22 marzo 2009

Momentos inciertos

Todo lo que están escuchando a lo largo de los encuentros deben tomarlo como un aprendizaje para el ser humano, para ustedes y para todos los seres humanos.

No se les intenta dirigir para apartarles de sus pensamientos o personalidades, se intenta recuperar al ser que el hombre lleva dentro, en su interior. En la medida que sientan que se les puede recuperar, en esa medida es que se sienten o se tienen que sentir identificados.

Tampoco se pretende introducir en ustedes algo que no puedan asumir ni asimilar. Bien es cierto que todo lo que escuchan, en un principio les puede venir un poco grande, pero dentro de esa apertura que se les pide, de esa actitud de servicio, poco a poco se irá introduciendo en su interior sin esfuerzos.

Eso es lo que se pretende, ni asustarles ni apartarles de sus formas de hacer. Son ustedes mismos los que, sintiéndose identificados con lo que escuchan, deben ser quienes se aparten o no de la vida que llevan.

No es fácil -ya les decíamos en un inicio- dejar de pensar y, por tanto, dejar de actuar después de estar toda la vida reaccionando y actuando de una misma forma con conceptos dados por otras generaciones. Poco a poco, sin darnos cuenta, hemos ido perdiendo nuestra identidad.

El ser humano no se da cuenta, cree que su personalidad es su identidad, pero si observa, la personalidad está totalmente coloreada de lo que se lleva –entre comillas-, de lo que la sociedad demanda, y en base a esa demanda ustedes reaccionan y dicen que son así, que es su propia personalidad y esa no la quieren cambiar.

Como les decíamos en un inicio, tienen las palabras totalmente cambiadas. Tienen que aprender a usarlas y lo que éstas quieren decir.

Identidad no es personalidad, lo que aquí tratamos que ustedes recuperen es su propia identidad como seres humanos. La personalidad es algo externo y a la mueven los vientos según soplan, no estén orgullosos de ella.

Viven totalmente ajenos a la vida. Entiendan las palabras: viven totalmente ajenos a la vida, creen que lo que viven es la vida, y lo que ustedes están viviendo bajo sus personalidades no es la vida. Ésta es la que queremos recuperar con ustedes y con todo aquel ser humano que se identifique con lo que escucha.

No pueden estar satisfechos con su vida, no pueden, y si se adentra cada cual en sí mismo verá que todo en sí hace aguas, se desmorona, ningún ser humano está satisfecho con su vida, ni tan siquiera contento con ella. Y es lógico y normal, porque la vida que hoy viven no es la auténtica vida. Tanto se ha desidentificado el hombre, tanto ha salido fuera de sí, a su personalidad, que está viviendo sólo una parte externa que es evidente y que él la ha hecho su única vida. Y lo que tratamos de que el hombre recupere es la auténtica. A la que vive hoy el planeta bien se le podría llamar una muerte en vida.

Y ahí queremos que reflexionen internamente cada cual: ¿cómo ven su futuro inmediato, el futuro inmediato de la raza humana? Despersonalícense, ¿cómo ven el futuro inmediato de la raza humana?, ¿cómo -según sus sentires- podría estar actuando el hombre?, ¿qué sobra según ustedes?, ¿qué falta según ustedes?

A lo largo de estos días tienen que hacer hincapié en esta reflexión: ¿qué futuro ven para la raza humana, para el hombre? Ahí es donde nos atrevemos a decir que escuchen las palabras sin ningún concepto en su mente, solo escúchenlas, porque nosotros, seres que están por encima de ustedes en el nivel evolutivo, sí vemos ese futuro inmediato de la Tierra y, realmente, si se hace tanto hincapié en los grupos es porque parte de la raza humana sí puede dar ese salto evolutivo necesario para que la raza continúe, para que el hombre continúe.

Y es ahí donde queremos que se sientan tranquilos, seguros no de seguridades físicas sino de seguridad interna de que la equivocación no cabe en ustedes siendo que se mueven por ese sentir, por esa sensación o sensaciones; éstas les dirigirán por el camino correcto en el momento oportuno. Pero sí que al ver ese futuro incierto para el planeta, para la raza, nos es dado decirles que deben de apresurar, ¡apresurar!, ese paso dentro de lo que cada uno de ustedes conozca como su ritmo, no que todos apresuren a un mismo ritmo, pero dentro del que cada cual tenga, apresúrenlo.

Se les dice que lo apresuren porque como bien les hemos dicho es un futuro inmediato, no estamos hablando de tiempo, es inmediato. Por tanto, ustedes deben reflexionar qué necesita esta raza, qué necesitan cada uno de ustedes, despersonalizándose.

Entiendan bien. Yo, como ser humano, puedo necesitar algo, pero como raza humana, ¿qué necesito? Ahí es donde quiero que vean esa diferencia, despersonalizándose lo más posible para que el cambio sea a través de cada uno de ustedes pero vaya más allá, que salpique a más seres humanos ya que muchos de ellos están dormidos. Si solo observo o reflexiono en lo que yo necesito, lo acotaré tanto que quizás me pierda en esa personalidad, pero si lo miro como un ser de humanidad ya doy la posibilidad de que con ese paso hacia delante puedan más seres humanos dar el mismo paso.

Estén al tanto sin llegar a esa obsesión, por supuesto, desde su interior sin verse –volvemos a insistir- como un ser individualista pero sí mirar en ese interior para reconocer como raza humana qué es necesario: pues yo necesito comer para sustentar el cuerpo, necesito dormir para relajar cuerpo y mente, necesito relacionarme porque soy un ser que abarca universos, necesito la naturaleza porque ésta me nutre, y así constantemente, qué necesita –con palabras mayúsculas- este ser humano.

Y qué estamos dando o dándonos: yo necesito un perfume, yo necesito un ropaje, yo necesito… Así, todo lo que el hombre necesita actualmente, en su inmensa mayoría, es externo. Nutre… ¿qué nutre?; alimenta… ¿qué alimenta?

En base a esas prioridades, ¿qué prioridades está cogiendo ahora el hombre? Háganse todas estas preguntas y apuesten, apuesten por lo que están viviendo, por lo que deberían vivir, por lo que están dando, por lo que deberían dar, en base siempre –recuérdenlo- a que el tiempo a partir de ya es un regalo, están fuera de tiempo, ¡fuera de tiempo!, todo lo que viene, todo, es un regalo.

Y deben de estar observando todo lo que ocurre en su exterior, todo, aquellas noticias lejanas o cercanas. Interiorícenlo y vean, sientan y perciban por qué el hombre está dando esas respuestas, por qué el hombre, ese ser de divinidad, ese haz de luz, ha llegado a esa degradación, por qué ha llegado a vivir únicamente su parte externa y por qué después de tener todo a su alcance -escuchen bien, todo, hoy el hombre tiene todo a su alcance, todo, lo posible y lo imposible-, por qué se decanta únicamente en vivir su parte externa, la parte que decimos que es muerte en vida. Porque realmente esa parte es la que ustedes entierran, es la que ustedes entierran y la están alimentando como si fuese la única, por tanto la están viviendo como la única y la vida a la cual el hombre pertenece, a la cual nos estamos refiriendo, no puede lógicamente darles una satisfacción porque no saben ni que existe.

Ustedes no alimentan la autentica vida, están por las formas, por las modas, por lo que conviene, tanto que han perdido su propia identidad. Y esa es la que han de recuperar rápidamente, ¡ya! Tienen que recuperar lo que realmente son, lo auténtico que lleva el hombre, lo demás no es auténtico, recuérdenlo, visualícenlo si quieren, los cementerios están llenos de sus cuerpos, de los cuerpos de los seres humanos.

Cuerpos es como cuando dejan un coche porque éste se ha estropeado. Ustedes bajan del coche y compran otro pero el coche está en un cementerio de coches. Sus cuerpos terminan en la tierra alimentado a esta, pero no son ustedes, ¿por qué, pues, alimentar como si fuese lo único hasta tal punto de hacerles olvidar que su identidad va mas allá, que tienen ese espíritu que es lo auténtico, que tienen esa alma? Y eso lo han de recuperar ustedes con el apoyo y la creencia que no están solos, que muchos ya han dado ese paso y que por tanto se espera que cada uno de ustedes lo de.

Pero ya no hay tiempo, están por encima de él, les están regalando el tiempo. Aprovéchenlo y hagan los cambios necesarios para realmente sintonizar con la vida autentica, para sintonizar con sus identidades. Y dejen las personalidades, ustedes no son así, ninguno de ustedes es lo que muestra, olvídense de su personalidad, no la tienen, olvídense de ella porque ésta les está cegando tanto que pueden pasar desapercibidos y no es momento de pasar desapercibidos. Ustedes deben sentir que hay seres que ya han dado ese paso y ustedes deben de sentir que se les está esperando; pero deben sentirlo ustedes, y para sentirlo deben olvidarse de su personalidad.

Podríamos decirles que si se aferran a sus identidades es cuando se les podrá dirigir y ustedes podrán ver con los ojos internos, escuchar esas palabras internas, podrán relacionarse con seres que están a nivel vibracional sólo un poco por encima de ustedes, y verán lo que es la auténtica vida.

Hoy lo escuchan. La semana anterior se les decía: dejen la mente a un lado para en su momento retomar. Hoy se les dice: olvídense de su personalidad, ésta no la dejen a un lado, olvídense de ella porque ésta, lo único que les llevará será a una ceguera, no verán lo que va a ocurrir, por tanto no tendrán tiempo de reaccionar.

Por favor, ¡escuchen!, ¡sientan!, es algo inmediato. Deben de reaccionar sintiendo esa parte que todos tienen en su interior, esa sí es la verdadera identidad.

Sientan qué necesitan, no para ser felices sino para ir hacia la autentica vida.

Amen.

1 comentario:

Alma dijo...

En los momentos inciertos es cuando uno se reafirma en su sentír.

Gracias por la oración.

Frases