07 septiembre 2009

La fidelidad

Bienvenidos, bienvenido a todo ser humano que de alguna forma escuche, lea o le lleguen las palabras. Bienvenidos a esta nueva etapa de la humanidad. Y bienvenidos, sobre todo, a todo aquel ser humano que abre su mente y su corazón a nuevas posibilidades.

De antemano les decimos que ser fiel a la idea, ser fiel al universo, a Dios, es realmente lo que el hombre, lo que ustedes, vienen haciendo aun sin creerlo, ¡aun sin creerlo!, desde que son o fueron creados.

El hombre se ha detenido y se detiene muchas veces ante una dificultad, ante un contratiempo, según cada cual, se detiene, se detiene y piensa o siente que ha retrocedido, que se ha parado, que se ha quedado atrás. El hombre nunca retrocede, la humanidad nunca retrocede, la vida nunca vuelve atrás. La vida es y seguirá siendo vida en su propia evolución y camino, no existe la vuelta atrás, no existe el retorno, siempre es una constante ida, ida o ir hacia esa perfección que es el hombre.

Partimos de esa base aunque ustedes lo escuchen como una metáfora, aunque ustedes lo escuchen como una quimera. Es real.

El hombre siempre ha caminado hacia una perfección. Desde que existe, toda su evolución ha sido ideada para llegar a esa perfección, y la fidelidad con la cual lo lleva es digna de admiración, admiración por otros seres, admiración por otras naturalezas, por otras vibraciones.

Partimos de la base en esta nueva etapa, de que el hombre, el ser humano, tiene que redescubrirse, tiene que llegar a sentir quien es, tiene que ofrecer ya todo lo que está en su interior. Y escuchen bien: en su interior. Nada está fuera de él, nada. Todo aquello que escuchan y escucharán lo lleva cada uno de los seres humanos en su interior y lo lleva guardado intencionadamente hasta el momento previsto por la Divinidad para salir. Y ese momento previsto ya está.

Por tanto el hombre va a ir ofreciendo en un inicio todo lo que él siente que es. Va a sentir que es una buena persona, va a sentir y comprender que lo que pensó en un momento que fue equivocación, cualquier hecho de su vida, no fue así, que en su vida no cabe y jamás lo hizo esa equivocación. Va a ir comprendiendo que lo que él llamo errores cometidos fueron aciertos. Va a redescubrir su infancia, su adolescencia, su pubertad, su vida, dándose cuenta de que cada paso o expresión a la vida que él calificó como buena, mala, regular, necesaria o innecesaria fue realmente perfecta para llegar a ser quien es. Va a descubrir y observar que lo que él tenía, el concepto de una vida triste o precaria, fue, es y seguirá siendo perfecta para ese desarrollo del alma, del espíritu.
Cada ser humano eligió por siempre sus experiencias en la etapa de vida para complacer a su alma, para llegar a esa unión con su espíritu y que este le descubra realmente el personaje que es, no la personalidad a la cual ustedes están ajustados. Esta personalidad a la que están o creen estar pegados es una ilusión, una de tantas ilusiones que el hombre ha contemplado pero que ya observa, porque así lo siente, que en su interior hay algo más.


Y no es la mente la que le dice que hay algo más. La mente queda en un plano físico, y en lo que el hombre puede llegar a sentir y esta sintiendo de lo que es, la mente no le puede dar respuesta a las sensaciones que en su interior nacen.

En todo ese bullicio, en todo ese caos está sumergido el hombre, un caos interno que es reflejado, lógicamente, en el exterior. Por esos tantas y tantas veces se les dice, se les ha dicho y se les dirá: no juzguen lo que ven fuera, porque lo que ustedes están viendo fuera es una réplica de todo lo que está ocurriendo en el interior del ser humano, una réplica de un no saber qué ocurre y tengo que reaccionar de alguna forma, y aparentemente esa reacción puede levantar bambollas, y ser agresiva, y aparentemente, aparentemente, aparentemente…
Todo es ilusión, todo se mueve en el ámbito de la apariencia. Solo es real esa fidelidad que el hombre y todos los seres de vida contemplan hacia algo Superior sin saber a qué, pero que les hace continuar y continuar aun ante la desesperación de la personalidad de muchos seres humanos, ante la desesperación de la incomprensión de muchos seres humanos.


Ante todo eso que aparentemente es caótico el hombre continúa siendo fiel a ese instinto de vida. Y todo se les va a ir mostrando. Es el tiempo de recoger ese premio al cual el hombre se ha negado voluntariamente. Se ha ido negando voluntariamente a recoger sus premios, y ¿saben por qué?, ¿por qué el hombre se ha negado durante tantas y tantas encarnaciones a recibir premios de la divinidad?: por amor. El hombre negó recibir esos premios por amor al prójimo. Comprendan el alcance de las palabras que escuchan.

Cuando el hombre comenzó su nueva andadura, la densidad de la Tierra era tal que volvió realmente al hombre como lo que ustedes conocen del ser primitivo. Conforme el tiempo y la densidad de su planeta comenzó su andadura, en cada encarnación el hombre venia con mas sutileza, con una vibración más ligera. Pero todavía sabía que la densidad del planeta podía atraparlo, de ahí que escondió su don más preciado hasta que este ser, esta Tierra, estuviese preparada para el despertar, y con ese despertar el propio del ser humano. Por eso no quiso recibir ningún regalo, porque sabía que podía quedar atrapado y sintió la necesidad en cada encarnación de volver de nuevo para estar presente en este momento puntual del cambio de la Tierra.

Pero ya el hombre identifica totalmente, plenamente, que no puede ser atrapado por esta. Cuando el hombre identifica que no puede ser atrapado por la Tierra ni por ningún otro ser de humanidad es cuando puede recoger todo lo que ha estado preparado para él, todo. Ese es el momento actual de los seres que habitan la Tierra. Y se les vuelve a repetir aunque ustedes no lo creen: el proceso es literal, el proceso que está viviendo el hombre, el proceso de la Tierra es, y aunque su visión y su audición no observen nada más que caos a su alrededor, es la perfección pura.

El hombre está entrando en esa perfección al igual que el planeta. Y ese va a ser el nuevo seguimiento de estos seres que les apoyan, hacerles comprender, hacerles sentir que están aptos para recibir todos los dones, y más de lo que el hombre pueda nunca imaginar. Sus imaginaciones, allá donde les lleven, se quedan cortas por no poder salir de esta esfera planetaria, por eso decimos “y mas allá de lo que el hombre pueda imaginar”.

Pero no decimos mas allá de lo que el hombre pueda sentir. Y ahí de nuevo se les pide dentro de este nuevo seguimiento: sean fieles a su sentir, olvídense de la lógica, olvídense de la razón, sean fieles a ese sentir, ábranse a la posibilidad de que está ocurriendo, no de que va a ocurrir, de que está ocurriendo en su interior y en el planeta esa perfección de vida, atrévanse a verse ya, a sentirse ya como seres de perfección, no se atrevan a dudar de ustedes, no se atrevan a pensar ni por un instante que serán perfectos, que van camino de esa perfección.

No, no van camino de esa perfección. Atrévanse a sentir que son perfectos, que ya son perfectos, que cualquier acto que hagan, cualquier experiencia que observen en sus vidas que no les ha gustado, que no se han sentido bien por hacerla, obsérvenla como necesaria para ese plan de vida que cada uno de ustedes pidió. Porque realmente es así, están replicando con una perfección milimétrica, replican en cada instante de sus vidas con una perfección esplendorosa.

Lo que ustedes conceptúan como bueno y malo no existe, son experiencias necesarias que se las pidieron y dieron para su evolución, para su encuentro con ese alma divina, con ese punto de encuentro con la totalidad, con la inmensa totalidad.

En la medida que ustedes -y fíjense que hermosura- crean y vivan esa perfección, les será abierta, reconocerán, ya serán incapaces de dudar. Son ustedes mismos una vez más los que tienen que abrir esa mente estrecha y contemplar todas las posibilidades y mas que ni tan siquiera pueden atisbar. Estar abiertos a todo. Y cuando se dice todo es toda la inmensidad.

No se dejen asustar por lo vean, por lo que vivan, es todo perfecto para ustedes. No se queden en sus cuerpos, sus cuerpos les van a apoyar mientras ustedes quieran llegar a saber quiénes son, sus cuerpos les van a llevar hacia donde ustedes en su interior quieran ir y ninguna dolencia física les va a detener, ninguna incomprensión aparentemente les va a detener. Van a ver caminos abiertos ante ustedes en la medida en que vayan abriendo esa mente a una posibilidad infinita, porque ya es momento, porque ya es tiempo, ya no cabe ocultación, ya nadie nos puede decir, ya es momento de recoger ese premio, esos premios, esos dones que hemos ido guardando y guardando para poder servir a la humanidad, al planeta.

Y se les ira apoyando constantemente decidan lo que decidan, porque es tiempo, porque es la labor del acompañante, no es momento de dejar a la humanidad sola, es momento de estar cuando este lo necesita, y es momento de que ustedes sientan toda la ayuda que están recibiendo, porque en la medida que ustedes sientan toda la ayuda a todos los niveles fomentaran y harán más fuerte a cada uno de sus hermanos, a cada uno de sus semejantes, a cada uno de los seres que habitan el planeta, ayudaran a abrir los ojos a aquellos que permanecen dormidos.

Ya no es tiempo de quedar retrasado en lo que no hice, ya no es tiempo de quedarme en lo que haré. Es tiempo de hacer, porque cuando el hombre hace aquello que siente no hay equivocación. Cuando el hombre hace, aquello que hace es un paso más hacia ese encuentro con la Divinidad, y ya no cabe él lo tuve o lo debí de hacer mejor.
Es perfecto, recuérdenlo. Ábranse a la posibilidad de que su vida ha sido, es y será perfecta y única para lo que ustedes demandaron. Y se les da, se les da, se les regala.


Acéptenlo y que no quepa ya la menor duda de que en potencia son perfectos; no son en potencia perfectos, se les repite, son perfectos, y replican y han estado replicando, aunque les cueste entenderlo y mas asimilarlo, han estado replicando dentro de esa perfección.

Y poco a poco, poco a poco irán entendiendo el por qué de estas palabras y rápidamente asimilarán aquello que son.

Así será.

Amén.

1 comentario:

Alma dijo...

Yo soy la prefección de Dios hecha vida, todo en mí es según el plan perfecto de Dios y en mi rebosa su amor a traves de mi alma por todos los poros de mi piel.

Mi ofrenda, soy yo, ofrendandome fielnmente al amor,bendita sea mi vida, porque desde su vida, yo soy.

GRACIAS POR ESTA ORACIÓN TAN BELLA EN LA QUE TODO SE TRASFORMA EN PURA PERFECCION, EN TODO SER HUMANO.

Amen.

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