Y en el principio surgió la Idea y la Idea tuvo su proceso hasta llegar a conformarse y se conformó en lo que hoy conocemos como universos, como mundos. Y cada mundo tuvo su tiempo, su proceso, sus cambios, hasta llegar a la actualidad. Y todo va siguiendo su propia pauta de tiempos, de cambios, de adaptación. Y así, ese es el proceso necesario para que se conforme la Idea.
Todo tiene su tiempo, sus pausas, pero en su culminación la Idea se concretiza. Y ahí aparecen los mundos con todos los seres que habitan en cada uno, y todos los seres que habitan el planeta se comportan de igual forma, van conformándose como animales, vegetales, minerales. Todos conforman creando esa armonía entre sí y todos palpitan y habitan en armonía.
Y cuando la Idea surgió, fue dando lo necesario en tiempo, en proceso, hasta llegar a la culminación. Los seres van dando su tiempo hasta llegar a la culminación y ahí, en ese tiempo, en esa Idea, surgió el hombre porque estaba dentro de la Idea. Y el hombre fué también adaptándose, conformándose en un ser cada vez más sutil hasta que llegó un momento en que se sintió superior a la Creación. Se sintió el propio creador de todo lo que le rodeó y le rodea. Cree ser dueño y señor de todo lo que alcanza a ver, tocar, sentir.
En ese instante en que el hombre creyó ser su propio creador, creyó ser él mismo el que surgió. Abandonó la idea de que una Idea superior a la del hombre lo creó, lo aceptó. Desechó rotundamente que fuese creado por alguien que no era él y ahí rompió ese proceso evolutivo de la Creación que todos hasta la actualidad, todo ser viviente que existe, menos el hombre, respetan con armonía.
El hombre cree ser capaz de adaptar el exterior para su propio hacer y su propia conveniencia cuando realmente, entre todo lo que existe, es el único ser al que colmaron de conciencia, el único que tiene conciencia de su individualidad, conciencia de si mismo. Lo dotaron de esa libertad de hacer, de cambiar a su voluntad su entorno, y ahí, en ese proceso que debió ser evolutivo, el hombre se lo apropió y a raíz de ese instante fue cuando convirtió en involución su especie.
¿Y por qué nos interesa cuándo o por qué el hombre cambió su proceso evolutivo?, ¿por qué nos importa o es tan importante retomar ese conocimiento?: para saber dónde el hombre retrocedió y recordar, como vamos a ir recordándoles, por qué y para qué fue creado el ser de humanidad.
Si el hombre ha dejado de recordar que se conformó como ser humano, que tomó este cuerpo con la conciencia de que a través de él podía aportar a la Idea principal, a la idea de la Creación, su experiencia plasmada, conformada igual que él mismo, darle forma, dar forma a una idea humana, el hombre ha perdido el sentido de para qué fue creado.
La Idea es una energía creadora que creó todo lo que existe, pero la Idea no se conformó, no tiene forma, no tiene cuerpo y ahí, en ese no cuerpo de la Idea, creó el cuerpo del hombre haciéndole o dotándole de conciencia para que no olvidara quien era y de dónde venia.
Imagínense y créanse que la Idea, lo que ustedes llaman Dios -Dios, Idea, Creación, Divinidad, todo es lo mismo-, es una energía capaz de crear, y creó, escuchen bien, no se pierdan ningún detalle, escuchen, fue el Creador de un cuerpo humano para conformar en su interior la Idea, que es lo mismo que decir: Dios tomó el cuerpo del hombre para conformar la Idea que Él tenía, y automáticamente podemos pensar: “entonces Dios está dentro del hombre, entonces yo no soy yo, yo soy Dios”.
La Idea creó un cuerpo para habitar en él y poderse materializar o dar forma. O sea, que Yo Soy Dios, Yo Soy Dios. Manténganlo, Yo Soy Dios. El hombre es Dios. El hombre está hecho porque Él quiso poder concretizar esa gran Idea y a través de lo que el hombre va concretizando y conformando, dando forma a sus ideas humanas, va culminando la gran obra del Creador. Repito, para que no se pierdan: cuando el hombre concretiza su idea humana, sus ideas, va culminando la Idea de Dios.
Pero, ¿qué ocurre en todo ese proceso? Cuando el hombre creyó que fue él mismo el que por obra de magia nació, por obra de magia le entró conciencia de ser, y los científicos, ustedes mismos, los científicos humanos avalan esa idea de que el hombre descendió del mono, ese proceso fue haciendo al hombre cada vez lo que hoy es. Y el hombre lo cree. Cuando alguna idea se cree, todas las demás se rechazan, pero no hace falta que crean en la que están escuchando hoy, lo que sí es necesario es que bajo su individualidad, bajo su conciencia experimenten cual de todas las teorías existentes puede ser la correcta, y es necesario que lleguen a esa conclusión y apuesten hacia las que ustedes den como buenas. Y decimos que es necesario que lleguen a sus conclusiones porque el hombre ha llegado a tal egocentrismo que si no es algo que él cree, que él ve, que él toca, no puede avanzar. Sus mentes necesitan tanto alimento de conocimiento, que como no den por buena por su propia experiencia una idea no pueden avanzar. Y la idea que hoy ustedes tienen como buena y correcta está equivocada y sólo aceptan la idea de que son Dioses o que son un reflejo de la Divinidad a través de lo que llaman religión, ahí lo han aceptado como algo religioso, pero lo han dejado ahí, y el hombre ha ido avanzando a través de su conocimiento olvidando la Idea principal o primaria de que son seres creados para que en su interior habite el mismo Creador.
Claro que pueden decir: “si somos millones de seres humanos, ¿qué ocurre, que hay millones de dioses?” ¿Son tontos? El ser humano no es tonto, es inteligente, y sabe que todo lo que existe es energía y la energía puede habitar en cada lugar, en cada ser que así lo necesite. Y esa energía, ese Dios, habita a través de cada uno. Y ¿hasta qué punto de olvido ha llegado el hombre, para ni tan siquiera sentir que él mismo es Dios, que él mismo es la Idea primaria, la Idea que creó todo lo que existe, incluido a mí, y a olvidar, al hacer vulgar ese cuerpo, de ser divino a ser vulgar, vulgar en cuanto a que esta vacío, vacío por olvido teniendo conciencia de que es divino? ¿Es vulgaridad o no? O sea, que al hombre lo dotan de una conciencia para que no olvide quien es y resulta que al paso del tiempo ha llegado a creerse su propio creador y a renunciar a esa parte divina, el ser muy vulgar, a esa vulgaridad nos referimos. Pudiendo ser creadores de lo existente nos conformamos, de conformismo, en ser seres vulgares, ¿por qué?, ¿hasta dónde tiene que llegar la Divinidad para hacerles entender que en su interior no es ninguna teoría, que en su interior habita la Divinidad? ¿Hasta qué punto tiene que llegar la Divinidad para hacerles sentir que está dentro de cada uno de ustedes?
Pero claro, por ahí es, sino imposible, difícil hacerles sentir lo suficientemente fuerte para que ustedes puedan hacer un cambio. Esto ustedes lo escuchan como algo bonito, puede ser como algo grandioso, pero se les queda en una escucha. Cuando salgan, cuando comiencen a moverse, ya caen en un olvido, ya no lo pueden hacer algo concreto y dar forma para que ustedes cambien. Pero esto es así, es necesario que lo escuchen y además no debería caer en el olvido. Poco a poco el hombre tiene que ir diciéndose: “Yo Soy Dios”, hasta que llegue a sentir que es Dios y que el otro es Dios y que todos los seres humanos son Dioses. Aunque se les den pautas que ustedes puedan hacer viables para poder hacer el cambio necesario para su propia evolución como especie, no tienen que perder ni olvidar que son Dios.
Retomando ahora, ¿cómo puede el hombre cambiar y ponerse en sintonía para reconocer quien es? Porque hoy lo han escuchado y antes también, por algún lugar han escuchado que el hombre es Dios, pero lo han escuchado, no lo han hecho propio. Pues hoy, una vez más, se les recuerda quienes son. Y para que puedan acercarse a sentir quienes son les vamos a ir dirigiendo, como hasta ahora, con soluciones –como ustedes dirían- sencillas y rápidas para que cada cual, cada quien, que quiera cogerlo.
Hemos llegado a la conclusión que el hombre se conformó, una Idea tomó forma de ser humano y en el interior está su espíritu, vamos a llamarlo así, y ahora lo que debe hacer el cuerpo es ponerse a las órdenes del espíritu. Eso es, van bien, ponerse el cuerpo a las órdenes del espíritu.
¿Cómo se puede ponerse el cuerpo a las órdenes del espíritu? Si el hombre no cree que tiene espíritu, al igual que no cree que es Dios, ¿cómo me voy a poner yo a las órdenes de nadie? Es muy sencillo: no se pongan, ¿les agrada cómo son?, ¿les agrada cómo se desarrollan sus días?, ¿les agrada cómo se están desarrollando sus ideas?, ¿cómo están a lo largo de sus años?, ¿cómo está pasando su vida?, porque si les agrada no se muevan, pero si, al contrario, hay una necesidad que no saben darle nombre, hay unas inquietudes que tampoco saben darles forma, hay unas ideas que no saben como desarrollarlas, pero que realmente sí quieren concretizarlas, moldearlas, ahí lógicamente tendrán que cambiar, cambiar sus hábitos, sí, cambiar los hábitos, tirarlos, y es muy fácil hacerlo, muy sencillo, pero incómodo, muy incómodo. Cada cual tiene unos hábitos, cada uno de ustedes tiene sus propios hábitos y día a día los repite, por eso son hábitos, día a día repiten lo mismo, les guste o no dan la misma respuesta ante la misma circunstancia. ¿Qué tiene que hacer el hombre para no repetir lo mismo una y otra vez? Ahí viene la incomodidad. Es que es tan sencillo… ¡dejar de hacerlo!, me pillo en algo y automáticamente dejo de hacerlo, paro en seco. Si están repitiendo lo mismo y sus vidas no les satisfacen, cambien esa rutina. ¡Claro que les será incomodo cambiarlo!, porque si la rutina es estar constantemente comiendo, por ejemplo, o acostándose, o bailando, y siempre, y siempre, y siempre la misma rutina y en general sus vidas al cabo de los años no les satisfacen, tendrán que romper esa rutina para que algo nuevo entre.
La semana anterior les decíamos que el alimento del espíritu lo recogen en la naturaleza, el alimento, el antídoto, todo lo que está relacionado con el espíritu lo recogen en la naturaleza, ¿se acuerdan? Bien, pues si ese ser va a la naturaleza todos los días y su vida no le satisface, cámbienlo, no vayan a la naturaleza. Y no es contradictorio, es un ejemplo para que observen que si día a día repiten las mismas cosas y a lo largo de sus edades su vida no les satisface, sienten que puede mejorar, cambiar, que necesitan un cambio, tendrán que romper las rutinas implantadas durante tantísimo tiempo, si les gusta levantarse tarde levántense pronto, si son pasivos hagan ese esfuerzo. Es incomodo, repetimos, pónganse activos. Si incurren en las mismas respuestas cambien las respuestas. Es tan sencillo que el hombre, como les decíamos la semana anterior, no quiere hacerlo, no quiere porque se siente dueño y señor y hace lo que le viene en gana constantemente, es una dejadez total, una inercia total la que tiene el hombre hacia lo que le han dicho que es la comodidad, hacia lo que le han dicho que es una vida cómoda, todos nos merecemos –dicen los seres humanos- una vida mejor y más cómoda. Y esa comodidad les está sumiendo en un gran deterioro como raza y como seres individuales, les está sumiendo en lo más profundo del deterioro y siendo como son, seres divinos, seres perfectos, no deberían permitir que ese deterioro fuese a más, no deberían permitir perderse en la oscuridad hasta el punto de no saber quien son.
Ahora lo atisban. Aunque no sepan darle nombre llevan años buscando, algo queda en su interior que les hace buscar y buscar nuevas respuestas. Algo queda en su interior de quienes son. Dejen poco a poco la comodidad, adéntrense en romper esa inercia y esa repetición y automáticamente irán conociendo quienes son ustedes, irán recordando para qué llegaron a este planeta, el por qué, el cuando, y realmente lo que ustedes cogen como metáforas o como algo superior que no les toca a ustedes, eso que les va tan grande como que son seres divinos, que pueden cambiar en un momento sus vidas porque realmente tienen todo lo necesario para poder hacerlo. Son los creadores de sus propias vidas y pueden cambiarlas pero claro, no lo creen, lo escuchan, les gustaría creerlo, lo ven bonito pero no lo creen, y hasta que el hombre no lo crea no podrá hacerlo. Para ellos no se puede hacer realidad porque al no creerlo no lo pueden concretizar, no pueden conformar ese ser de divinidad que hay en su interior, conformarlo en un cuerpo físico divino que respire la perfección por todo su cuerpo, en sus actos, en sus pensamientos, en sus sentimientos, en sus haceres. Hasta que no lo crean es como si para ustedes no existiera, hasta que el hombre no lo crea, no decimos hasta que el hombre no sea consciente, el hombre tiene consciencia pero no cree que él es el Creador de éste y de todo lo que existe, no lo cree, y ahora se conforma, de conformismo, con lo que los demás seres humanos quieren hacer de su vida. Se han puesto dentro de la vulgaridad del hombre y hacen lo que los demás quieren que hagan. Les guste o no les guste repiten lo que los demás quieren que repitan hasta que ustedes mismo digan:
“¡Basta, basta ya! Yo no soy eso, yo no soy lo que me habéis dicho que soy. Yo presté, di todo para conformar este mundo y todo lo que existe y soy parte de esa Idea, soy parte de esa Divinidad y quiero retomar ese recuerdo, quiero dar cauce a lo que un día sentí, a lo que un día fui, una idea culminadora de la perfección. Y quiero de nuevo retomar esa Idea y plasmarla con el cuerpo que tengo, y no voy a ir ni detrás ni delante de los demás seres, no me voy a dejar arrastrar por esa inercia y esa costumbre de creer que otros pueden hacer mi propia vida. Nadie puede hacer mi propia vida, soy yo, yo, el que debo cambiarla si quiero cambiarla, soy yo el que tengo que dedicar todo mi hacer para poder plasmar esa Idea en mi”.
Y recuerden, son los creadores de todo lo que existe.
Amén.
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¡Hola a tod@s los que pasáis por aquí!
Como todo el mundo que sea mínimamente observador puede corroborar, estamos
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Hace 5 años
1 comentario:
Creador de todo lo que existe.
Amén.
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