(Esta oración se hizo el día 18 de julio de 2.007)
Cuando el hombre retoma con plena conciencia lo que es, un ser totalmente de luz, él, por decisión propia, emprende un viaje y sabe con plena conciencia que no va a regresar al mismo lugar nunca.
Ese es el hombre, el autentico ser, un viajero sin retorno cuando se dispuso desde el inicio de los inicios a encarnar como ser humano, ya no había vuelta atrás, ya es una constante ida. Ese es en esencia el hombre, el hombre que está vivo, el hombre que en conciencia se siente vivo.
Como observaran o sentirán no estamos hablando del ser de esta humanidad. El ser del planeta Tierra, el hombre físico del planeta Tierra, siempre quiere retornar a lo mismo, no le gusta saber que no hay vuelta, no le gusta, no se siente cómodo sabiendo que a cualquier decisión, hecho o acontecimiento no puede darle la vuelta. Ya ha acumulado una energía y esa energía ha producido unos hechos irreparables, buenos, malos o regulares, pero irreparables.
El hombre no tiene referencia ninguna, ni científica ni espiritual ni mental, en donde cogerse siempre a lo mismo, nunca, no existe. Desde que nace, desde que se ubica en un lugar y crece y muere y renace, y crece y muere y renace, y así constantemente en su evolución, jamás repite algo idénticamente igual, nunca.
Pero este ser de humanidad, cualquier hecho de su vida cotidiana lo repite y repite e intenta repetirlo idénticamente igual, consciente o inconscientemente no acepta ningún cambio en su mente, en su cuerpo, en sus emociones… Si es feliz siempre quiere ser feliz, si es triste o pasa un tiempo triste se adentra y se regocija en ese tiempo y lo nombra y lo renombra, ¿para qué?, para que vuelva a ocurrir.
No ha aceptado lo que es, ha perdido totalmente el sentido de lo que es. Y retomar lo que el hombre es, un viajero sin retorno, es lo que le va a dar a esta humanidad la visión de la no catástrofe, la visión del no miedo, la visión del no apego. Le va a dar la autentica visión de lo que es la llamada vida.
El hombre cree que por respirar, crecer, madurar y cumplir edad está vivo, y no está vivo. La vida es cambio, la vida es crecimiento, la vida es lo inesperado en cualquier situación, en cualquier lugar o en cualquier pensamiento. Estar vivos es subirse al tren sin tan siquiera sentir ni pensar qué queda atrás. Estar vivos, evolucionar dentro de esa vida evolutiva, es estar constantemente sintiendo que cada instante es nuevo, nuevo, al nivel mas grande o inmenso que pueda imaginar la mente humana; nuevo se refiere a renovar, renovarse, reconducirse, recomponerse.
Y hoy el hombre puede conseguir -y que no le cuenten- estar vibrando en esa densidad que le dé el poder, no de ese gran poder que están ustedes imaginando, sino de poder hacer, que el hombre cree no poder hacer, de poder hacer lo inimaginable, cuánto más aquello que imaginan sus mentes. Si el hombre puede entrar en esa fluidez de energía para poder llevara a cabo lo impensable, imagínense cómo no va a poder hacer lo que su mente imagine o crea o decida, o lo que su espíritu le pida.
El hombre entra en la etapa de poder y de sentir ser energía ilimitada, de reconducirse del modo en que quiera. Lo verán como una ciencia ficción, pero es una realidad que está ocurriendo en algunos lugares de este planeta. Y no está ocurriendo ahora precisamente en esta época, está ocurriendo desde los tiempos más remotos. Bien es cierto que la Tierra se ha puesto en conjunción con lo necesario para que toda la humanidad pueda hacer ese viaje sin retorno a un pasado viciado, vicioso, oscuro, caduco y sin forma, ya sin forma.
Recuerden algo que las Sagradas Escrituras narran en el tiempo aproximado de Moisés, ubiquen sus mentes para poder entender que esos pasajes que la Biblia u otros libros sagrados cuentan, no necesariamente tienen que ocurrir con esos precisos detalles, porque para la información de las mentes en cada momento histórico de la vida han tenido que usar formas y palabras que el ser humano de esa época pueda entender, al igual que en algunos momentos han generado una visión o han visionado una película y le han puesto forma, pero quédense no con esas formas sino con el mensaje. Pues bien, en ese tiempo hubo en la Tierra grandes cambios, pero al que nos vamos a referir, que es similar al que ahora está ocurriendo, es el de la peste. Recuerden cuando el faraón no quería dejar salir de Egipto al pueblo de Israel y el tal llamado Moisés, que como nombre no existió, pero que como ser de humanidad sí, entró en ese tiempo, en ese viaje sin retorno y dentro de la vibración cósmica, y le dieron la capacidad para poder regenerar ese preciso momento de la historia. Y a la actuación de un señor de poder como fue un faraón o mandatario, el que fuese, él replicaba para abrir las mentes y los corazones, pero en especial cuando mandó a todos los primogénitos que iban a morir. Y ahí es donde nosotros queremos poner este ejemplo. El pueblo de Israel pintó sus puertas con sangre de cordero para que esa peste, esa maldición, no tocara a sus hijos, y pasara de largo.
Ahora está ocurriendo lo mismo. Si ustedes creyesen a aquellos que tienen capacidad para ver, está ocurriendo lo mismo pero multiplicado por millones y millones y millones de densidad de energía. Por eso les venimos diciendo todas estas semanas “relájense, tómense el tiempo para intentar cuanto menos estar en paz, que no les mueva absolutamente nada, que el exterior está sucumbiendo”. Y volverán a pensar: “¡qué exageración!”. Piensen lo que quieran, el deber es de decirles “templen sus cuerpos, templen sus emociones, abran la mente, siéntanse como son, viajeros sin retorno, no esperen encontrar lo mismo ni a los mismos seres, ni tan siquiera a ustedes mismos, estén abiertos a lo que ocurra”.
El hombre, desde que es creado, no ha repetido jamás un mismo hecho, jamás. Siempre es un paso más hacia adelante aunque el hombre lo vea como involución, siempre es un paso más, pero claro, ese paso más en unas mentes que se han quedado concretas en un espacio reducido del universo, en un lugar tan reducido como una jaula, cualquier movimiento lo sienten e interpretan como una gran catástrofe cuando realmente la energía es una constante creadora de movimiento de vida inimaginable.
Por tanto, como estamos hablando y haciendo entender al ser humano, tenemos que hablar en estos términos y se siente el miedo en el interior del hombre cuando no debería de existir, porque nada se acaba y siempre es en sentido evolutivo. Si sus mentes pudiesen imaginar por un instante lo que es vivir, ustedes mismos decidirían en este instante morir. Si pudiesen imaginar lo grandiosa que es la vida cuando realmente es vivida, una vida sin límites… No existen mentes con limites -y está la mente universal-, no existe el ser humano, o no, con limites. Hasta en el mismo planeta ya hay seres libres, sin límites, no lo que ustedes llaman libertad, un ser sin límites, un ser que siente y vive la vida, no se lo pueden imaginar.
Y ahora, si ustedes, seres orantes, no se lo pueden imaginar, observen pues al hombre de la calle que ni tan siquiera se plantea dedicar un tiempo mínimo a saber qué hace aquí y quien es. Es grandioso, créanlo, y se les invita a vivirlo, a vivir la vida. Son -y siéntanse-, elegidos para vivir esa vida, para vivirla, para no pasar como hace el hombre, sin tocarla, para vivirla y recrearse en ella.
La semana pasada se les decía que templasen sus cuerpos, que se situasen en lugares con condiciones que les generaran esa necesidad de sentirse felices, que generaran las condiciones que cada cual necesitara para sentirse de esa forma. Esta se les pide un poco más: traten por todos los medios de, aparte de sentirse plenamente llenos, plenamente conscientes de ser un viajero de luz, un ser que no repite lo mismo ni un instante, procuren incluir a toda la humanidad, visualicen a gente, conocidos o no, sintiendo que ese ser ya ha despertado su mente. Imaginen que todos los seres humanos, sin hablar de ello, sin comunicarse siquiera de ello, no les digan por favor ningunas palabras, no lo entenderían, pero ustedes visualicen a todos los seres humanos como caminando hacia un lugar sin ningún retorno y felices de estar vivos, de ir hacia no se sabe qué, pero con ilusión. Intenten incluir a todos los seres, a todos. Compónganselas de la forma que ustedes quieran o mas fácil les sea, como ver a miles y miles y millones de seres en un lugar maravilloso, privilegiado, para eso tienen sus mentes, háganlo.
Cierren esas puertas como en aquel tiempo, que no es ni más ni menos que cerrar lo caduco y abrirse a una nueva experiencia. Enciendan velas, sí, úsenlas no como algo simbólico, intenten dar luz física, simbólica, imaginable, de todas las formas que tiene el hombre, úsenlas, iluminen sus casas, dejen que entre el sol, vayan a él, hacia él, con una mente amplia, totalmente abierta, novedosa, y no se sientan solos aunque lo estén, sientan que toda la humanidad sigue esa luz, ese sentir, ese pensar, esas emociones que ustedes deben conseguir en estos días, no hablamos de semanas o meses, días.
Procuren que cada tiempo, cada hora, momento o instante a partir de ya, sea totalmente claridad, claridad en las casas, en la forma de pensar, de sentir, de hablar, de pensar hacia los demás y con los demás, no vean ningún obstáculo ni en ustedes ni en los demás, traten de sentir por un instante esa sensación e involucren a todo ser viviente del planeta.
Cójanselo como ustedes quieran, como ejercicio, como algo voluntarioso, como un trabajo, como una maravilla, como algo inesperado, como aportar una gran sanación al planeta, como ustedes quieran. Nada es demasiado si consiguen por un instante imaginarlo, sentirlo.
Todo lo que ustedes consigan, todo, cualquier cosa de la que estamos hablando o de la que no hemos hablado e imaginen, cualquier cosa puede ocurrir, debe ocurrir y ocurrirá.
Estén prestos a intentar energéticamente llegar a más y más seres humanos que puedan imaginar, vivo o lo que ustedes llaman muerto, porque ya saben que no existe. Traten de imaginar un ser de la forma que sea, o de la forma que hoy tenga, da lo mismo, y traten de encauzarlo en ese instante y sentir que ustedes alcancen.
Quizá les sea más fácil, dado a esa energía que el hombre tiene desde que fue creado, que le es más fácil darse que recibir. Quizá ubicando al ser de humanidad del planeta en todos estos -llámenlo como quieran- sentires nuevos, les sea más fácil encontrarse en ese espacio de luz y sentirse como seres realmente viajeros que van a no sabe donde, con plena conciencia y con una alegría y paz inimaginable.
Traten, hasta que de nuevo estén retomando sus reuniones, de no bajar la vibración alcanzada. Y para ello solo tienen que sentir cada instante de lo vivido y si fuese posible durante todo el mes ocho. Poténcienlo en solitario, poténcienlo al máximo. Y témplense.
Amén.
2 comentarios:
Gracias, por hacer que todos imaginemos cosas bonitas para la humanidad.
Los deseos están llenos de Luz y se cumplen, el poder de nuestras mentes es infinito como Dios.
ALMA.
Hermosisimo tu blog...¡¡
Muchos deberian enseñar la espiritualidad, a poner nuestro ser acorde con Dios¡¡
Puedes si tienes gans visitar mi blog.
Saludos¡¡¡ desde Argentina
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