Podríamos catalogar al ser humano en tres categorías: la primera sería ubicarlo en el mundo del deseo, la segunda en el mundo de la necesidad y la tercera en el mundo de la inspiración.
Y aunque el hombre no sea consciente, se mueve en esos tres mundos. Su apetito carnal, por llamarlo de alguna forma, va teñido o bien por el deseo o bien por la necesidad o bien por la inspiración. Y lógicamente, todos conviven en el mismo planeta y este planeta se muestra de distintas formas en base al ser humano, a cómo vive ese mundo el hombre.
Para quien se mueve por el deseo todo le es poco, siempre quiere más y más, siempre desea más y más, nunca está saciado. Quien se mueve en el mundo de la necesidad se llena con poco. Pero en cualquiera de los dos casos estamos hablando del hombre, del ser humano, concreto y con unas necesidades humanas. En cualquiera de los dos casos, se mueva por lo que se mueva, está arraigado a las necesidades humanas.
El ser humano que se mueve por inspiración, bien por la suya propia o por una inspiración divina, ya se sale de los conceptos humanos, siendo él humano se sale de las necesidades humanas y la vida la muestra en base a esas necesidades.
Y uno de fuera que observe esas tres categorías de seres humanos, a poco que observe siempre se identificará con ese ser de inspiración. Si observa al hombre que se mueve a través de sus deseos, lógicamente muchas de las cosas que tiene le apetecerán. Si observa la humildad del que se mueve por necesidades, también muchas de esas cualidades le apetecerán. Pero a quien realmente rendirá culto es a aquel que ve que se mueve por una necesidad o inspiración divina, porque lo que muestra le sobrepasará y le causará admiración.
Aunque nadie quiera parecerse a nadie, que cada cual esté conforme como es, como siente, como piensa, como actúa, aunque esté conforme, siempre mientras el hombre exista existirá también esa tendencia en los seres humanos a clasificarse en base a sus apetencias, eso es innato en el hombre. Lo que tienen que observar y observarse es en cuál de esos tres aspectos de humanidad están cada uno de ustedes.
El hombre, como ya venimos diciendo, tiene que tener conciencia de en qué momento está, tiene que ser consciente, energéticamente hablando, de en qué punto está. Y eso sólo lo puede evaluar uno mismo, nadie tiene que evaluar en qué punto está cada uno. Cada cual debe ser consecuente y hacerse sus preguntas en base a todo lo que escucha y a todo lo que vive, para ir poco a poco acercándose más a lo que realmente siente que debe de ser, porque cada hombre, cada ser de humanidad, sí sabe cómo quiere ser, sí sabe qué concepto de ser quiere ser uno mismo, dónde quiere clasificarse.
Porque el hombre necesita esa confianza y seguridad de saberse en el lugar que está, lo fuerte que pisa, si está o no en el camino correcto, si está o no haciendo lo que le corresponde. Es una necesidad a nivel consciente y para muchos a nivel inconsciente, pero todos necesitan saber en qué momento están, y para ello tienen que hacerse estas preguntas: ¿a qué grupo de humanidad permanezco yo?, ¿cómo me muevo?, ¿mi vida se mueve por deseos, por necesidades, por inspiración, o un poco de todo, un poco de necesidad, un poco de inspiración, un poco de deseo?, ¿por cuál de todo se decanta más?
Están entrando en un momento en que deben saber qué hacen aquí. Ya no es tiempo de seres inconscientes, es momento de saber para qué están ustedes aquí. Y hacia ahí se les dirige, para que sepan qué hacen en este momento puntual de la historia en este planeta.
Para eso se les han dado directrices, para que se vayan conociendo y vayan sintiendo cuáles son sus tendencias y hacia donde van sus necesidades. Se les han dado claves o pistas de cómo hacer para cambiar aquello que no les guste de ustedes mismos. Se les va dirigiendo de una forma suave, para no alterarles y que cada uno de ustedes vaya cogiendo aquello que necesita y esto lo identifica cada uno por lo fuerte o débil o el impacto o la suavidad con que reciben las palabras.
Y en función de cómo las reciben y lo que de ellas les llega, así ustedes asimilan y están preparados para trabajar eso que han asimilado. Y hay muchas formas de trabajarlas, muchas. Cada cual debe habituarse a las que más se identifican con ese hacer para mejorar como seres humanos ese carácter, esas respuestas, esa convivencia, en definitiva, llegar a conocerse ustedes mismos y ponerse en el lugar que les corresponde conscientemente, o lo que es lo mismo, saber conscientemente donde se tienen que ubicar.
Pero para ello tienen que saber, tienen que conocer sus necesidades y ser conscientes de qué es lo que a ustedes les mueve y qué es lo que hace que den un paso adelante.
Si se mueven únicamente por el deseo, cada vez se sentirán más vacios. Necesitan valorar todo lo que tienen en su vida y comenzar a ir deshaciéndose de ese deseo, quedarse únicamente con aquello que les es necesario para su vida plena.
Hace tiempo, mucho tiempo, les decíamos que el hombre debe vaciarse para que se pueda llenar de cosas nuevas, conceptos nuevos, ideas nuevas, necesidades nuevas. Y hacíamos más hincapié y les decíamos que en los hogares también deberían hacer una limpieza e ir vaciando para que den tiempo a que otras cosas puedan aparecer en ellos. Y hoy se les dice: si se mueven únicamente por un deseo y son inconscientes de que su vida única o mayormente se mueve por aquello que desean, lógicamente no van a tener suficiente nunca, y cada vez se van a sentir más y más vacios.
Tampoco pueden decantarse únicamente por la necesidad, tienen que coger ese punto de equilibrio porque la necesidad en sí es buena, pero el hombre tiende a caer en los extremos. Y no es una necesidad austera, es una necesidad para moverse en base únicamente a una apetencia necesaria de las emociones, los sentimientos, el pensamiento… no es solo la necesidad de dar alimento al cuerpo o de una vida austera con esa justeza, no hablamos de esa necesidad precaria, más bien hablamos en un sentido interno energético.
Esa necesidad la ponemos para que el hombre se mueva, mueva su vida con esa armonía que da acallar un, por ejemplo, sentimiento, acallar lo que da una emoción, un pensamiento, a esa necesidad nos referimos. Yo tengo la necesidad, por ejemplo, de abrazar a una persona que hace años no veo, que hace tiempo no veo, o a una persona que veo diariamente, pero estoy en mi casa; pues ya vendrá; ¡no!, hay que dar cauce a esa necesidad y hay que ir donde se tenga que ir para recoger las experiencias que se tengan que recoger. A eso nos referimos como necesidad y deseo. No se muevan únicamente porque desean algo con mucha fuerza, porque eso no les va a nutrir.
Claro que toda palabra puede ampliarse a todos los ámbitos de la vida, y deben hacerlo, no deben acotarlo únicamente a una parcela, pero en este caso y momento se está hablando de esas necesidades y de esos deseos, como también se habla de esa inspiración, es lo mismo. El hombre se mueve por inspiración, perfecto, pero también se mueve por una necesidad hacia esa inspiración.
Para que el hombre llegue a sentir lo que realmente es, para que vibre todo su ser, para que su cuerpo, su alma, su espíritu vibre, tiene que ser una inspiración la que le haga mover. Si únicamente se mueve por otras necesidades no vibrará, y hoy el hombre necesita vibrar, es como que ya nada le satisface, nada le llena, como si todo lo hubiese tenido y nada le hubiese hecho vibrar.
Y no vamos a entrar en que el hombre lo haya perdido o no, no, vamos a ubicarnos en lo que hay. El hombre, hoy, esta vacio y busca llenarse justo en lugares donde no lo va a conseguir, porque lo busca fuera de sí mismo. Al hombre, cuando se siente vacio, le da por marcharse, por irse, divertirse, comprarse… y después de toda esa experiencia se vuelve a observar, a sentir, y si no se siente más vacio se siente igual, como si nada hubiese ocurrido. Y en la mayoría de casos, tras haber alcanzado lo que pensaba le iba a llenar, se siente peor, con lo cual indica que por donde busca no va a encontrar.
El hombre tiene que buscar en su interior, tiene que estrujarse para sentirse, para conocer cuál es su tendencia, “pues mi tendencia es a la calma, mi tendencia es a la interiorización, mi tendencia es un poquito de aquí y un poquito de allá, pero me conozco, me siento pleno con poco, o necesito mucho, pero me conozco”. Me conozco, me acepto, me elevo, porque así es de la única forma que voy a poder entrar en ese mundo de inspiración que me va a llevar a donde deseo, ahí sí entra el deseo, a donde deseo llegar. Pero ese deseo es con mayúsculas, a donde mi alma anhela entrar, a donde mi mente no tiene palabras pero mi espíritu tiene un anhelo, una falta, una necesidad.
Pero eso alguien internamente, externamente, me tiene que inspirar para acallar esa necesidad a la que mi mente no puede dar nombre, alguien me tiene que inspirar, el qué, el cómo, ya no tanto el por qué, pero sí el qué y cómo, y que surja. Pero hay que ponerse en actitud para que eso pueda surgir.
¿Cuántos seres humanos conocemos que puedan estar dirigidos por una inspiración?, ¿cuántos? Más bien conocemos seres que están atacados de deseo o de necesidad, pero un ser que se mueva por un ataque de inspiración… son menos, ¿verdad?, los hay, pero son menos.
A eso es a lo que el hombre tiene que aspirar, aspirar a ser lo que es un ser humano. El ser humano, como tal, es un ser de inspiración divina, un ser que se mueve únicamente por inspiración divina, cuyas necesidades son para alcanzar ese estado de gracia. Esa es la naturaleza del hombre. ¿Que está lejos de ella?, sí, está lejos, por eso indicamos cómo puede evaluarse para saber si va por el camino correcto o si se va perdiendo, y debe saber en cada momento qué tiene que coger y qué tiene que dejar, todo no se puede acaparar. El hombre tiene que elegir, de todo lo que el mundo le enseña, en base a su necesidad para llegar a alcanzar esa inspiración, y lo demás, dejarlo.
Por eso les poníamos el ejemplo de que tiempo atrás les hablábamos de sus hogares, que vacíen, que se vacíen también de conceptos para que entren cosas nuevas. Pero si el hombre replica una y otra vez de la misma forma, lógicamente no se va a sentir bien. Y hoy el hombre sabe distinguir por su estado de ánimo lo que le hace bien y lo que le hace daño, sabe distinguir lo que le hace sentirse feliz y lo que le hace sentirse desgraciado. Entonces tiene que ir rompiendo esa inercia que tiene, esa tendencia a ir acumulando interna y externamente cosas inservibles, ideas inservibles.
Renuévense de todo, de todo, hagan una buena limpieza en todo, déjense, déjense cada vez más para que ideas nuevas puedan entrar, para que esa inspiración pueda entrar, porque si la buscan pero están llenos no la encontraran, y se necesita -de necesidad-, y se desea –de anhelo, de anhelar- que el hombre, el ser de humanidad, alcance su punto máximo de lo que es.
El hombre no es mediocre, el ser de humanidad está hecho de divinidad, y ustedes lo olvidan, el ser humano ha olvidado que es un ser de divinidad y se volvió mediocre.
Deben retomar cada uno de ustedes, cada uno de los seres que buscan la verdad, retomar a través de esa inspiración su grado de divinidad y, por consiguiente, replicar como divinidad.
Así sea.
4 comentarios:
el ser humano es la mas grande creacion divina y perfecta!
saludos!!!!
Intento estar siempre, en un punto de equilibrio, no irme a los extremos, esto me lo trabajo constantemente, cada uno sabe en que punto está, me conformo, estoy en un proceso de evolución dentro de mi ascensión y en base a mis apetencias voy asimilando cosas, dentro del ritmo que puedo, no me gusta que me evaluen, ni evaluar a nadie, pero en mí está, mi parte animal y mi parte divina, todo esto soy yo, la divina pertenece al cielo, la animal a mi preciosa Tierra y no renegaría a una por poseer la otra, ahora estoy aquí, con todos mis sentidos....deseos,necesidades e inspiraciones y solo deseo, vivir, con un respeto máximo a todo lo que me rodea, por amor.
Un beso.
No me gustaría ser toda divina, pues yo soy su creación y si fuera toda divina, sería Dios, ¿donde estaría su creación?, tengo una pequeña parte de divina, para tener que unirme a todo....pues todo unido es Dios y separado ÉL en sí, es su propia creación.
volveré...y luego me quedaré
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