08 noviembre 2007

ORACION: EL VUELO DEL HOMBRE


¿Recuerdan la oración de la semana anterior que hablábamos de la continuidad? Y expresábamos que nada termina, que todo es una continuidad constante, una vida constante, en cualquiera de los planos es vida en ebullición permanentemente. El ser humano no lo vive como continuidad, lo vive como separación, hablábamos del compromiso que el hombre absorbe constantemente de todo lo que le rodea y lo hace propio. Hacíamos hincapié en que el hombre creó y mantiene sus propios barrotes que le hacen sentirse aparentemente seguro, pero que encierra ese vuelo del hombre, ese vuelo del espíritu hacia otras esferas.
Tengan en cuenta que el cuerpo humano lo adoptaron como propio para poder expresar todo el anhelo del espíritu. Ese espíritu adoptó una forma que llamamos humana para así poder expresarse y expresar la necesidad de amar y poder dar constantemente, a través de las expresiones que usa el cuerpo, lo mejor de ese espíritu. Y si adentramos un poco mas para que comprendan, para que les llene ese corazón vacio que tiene la humanidad, para poder llenar ese corazón tienen que comprender que este cuerpo que ustedes solicitaron está únicamente al servicio del espíritu y el espíritu necesita volar, necesita romper los barrotes que la mente ha confeccionado y ha hecho que todo lo que le rodea tanto a nivel de pensamiento como de estructura humana esté aprisionado.
¿Cómo puede expresarse el espíritu a través de este cuerpo si éste está enganchado sin poder expresar ese amor que irradia a los demás seres humanos y al planeta? Comprendan, háganlo propio. Y es sencillo hacerlo propio, observen que sus vidas están, no vamos a decir a mitad de evolución, es que ni tan siquiera están en el principio, y el ser humano se siente muy evolucionado; mentalmente quizás, físicamente quizás, cada vez dicen que vive el hombre mas años; si a lo que vive le llaman vida, quizás sí, pero el espíritu no entiende de esa vida, el espíritu no se relaciona a través de lo que el cuerpo dice que es vida, él está aprisionado y así lo siente, y el cuerpo también lo siente, por eso se duele y ¿qué hace el hombre cuando tiene un dolor?, lo soluciona de alguna forma, le duele la cabeza, el pecho, las piernas, coge una enfermedad y va donde tenga que ir, hace lo que tenga que hacer para resolver esa dolencia.
Si el espíritu está desconectado del cuerpo y el cuerpo, este cuerpo humano, no admite o no contempla o no advierte que es algo mas, el espíritu también está doliente. ¿Dónde vamos para solucionar la dolencia del espíritu?, ¿nos lo hemos planteado alguna vez? Porque es sencillo decir que vivimos y que sabemos ser seres espirituales y que contemplamos nuestra vida física bajo esas premisas de ser espiritual, pero cuando realmente nos duele una pierna vamos a resolver la dolencia, y cuando nos duele el espíritu, el alma, ¿dónde vamos?, ¿qué hacemos?, ¿por qué no contemplamos idénticamente igual a esa dolencia del espíritu o del alma como a la del cuerpo?, ¿por qué estamos haciendo esa separación, gran separación, entre el alma, el espíritu o el cuerpo?, ¿acaso no sabemos qué hacer para dar a esa dolencia una medicina?, ¿acaso no sabemos cómo calmar ese llanto constante del espíritu que quizás unos lo sientan como tristeza, otros como melancolía? Hay muchas formas de sentir las lágrimas del espíritu, pero se siente, y no duele el cuerpo. ¿Qué hace el hombre para calmar esa dolencia?: nada. Cuando es el cuerpo, sí.
Volvemos a insistir para hacerles ver, entender, comprender, asimilar que aun separan lo que es inseparable, aún en sus mentes y sus vidas viven la dualidad cuando no existe, ustedes son cuerpo porque anteriormente son espíritu. El cuerpo sin el espíritu ¿qué es el cuerpo sin el espíritu?: un trozo de carne podrida y cenizas, en ultima instancia. Pero aun insiste el hombre y aún vive con la referencia de que el cuerpo, el cuerpo, el cuerpo… y está bien, está bien, pero no olviden que en el interior existe lo que anima a ese cuerpo, lo que da vida y movimiento a ese cuerpo, y eso lo tienen olvidado. ¿Cómo, si ustedes- recuerden que decíamos la semana anterior- que pueden de la noche a la mañana cambiar sus vidas, vivir aquello que quieran vivir, cómo pueden hacer ese cambio, ese movimiento, si están dentro de esa gran dualidad del cuerpo y del espíritu? Primero tendrán que unir, y no con la mente, no solamente con conocer que son cuerpo y espíritu o espíritu y cuerpo, sino hacerlo propio.
Cuando en el hombre no existe esa separatividad, su vida es fiel reflejo de esa unidad, es fiel ejemplo de ese vuelo del hombre hacia su existencia divina y lo unifica tan natural, lo unifica tan sencillo como el escucharlo, lo hace propio, pero el hombre una vez mas hace punto a ese cuerpo y lo quieran o no lo quieran ver, constantemente el cuerpo duele cuando realmente, si el cuerpo estuviese vacio no tendría por qué doler, cuando el alma se va, cuando el espíritu lo deja, el cuerpo no duele. ¿Quién les ha contado a ustedes, algún desencarnado les ha contado a ustedes que el cuerpo, después de dejarlo, ese caparazón, le dolía? ¿Pueden entender con estos pequeños ejemplos que cualquier dolencia por física que sea, por pequeña que sea, por concreta que sea es una dolencia del alma?, ¿lo pueden entender, lo ven, lo sienten? Cualquier dolencia “¡mi dedo meñique, ay, se me ha doblado, me he dado con una piedra…!”, aparentemente te has dado con una piedra, ¿dónde estaba tu espíritu en ese instante para que tu cuerpo haya dado con esa piedra?
Por aparente que sea la dolencia, por puntual que sea el hecho del cuerpo, es una necesidad vital que está expresando ese espíritu a través de esa dolencia. Cuando el cuerpo entra en enfermedad ocurre lo mismo, el espíritu ya no soporta mas, ya necesita volar, es vital para él dejar esas rejas, muchos años, demasiados, está preso, y el hombre de nuevo deja que esa separación se haga cada vez mas y mas distante hasta el punto en que teóricamente el hombre lo sabe, teóricamente, pero a la hora de recomponer su vida no la recompone dentro de esa unidad y totalidad que le haga ver esa nueva vida como emprenderla, como ajustarse, como reajustar esa necesidad del momento con las necesidades sociales que el planeta ha hecho también propios.
Cuando un hombre, cuando una mujer no ve una salida a su vida, no sabe cómo, siente que no es correcto lo que hace, eso lo siente, siente que puede hacer mas, eso también lo siente pero no sabe cómo encauzar y dar vía a esas necesidades que tiene, es porque está totalmente separado, no está unitariamente conectado con esa sintonía armónica de alma, espíritu, cuerpo y está viendo ese hecho solo con su cuerpo y su mente se lo hace ver así, solo por el cuerpo, las necesidades corporales, las necesidades mentales, que a la postre es la misma. Y así, dentro de esa separatividad, no van a poder vivir la vida que ustedes internamente quieren vivir y no saben darle forma. Tienen que unificarse, tienen que sentir y vibrar que no existe separación en ustedes, no existe, en el momento en que actúen dentro de esa separación tendrán mas de lo mismo que tienen actualmente, de lo mismo.
No pueden desarrollar una idea que sea útil para el espíritu, no pueden desarrollar ninguna idea que se salga de los cánones humanos porque solo lo ven con este cuerpo humano cuando el espíritu no es humano, el espíritu es divino.
Si unifican, si se unifican y viven la vida dentro de esa unidad, tendrán el cuerpo para que el espíritu se exprese, pero la idea del espíritu será divina, puesta en palabras humanas será ingeniosa, tendrá magia, ¿eso lo entienden mas, verdad, que divino?. Cuando una idea no tiene magia, cuando una idea queda muy humana, es muy repetida, muy repetida y se podría decir inservible, hay demasiado de lo que hay y lo que hay no sirve. Para que surja una idea novedosa tiene que salir del espíritu, tienen que dejar que el espíritu se exprese a través del cuerpo unificándose, y ahora se preguntaran: “¿y cómo se hace eso?”, y nuestro deber es responder pero también nuestro deber es decirles que se les ha dicho muchas veces y no quieren escuchar, no quieren escuchar. Muchas veces, como a niños pequeños, se les ha ido guiando y expresándoles con todas las palabras claras: “recojan los instantes que les hacen estallar el corazón, recójanlos, recuérdenlos y prolónguenlos, prolonguen al máximo esos instantes, no los dejen en unos instantes. Cuando les duele el cuerpo van al doctor, cuando les duele el alma vayan a la naturaleza, tírense en la naturaleza, ábranse, dejen que el sol, dejen que los pájaros canten, dejen que la brisa del mar les roce el rostro, piérdanse”.
Si tuviesen, porque cuando van al medico sí les toman la tensión y les dicen “la tiene usted a tanto y a tanto”, o cuando tienen fiebre se ponen el termómetro y dicen “tiene 37, 38 ó 40”, cuando les duele el alma, si tuviesen un medidor que midiese la frecuencia en la que están se asustarían. Necesitan dejar que ese espíritu vuele, no lo encierren físicamente en los barrotes de sus hogares por muy a gusto que estén, váyanse, en solitario si es posible, para que nada, ninguna conversación, ningún ser humano les deje que esa vibración quede humana, vayan con la intención de sanarse dentro del propio planeta, vuelen y dejen volar ese espíritu a través de la imaginación del cuerpo, recojan o rayen esas esferas y manténganlas, que para eso está, para hacerles seres unitarios. Comprendan, cuando estén tumbados en el suelo, en la arena de la playa o en la plena montaña comprendan que dentro de esa estructura está lo que la anima y, ¿por qué han de dejarla encerrada?, ¿por qué se toman una aspirina para ese cuerpo que no es nada sin el alma y no le dan un remedio para que deje de llorar?
¿Por qué el hombre se empeña en saber, saber, saber, y no observa que en su vida de nada vale tanto conocimiento si no deja expresar al espíritu la sabiduría para que unifique de una vez por todas y sientan lo que es, un espíritu libre que vuela a través del sueño, que vuela a través de las palabras, a través de un encuentro con un ser querido, que vuela constantemente?, ¿por qué lo encierran en sus pequeños problemas?, grandes los hacen pero son pequeños, inútiles, ¿por qué no dan carpetazo a la vida que llevan y retoman lo que un día ustedes eligieron?, todo el ser que escuche esta oración, presentes u oyentes, en su día dijeron querer hacer -no querer pensar-, querer hacer un bien a esta humanidad, y se han perdido dentro de ese cuerpo encarcelado creyéndose que el conocimiento les va a llevar a donde ese espíritu anhela. Y no es así, el cuerpo no les va a llevar, el cuerpo se queda, recuérdenlo, el cuerpo se queda, es el espíritu el que lleva al cuerpo y es el espíritu el que lleva a la mente y es el espíritu el que lleva realmente la vida.
Vuelen, ya tienen la medicina, unifíquense y no den tanto culto al cuerpo porque de nada les va a servir, es el alma la que está llorando, es su espíritu el que les está reclamando. Dejaran de tener dolencias físicas si se unifican. Y no crean que están unificados, sólo que les duela una uña del pie, un pelo de la cabeza, revisen su espíritu, déjenlo volar para que no llegue nada mas. Un tiempo de tristeza es necesario para reconocerlo, pero un tiempo, no más; detrás de la tristeza vendrá la alegría y detrás de la alegría el regocijo y detrás del regocijo vendrá la divinidad.
No se den tanto culto al cuerpo, pero sí rindan un gran homenaje porque lo necesita, denle la oportunidad de volar, dénsela. Se les ha dicho muchas veces, esta aspirina para el espíritu se la han dado muchas veces pero no la quieren escuchar. En medida en que no quieran escucharlo, en la misma medida sus vidas continuaran siendo lo que hasta ahora son, en la medida en que no dejen volar su espíritu, su vida continuara siendo lo que es.
Y no olviden que ustedes están preparados para hacer que sus vidas sean fiel reflejo de una nueva humanidad, no lo olviden. Otra cosa es que ustedes quieran que eso sea, que se muestre, que se haga concreto en este momento y en este lugar o no, eso ya depende de cada cual, pero no se den esas excusas de que no están preparados, de que todavía no es momento. Es y fue ya momento y será y continuará siendo el momento. Solo depende de cada uno de ustedes querer hacerlo, querer cambiar sus vidas hasta el punto que sea el espíritu el que se exprese a través del cuerpo.
Como siempre, la decisión es de cada uno de ustedes, ya no hay nada mas que tengan que aprender. Se les puede y se les va a ir recordando de distintas formas lo mismo que han escuchado muchas veces, hasta el momento en que ustedes lo unifiquen y lo hagan, pero en su interior, si no lo viven como separación, en su interior tienen todo lo necesario para poder hacer. Que ustedes eligen mas documentación… de acuerdo; que ustedes necesitan mas reafirmación… de acuerdo; que ustedes quieren continuar como hasta hoy… de acuerdo. Si, pero no digan nunca que no pueden hacerlo porque no saben cómo hacerlo, que no pueden cambiar sus vidas porque no conocen la forma de hacerlo, sí la conocen, lo que no quieren es practicarla, lo que no quieren es hacerlo. No cambien las formas ni las palabras, no se auto mientan, saben cómo hacerlo porque hoy se les dice y anteriormente se les ha dicho con otras palabras, pero no quieren, eso sí, y está bien, todo está bien, todo se respeta, todo se valora, todo, pero si no dan ese giro a su vida, esa unidad para que se exprese el espíritu, es porque no quieren darla.
Con la misma claridad que se les está diciendo la forma que el espíritu tiene para que vuele, para que se unifique con la Divinidad y abra de una vez por todas las rejas del cuerpo, de la misma forma que se les dice: ¡tírense, ábranse a la naturaleza, es una necesidad que tiene el espíritu de entrar en sintonía con su propio elemento, no den tanto culto al cuerpo! De esa misma forma, con esa misma claridad se les está diciendo.
Si no lo quieren ver, si no lo quieren hacer, todo está bien, pero no se mientan, no se justifiquen.
Amén.

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