08 mayo 2008

ORACION: AROMAS DE DIVINIDAD


¿Cómo entablar comunicación entre el hombre y la Divinidad, entre lo humano y lo divino?

¿Cómo puede el hombre sentir más allá de lo humanamente aprendido?

Hay unas lecciones o normas que se les van dando semanalmente o diariamente en base a la necesidad de la persona y a las necesidades de la humanidad. A unos se les da diariamente de determinada forma y en determinados momentos, para que comprendan, distingan y sean ellos mismos su propio juez. A otros más aisladamente, pero cada cual recibe aquello que puede asimilar en el momento más preciso para que lo incorpore.

Pero constantemente se está atento para que el hombre comience a hacerse preguntas o continúe en la vía que se propuso para conocerse, para poder distinguir entre lo humanamente aprendido, o sea, lo que el hombre enseña al hombre, y lo divino, que también está en el interior del hombre.

Nosotros, estos servidores que constantemente están pendientes de la evolución del hombre, intentan por los medios más apropiados para cada cual que como poco perciban ese aroma de la divinidad para que les pueda ayudar a persistir en el planeta, a continuar en el planeta.

Muchas veces habrán escuchado que cuando el ser humano no es útil o viable para el plan universal, se marcha para de nuevo aprender cual es y en qué momento puede volver a nacer, en este planeta o en cualquier otro lugar que le sea más favorable o viable cumplir con su función, la que cada cual tenga que cumplir, porque no se olviden que cada ser humano, aparte de llegar a la globalidad como especie humana, tiene un don, por llamarlo de alguna forma, un don que retomar y aplicar allá donde se encuentre, en el caso del hombre en el planeta Tierra.

Cada cual tiene su misión, su hacer, llámenlo como mejor les suene, como mas lo sientan, como don, como hacer, como misión, como deber –de débito, no de obligación-, pero cada ser humano tiene un hacer allá donde se encuentre. Si no cumple con ese hacer, si él mismo no siente la viabilidad para llevarlo a cabo, genera una enfermedad para dejar que el alma, el espíritu, vuelva de nuevo en otro instante o lugar para cumplir.

Es la función del espíritu, la función del alma, tomar y retomar cuerpos, formas, para cumplir lo que cada cual ha de hacer. Conscientemente pocos seres humanos conocen cual es, por eso los que buscan en el camino encuentran siempre seres que les van dirigiendo para que cada cual descubra cual es su hacer y lo haga.

En la medida que el hombre va atisbando su hacer y no se atreve a cumplirlo por la serie de condiciones o condicionamientos a los cuales está sujeto en el lugar donde habita, si esta tan aprisionado que no encuentra forma de realizarlo es cuando ocurre la llamada muerte. Pero mientras el alma, el espíritu, ve una posibilidad por mínima que sea para cumplirlo, continua estando. Aunque el planeta se pusiera boca abajo, el hombre continuaría si así siente su espíritu la posibilidad de llevar a cabo lo que vino a hacer.

De ahí que si el hombre forma con su cuerpo físico una vida que no proyecta salidas para realizarlo, es el momento más favorable para que ocurra todo lo que está ocurriendo. Dicho de otra forma, el planeta, como ya muchas veces hemos dicho, está generando una energía que es favorable para que el cuerpo del hombre enferme.

De ahí –insistimos-, que todo aquel ser humano que en un momento determinado despertó en una búsqueda –no le demos nombre- de algo más de lo que se ve, se podría decir de un sentimiento, una sensación, una inquietud, un presentimiento, una intuición… llámenlo como quieran, pero aquel que siente algo mas, ese está en la vía de ser dirigido porque realmente eso que siente, sin dar nombre, es el espíritu o el alma suplicando realizar aquello que vino a hacer, aunque los momentos del planeta se pongan adversos. Quizá, repetimos, estos momentos aparentemente adversos, son los necesarios para que el hombre cumpla con lo que debe hacer.

De ahí que queremos apoyarles para que aún solo con un atisbo, lo que podrían llamar ustedes en el plano físico un aroma, un perfume, con un pequeño atisbo, muévanse, caminen hacia ahí aunque estén tan mediatizados que bajo sus formas se equivoquen, pero muévanse, den movimiento a su cuerpo. Pero sobre todo den salida para que su alma encuentre ese atisbo para cumplir con su función.

No se queden paralizados, no sucumban ante esa energía que parece que aprisione. Sálganse de las normas que esta sociedad en la que ustedes están ha impuesto, porque parece que todo se haya confabulado en este preciso instante en el planeta para aprisionar al alma.

El ejemplo, para que puedan entender, es lo más parecido a estas culturas llamadas tercermundistas cuando al nacer una criatura la exponen a lo más difícil y adverso y, lógicamente, el que sobrevive es fuerte y sobrevive a eso y a lo que le plantee el hombre. Es lo más parecido a lo que les queremos hacer que sientan.

La Tierra, el planeta, con su vibración ha conseguido ponerse en ese filo y el ser que dirige toda la humanidad ha cogido ese eje para aprisionar al hombre y que no se mueva. Al no moverse sucumbirá y dejará más espacio para aquellos que lo están adecuando a su forma. Sí, porque todo conocimiento del hombre está adecuado de tal forma que sí sabe hacia dónde ir y qué hacer, sí sabe, pero a la mayoría, a la gente del pueblo, al rebaño quieren hacer como un punto y aparte.

Les molesta tanta carne, les molesta tanta mente comenzando a despertar. Pero lo que más les incomoda es aquellos que se están saliendo de las normas.

Deben de juzgar ustedes mismos, deben darse cuenta si realmente se sienten como seres de divinidad con sus vidas, y si no se sienten así pero sí atisban ese perfume de divinidad deben corregir sus haceres, corregirlos, para realmente dar curso a aquello que sientan, cueste lo que cueste, tengan que hacer los cambios que tengan que hacer, ¿qué importancia tiene cualquier cambio físico que el hombre tuviese que hacer en su vida ante tanta y tanta maravilla que puede surgir desde su interior cuando éste atisbe quien es, qué es?, ¿cómo no me he podido dar cuenta antes?, ¿cómo me han tapado tanto mis sentidos que me han hecho un ser vulgar?, ¿cómo he podido dejar o dejarme hasta el punto o el momento de no tener ganas de continuar?, ¿qué he perdido en el camino, qué perdí que no fui capaz de ver?

Si constantemente se nos dice y en momentos puntuales siento ese apoyo, ¿por qué no acogerme a él?, ¿por qué hacer cada vez mas y mas grande el desanimo?, ¿por qué dejarme y dejarme como la mayoría de seres, sin una intención, sin un saber hacia dónde? Tenemos que saber hacia dónde, no podemos dejar que la multitud nos lleve, no podemos ir a empujones hacia donde ellos quieran que vayamos.

El hombre tiene que saber a través de ese perfume, de ese sentido de divinidad, alejarse de los empujones que nos da la sociedad. Debe salirse de ahí porque nos están arrastrando, no es el sentir auténtico.

Al final, el ser humano, por más peregrino y buscador que sea, ya no sabe ni hacia dónde ir. Se ha dejado en un momento, sin darse cuenta, llevar por esa multitud que le da lo mismo saber que no saber.

No, hay seres, la minoría, sí, pero hay seres que sí saben hacia dónde ir y por qué ir hacia allí, sí lo saben, aun no siendo a ciencia cierta, que por ahí se puede ver ese atisbo de divinidad que hay en el ser humano. Si se dejan arrastrar por la multitud no lo verán, no lo sentirán, se verán y se sentirán un trozo más de ser de humanidad vagando a la deriva.

Está en la elección del hombre elegir con todas las consecuencias, elegir, atisbar ese perfume, esa divinidad, ese amor, y elegir ir hacia ahí aunque le cueste. Debe proponérselo como deber, debe proponérselo, qué hacer para no dejarse arrastrar y ser consciente y fiel a esa alianza de amor divino, a esa alianza de divinidad.

Y todo está en las manos del hombre, en el corazón del hombre, en el alma del hombre, todo, todo aquello que necesite. Todo lo que necesite está en sus manos para poder hacerlo.

Es pararse, sentirse y decidir.

Así sea.

2 comentarios:

Alma dijo...

Gracias....por todo....
gracias por la oración.

Anónimo dijo...

"Toda verdad pasa por tres etapas. Primero, es ridiculizada.
Segundo, recibe una oposición violenta.
Tercero, es aceptada como obvia."
Arthur Schopenhauer (1788-1860),
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"Hay una cosa que es más fuerte que todos los ejércitos del mundo y es una idea a la que ya la ha llegado su momento."
Víctor Hugo

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