación… todo lo que les parezca imposible, vocalícenlo y ahí es cuando ustedes mismos verán quienes son.

Obviamente, cuando el hombre entra dentro de esa perfección que usa el verbo para crear, crea dentro de una perfección y armonía como el Creador, no existe ya el egoísmo, no existe ya la malicia, es perfección, y el hombre necesita de esa perfección, y el Creador también. El hombre necesita alcanzar urgentemente esa perfección y, repito, el Creador también.

Amén.

02 enero 2008

ORACION: EL HOMBRE, UN SER DE UNIVERSO Y UNA ESPERANZA DE ETERNIDAD


El hombre está viviendo y ha vivido dentro de una gran oscuridad. Vive, ha vivido y ha pasado sin la menor importancia y así lo ha hecho propio, lo ha hecho propio con un comportamiento sin sentido, con un hacer sin trascendencia, no ha sabido ver la importancia, lo importante que es.

Cuando nace un ser, el adulto se maravilla de esa perfección, es perfecto, y ahora en la actualidad con toda la ciencia y los adelantos para poder ver a ese ser cómo se forma, el hombre se queda realmente maravillado de tanta perfección. Todo se pone a la disposición para crear una nueva vida, todo parece, y así es, que se confabule para crear al hombre. Pero, ¿cuánto tiempo le dura a ese hombre adulto ver y vivir esa perfección? Le dura el tiempo de enseñar a ese nuevo ser, enseñar a todos los conocidos que van pasando para conocer al nuevo ser. Y los padres viven esa grandeza, y los seres que van a ver a ese niño viven esa grandeza y lo muestran y lo dicen, ¡qué perfección!

Pero cuando ya el niño es conocido, al hombre se le va, se le olvida, vuelve a sumirse en esa oscuridad y pasa y actúa por la vida sin un sentido trascendente, vulgar casi en muchos casos. ¿Cómo es posible que el hombre no conserve, no se apropie, no integre en todo su ser ese instante de perfección cuando ve una vida nueva?, ¿cómo es posible que no retenga la importancia que tiene el hombre? Es la esperanza de la eternidad, la esperanza del Eterno. ¿Cómo puede el hombre vulgarizarse tanto que olvide eso de perfecto, que olvide quien es y cómo en un momento determinado el universo se confabuló con todas las fuerzas de la vida para crear un nuevo ser? ¿Cómo puede vivirlo el hombre como una casualidad? ¿Cómo puede vivirlo como un despiste?

Cuando en lo más profundo el hombre pierde su identidad, porque eso que ustedes están escuchando, ese perder la importancia que el hombre tiene, es perder la identidad de quien es, es perder el sentido de qué hace aquí en este momento, en este lugar y en esta existencia, es como dar paso a la casualidad, es como creer que fue un despiste de dos personas cuando todo esta milimétricamente pensado para que este ser nazca, para que ese hombre de universo dé testimonio de la perfección con la cual fue creado a lo largo de su existencia, y su existencia es eterna.

¿Hasta qué punto está confundido o se ha dejado confundir, que cree que el hombre desaparece, que cree que muere? Porque aunque ustedes, aunque muchos seres humanos ya creen que la muerte no existe, que es un nuevo nacimiento, muchos seres están queriendo creer que eso es así, pero están queriendo, no lo creen firmemente, no lo han integrado en su totalidad porque no entienden que todo el universo se configuró en un instante para fecundar un nuevo ser, un hombre en este planeta.

Y a medida que el hombre crece va perdiendo en su totalidad la gran importancia de ese nacimiento. Y, como decimos, cuando el hombre pierde esa transcendencia de su nacimiento, esa gran importancia del hecho, todo lo que vive en su vida está rodeado de un sin sentido, no siente quien es, no actúa en base a lo que es. Si el hombre actuase en base a lo que es no tendría esas lagunas de desesperación, esas lagunas de no saber qué hacer con su vida, no existiría el caos, no existiría el miedo, y lo más importante, recordaría quien es.

El hombre es un ser de universo configurado momentáneamente en este planeta, momentáneamente. Un ser que toma un cuerpo físico adecuado para vivir durante un tiempo en este planeta, pero al fin es un ser inmortal, un ser de universo en el cual el Creador puso toda la esperanza para realizarse. El Creador creó al hombre con su máxima perfección para realizarse. El hombre, en consecuencia, debe crear para realizarse. No puede ni debe pasar por una existencia sin dejar su impronta. Y muchos, en base a su cultura y educación, creerán que el dejar la impronta ha de ser con algo relevante, importante, y no es así. El hombre fue creado con su máxima perfección para mostrar la divinidad en él y manifestarse a través del amor con todos sus semejantes, de ahí la gran importancia con que estamos insistiendo últimamente en las relaciones humanas.

Si en este planeta la esencia, la vitalidad, la vibración del hombre es “x”, y por eso existe en este planeta, en este lugar y no en otros, es porque debe elevar, sutilizar su energía para poder volar como ser de universo e ir donde deba ir, donde se requiera su presencia. Pero para ello, si está en el planeta Tierra, tiene que mejorar y elevar a través de esa mejora su vibración, y solo puede hacerlo a través de las relaciones humanas, de ahí que les damos tanta importancia.

Si el hombre tiene que alcanzar y recordar quién es porque lo ha olvidado, solo puede hacerlo a través del otro, que le sirve como espejo de quien es. Y aquello que vea en el otro que no le guste, siendo que es un reflejo de sí mismo, no tiene que cambiar al otro, tiene que cambiarse él porque está delante de su propio reflejo, y el otro con el otro, y así la humanidad en su totalidad.

Pero en base a la educación, en base a la creencia de que el hombre tiene que existir solo un momento en este espacio de tiempo, acapara todo para sí mismo y todos son culpables menos él. ¿Cómo puede el hombre mejorar, cómo puede relacionarse con ese absolutismo cuando en realidad, en sí mismo, por si mismo no es nada?

El hombre crece, se desarrolla, se multiplica cada vez acotando más su espacio. En un tiempo la familia era importante, los vecinos eran importantes, los amigos eran importantes, y conforme el hombre va perdiendo más su identidad, solo le importa él mismo. Quiere recoger, tener, ser más, y ahí entra esa decadencia en la cual el hombre como raza, siempre ha llegado a ella y siempre ha sucumbido por la gran importancia, por la necesidad de poder, por el egoísmo, cuando si entendiera que él está hecho de lo mismo, con la misma esperanza y necesidad que todos los que existen, se daría cuenta que forma parte de todos, que realmente el gran organismo, el gran universo se compone del hombre, no de ti ni de mí, sino del hombre.

Cuánto cambiaria el sentido de la vida si todos pensaran que entre todos, que entre la fuerza de todos, el conocimiento de todos, el amor de todos es cuando el hombre alcanza ese ser de universo. Ese ser que no necesita un cuerpo corpóreo para ir y venir, para hacer o deshacer, ese ser que se mezcla y entremezcla hoy aquí, mañana no se sabe dónde, aquel que entra y sale sin necesidad de un cuerpo físico, de una mente concreta, aquel que cede para que de él se pueda usar, aquel que da para que otros puedan recoger, aquel que se muestra aquí y allí con el mismo amor, aquel que no quiere tener la razón, aquel que únicamente quiere y siente que debe vivir, aquel que no se conforma pero sí conforma una nueva idea, sí conforma un nuevo ser de humanidad, un nuevo comportamiento, unas nuevas respuestas, aquel que sus respuestas son siempre y con todos igual, aquel que no finge, aquel que no quiere tener la razón, aquel que quiere aprender, aquel que quiere elevar, aquel que sobre todo quiere saber qué hacer para mejorar.

Así deberían ser las relaciones humanas, y no hay equivocaciones, no existe la equivocación, existe un conocimiento. Cuando el hombre conoce se transforma en sabiduría y un ser sabio no se equivoca, no existe la equivocación. Aquel que atisba lo importante y la importancia de su nacimiento, lo importante y la importancia de ese instante de creación en que todo fue derrochado para que él existiera. No puede ser una casualidad, no puedo vivir mi vida sin poner mi impronta, una impronta de amor que no se olvida, una impronta de sabiduría que va mas allá de lo que el hombre quiere hacernos creer, un conocimiento innato, porque el hombre todo lo sabe ya. Cuando reconoce la gran importancia que tiene su estar en este momento, que tiene su nacimiento en este planeta, cuando lo reconoce, ya sus preguntas, todas sus preguntas y sus dudas son contestadas y crece.

Pero ¿qué ocurre cuando el hombre ha llegado a ese momento de dar la importancia que merece a sí mismo? Ocurre que se aleja. Momentáneamente se aleja. ¿Por qué se aleja cuando realmente en las relaciones humanas son tan necesarios seres que pongan esa calidad de vida, ese amor y esa calidez? ¿Por qué se aleja? Entra dentro de la comprensión que ustedes deben llegar a tener. Es comprensible que cuando un hombre llega al momento de sentirse con la importancia trascendente que tiene, todo en sí cambia, vive la vida dando a todo la trascendencia que corresponde poniendo cada cosa, cada hecho, cada palabra, cada persona en un lugar porque es la ley divina, puede parar para recoger pero no puede retroceder.

El hombre que no llega ni tan siquiera a atisbar por qué está hecho de esa perfección, con esa exactitud, no puede dar la grandeza a su vida ni hacer que su entorno sea grandioso porque no le da esa importancia, porque pasa por la vida sin ajustarse a ese acontecimiento divino, vive como una casualidad el estar aquí y no en otro lugar, y todos sus hechos son semejantes y eso hace que se aleje de aquel que ya ha llegado a esa conclusión y no puede alcanzarlo.

¿Qué ocurre, pues, con esa esperanza de eternidad si el que muestra que sabe se aleja? ¿Qué ocurre si el hombre necesita un punto de referencia y esa referencia se nos aleja? ¿Será que tiene que llegar el hombre por sí mismo a través de la pérdidas, lo que llaman desgracias, a esas conclusiones? ¿Será que el hombre necesita pasar por esas pérdidas para darse cuenta de qué está hecho, para darse cuenta que realmente está desperdiciando un tiempo de aprendizaje en este planeta? ¿Será que tiene que llegar por sí mismo a todas esas preguntas y respuestas?

Porque observen un hecho muy palpable, el hombre está acostumbrado a escuchar, pero ¿está acostumbrado a dar forma a lo que escucha, o se queda con lo ya aprendido replicando del mismo modo tiempo tras tiempo? ¿Será que escucha y no se da por aludido?, ¿será que aun cree que en su individualidad debe de vivirlo en solitario?, ¿será que aun no ha llegado a la conclusión de que siendo un ser individual su forma de crecer es mezclando todo su ser y toda su energía con los demás seres humanos perdiendo su individualidad y potenciando al ser de universo?, ¿será que dentro de ese egoísmo aprendido aun cree que por sí solo puede llegar? ¿Llegar dónde?: llegar a tener la plena confianza de que es un ser perfecto y todo lo que toque y piense nacerá dentro de esa perfección.

Últimamente ustedes se preguntan: ¿por qué el hombre tiene que pasar por todas las experiencias que actualmente la humanidad está pasando con ese gran deterioro, con esa pérdida de identidad, con esa agresividad, por qué el hombre no puede aprender de otra forma? Esa pregunta esta en el aire, ¿por qué el hombre no puede aprender de otra forma?, ¿qué tiene que aprender pasando por tanta y tanta decadencia?

El hombre ya debería de hacerse sus grandes preguntas y observarse para tener las respuestas, observarse a sí mismo con relación a lo más inmediato que tiene delante, a sus relaciones más inmediatas. Si en las relaciones más inmediatas no surge la armonía, ¿cómo puede pretender el hombre que haya armonía en la Tierra, en el planeta, cuando él con sus grandes preguntas no es capaz de generar armonía en su entorno?

Lógicamente, ya es momento de que el hombre que se hace esas preguntas sepa que si la Creación es perfecta y él es un ser nacido de esa perfección, no puede dejar entrar en su vida nada que le saque de esa perfección, nada, cualquier idea, cualquier pensamiento, cualquier actitud debe corregirla. Así entenderá en base a esa experiencia y en base a la experiencia que la vida le traerá, a si mismo se contestara todas las preguntas relacionadas con la vida y el hombre le traerá las respuestas. Pero debe vivirla, debe vivir dentro de esa armonía y no esperar que otros vivan en la armonía, no puede esperar el hombre a cambiar cuando otro cambie, no puede, no sabemos en qué momento cuales son las necesidades de otros seres humanos, solo sabemos las nuestras, solo tenemos nuestra referencia de cómo quisiéramos que fueran, de cómo quisiéramos vivir la vida y dejar que dentro de la humanidad vaya naciendo esa necesidad de mejorarse.

Cuando el hombre entra en esa necesidad de mejorar ocurre lo que hemos dicho, cuando la necesidad de mejorar es profunda entra inmediatamente una necesidad de observar y observarse que le hace ver cosas, actitudes, gestos, personas que no le agradan, y automáticamente hay un cambio en ese ser y ya se compone consciente o inconscientemente para replicar que eso, ese hecho o persona le sea agradable, y ya da un paso hacia delante y a ese paso le sigue otro en base a la experiencia que vive.

Lógicamente, cuando el hombre da un paso, si el otro no lo da ya existe una separación. Cuanto más rápido vaya uno, más lento va el otro, pero aquel que ha dado el paso también ve qué ha ocurrido y no puede bajar, no puede retroceder, le corresponde dar otra respuesta para que aquel que va más lento observe. De ahí la gran importancia que tienen las relaciones humanas de reflejarnos aquello que no queremos, aquello que no nos gusta e intentamos y pretendemos hacer cambiar a la persona cuando realmente es uno el que debe cambiar. No me gusta esta actitud pero es un reflejo, me estoy reflejando yo, en algún momento y lugar he tenido o tengo las mismas respuestas, las modifico, las cambio, las borro.

Ese es el autentico amor, esa es la gran necesidad de evolución que tiene el ser. Pero es uno mismo aquí mismo, y en la medida en que vaya naciendo la necesidad en la raza humana se tendrán esos puntos de referencia cada vez más, y así sucesivamente es cuando la humanidad como tal dará su paso evolutivo. En su totalidad. Pero individualmente el hombre tiene que dar su paso, claro que debe dar ese paso, debe dar otra respuesta y no de casualidad o porque un día le hayan salido las cosas bien y se sienta bueno. Otra respuesta en todo lo que la vida le vaya trayendo, otra respuesta de sabiduría ya que estamos en un planeta en el cual el único deber que tiene el hombre es aprender, aprender y mostrar lo aprendido. ¿Cómo si no puede uno saber que tiene algo asimilado? Tiene que observar en los demás para darse cuenta de aquello que tiene asimilado, sin pretender que el otro lo tenga. Uno mismo a sí mismo.

En un tiempo se decía que la Tierra era joven, y es así, pero aquello fue en un tiempo. La Tierra, como un ser, ha ido creciendo y ahora ya no es un niño, no es un joven, ya ha llegado a la madurez y como madurez ha llegado a un conocimiento y una sabiduría. Y dentro de ese conocimiento y sabiduría acepta a cada cual en su interior y no obliga a nadie a que madure a su vez, respeta la niñez y ahí continua estando, pero lógicamente, al igual que hemos puesto el ejemplo del hombre, la Tierra también selecciona aquellos seres que le pueden dañar porque ella no puede ir para tras, aquel que no le sigue le puede dañar, y aquel que no le sigue tiene obligatoriamente que pasar a otro estado de conciencia, obligatoriamente.

Así, el hombre también debería comenzar a seleccionarse. Esto quizás no lo entienda, pero es necesario que dentro de su incomprensión escuchen, de momento. Quizás lleguen ustedes a sus propios planteamientos y respuestas, quizás las tengamos que dar estos servidores. Pero es necesario que el hombre algo se plantee, que algo no tenga controlado.

¿Cómo, que están diciendo que el hombre, un ser de universo, que puede entrar y salir, y ahora están diciendo que seleccionemos? Es muy sencilla la respuesta, y en base a su experiencia vivida, en base a esas relaciones inmediatas irán teniendo esa respuesta y comprenderán la gran importancia del hombre de retomar su identidad. Observaran como su vida recoge el sentido autentico cuando todos los hechos que ustedes hacen vayan teñidos de esa importancia, cuando todo lo que salga de su mente y su corazón recobre la grandeza de quienes son.

Amén.

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