03 mayo 2009

Tres pasos a seguir


Trataremos de ir despacio para que pueda llegarles cada una de las palabras a lo más profundo. No traten de entenderlas, tampoco de darles forma, vayan sintiéndolas.

No se alerten con las palabras que escuchen, relájense. El cuerpo debe estar receptivo pero sin alerta, tranquilo, sabiéndose en paz, sabiéndose cómodo y seguro.

Este sería el comienzo para empezar a asimilar los nuevos tiempos: tranquilidad, profundidad interna, paz. Así debería estar el hombre ante cualquier circunstancia, pero éste no está así.

Tres pasos a seguir que los han escuchado infinitas veces pero que no los emplean. El primero: llamad y se os abrirá. El segundo: pedid y se os dará. Y el tercero, que quizás este no lo hayáis escuchado porque tampoco está asimilado: entregad.

Un tiempo atrás se decía: buscad, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá, y pedid y se os dará.

El hombre ya no puede buscar, ya no es tiempo de búsqueda. Como se viene diciendo y van observando, cada acontecimiento llega, se asimila o no, y pasa; pero realmente pasa, es un reciclar constante, un movimiento continuo, ya no es tiempo de búsqueda, es tiempo de interiorizar aquello que hace cada cual, aquello que da cada cual. Es tiempo de pedir y ustedes no piden, exigen. Es tiempo de interiorizarse, ver en cada interior aquello que necesita y dárselo, regalárselo.

Por eso cuando el hombre llama y pide y le dan -por supuesto, denlo por supuesto, le dan-, ha de ofrecerlo. De hecho, si el hombre recordara está aquí para ofrecerse, pues llegó por un ofrecimiento, se ofreció para este momento en el planeta. Y lo recuerden o no eso está latente y es, lo crean o no lo crean, el impedimento que tiene cada uno de ustedes para llegar a ser plenos con sus vidas. Nos explicamos. El hombre se ofreció conscientemente en un estado latente de energía en el cual todo era perfección, y él se dio por una necesidad de contribuir a un plan divino. Cuando se ofreció todo estaba bien, todo estaba correcto en su interior, no vio otra posibilidad, sintió que era su deber dar todo cuanto había recibido y en ese estado puro fue un ofrecimiento hecho con amor.

Hoy, ese ofrecimiento el hombre lo vive como un obstáculo puesto que no recuerda el por qué, ni cuándo, ni cómo ni para qué se ofreció, pero sí hay en su interior una desazón, una falta de acomodarse con las normas impuestas por las sociedades, una rebeldía que no encuentra sosiego para el alma ni para el espíritu. De ahí que decimos que hoy lo está viviendo como si fuese un impedimento.

Pero, realmente, en este instante poco importa. Es una reflexión que les hacemos para que sientan el momento que está pasando la mayoría de los seres humanos, un momento de inconformismo con uno mismo y con todo lo que le rodea, un momento de insatisfacción con todo lo que existe, interior y exterior, un momento de no acoplarse en ningún lugar ni espacio, es como si estuviesen de mas sin hallar ese lugar que les haga sentirse en paz.

Por eso les llevamos a reflexionar, para que entiendan el momento que está pasando la humanidad y ustedes. Y decimos que poco importa, porque ya les veníamos explicando que todo el tiempo en el que ustedes están sumergidos es un tiempo de ofrenda o regalo que le hace la Divinidad a cada uno de ustedes.

El tiempo de regalo, el tiempo de ofrenda, es para disfrutarlo, para consolidarse, es un tiempo para que el hombre se entregue a ese disfrute interno. Recuerden no coger las oraciones aisladamente, no estamos hablando del disfrute del cuerpo, estamos hablando del disfrute del alma. Es un tiempo que se les regala para que se atrevan a vivir sin opresión.

Según sus formas de pensar y actuar, cuando el ser humano llega a una edad avanzada entra en lo que ustedes llaman jubilación, y entonces éste deposita todas sus necesidades de ocio o expansión para ese tiempo. Comprendan la similitud que queremos que les llegue. El hombre se pasa toda su juventud, quizás todo su tiempo más fuerte, en un trabajo que no le satisface, en una vida que no le hace sentirse pleno, es más, en situaciones u ocasiones le hace sentirse vacío, sin sentido, pero apuesta por un tiempo cronológicamente corto para disfrutar.

Imagínense que la Divinidad los ha puesto en esa tesitura. Imaginen que están todos ustedes jubilados y la Divinidad les regala este tiempo para que no se preocupen de nada, se les pasará una pensión, se les pasará una vida –decimos vida en pequeño porque el hombre no se atreve a pensar, a sentir ni a expresar la vida con mayúsculas-. Y bien, en ese símil o similitud podríamos desarrollar, por supuesto, el tiempo que le queda al hombre en la vida terrenal para poder disfrutar de esa jubilación que, en la mayoría de casos, el hombre enferma y ya el disfrute como que no lo puede vivir, por eso hablábamos de la vida en pequeño; entra en enfermedad, entra en decaimiento, entra en decrepitud y, ¿para qué le sirve haber estado toda una vida plena de fuerza, de ideas, de salud, apostando por ese espacio corto?

Ahora pasamos al otro plano. Y comprendan, sientan, dónde queremos que lleguen cuando expresamos que el tiempo que están viviendo es un regalo y que ya no depende del hombre, que se relajen, que disfruten, que todo les será dado. No nos estamos refiriendo a que se crucen de brazos, recuérdenlo, se trata de que sin ningún impedimento físico o mental puedan recoger las necesidades más profundas y llevarlas a cabo, porque en este tiempo es cuando ustedes, la inmensa mayoría, tienen que cumplir aquello que en su momento decidieron venir a cumplir, aquello para lo cual ustedes se ofrendaron. En este tiempo que se les regala es cuando tienen la oportunidad y la ocasión de cumplir con lo que vinieron a cumplir.

Cuando el hombre cree haber encontrado su lugar, cuando cree que ya no puede llevar a cabo lo que cree que tiene que hacer, lógicamente se deprime y poco a poco entra en ese espacio de enfermedad que es lo que ocurre cuando envejece. Cuando el hombre envejece sin tener una enfermedad física, ve sus limitaciones y eso le hace entrar en un decaimiento y en muchas ocasiones en enfermedad.

A nivel espiritual ocurre lo mismo, y el tiempo que está pasando la Tierra, el tiempo que están ustedes viviendo, es ese. Compárenlo con el de la vejez, con el de la jubilación, porque es comparable. Todo lo que el hombre ha creado, esta sociedad, esta forma de pensamiento, este punto al que ha llegado, es realmente un punto cumbre de enfermedad en el cual no puede ni hay marcha atrás. Por tanto la Tierra ya está enferma, el hombre ya está enfermo, con lo cual este tiempo que se les regala es única y exclusivamente, no para que sanen a la Tierra, no para que se sanen ustedes -sus cuerpos nos referimos-, se trata única y exclusivamente de que tengan tiempo para cumplir con aquello que decidieron cumplir.

Nos remontamos al inicio de esta oración. Relájense, tienen que vivir dando lo mejor de sí. Para ello no pueden estar ocupados con una mente que les lleva y les trae a comprender cómo piensan, como sienten, qué pasa con la vida, para qué están aquí… Olvídense, relájense, disfruten del tiempo, disfrútenlo, den un giro a sus vidas, no se preocupen, ¿de qué se tiene que preocupar el hombre? Si vivieran realmente la Vida –con mayúsculas- observarían que el hombre no tiene, no debe preocuparse por nada, todo sigue un Plan Divino, Él no se equivocó, ni puede ni se equivoca.

El hombre hace, consciente o inconscientemente hace, sencillamente hace, y no existe la equivocación. La equivocación es un truco de su mente que les dice que pueden o no equivocarse, pero ¿cómo se puede equivocar el hombre si nada depende de él?, nada.

El hombre llegó aquí por un ofrecimiento que él quiso hacer, para un disfrute y para un hacer, no para modificar nada, es un plan perfecto que sobrepasa de muy mucho la mente del ser humano, un plan perfecto en el que todo lo que ha ocurrido, lo que está ocurriendo y lo que ocurrirá entra dentro de esa perfección, dentro de ese engranaje perfecto que coloca todo en su lugar en el momento oportuno para que el salto evolutivo se dé, y a otra cosa.

¿De qué, por qué y para qué la preocupación? ¿Por qué ese desazón? ¿Por qué quieren entenderlo todo si sus mentes son tan limitadas? Están entrando en ese tiempo de enfermedad del cual se les habla porque quieren tener una razón y una lógica para todo lo que sienten, y no pueden porque se está separando el espíritu de la materia. Al separarse el espíritu de la materia –imagínenlo así aunque no es correcto para que puedan entenderlo un poco mejor- imagínense que el espíritu tiene su propia mente, ya no piensa como la mente de la materia, por tanto está entrando en un conflicto interno.

Olvídense de entenderlo todo, no lo van a poder entender, no hay nada que entender. La Tierra está dentro del plan evolutivo y el hombre, el ser de humanidad, está dentro de ese plan de evolución, por tanto no tienen que entender nada de cómo ni cuándo ocurrirá, da lo mismo. Si no existe la muerte, si no existe el bien ni el mal, si no existe el día ni la noche, todo es un montaje de sus mentes concretas, todo es energía, todo es luz, todo es divinidad y todo es perfecto aunque sus mentes les hagan ver lo contrario.

Es lo único que tienen que entender. Es su mente la que les hace ver lo imperfectos que son, son sus mentes las que quieren limitarles y ustedes se dejan. Cuando el hombre entra dentro de esa separación, él se está separando, su mente va por una lado y su espíritu por otro, pero su espíritu, ya dado por el momento del planeta, es mucho más fuerte que sus mentes, con lo cual la mente no tiene explicación para todo lo que sienten. Por eso les decíamos: sientan qué necesitan, cuáles son sus necesidades más profundas y vayan a por ellas, anulen la mente y vayan a por esas necesidades, el tiempo se les ha regalado para que puedan cumplir aquello que ustedes decidieron hacer.

Ahí volvemos al inicio: pidan, pidan serenidad para este instante de evolución, pidan templanza para que sus cuerpos se mantengan y les dejen disfrutar de este tiempo, pidan ver la grandeza de lo que está ocurriendo y no se limiten a sus ojos empequeñecidos que solo ven aquello que tienen enfrente. Miren con los ojos del alma para que esta les amplíe su visión y puedan ver todo lo grandioso que está ocurriendo en este instante, no se empequeñezcan, no se contraigan en sus limitaciones mentales, expándanse como la propia naturaleza, de ahí que les decimos: salgan a ella, inhálenla, paséenla, siéntanse con la grandeza de esa naturaleza.

Cuanto más se contraigan mas se fundirán dentro de este sin sentido, no le encontraran sentido a lo que la mente quiere porque no lo tiene, no lo hay. La mente no puede fabricar nada que no haya y no hay una explicación para todo lo que ustedes sienten, para todo lo que se está despertando.

Por eso decíamos esos tres pasos. Ya no busquen, no hay nada que encontrar, todo esta desvelándose; eso sí, llamen con fuerza, llamen a la naturaleza, llamen a la divinidad y pídanle, suplíquenle que les de templanza y ofrézcanla una vez que la hayan adquirido, una vez se sientan fuertes ofrézcanla, reúnanse para ofrecer esa templanza. Van a saber estar en cada instante, en cada momento, si tienen esa templanza.

Van a poder vivir en estos tiempos, vivir con mayúsculas, ofreciendo lo mejor de ustedes a aquellos que no saben ver, a aquellos que viven con minúsculas la vida, que realmente si todo forma un Plan Divino y ustedes solo son instrumentos de esa divinidad, ¿no creen que es para ello para lo que han venido, para en tiempos de tribulaciones, de desanimo, tristeza y enfermedad estar, estar con templanza y alegría?

No están para otra cosa, lo crean o no. No es más grande ni más pequeño, están para mostrar que la vida no se acaba, que se debe vivir en grande todos estos acontecimientos, que no existe la casualidad. Existe un momento que la historia muestra que es tiempo de evolución del alma, y dejar el cuerpo, la mente y todos los atributos humanos estando en un planeta como la Tierra, estar plenamente, a eso se le llama despertar: estar plenos de energía, plenos de amor para ofrecerlos en los momentos actuales.

Tienen que ir dejando que sus vidas vayan desarrollándose tranquilamente, tranquilamente se refiere a que no vivan la vida conforme la mente les mande, tranquilamente, un paso tras otro dejándose llevar en todo momento por un sentir. Y cuando la mente entre, cuando la mente quiera estructurar, hablarle con amor pero dejarla a un lado, es un juego interno del hombre con el propio hombre hacerle ver que no es su tiempo, que lo hizo muy bien pero ya no es su tiempo. A eso nos referimos con tranquilamente.

Si la mente no estuviese el hombre viviría sosegadamente, tranquilo, daría un paso tras otro, evolucionaría tal cual, pero la mente, cierto es que el hombre le ha dado esa fuerza, pero esta ya lo cree saber todo y a cada cuestión del espíritu hoy, esta ya le pregunta, ya no le deja, no quiere y le hace ver al hombre que no puede, lo limita, por eso decimos: relájense y vivan la vida tranquilamente, lleguen a un pacto con su mente, lleguen a un pacto con ella, se puede.

Y deben hacerlo porque se les está esperando, ahí sí se les está esperando. Se les está esperando porque en este tiempo muchas almas no van a encontrar sosiego, y ver, sentir que un ser encarnado está con templanza les va a ayudar a dar otro giro a su propia vida de ver y tomar las cosas de forma distinta que les haga sentirse más sosegados.

Es como esa escala o escalera. Estos servidores ayudan a aquellos que están dispuestos a ofrecer, a aquellos que están despiertos para llevar a cabo su función para que estos, a la vez, ayuden a los que no saben ver.

Ahí sí se les necesita, es lo que ustedes eligieron. Háganlo.

Así sea.

2 comentarios:

Jayja para tí... dijo...

me ha parecido que puede llegar sosegadamente y tan lejos como estoy, un poco de paz, sobre todo si cambio un chip, y lo pongo mederno, del XXI, y cierro la página amarilla de mi libro romano...trataré de pactar conmigo misma...
son la 1 am. imagino que usted se despierta amigo mio...

Alma dijo...

Tan solo tres pasos
y todo te será dado,
busqué y encontré,
llamé y se me abrió
y ahora solo queda dar,
lo que me fué regalado
entregad a su creación ese amor dado.

AMEN.

Frases