10 octubre 2007

ORACION: EL SONIDO Y EL SILENCIO



Qué mejor experiencia pueden vivir que lo que acaban de escuchar. ¿Como puede entender el hombre el silencio? ¿Cómo puede entender y vivir el silencio? Para poder vivir eso tan necesario como es el silencio tienen anteriormente que escuchar en su interior el Gran Sonido. ¿Y por qué es tan importante que el hombre escuche ese Gran Sonido? Es importantísimo porque, en la medida que al hombre le invade el Gran Sonido, entra en silencio sin sentirse aislado, sin sentirse solo, entra en el silencio interior y llega a dejar espacios vacios en su mente y en todos los recovecos de su cuerpo para que pueda resonar en el Sonido del Universo.
Cuando en el interior del hombre se escucha ese Sonido del Universo es porque el hombre ha dejado espacios vacios para que así ocurra, y al dejar espacios vacios para que así ocurra lo escucha y, al escucharlo, el hombre ya no replica igual que ayer, ya no replica igual que el mes, el año, anterior.
Para que la mente pueda quedar en espacios vacios para ser llenada de nuevas ideas tienen que hacer un trabajo interno porque el hombre, hoy, no tiene espacios en blanco, está lleno, pero está lleno de ideas que ya no corresponden con la vibración de la tierra. Recuerden todo lo que les andamos diciendo, explicando, induciéndoles a que hagan ese gran cambio, esa nueva vibración, ese nuevo renacer. El hombre no puede, no puede resurgir, no puede renacer si no cambia esas ideas que ya no corresponden y deja que entren cosas novedosas.
Dentro del trabajo en el cual les estamos dirigiendo, recuerden que hay muchos mas seres, los cuales están escuchando la misma oración que ustedes, y en su momento, no a mucho tardar –porque recuerden que no hay tiempo, que el tiempo es ya-, a no mucho tardar se irán reencontrando, reconociendo, porque el hombre necesita, es una necesidad vital para creer, para dar un nuevo paso necesita reafirmarse, y cuando el hombre se reafirma es cuando automáticamente entra esa nueva conciencia de ver la vida tal y como es, no como el hombre la ha visto hasta hoy. La vida no es como el hombre la ve y mucho menos como la vive. La vida es expansiva, la vida es altruista, la vida es maravillosa. Y el hombre la vive como un gran trabajo, como un gran agobio, como si estuviese pagando alguna deuda. El hombre no está endeudado con la Divinidad, está endeudado con el mismo hombre.
Cuando el hombre se reafirma dejando esos espacios vacios para que puedan entrar esos nuevos seres, para que se puedan reconocer, para que puedan ampliar realmente una humanidad vivida, quizás entonces puedan entender hasta qué momento puntual el hombre se ha dejado llevar, guiar.
Aquel que no reconozca cuando se le presente, es porque realmente no se ha dejado guiar, no ha incorporado nuevas ideas, no ha escuchado el Sonido del Universo. ¿Recuerdan que hablamos del Sonido de Universo?, ¿recuerdan que ustedes retomaron la música a través de aquel momento?, ¿recuerdan que les decían que el hombre, a través de su resonancia corporal hacia vibrar el espíritu? Cuando el espíritu vibra el corazón se altera, al alterarse el corazón deja en blanco la mente y ahí es cuando estos servidores pueden trabajar. Cuando están cargados de ideas, cuando están repletos de documentación es imposible poder acercarnos a cada uno de ustedes. Y en momentos, a través del sueño, del ensueño, de los lapsus que tiene el cuerpo, ahí anda preparado el servidor para puntualizar en su interior un nuevo estado de conciencia. Si no dejan esos espacios mínimos para que podamos actuar, sus ideas serán las mismas, sus principios, sus valores, su forma de ver, de relacionarse, su forma de pensar, aunque crean que están trabajándose, desde ya les decimos que no están trabajándose, ustedes no pueden trabajarse, no pueden por mas que lo intenten porque están repletos de una información equivocada.
Cuando la tierra, cuando este planeta se puso en el punto más álgido, que fue el día 8 del 8 ¿recuerdan?, en el punto más álgido, ahí, en ese instante, el hombre también, inconscientemente, rayó esa vibración pero toda la documentación equivocada lo paró.
¿Qué hacer cuando la tierra ha alcanzado ese punto álgido, para que el hombre se mantenga en el planeta? Tienen dos opciones, sea consciente o no sea consciente, le guste al hombre o no le guste, no importa, lo que al hombre le guste no es importante, recuérdenlo, no es importante, el hombre es un ser excepcional, es el gran milagro de la Creación, pero no es importante. El gran milagro se puede plasmar de muchas formas y maneras, en muchos lugares. El hombre es el gran milagro porque así el hombre debe de replicar, si no, deja de dar esa gran muestra, ese gran reflejo de lo que es, y deja de servir. Recuerden también que el hombre existe para servir, no para que le sirvan, para servir; en medida que el hombre vive ese servicio, da muestras de ese servicio en su hacer diario, en sus relaciones inmediatas, en medida que no deja para mañana, para el año que viene, para dentro de tres, seis, veinte, deja de hacer lo que se le encomendó, lo que en su día él eligió, no da un servicio, y cuando el hombre deja de servir se marcha a otros lugares. No desaparece, nada desaparece, nada, pero sí deja de ser viable para el planeta, para la tierra y para su proyecto, el que él eligió antes de nacer. Para que ustedes recuerden ese proyecto que eligieron, deben de dejar espacios vacios para que se les pueda guiar, deben de recordar que no están solos, que grupos como ustedes se reúnen y escuchan y hacen, hacen, y ustedes deben de hacer, sus ideas deben de surgir, su genialidad debe de mostrarse. En la medida que vayan observando que no están solos, que ustedes pueden y deben de reconocer esos seres que están igual que ustedes, esperando reconocerles, agrupándose, porque se han de agrupar.
Muchos pensaran que no toca, que aquello ya se vivió. Nada de lo que hay se ha vivido, ninguna documentación interna que tengan, ninguna, les va a servir, porque no se ha vivido. Todo es novedoso. La tierra ha cogido el giro y realmente, literalmente, es un nuevo amanecer. La tierra ya ha entrado en un nuevo amanecer. Todo lo que existe y existirá será nuevo.
Si ustedes como seres viejos, no se amoldan a ese nuevo amanecer, no podrán continuar en el planeta tierra. Y recuerden, para aquel que lo haya olvidado o para aquel que no lo ha escuchado: no existe la muerte, no existe la separación, no existe. Ustedes lo viven porque están ciegos, viven la gran separación llamada muerte porque no ven mas allá de sus cuerpos físicos.
Lo que se pretende es agruparles, a todo aquel que apuesta por ese nuevo amanecer, ese nuevo renacer, para que cuando la vibración de todos ustedes llegue a ese punto álgido, puedan ver que no existe la llamada muerte, no existe, continuarán en otro momento, en otro lugar o en este mismo pero en otra forma.
Les explicábamos, y recuerden bien, que el hombre, desde que fue creado, sirve y ha servido. Es esta humanidad la que se ha cerrado tanto, se ha mentalizado tanto que está dejando de ser viable. Pero como humanidad dentro de este cuerpo, el ser continua siendo perfecto, el ser que está en ese interior, en esos cuerpos, es perfecto y éste permanece y cuando a ustedes se les caiga ese velo podrán observar que para que se les reconozca adoptan el mismo cuerpo que ustedes conocían, o ustedes se hacen conocer con el mismo cuerpo, pero ya no están dentro de un cuerpo óseo, ya no tienen la estructura física, porque ha dejado de servir al planeta, ha dejado de servir a la humanidad y ha dejado sobre todo de servir a Él, al Gran Proyecto, porque el hombre es, porque así decidió ser, el Gran Proyecto del universo o universos.
O sea, no crean que porque no dejan ese espacio en blanco para poder interactuar con ustedes van a dejar de ser, no. Nunca dejaran de ser porque son esencia pura, esencia divina, nunca dejaran de ser, pero sí dejarán este planeta como ustedes ahora se ven, con estos cuerpos y formas de pensar, porque es tan sencillo, tan sencillo como que aquello que no sirve se retira. Observen las pequeñeces de sus días, lo que no sienten útil lo apartan, lo que ya esta viejo lo retiran o lo dan, no lo conservan. Cuando la tierra, cuando el planeta siente, cuando el gran universo siente que esta humanidad no sirve, no se pone al servicio, lo retiran, simplemente, pero ustedes llaman muerte, como un final y es una forma de renacer, es una forma distinta de ese gran renacimiento. Con lo cual, hagan lo que hagan, hagan lo que hagan, siempre, lo quieran o no, están al servicio de la Divinidad, llámenlo como ustedes quieran, den la forma que ustedes quieran. Hagan lo que hagan, sean buenos o malos, sean criminales o bondadosos, hagan lo que hagan.
No son importantes para continuar con ese plan que el Creador creó, no son importantes, puede seguir con ustedes o sin ustedes, con estos cuerpos o sin estos cuerpos. Lo que sí no les sirve son sus formas de pensar. Su forma de pensar ha creado un enrejado que ha atrapado a la mayoría de los seres humanos, no a todos, no en su totalidad, sino no estaríamos conversando, ha atrapado a la humanidad y como tal, como se la conoce, con este cuerpo, con esta forma, la mayoría, la mayoría, pasarán a tomar formas distintas. No vamos a pronunciar, nunca, la llamada muerte, déjenla, olvídenla, no existe. Cambiarán su forma, y no lo tienen que vivir como una desgracia, continúan estando, quítense el velo y verán como están sirviendo, están sirviendo sin ese cuerpo porque les molestaba, su forma de pensar molestó para el proyecto. Están sirviendo. Y un día se les dijo que en la medida que cada uno de ustedes apostara por este nuevo resurgir, este nuevo amanecer, no importa la edad que tuvieran, puesto que están total y plenamente en el momento justo y necesario, se respetarían sus cuerpos para que sirvieran con ellos a esa Idea, en la medida que ustedes quisieran, en la medida que se dejaran imbuir por ideas nuevas.
Y, ¿cómo vamos a ir plasmando para que ustedes, en su cotidianidad, puedan reconocer cómo están, en que momento están, qué asimilaron y qué dejaron de asimilar? ¿Cómo puede ver el hombre en su momento actual cómo está?: por sus relaciones mas inmediatas, no lo olviden. No tiene otra forma de observarse y medirse a si mismo el grado de respuesta que ha dado y el que debería de haber usado.
Cuando dos, dos veces replican de la misma forma que anteriormente, por más que crean ustedes que están asimilando, están dormidos. Observen como se relacionan con lo inmediato y con lo no inmediato, observen sus pensamientos qué grado de bondad reflejan hacia los demás y qué grado de malicia, qué grado de sutileza emplean cuando están delante de otro ser humano. Serán, lo crean o no, conscientes en el instante en que den una respuesta, en ese instante serán conscientes de que no ha sido la respuesta que debían, de débito hacia el Cielo, dar. Se les planteará en el mismo momento, de nuevo, para que puedan replicar y obsérvense, obsérvense si han mejorado esa respuesta.
El hombre está entre el hombre porque le es necesario, es su gran espejo. El hombre replica a la imagen y semejanza de Dios, del Creador, de Él, y a la vez replica a la imagen y semejanza del hombre.
Aquel que veamos que no nos agrada, que no nos gusta, reflejémonos internamente con él, sea hombre o mujer, son iguales, iguales, si uno tiene una mala respuesta el otro le replica con mala respuesta, si uno tiene una buena respuesta el otro se ve identificado y replica con una buena respuesta, o sea, obsérvense, si damos una mala respuesta es lo que vamos a tener inmediata o posteriormente, pero es lo que vamos a recibir. Es así de sencillo, así de divino, así de grandioso y así de ingenioso, porque no se olviden que están dentro de un gran juego, sí, porque a Él le gusta jugar.
No vivan las cosas como desgracias, no vivan las cosas con solemnidad, no, olvídense, olvídense. Den ese giro de gracia que tiene el ser, den ese giro, ese gran giro y dejen que entre la alegría en sus corazones, no vayan serios y taciturnos. Vayan, eso sí, dejando huecos vacíos con cada aquel que se encuentren, huecos en esa soledad para que ese silencio les haga ver, sentir, lo que la vida es en realidad, les haga ver y sentir el sentir de otros seres que hasta hoy no nos habíamos dado cuenta.
Cuando el hombre habla, habla, habla, no deja pausas, aturde, aturde. Cuando lleva su dialogo interno pensando esto, lo otro, lo otro… se embota, su mente esta totalmente invadida. Cuando deja esos espacios, esas lagunas de silencio, da tiempo a que el otro se exprese. Cuando se deja a sí mismo la mente con espacios tranquilos, la mente acalla, da la oportunidad a que otros seres se les comuniquen, quizás están esperando, denlo por seguro, que acallemos y aquietemos la mente para que nos digan: “eh, ven aquí, te estoy esperando, ven a pasar el día y me conocerás”. Y uno piensa que ha sido una idea “oye, vámonos aquí, a tal sitio”. Y se irán conociendo.
Dejen espacios vacios, den la ocasión, la oportunidad, al Cielo y al hombre, para ser encontrados, porque se encontraran a ustedes mismos.
Sonido… silencio. Para replicar. Para replicar con el hombre todo el amor que el mismo hombre lleva. No lo olviden.
Amén.

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