30 mayo 2009

La esperanza en la vida

Recuerden que en muchas ocasiones hacemos hincapié en que deben unificar la mayoría de lo escuchado.Traten de recopilar, tanto en sus vidas como en sus encuentros, todo aquello que haya llegado a su interior, no vivan aisladamente las oraciones.

Cuando decimos que el hombre debe de tener esperanza en la vida, recuerden que en otras ocasiones hemos desarrollado qué es la vida. La vida no es lo que vive el ser humano. A lo que el hombre llama vida no es a la que nos estamos refiriendo. La vida en mayúsculas, eso que ustedes sienten en el interior y no saben cómo expresarlo o darle forma, la vida a la cual hacemos referencia es esa que ustedes intuyen grandiosa, inabarcable, amorosa, esa que hoy no se da en el planeta Tierra. La que hoy vive la humanidad no es la auténtica vida, es una supervivencia de cuerpo.

La esperanza de vida es esa que ustedes deben de rescatar. Esa pasa por recoger todo lo que el hombre lleva en su imaginación y plasmarlo, todo lo que lleva en su ideal y plasmarlo, todas las sensaciones de pureza, sinceridad y claridad y plasmarlas. Esa es la auténtica vida. Esa es la raza de humanidad venidera y esa es la que le corresponde al hombre rescatar, en esa deben tener esperanza cada uno de ustedes. Cada uno de los seres de humanidad debe tratar de hacer una reflexión para sus adentros y comprometerse hasta lo más profundo para poder rescatar esa vida.

¿Qué es lo que el hombre está haciendo? ¿Por qué se conforma –recuerden la oración de la conformación y la conformidad- con vivir esa vida mediocre, esa vida de insatisfacción, esa vida pobre? ¿Acaso el hombre no repara en la necesidad interna de vivir esa grandiosidad?

Porque cada ser humano en momentos siente que lo que está viviendo no debe de ser lo único, que debe haber algo más, y quien así lo siente espera a la llamada muerte para rehacerse. No esperen a la llamada muerte, deben hacerlo en la vida, pero deben darle la palabra en mayúsculas, no deben conformarse con la vida que el hombre vive en su mayoría, insatisfechos en todo lo que hacen, viven a medias en todo lo que tocan.

¿Por qué no se preguntan pero con pureza?, ¿Por qué replican en algo que sienten que no les va a llevar esa vida que anhelan?, ¿Por qué continúan con las mismas necesidades o aun aumentándolas si ven, si sienten que esto no les va a llevar a donde la raza de humanidad debe de ir, a donde cada uno de ustedes intuye que han de estar? Deben sincerarse con ustedes mismos, por qué están replicando como la gran mayoría, por que se dejan arrastrar, por qué, háganse esa pregunta.

Si unifican todas las oraciones, todos los encuentros, todas las conversaciones, observarán, recordarán que el hombre en su interior no tiene ningún límite, que los límites se los está poniendo la mente, los impedimentos se los está poniendo la mente, recuérdenlas. Cualquier impedimento del tipo que sea se lo pone uno a si mismo porque la mente así lo quiere, así lo quiere. Pero si nos adentramos más, y ahí es donde debemos de ir, ahí deben de estar alertas, deben de sentir las palabras, y no escucharlas, para que se les quede en lo más profundo y se impregnen de ellas.

Si les hablamos para que ustedes nos entiendan, es más de lo que ustedes entienden y lo que ustedes están entendiendo, observen sus vidas: ¿les lleva a algún sitio todo este gran entendimiento? Mejor que asimilen sin tratar de entender, mejor que sientan porque allá donde les queremos llevar desde el inicio de los encuentros, aparentemente no van a entender, aparentemente, pero sí va a influir en sus vidas para que poco a poco vaya naciendo ese cambio de conciencia. Por eso debemos de ir más allá aunque en las palabras no se entienda.

Hace tiempo les decíamos que les tratábamos como a niños de párvulos y les hacíamos ver con claridad cada paso que se daba. Se habló de energía, se habló de estados de conciencia, se habló de mente universal con palabras sencillas. No podemos estar recordando constantemente. Ustedes deben vivir porque en cada uno de los encuentros, finalizando estos se les da una pequeña clave, una, para que ustedes la vivan, porque es a través de la vivencia donde van a poder llegar a entender aquello que con palabras no entienden, a través de vivir lo poco o mucho que se les quede en su interior es lo que les va a dar la posibilidad de dar ese paso hacia adelante, ese paso hacia esa nueva forma de vivir.

Pero si ustedes escuchan sin unificar todo lo que se les ha dado durante tanto tiempo y viven aisladamente, escucharán en vano porque sus vidas no van a alcanzar esa vida en mayúsculas.

De todo ello hemos hablado, y para ir más allá siempre, porque todo parte del Uno, siempre se hace referencia a lo ya hablado pero no se pueden entretener con las mismas palabras o conversaciones, deben rescatar y vivir, rescatar las experiencias y sensaciones que han tenido y vivirlas para ponerlas a disposición de un grupo.

Y decimos todo esto porque ustedes pierden de vista y hoy se les va a recordar. Cuando hablamos de energía, energía es todo, todo, todo con mayúsculas. La energía es conformada en base a las sensaciones y necesidades de un espíritu, pero energía es todo. Cuando un ser humano quiere trabajar, evolucionar, dar un paso más para alcanzar ese estado de conciencia que es necesaria para el planeta y sus seres, estamos hablando de energía y esa energía ustedes la tienen que entender como entienden en cada momento de día lo más básico de sus vidas, lo más básico. Si hablo estoy usando esa energía, si me muevo, si hago las cosas cotidianas, si me elevo a esa inspiración; todo es energía.

Tienen que sentir y entender que el hombre, dentro de ese ser de divinidad en el que quiere involucrarse, dentro de esa necesidad de dar ese giro a lo que hoy vive, cada pensamiento, cada actitud, cada hacer, cada todo está involucrado de esa energía, por tanto llega a todos los seres humanos, a todos. Si yo pienso lo que piense, otros seres humanos lo están sintiendo y eso, aunque no se sepa por qué, está influyendo en la vida del otro y en la del otro y en la del otro, todos los seres humanos.

No sé si recordaran que una vez encasillamos esa energía como redes en el espacio, en el cosmos, porque es así. Cada pensamiento es un hilo de esas redes y todo afecta a todo, así es de grandiosa la vida, así es de grandioso. Por tanto, aunque ustedes en su silencio, en su interior, sientan que nadie les escucha, que nadie puede acceder a esos pensamientos, no es así y menos cuando están dentro de un grupo por un trabajo especifico. Todos aquellos grupos que se reúnen con esa intención deben ser pulcros, pulcros, tanto en sus ideas, en sus pensamientos y en sus actos. Pulcros.

Por eso les decimos: reflexionen, reflexionen qué es, cuál es y cómo deben actuar tanto en solitario, puesto que nunca están en solitario y todo afecta a todo, como en grupos. Imagínense, les vamos a poner solo un ejemplo: imagínense si todos los seres que habitan el planeta fueran un único grupo, un único grupo, millones y millones de seres humanos siendo un grupo, cubriendo las necesidades de todos los participantes de ese grupo. Eso sería la vida en mayúsculas, esa es la esperanza de vida.

Por supuesto que no es así, no es así en sus cuerpos físicos, escuchen bien. Ustedes con sus cuerpos habitan en distintos lugares, se relacionan con distintas personas, tienen distintas ideas y necesidades, pero volvemos al grupo, todo aquel grupo que dice, dice, se dice y dice que quieren, que necesitan, que están por una misma necesidad, sean lo grandes o pequeños que sean, cada ser del grupo tiene que cubrir sus necesidades y las necesidades de los demás, entiéndanlo o no lo entiendan, es así. Si no cogen las oraciones aisladamente ya deben de entender porque es así. Si no es así, si las cogen semanalmente o cada tres días como es el caso de otros, lógicamente no van a saber a qué se están refiriendo en cada encuentro.

Cuando ustedes dicen y sienten que son parte de un grupo, deben potenciar la idea de ese grupo puesto que cada ser tiene su vida aparte, ha hecho su mundo aparte. Hoy es así, hoy la humanidad vive aparceladamente, no es a lo que el hombre tiene que llegar, no es lo que se espera pero hoy es así. Por tanto, allá donde esté cada cual haciendo su vida como diariamente la hace, debe de tener presente en su idea y en su corazón que forma parte de un grupo independientemente de la vida que lleve, el cual, si le presta la suficiente dedicación, el suficiente alimento, se va a enriquecer él y va a enriquecer al grupo. Pero si lo viven aisladamente, si lo viven como un encuentro cada tanto, si lo viven como una reunión de amigos, si no son espíritus conformados con una sola idea, replantéenselo y márchense de los grupos.

No pertenezcan a ningún grupo si no sienten en lo más profundo que quieren una humanidad mejor, que quieren una vida auténtica y que con su forma de vivir, con su forma de hacer son puntales necesarios para que la humanidad vea cómo se deben de relacionar.

Partiendo de lo que hay. No miren atrás ni a un futuro, partiendo de lo que hay. Lo de atrás pasó y el futuro depende de hoy, de cada uno de los seres de humanidad, por tanto no miren atrás ni al futuro, miren y aspiren a una vida auténtica y que esa sea su única esperanza.

Cada uno de los miembros de los grupos cree en la magia, poténcienla. Ustedes creen, porque lo cogen separadamente, que sus conversaciones antes y después, hasta en sus vidas cotidianas que aparentemente no tienen nada que ver con lo que ustedes llaman grupos, no se tienen en cuenta. ¿Acaso no recuerdan que se está pendiente de cada uno de los seres de humanidad crean estos o no en lo que se les está diciendo?, ¿acaso no recuerdan que a través de los sueños, a través del corazón y a través del sentido, el sentir, se está trabajando con cada uno de ustedes?, ¿no recuerdan que se les dice: no enjuicien porque nadie sabe el punto en el cual está cada cual?

Deben potenciarse desde lo más profundo y saber que son un puntal necesario para la propia humanidad, ni más ni menos, es así de grandioso. Aunque se crean por debajo o aunque se crean en lo más alto es así de mágico y grandioso, siéntanse puntales imprescindibles para que nazca esa nueva humanidad. Si no es así, si no es así siéntanlo porque si no es así deben de retirarse, retirarse y unirse sencillamente a la vida, no más.

Pero potencien aquello en lo que creen y hasta los pensamientos se les escuchan, hasta los pensamientos. Nada hay aislado, recuerden, todo lo existente es energía pura, exceptuando sus cuerpo que no pueden ver más allá porque están en prisión. Todo se entremezcla. Si salieran de esos cuerpos que los atrapan observarían que todos los pensamientos están danzando, que todo está en el aire y cada ser, dependiendo de lo sensible, de lo receptivo, de lo intuitivo que sea, percibe, percibe toda esa energía. De ahí la necesidad de que todos los pensamientos sean claros y puros, claros y puros.

Esa es la esperanza de vida y eso es lo que cada uno de ustedes debe hacer: sentirse en lo más profundo puntales imprescindibles de sus grupos. Si no es así replantéenselo.

Amén.

17 mayo 2009

El conformismo, la conformidad y el hombre conformado


Respiren profundamente y relajen todos los músculos. Profunda y pausadamente. Mente relajada.

Cójanse a la primera palabra o idea que les llegue a la mente y uno a uno vocalicen una única palabra.

…Amor, …amor, …amor, …unicidad, …despertar.

El conformismo, la conformación y el hombre conformado. Oración.

Venimos de la conexión del encuentro anterior para pasar a la conformación. Realmente, cuando en sus inicios todo fue creado, cuando era energía latente, pura, hubieron ideas que se unieron dentro de esa unicidad y crearon una idea en común, por supuesto, influida únicamente por el amor, sólo movía el amor. Pero la idea tuvo que unificarse para que surgiese ese nuevo despertar y de ahí se conformó el hombre actual y a través de esa energía dio paso a una conformación física perfecta la cual, para llegar o alcanzar esa perfección, de nuevo tiene que contemplarse la unión de todos y cada uno de los órganos que componen ese cuerpo físico, de nuevo todos laboran en base a una única idea, el amor. O sea, como vemos estamos dentro de esa perfección, dentro de esa conexión de la Divinidad que hace de ello un ser perfecto o un hombre perfecto.

Y ¿por qué si todo replica en base a ese amor, a esa única idea, el hombre siente esa decrepitud y esa desconexión con su interior y su exterior, con él y con la vida?, ¿por qué se siente tan desubicado con lo que piensa, siente, hace, con su vida?, ¿por qué no está llevando ese proceso con armonía?, ¿por qué dentro de esa necesidad de evolución, sabiéndose un ser perfecto, sintiéndose un ser de divinidad, su vida no la lleva en armonía? Porque recuerden que todo lo que el hombre está viviendo es una situación creada voluntariamente por él, optó aun sin saberlo, por moverse en base a estas formas de pensamiento que lo alejaron de esa sensación o sentir de divinidad creyendo que iba por el mejor camino o por el camino más recto, en base a esa sensación –podríamos llamarle- placentera, o a esa sensación de poder.

De cualquier forma, si comenzamos a elucubrar, no ya con la mente sino con todos los acontecimientos, si comenzamos a unificar, a cohesionar todos los acontecimientos que nuestra mente tiene almacenados, nos damos cuenta o llegamos a la conclusión de que siendo y sintiéndose el hombre un ser de luz, un ser de divinidad, se movió de forma que lo llevó a una vida sin sentido para su espíritu, sin sentido para su alma la cual le está llevando a esa enfermedad y a esa falta de conexión con la alegría y la vida.

¿Qué hacer en base a que todo lo que está viviendo el hombre ha sido creado por él?, ¿qué hacer para evolucionar como se necesita, pide y exige el universo, pero de una forma armónica y constructiva? Porque el hombre tiene todos los elementos, de hecho cada uno de ustedes los ha mostrado y así está en su interior, tiene todos los elementos pero algo le falla porque lo que está construido o conformado no le satisface, comenzando por sus cuerpos que ustedes eligieron y conformaron y siguiendo por sus vidas.

Todo lo que sus vidas conllevan, que en un inicio cuando es algo novedoso les atrae hasta tal punto que quedan pegados a esa novedad, pero como todo va evolucionando, ese hecho concreto y puntual dejó de ser novedoso para llevar una continuidad o seguimiento evolutivo, evolutivo, pero el cual el hombre no contempló, con lo que parece ser que siempre necesita estar en algo novedoso. Pero tienen que sentir que la evolución, esa parte evolutiva del hombre o ese paso evolutivo que está dando, no solo es novedoso –entre comillas para ustedes-, es una continuidad del Plan Evolutivo que en su inicio cada uno de ustedes votó, por decirlo de alguna forma, dieron su conformidad para llegar a este planeta, conformarse en un cuerpo humano y evolucionar siendo seres de divinidad. Y ustedes dieron –repetimos- su conformidad.

Pero, ¿qué ocurre cuando el hombre está totalmente esperando esa novedad?: deja de ser algo continuado, rompe o corta esa forma de espíritu conformado en un cuerpo físico. Está bien la novedad, está bien todo lo que no sea una rutina, pero no confundan la necesidad de vivir constantemente con algo novedoso y una continuidad evolutiva que les hace llegar a lo más profundo, ahí también hay una novedad, una grandiosa novedad.

Cuando el hombre no ve motivación y necesita constantemente que su vida esté siendo novedosa, está dejando de ver la totalidad de lo que vino a cumplir, está dejando de ver esa continuidad de la cual él es un punto fundamental, un punto clave, puesto que su energía no mueve, es una constante, está constantemente evolucionando, tomando distintas formas, conformándose en distintos lugares pero siendo una continuidad de una única idea.

Volvemos al principio. Y en el principio surgió una idea, la cual espíritus decidieron crear o formar parte de esa creación y conformaron y se conformaron en un cuerpo físico.

El hombre no debería olvidar que es una constante continuidad y que su vida puede ser extremadamente novedosa, placentera y hermosa sin estar constantemente necesitando de cosas externas.

Cuando se encasilla o se deja encasillar por ideas de otros hombres y entra en ese conformismo –no estamos diciendo conformado ni conformidad, conformismo-, cuando entra dentro de ese conformismo ahí es cuando entra en esa decrepitud, en esa necesidad constante de generar algo fuera de sí, algo que le haga tener motivación, algo que le haga cambiar aunque sea momentáneamente.

Pero si no se conforma con lo que alguien ha pensado por o para él, sino que siente que no va con su identidad, con su forma de ser, con su necesidad mas intima, tiene que rechazar ese conformismo y rebelarse, soltar esa forma de pensar de la comodidad o del lugar en donde esté. No debe bajo ningún aspecto dejarse arrastrar por otras formas de pensamiento que no vayan con sus necesidades más profundas.

De ahí, cuando el hombre entra dentro de ese inconformismo es cuando surge de lo más profundo una nueva forma de ver la vida y una conexión con su espíritu, con su parte de divinidad.

Cuando un ser observa su vida, su forma de pensar, de sentir, y ve hacia donde le dirige la humanidad o esa forma de pensar de la humanidad, y entra en comunión con lo que piensa y siente él mismo, está bien, es bueno dejarse llevar si uno no tiene esa impronta de arrastrar él. Pero si por el contrario todo lo que su entorno le ofrece no entra en comunión con su sentir más profundo, debería de recogerse y echar hacia delante en solitario, en solitario físicamente, el hombre tiene que retomar lo que en su interior late, por eso les decimos una y mil veces con muchas formas de expresión: dense tiempo para la quietud y el silencio porque de ahí nacerá, sentirán o reconocerán esa necesidad de cada uno de ustedes, y en cuanto la reconozcan deben de ir a por ella.

El hombre se entretiene, está a la espera -según palabras suyas- de ver claro, a la espera de escuchar la palabra mágica que le haga sentir hacia dónde y por dónde. Y está bien esa espera, recuerden que todo está bien, pero siempre tiene que observar que en la espera también debe hacer. En esa quietud necesaria el hombre debe parar la mente, en esa quietud evolutiva o necesaria para la evolución, debe para su mente para poder escuchar o atisbar hacia dónde ir, pero se entretiene porque una vez escuchó, sintió, intuyó, llamen como quieran, cuando escucha esa necesidad la acalla porque su mente la estructura y ahí ya se ha entretenido.

Y todo está bien. Recuerden que llevamos tiempo expresando que todo lo que existe no depende del hombre, por tanto todo lo que éste haga está bien, todo. Sencillamente vamos introduciéndolos para aquellos espíritus que necesitan ir despiertos hacia esa evolución. De ahí partimos, de seres que quieren ser dirigidos por quienes han pasado por su misma evolución.

A esos seres, desde ahí, sabiendo que cualquier decisión que tomen está bien, que cualquier forma de vida que opten está bien, que de nada vale que cada uno de ustedes se estruje para ver por dónde y cómo cuando lo más natural es dejarse llevar pero con la conciencia de que lo están haciendo bien, no dejarse llevar y que su mente les diga que están holgazaneando, o que no están haciendo las cosas correctamente, o que deberían de hacer.

Por eso les decimos que paren su mente, se dejen sentir y den alimento únicamente a esas sensaciones, y diríjanse en base a esas sensaciones, no a lo que su mente les está diciendo o a lo que otros les aconsejan. Déjense sentir y cualquiera de las decisiones que tomen serán las correctas porque al último, cuando toda la humanidad haya hecho esa parte evolutiva, cada uno de ustedes irá con ello y darán ese paso evolutivo, lo darán.

No hay que preocuparse, solo hay que ocuparse si la necesidad de cada uno quiere ser consciente y hacerlo ya, quiere dirigir su propia vida y no que esta le dirija a uno, únicamente, pero –repetimos- cualquier decisión que el hombre tome entrará dentro del Plan Evolutivo. De ahí que no se atormenten, sólo sientan, cada sentido, cada pensamiento les hará tener unas sensaciones, unas necesidades, y lo que estos servidores les expresan es que si las sienten vayan al cien por cien a vivirlas, que todo se les da cuando se dejan llevar por sus propios sentires, de ahí que está bien lo que hagan, lo que escuchen, si todo lo filtran por esa sensación de su propio sentir.

Pero que el hombre deje ya de quejarse consciente o inconscientemente. Si algo de la vida que ha conformado él no le gusta, si algo de su propia vida no le satisface, que no vea barreras para soltarlo. Si continúa viviendo esas circunstancias, situaciones, necesidades, es porque voluntariamente así lo decide, él es el único que decide qué hacer cuando ya está conformado al igual que lo hizo antes de tomar forma humana, él es el único que hace, el único que hace su propia vida.

Lo crean o no es la auténtica verdad, la única verdad. El hombre, allá donde esté conformado, allá donde haya decidió tomar forma, es el único que decide cómo vivir y qué situaciones son las mejores para su propia evolución. De ahí que no debe quejarse, que no debe hacer culpables a la sociedad, al entorno, a las circunstancias ni a las situaciones. Cuando él siente que ya está bien de sufrir, que ya está bien de pasar penurias, automáticamente todo se pone a su disposición. Pero una cosa es creerlo y otra cosa distinta hacerlo.

Cuando el hombre actúa en base a ese hacer y toda su vida, su pensamiento, su sentimiento, sus hechos los pone con esa creencia, es cuando ocurre esa magia o ese milagro -llámenle como quieran- que parece que el hombre lo tenga fuera del alcance de su mano y no se da cuenta de que está en su interior. En cuanto él asimile qué es, sienta qué es, hasta ahí puede llegar, hasta que sienta “¡basta ya!, ¡basta ya de tener un cuerpo enfermo, basta ya de esta situación, ya he aprendido!”.

Por una parte, dentro del conformismo del ser humano que a todo se ha amoldado, a lo bueno y a lo no tan bueno -según él-, también quiso que alguien dirigiese su vida y lo dio por bueno, así él no tuvo que tomar ninguna decisión, y lo creyó bueno y así ha ido haciendo su propia vida. Pero hoy ya puede realmente, si lo que escucha lo siente y le llega a lo más profundo, decir basta, ya puede retomar esa parte de divinidad, de perfección, y conformar la vida que él quiera vivir.

Realmente el hombre sufre porque le enseñaron que es natural, que la vida conlleva un sufrimiento. Pero hoy se les dice que en el despertar de la humanidad no se exige sufrimiento, se exige alegría, amor, no más.

Amén.

10 mayo 2009

La conexion


La semana anterior se expresaba que el hombre no tenía la necesidad de pretender o influenciar en algo como cosa suya o como cosa hecha, de su propia mente nos referíamos, que debería dejarse guiar sin meter la mente para sus ideas y haceres.

Decíamos que todo está ya en el interior del hombre y que nada dependía de él, que sí, en su inicio, en su momento, él se ofrendó para este tiempo que el planeta estaba pasando, para este tránsito o esta nueva evolución, pero que nada tenía que hacer, que lo más que se le pedía era que se tranquilizase.

Hoy hablamos de que cuando el hombre entra en esa paz interior, en esa tranquilidad mental, en ese no hacer haciendo, es cuando realmente conecta con su parte de divinidad. Mientras se hace preguntas, mientras la mente lo lleva y lo trae, está fuera de encontrar esa conexión tan necesaria para que encuentre su sentir en la vida, su hacer en el momento.

Les expresábamos que si no se obligan a querer desmenuzar cualquier sentir, si no se empeñan en dar nombre a todas sus sensaciones, les será fácil o más fácil llegar a saber, a sentir qué hacer en estos momentos y a estar más preparados para todo aquel que se acerque, con palabras o sin ellas, a pedir sosiego.

Cuando el hombre deja de pensar o se da una tregua con su pensamiento, entra en una conexión con su parte de divinidad que, conscientes muchos e inconscientes otros, van buscando a través de hacer cosas por fuera, de ir a lugares o a charlas o encuentros que siempre, en esos lugares, escucharán, pero serán de nuevo palabras externas a uno.

Cuando el hombre se da ese intervalo de calma mental es cuando realmente conecta con lo auténtico, con lo que va buscando fuera, y es cuando esa sensación le lleva a tener grandes ideas, novedosas ideas, sentires profundos, formas de encauzar su vida de acuerdo con esa conexión latente que hay en su interior.

Y les decíamos que eso es sencillo porque el ser humano no tiene que hacer ningún esfuerzo, no se ha de esforzar para nada, al contrario, ha de dejar que ese esfuerzo que hoy aplica para hacer las cosas -se esfuerza para llegar a ciertos lugares, para hacer determinadas cosas, para sacar tiempo, y siempre se está esforzando-, lo que debería hacer para poder conectarse con aquello que anda buscando es dejar de esforzarse, dejarse arrastrar por un sentir, sea interno o externo, dejarse arrastrar por un sentir, no por un pensar, por un sentir. Si el sentir es interno entrará en contradicción con su mente, recuérdenlo, la mente quiere que el hombre se quede como está, no quiere novedades. El hombre necesita hacer una tregua o alianza con su propia mente, debe de dejar la mente en un lado para poder conectar con ese estado latente.

Una y otra vez les aconsejamos, les inducimos a que prueben, a que vayan mas allá de lo que escuchan, a que lo vivan y muevan sus vidas y sus haceres teniendo la seguridad de que son ustedes los que mueven su vida. Escuchen: no dejen que la vida les mueva.

Si unen todas las oraciones se darán cuenta que les están guiando por un determinado camino. Si no las cogen aisladamente se darán cuenta que todas les llevan a un lugar: a su interior. Pero ese interior de cada cual en la mayoría está muy, muy escondido, por tanto se les lleva del mejor modo que se encuentra para que ustedes lo vean desde varias formas o puntos de vista, y unos se acoplaran mas con unas palabras, otros con otras, pero al fin algo les hará mover sus vidas al punto de que ustedes mismos encuentren el camino más directo para ustedes.

Una palabra que escuchen la tienen que incorporar a su forma de sentir sin desvirtuar esa palabra, pero sí, la tienen que llevar a su forma de sentir, ¿qué les quiere decir a ustedes esa palabra?

Si no cogen las oraciones aisladamente se darán cuenta de que todas les están llevando a un sitio, a su interior, de forma que a cada cual le despierte su don -por llamarlo de alguna forma-, su virtud. Claro que si las cogen sin hilarlas, aparentemente ayer se les decía algo y a la siguiente vez parece que se desdigan, pero si las unen todo tiene un porqué.

Cuando hablamos de que el hombre debe de unirse, debe de ligarse, debe de unificarse a esa parte divina que lleva para llegar a esa divinidad, observen cuánto trabajo tiene por delante. Desde su vida compuesta por miles y miles y millones de detalles, entran personajes ajenos a él, dificultades –entre comillas-, pero que él vive como dificultades para llegar a su interior, ¡cuánto le cuesta al hombre dejarse sentir cuando todo su entorno lo saca fuera de sí, las conversaciones, las miradas, el trabajo, todo!

El hombre está entremezclado con todo, y para llegar a su lado más íntimo, más profundo, mas divino, le cuesta de reconocer. Por tanto, a estos servidores les cuesta llegar a cada uno de ustedes con la palabra correcta, que sea esa y no otra la que les haga mover su interior. Por eso en ocasiones les decimos que ya no vale la escucha, que esa escucha ya está en su interior más o menos arraigada, que ahora tienen que ponerse a hacer para que eso germine en su interior y los lleve por ese camino único para cada ser, pero al sitio que al fin todos han de llegar, a la parte de divinidad que tiene el ser humano.

Parece lejano. Al hombre, hoy, aun hoy, después de haberlo escuchado, leído, con lo que vive lo ve lejano. Pero si realmente paran sus mentes, se quedan en vacío un espacio corto de tiempo, observarán que no están tan alejados de poder hallar, encontrar, conectar con esa parte divina. Ya no es una teoría, ya no lo es. Para muchos de los seres humanos ya ha dejado de ser una teoría, y son ellos y no otros los que están moviendo o haciendo que se muevan todas estas ideas, todas estas formas de pensar.

Pero si el hombre no sale un poco de su propio caparazón, si no deja que su mente le deje en paz o tranquilo, no puede observar todo lo que está ocurriendo. Hay miles y miles de seres humanos que ya han despertado, que ya se están reencontrando y que están formando una nueva visión de la vida. Ya no está en libros. Pero estos seres, al igual que ustedes, comenzaron por escuchar y continuaron por hacer. Lo que les ha dado esa visión o ese reencuentro o esa conexión ha sido su vivencia. De una palabra, de una idea vivenciada es cuando han recogido cada cual su visión, su única, su genuina visión, y han encontrado esa conexión o ese don que solo uno -cada cual- tiene, y de nuevo lo han puesto y lo están poniendo a la disposición, lo están ofrendando a los demás seres humanos que buscan. Por eso les hablamos de los reencuentros, de las sincronizaciones.

Todo se está dando, todo. Y ya, aunque a uno no le haya tocado y no lo haya vivido, no quiere decir que los demás no lo estén viviendo. Hay muchos seres humanos que ya están viviendo una nueva forma de vivir, de pensar y de hacer.

Hace tiempo se les decía que los pioneros son los que se llevan realmente esos halagos y también los que se llevan los primeros impedimentos, bofetadas o todo lo que los demás seres humanos puedan decir o tachar de inconscientes, de locos… Pero no deja de ser un gran privilegio que el hombre se atreva a dar esos primeros pasos, ya que alguien tiene que ser quien tire momentáneamente y a cada cual le resonó de forma distinta.

Entonces -no hace mucho- se vivía como una teoría, y cada vez se les dice que no es ninguna teoría, que es ya un hecho. Y a poco que despierten y salgan de su propia mismidad observarán que sí, hay mucho caos, mucha preocupación, mucha desazón, mucha angustia, pero hay un movimiento que está arrastrando a todo lo demás, hay un movimiento que está cobrando mucha más fuerza que toda la negatividad que el hombre arrastra.

Y llegará un momento en que cada uno de ustedes desde sus hogares tendrá la necesidad, esa llamada interna, interna, que puede venir desde muchos lugares pero que será escuchada internamente. Y tendrán que dar respuesta a esa llamada, y tendrán que ir hacia esa llamada la escuchen donde la escuchen, cueste llegar a ella lo que cueste.

Es ese movimiento el que el hombre ha de hacer, ese, y ya se está haciendo. Por tanto les decíamos y continuamos diciendo: relájense, tranquilícense, no vayan mas allá, no cojan demasiado trabajo, no cojan demasiados esfuerzos, cosas que les cuesten esfuerzos de pensar, de hacer, vívanlo como si fuese lo último que vayan a vivir pero sin angustia, como si quisieran poner su sello en cada cosa que hacen, en cada idea que tienen, personalícenlo con ese sello de don, sí, es un don reconocer que el hombre puede dar, puede regalar parte de ese hacer, no de ese trabajo, de ese hacer, y pone su firma, se siente tranquilo y deja que su mente se pare, se tranquilice y ya ha hecho, ha hecho.

Si profundizan cada cual en sus vidas observarán que siempre, aquello que hacen les parece poco. Y siempre están con la necesidad de pensar en algo, pensar en algo para hacer, para dar, para… Y ahí, en ese pensamiento entra la insatisfacción porque se sienten faltos de algo, entra la insatisfacción porque creen que no están a la altura de otros y ahí, constantemente, sus mentes les llevan a estar fuera del lugar que deben estar para escuchar mínimamente o para sentir mínimamente esa conexión con lo único que importa, con la divinidad que hay en el interior del hombre.

Tanto se ha dejado el hombre llevar por su mente que esta lo ha sacado de su centro dándole una constante insatisfacción y una necesidad de búsqueda de todo, de aprobación, de mas conocimiento, de mas hacer… Y es un hacer que les lleva a ningún lugar, a una insatisfacción con ustedes mismos. Ese otro hacer al cual nos referimos entra dentro de esa quietud mental que lo que se haga, poco o mucho, queda como un sello personal de aquel don que cada cual trae.

Pero ese don que cada uno de los hombres trae no se encuentra en el dialogo mental, no se encuentra en las necesidades que la mente nos ha generado, no se encuentra fuera de nosotros mismos, porque lo que encontremos fuera será de otro ser humano, no nuestro. Debemos reconocer el nuestro porque cada uno es distinto, y ese se encuentra cuando el hombre se aquieta, cuando lo que hace lo hace con conciencia y no con pensamientos, cuando se da tiempo para la quietud y el silencio y lo que salga de él, sea mucho o poco, será auténtico. Y ahí, es hacia donde tienen que ir.

También recuerden, y todo esto que a partir de ahora serán recordatorios, recordatorios, se les recuerda algo que ustedes ya saben, el hombre todo lo tiene dentro, son recordatorios. Se les recuerda que lo que ustedes llaman tiempo -de nuevo se les vuelve a repetir- está de más, es un tiempo regalado. Y se les recordara hasta que ustedes lo asimilen en su interior y repliquen en sus vidas con conciencia de que ese tiempo está regalado y está siendo reconocido, “como me lo han regalado voy a disfrutarlo, como nada me ha costado voy a disfrutarlo y a que mi disfrute lo vean otros seres humanos”, ser esa replica de una perfección en un mundo en principio caótico, y constantemente se les recordará hasta que retomen esa nueva forma de vivir.

Muchos ya la han retomado y otros están en vías de ello, pero ya el hombre tiene que retomar una nueva forma de vivir y se tiene que dar cuenta que está repitiendo lo mismo que ayer. En cuanto ustedes se den cuenta de que es una repetición háganse esta reflexión, hágansela: “estoy repitiendo más de lo mismo y eso no me va a llevar a ningún lugar, no me va a llevar a mi reencuentro conmigo y con mi virtud, conmigo y con mi divinidad, he de cambiar algo”.

Nadie se lo va a decir, tienen que ser ustedes mismos quienes se den cuenta que están en el mismo lugar con la misma forma de pensar y hacer que en tiempos anteriores, y eso en este tiempo no se les va a permitir, escuchen bien, hemos dejado un lapsus de tiempo, no se les va a permitir.

¿Recuerdan cuando les hablaban de que el libre albedrio en el cual el hombre se sumergió no existía? Se les dejó que creyeran en la libertad del hombre, de hecho sus culturas actuales están regocijadas de ser libres. Llámenle como ustedes quieran, pero esa libertad de la cual están tan satisfechos no existe, todo forma parte de un Plan Divino.

Ustedes y todos los seres existen porque están cumpliendo una función divina. Lo crean o no todos tienen una función que hacer, que dar, que mostrar, y se les deja que ustedes la conformen, le den forma, pero sin salirse de esa función para la cual fueron creados. Y ahí el hombre se siente libre y esa es la libertad que tiene, pero no es la auténtica, la auténtica libertad esta cuando el hombre reconoce lo que es y se reconoce como parte de ese Plan de Divinidad.

Por tanto, el hombre está siguiendo unas formas o unas leyes universales. Que sea o no consciente no quiere decir que no las este siguiendo. Así, de nuevo se les dice: no se va a permitir que en este tiempo el hombre replique con lo viejo, con lo que no sirve, puesto que en él está la auténtica sabiduría, en él está esa bondad infinita, ya no hay más tiempo para replicar con esa falta de fe, con ese egoísmo o con esa forma de vivir estrecha que solo su vida parece importar. El hombre tiene que abrirse a esa nueva forma de saberse parte del universo, uno más del universo con una función específica que hacer pero no más que otros, ni mejor ni peor que otros, por tanto la necesidad vital de uno es la necesidad vital del otro, y no muevo absolutamente nada para alcanzar ese don necesario para mi si tengo que perjudicar a otro. Ahí es donde el hombre alcanza esa –como les decíamos días anteriores- templanza, cuando sus movimientos, sean lentos o rápidos, no dañan a nadie, al contrario, potencian a todo aquel que es observador.

Esa es la nueva forma de ver y de vivir, y ahí sí que el tiempo regalado se pone a la disposición del ser humano. Pero cuando el hombre ya en el momento que está, con todo ya en su interior, con esa arcilla a punto de ser diseñada por él mismo, replica con los moldes antiguos, esos moldes se romperán. Y es natural, ¿no creen que es natural? Cuando entra la guía, esa guía que reconoce el hombre como divinidad, ¿no creen que es natural que se rompa todo lo que no genere esa divinidad?, ¿todo lo que no potencie esa divinidad? Toda forma de escasez, tanto mental, como física, como concreta de ideas y de haceres, tiene que romperse. Esos moldes están cerrados a la vida únicamente de una persona, de una familia, aun hay muchos seres humanos que solo miran por su familia cuando hay toda una familia de humanidad, ¿comprenden donde se les quiere llevar?

Hasta que el hombre no se quite su pan de la boca para dar de comer a otros no tiene ninguna posibilidad, porque ya es estrecho de miras, ya solamente vive para él y no hay capacidad ya para aquel que mira para él. Tiene que abrir su mente, tienen a abrir su corazón, tiene que expandir esa vida y ya no es la vida de uno, es la vida de todos. Yo muevo y me muevo hacia esta idea porque sé que va a dar vida a muchos seres humanos en forma de pensar, de sentir, de ver…

No se encasillen con la parte económica, vayan a lo grande como se les ha dicho muchas veces, piensen en grande, no piensen en pequeño. El hombre hoy cree que si no puede dar una parte de su economía no puede ayudar, cree que si no puede dar de comer a una persona ya no puede ayudar. El hombre puede y debe ayudar con esa mente amplia que hace que su movimiento en su vida concreta no se mueva por él mismo, sino se mueva con un fin de humanidad, humanitario, ahí, haga lo que haga.

Tienen que recobrar esa conexión. Es vital y se les dice y se les repite de mil formas, con miles de palabras que unas les llegarán y otras no, unas les sonaran repetidas y otras novedosas, pero tienen que ir, tienen que mover sus vidas. El ir es mover sus vidas, no pensar, mover, recuerden el pensamiento, déjenlo, lleguen a un acuerdo con él, muévanse por un sentir pero muévanse. Tienen que dirigir sus vidas para conectar con su parte divina.

Y les decíamos y se les repite hasta la saciedad cuando se les dice que es un tiempo regalado, y detrás de la palabra tranquilícense quiere decir mucho mas, quiere decir no tienen tiempo, su tiempo, ese que ustedes controlan de días, meses y años no existe, ya no existe. Unifiquen este tiempo como este instante, se les ha regalado y no se sabe si será de una hora, de un día, de un año, de diez, de cien, no se sabe pero ya no se mide, comprendan, ya no se mide el tiempo tal y como ustedes lo entienden. Hoy hay millones de personas con esa forma novedosa de sentir, con esa evolución, hoy, pero dentro de unas horas, no ya mañana, ni la semana que viene ni el mes que viene, puede haber el doble. ¡Es todo tan acelerado…!

Se les quiere llevar para que ustedes mismos muevan sus vidas, que no sea esta la que les mueva a ustedes porque si es la vida la que les mueve van a sufrir, y ¿para qué sufrir si no existe el sufrimiento?, ¿por qué dejan que la vida les haga sufrir o que ustedes no entiendan a la vida y la vivan como un sufrimiento cuando tenían y tienen la ocasión de moverse en ella, de llegar a pactos con su mente, con sus sentires, con la vida realmente?

¿Qué es la vida?: la vida son ustedes, son sus amigos, sus familiares, la naturaleza como parte de ella. Lleguen a un acuerdo, a una alianza con ella, dense para recibir, tranquilicen a su mente y aliméntenla, aliméntenla con amor, con palabras dulces hacia ella, pero lleguen a un pacto de quietud para poder encontrar ese que les está esperando, ese espíritu, esa alma, ese Dios o esa Divinidad.

Es tiempo, y a eso –recuérdenlo- es a lo que deben de ir porque para eso es para lo que se les ha y se les está regalando el tiempo, no para que hagan grandes proyectos con la vida, no para que comiencen ahora a buscar nuevos haceres o nuevos trabajos, no. Busquen en su interior, encuentren la plenitud, si necesitan de cosas externas está bien, no desechen nada, pero que el fin, que la culminación sea o sirva para llegar a la parte más divina de ustedes mismos, y ahí, con ese fin o con esa intención todo se les dará si esa es la intención; si necesitan cosas de fuera para poder llegar a lo más profundo se les dará, pero si no tienen en cuenta, si ese no es el fin de llegar a ese lado más profundo ya pueden tener ideas, ya pueden llegar a tener pactos, que no se cumplirán si es solo lo de fuera lo que les mueve, sean ideas, haceres, si es solo para su pequeñez, si es solo para su personalidad no se van a cumplir, no es tiempo de ello.

Ahora, si tienen una visión amplia, si tienen una visión donde entran todos los seres humanos, si tienen una idea donde puedan tener cabida todos sin excepción, esa se cumplirá por difícil o imposible que les parezca, porque es necesario que el hombre llegue a esas conclusiones, llegue a tener esas grandes necesidades, “yo tengo una idea revolucionaria en la cual todos los seres humanos que estén con esa necesidad se van a poder beneficiar”, por difícil o imposible que les parezca, esa idea se les pondrá tan fácil, tan sencilla que la llevaran a cabo. Pero si un proyecto pasa por "mi familia", empiécenlo si quieren, empiécenlo, pero no llegará a nada, se diluirá, no llegará a ningún fin -si se termina.

Comprendan que el deber de los que les hablan es infundir en ustedes una necesidad de globalidad, no mueven otros hilos, no hay otro fin. Es que en su interior esté, nazca o se formalice una forma de pensar en la cual entren todos los elementos que existen, todos, desde el ser que ustedes llaman humano a todos los demás seres que ustedes no llegan a ver. Tiene que abarcar todo lo que ven, todo lo que sienten, todo lo que intuyen, todo lo que piensan, y ponerlo a la disposición de todos sin excepción.

Así sea.

03 mayo 2009

Tres pasos a seguir


Trataremos de ir despacio para que pueda llegarles cada una de las palabras a lo más profundo. No traten de entenderlas, tampoco de darles forma, vayan sintiéndolas.

No se alerten con las palabras que escuchen, relájense. El cuerpo debe estar receptivo pero sin alerta, tranquilo, sabiéndose en paz, sabiéndose cómodo y seguro.

Este sería el comienzo para empezar a asimilar los nuevos tiempos: tranquilidad, profundidad interna, paz. Así debería estar el hombre ante cualquier circunstancia, pero éste no está así.

Tres pasos a seguir que los han escuchado infinitas veces pero que no los emplean. El primero: llamad y se os abrirá. El segundo: pedid y se os dará. Y el tercero, que quizás este no lo hayáis escuchado porque tampoco está asimilado: entregad.

Un tiempo atrás se decía: buscad, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá, y pedid y se os dará.

El hombre ya no puede buscar, ya no es tiempo de búsqueda. Como se viene diciendo y van observando, cada acontecimiento llega, se asimila o no, y pasa; pero realmente pasa, es un reciclar constante, un movimiento continuo, ya no es tiempo de búsqueda, es tiempo de interiorizar aquello que hace cada cual, aquello que da cada cual. Es tiempo de pedir y ustedes no piden, exigen. Es tiempo de interiorizarse, ver en cada interior aquello que necesita y dárselo, regalárselo.

Por eso cuando el hombre llama y pide y le dan -por supuesto, denlo por supuesto, le dan-, ha de ofrecerlo. De hecho, si el hombre recordara está aquí para ofrecerse, pues llegó por un ofrecimiento, se ofreció para este momento en el planeta. Y lo recuerden o no eso está latente y es, lo crean o no lo crean, el impedimento que tiene cada uno de ustedes para llegar a ser plenos con sus vidas. Nos explicamos. El hombre se ofreció conscientemente en un estado latente de energía en el cual todo era perfección, y él se dio por una necesidad de contribuir a un plan divino. Cuando se ofreció todo estaba bien, todo estaba correcto en su interior, no vio otra posibilidad, sintió que era su deber dar todo cuanto había recibido y en ese estado puro fue un ofrecimiento hecho con amor.

Hoy, ese ofrecimiento el hombre lo vive como un obstáculo puesto que no recuerda el por qué, ni cuándo, ni cómo ni para qué se ofreció, pero sí hay en su interior una desazón, una falta de acomodarse con las normas impuestas por las sociedades, una rebeldía que no encuentra sosiego para el alma ni para el espíritu. De ahí que decimos que hoy lo está viviendo como si fuese un impedimento.

Pero, realmente, en este instante poco importa. Es una reflexión que les hacemos para que sientan el momento que está pasando la mayoría de los seres humanos, un momento de inconformismo con uno mismo y con todo lo que le rodea, un momento de insatisfacción con todo lo que existe, interior y exterior, un momento de no acoplarse en ningún lugar ni espacio, es como si estuviesen de mas sin hallar ese lugar que les haga sentirse en paz.

Por eso les llevamos a reflexionar, para que entiendan el momento que está pasando la humanidad y ustedes. Y decimos que poco importa, porque ya les veníamos explicando que todo el tiempo en el que ustedes están sumergidos es un tiempo de ofrenda o regalo que le hace la Divinidad a cada uno de ustedes.

El tiempo de regalo, el tiempo de ofrenda, es para disfrutarlo, para consolidarse, es un tiempo para que el hombre se entregue a ese disfrute interno. Recuerden no coger las oraciones aisladamente, no estamos hablando del disfrute del cuerpo, estamos hablando del disfrute del alma. Es un tiempo que se les regala para que se atrevan a vivir sin opresión.

Según sus formas de pensar y actuar, cuando el ser humano llega a una edad avanzada entra en lo que ustedes llaman jubilación, y entonces éste deposita todas sus necesidades de ocio o expansión para ese tiempo. Comprendan la similitud que queremos que les llegue. El hombre se pasa toda su juventud, quizás todo su tiempo más fuerte, en un trabajo que no le satisface, en una vida que no le hace sentirse pleno, es más, en situaciones u ocasiones le hace sentirse vacío, sin sentido, pero apuesta por un tiempo cronológicamente corto para disfrutar.

Imagínense que la Divinidad los ha puesto en esa tesitura. Imaginen que están todos ustedes jubilados y la Divinidad les regala este tiempo para que no se preocupen de nada, se les pasará una pensión, se les pasará una vida –decimos vida en pequeño porque el hombre no se atreve a pensar, a sentir ni a expresar la vida con mayúsculas-. Y bien, en ese símil o similitud podríamos desarrollar, por supuesto, el tiempo que le queda al hombre en la vida terrenal para poder disfrutar de esa jubilación que, en la mayoría de casos, el hombre enferma y ya el disfrute como que no lo puede vivir, por eso hablábamos de la vida en pequeño; entra en enfermedad, entra en decaimiento, entra en decrepitud y, ¿para qué le sirve haber estado toda una vida plena de fuerza, de ideas, de salud, apostando por ese espacio corto?

Ahora pasamos al otro plano. Y comprendan, sientan, dónde queremos que lleguen cuando expresamos que el tiempo que están viviendo es un regalo y que ya no depende del hombre, que se relajen, que disfruten, que todo les será dado. No nos estamos refiriendo a que se crucen de brazos, recuérdenlo, se trata de que sin ningún impedimento físico o mental puedan recoger las necesidades más profundas y llevarlas a cabo, porque en este tiempo es cuando ustedes, la inmensa mayoría, tienen que cumplir aquello que en su momento decidieron venir a cumplir, aquello para lo cual ustedes se ofrendaron. En este tiempo que se les regala es cuando tienen la oportunidad y la ocasión de cumplir con lo que vinieron a cumplir.

Cuando el hombre cree haber encontrado su lugar, cuando cree que ya no puede llevar a cabo lo que cree que tiene que hacer, lógicamente se deprime y poco a poco entra en ese espacio de enfermedad que es lo que ocurre cuando envejece. Cuando el hombre envejece sin tener una enfermedad física, ve sus limitaciones y eso le hace entrar en un decaimiento y en muchas ocasiones en enfermedad.

A nivel espiritual ocurre lo mismo, y el tiempo que está pasando la Tierra, el tiempo que están ustedes viviendo, es ese. Compárenlo con el de la vejez, con el de la jubilación, porque es comparable. Todo lo que el hombre ha creado, esta sociedad, esta forma de pensamiento, este punto al que ha llegado, es realmente un punto cumbre de enfermedad en el cual no puede ni hay marcha atrás. Por tanto la Tierra ya está enferma, el hombre ya está enfermo, con lo cual este tiempo que se les regala es única y exclusivamente, no para que sanen a la Tierra, no para que se sanen ustedes -sus cuerpos nos referimos-, se trata única y exclusivamente de que tengan tiempo para cumplir con aquello que decidieron cumplir.

Nos remontamos al inicio de esta oración. Relájense, tienen que vivir dando lo mejor de sí. Para ello no pueden estar ocupados con una mente que les lleva y les trae a comprender cómo piensan, como sienten, qué pasa con la vida, para qué están aquí… Olvídense, relájense, disfruten del tiempo, disfrútenlo, den un giro a sus vidas, no se preocupen, ¿de qué se tiene que preocupar el hombre? Si vivieran realmente la Vida –con mayúsculas- observarían que el hombre no tiene, no debe preocuparse por nada, todo sigue un Plan Divino, Él no se equivocó, ni puede ni se equivoca.

El hombre hace, consciente o inconscientemente hace, sencillamente hace, y no existe la equivocación. La equivocación es un truco de su mente que les dice que pueden o no equivocarse, pero ¿cómo se puede equivocar el hombre si nada depende de él?, nada.

El hombre llegó aquí por un ofrecimiento que él quiso hacer, para un disfrute y para un hacer, no para modificar nada, es un plan perfecto que sobrepasa de muy mucho la mente del ser humano, un plan perfecto en el que todo lo que ha ocurrido, lo que está ocurriendo y lo que ocurrirá entra dentro de esa perfección, dentro de ese engranaje perfecto que coloca todo en su lugar en el momento oportuno para que el salto evolutivo se dé, y a otra cosa.

¿De qué, por qué y para qué la preocupación? ¿Por qué ese desazón? ¿Por qué quieren entenderlo todo si sus mentes son tan limitadas? Están entrando en ese tiempo de enfermedad del cual se les habla porque quieren tener una razón y una lógica para todo lo que sienten, y no pueden porque se está separando el espíritu de la materia. Al separarse el espíritu de la materia –imagínenlo así aunque no es correcto para que puedan entenderlo un poco mejor- imagínense que el espíritu tiene su propia mente, ya no piensa como la mente de la materia, por tanto está entrando en un conflicto interno.

Olvídense de entenderlo todo, no lo van a poder entender, no hay nada que entender. La Tierra está dentro del plan evolutivo y el hombre, el ser de humanidad, está dentro de ese plan de evolución, por tanto no tienen que entender nada de cómo ni cuándo ocurrirá, da lo mismo. Si no existe la muerte, si no existe el bien ni el mal, si no existe el día ni la noche, todo es un montaje de sus mentes concretas, todo es energía, todo es luz, todo es divinidad y todo es perfecto aunque sus mentes les hagan ver lo contrario.

Es lo único que tienen que entender. Es su mente la que les hace ver lo imperfectos que son, son sus mentes las que quieren limitarles y ustedes se dejan. Cuando el hombre entra dentro de esa separación, él se está separando, su mente va por una lado y su espíritu por otro, pero su espíritu, ya dado por el momento del planeta, es mucho más fuerte que sus mentes, con lo cual la mente no tiene explicación para todo lo que sienten. Por eso les decíamos: sientan qué necesitan, cuáles son sus necesidades más profundas y vayan a por ellas, anulen la mente y vayan a por esas necesidades, el tiempo se les ha regalado para que puedan cumplir aquello que ustedes decidieron hacer.

Ahí volvemos al inicio: pidan, pidan serenidad para este instante de evolución, pidan templanza para que sus cuerpos se mantengan y les dejen disfrutar de este tiempo, pidan ver la grandeza de lo que está ocurriendo y no se limiten a sus ojos empequeñecidos que solo ven aquello que tienen enfrente. Miren con los ojos del alma para que esta les amplíe su visión y puedan ver todo lo grandioso que está ocurriendo en este instante, no se empequeñezcan, no se contraigan en sus limitaciones mentales, expándanse como la propia naturaleza, de ahí que les decimos: salgan a ella, inhálenla, paséenla, siéntanse con la grandeza de esa naturaleza.

Cuanto más se contraigan mas se fundirán dentro de este sin sentido, no le encontraran sentido a lo que la mente quiere porque no lo tiene, no lo hay. La mente no puede fabricar nada que no haya y no hay una explicación para todo lo que ustedes sienten, para todo lo que se está despertando.

Por eso decíamos esos tres pasos. Ya no busquen, no hay nada que encontrar, todo esta desvelándose; eso sí, llamen con fuerza, llamen a la naturaleza, llamen a la divinidad y pídanle, suplíquenle que les de templanza y ofrézcanla una vez que la hayan adquirido, una vez se sientan fuertes ofrézcanla, reúnanse para ofrecer esa templanza. Van a saber estar en cada instante, en cada momento, si tienen esa templanza.

Van a poder vivir en estos tiempos, vivir con mayúsculas, ofreciendo lo mejor de ustedes a aquellos que no saben ver, a aquellos que viven con minúsculas la vida, que realmente si todo forma un Plan Divino y ustedes solo son instrumentos de esa divinidad, ¿no creen que es para ello para lo que han venido, para en tiempos de tribulaciones, de desanimo, tristeza y enfermedad estar, estar con templanza y alegría?

No están para otra cosa, lo crean o no. No es más grande ni más pequeño, están para mostrar que la vida no se acaba, que se debe vivir en grande todos estos acontecimientos, que no existe la casualidad. Existe un momento que la historia muestra que es tiempo de evolución del alma, y dejar el cuerpo, la mente y todos los atributos humanos estando en un planeta como la Tierra, estar plenamente, a eso se le llama despertar: estar plenos de energía, plenos de amor para ofrecerlos en los momentos actuales.

Tienen que ir dejando que sus vidas vayan desarrollándose tranquilamente, tranquilamente se refiere a que no vivan la vida conforme la mente les mande, tranquilamente, un paso tras otro dejándose llevar en todo momento por un sentir. Y cuando la mente entre, cuando la mente quiera estructurar, hablarle con amor pero dejarla a un lado, es un juego interno del hombre con el propio hombre hacerle ver que no es su tiempo, que lo hizo muy bien pero ya no es su tiempo. A eso nos referimos con tranquilamente.

Si la mente no estuviese el hombre viviría sosegadamente, tranquilo, daría un paso tras otro, evolucionaría tal cual, pero la mente, cierto es que el hombre le ha dado esa fuerza, pero esta ya lo cree saber todo y a cada cuestión del espíritu hoy, esta ya le pregunta, ya no le deja, no quiere y le hace ver al hombre que no puede, lo limita, por eso decimos: relájense y vivan la vida tranquilamente, lleguen a un pacto con su mente, lleguen a un pacto con ella, se puede.

Y deben hacerlo porque se les está esperando, ahí sí se les está esperando. Se les está esperando porque en este tiempo muchas almas no van a encontrar sosiego, y ver, sentir que un ser encarnado está con templanza les va a ayudar a dar otro giro a su propia vida de ver y tomar las cosas de forma distinta que les haga sentirse más sosegados.

Es como esa escala o escalera. Estos servidores ayudan a aquellos que están dispuestos a ofrecer, a aquellos que están despiertos para llevar a cabo su función para que estos, a la vez, ayuden a los que no saben ver.

Ahí sí se les necesita, es lo que ustedes eligieron. Háganlo.

Así sea.

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