22 septiembre 2009

Oración del día 16 de septiembre de 2009

Respiren con suavidad, profundamente. Mantengan la espalda erguida con la intención de abrirse totalmente a la magia, con la intención de posibilitar que ocurra en su interior ese instante mágico.
No den por hecho nada de lo que escuchen. No traten de entender, sencillamente ábranse para que resuene cada una de las palabras en el interior y estas ya irán haciendo su función.
A nuevos momentos nuevas formas de pensar, nuevas ideas, nuevas formas de actuar. Ya el tiempo del blanco y negro, el tiempo de la noche y el día, el tiempo del bien y del mal, el tiempo de la causa y el efecto quedaron atrás. Quedó atrás, pues, el tiempo de la dualidad y por hecho el tiempo del karma.
Todos estos conceptos tan arraigados en la raza humana ya están caducos, ya han cumplido con su función, pero el hombre tiene que soltarlos para dejar que entren nuevos conceptos, ideas, formas de vivir. Y para que el hombre entre dentro de esos nuevos conceptos no le basta con decir “estamos en un tiempo nuevo y hay que soltar lo viejo y abrirse a lo nuevo”. Bien, ¿y cómo se hace eso?, lo he oído pero ¿cómo suelto mi forma de pensar?, ¿cómo entro a una nueva fase de pensamiento?
Para eso tienen que comprender lo que ocurre, y una vez comprendan todo lo que ocurre dejarse llevar. De momento vamos a hacerles sentir esos nuevos conceptos a los cuales el hombre tiene que agarrarse. Una vez éste escuche esos nuevos principios de vida y asimile hasta donde él pueda asimilar, es dejarse llevar por los acontecimientos que se le pondrán justo delante para que continúe en su avance y se introduzca de lleno en esos nuevos conceptos de vida. Pero se tiene que dejar llevar, guiar, porque si no se deja guiar, lógicamente replicará como hasta ahora su cuerpo, su mente, su energía está replicando, en base a los conceptos que él tiene del bien o del mal, de lo bueno o no tan bueno, de la dualidad, en una palabra.
Dentro de este nuevo campo de visión que el hombre tiene que atisbar, no decimos que de lleno vaya a entender, comprender o ver, sino atisbar. Atisbar quiere decir intuir que pueda ser de esa forma y dejarse llevar por los acontecimientos de su propia vida, lo que le ocurra a él mismo.
Entiéndanlo bien, no queremos decir que se dejen llevar por las circunstancias de alrededor, lo que les rodee de sus semejantes, no. Entiéndanlo bien y no lo confundan, lo que se le pone a su vida, ante la vida del ser humano. Se le pondrá unos acontecimientos que él tendrá que resolver, que lidiar, que arreglar o sencillamente comprender. No lo de su entorno. A cada cual se le planteará de forma distinta puesto que cada ser de humanidad es distinto.
Hasta hoy, se le dé la palabra karma o no, o no, entiendan el concepto de karma o no, la energía del ser humano desde su venida a la Tierra ha sido una réplica de ese karma, de esos acontecimientos no resueltos, no resueltos en una vida, recogidos en ese tránsito que llamamos muerte, recogidos en ese tránsito y vueltos de nuevo al nacimiento con esa carga pendiente para resolverlos en la vida actual. A eso, en rasgos generales, le llaman karma.
Y el hombre, le dé la palabra o no como le hemos dicho antes, comprenda o no, lo lleva impregnado desde sus inicios, impregnado, impregnado hasta tal punto que sin ser consciente, la palabra que él usa determina constantemente ese hecho, como por ejemplo cuando dicen: “bueno, no pasa nada, ya alguien le rendirá cuentas, o ya rendirá cuentas a alguien”, o “bueno, ¿quién soy yo para castigar?, ya recibirá su castigo”.
Son formas de hablar que están impregnadas en lo más profundo del hombre y hasta ahora le han servido, y han servido, entiéndanlo y recuerden todo lo que hablamos anteriormente en los encuentros, todo sirve, todo, y todo ha servido, todo. Para llegar a un punto evolutivo todo nos ha servido. Ahora bien, cuando ese punto evolutivo ha llegado ya hasta el punto de tener que elevar esa vibración, no se puede elevar una vibración con lo anterior, con lo antiguo, con lo que ya no corresponde, porque esa forma no va a dar la posibilidad de dar ese paso evolutivo en la conciencia humana. Por tanto, sirvió. Pero ahora tenemos que entrar, el hombre, ustedes, tienen que entrar en una nueva forma de ver, de sentir y de pensar, y para ello se tienen que cambiar los conceptos antiguos.
No existe el bien y el mal, ya es momento de que lo asimilen. Todo lo que ocurre y ha ocurrido es para que el hombre evolucione, no como castigo, nadie nos castiga ni nosotros mismos nos castigamos, es y ha sido necesario para nuestra evolución. Eso que hemos llamado mal o bien tampoco es que lo hayamos merecido en otras vidas, recuerden, no. El hombre ya vino en sus inicios como ser perfecto, vino para recoger experiencias de un plano concreto, denso, para evolucionar su espíritu que está en constante evolución.
Para ello se impregno de esa densidad que llamamos cuerpo una y otra vez, y fueron necesarias cada una de las leyes impuestas por el hombre, necesarias, necesarias para que pudiera recibir dentro de este cuerpo la densidad del planeta, las ideas de éste, la temperatura de éste… Se fue amoldando ese espíritu al cuerpo, aceptando cada una de las leyes para su propia evolución sin tener ningún recuerdo, sencillamente un acto auto reflejo de aquello que fue ese haz de luz, recuérdenlo. Todo voluntariamente, repetimos e insistimos.
El inicio fue únicamente decidido por el propio hombre. Podía haber decidido quedarse en estado de energía y servir -de servicio- de otras miles de formas. Decidió tomar un cuerpo físico dentro de este planeta, en el cual hubo y hay unas leyes universales y unas leyes del hombre, unas leyes divinas y unas leyes impuestas por los hombres, pero ello lo aceptó también siendo consciente de su pérdida de memoria a un nivel momentáneo. Siendo consciente de todo ello decidió venir y en ello se impregnó con esa ley llamada karma o causa y efecto, y todo sirvió, se insiste, todo sirvió.
Ahora tiene que recoger esta nueva temperatura, por decirlo así. El hombre ya no tiene la misma vibración, por eso en este tránsito de vibración está insatisfecho y busca. No en un país o en otro, en todo el planeta, todos los seres que habitan en él andan buscando. Andan buscando el sentirse medianamente ubicados en ellos, en su forma de pensar, en su forma de ver, en su lugar, en su país. El hombre trata de coger su ubicación pero –recuerden- no la puede encontrar fuera de él, de ahí que les decimos muchas veces: “estén en su centro porque fuera van a ver caos y mas caos”
El hombre que ya busca un camino, ahí sí puede encontrar porque ese camino que busca al fin le llevará a su interior y al fin escuchará, leerá, de alguna otra forma le llegará el modo de poder dar con otras leyes para poder aplicar, aplicar, a su necesidad tal y como vaya resonando lo que escucha, resonando lo que lee, resonando lo que intuye. Y aplicará y encontrará, y cada cual encontrará su medio aunque al fin todos hablen de lo mismo y todos nos lleven al mismo camino, pero cada cual debe encontrar el suyo.
Dentro esas nuevas pautas donde ya lo que yo haga no está ni bien ni mal, mi forma de pensar no es ni buena ni mala, en mis decisiones no cabe el error, cuando actúo ya lo debo hacer sin miedo puesto que no arrastro nada ni dejo pendiente nada. Recuérdenlo, no pueden dejar pendiente nada. Si ponemos ejemplos cójanlo como ejemplo pero siéntanlo.
Si mi vida, lo que yo llamo vida, se culmina dentro de un instante, dentro de unas horas o unos días, no tengo nada pendiente conmigo ni con nadie, paso limpio, totalmente limpio, no llevo carga alguna, no tengo que solucionar absolutamente nada, todo lo que he hecho, todo lo que he cumplido ha sido ideado de la mejor forma con todo el amor para servirme y servir a la humanidad y al planeta, puesto que no existen los conceptos de bien o de mal.
Eso ya es un paso muy, muy importante, porque si asimilamos que no puedo dañar, que no me pueden dañar, si en mi resuena que toda mi vida pasada, presente y futura está en la máxima perfección, ha sido milimétricamente pensada por el que sabe, que mi cuerpo solo ha sido una réplica de aquello que debía ser, no puedo tener pendiente absolutamente nada, por tanto mi conciencia debe dejar totalmente en paz y en armonía a mi mente, y mi mente a la vez no debe pensar más allá de lo que escucho en el instante, de lo que pienso en el instante. No puedo pensar en el ayer ni en el mañana, ni en el me lo están diciendo de una forma o de otra: ¿qué color llevará?, ¿qué tinte me estará dando? Te está dando el tinte perfecto, te está dando el color más luminoso; no pienses para nada que está actuando mal o que tú estás actuando mal. Ni él ni tú estáis actuando mal, hay una corrección, una perfección exquisita aunque tú no lo veas, aunque tú no lo sientas.
Abrirse a esos nuevos conceptos es tarea de cada cual. En la medida en que se abra uno a ellos irá comprendiendo, porque así lo irá sintiendo, todo lo que comienza a ocurrir. Sin estos conceptos claros cada uno puede pensar que el semejante viene a por él, que existe el egoísmo, que cada cual vive y hace por él, y no es correcta esa forma de pensar, no es correcta. La forma de pensar correcta y perfecta es ver que el sentido que se le está dando a la vida y el sentido que a mí me están transmitiendo mis semejantes de esa vida es la perfecta para él y para mí que lo escucho, para él y para mí que me lo hace vivir, la perfecta.
No se puede esperar que en unos instantes de escucha vayan a comprender, no se puede esperar que en unos instantes lleguen a asimilar, no se espera eso de ustedes. Lo que sí se espera es que abran a nuevos conceptos su mente y su corazón, que sientan aquello que les resuena, que den la posibilidad de que la magia ocurra a través de ustedes. La magia puede ocurrir, lo imprevisible debe ocurrir. Pero para ello tienen que abrirse a nuevas posibilidades y romper con esos conceptos viejos, deben de observar si su forma de pensar vuelve a replicar de la misma forma, si se vuelven -ustedes mismos- a observar pensando de la misma forma haciéndose culpables o haciendo culpable al prójimo.
No existe la culpa así como no existe el miedo, ni existen el bien ni el mal. Todo eso les ha servido para tenerlos controlados en ese cuerpo denso y físico, pero ahora ya están fuera de ese cuerpo. Si, escuchan bien, están fuera de ese cuerpo. Se asombrarían, se asombrarían de verse a ustedes, a cada uno de ustedes, literalmente volar cuando llama el sueño, literalmente ir y venir con alegría, recogiendo esa nueva forma, esa nueva energía.
Y les resuena en su interior cada palabra que escuchan, pero ahora tienen que vivenciarla. Y para ello tienen que ir anulando los conceptos antiguos que tienen y eso les va a resultar muy fácil, muy fácil. Muy fácil porque, en su mayoría, el hombre replica con los conceptos antiguos. Si ustedes se observan repitiendo los mismos, ya esta, así de sencillo: anúlenselos; no es la forma de pensar correcta, esto fue, hoy ya no, como aun no se qué pensar dejo mi mente en blanco, todo está bien.
Todo está bien, díganselo a ustedes mismos. Van a ir viendo constantemente que su forma de pensar replica a la antigua. Automáticamente paren unos instantes, sencillamente, unos instantes, y no le den más fuerza a ese pensamiento, al contrario: soy un ser perfecto, pero es que quien tengo frente a mi es también perfecto aunque él no lo sepa; pero yo lo sé. Por tanto no le voy a dar más fuerza al pensamiento, no soy culpable de nada, he actuado en base a lo que he sentido en este instante, en base a lo que la vida me ha hecho, y es perfecto, todo en mi es perfecto, por tanto no te voy a juzgar que tú no hayas sido perfecto, también lo eres aunque me cueste entender.
Deben hacerse esa reflexión constantemente, porque cambiar un concepto no es sencillo. Les va a resultar fácil verse, pero verse en lo antiguo, eso sí les va a resultar muy fácil. Lo que ya no va a ser tan fácil es que paren esa mente, retrocedan y se vean como seres perfectos, y a sus semejantes. Ese es el trabajo que deben de hacer.
Pero nunca –recuérdenlo-, nunca van a estar solos en este nuevo despertar, nunca. Traten por todos los medios de ponerse en oración. Traten de comprender que entrar en oración es entrar en lo más perfecto de uno mismo, es entrar en contacto con el alma. Entrar en oración es entrar en comunión con las fuerzas del universo conscientes de que son luz. Entrar en oración es fusionarse con la Divinidad, y si el hombre se fusiona con la Divinidad esta le va a dar siempre, a cada instante, los medios necesarios para que no desfallezca y la fuerza y energía necesaria para ver con claridad el siguiente paso.
Deben entrar en oración porque les va a ayudar a ver y entender qué está ocurriendo en su interior y fuera de él, les va a ayudar a ver ese paso siguiente ante el cual el hombre titubea porque aun está en los conceptos, “lo haré bien, lo haré mal, será lo correcto, no será”, siempre pensando, como es natural, en lo que conoce. Dejarse llevar ante lo desconocido solo se puede hacer cuando el hombre entra en oración sabiéndose que hay algo superior, llámenle algo, algo superior a uno que le puede dirigir y le puede dar la vida, la vida con mayúsculas, le puede dar el sentido de su existencia.
Poco a poco, pero dentro de esta apertura, dentro de estos nuevos conceptos, iremos recordándoles, porque aun dentro de lo novedoso, de lo que llamamos tiempos novedosos, en lo más profundo del hombre nada es novedoso para él porque todo lo sabe, recuérdenlo, el hombre está desde su existencia replicando en la perfección.
Pero para que entienda adónde y el por qué, todo se les va a ir recordando y se insistirá todo lo necesario a cada uno individual y colectivamente, recuérdenlo, siempre se les está guiando, siempre ha ocurrido y en estos momentos, sobre todo, en estos instantes de transición, no les quepa la menor duda de que son muy bien guiados. No hay palabra, no hay pensamiento, no hay hecho que no esté supervisado, por amor siempre, siempre intentando llevarlos entre algodones para que toda esta transición, todo este momento o caos planetario no les dañe en lo más profundo, hasta incluso podríamos decir, dejando que sus cuerpos físicos puedan estar en optimas condiciones; hasta en el cuerpo físico, cosa que en los tiempos anteriores no se contemplaba. Hoy el hombre puede hacer una transición planetaria aun con su cuerpo físico. Pero esto es lo de menos, esto se les da como un dato referencial para que no estén pendientes de éste, para que si les duele o les deja de doler es lo de menos. Pero aun en este cuerpo se les está apoyando para que hagan esa transición lo más armónicamente posible.
Comprendan y recuerden que hemos hecho mucho hincapié en que deben unirse a seres similares a ustedes para que esa energía les posibilite ese cambio más fácilmente. Y les decíamos que siempre el hombre se ha de apoyar con el hombre, que ha de apoyar energía con energía similar para que esa tasa vibratoria se elevase y les fuera más fácil sentir, ver, percibir. De alguna forma les hemos hecho hincapié para que sus cuerpos físicos y sus mentes concretas puedan tener mayor facilidad para que no se echen al vacio sin saber qué ocurrirá. Pero si en casos puntuales no necesitan de otro hombre y sintiendo esa fuerza inmensa se echan al vacio, no les quepa la menor duda que no necesitan nada más, porque en ese vacío es donde van a encontrar y a llenarse de estos nuevos conceptos.
Pero somos conscientes de que esos seres son una gran minoría, minoría. Por tanto, insistimos que es mucho más fácil cuando se aúnan grupos y esas energías se apoyan unas a otras para poder dar mayor consistencia al instante de sus vidas, si así siempre lo necesitan, no más. Es una sugerencia, pero recuérdenlo, recuerden que en estos momentos si se necesitan unos a otros deben ir a por ello, todo siempre dentro de esa necesidad de cada cual.
Obsérvense. Observen sus necesidades, sus formas de pensar, obsérvense hasta la saciedad. Obsérvense a ustedes mismos y no se dejen pasar absolutamente nada, nada que replique dentro de esos conceptos viejos. Llamamos viejos como cosa que ha pasado, como hecho que ha cumplido ya su función, pero no desechen absolutamente nada puesto que todo ha cumplido su función.
De cualquier forma, ustedes, cada uno individualmente, se van a sentir con necesidades desconocidas para ustedes mismos. Pero siempre que sientan una necesidad que no saben darle nombre, a poco que se interioricen verán el por qué y cómo llegar a esa nueva necesidad. A poco que se interioricen está todo palpitante a punto de que cada cual quiera cogerlo. Ya no está encerrado ni ocultado ni introducido en lo más profundo, está todo latente ahí a la disposición de cada ser humano que intuya, que sienta, que necesite. Ese es el regalo del que tanto y tanto y tanto se viene hablando. Esa es la necesidad de recoger cada ser humano todo aquello que le corresponde.
Ya no vale. Y esto entiéndanlo y amplíenlo. Cuando usamos los conceptos de “ya no vale”, de “viejo”, sientan las palabras que van más allá, mucho más allá de lo que escuchan y amplifíquenlo. Ya no vale la forma de pensar, sirvió pero ya no sirve. Ya no sirven las profesionalidades, ni doctores, ni arquitectos… Ya no sirve, sencillamente, sirvieron. Hoy sirve única y exclusivamente el corazón, el darse a uno con la complacencia y sin miedo de saber que está en lo correcto. Por tanto, si amplifican, la enfermedad ya no existe, si no existen las profesiones no existen los doctores, no existen los sanadores. ¿Van comprendiendo más allá de las palabras?
Hoy simplemente les hacemos un pequeño recorrido a todas las grandes posibilidades que tiene y con las que cuenta el hombre para hacerles romper todos esos conceptos caducos: “voy al doctor para que me cure”, “voy al sanador para que me sane”, “voy para que me…” Cualquier cosa que no dependa de ustedes, cualquier cosa que no se dé en su interior hoy no sirve.
Pueden, por supuesto, porque están ahí, porque están dentro de esa vía del despertar, pueden y deben comunicarse. Orar –recuerden- es comunicarse, es entrar en comunión, es fusionarse dentro de esos nuevos conceptos. Eso sí, y ahí ya entra la sanación, ahí ya entra la perfección, a todos los niveles, a todos.
Rompan con los conceptos del bien y el mal, rompan con los conceptos de la ley de causa y efecto, rompan con los conceptos de las profesionalidades. No se empeñen en replicar con aquello que ustedes ven como correcto o incorrecto, simplemente vivan, sencillamente, repliquen en cada instante sin llevar nada premeditado, sin llevar nada dado por hecho.
No tienen que justificarse ante nada ni ante nadie, y eso se les irá mostrando a cada instante. ¿Cómo?: recuerden, el hombre no tiene otro medio para que le muestren cómo debe de comportarse sino es a través de sus semejantes o a través de sí mismo, por supuesto. Son los dos medios de los cuales todas las energías que están apoyando al planeta pueden interceder e interceden a través de su conciencia en ese estado que llaman sueño o a través de un semejante que pone automáticamente en evidencia una forma de hacer o pensar de cada cual.
De ahí que volvemos a insistir: aquello que me llegue a través de otro es perfecto aunque a mí, en este momento, no me haya caído bien, aunque en ese momento no lo haya comprendido, es más, que me haya revelado. Es perfecto.
Y dentro de esa perfección está replicando el ser de humanidad.
Así es.
Amén.

1 comentario:

Alma dijo...

Gracias, he pasado a leeros.

Besos.

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