29 noviembre 2008

El Vuelo del hombre


Después de toda la trayectoria que lleva el ser humano, lógicamente podríamos decir que en el punto en que se encuentra le son necesarias unas alas.

A pesar de que les estamos induciendo para que observen todo el entorno, para que observen las circunstancias de la Tierra, para que vivan esas circunstancias de una forma natural y necesaria para ese cambio de conciencia del ser humano, a pesar de todo ello el hombre se siente ensimismado en su propio ombligo, se siente como único y necesario como ser de humanidad y ahí entran sus quejas ante la vida que vive, sus necesidades de cambio, sus necesidades de ver otra salida y la fuerza que tiene arraigándose cada vez más a la tierra, al planeta. Y aun sabiendo que el momento es necesario para la evolución del hombre él se siente en un callejón sin salida.

En ese punto en el que se encuentra el ser de humanidad tiene que sentir –volvemos a los sentidos- hacia dónde encaminarse puntualmente para que, como les decíamos el día anterior, su vibración no merme.

El hombre sabe muchas cosas pero no pone en práctica aquello que sabe o asimiló, lo ha dejado latente sin vivirlo. Se olvida de que para alcanzar ese estado de armonía necesita una vibración más sutil y esa vibración sutil la alcanza a través de los sentidos, de las sensaciones, de ahí que es importante que se rodee de sensaciones que le hagan vibrar, que le hagan sentir, que le hagan en definitiva mantener esa constante vibratoria o elevarla.

Eso lo sabe, pero en el día a día se sumerge en sus haceres, sus trabajos, sus dedicaciones, y aquello que sabe que le hace elevar esa vibración no lo usa, quizás porque crea -sus sentidos le hagan creer- que tiene todo el tiempo del mundo para poder remontar ese estado de ánimo.

Y está bien que así lo sienta, pero la realidad no es la que ustedes están viviendo, la realidad -como ya les hemos dicho- no es ese sueño en el que están sumergidos, en la realidad no hay tiempo, el tiempo es ya y ustedes todavía trabajan para el mañana, para el fin de semana, se dejan relajadamente las sensaciones que hacen elevar su alma, elevar su ser, elevar en definitiva su vibración para los fines de semana, para momentos puntuales. Todavía no han incorporado que el tiempo de elevar la vibración es ya, que tienen los elementos necesarios cada uno de ustedes para que se rodeen en cada instante de sus vidas de esa sensaciones para que les hagan estar constantemente vibrantes.

En el momento en que esta el ser no debe permitirse bajar su ánimo, no debe permitirse sentirse triste, desalentado. Tienen la obligación, el deber de saber qué les agrada. En este momento ya el hombre debería conocer y conocerse tanto que en cada instante que sienta que las circunstancias del entorno le hacen mermar, le hacen bajar, automáticamente, antes de que eso ocurra ,recomponerse con los elementos que a cada cual le hacen vibrar, o elevar ese estado de ánimo y el estado de conciencia, unos a través de la música, otros de las salidas a la naturaleza, otros a través de los encuentros con amigos, cada cual debe saber qué le hace bien, qué le hace sentirse totalmente entregado a esa inspiración. No deben de perderlo, no deben dejar para mañana lo que saben que en cada instante, en el momento en que está el hombre, le es necesario para la ayuda de los demás y de sí mismo. Recuerden quienes son, recuerden que son seres entregados a la labor de ser guías para una humanidad latente, recuerden que eligieron dedicarse a ese conocimiento del alma.

Sí, el cuerpo, la tierra, la densidad les hacen en momentos sumergirse en todo lo que en la Tierra acontece, en toda esa densidad, en todo ese compromiso, olvidándose de que son seres de luz y deben reflejar esa luz en cada instante. Deben recogerse para que resurja de sus interiores ese ser alado, deben de ser capaces de vivir aquí, de entremezclarse pero no densificarse, procurar hacerse la vida a su medida en estos momentos, deben procurar hacerse la vida a la medida de cada cual, su propia vida, no deben dejar que la vida y las necesidades de los demás, lo que cada cual está viviendo les atrape hasta el punto de perder la identidad.

Muchas veces lo hemos repetido y lo repetiremos, porque el hombre está en ese filo de la navaja, está que como se descuide mínimamente, como no se rodee de cosas que le hagan sentirse como ser de luz, como antorcha para iluminar el camino de los demás, el trabajo o la necesidad de la mayoría de los seres humanos es tan denso, se vive con tanta y tanta carga, con tanta y tanta pena que esa energía hace que atrape todo lo que encuentra en su camino, de ahí que el hombre, el ser orante, el ser que decidió ser un ser individual y a la vez dedicado al fin último del hombre, que es ser guía, ser faro, ser el mismo Dios, sucumbe sin darse cuenta, se deja arrastrar por las dolencias de los demás, por sus necesidades.

Y antes de poder mezclarse o entremezclarse con toda esa carga energética, el hombre debe estar exuberante, debe sentir que nada ni nadie lo puede atrapar, ahí sí puede sentirse con esa fuerza de decir: “voy hacia ahí porque nada me va a mover, pero si no es así, si el hombre aun no ha llegado a sentir esa fuerza en su interior, sabe que es pero tiene que sentirlo, tiene que unirse, tiene que fundirse con esa sensación de saberse que es Dios, con esa fuerza. Hasta sentirlo así, lo que el hombre debe de hacer es replegarse.

Muchas veces le hemos dicho: “vayan buscando aquello que les hace sentir y mover toda su energía interna, aquello que les hace vibrar el alma, porque así se enriquecen y de esa forma sus almas, sus espíritus, sus mentes toman fuerza”, de ahí que las veces y veces que se les dice: “reúnanse para potenciarse, para elevar esa energía al máximo”. Pero para salir fuera a las necesidades del ser humano tienen que sentirse muy fuertes, de otro modo les atraparán hasta el punto en que se sienten peor que aquellos que los están atrapando, y es normal porque aquel que atrapa no es consciente, el que se deja atrapar es consciente de que no está haciendo lo necesario, y ahí es cuando entra en una confusión interna, cuando ya no sabe ni hacia dónde ir ni qué hacer, ya lo han absorbido.

Tienen que recordar y hacer que cada instante de su vida esté repleto de momentos que les hagan elevar ese estado de ánimo, esa alma, esa vibración, y cuando día tras día sientan esa vibración será que ya se está implantado en cada uno de ustedes y por tanto se está preparando para poder mezclarse con la totalidad sin ser atrapados. De ahí que el hombre tiene que ser consciente en cada momento del día que se está dejando guiar por sus sensaciones, no por las obligaciones. Cuando el hombre se deja arrastrar por las obligaciones y no está fuerte, energéticamente hablando, será atrapado por todo ese dolor que está viviendo el ser humano en la Tierra, dolor, confusión, enfermedad.

El hombre está -sin ser quizás consciente al cien por cien- haciendo su vuelo interno, está llegando a lo más profundo de él para conocerse y reconocerse, pero todo este interior es igual de peligroso que el exterior, igual el hombre puede quedar atrapado en su interior como estar atrapado en el exterior por los demás seres. Lo único que puede templar al hombre es que éste se deje guiar únicamente por sus sensaciones sin entrar en las obligaciones que cada cual tenga a lo largo del día, porque es claro que se pone todos los impedimentos que tenga y mas, en el tiempo, en el trabajo, en el que no puede, y lo dejan para fines de semana. No estamos en el tiempo del fin de semana, la vida es integra y el hombre, el ser de humanidad y sobre todo el buscador, es en cada instante de la totalidad de su vida impregnado al cien por cien en esa búsqueda interna de la verdad, de su verdad. Para él no hay fines de semana, eso es para los curiosos, para los que todavía no se han comprometido con ser quienes son, con vivir arreglo a lo que son.

El hombre tiene que sentir quien es y a continuación comprometerse en vivir arreglo a quien es. Si en su día sintió que es, que fue, que será un ser de luz, tiene que vivir arreglo a ese ser de luz, tiene que comportarse como un ser de luz y su vida y todo lo que toca debe estar en sintonía como ser de luz que es. Y no puede permitirse dejarlo para los fines de semana, se ha comprometido con su esencia. Y en este tiempo de esta nueva humanidad, para aquel que en su día sintió que era un ser de luz ya no hay vuelta atrás. Recuerden el ejemplo del tren, aquel que se subió en el tren ya no puede ir hacia atrás, ya es una constante hacia delante, a ese ser ya no se le permite echar marcha atrás, él mismo no se lo permite.

Es a esos seres a los que se habla, a esos que son conscientes de otras realidades, porque aquellos que no son conscientes de otras realidades sí viven lo que está viviendo el hombre en la tierra, sí viven estas sensaciones de pena, de amargura, de enfermedades, de caos.

Pero para aquel que decidió vivir de otro modo es para quien se dice: mézclense, apoyen, ayuden, pero cuando estén fuertes, no se dejen atrapar, es mejor que se replieguen hasta sentirse de nuevo fuertes. Dentro de esa fortaleza es que el hombre puede estar tanto yendo a ese viaje hacia el interior del ser como yendo hacia fuera, nada ni nadie le dañará, pero si se sumerge como es el caso de la humanidad en estos momentos, que para buscar se sumerge en sus adentros pero no sabe cómo salir, también corre el peligro de ser atrapado, ser atrapado en su misma agonía. De ahí que las sensaciones las tienen que sentir y obedecerlas a cada instante.

Les ponemos un ejemplo, o muchos, o los necesarios para que ustedes que lo sienten y se sienten en muchas ocasiones de esa forma, sepan cómo salir. Cuando el hombre se sumerge en su interior para llegar a conocerse sin tener ninguna referencia o referencial de lo que va a ocurrir, sabiéndose protegido, sí, pero sin referencia, debe saberse guiar por sus sensaciones y dentro de ese viaje hacia el interior, cuando sientan una sensación de miedo, de angustia física, vital, de incertidumbre, salir automáticamente, salir e ir al reencuentro de aquello que a cada cual le haga sentirse elevado, bien sea la naturaleza, música, una conversación que nada tenga que ver con ese sentir intimo, que lo haga salirse por momentos o instantes de esa circunstancia. Debe hacerlo, no debe dejarse guiar hacia sus adentros si no se da el permiso de cortar en el momento que así lo sienta. Es igual -y quizás se entienda mejor el ejemplo desde fuera- que cuando el hombre quiere ayudar a otro ser humano y este ser humano con su dolor lo va trayendo hacia sí y él siente que lo están cogiendo, siente que se está atrapando o lo están atrapando y no es capaz de decir “hasta aquí”, bien porque le haga sentir mal, bien porque no lo comprendan, bien por tantas y tantas cosas… Mejor sería que ese hombre, ese ser, no se fuese o no diese ese punto de apoyo.

El hombre debe saber cuándo cortar una situación que le va a llevar a un punto que lo va a sacar de sí. Tanto si es con la propia humanidad como con uno mismo, con su propia mismidad, está en el momento en que ya debe saber distinguir, y nada, ni obligaciones ni qué dirán debe de cortarlo; si siente que debe de ir hacia ahí, hacia ahí; si siente que es quedarse cuando se tenía que ir pues se queda; claro está que actuando así se desorientará en su inicio o desorientará a los demás, por supuesto, pero es que dejarse guiar por los sentires, por las sensaciones, también es novedoso para el hombre, no lo ha hecho nunca, siempre ha estado guiado por las obligaciones suyas o de los demás.

El vivir o querer hacer la vida únicamente basada en sensaciones es novedoso, todo el mundo, todo ser humano está repleto de obligaciones que le hacen no dejarse guiar por sus sensaciones, va a pie de reloj a lo que toca a cada instante, levantarse, trabajar, hacer la comida, trabajar, dormir, todo a lo que toca, todo a lo que está marcado. ¡No!, toca comer pero no tengo hambre, tampoco tengo ganas de hacer la comida… no lo hago. ¡Déjense, corten con las obligaciones, corten con la rutina, alcen el vuelo como seres de luz que son, no se dejen atrapar!

En estos momentos se les va a repetir muchas veces, son los inicios, los albores de una nueva humanidad en la que se les tiene que guiar como a los niños pequeños porque se dejan arrastrar creyendo que hacen bien.

Pero mientras el hombre decida ir realmente hacia ese conocimiento de lo que es se les estará apoyando, se les estará dirigiendo para que ese tránsito que está pasando el ser humano sea armónico.

Y para aquel que va mas allá, para aquel que se comprometió, para aquel que escucha las palabras y las siente en su interior sepan que todo este desazón que sienten sus espíritus es normal de un tránsito hacia una nueva humanidad, es como los dolores de parto antes de ver la luz, son necesarios para llegar a esa luz, para llegar a esa nueva dimensión.

Están en un proceso normal y natural, pero en ese proceso normal y natural en el que están sumergidos aquel y aquellos que escuchan, también se les dirige para que sean realmente signos de luz, fieles seguidores de ella y transparentes para iluminar al resto.

Así sea.

27 noviembre 2008

La templanza del guia


Siéntanse en todo momento arropados, que en cada instante de sus días, de su vida, no se sientan solos. Recuerden el mundo de las sensaciones, en la mayoría de casos será a través de ellas como podrán percibir que no están solos, que ocurra lo que ocurra siempre se sentirán como arropados, escogidos, y es necesario que así se sientan porque los comienzos son todos escabrosos.

Cuando se tiene que reajustar cualquier evento, situación o ser a unas nuevas condiciones, las sacudidas hacen que se sientan dolidos, molestos, incomprendidos, sensaciones que el hombre vive como malas, pero son necesarias para hacer –como les decíamos el día anterior- esa selección. El hombre se está auto-seleccionando en base a lo que en su momento él así decidió, pero dentro de esa selección, aun siendo voluntaria la mayoría arrastra a esa minoría en sus sentires angustiosos, en sus haceres caóticos, en todo lo que el hombre está viviendo en estos momentos, y ahí, al ser arrastrados es cuando se les dice que se dejen llevar cada vez más por esas sensaciones para que puedan sentirse y sentir que no están solos.

Cuando ustedes decidieron agruparse como seres orantes, y aun más, sin saber o dar nombre a esos grupos o esas necesidades, ya se estaban seleccionando, ya dentro de esa búsqueda estaban yendo hacia esa nueva vibración. Todo aquel que se introdujo y se introduce en esa vibración está sostenido y arropado para que así pueda servir.

Recuerden que venimos hablando una y otra vez de los servidores de luz, de los referenciales o guías para esta nueva etapa. Lógicamente hasta hoy cada uno de ustedes ha sido guiado por un guía, ha sido absorbido por esos seres que de alguna forma les han ido induciendo hacia un camino o una nueva forma de ver la vida, pero ahora se les dice -y así es- que ya en este momento forman parte de esos seres guías, de esos servidores, aunque ustedes aun no lo crean. Recuerden que les decíamos que cuando pasó el tren ustedes se agarraron y aun sin darse cuenta ya iban hacia sus destinos.

Les vamos diciendo que no tanto deben entender sino más bien escuchar a través de ese corazón para hacerles sentir y vivir nuevas sensaciones, puesto que las palabras no van a llenarles, no van a encontrar su punto de comprensión por ser novedosas, ya no las palabras en sí sino los acontecimientos. Pero dentro de ese dejarse llevar, crean y comprendan hoy o no, son seres a los que se está preparando para ser guiados y no se les prepara intelectualmente, por eso les decimos una y otra vez que no es necesario que comprendan sino que sientan, que sientan en su interior, que les resuene en su interior el sentido de las palabras.

Puesto que el hombre va a ser su propio guía y guía de otros, debe de resonar en su interior todo aquello que le llega. Si algo le llega y en su interior no resuena aun el hombre no está preparado, aun, pero cada uno de ustedes está siendo arropado para que puedan asimilar todo lo que les va a acontecer desde ya.

Y todo lo que ustedes escuchan no es nada nuevo, porque ustedes llevan tiempo y tiempo cultivando sus mentes, sus espíritus, tanto y tanto tiempo se les va diciendo “entramos en un nuevo comienzo”, y unos mas y otros menos así lo sienten y en base a ese sentir incorporan en su interior sin tan siquiera darse cuenta nuevos conceptos necesarios para dar respuesta a todo lo que la Tierra y el hombre están viviendo y van a vivir. Y poco importa que ustedes hoy así lo crean, simple y sencillamente ábranse para que en su interior resuene que es así, porque poco va a importar el que se crea. El hecho o los hechos cuando acontecen, lo crea el hombre o no, acontecen, lo comprenda el hombre o no son un hecho, una realidad, lo que cambia es que al hombre, al nuevo ser de humanidad le resuenen en su interior posibilidades nuevas, necesidades nuevas y sobre todo que sean capaces de dar un seguimiento a su sentir sin comprender, solo a través de lo que su corazón siente.

El hombre en su inmensa mayoría se ha movido por comprensión, por razonamientos, por saberes, y hoy se les dice: muévanse por sentires, por sensaciones, por intuiciones, no teman porque en cada instante están arropados, sujetados y bien sujetados. En cualquier movimiento hecho desde lo más intimo, desde lo más profundo de ese sentir, de esa sensación sin tan siquiera dar nombre, ahí están los servidores para sujetarles, para arroparles y sin dar nombre guiarles para que recojan en su interior aquello que ya viene resonando.

Cuando el hombre se mueve ya con otros referenciales, automáticamente está preparado para esta nueva humanidad y es ahí donde sus dobles, sus guías, los seres de luz que constantemente les han estado guiando, los que se muestran hasta dejarles plenamente conscientes de quienes son cada uno de ustedes, de por qué y para qué han estado y están apostando para que al igual sean conscientes de ser guías para hacerlos ver a otros tantos que comienzan. Esos son los nuevos despertares y las nuevas necesidades de todos los comienzos, siempre hay grupos de seres que son los que sostienen o los pioneros de una nueva necesidad, los cuales van seguidos de otros más hacia delante y así constantemente hasta llegar a la totalidad de la humanidad que haya en cada momento, pero siempre hay unos comienzos y un grupo de seres que comienza, y en ese grupo de seres que comienza es donde están cada uno de ustedes, los que ustedes llaman seres orantes, seres que decidieron ir en búsqueda de otra realidad, de una realidad vivida bajo el espíritu, de una realidad guiada desde el alma, de una realidad de seres de luz conscientes, y es ahí donde el hombre, cada uno de ustedes, debe templarse.

El hombre debe templarse sobre todo en estos momentos de los comienzos para no ser arrastrado por la mayoría descontrolada, desubicada, desazonada. Deben templarse con lo que ustedes necesiten a través de esas sensaciones. Vayan tras esas sensaciones y déjense guiar por ellas que son las que les templarán en estos momentos, si no, sin darse cuenta se sentirán arrastrados y les costara mucho volver a remontar de nuevo.

Recuerden que muchas veces hemos hablado de dónde o hasta dónde se les puede apoyar, o hasta dónde se les puede rescatar en el sentido que si ustedes no mantienen la vibración necesaria para que se les pueda ayudar no es posible acercarse a ustedes. De ahí que hemos llegado a decir que siendo toda la humanidad igual, siendo toda la humanidad seres de luz, unos optan por mezclarse con la totalidad y estar latentes para una nueva ocasión y otros optan por elevar esa vibración necesaria para poder atisbar otras realidades.

Y ahí es donde entran los servidores de la luz o los guías que les mantienen y arropan, pero para ello es necesario que ustedes mantengan este estado vibracional. Si ustedes mantienen su vibración guiándose por esas sensaciones nos resulta sencillo llegar hasta ustedes aunque ustedes no lo sientan o solo lo perciban, pero si bajan un poco mas ya hay una distancia demasiado grande para poder arroparles, inducirles, guiarles a través de sueños o intuiciones.

De nuevo volvemos a que -otra vez- depende del hombre. Por eso decimos que el hombre es y será su propio guía, su único referencial. Pero para ello ha de sentirlo, ha de apostar a que es así, a que él es su propio guía, que ya no necesita de otros guías, él es.

Lógicamente cuando al hombre lleva mucho tiempo siendo guiado, dejándose guiar o queriendo que le guíen, le va a costar reconocer que él es su propio guía, él es quien hace y deshace a su voluntad lo que hacer con su vida.

Hasta ahora le era más fácil delegar en otro u otros, bien fuera como guías, libros, personas, siempre le ha resultado más fácil que lo guíen por la responsabilidad. Al no tener que ser uno mismo tampoco se siente con la misma responsabilidad. Ha delegado en otros esa responsabilidad, pero también dejó en su día de vivir una experiencia que solamente la puede vivir él mismo cuando es su propio guía, la experiencia de saberse Dios en cada instante desde su propia creación, saberse co-creador con el Creador, saberse que solo él y nada más que él puede hacer, puede crear. Hasta hoy creyó que solo creaba Dios, hasta hoy él veía a Dios como una deidad que era el máximo pero jamás pensó ni tan siquiera remotamente que él podría ser Dios.

Cambiar estos conceptos de divinidad, creer o creerse un ser divino hoy son palabras, pero en la medida que ustedes vayan abriéndose y esas palabras les resuenen en su interior, la resonancia hará automáticamente que su vibración se eleve hasta llegar a sentirse, y lógicamente como consecuencia de sentirse llegar a actuar como dioses.

Estamos en el comienzo de una nueva era que sobrepasa el entendimiento razonable o razonador del hombre, que ha de romper conceptos que él tenía que eran los que hasta hoy dirigían su vida. Pero no se sientan abatidos porque sus vidas no vayan en la dirección que ustedes creían, es lo natural, lo que no sería natural es que sus vidas fueran hacia donde cada cual quería o quisiera, puesto que en este nuevo cambio tiene que haber nuevos conceptos y esos nuevos conceptos no sirven para las vidas que hasta hoy llevan los hombres, los seres humanos.

Por tanto, la vida de cada cual se tambaleará, de ahí esa templanza y esa guía interna. Cuando algo se tambalea pero internamente hay esa templanza y esa fuerza, sencillamente es una experiencia, una maravillosa experiencia, pero no llegan a sucumbir, lo viven como una gran experiencia y se sienten rebosantes de alegría de ver que se han dejado guiar por un sentir y que están en la cumbre de algo novedoso.

Pero en ese estado sintiéndose en esa cumbre, lógicamente entra tristeza, desazón, palabras o sentires que el hombre no sabe darles cauce porque ve que su entorno no lleva el mismo compás y que seres queridos están entrando en un sin sentido que por más que se les habla y se les dice sus sentires no son como los de uno y sus vidas ya no se tambalean, sus vidas caen.

Y es lo que el hombre llama tristeza, lo que llama desazón, pero es necesario para que surja de esas cenizas una nueva humanidad. Por eso les decíamos que todo esto que aparentemente es un caos, que aparentemente es cruel, que aparentemente está haciendo caer al hombre es necesario, muy necesario porque sin ello no podrían resurgir la nueva humanidad, el nuevo hombre con nuevos valores, nuevas necesidades. Son los hombres de la divinidad, seres de luz, seres transparentes, y hacia ahí es hacia donde va cada uno de ustedes, hacia ahí, pero se tienen que templar, deben mantener la vibración que hoy les mantiene de la forma que ustedes sientan, pase lo que pase en su entorno, ocurra lo que ocurra en su entorno, siéntanse custodiados, siéntanse arropados.

No traten bajo ningún concepto de hacer sentir a los demás a través de palabras sus nuevos sentires o nuevas necesidades. Háganlo sencillamente a través de sus haceres, de sus comportamientos, de su sonrisa, a través de su alegría, a través de su compartir. No traten para nada de llegar a través de las palabras puesto que no las van a ver para esta nueva forma de sentir.

Amen.

22 noviembre 2008

La transparencia


La oración de hoy es un premio para todo aquel que se reúne en busca de esa transparencia, y es un premio recibido por cada ser, cada cual, ya hace un tiempo. Van a ir escuchando recopilaciones que cada uno de ustedes ya ha incorporado, ya ha implantado en su interior esa simiente o semilla.

Y es el premio que el hombre necesita para dar un paso más, un atributo necesario para que reconozca en qué punto está y vaya de lleno hacia esa transparencia.

Todo lo que van a escuchar es lo que ya tienen incorporado. Tranquilos, sosegados irán viendo cómo lo que escuchan ya resuena en su interior como vivido.

Muchas veces hemos ido refiriéndonos al ser de humanidad y como seres de humanidad que somos hemos englobado a todos los seres en el mismo punto o nivel, siempre –por supuesto- dando por hecho que cada cual está en su momento respetable y haciendo hincapié en que juzgar no es hoy para nada aconsejable, cada cual está en su momento con su vibración, con sus necesidades, con sus inquietudes, y conscientes o no apostando por una forma de vida, ni mejor ni peor.

Siempre hemos englobado a todos los seres de humanidad bajo este punto o referencia, que cada cual está en su momento, pero hoy vamos a hacer una selección porque en el universo todo se selecciona, todo. Para que haya una armonía, para que todo tenga unas constantes armónicas la naturaleza se va auto seleccionando y así con todo lo existente, hasta el propio hombre se auto selecciona, de ahí que recuerden que no hace muchos encuentros les decíamos que cada cual, cada hombre, cada ser de humanidad tiene que ser su propio referencial, tiene que introducirse en lo más intimo y saber cuál es su necesidad para poderse seleccionar o valorar, para darse cuenta en el instante o momento en que está.

Todo depende de esa selección. Cuando el hombre enferma, consciente o inconscientemente ya ha decidido qué hacer, sanarse o marchar, o sea, él se está auto seleccionando. Y a poco que observen a su alrededor observarán que en este instante es muy evidente cómo el ser humano se está auto seleccionando. Claro que el hombre nunca reconoce que sea él mismo quien se está poniendo todas esas pruebas, no lo reconoce, pero se está poniendo en esa cuerda floja, en ese filo de la navaja y él sólo está llegando a ese reconocimiento de sí mismo y está optando por inclinarse hacia un lado o hacia otro, de nuevo está seleccionando.

Dentro de esa selección de seres de humanidad, sencillamente aquellos que sintonizan la misma frecuencia son –así de sencillo, no es como premio ni castigo aunque nosotros, los seres servidores, sí lo vivimos en este preciso momento como un premio hacia una humanidad constante. Pero a la hora de expresar, para que ustedes no confundan, el hombre no lo vive como premio ni como castigo, o no lo ha de vivir, sencillamente las cosas están ocurriendo en base a actitudes que el hombre tiene, actitudes que tuvo y que esa forma de actuar se ha convertido hoy en una respuesta vivida a nivel de humanidad.

Hace años que el hombre se fue desviando de esa transparencia, hace años que se desvió, ¿qué ocurre cuando el hombre se desvía totalmente de su camino?: que comienza habiendo un deterioro. Al principio no es consciente pero al paso del tiempo, como tantas veces decimos, todo tiene un momento y una secuencia donde se gesta todo. Al principio, cuando un ser no obra en armonía dentro de todo lo armónico él no se da cuenta, no es consciente de que ha obrado en desarmonía, pero que no sea consciente no quiere decir que no ha obrado, que no ha puesto ese granito de arena que a la larga le va a rendir cuentas y le va a pedir responsabilidad o a pedir qué ha hecho con su armonía de cuerpo, de mente, de vida.

Pero pasó un tiempo y lo que se ve es lo que el hombre fue sembrando poco a poco, aparentemente un caos, y dentro de ese caos necesario cada ser de humanidad ve, siente, percibe por algún punto, por algún momento un destello de esa transparencia, y ahí está esa selección de seres que aun ven un destello y cuando la energía se mezcla entre los seres que ven, que sienten ese haz de luz, automáticamente van recogiendo ese premio –como llamamos nosotros- y no es ni más ni menos que el darse cuenta dentro –repetimos- de este aparente caos, de qué está ocurriendo dentro de cada cual, está poniendo las cosas más intimas, mas internas, de forma que él mismo se está dando cuenta, está siendo transparencia para él cómo es.

El hombre se está reconociendo después de tantos y tantos años de oscuridad, está reconociendo qué es, quién es, y ese reconocimiento le hace ser transparente y recibir esa transparencia a través de otros seres que vibran al unísono con él, o sea, se están encontrando después de una auto selección del propio hombre si él saberlo.

Todo esto está ocurriendo a todos los seres de humanidad sin ellos saberlo y a unos pocos, entre ellos los que escuchan, conscientes de lo que está ocurriendo. Ahí es donde nosotros nos atrevemos a decir “son premiados”, porque es lo que el ser de humanidad vino a hacer en la Tierra y lo que en su día les dijimos: el hombre, dentro de todos sus renacimientos, vino para valorar y valorarse, ensalzar y ensalzarse como Dios. Repetimos: el hombre decidió renacer y renacer para ser consciente individualmente de quien es, para sentir que él es y está hecho de la Divinidad, esencia fundamental para crear mundos, que hoy decidió formar un cuerpo que dio nombre humano pero ese cuerpo no tuvo plena consciencia de quién es y hoy, después de resurgir tras tanto renacimiento y experiencia acumulada, sabe y comienza a ser consciente de quien es.

En esos grupos de seres el hombre está viviendo siendo consciente de que en su interior está aflorando quien es él, aunque aun no sepa dar o no tenga palabras para dar nombre a lo que se está formando en su interior, pero sí es consciente porque todo le muestra cómo es. El creía ser de una determinada forma pero los acontecimientos, que están adrede para abrir los ojos al espíritu y que el alma se refleje en él, le hacen ver que no era como él pensaba y automáticamente reacciona; ese es el aterrizaje necesario para que el alma se refleje dentro del cuerpo, fuera del cuerpo, allá donde esté ese ser de humanidad ese será su reflejo.

Pero antes de poder reflejar el hombre ha tenido y tiene que conocerse, y se conoce en base a lo que la vida le está trayendo y, claro que sí, que a todos los seres les traen, pero de nada vale que les traigan las experiencias si el hombre no las hace conscientemente. Hasta que el hombre no es capaz de reconocer que todo lo que ocurre en su alrededor está ocurriendo única y exclusivamente para él, hay seres que es evidente y así lo ven, y otros que está ocurriendo pero no son conscientes.

Lógicamente, no puede avanzar igual un ser consciente que uno inconsciente aunque para los dos está ocurriendo el hecho. Ocurre para todo, para todos, por eso hablábamos de esa auto selección, porque los hechos, lo bueno, lo malo, lo regular según ustedes, ocurre para todos los seres de humanidad, lo único distinto es que uno es consciente y otros no lo son. Para aquellos que son conscientes es para los que se está hablando, para aquellos que van mas allá de lo meramente vivido es para los que se está hablando, para aquellos que dentro del aparente caos del planeta tienen la suficiente constancia como para ver qué pasa en su interior, a dónde les lleva esa actitud, a dónde les lleva esa nueva forma de pensar o de actuar, dar sentido a cada instante de la vida de cada cual, que no haya un instante en que no haya habido una reflexión y tras esa breve reflexión una total identificación y un hecho inmediato.

Lógicamente, para los seres que obran con esa prontitud y transparencia es para quien se está hablando y se les dice premiando, claro que sí, porque ¿qué mejor premio que hacerse conscientes cada cual de los pasos que está dando? Tantas veces no ha pedido el ser humano ser consciente de lo que ocurría para avanzar más rápido… pues ahí lo tiene, están siendo conscientes de cada momento, de cada instante de sus sensaciones, sentimientos, emociones o pensamientos, automáticamente un hecho ocurre para hacerles ver si están o no en lo cierto e inmediatamente, tras esa muestra una reacción por parte de ustedes, ¿se dan cuenta de lo importante?, ¿se dan cuenta de la interrelación?, ¿recuerdan las interrelaciones? El hombre no solo se ha de interrelacionar con el hombre, sino con el universo, y para eso, para que surja esa armonía tiene que haber una transparencia reconocida por el propio hombre. Reconocerse en lo más profundo cómo es, cómo ha sido esa reacción, por qué reaccionó así. Dar ese sentido autentico que es el necesario para que el hombre refleje esa divinidad que hay en él.

Es evidente, cuando las aguas están transparentes el sol se refleja, la luna se refleja, el hombre se refleja. Ese reflejo del alma tiene que surgir a través de los actos del hombre, pero eso no puede darse si éste no se reconoce y comienza a haber esa transparencia, por eso les decíamos: “vivan este momento que está viviendo la humanidad como necesario, necesario para que el hombre se pueda conocer, y una vez se reconoce automáticamente reacciona, y ya reacciona totalmente distinto, distinto a lo que ha venido haciendo hasta ahora o distinto a los demás”.

Siéntanse premiados, siéntanse valorados por ustedes mismos, vivan todo lo que está ocurriendo en su interior y fuera de él como lo que tantas veces han estado pidiendo, como muestra, “muéstrame el camino, muéstrame hacia dónde”. Pues se les está mostrando cual es el camino: el camino de la transparencia para que ustedes mismos se valoren, para que ustedes mismos se reconozcan y tengan la fuerza para poder cambiar y reaccionar ante aquello que vean que no es transparente y no les va a llevar hacia esa armonía para que su alma pueda reflejarse.

Es lo que tantas veces han estado pidiendo, por eso les decíamos al principio: siéntanse premiados. Son repuestas evidentísimas que cada uno de ustedes tiene para sentirse premiado, para sentirse escuchado, para sentir que son seres necesarios para la Gran Obra de la Nueva Humanidad, para sentirse dioses dentro de esa Creación de la Nueva Humanidad.

Y el hombre, el ser de humanidad, no puede dar todo lo que lleva en su interior si él mismo no se siente valorado, si no cree en sí mismo y necesita la aprobación de los demás. ¿Comprenden?, ¿comprenden hacia dónde les estamos llevando?

En el encuentro anterior decíamos: no se queden con las palabras, ábranse y déjense llevar por las sensaciones. Continúen dando respuestas en su vida únicamente a través de las sensaciones que perciban en todos los ámbitos de su vida, en todos y en cada uno de ellos respondan, den una respuesta en base a las sensaciones de esa demanda, bien sean pensamientos, emociones, hechos que se les pida o que se sientan con la necesidad de dar una respuesta; siéntanla, llévenla únicamente a cabo cuando sientan esa sensación.

Dentro de ese cambio, dentro de esa Nueva Humanidad -volvemos a repetir- apóyense unos a otros porque ninguno de ustedes sabe cómo está el compañero, ninguno de ustedes sabe en qué punto de armonía, en qué sintonía está vibrando el otro, de ahí que necesitan apoyarse unos a otros. Aquel que se sienta potenciado que se exprese para potenciar a los demás. Aquel que sienta que flaquean sus fuerzas igualmente. De ahí que les hablábamos de las interrelaciones, de los encuentros, de los reencuentros, de la potencialidad, del amor, porque en resumidas cuentas es expresar a través de ese amor, apoyar a través de ese amor, pero aun así, como no saben en qué punto o momento está cada cual, de ahí que no pueden juzgar a nadie, de ahí que unos puedan ir por delante y otros un paso por detrás, de ahí que surge de nuevo la auto selección por cada cual y se va seleccionando y cada vez uniéndose más a la necesidad de cada cual, o sea, a la vibración de cada cual, y así constantemente dentro de esa selección, el hombre de nuevo sin ser consciente va formando pequeños grupos de seres de humanidad.

Los grupos que se potencian en la armonía son a los que nos referimos, los grupos que se potencian en la desarmonía también son necesarios, ¿comprenden? Todo lo que está ocurriendo es necesario, pero vamos de lo grande a lo pequeño para que vean la gran importancia de todo lo que está ocurriendo y no se pierdan nada.

Hay seres que se han unido en sus dolencias sin ellos saberlo y están sucumbiendo. Otros, reuniéndose en sus lamentaciones y generando que la armonía cueste, cueste, y sus vidas son opacas. Y así sucesivamente, el hombre, sin ser consciente se ha ido agrupando y es muy evidente que la mayoría de los grupos son desarmonicos pero necesarios, recuerden, para que los seres que quieren brillar puedan darse cuenta y puedan hacerlo, ¿cómo si no podrían ver, podrían sentir el punto en el que están ustedes?

De todos los seres de humanidad que decidieron en su día apostar por ese reconocimiento de quienes eran o, dicho de otra forma, recordar quienes son, han quedado muchos atrás. En su día les decíamos que la energía densa atrapa y la energía sutil eleva. Cuando el hombre se densifica por todos los problemas que hay en la humanidad, densifica esa vibración y es atrapado por la desarmonía, llámese enfermedad, llámese muerte. Cuando el hombre se las ingenia -porque en este instante ha de ser un genio- para poder mantener o elevar esa vibración, sin darse cuenta poco a poco va elevando mas y mas o cada vez le cuesta menos mantenerse o reconocerse en ese punto de armonía, ya es capaz de distinguir qué es lo que le hace sentirse en armonía y qué es lo que le hace decaer, y en la medida que sea consecuente con esa necesidad y vaya a valorar y a querer vivir dentro de esa armonía, cada vez su vibración es más sutil y su inspiración es cada vez más constante.

Y dentro de esos pequeños grupos en los cuales se ha ido reflejando la humanidad, al fin quedan dos grupos: aquel que la densidad lo ha atrapado y aquel que se ha dejado ser volátil. Y cuando llegue el instante en que todo se tenga que aunar, la densidad quedará como materia alimentando al ser de humanidad o a la nueva humanidad.

Les repetimos como en los encuentros anteriores: no quieran comprender, si de momento no les ha llegado poco a poco entenderán, van realmente comprendiendo a pasos agigantados. Muévanse sencillamente en base a todo aquello que ya tienen incorporado, lo demás se irá adecuando en su interior en el momento más oportuno.

Pero quédense con que dentro de todas las auto-selecciones que está haciendo la humanidad, de caracteres, de gustos, no es ni más ni menos que las vibraciones de los seres humanos que son armónicas unas con otras. En base a esa armonía, todas las que vibren en esa armonía estarán juntas, las que no vibren en esa armonía serán absorbidas en este mundo material en este planeta para alimentar en ideas, para alimentar como bien dice la palabra, para alimentar en todo lo que el ser de esta humanidad requiera, necesite. Observen lo grandioso que es que todo sirva para todo, quizá no de la forma en que ustedes creían, pero todo es un servicio consciente o inconsciente a la grandeza de la Creación, nada se desperdicia, todo lo recoge la tierra, el hombre, el universo.

Háganse conscientes de todo lo que está ocurriendo, de todo lo que en su interior está ocurriendo, y den la oportunidad de poder expresar, no se lo guarden.

Realmente el hombre vive de experiencias y no necesariamente tiene que pasar por una experiencia, no necesariamente. Recuerden todo lo vivido anteriormente, la experiencia de un ser puede ser válida para mí, no necesariamente tengo que vivirla. Hasta hoy el común de los seres humanos tiene que pasar por ella, pero no necesariamente.

Hasta el próximo encuentro.

Amen.

06 noviembre 2008

La armonia, una ley universal


Los universos, los mundos, todo lo que existe es gracias a esa armonía que cohesiona todo y hace que dentro de ese movimiento todo tenga su lugar, cada cosa esté en su espacio, en su tiempo, dentro de esa armonía.

En realidad todo lo que existe es gracias a esa armonía. Aunque los habitantes de la Tierra vivan momentos aparentemente negativos, aparentemente caóticos, están viviendo dentro de esa ley universal de armonía.

Les decíamos que quizás en estos momentos no comprendan todavía el significado de las palabras, que para entender el significado de las palabras que están escuchando últimamente tendrían que sentir, tendrían que escuchar a través de sus sensaciones, no a través del oído. Recuerden que el sonido emite unas vibraciones, las palabras tienen un sonido, el sonido unas vibraciones.

Déjense invadir por esas sensaciones que les lleguen del sonido, de la palabra. Puesto que no tenemos otro medio para hacerles entender, se les está transmitiendo a través de sus sonidos, de sus palabras. Si usásemos otros sonidos realmente no nos podríamos comunicar, pero el sentido de esas palabras no es el que ustedes hasta hoy están viviendo, no es el que hasta hoy le están dando, de ahí que les decimos: ábranse a los sentidos, no traten de escuchar con el oído sino a través de la vibración que les llega del interior de sus pechos, ábranse al sonido.

Decíamos que lo que está viviendo la tierra y el ser humano está dentro del gran sentido de armonía del universo que se rige por unos planes específicos para cada raza, para cada existencia. Pero todos tienen una misma necesidad que es la comprensión a través de la armonía. El hombre evoluciona a través de esa armonía, de ahí que todo lo que ocurre en el planeta está ni más ni menos que obedeciendo a esa ley. Está todo, como ustedes dirían coloquialmente, calculado. Nada está al azar, no existe el azar, todo se mueve y se mide dentro de unos parámetros energéticos armónicos, el hombre, todo su sistema el cual le proporciona ese habitáculo para su alma, para su espíritu, está configurado de la misma forma, en base a una armonía. Si no existiese dicha armonía no existiría el cuerpo, por tanto su espíritu no habitaría en él. Cuando una configuración deja de ser armónica, hablando en términos de humanidad, muere.

Si todo es así, si todo se rige por esa ley de la armonía, si últimamente se les está comentando que el hombre debe de ser su propio y único referencial, que en él existe todo, ¿cómo puede ser que el hombre esté entrando en ese conflicto interno que le hace enfermar?

Para poder continuar viendo un sentido a su vida, el hombre necesita, por necesidad, recuperar esa armonía por la cual existe y de la cual fue creado. Para recuperarla debe observarse internamente y darse todo lo necesario para entrar de nuevo en equilibrio, darse ese permiso de reconocimiento que cada cual necesita para entrar en armonía, que sus pensamientos, sus sentires, sus emociones estén equilibrados.

Normalmente el ser humano dedica mucho tiempo y le da mucha importancia al exterior. Pero internamente, a sí mismo se va cubriendo y cubriendo para no conocerse, presiente que no se va a agradar. Ahora, cuando habla hacia el exterior ahí ya dedica más tiempo y quiere que le vean un ser educado, correcto, bueno –entre comillas-, perfecto para otros, es un estar hacia fuera que no es real. Ese estar hacia afuera es lo que ha llevado a la humanidad al punto en que hoy está, punto necesario -entre otras cosas- para su propia evolución, pero no único, no único.

El hombre tiene dentro de esa libertad la libertad de evolucionar cuando él así lo crea, cuando él decida, dentro de esas pautas de leyes universales. Dicho de otra forma, cuando el hombre entra en ese proceso de evolución planetaria, él decide si evoluciona dentro de la energía del planeta o si lo deja pasar, es libre hasta de elegir su propia evolución, su propio cambio, cómo, dónde, cuándo.

Y el hombre eligió, eligió vivir hacia fuera para que los demás le alabaran, le alabasen para sentirse bueno, pero en el instante en el que el planeta tierra está eso no sirve puesto que eso no es armonía, la armonía existe desde el interior. Cuando un ser humano actúa desde su interior es un ser equilibrado, puesto que su parte más profunda está totalmente alineada con el universo, no entra en conflictos, no enferma, ese es un ser en armonía.

Cuando un ser se ve desde fuera y todo parece correcto pero él no se siente bien, como les decíamos la vez anterior, está en ese punto de transmutación necesario para darse a sí mismo permiso de cambiar, es una alerta que tiene para decirse a sí mismo: “no estoy obrando correctamente, todo el mundo me ve bueno pero yo estoy enfermo, no estoy obrando correctamente”. Pero se lo ha de decir uno a sí mismo, nadie desde fuera puede juzgar a nadie porque no sabe el punto en que se encuentra ese ser, de ahí que muchas veces les hemos venido diciendo “no juzguen, es el propio hombre quien se ha de valorar y sentir cómo está”.

En estos momentos el hombre lo tiene fácil aunque no lo crea. Creen todo lo contrario: que están en tiempos difíciles. No, están en el momento idóneo, es un momento fácil para dar este paso porque es evidente, sus pensamientos ya no se pueden ocultar, sus emociones tampoco, ya nada se puede ocultar. El ocultamiento trae enfermedad y aquel que quiera conocerse y entra en ese desequilibrio que llamamos enfermedad ya está viendo que no está actuando correctamente, por tanto lo tiene fácil porque puede echar mano de aquello que no le gusta y cambiarlo, puede ver pensamientos que son inarmónicos y cambiarlos, actitudes que no le llevan hacia donde él quiere ir y cambiarlas. Antes eso lo tenía más oculto, no se lo dejaban ver porque la Tierra, entre otras cosas, no estaba en ese punto de equilibrio para que el hombre pudiese hacer ese cambio evolutivo, pero hoy la tierra ya no traga mas, hoy ya no camufla más los sentires del hombre.

Aquel que siente y se siente bien, se siente perfecto porque está en armonía, no enferma, no entra en contradicción, pero aquel que hasta ahora por inercia, por desconocimiento, por imprudencia, por miles de causas ha llegado a un punto en que no le agrada, en que se ve estancado, puede perfectamente, porque todo se le pone a su alcance para ver en qué puntos de si mismo tiene que hacer el cambio.

Y volvemos a insistir, traten de sentirlo en lo más profundo, no se trata de quedar bien hacia fuera, se trata de sentirse bien desde lo más profundo del ser, se trata de indagar en lo más intimo de uno y no dejarse pasar nada, sin importar, sin importarle qué dirán de él, qué pensaran de él.

Cada vez más el ser humano está llegando a la conclusión de que no se conoce a sí mismo, por tanto no puede conocer a los demás. Está entrando en ese estadío importante y hermoso de dejar de juzgar a los demás, es uno a si mismo quien se juzga y se prejuzga, por tanto si hasta hoy lo que le han enseñado, lo que ha aprendido y lo que lleva implantado es el quedar bien con los demás para que los demás le den ese toque en la espalda o esa aprobación, no va a entrar en armonía, no es de esa armonía la que estamos hablando y automáticamente su propio cuerpo se lo hará ver.

Y no tiene que ir muy lejos ni tiene que hacerse demasiadas cábalas, “¿qué me estará pasando?, ¿qué no estaré haciendo bien?”, no tiene que ir muy lejos, tiene que aquietarse, observarse y observar a ese universo que replica en armonía y perfección, y ver que uno consigo mismo no está obrando de la forma que piensa, ni de la forma que siente ni de la que desea, está obrando porque así lo ha marcado en un momento la historia de la humanidad y él mismo, que lo hizo en base a su comportamiento.

Podríamos decir que al hombre, al ser de humanidad ya no se le da más tregua, ya no se le alargan mas los plazos, que aun sin él saberlo ya ha subido ese pie al tren y el tren le lleva, sin él saberlo. Ahora, lo único que debe de hacer es agarrarse bien para que la inercia de la velocidad no lo tire, agarrarse bien a lo más profundo de su sentir, de sus pensamientos, de sus sensaciones, agarrarse bien, volver a generar unos nuevos cimientos con nuevos conceptos en este mismo lugar, porque sin él saberlo, la evolución como ser, como raza, ya lo ha absorbido pero él aun no se ha dado cuenta, aun no lo ha hecho propio.

De ahí que les hablamos: abran sus sentires, acoten un poco su pensamientos, no quieran razonar aquello que sientan porque no lo van a encontrar de momento, de momento no van a encontrar una razón para ese sentir.

Son nuevos cimientos y aun en la mayoría esos cimientos ni se están haciendo, tienen el material únicamente. De ahí a poco, cuando entre esa nueva conciencia dentro del ser, comenzarán esos cimientos. De momento, lo único que debe hacer el hombre es agarrarse bien a sí mismo, porque dentro de sí es donde va a encontrar esa solidez que le haga mantenerse. Dentro de sí, no intenten agarrarse a cosas de fuera, no intenten agarrarse a seres humanos, a conceptos de éstos, no intenten agarrarse a nada de fuera, agárrense a lo más profundo de sus sentires. Si algo, si alguien les resuena hasta el punto de hacerlo suyo, háganlo, pero tienen que sentirlo propio, propio.

Dentro de esa armonía el hombre está, dentro de esa armonía el pensamiento universal está, el sentir universal está, el sentir del hombre también. Tienen a agarrarse a esa unidad, a esa unicidad que haga que un pensamiento, una acción, sean suyos.

Dentro de las prisas que tiene el hombre por alcanzar una paz, por alcanzar una inquietud, una necesidad, dentro de esas prisas tiene que dar ese tiempo –entre comillas- para que todo llegue a su nacimiento, para que todo se vaya digiriendo. El hombre escucha o piensa y automáticamente quiere alcanzar eso que ha escuchado o aquello que ha pensado, pero todo tiene un proceso y en este tiempo tan revuelto el hombre tiene que hacer acopio de esa templanza de saber que todo le va a llegar pero que todo tiene un comienzo y una culminación, todo tienen un proceso, un tiempo.

Les hemos puesto muchas veces el ejemplo del nacimiento del hombre, que antes de implantar la semilla energéticamente ya está, después la semilla es implantada y después pasa un tiempo hasta que el hombre nace. Todo en el universo gira dentro de esa armonía y todo tiene su tiempo de gestación.

Pero el hombre tiene que templar esos ánimos para ver que todo tiene y sigue ese proceso. En la medida que se temple y no quiera acapararlo todo en un instante, verá el sentido que tiene esa espera, verá el sentido que tiene su vida dentro de este momento y verá y comprenderá el sentido que hoy quizás no entienda, verá que todo fue necesario, verá que ese estar le llevó a un hecho, a una comprensión y a un desenvolvimiento que le da sentido a su vida, y automáticamente todo cambiará para él, automáticamente todos sus valores, los conocidos, esos con los cuales él se maneja, cambiarán totalmente y será realmente ese hombre, esa nueva humanidad.

Quédense en estos días solamente con una cosa, lo demás dejen que resuene en su interior. Quédense con afianzarse a lo más profundo de sus sentires, a lo más profundo.

Amen.

02 noviembre 2008

Pasado, presente y futuro


Hasta ahora el hombre se mueve y se ha movido entre ese pasado, ese presente y ese futuro. Hasta ahora. Pero como otros conceptos este también ha de cambiar, aunque el cambio pasa por comprender y ese comprender pasa por el sentir.

Cuando el hombre siente, aunque no sepa darle nombre a ese sentir, sí que está llegando a un punto, a un nuevo despertar en base a ese sentir y ese sentir, aunque no sepa darle nombre, es lo que necesita para ese cambio, para esa nueva forma de comprensión y evolución.

El hombre, para tomar impulso siempre recuerda el pasado y en base a ese recuerdo forma su referencia, por llamarlo de alguna forma, de verse en el momento actual. Cómo piensa en comparación a antes, cómo está en comparación a antes, y ve así su avance. Y hasta ahora el hombre se ha ido moviendo de esa forma hasta llegar al punto en que hoy se encuentra, necesaria esa evolución, necesaria esa forma de pensar, de ver y vivir la vida. Es como un proceso que ha necesitado para llegar al punto en que se encuentra.

Pero a partir de este punto en que se encuentra la evolución del hombre, del ser humano, son conceptos que le han servido pero que a partir de ya se da cuenta que todos los conceptos que hasta ahora él ha comprendido y manejado, de momento no sabe cuándo, no sabe cómo dejan de servirle, los tiene en cuenta pero como que lo que antes le servía hoy no ve hacia donde le lleva esa forma de ver y vivir la vida. Lógicamente ahí ya entra, sin que nadie le diga, a entender que las cosas están cambiando aunque él no sepa dar nombre ni ver el cambio con sus ojos físicos, puesto que nadie le tiene que decir que antes le servía algo y hoy no le sirve, él mismo ha llegado a esa conclusión.

Pero ¿qué ocurre con esa conclusión? El hombre, nada más llegar a ese punto se dice a sí mismo: “he mejorado, he aprendido, me encuentro bien con las respuestas que he dado”, por ejemplo, viéndose siempre desde ese punto de referencia anterior, “porque ayer estaba ahí y hoy fíjate donde estoy”. Y ese es su punto de referencia.

Pero como les decíamos las veces anteriores, es un punto de referencia que hoy ya se repite cuando el pensamiento y el hacer del hombre giran siempre en el mismo sentido, llega un momento en que tropieza y tropieza y tropieza en el mismo punto de partida, vuelve a repetir los mismos patrones hasta el momento en que llega a la conclusión de que ya no le sirve, algo ha ocurrido que ya no le sirve esa forma de ver la vida.

Y el hombre ha llegado a ese punto. La evolución del hombre ha llegado a su punto más álgido, con lo cual, si no hace ese cambio de conciencia es repetir lo anterior y cuando él se da cuenta de que está repitiendo lo anterior llega un momento en que no se siente bien, ya su vida no le llena, no ha sabido en qué momento perdió esa ilusión o ese sentido de la vida pero con lo que hoy tiene o se maneja o imagina no se llena, no se siente pleno.

Y en ese punto es cuando el hombre comienza a poder atisbar otro estado de conciencia. En ese instante en que el mismo hombre llega a la conclusión de que su vida no le llena, que visto desde la vida de la humanidad en la que está viviendo no le motiva nada de lo que ve, no le llena nada de lo que hace, y no imagina, no se imagina una vida mejor. Ese es el punto en el que el hombre puede dar ese salto de consciencia y de vibración necesario para lo que acontece en el planeta. Eso sería lo que ustedes pueden llamar futuro.

En realidad, pasado, presente y futuro no existen como tampoco existe el tiempo, es una ilusión creada por el propio hombre. Todo se relaciona, todo acontece simultáneamente, siempre es un ahora constante. Lo que llamamos presente, dentro de un instante, una expiración, ya no es presente. Es constante, es una interrelación con la vida. Eso, poco a poco se irá desarrollando para que el hombre comience a asimilar otra forma de poder tener puntos de referencia sobre la vida, puntos de referencia que le sirvan a él mismo, puesto que serán un puntal para sí mismo.

Cada cual debe tener su punto de referencia, su puntal donde cogerse. Y para cada cual, por supuesto, serán distintos y se debe coger a su propio punto de referencia. Pero ese punto de referencia siempre estará basado en una constante vital de vida, ya no se referirán a un pasado ni a un presente ni a un futuro.

Pero entrando en eso que ustedes llaman futuro, algo por venir, una idea que se tiene que gestar y tomar para ello el tiempo necesario para ese acontecer o ese nacimiento, es para lo que hemos desarrollado todo lo anterior. Vamos induciéndoles para que puedan sentir que los momentos actuales del planeta, sus vidas presentes, tienen que templarlas para que no decaigan sus ánimos puesto que dentro de este movimiento -podríamos decir- del planeta, a unos mas y a otros menos se les están moviendo todos los cimientos que tenían para decir que se sentían bien con sus vidas. Cuando al hombre se le van cayendo o derrumbando esos cimientos, lógicamente puede enfermar porque no sabe a dónde cogerse, no sabe qué hacer ni hacia dónde ir, nada parece motivarlo. Por eso tienen que sentir que están en ese punto trascendente necesario para que el hombre de un paso más y se deje llevar por evolución al punto en el que le corresponde como raza de humanidad.

Por eso todo lo que ustedes viven como deterioro no es tal, es el punto más álgido del ser humano que ha llegado a la culminación con esa tasa vibratoria. A partir de ya es totalmente distinto, por tanto al hombre se le han de derrumbar todos sus esquemas, todos los puntos de anclaje a los cuales está agarrado para que se desplace a otros nuevos, nuevos sentidos, nuevas formas de ver y nuevos haceres.

Pero todo está –vívanlo y siéntanlo así- dentro de esa armonía. El hombre está entrando en su máxima armonía, no en el deterioro que ven sus ojos físicos. Les ponemos un ejemplo:

Cuando ustedes ven la llamada muerte ven un cuerpo deteriorado, una vejez, una enfermedad, y lo que llaman muerte y ven un cuerpo inerte totalmente decrepito y deteriorado. Lo ven así.

Nosotros les decimos :están viendo el máximo esplendor del cuerpo, puesto que ese cuerpo de nuevo va a alimentar y sobre todo ha dejado a ese espíritu o a esa alma de nuevo libre para volver a ejercer con más fuerza, con mas impulso, totalmente regenerado. Ese paso ha sido necesario para que ese espíritu regrese potenciado, lo que en un instante se pueda ver como decrepitud, en otro instante, simultáneamente está volviendo a la vida con más fuerza, con más sentido, con más experiencia.

Y eso es lo que al hombre, al ser humano, a la raza humana le está ocurriendo. Lo que ustedes ven es un gran deterioro porque es lo que se ve, pero tras ese deterioro automáticamente, simultáneamente está llegando un nuevo renacer, una nueva raza de humanidad, y eso es lo que ustedes deben de ver.

Y dentro de esa nueva raza de humanidad aun no pueden ustedes dar nombre a esos sentires, aun no pueden decidir qué hacer puesto que aun no saben qué hacer, en ese impase, quien así lo sienta -volvemos a repetir hasta que lo entiendan-, es como el proceso de muerte, vívanlo así porque ésta la entienden. Hasta hoy sus vidas les han servido, a unos mas a otros menos, les han servido, pero a partir de ya, si así es como sienten, sus sentires no son iguales, por tanto están entrando en esa muerte para un nuevo renacer, una nueva forma de sentir y vivir.

En ese tránsito deben de dejarse llevar, pero ¿dejarse llevar por quien?, ¿por qué?, ¿por cuánto? Son pensamientos o necesidades que el hombre siempre tiene, tiene que saber.

El tiempo, ya que no existe, depende de cada cual. ¿Cuánto me tengo que dejar llevar?: depende de cada cual. Si yo tengo un sentir fuerte, si he llegado a ese punto más álgido de mi sentir será un tiempo corto tal como el hombre mide el tiempo, un tiempo corto, llegaré a una conclusión de mi vida pronto. Pero si el hombre está en sus comienzos, comienzos de pensar, de sentir, “pues hoy no siento como ayer, algo me está ocurriendo”, es un proceso, hasta que no llegue al punto más álgido ese ser necesitara más tiempo. Y así sucesivamente, dependiendo de cómo cada cual esté y el punto en que se encuentre.

Y dejarse guiar ¿por quién?: por su sentir. Primero, debe de identificar que es su sentir y que no está bañado por los sentires de los demás, debe identificarlos para poder dar ese paso hacia delante. Mientras no identifique si es suyo o de los demás estará atrapado. Una vez identifique que es su sentir un día, otro día, ese sentir le dará fuerza para ver con claridad otra forma de vida, una nueva forma de vida, y será la suya, su nueva forma de vida.

Por eso les venimos diciendo: llegado al punto en que está hoy el ser humano él es su propio maestro y quien decide qué hacer con su vida, nadie tiene la respuesta más que él.

Cuando el hombre llega a ese sentir de que él es su propio referencial, de que él es quien hace y deshace en su vida, en sus sentires y sus pensares, automáticamente es cuando reconoce y recobra esa libertad y es realmente cuando se da cuenta de que todo lo que hasta hoy ha llamado vida, ha llamado bueno o ha llamado malo, los conceptos en sí que ha tenido de la vida, han cambiado totalmente. Respeta todo lo vivido y respeta quien aún continúa viviendo en ese estado puesto que es individual el crecimiento o desarrollo del hombre.

Pero si le lleva a una comprensión, sí le lleva a esa comprensión de sentirse Dios, de poder ser creador de su espacio en el momento que así lo necesite, crear una nueva forma de vivir y relacionarse con seres que hayan llegado a esa forma de ver la vida.

Lo normal en el ser humano es que se mueva por gustos. Hasta hoy el hombre se mueve por gustos, aquello que le agrada, que le hace sentirse bien, que le hace disfrutar. El hombre se ha movido por instintos básicos y no debe dejar de llevarse por esos instintos. Lo que cambia o lo que ocurre es que esos instintos están en otro nivel de conciencia, pero él debe de dejar que esos instintos le marquen sus nuevas pautas, que no demore todo aquello que le haga sentirse bien, todo aquello que atisbe que le da alegría, que vaya hacia ello.

Esas son las nuevas relaciones humanas de las que hemos querido o intentado hablarles. Son movimientos que hacen los seres humanos en base a sus necesidades más básicas.

Quizás en el tiempo de encuentro al que ustedes están acostumbrados no tengan suficiente tiempo -entre comillas- para llegar a entender a lo que estos seres se están refiriendo, pero poco a poco con sus propios sentires irán comprendiendo el alcance de lo que hoy escuchan.

Cuando ustedes vayan observando que tienen otras necesidades y se den el permiso de ir hacia ellas, irán comprendiendo lo que hoy se les transmite. Hasta que ustedes no vayan hacia esas nuevas necesidades o estas nazcan, lógicamente no podrán entender a qué nos estamos refiriendo. Pero escúchenlo únicamente. Para aquellos que estén, entenderán, para aquellos que aun no hayan llegado, hoy no entenderán, pero quizás mañana entiendan.

En la medida que el hombre se va adentrando en ese sentir y es fiel a esa necesidad y ese sentir, irá comprendiendo a qué nos estamos refiriendo e irá poniéndole nombre de nuevo a cada sentir, y eso le irá haciendo calmarse, le irá dando un nuevo sentido a su vida, a sus nuevas necesidades, y de nuevo comenzará esa raza humana con otro estado de consciencia.

No más, no esperen que sea como a veces se les ha dicho, no esperen que sea una varita la que les toque y les haga ver. Es paulatinamente, progresivamente, como el hombre va despertando a sí mismo en base a su sentir y a lo que él se atreva a llevar a cabo de ese sentir. Ahí es cuando el hombre va despertando y cuando nosotros decimos que está todo en las manos de cada cual, que lo pronto o lo rápido o lo lento depende de cada uno en el grado evolutivo que esté. Pero como raza -ya no hablamos individualmente, sino como raza-, en base a lo que ustedes llaman tiempo es corto, un tiempo muy corto. La raza humana ya está dando ese salto como raza humana. Ahora bien, a nivel individual quizás unos lo hagan antes que otros dependiendo de cada cual.

Lo que se vayan a encontrar es lo que se les está llevando últimamente, armonía. No piensen en que van a entrar en estados de confusión, es éste el estado de máxima confusión que tiene la raza humana. Cuando den ese pequeño salto no habrá confusión alguna, entrarán dentro de una claridad inmensa, inmensa. Sus conceptos, lógicamente, serán distintos, por eso les decíamos hace tiempo que no se acojan a nada conocido, porque hablamos de conceptos totalmente distintos. Lo que hoy el hombre pueda ver como bueno o regular después no tendrá nombre para decir, no sabrá si es bueno o regular, tendrá que darle otro nombre, y así en todo.

Pero sobre todo, a todos los niveles quédense con una cosa y amplíenlo al máximo que sus mentes puedan, no vivan este momento evolutivo como algo negativo, no se dejen arrastrar por el momento que está pasando la humanidad de negatividad, vívanlo como algo necesario para un nuevo renacer y llévenlo al máximo, a todo lo que toquen, a todo lo que sientan, a todo lo que vean, todo, personas, cosas, situaciones, amplíenlo.

Está en su punto más álgido aunque ustedes lo vean como negativo, para poder dar ese salto evolutivo. El que ustedes lo vean negativo les va a hacer condensar su cuerpo físico, por tanto tardarán más en comprender qué es lo que está ocurriendo a nivel vibracional en el planeta, y el hombre -como hemos dicho muchas veces- cuando no comprende sufre, cuando hay comprensión no cabe el sufrimiento. Por tanto si no le dan el nombre de malo, negativo, nefasto, caótico, todos los adjetivos que ustedes ponen a esta situación, y lo viven como algo necesario, ni positivo ni negativo, necesario para que el hombre pueda dar otra respuesta, para que el hombre asiente una nueva forma de ver y vivir, en esa medida ustedes no densifican su cuerpo y queda abierta la mente con lo cual no hay sufrimiento. ¿Hay desazón?: sí, ¿hay inquietud?: también, pero no hay sufrimiento, hay fe, tranquilidad ,y es esa forma de hacer la que el hombre tiene que abortar para que se le pueda guiar sin el menor sufrimiento.

Relajen sus vidas al máximo, pero siempre teniendo la seguridad de que su sentir más profundo está en paz. No se queden con sus verdades, puesto que sus verdades no son reales. Déjense llevar por sus sentires, estos sí son reales y sus sentires se los marcarán sus estados.

Cuando el hombre se siente en paz es que ha obrado correctamente, se ha dejado llevar por su sentir. Cuando el hombre entra en una desazón interna es que no ha obrado según su sentir, se ha dejado arrastrar por las circunstancias.

Deben de estar alertas, alertas a sus sentires, y no dejarse arrastrar por las circunstancias.

Sean fieles, fieles a ese sentir que es su punto de referencia al cual se tienen que coger.

Amen.

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