24 abril 2008

ORACION: EL TEMPLE O LA TEMPLANZA


¿Cómo se definirían cada cual, cada uno de los que escuchan las oraciones, a sí mismos en base a la asimilación de éstas?

¿Creen que a lo largo de las semanas y los meses han asimilado parte del contenido de las oraciones?

Si es así, si realmente creen que han asimilado, ¿son conscientes de haberlo llevado a cabo en base a su actitud con la vida y con los seres de humanidad?, ¿han llevado a cabo esa oración asimilada?, ¿se ha reflejado en algo, son conscientes de que han reflejado algo de lo asimilado con cada ser humano que se le ha presentado, o lo han guardado para ustedes mismos, o han llevado a cabo actitudes puntuales con el prójimo?

Háganse todas esas reflexiones, observen si a lo largo del tiempo cada uno de ustedes se sabe dirigido, apoyado por seres con un nivel de conciencia más elevado. ¿Saben realmente que eso es así?, ¿sienten realmente que eso es así, o sencillamente en momentos puntuales de sus vidas recuerdan una de las oraciones, una, y en ese instante se sienten bien pero después continúan con sus vidas como si tal cosa no hubiese ocurrido?

Se les dice todo esto para que cada vez se vayan haciendo más conscientes de ustedes y de sus reacciones ante lo que la vida les presenta, porque a veces, a lo largo del tiempo que estamos con cada uno de ustedes, con cada uno de los grupos de oración, les hemos dicho que el hombre coge aisladamente la vida, no puede ver las relaciones o interrelaciones que ocurren y, por tanto, no ven cual es su momento, su actitud, en definitiva, su vida en este instante.

Si comprendieran y no viesen como hechos aislados los acontecimientos, sino que se habituaran a ver la correlación que hay con cada uno de ellos, podrían ver y sentir lo que en este instante está ocurriendo en sus vidas como parte de un proceso iniciado tiempo atrás, hasta incluso en los años más tiernos de la infancia y hasta incluso antes de esta encarnación.

Cada cosa, cada hecho que se les va expresando, es para que templen sus cuerpos y sus emociones para todo lo que acontece, y todo lo que acontece no es ni muchísimo menos un castigo ni un premio, sino una consecuencia en base a las actitudes que está teniendo el ser humano. No existen, como tal, los premios ni los enfados de la Divinidad con el hombre, los castigos como los llaman, eso es una invención del hombre. Existen unas consecuencias en base a la actitud de un hecho, de un hecho tras otro, tras otro, tras otro… eso ha generado que en un momento puntual ocurra un hecho importante para sus vidas que cada cual lo vive como un premio o un castigo, pero no deja de ser una consecuencia de sus formas de hacer para con ustedes mismos y para con la vida.

De ahí que muchas veces les expresamos la importancia, la gran importancia de que se conozcan a ustedes mismos cueste lo que cueste, les cueste lo que les cueste, les cueste llantos, lágrimas o alegrías, pero conózcanse porque en la medida que ustedes se conozcan darán otra respuesta ante el ser humano y ante la vida. Si no se conocen usan el verbo sin reparar el daño que hacen, usan los silencios sin ser conscientes de lo que ello conlleva. En definitiva, si no conocen lo que ustedes están proyectando, si no conocen su resultado, ocurre lo que ocurre, lo que ustedes dicen desgracias, ocurre lo que ustedes viven como desgracias.

Si el hombre en todos sus momentos, y no puntualmente, se observase y fuera realmente fiel con esa observación, se diría a sí mismo: “no me importa cuál será el resultado ante lo que voy a hacer porque está bien sentido desde el corazón, aunque el hombre no lo comprenda, no me importa el resultado de esto que va a ocurrir en base a mi respuesta, no me voy a dejar condicionar por una sociedad que va hacia el gran deterioro, voy a ser consecuente hasta las últimas consecuencias con mi vida, con mi verbo, con mi forma de sentir y mi forma de pensar”.

Si el hombre no llega a hacerse todas estas preguntas y a apostar por ellas no podrá ayudar, serán palabras lo que salgan de sus bocas, porque antes de poder ayudar la persona tiene que conocerse, tiene que conocer sus limitaciones y vencerlas, tiene que conocer sus posibilidades e ir más allá, debe de fundirse con lo que es, y fundirse con lo que es, es fundirse con la verdad, con la claridad, y no fundirse con la equivocación, porque no existe, no fundirse con la pena porque no existe, no fundirse con el deterioro porque no está programado para el hombre, no está, existe únicamente porque el hombre quiere que exista, porque potencia ese deterioro, porque como no se conoce sus hechos hacen que se produzca el deterioro. Si conociese su potencial, si conociese y creyera en él sabría perfectamente que cada pensamiento sería una actitud y cada actitud sería realmente una fuerza de sanación y una fuerza de creación, pero ¡hay tantas cosas que el hombre pasa por alto conscientemente, tantas…!

Les hacemos que lleguen a todas estas reflexiones porque es el único modo para poder ayudarles, el único modo para que el hombre pueda ayudarse a sí mismo. Si dentro de una comprensión a una escucha, no la hacen suya y comienzan a vivir en base a esa comprensión, y no se dejan llevar porque los demás no lo hayan comprendido así o no estén dando una respuesta así, si ustedes lo han comprendido, lo han llegado a asimilar pero no lo incorporan en sus vidas, si no lo incorporan no va a servir de nada, de nada. Tantas veces han escuchado, tantas veces han creído asimilar pero les ha dado reparo, miedo, vergüenza, todas esas actitudes que no les han dejado llevarlo a cabo, implantarlo en sus vidas hasta el punto que lo han olvidado, y de nuevo en otra oración se les recuerda.

¿Creen de verdad que siempre van a ser guiados? ¿Creen que ustedes no pueden ser sus propios guías? Porque en cuanto estos servidores sientan que pueden llegar a ser sus propios guías se retirarán con el máximo respeto. Y si llegan ustedes a relacionar solo las oraciones que han escuchado, podrán observar que tienen mucho conocimiento que han dejado que se pierda, si, pero lo han escuchado muchas veces de distintas formas; tienen mucho conocimiento pero no lo llevan a cabo.

Claro que lo vivirán como un castigo, como todo, la enfermedad la viven como un castigo, o lo viven como premio o como castigo, y no saben y se les ha dicho muchas veces que no existe el premio ni el castigo, son sus hechos, son sus obras, “por sus obras los conoceréis”, las que los premian y los castigan, sus propias formas de vivir la vida, o sea que ustedes mismos se premian y se castigan. Pero lo más triste, porque es triste, es que al igual que ustedes se premian y se castigan, premian a los demás seres humanos y castigan a los demás seres humanos. Eso no se les va a consentir, no son quienes, al igual que a ustedes no se les premia ni castiga, no son quienes para premiar ni castigar a nadie, ni tan siquiera a los más débiles. Eso no se les puede permitir. Obsérvense, observen sus formas de hacer ante la vida y observaran a lo largo del día la cantidad de veces que ustedes halagan o premian, o juzgan o castigan.

Podríamos recordarles, porque así están sus vibraciones en este momento, desde la primera oración, y para unos serian novedosas, para otros repetitivas, pero para aquel que lo viviese como novedoso observaría que no lo es tanto, que en su interior lo da por bueno, lo da por correcto, lo tiene asimilado, y para aquel que creyera que es una vez más una repetición, observaría que la escuchó pero no la incorporó. Por eso les decimos que estamos apoyándoles hasta que sintamos, en cuanto se observe que el hombre puede caminar en solitario se les dejará en solitario para que lleguen a lo más profundo de ustedes en solitario, para que se apoyen los unos a los otros sin este aporte de energía, porque este aporte de energía, a la vez que el hombre está para apoyar, no está para coger en brazos al hombre, está como bastón para apoyar. De ahí que les decíamos que la pena no sirve, que el castigo no sirve, y el premio tampoco. Lo que sirve es el conocimiento de uno mismo y al conocimiento se llega sin tapar absolutamente ninguna emoción, sin tapar ningún sentir, llegar hasta lo más profundo ocurra lo que ocurra al hombre, hasta llegar a conocerse, conocer las respuestas y si a uno no le agrada cambiarlas.

Cuando uno no quiere mentirse y quiere llegar a la verdad, tal y como está el ser humano le costará llegar a su verdad, claro que le costará, pero si eso es lo que busca y lo que anhela llegará, y una vez llegado a su verdad actuará en consecuencia hacia la humanidad y hacia el planeta, en consecuencia, porque cuando el hombre llega a su verdad llega a la verdad autentica. No hay más que una verdad, y no hay más que un ser dividido en millones de almas, una verdad, una, la que se llegue a través del corazón, esa es su verdad, y si es su verdad es la verdad del Divino, porque no hay otra.

Pero si el hombre se queda a medias sin querer profundizar porque atisba que no le va a agradar, porque sin profundizar está mejor, no tiene que dar ninguna respuesta, porque se puede pasar toda la vida buscándola, esa es en su gran mayoría la actitud del ser humano, no querer profundizar porque así se relaja, toda su vida diciendo que no sabe, y el hombre sabe, el ser humano sabe, miren si sabe, miren si lleva conocimiento en su interior que hace un instante les hemos dicho “en el momento en que sintamos les dejaremos caminar solos”, porque el hombre sabe y puede dirigir su vida, y cada vez con mas y mas claridad.

Dentro de lo que ustedes viven como caos y caótico, dentro de este momento de tinieblas está la luz más cegadora y deslumbrante que haya existido desde sus inicios, la más deslumbrante. Es ella la que quizá ciega a la mayoría, pero ustedes están en ese filo de la navaja que ya les hemos hablado y deben de templar esa emoción, ese corazón, para no cortarse ustedes mismos y poder cruzar al otro lado, para poder cruzar.

Amén.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por la oración.
v.estrella.

M@R dijo...

AMEN,,,


UN ABRAZO,,,

Frases