01 julio 2010

3ª Oracion del 20 de junio de 2010

Mientras escuchen sus mentes estarán tranquilas, no les cuestionaran absolutamente nada de lo escuchado, pero una vez fuera de aquí, una vez fuera de los círculos orantes su mente sí que querrá estructurar lo escuchado. Intenten pararla, no dejen que cuestione nada, sean sus voluntades más fuertes que el pensamiento.
Están en el encuentro de la concretización. Concretizan física y energéticamente las ideas, las emociones, los sentires, aunque no sean conscientes de ello. Por tanto se les va a ir dando unas sencillas pautas para que en la medida que vayan sintiéndolas puedan aplicarlas para que sean ustedes mismos los que puedan disfrutar de todo lo que son capaces de experimentar dentro de esa etapa evolutiva. Estamos hablando, en tiempo físico y concreto, de 2 meses o 3 como mucho, entre 80 y 90 días.
En el comienzo, lo primero que el hombre debe tener para entrar en este tiempo en armonía es una idea clara, una, no dos ni tres ni veinte, una, una idea clara que para cada ser de humanidad puede ser distinta, pero una idea clara. No importa que la llamen una idea espiritual, una idea concreta, una idea material, no importa, una idea clara. Tampoco importa que la idea pasare por ser todo de economía o lo que ustedes llaman una idea orgullosa o una idea grande, no importa, no limiten la idea. La idea que para cada uno sea necesaria para que de sentido a su vida, ¿cuál es?, pregúntense, ¿cuál es la idea que para mí da sentido a mi vida?, ¿qué es?
Tienen para ello, hablando en tiempo concreto del hombre del planeta Tierra, 10 días. Estructuren una idea, la suya, la de cada cual, durante 10 días. Cuando ya la tengan pasen los siguientes días con esa respiración pausada, con ese centramiento en el corazón y la idea fija en el entrecejo.
Para que el hombre esté seguro de que está haciendo lo correcto debe de sentir su respiración por la zona que se indica. Cuando se pause, cuando se tranquilice el corazón, que la respiración sea sentida en él, en el centro del pecho, inhalamos y exhalamos como si el aire entrase y saliese por el centro del pecho, por el corazón. Cuando fijamos la idea en la mente la respiración debe entrar y salir por el entrecejo, así la mente comienza a elevar esa vibración, esa idea, y tiene automáticamente la puerta abierta para otras dimensiones. O sea, la idea del hombre puede ejecutarse aquí, en este planeta, y en otros, la réplica, ¿recuerdan?, el hombre ha de replicar en este espacio porque tiene un cuerpo concreto y en el siguiente porque tiene un cuerpo espiritual.
De ahí que con el corazón sentimos esa tranquilidad, esa paz en este tiempo concreto y en esta vida de concretización, y al pasar dentro de esas pausas o de esa paz interna se pasa automáticamente al otro plano de conciencia a través del entrecejo, ya plasmando la idea.
Recuerden que cuando la idea se plasma, cuando ustedes la plasman físicamente anteriormente ya está plasmada en otro nivel, de ahí que al pensamiento del hombre le es mucho mas cómodo y sencillo planificar a un nivel mental, pero se siente incapaz de depositarlo y concretizarlo en el planeta Tierra. Ahora tienen la oportunidad de llevar esa idea al plano material o físico, su propia idea, recordando que todas las ideas que el hombre pueda tener dentro de esa gran imaginación, dentro de esa gran sensación, intuición, llámenlo como quieran, ilimitadamente pueden traerlas al plano concreto, pueden hacerlas visibles. Visibles no para ustedes, que también les va a servir, sino visibles para todo aquel que aun no sabe, sea la idea que sea, sin ponerse límites.
De nuevo volvemos a esos 10 días. Tenemos 10 días para sentir la idea, sentirla, cuál es, una única idea, lo que dé sentido a nuestra vida, a la nuestra. No pidan para los demás, cada cual debe de tener su propia idea aunque dentro de ella engloben a todo lo que existe incluido el ser humano, pero es su idea. No traten de inculcar la idea a nadie.
En esos tiempos que se están dando hay espacios en los que el hombre debe de encontrar, en todos ellos, esas pausas o momentos de interiorización. Tampoco importa la hora, el tiempo ni cómo lo haga, si en quietud, si en movimiento… Realmente, cuando el hombre está en contacto o conexión con la Divinidad está, y poco importa que se ponga en posición de loto, que vaya caminando, que este o no con gente. De nuevo volvemos a la no limitación.
Ahora, eso sí, no entren en la desidia, no entren en la pereza, no entren en el después. Ustedes sienten qué deben de hacer durante los 10 días, elaborar esa idea porque así lo sienten, si no no, y encontrarán ese tiempo. Y tampoco importa el tiempo que le dediquen, puede ser un instante, puede ser una hora, puede ser veinte horas, no importa.
Y después a la materialización. Tenemos la idea fijada, ya sabemos cuál es nuestra idea. No la vamos a planificar, no vamos a acotarla. Yo tengo esta idea y el Cielo dispondrá cómo, el Cielo dispondrá cuándo, el Cielo dispondrá dónde. De lo único que el hombre debe encargarse es de lanzar esa idea.
En todo ese proceso deben de pasar de veinte a treinta días, y el siguiente el hombre debe estar ya templado, debe de tener ya sabido, sentido con esa fe de que la idea ha sido lanzada, por tanto sin querer, sin ser ese el motivo, retoma o recoge una serenidad y una plenitud que no conocía. Cuando comiencen todos los sucesos se encontrará en un estado que los santos podrían llamar el estado de gloria, el estado contemplativo, donde todo ocurre pero él se siente por encima de todos los sucesos dejando que a través de él vayan ocurriendo las cosas.
Es importante que comprendan que cuando la intención o la idea es clara, la voluntad es firme y el hecho no puede dejar de ocurrir. O sea, la idea que ustedes tienen no puede dejar de ocurrir, ocurre, es que no puede hacer otra cosa. El hombre ya ha soltado, ha creado y ha soltado toda esa energía y el hecho ocurre.
Cuando el hombre tiene muchas ideas y detrás de una otra, y su mente comienza a estructurar cómo poder llevarlas a cabo, ahí pierde tantísima energía que es muy probable que ninguna de esas ideas se plasmen, por tanto -y entiendan la trascendencia de lo que escuchan- ya no importa la idea en sí, importa la experiencia que el hombre adquiere de decirse a sí mismo: “he tenido una idea y la he plasmado en 30 días, la he plasmado en 20 días… la he plasmado en un tiempo fijado”.
Es realmente entrar en el gran misterio del hombre, de lo que el hombre es. El hombre es un gran misterio aun por descubrir por él, tiene una fuerza increíble cuando esa fuerza es dirigida en un único sentido, sea este el que sea, en un único sentido, pero se entretiene en muchas ideas, en muchas, y entonces no, su voluntad es floja, su fe casi nula porque nunca ocurre lo que él piensa, nunca ocurre, nunca se ha plasmado la idea que él tiene y su fuerza se va debilitando, su voluntad se apaga, su fe no existe y cree que es parte de las circunstancias de alrededor, parte de su educación, parte de lo que ha hecho. Y sí, está recogiendo parte de lo que ha hecho, sí, pero ¿cómo se hace mejor?, ¿cómo puedo ser mejor?, ¿cómo puedo unirme yo a esa magia, a esa divinidad?, ¿cómo?: centralizando una idea, teniendo durante 10 días una idea fija, constante y después la fe inquebrantable de que esa idea se va a concretizar en breve. Pueden hasta marcarse ustedes los días en que quieran que se plasme.
Ya no importa, insistimos, que la idea se plasme o no por grandiosa o sencilla que sea. Lo que importa es la experiencia con la cual ustedes van a convivir, van a compartir. Se van a sentir parte de ese Dios que hoy lo intuyen, hoy lo leen, hoy lo teorizan, pero no lo viven, no lo sienten, no lo hacen. Yo puedo hablar de Dios, puedo sentir a Dios, puedo sentir la Creación pero miro mis actos y, ¿realmente yo soy voluntaria y conscientemente un creador o co-creador con Dios? Mis ideas las anhelo, las busco, las pido pero no se plasman.
Y así vive el ser humano y así se desinfla, comienza con una teoría, comienza con una religión, comienza con una filosofía y se pasa toda la vida buscando esa panacea que le vaya a hacer, esa lectura que le vaya a abrir, ese contacto que le vaya a dar cuando realmente está en él, en unificarse, en unificar la fuerza de su voluntad con la grandiosidad de su mente, o su alma y su corazón, o su alma y su sentir, o su alma y su espíritu. Hay que fundirse, fundirse con la fuente, con Dios mismo, para que eso ocurra.
Todas las religiones, todas las filosofías hablan de que eso es posible, hablan y hay antecedentes de seres que han alcanzado esa fusión con el Creador. Los beatifican, los idolatran cuando realmente no es un privilegio para un ser humano, es el privilegio por ser, sencillamente, por ser. Su Ser se conforma en un cuerpo y ese cuerpo ha de fundirse con su Ser para que realmente pueda tener ese acceso a hacer a voluntad aquella idea que necesita para dar sentido a la vida en este momento concreto o en cada momento de su vida, sea cual sea este. Ahora es este tiempo y el hombre debe de ver el sentido del por qué esta aquí en el planeta en este tiempo y no se encuentra 60, 100 o 300 años antes, sino en este momento, ver el sentido de esa vida.
Dar la trascendencia que corresponde a la vida de cada cual es lo que el hombre necesita para dar sentido a su vida y que cada cual cumpla con lo que debe de hacer. Cada ser de humanidad tiene una función en el planeta que no puede hacer otro, sino uno mismo, y no mas, y debe de percibir, sentir cual es esa función y llevarla a cabo. Por eso se les dice: aquella idea que para ustedes tenga la importancia hasta el punto que digan “es que yo, con esta idea, si la plasmo veré el sentido de mi vida; pues a esa, dediquen a esa esos 10 días. No la estructuren en la mente, recuerden, ustedes no tienen que estructurar nada, es ver la idea realizada, ver su idea realizada como si ya estuviese plasmada a un nivel físico, si es que se tiene que plasmar a un nivel físico. Quizás la idea de cada uno no pase por estar en este plano, pase por otros sea el que sea, no limiten la idea y denle cauce.
Es un tiempo breve, muy corto, para la humanidad. Ya no se dice que en la siguiente vida van ustedes a ser, o a ver al Cristo o… No, se está diciendo que en 40 días, 60 días, 90 días, como ustedes dicen vulgarmente pongan toda la carne en el asador, ¡toda!, no se reserven nada, pongan toda su voluntad en manos del Creador, ¡toda!, no se reserven nada. Si no encuentran su idea, si están dentro de ese tumulto de ideas recuerden la respiración, relajen, relajen, sientan ese corazón y pídanle ayuda para ver su idea, ayuda para ver su sentido de la vida.
Y después tranquilos, continuamos con esa paz interna para que todos los acontecimientos los veamos como necesarios, no como castigos ni como bendiciones, como necesarios para que el hombre por fin recobre la luz que tiene y sea consciente de lo que es. Para eso, en este tiempo tal y como está la mente del hombre, debe de recobrar toda la paz y toda la templanza que sea capaz y ver todos los acontecimientos como justos y necesarios para que el hombre se armonice, jamás dejar que la mente diga “¡pobre!”, jamás dejar que la mente diga “¡se lo merece!”, no, es verlos pasar, ¡verlos pasar!, estar templados. “Gracias Señor -podemos decir- por esta templanza”.
Recuerden –y se hace de nuevo hincapié-, ya no importa tanto la idea sino la experiencia que pueden vivir cuando seleccionen o unifiquen todo su potencial en una sola necesidad, esa experiencia el hombre hoy no la conoce. Y después de esa experiencia, después, podríamos decir: “ya ha alcanzado ese estado de gloria, ya ha nacido a una nueva humanidad estando en este plano, en este momento, con todo a su alrededor aparentemente en caos”.
Se aconseja que se pongan fechas, días, y se aconseja porque el hombre -como veníamos diciendo- no tiene confianza en sí mismo, por tanto no tiene fe en que es parte de Dios. Cuando el hombre se diga a sí mismo: “dentro de 10 días va a ocurrirme esto porque es lo que yo quiero”, 10, 20, pónganse un tiempo y vean qué ocurre. Automáticamente el hombre se eleva, se eleva en un plano físico, ya observa que tiene más confianza en sí y ya profundiza con un poco mas de voluntad.
Pónganse, no teman ponerse fechas, no teman que aparentemente no ocurra, pero esperen a que ocurra. Si en algún caso el hombre se pusiera 3 días, por ejemplo, un plazo muy corto, 3 días, y en esos días no aparece, no ocurre, el hombre se desmotiva, pierde esa fe, hagan la siguiente reflexión: ¿durante esos 3 días yo realmente he sentido la idea, he visto la idea, o sencillamente he pensado la idea?
Muchas veces el hombre no recoge aquello que ha estructurado en su mente, bien porque no lo ha sabido estructurar por miles de ideas que le pasan -como decíamos-, o porque no ha tenido la constancia de hacerlo diariamente, lo pensó pero no lo hizo y la idea no surge únicamente a través del pensamiento, surge a través de ponerse, de ponerse donde ustedes quieran pero ponerse, hacer un acto físico para que se concretice físicamente. O sea, que el hombre debe de observarse si lo ha hecho correctamente. Es igual que cuando ustedes están haciendo una curación, una sanación y leen el modo de hacerlo y no ocurre la sanación, pero ¿han ido paso a paso haciendo lo que marcaba o por desgana o desmotivación han dejado pasar alguno de los pasos? No deben dejar pasar en este caso absolutamente ningún aspecto, fuerza, constancia, fuerza de voluntad, constancia diaria, idea fija, una única idea fija.
Es el tiempo, se les dice, y el hombre, como tantas cosas escucha y no experimenta, lo escucha y “¡qué bien!, ¡qué bonito!”, pero ya no va a mas. Es el tiempo de que eso que escuchan y eso que dicen que les agrada se plasme, se concretice, y todos los seres que sostienen la Tierra, todos, están deseosos y están mandándoles toda la motivación, toda la fuerza para que ustedes hagan, ¡hagan! Ellos están poniendo todo su hacer a disposición del hombre, todo, para que este llegue al punto que corresponde. Hoy el camino tiene toda la ayuda de fuera, toda, aunque él no lo sepa, aunque él se sienta solo, aunque se vea entre catástrofes, toda, solo tiene que verla y actuar, verla y a continuación replicar en su cotidianidad. Si a mí me ayudan yo ayudo, si a mí me abrazan yo abrazo, si a mí me dicen yo digo, somos intermediarios también entre el hombre.
Piensen en todo ello durante unos instantes, dejen que todo se acople en su interior y después recojan lo que estén preparados para recoger.
Si llevan a cabo lo que se les recomienda, después de esos días ¿recuerdan cómo conectar o unirse al Creador? Eso que han sentido, que cada cual lo ha sentido de forma distinta pero que siente que esa actitud le lleva a fundirse con el Padre, con Dios, cuando tengan la seguridad absoluta de que esa idea se va a plasmar aun con fecha puesta por cada cual, entréguesela para que Él la pula, entréguensela para que cuando se concretice en este plano humano esté supervisada por el Gran Hacedor. Quizás cuando se la entreguen Él haga algunos retoques, pero tengan la seguridad de que cuando llegue a plasmarse no sólo nutrirá al que la lanzó, nutrirá a toda la humanidad, y la humanidad está necesitada de que la nutran a otros niveles.
Con la idea de uno, de cada cual, y no importa qué idea sea, todo existe y todas las ideas están ahí, solo hay que dar con la que uno necesita, y esa que uno necesita la depositarán parte de la humanidad si no en su totalidad, con lo cual cuando se la entregan para que la revise, para que le dé el visto bueno, tengan la seguridad que será una joya para la humanidad.
Cuando el hombre actúa con esa intención que es la única que existe, es la intención del amor, la intención de dar y recibir, todos los seres humanos, aunque no sean conscientes de quien está lanzando esa idea, aunque no sean conscientes de qué cosa les está produciendo ese bienestar o esa idea maravillosa, están recibiendo bienestar, están recibiendo ideas para que la vida de cada ser mejore, ¡mejore! Pero la intención siempre debe de ser compartir con el resto de la humanidad, compartir para mejorar, compartir para intercambiar, compartir sencillamente porque el ser está hecho para dar y dar.
Todo lo demás poco a poco se les ira mostrando, poco a poco se les ira induciendo, recomendando. Ahora tienen que romper con las ideas preconcebidas, por eso no deben estructurar nada, solo tener una idea, recuerden, se insiste. No estructuren. Si estructuran lo harán bajo el pensamiento que hoy tienen y este no sirve.
Amén.

1 comentario:

Alma dijo...

Pa sé de nuevo a leerla, gracias!!!!

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