06 febrero 2008

ORACION: LA ALERTA


¿A qué debería de estar el hombre alerta?

A todo en la vida, pero sobre todas las cosas, debería estar alerta a no caer en la duda, a no dudar, seguido de estar constantemente renovándose, no caer en la rutina.

A todo, como hemos dicho, debería estar alerta el hombre, pero quizás lo que lo mueve o lo que lo para es la gran duda a todo lo que piensa o hace, siempre hay una duda detrás, a veces tan grande que le paraliza y deja de hacer aquello que había pensado o que creía debía de hacer.

Realmente si el hombre, la raza humana, está por mejorarse conscientemente, debe estar alerta a todo lo que de él depende, a las respuestas, a las relaciones, a los pensamientos, a sus actitudes, y tratar de mejorarse en todo lo que piensa o toca. Ver siempre que todo dentro de la raza humana se puede y debe mejorar, para aquel que busca y necesita encontrar una vía y un sentido a su vida, porque el que no, no necesita estar alerta, vive y funciona, y no se plantea nada. Pero el que sí es consciente y está sobre todo pendiente, por decirlo de alguna forma, que se siente pendiente de algo, ese sí debe de estar alerta, alerta a todo lo que le rodea y a sí mismo.

¿Qué ocurre cuando el ser humano baja la guardia, cuando deja de estar alerta? Eso se ve muy bien en las relaciones amorosas, pero sobre todo en el enamoramiento: al principio todo es maravilloso por parte de las dos personas, pero después se baja la guardia, la alerta, y comienza a entrar la comodidad, la costumbre, la dejadez, y es cuando se ve y se siente una pareja sin motivación y desencantada.

Hablamos de pareja, pero también de humanidad y de ser humano. A nivel individual la persona también se siente desalentada dentro de ese vacío y esa costumbre, y a nivel de humanidad, lógicamente, la humanidad se siente desalentada, vacía, desmotivada, y ¿por qué?: porque ya, tiempo atrás, dejó de estar alerta a sus necesidades más internas, a esas necesidades latentes, dejó que la costumbre, la comodidad y muchas otras cosas deterioraran e hicieran bajar la guardia.

Y volvemos a repetir, es como si clasificásemos a la humanidad en dos, aquellos que buscan y aquellos que se acomodan y conforman.

Para los que buscan, tienen que estar alertas para encontrar a través de su comportamiento el sentido de su propia vida. Para el resto no es necesario, porque no se lo han planteado, pero en cuanto el hombre se plantea mejorar como ser de humanidad, automáticamente tiene que ser consciente de no bajar la guardia. ¿Cómo quiero yo relacionarme con la vida, con los seres humanos?,” así, así, así…” Pues tengo que estar alerta de no bajar la guardia nada.

Y les podemos poner muchos ejemplos, pero este que van a escuchar es el más significativo y el que más puede el hombre controlar, por llamarlo de alguna forma.

Imagínense que tienen una terraza llena de flores, esa sería la humanidad en su hogar, y que todo lo que ven les gusta y les hace sentir felices, pero observan que cada mañana les tienen que quitar el polvo, las hojas secas, regar si lo necesitan, necesitan estar alerta constantemente con cada una de ellas y si, por alguna razón, se les olvida porque están un poco escondidas, se mueren.

Con la vida, con las ideas, con las personas, con sus ideales, ocurre lo mismo. Imagínense que tienen un ideal en su mente, y físicamente le dan forma, ¿Cómo llevar a cabo ese ideal?, “pues tengo que hacer esto, aquello y lo de mas allá”, y lo ven claro, lo ven factible, pero quizá la rutina les hace dejar de estar alertas con ese ideal y no regarlo o mimarlo lo suficiente hasta hacerlo concreto y palpable, de forma que ese ideal se muere, se pierde.

En todo aquello, importante o no para cada cual, pero sobre todo en lo importante, lo que realmente hace vibrar a uno, sea lo que sea, tienen que estar alertas para no decaer ni un mínimo, tienen que cultivarse y cultivar eso que quieren, sea cosa, persona o idea.

El hombre se desespera cuando aquello que piensa o necesita no se cumple, y a veces se desespera hasta tal punto en que decae físicamente, pero uno tiene que preguntarse a sí mismo “¿qué he hecho o qué hago para que esa idea o necesidad se lleve a cabo?”, y en la mayoría de casos observaremos que no hacemos nada, únicamente lo hemos pensado, pero ni tan siquiera hemos aprendido a lanzar la idea fuera de nosotros mismos, con lo cual está a aprisionada en nuestra mente, nuestro corazón o nuestro cuerpo, allá donde se deposite la idea.

Y no hemos hecho nada, no estamos haciendo nada, lo único que estamos haciendo es desesperarnos porque la cosa no ocurre, porque el hecho no se realiza, pero de nuevo hemos bajado la guardia y no estamos alertas con la idea, no nos hemos informado que debemos hacer para que eso surja, cómo cuidar o mimar esa persona o idea, y así el hecho se hace vulgar, sea lo que sea.

Cuando entra la vulgaridad en la vida del hombre éste se va apagando poco a poco. Y a la vulgaridad nos referimos cuando es lo que el común de las personas viven, muestran y hacen sin un sentido trascendental. Recuerden la oración de la trascendencia, un hecho, por sencillo o simple que parezca, cuando se le da la trascendencia que tiene, deja de perder toda la vulgaridad, por sencillo que sea. En cambio, cuando una idea es grandiosa, trascendente, y se hace sin sentido, se vulgariza, entra dentro de la vulgaridad porque no tiene sentido, carece de sentido; es esa fiesta donde el hombre se refugia, que nadie sabe qué está celebrando, cualquier celebración que el hombre apuesta por ella y cada vez mas y mas le preguntas y pocos o ninguno sabe cuál es el sentido de ese festejo. Y así se vulgariza.

Y el hombre debe de dar sentido trascendente a su vida y estar alerta para que esa vulgaridad no entre en su vida.

¿Por qué el hombre decae? Esa podría ser la conclusión de todas o cada una de las oraciones. ¿Por qué el hombre decae con tanta facilidad?: porque se deja llevar o arrastrar por el resto de la humanidad, perdiendo el sentido auténtico de la vida individual de cada ser de humanidad, convirtiéndolo en una vulgaridad.

Poco a poco, sin darse cuenta, el hombre va cayendo en un desánimo. Y no ocurre nada, no ocurre ninguna enfermedad, simplemente es un desánimo. Observen su entorno, su vida, y verán como un hecho, aunque sea uno solo, un hecho que debería ser trascendente lo han vulgarizado y sin darse cuenta han dejado que entre ese desánimo en sus vidas.

Al hombre, cuando quiere despertar, cuando está en el camino, cualquier pequeño desaire del resto de la humanidad le hace tambalearse porque no está fuerte todavía. De ahí que muchas veces les hemos dicho:” seleccionen con quien se relacionan”. Y parece que nos estemos yendo por otros derroteros, pero es y será siempre lo mismo, el hombre necesita de la seguridad de la humanidad para sentirse fuerte, pero esa fuerza o esa seguridad no la va a encontrar si no en sí mismo, no la va a encontrar fuera con el resto de seres humanos, la va a encontrar dentro de sí mismo. ¿Cómo?: no bajando la guardia, es así de simple si quieren, observando desde la idea, observando desde el pensamiento cómo encauza su vida o cómo lleva o dirige su vida, estando alerta ante cualquier estado de ánimo suyo y del resto.

Cada semana, cada encuentro que ustedes tienen, se les va dando cierta información para que la implanten en su vida con palabras y nombres a los que ustedes están acostumbrados, los que les son familiares. Y no es ni más ni menos importante, no lo es, lo verdaderamente importante es el estado en que ustedes están en cada encuentro, porque en base al estado en que estén así van a recibir.

En realidad, lo que se está pretendiendo decirles es que el hombre únicamente está en el planeta Tierra para relacionarse con los demás seres humanos, únicamente. Y se les dice de una forma, de otra, de otra…, a veces con ejemplos personales, a veces generales en la humanidad, pero lo cierto es que cada uno de los encuentros es para que ustedes comprendan, si realmente quieren llegar a ser esos seres de humanidad que están apostando por esta nueva vibración del planeta, la gran importancia que tiene relacionarse, conocerse a sí mismo y relacionarse con los demás.

Y aunque no le encuentren el sentido a las palabras que escuchan, aunque no se lo encuentren, lo único que les tiene que quedar muy claro es cómo me relaciono con los hombres, cómo cuido mis relaciones personales, íntimas, cómo cambiar mi forma de sentir y pensar para relacionarme conmigo mismo.

Y hoy se les dice la alerta como la semana anterior fue otra cosa, pero todo, todo tienen que amoldárselo a sus propias personalidades y vidas, y observen cómo lo están haciendo aflorar, cómo lo están asimilando y si lo están viviendo o no.

En base a lo que ustedes vivan, a lo que en ustedes se impregne y hagan suyo, comprenderán perfectamente y le darán perfectamente el sentido a lo que quizás en algún momento no comprendieron. Si no lo llevan a la vivencia siempre se les quedará descolgada en muchas o parte de las oraciones.

Amén.

7 comentarios:

Jayja para tí... dijo...

He aprendido en este último año, tantas coss para ser feliz, para tener un poco más cerca la felicidad, y eso lo aprendí hace sólo un año, con algunas herramientas, primera, echra el ego al lado, pensé que el ego er bueno que hacía falta, y recién aprendí que nos amta y no nos deja ser feliz...
aprender a amr las cosas buenas de otros, más, más y más... y las malas? bueno, estoy ocupads con las buenas!!!
Aprendí a ser mejor conmigo misma!

Y después de todo eso em dí cuenta que era más feliz que toda mi vida!!!

Luciano Gil dijo...

jayja: buena filosofía que funciona. Una vez leí lo siguiente: "¿qué prefieres, ser feliz o tener razón?" Me gustaría pedirte un favor: no me vuelvas a llamar de usted, ¿vale? Besos.

Jayja para tí... dijo...

prefiero ser feliz, porque tener razón depende del punto de vista de dos personas o de más y lo más problable es que para muchos no tenga la razón pero para ser feliz, sólo depende de mi corazón, y ese brincará de alegría con los momentos hermosos que me de la vida!!

Gracias amigo,

jayja

Jayja para tí... dijo...

Es el día del amor, amor, amor, amor que me haces jadear, que me haces reir, que me haces feliz,
amor que no me dejas feliz ser, amor que me preocupas, amor, amor
amor, que corres furioso a través de mis venas y cuando llegas al corazón, haces que este me duela
amor que traspones a lo claiente y allí me quemo como en el Sol
amor que me enfrías el alma de temor de no tenerte, de perderte
amor de mis 15, de mis 30 de mis 100 años!

amor, amor, amor en los ojos de mis hijos
donde la sangre se me congela, si están en peligro,
amor con dueño de mi hombre, amor invendible, amor sin precio
amor que te perocupas si no ha llegado a casa
si algo malo le pasa...
amor de hija, de madre, amor por las canas hermosas de quien me dió la vida
o del pelo teñido de una aún hermosa mamá
amor desde que era inocente
hasta que me convertí
en algo más sofisticado,
amor de niña, de hija, de esposa, de mujer
amor a todo lo que es vida...
Amor inmenso, en mi corazón insustituible y luchador..
que da las horas, los minutos, los segundos de cada latido que da mi corazón por todos los seres que ama sin tener en cuenta el reloj del tiempo
porque para el amor
no existe
hora, día ni edad
amor, es amor,
y mi corazón lo mejor y más valioso que sabe hacer...
es amar...
Os amo,
yo, tan tonta,
que de tanto amar, me olvide que existo!!

Luciano Gil dijo...

jayja: ¡qué bonito! yo, que de tanto amar me olvide que existo... Gracias por compartir este interior tuyo tan rico. Seguro que ese amor que das volverá a ti. Un besote.

Dejame que te cuente dijo...

eres acupuntor?
que bien...que falta me haria ami unos buenos pinchazos...¡¡¡...

queria agradecerte tu visita por mi espacio...
y de camino perderme por tus letras...
un saludo cariñoso

Luciano Gil dijo...

hola fire: gracias también por tu visita, puedes regresar cuando quieras y serás bienvenida, yo también iré a dejarte que me cuentes... Besos...

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