04 julio 2009

El silencio, la poesía y la música

Déjense llevar por el sentir de las palabras. No las razonen, siéntanlas.

El silencio, la poesía y la música. Oración.

Hace tiempo venimos diciéndoles que nada se les puede enseñar, nada. En el interior del hombre ya está todo el conocimiento universal, solo es un recordatorio. Podemos, a través de la intención, recordarles, ayudar a que ustedes se interioricen y den con ese apartado que cada cual tiene para llegar a saber quién es, cada cual. Y a partir de ahí, una y otra vez, se le dé el nombre que se le dé, nuestra intención solo es ayudarles a recordar.

En la actualidad el ser humano necesita un antídoto, y urgente, muy urgente. El antídoto que hoy les presentamos es este: el silencio, la poesía y la música.

Traten de vivir y no solo durante la semana, traten de incorporarlo en su día a día como eso, un antídoto, un antídoto para de alguna forma soltar todo el veneno que el ser humano esta absorbiendo.

Tienen que hacerse muchas preguntas a ustedes mismos y contestarlas. ¿Recuerdan en el último encuentro?, se les inducia para que ustedes mismos observaran su vida y vieran dónde o cómo tendrían que adecuarla para sentirse satisfechos con esa vida que cada cual ha creado, y también se les decía que una vez el hombre llega a esa claridad de lo que él necesita, automáticamente puede cambiar cualquier estado que se le avecine, cualquier estado de ánimo, cualquier estado emocional, en definitiva ,puede hacer que su vida de un giro de 180 grados en todos los aspectos, en todos, pero que para ello el hombre debería de ver claro qué es lo que él necesita para vivir una vida plena, ¿lo recuerdan?

Constantemente tienen que ir incorporando mas sin eliminar absolutamente nada de lo que les llega, no de lo que escuchan, de lo que les llega. Es ir incorporando para que por fin cada cual llegue a dar con su sencillez más profunda, para darse cuenta que toda esa riqueza que está en su interior es sencilla, simple, pero que ha tenido que ver, escuchar, sentir de mil y una formas hasta darse cuenta que esa sencillez pero a la vez grandiosidad estaba en su interior. Ha tenido que dar vueltas y más vueltas, búsquedas y mas búsquedas, para darse cuenta que todo es natural y sencillo, que fue el hombre quien lo enmaraño y él, por supuesto, quien debe ir quitando todo lo que sobra para llegar a saber quién es.

También les decíamos dentro de ese recuerdo, que el hombre se impregna de todo lo que hay a su alrededor y la mayoría de veces no es consciente de lo que es suyo y lo que no, sencillamente está impregnado en algo que lo invade.

Cuando el hombre comienza a querer buscarse, a querer sentirse para no ser partícipe de esa gran masa de humanidad, sino dentro de ella coger, tomar o retomar su propia individualidad, debe de hacerse muchas preguntas y obtener respuestas, no debe nunca esperar a que los demás respondan por él, eso será la vida de los demás, de cada cual.

Pues en ese estado en que se encuentra el planeta, todo está interrelacionado y todo se impregna constantemente cambiando los estados de ánimo de los seres humanos sin que en realidad, quizás, vaya con uno. De ahí que el hombre debe estar despierto, para reconocer que no es su historia. En la medida que el hombre sea consciente de lo que tiene en su vida, de lo que le sirve y de lo que no, de lo que quiere y de lo que no, de dónde quiere llegar –y ahí volvemos a incidir- en este momento histórico de la humanidad, a estas alturas, con este estado de conciencia al cual el hombre ha llegado, debe tener claridad en su vida, no en la vida, en su vida.

Muchos engloban la vida en una: así es la vida, es ley de vida, eso es la vida. No, la vida no es ni muchísimo menos como el ser humano la está viviendo. El ser humano está viviendo su vida, y se dice en pequeño porque es minúsculo, y cree y se siente como el centro. Pero en cambio esa vida que en la mayoría de casos no complace, en la mayoría, la viven como si realmente esa fuese la vida, ¡no!, es su vida, si no les gusta cámbienla, por eso el hombre tienen tantas y tantas oportunidades y opciones, porque la vida no es como él la está viviendo, por eso necesita urgentemente ese antídoto, para atisbar, sólo atisbar, la grandiosidad de la vida.

La vida que cada cual vive no es la auténtica, por eso a la mayoría no le gusta, no le satisface, no le complace, se siente que debe haber algo mas y ahí entra el gran buscador, el caminante, buscando ese algo mas pero que la sociedad o la masa de humanidad le ha hecho ver o creer que así es la vida. ¡No!, la vida es grandiosa y el hombre lo olvidó. El hombre necesita retomar a través de la música, de la poesía y el silencio, el silencio en todos los aspectos, no solo el silencio físico y no cualquier música.

Dentro de ese silencio en su gran totalidad, aparece esa grandiosa sintonía que cada cual trae y automáticamente el hombre se expresa ya con poesía, todo lo que de sus labios crean es armonía, todo lo que su mente absorbe es transparencia. Pero todo eso el hombre, hoy -y volvemos a hoy-, lo tiene que retomar, tiene que recordar que él, dentro de esa perfección que es, que lo olvidó, tiene que retomarla. Y es ahora cuando se le puede recordar porque es ahora cuando la Tierra se ha puesto en disposición de que el hombre pueda recordar.

Es a través de esa vibración que la Tierra respira, que el hombre puede dar ese gran paso evolutivo, de ahí que siempre ha podido cambiar, siempre ha podido coger una nueva dimensión de su propia vida, siempre, pero como en la actualidad nunca. La posibilidad energética que hoy tiene el ser humano para en un instante, un instante del tiempo que ustedes comprenden y manejan, un instante, poder dar ese gran giro.

Pero todo esto es interno, lo lleva el hombre en su interior, no esperen conocerlo de fuera, no esperen coger una panacea que alguien les enseñe. Si ese alguien al cual nos referimos les hace recordar, perfecto; si esa música les hace recordar, perfecto; si estos servidores sirven para hacerles recordar, perfecto. Si no es así, sean capaces de decidir ustedes mismos qué hacer, ¡qué hacer!

Todo está en su interior, pero para eso tienen que beber de ese antídoto, para que la gran masa de humanidad que cada vez es mayor no pueda arrastrarlos, para que esa inconsciencia en la cual el hombre se ha dejado arrastrar y es un tono más que casi ya ni se escucha de esa sintonía del hombre, se ha perdido en sus decisiones y se deja arrastrar por las decisiones de otros, se ha perdido en sus sentires y se deja arrastrar por los sentires de los demás, ya no sabe donde está lo correcto o no, ya tiene mezcladas sus emociones, sentimientos, necesidades, por eso les decimos: es urgente que beban del antídoto, es urgente que el hombre se repliegue en sus adentros cada vez más, dentro de ese silencio, dentro de esa música, elíjanla, para que puedan expresar qué hacer, cómo moverse, cómo replantear sus vidas.

Sientan qué les hace sentir bien, qué hechos a lo largo del día les hacen sentir que son servidores, qué trabajos, qué haceres les llegan a lo más profundo y les hacen recordar que en un momento ustedes eligieron servir, que no están en ese camino por casualidad ni por agradar o agradarse, están porque tienen que cumplir, de cumplimiento, con el servicio que ustedes decidieron.

Pero para que ese compromiso de servir o de servicio, en mayúsculas, comience a dar su fruto, deben ser conscientes, no debe de vivir el hombre con teorías o de teorías, es un sentir profundo de saberse que cualquier decisión, cualquier decisión que toma es, y así lo siente, porque está cumpliendo, sin poder razonar ni darle nombre, pero hay un sentir que le hace saber que está cumpliendo con un deber hacia la humanidad, hacia el universo y hacia la Divinidad. Pero tienen que sentirlo, tienen que vivirlo, tienen que corregir sus vidas para que todos los días tengan como mínimo atisbos de que están cumpliendo.

Dentro de la densidad del planeta, el hombre, sin querer, y eso cada ser humano lo vive de distinta forma, pero sin él querer se densifica, sus trabajos, sus relaciones con los demás seres, sus pensamientos, por supuesto, todo es denso. Están –recuerden- en un planeta cuya densidad es importante, pero no son de aquí. Dentro de esa densidad, palabras que les resuenan como ejercicio o como obligación, cójanselo como quieran, pero si realmente ustedes quieren recordar y ser servidores conscientes, tienen que hacer ese esfuerzo, al principio puede que sea un gran esfuerzo, pero tienen que hacerlo. No son de aquí y deben de recordarlo, lo han escuchado muchas veces pero se les queda como teoría. Luego, si observan su densidad, van a sus haceres, a sus trabajos, se relacionan con sus personas, amigos, familias, y ya se olvidan de la mayoría de conversaciones que les llegaron al alma.

Pues dentro de esa densidad el hombre tiene que manejarse pero sin atraparse. Cuando el hombre diariamente siente que no es de aquí, automáticamente ya hace él esos recovecos para sentir instantes al día de saberse de otro lugar, de saberse que está aquí por un cumplimiento que aun no llega a reconocer pero se siente bien sabiendo que puede aportar mucho a los seres humanos, sabiéndose que su vida puede mejorar muchísimo más, sabiendo que lo que no le guste puede cambiarlo, sabiendo que siempre puede tener una respuesta para aquel que lo necesite.

Y todo eso el hombre lo tiene que recordar y hacerlo diariamente. Repetimos, háganlo como quieran, selecciónen sus momentos de quietud, de silencio, pero sientan quienes son.

En el plano de densidad en el cual están sumergidos se les llega de mil formas y ustedes, aun estando disponibles, no están despiertos. Se les llega y ustedes no escuchan, se les llega y ustedes no sienten, se les llega y ustedes dan a la casualidad ese día, ese momento, y se les llega de muchas formas. Cada vez que les llegamos ustedes tienen una pequeña inspiración; no crean que es suya, de ese modo cada vez estarán más despiertos a la llamada.

Recuerden que en este tiempo los seres que apoyan al planeta Tierra se están esmerando para que se les escuche. Y a lo largo del día, cada ser humano sin distinción, dormido o despierto, buscador o no buscador, cada día cada ser de humanidad tiene contactos con esos servidores pero en su gran mayoría lo atribuyen a una casualidad, creen que ha sido momentáneo y lo olvidan.

No se lo atribuyan a ustedes. Para abrir cada vez mas esa puerta, ese tiempo de conexión, atribúyanlo –fíjense lo que se les va a decir- atribuyan toda la vida que viven a esos seres que se les han regalado. Imagínense que son ellos los que dirigen su vida, cualquier acto, sea novedoso, rutinario, de trabajo, de ocio, atribúyanlo a que ha sido una inspiración divina, no se lo atribuyan a ustedes, a la casualidad o al momento. Es mejor comenzar por ahí que pensar que es o ha sido una casualidad.

Recuerden que ya hace tiempo se les dijo que a través de los sueños, a través de otros seres humanos, a través de cualquier medio de comunicación se les contesta, se les dirige, pero para ello ustedes tienen que ser conscientes, si no de nada vale. Si todo lo que ocurre en sus vidas ustedes dicen: “seguro que ha sido una inspiración divina”, ¡seguro!, no lo duden, aunque parezca -y vamos a poner los extremos- ordinario, no lo duden. Por ahí deben de empezar, por momentos de silencio interior, por momentos de regocijo con la música para que les eleve el espíritu, para que sus palabras cuando se relacionen suenen como la poesía más pura y divina. Traten de esmerarse con la palabra, procuren no utilizarla, cuando lo hagan por necesidad que sea armónica, que vean lo más bello del momento, que esa conversación la eleven como si la estuviese escuchando el Creador.

Hagan ese trabajo, es necesario. Es necesario que el hombre sea consciente del momento tan importante para la humanidad, es necesario que el hombre observe que con su propia intención, con su pensamiento y acción es capaz de convertir un hecho desarmónico en el más hermoso, en el más perfecto. Y estamos hablando del hombre actual con sus defectos y sus grandes virtudes.

Y recuerden y recuerden y recuerden, que esta densidad del planeta no les deja sentir, no les deja ver quien es en realidad el hombre, no les deja ver. Ven su imperfección porque es lo mas material, ven sus desacuerdos porque es lo mas material, ven su creación porque es lo mas material. Deben de habituarse a no ver con los ojos físicos, sino a sentir la grandeza del hombre y a sacar lo que en su interior llevan: ese es el servicio que cada uno de ustedes que se dicen servidores, que se dijeron servidores o se dicen caminantes, buscadores, ese es el servicio que deben de dar, a ese es al que se comprometieron. Están aquí con la densidad del planeta, con las necesidades de cada uno en sus vidas, pero tienen que mostrar que pueden y se puede mostrar la perfección dentro de esta densidad del planeta.

Todo se le pone en el camino al hombre, nada debería de ser un esfuerzo para él, todo es natural. Lo que con palabras cuesta llegar a ustedes, cuando comienzan a hacerlo como algo propio de la naturaleza divina que llevan no es esfuerzo, no es para nada laborioso ni costoso, es ligero, es liviano, es natural, le surge al hombre más pronto esa sonrisa, esa alegría, le surge más pronto esa palabra de ánimo que todo lo que aparentemente esta el hombre sembrando.

Pero para ello tienen que recordar, tienen que saltar de esa rueda que la humanidad sigue sin saber hacia dónde ni cómo. Si se dejan guiar por esa inercia de la mayoría no se les puede encontrar, recuérdenlo, de ahí que volvemos a retomar el principio, es urgente que el hombre sepa cómo salirse de esa inercia, es necesario que se salga de esa inercia para poder comunicar, para poder estar como están ustedes, para que no sea una quimera, para que no se diga nunca más “debe de haber algo mas”, para que nunca más crean que la vida, esa grandiosa vida, no la pueden vivir en estos cuerpos; pueden y deben vivir esa grandiosidad con los cuerpos que tienen, ya, en este instante, si ustedes así lo decidiesen. Recuerden, tienen que decidir sus vidas, qué hacer con sus vidas, claramente, “quiero llegar a esto”, claramente, un día, otro día.

Cada vez que ustedes necesiten reafirmarse, vocalícenlo y dense su tiempo de silencio para poder conversar con estos seres deseosos de hacerlo. Dense su tiempo de silencio, conózcanse, se asombrarán.

Y dentro de este tiempo de recuerdo se les recuerda: el tiempo al cual ustedes están supeditados, sin entrar en detalles, es imposible hacerlo, pero ya ustedes pueden atisbar, son momentos cambiantes, momentos decisivos pero a la vez cambiantes, instantes que la Tierra decide por necesidad. A la vez que el hombre selecciona su vida, así la Tierra como ser vivo lo hace y ella selecciona momentos como el actual para poder purificarse, de ahí que cada tiempo, cada año que se adentra a este mes del ocho, ella como ser vivo aprovecha para desintoxicarse, la Tierra también esta bebiendo de un antídoto.

No la vean como algo concreto, no la vean como la ven la mayoría de seres humanos, como un planeta denso, es un ser con sentimientos, sensaciones, emociones y corazón, y ella aprovecha estos momentos y observen qué hermoso –lo que el hombre llama casualidad- qué hermoso que cuando el hombre se toma su tiempo de retiro aunque lo haya deteriorado al paso del tiempo, su tiempo de retiro, su tiempo de ocio o su tiempo vacacional -como él le llama-, la Tierra aprovecha para desintoxicarse. Es curioso. Pero claro, cada vez que la Tierra se toma su antídoto para desintoxicarse, los ríos crecen, las –como llama el ser humano- catástrofes aprovecha. Realmente ese es el tiempo que el hombre tiene que comprender y conscientemente cambiar, cambiar, únicamente es cambiar su intención.

Ustedes cogen el mes ocho, el mes siete, un tiempo para el relax. Debería de ser un tiempo para la interiorización. Pero cambien un poco la intención, ese tiempo de relax vívanlo con la intención de ayudar a la Tierra a purificarse, vívanlo y mézclenlo, interrelaciónense con el antídoto que acabamos de darles al de la propia Tierra.

Nos extendemos un mínimo. Cuando ustedes entran en silencio sienten esa música de las esferas. Esa actitud, esa vibración que el hombre está emitiendo es el antídoto de la Tierra, ahí está la grandeza y la perfección, la interrelación que existe en todo.

El hombre vive en su pequeñez creyéndose aislado de todo, viviendo un pequeñito problema personal haciéndolo grande, grande, grande hasta perderse en él hasta olvidarse de quien es, cuando si su intención fuera la de elevar al máximo su comprensión, elevar al máximo su apertura de saber quién es, “¿quién soy?: soy un intermediario del Cielo y la Tierra, soy un intermediario entre el planeta y el cosmos, soy un intermediario pero a la vez estoy interrelacionado hasta con la respiración, mi alimento es el suyo, mi intención es la suya”.

De ahí que de la intención hoy se les dice: intencionen ese tiempo de silencio en el cual entra el hombre en este tiempo del año, intenciónenlo para purificarse y purificar a la vez al planeta. Sepan lo grandioso, sientan lo grandioso. Pueden comunicarse, no tiene barreras el hombre si supiera cómo hacerlo.

Aún sin él quererlo está constantemente interrelacionándose con todo lo que existe, pero la densidad lo atrapa y no recuerda, pero a través de los sueños, a través de ese silencio, a través de la música, a través de la contemplación, el hombre es capaz de llegar a saber quién es.

Encuéntrense.

Amén.

2 comentarios:

Alma dijo...

La vida sigue el ritmo que cada uno le da.
Dándose tiempo uno encuentra lo que necesita.
Y en esa necesidad encuentra, a la Tierra viva, a todos los seres llenos de amor, echos Dios ante ti, y uno se da cuenta que lo que deseaba ya llegó y ese ser antiguo murio sin necesidad de pasar por una muerte, y el antídoto se abre ante ti, tu silencio se abre para que comprendas te desintoxiques, sanes y te sientas un intermediario de su misma intención.

Saludos.

Jayja para tí... dijo...

En la poesía vierto mi dolor, lo desahogo, en ella emano amor, por cada cosa que pasa por mi vida, y aún más dentro de mi alma, o mi espíritu o mi yo, mi poesía sale como espuma por mi boca, aún sin abrirla, como olas, que rompen con las piedras de los apáticos a ella, sabes?, mucha gente se burla de la poesía, no sólo hombres, sino mujeres, muchos no pueden sentir o captar lo que ella transmite en el aire...y llega de pronto como gotas al corazón, el silencio es otra cosa, es una dimensión extraña donde me puedo esconder, sin embargo es irreal, porque el Mundo que me rodea padece de sonidos, sin embargo, en un transcurso infinito mientras cae la gota de poesía escrita o leía hasta mi alma, se llena de silencio mi corazón, la música, um,esa que me hace sentir deseos, de ser amada,de amar, de reir, de ser, o me pone a vibrar entera, sintiéndome llena de ansias de vida, y hasta de juventud!!! contagiosa y divina, la música esta hecha para alegrar el alma y con el alma hacer bailar al cuerpo donde el alma habita...un abrazo amigo

Frases