31 octubre 2009

La alineación

Mantengan su atención en el centro del pecho. Respiren con suavidad, tranquilos.
Espalda erguida, dejando que todas las cosas entren y salgan sin dificultad.
Cuando el hombre usa su conciencia y todo su estar para provocar un hecho, este ocurre. Cuando el hombre sabe y siente la necesidad de alinearse con su Ser, el hecho ocurre. Pero tiene que tomar conciencia de esa necesidad.
En estos momentos la Tierra se alinea perfectamente en su nueva entrada, a esa energía subliminal. El hombre, a su vez, se alinea para entrar en esa conjunción con su Ser. Y así es el trabajo de despersonalizarse, ese que tanto ha buscado el hombre con terapias, encuentros…, ha buscado la fusión con su Ser, y en este momento la alineación se está dando. La Tierra está en su lugar preciso recogiendo todo lo necesario para después transmitírselo a los hombres, a su interior. El hombre a su vez inhala esa perfección y le hace sentir la necesidad de ir al encuentro de su Ser, fusionarse con éste.
Y ahí, cuando comienza esa unión, cuando todo se une, cuando todo se funde, es cuando realmente el hombre, dentro de ese cuerpo concreto, físico, puede vivir sin que este le moleste lo que tanto y tanto tiempo ha ido buscando, su Ser, energía pura, viva. Ya sale de esos límites del cuerpo confinado, ya es posible unirse en cualquier espacio, en cualquier lugar, en cualquier mundo, en cualquier galaxia.
Esto es así y se está dando. Pero, como venimos diciendo y haciéndoles que vean y sientan la necesidad de dar ese paso hacia adelante, también se está dando la confusión, la necesidad de salir del planeta, de marcharse, de lo que ustedes llaman morir.
En los últimos momentos de ese tránsito planetario se unen esas dos fuerzas necesarias pero incompatibles. Por un lado la satisfacción, la alegría de sentirse seres completos y, de alguna forma, privilegiados por estar viviendo este tránsito. Por la otra, seres que no pueden aguantar más la presión interna.
¿Recuerdan que hablamos sobre la necesidad de que el hombre encontrase su centro a través del silencio para retomar fuerzas y así poder ayudar a sus semejantes? Pues cada día que pasa, cada instante que pasa es mas la necesidad de ayuda que tienen esos semejantes, y aquel que se ha alineado con su Ser y puede -porque así se siente- ayudar, debe hacerlo. Pero AYUDAR con mayúsculas.
Cuando algo termina, cuando algo culmina, al instante hay un nuevo amanecer. Pero en ese tránsito, en ese instante, el caos, la confusión, la mezcla de energías es impresionante, y lo que de ahí nace es grandioso, ¡grandioso! Pues ese tránsito es el que está ocurriendo y debe el hombre aceptar, pero no con una aceptación conformista sino como una grandiosidad para así, de pronto, poder volverse luz.
Mucho han escuchado y reflexionado, pero conforme pasan los momentos, los instantes, van comprendiendo que todavía no han aceptado la situación o su situación, porque a cada paso que dan y que no sienten que ese paso dado lo hayan pedido, se sienten desorientados y frustrados.
Tienen que asimilar que en estos momentos el estar en paz es lo más grandioso que pueden tener. Y esa paz es la que les llevará, la que dirigirá sus pasos hacia donde cada cual tenga que ir. O sea, que con sentirse en paz en estos momentos ya no deseen ir más allá. Mantengan una mente relajada, un cuerpo tranquilo y una disposición de servicio, y cada instante irá llegando y ustedes lo captarán y ahí podrán actuar. Así de sencillo y así de natural.
Pero no olviden todo lo que han escuchado. Para entrar en esa gran paz interna, sus espacios, sus vidas personales, deben de estar solucionados. No es lo mismo decir estoy en paz que sentirse en paz, no lo confundan. La teoría les dirá “estoy en paz”, la práctica les hará sentir la paz.
Solucionen sus vidas, estén disponibles para cuando se les requiera, dispongan sus vidas con armonía, no dejen nada, nada, y a la vez estén dispuestos a dejarlo todo. Esa es la actitud de servicio, y la actitud que hoy se necesita en el planeta, seres que están disfrutando de esa paz interna, que están disfrutando de todo el entorno de su vida, pero que a la vez están disponibles para el instante que se les necesite.
Dentro de ese estar de profunda paz irán sintiendo –como tantas veces vamos diciendo- las palabras que en sus días escucharon, pero en esta paz las van sintiendo, van sintiendo los diálogos y el momento de actuar, dónde, cómo y cuándo. Es como si alguien les hablase en lo más profundo y dirigiese sus pasos hacia donde son necesarios. Por tanto, no es necesario que su mente esté pensando qué hacer o cómo hacerlo. Si está la disposición, la disponibilidad de servicio, lo demás no importa, al contrario, lo demás son impedimentos, los pensamientos son impedimentos, es la actitud. Por tanto, sientan si están en paz o dicen estar en paz.
¿Por qué se les hace tanto hincapié en que estén en su centro, en que se alineen con su Ser, en que dejen todo sin dejar nada?: por el gran momento del planeta. Cuando a un ser todo le funciona, cuando toda su vida le responde armónicamente, no es porque él lo haya buscado, no es porque él lo ha ganado, es porque ha entrado en sintonía, en sintonía con esa energía de comprensión, de amor, en la cual entró el planeta.
Ahí, para comprender esas últimas palabras, tienen que retroceder a unas semanas atrás cuando se les decía que ni se les premia ni se les castiga, es una situación natural de evolución del planeta y sus habitantes, y dentro de esa evolución, de ese estado evolutivo, el hombre ha llegado al punto de poder alinearse con su Ser, de reconocer que es luz. Y ahí, automáticamente, entra en sintonía con esa esencia divina y ya entra en disposición de servicio; no es voluntario ni mental, es un trabajo interno, una devoción, no un aprendizaje, es una devoción que cada ser lleva en su interior, unos más latente, otros más dormida, pero en el interior de todos los seres late esa necesidad y esa esencia divina.
Aquel que quiere, quizás no lo pueda conseguir. Aquel que siente, de seguro lo conseguirá. De ahí que insistimos en que dejen la mente a un lado. No lo piensen, que no sea mental, que no sea un querer mental, que sea una necesidad interna, una necesidad del alma. Y el hombre está acostumbrado a moverse por sus pensamientos y eso le hace creer que es una necesidad, eso le hace creer que sabe, que tiene conocimientos.
Todo es mental, han de sentir. Han estructurado sus vidas a través de unas necesidades internas, y esas no les corresponden porque lo filtran con la mente. Ven sus vidas poco agradables, ven que falta ilusión, que falta conformidad, que falta, que falta, que falta… Han conformado sus vidas a través de lo que sus mentes les han ido diciendo y pidiendo.
Y volvemos a lo de siempre. En estos momentos de la historia en que la mente no tiene protagonismo, ¿qué ocurre con sus vidas si todo ha sido pensado?, ¿qué ocurre con todo lo que han creado a través de sus mentes que no les satisface, que no encuentran donde acoplarlo en este momento? Y lógicamente, los seres humanos se sienten desvalidos y sienten la necesidad de enfermar y morir, terminar -lo que el hombre llama terminar- voluntariamente, a través de esa mente.
La semana anterior les decíamos que iríamos poco a poco introduciéndoles en esa nueva forma a la que hoy el hombre tiene que acceder, en ese nuevo comportamiento, en esa necesidad de que ya de una vez por todas no se llame ser humano, sino Ser, que se muestre sin limitaciones y su cuerpo no sea un impedimento para mostrar quien es. Pero todo lo anterior que acaban de escuchar es necesario para ir introduciéndoles en esa comprensión.
Yo tengo que comprender que hasta estos momentos de la historia ha estado viviendo mi personalidad, un humano, y a partir de ya tengo que mostrarme como un Ser. Ahí están esas dos fuerzas que hoy están levitando en el planeta. Son una, es el ser humano, pero hoy éste ya se ha hecho doble, por una parte está el Ser y por otra su personalidad, su humanidad. Y hay una lucha interna muy grande.
Eso en el hombre, pero en el planeta, en el universo, existe esa misma fuerza dividida, está la energía del Ser, del sentir, y la energía mental, y ahí hay una gran lucha a ver quién puede más. Eso, en rasgos generales, es lo que desde fuera se ve en el planeta. El hombre luchando consigo mismo, con una necesidad de vivir a través de lo que siente, y por otra parte vivir a través de lo que sabe su mente. Le resulta más fácil vivir como su mente le dice porque toda la sociedad del planeta está conformada de esa forma, mental, por tanto no le resulta difícil dejarse llevar por esa inercia que, en él, sabe, pero en su interior esa esencia divina, ese Ser, ya no puede más.
Y ustedes dirán: “¿y qué va a ocurrir?, ¿quién ganará?” Desde aquí les decimos que, indudablemente, el Ser, porque el hombre, con toda su fuerza mental, no es sino una ilusión. Por tanto el Ser, la esencia, es lo que persiste, lo que permanece, y lo crean o no, ahora, en este sistema material, no son nada comparado con esa esencia que palpita en el interior.
¿Que sus personalidades les pueden hacer creer que va a costar mucho?: cierto. ¿Que sus mentes van a poner toda la resistencia?: cierto. ¿Que puros humanos están haciendo que el planeta y sus habitantes entren en una decrepitud?: cierto también. Y ahí está, ahí está ese Ser que acaba de despertar en el interior del hombre que de momento nace y no sabe hacia dónde ir, y se refugia en esa soledad, en ese silencio, en esos amigos, sí, porque ya hay seres, ya hay seres dispuestos y disponibles para ese servicio.
Pero tienen que aprender a distinguirlo, tienen que sentirlo, ¿qué son?, ¿qué sienten que son? De nuevo volvemos a la conciencia. Cuando el hombre toma conciencia se alinea mucho más rápido con su Ser. Si el hombre no es consciente se deja llevar por la multitud, por esa energía densa en la cual también está sumergido. Y en ese espacio habitan todos, en ese mismo espacio.
¿Y qué se van a encontrar y por qué se les previene de lo que vayan a encontrar? Para que lo distingan, para que no crean que son sus imaginaciones, para que no se relajen, para que tengan la seguridad de que es realmente lo que debe ser, esa contundencia y esa fuerza.
El hombre está dentro de esas dos fuerzas -como decíamos-, su mente es la que quiere conquistar y quiere continuar, pero no es tiempo, no es tiempo. Mas la idea persiste, y ¿qué va a encontrar el Ser?: un desajuste interno que le puede provocar y le provocará confusión, malestar, enfermedad. Y es ahí donde tienen que empezar a distinguir. Si yo sé que es la mente la que está pasando por mi y sé que ésta es una ilusión, voy a dejar que pase y tranquilamente no la voy a aceptar, quiere continuar dirigiendo mi vida, pero en mi profundo Ser ya no le doy ni un instante mas.
Han de ser contundentes con lo que sienten y dejar que su mente poco a poco vaya perdiendo fuerza, porque esa fuerza es –repetimos- la que está en el planeta, seres con una fuerza increíble, seres despiertos pero que les cuesta permanecer enteros por la cantidad de energía mental que tiene el planeta, seres despiertos, seres que saben y quieren pero que les cuesta muchísimo romper esa inercia mental que han provocado cada uno de los habitantes del planeta. Pero en ello está, y siempre es ese espíritu, esa esencia, la que va a tener la fuerza para que todo, la vida, continúe.
Como decíamos hace un momento, se les dirige y se les dirigirá, pero durante un tiempo deben andar solos, deben alinearse y centrarse con su Ser. Desde ese Ser escucharán, desde su personalidad se verán aislados y solos. Y esto también es necesario para que dentro de esa lucha interna vayan acoplándose a esa nueva forma de hacer.
Hasta hoy sus personalidades han replicado a través de sus mentes. Ahora su Ser tiene que replicar a través de su sentir. Por tanto sus vidas serán nuevas. Tienen que conformar un entorno nuevo en base a esa nueva forma de ser, ¿entienden?
Hasta hoy sus vidas han estado replicando en base a una educación mental y ustedes han hecho, y creado un entorno y una vida en base a ello. Y ahora, de repente se les dice que esta no puede continuar, de hecho lo están viendo, se cae a trozos, no puede continuar. Por tanto deben interiorizarse, saber perfectamente qué sienten y en base a ese sentir crear una nueva vida. Estarán dentro del mismo cuerpo físico, aparentemente serán los mismos, aparentemente, porque no serán los mismos. Al crearse un nuevo hábitat, al replicar en unas nuevas directrices, su vibración cambiará absolutamente, totalmente, y será cuando sientan esa ligereza en el cuerpo, será cuando sientan esa sensación de apertura, esa sensación de estar en un cuerpo pero que este no les molesta para nada, una sensación de volar, energía pura, pero aun teniendo un cuerpo físico el cual pueda moldear su nueva vida, porque recuerden que el espíritu cogió un cuerpo físico para crear, para moldear. Continuaran teniendo ese privilegio, pero sin esa densidad que hoy tiene el humano. Y eso está ahí, la Tierra ya se alineó y se puso en su lugar, y el hombre está comenzando a hacerlo.
Visualícense como dos seres en uno. Por un lado el cuerpo y su mente, por el otro su sentir y su espíritu. Tienen que ir aflojando uno y alimentando al otro, es la nueva etapa. Para ello ya se les dijo “observen su alimentación, coman ligero, dejen las carnes, aliméntense lo más sano posible, beban mucho liquido”. Es como si en sus cuerpos el fuego estuviese quemando toda la densidad que hoy tiene un humano para dejar que aflore ese espíritu. Pero deben ayudarle físicamente con la alimentación, deben ayudarle físicamente con el silencio, un silencio mental, un silencio físico en momentos, pero sobre todo mental. Dejen que su mente se diluya, den fuerza a lo que de momento para la mayoría aun es desconocido, al espíritu, con la disposición y disponibilidad de permanecer en un estado de servicio hacia el planeta, hacia el universo.
Esa sería la recomendación que se les da para estos instantes, y no decimos tiempo, decimos instantes. Todo, todo se está acelerando, todo. A una acción, una reacción. A una acción del hombre, una reacción divina. Recuérdenlo, el hombre está acelerando el proceso, y muy bien, cuanto antes mejor. Pero a esa aceleración, las fuerzas del universo se alían con el Ser para aportarles la fuerza para que sus cuerpos queden, latentes, pero que sea el espíritu real quien habite en ellos.
Recuerden: la alimentación cuídenla, el silencio y la disponibilidad.
Que así sea.

1 comentario:

Alma dijo...

Yo soy ella y ella es yo, tierra y almas, sincronizadas desde siempre, suspendidas desde el mismo cielo, y llenas de vida para ser amor.

Esta es la magia del momento, la alineación con la madre Tierra, volverse luz, inhalar perfección, fundirse con su misma energia pura y viva, tomar conciéncia, fusionarse con ella y solo así el hecho ocurrirá, sentir y espíritu, acción y reacción, elevarse juntas, porque es momento de ascender, un momento gran-dioso como es el mismo SER.

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