27 marzo 2008

ORACION: EL VUELO DEL HOMBRE (II)


¿Hacia dónde se dirige el hombre? ¿Realmente la sensación que tenemos del hombre es la de vuelo o, por el contrario, es una sensación de densidad?

En su inicio, quizá en los tiempos del hombre nómada, si se asemejaba al vuelo puesto que él iba y venía como ave de un lugar a otro, pero ¿hoy realmente sentimos que el hombre vuela? Es importante que cada cual llegue a esa seguridad de sentir si él es un ser capaz de volar o, por el contrario, es un ser sedentario.

El hombre puede elegir aquello que le atraiga. Si él considera que su vida está dentro de un sedentarismo y ese sedentarismo lo vive con paz, con armonía, con serenidad, será que para él es tiempo de sedentarismo. Si por el contrario, dentro de ese estar de quietud su espíritu se revela pidiendo, clamando el vuelo, será que para él es tiempo de volar. Y dentro de la capacidad de elección del hombre, puede y debe dirigir sus pasos hacia donde crea, hacia donde sienta que es su momento. Cada cual debe sentir hacia donde emprender para dar realmente cauce a sus necesidades y no dejarse imbuir o impregnar por la totalidad de las necesidades de los demás.

Es tiempo de que el hombre emprenda el vuelo, pero si así lo siente cada cual. Es tiempo de una nueva regeneración del hombre, pero si así lo siente cada cual. Porque dentro de ese tiempo, cada ser de humanidad lleva su propio ritmo, y para que su cuerpo no se dañe debe adecuarse a su propio ritmo.

Bien es cierto que debe siempre de esforzar un poco esa inercia del cuerpo sedentario, un poco, pero tiene que adecuarse a su propio ritmo. Es muy usual que el hombre, dentro de lo que ve, de lo que observa, quiera parecerse a otros seres humanos porque le atraigan, porque sienta que es lo mejor, y lógicamente debe probar si así lo siente, pero siempre teniendo en cuenta que cada ser de humanidad tiene su propia vibración y esa vibración tiene su tiempo. No deben ir más rápido ni más lento. Por lo tanto, únicamente será un punto de referencia aquello que le agrade para probar, no más. Siempre como punto de referencia para probar si es realmente la vibración de uno, la necesidad de uno.

No puede el hombre emprender el vuelo sin estar realmente seguro y cierto que eso es lo que necesita. Y se les recalca de muchas formas que observen si es lo que cada cual necesita hacer, que dentro de tantas y tantas necesidades mezcladas de la humanidad no sea uno más que no sabe cuál es la suya. No se mezclen hasta el punto de no saber cuál es su verdadera necesidad, únicamente deben de mezclarse, de unirse, cuando sepan porque así lo sienten y todo su ser les hace ir hacia esa unidad, cuando realmente deben fundirse con esa idea, ideal, ser… no antes, porque en este tiempo, como ya les hemos explicado, es un tiempo de impase para un nuevo despertar y en ese preámbulo las personas tienden a dejarse llevar por la totalidad o la mayoría, por aquello que de momento les gusta se sienten atraídos.

Y deben de reflexionar y sentir, si realmente es lo que ustedes están en ese momento necesitando. Ahí es donde tantas veces les hemos hablado del libre albedrio. El hombre es libre para poder unirse o no a esa totalidad sin perder su individualidad, porque si se deja arrastrar sin estar totalmente cierto que es esa y no otra su necesidad, únicamente hace eso, dejarse arrastrar perdiendo su individualidad, y nunca, cuando se les sugiere que se agrupen, que se reencuentren, que formen para alcanzar esa fuerza necesaria para el vuelo, no se les dice en ningún momento que pierdan su individualidad o que vayan, como vulgarmente se dice, a ciegas. No es tiempo de cegueras, es tiempo de vuelo pero hacia la luz, hacia la luz de cada cual, hacia la luz de cada ser de humanidad.

Es ese tiempo de reconocimiento de uno mismo, de potenciarse uno mismo para llegar a ser ese puntal dentro de un grupo, dentro de un país, dentro de la tierra misma, pero sin perder la individualidad. Para ello, el hombre tiene que hacer ese viaje interno de reconocer y reconocerse en su totalidad, para no dejarse arrastrar por la idea o ideas de los demás, por las necesidades de los demás. Vayan dentro de ese vuelo del hombre, hacia las necesidades de ustedes mismos, reconozcan cual es su vibración, porque cada cual tiene su propia vibración, y así, quizá reconozcan esa necesidad intima que no está para nada teñida con las necesidades de los demás. Si mi vibración es lenta, pausada, puedo acelerar puntualmente, pero no más, debo llevar mi propio ritmo, debo de hacer en base a ese ritmo. Si por el contrario es rápida, debo adecuarme también a ella y vencer esa inercia del cuerpo, esa inercia de la mente, para así dejar al espíritu volar dentro del cuerpo. Hablamos siempre que estamos dentro de un cuerpo con las limitaciones del propio cuerpo, sin que este nos sea limitador para elevarnos dentro de ese vuelo de humanidad.

Con esto se quiere decir que si el cuerpo físico está enfermo, si tiene ese deterioro, con él debemos volar, que no sea ningún impedimento para hacer aquello que vinimos a hacer, porque cada ser tiene el cuerpo necesario, saludable o enfermo, para hacer lo que se propuso antes de tomarlo. Aunque en momentos nos parezca que es débil, que es pequeño o demasiado grande, o lo que sea, aunque por momentos nos parezca que no nos acompaña, es el cuerpo que necesitamos para hacer aquello que vinimos a hacer. O sea, no debe ser ni por un instante un impedimento para alcanzar lo que nos propongamos.

El ser humano se da muchas excusas a sí mismo. Unas veces es por el tiempo, otras es por su inconformismo, otras porque se siente enfermo, otras por temor, pero siempre siente un gran freno físico y mental que en momentos determinados es una gran losa para el espíritu, cuando realmente, si sabemos que cada cual tiene aquello que necesita para cumplir con su hacer, si se sabe y se siente ¿qué impide al hombre darse realmente otra respuesta a sí mismo para que alcance ese vuelo, para que no se quede anclado en tantas limitaciones creadas por él mismo que no son reales y que él vive como reales porque las vive, se siente atado en la mayoría de casos y la mayoría de seres se sienten limitados por unas cosas u otras y así puede llegar, claro que puede llegar, ese momento de dejar el cuerpo sin haber cumplido aquello que vino a cumplir? Claro que puede ocurrir.

Y claro que una vez más le vuelven a dar de nuevo la oportunidad de retomar, para hacer aquello que quiere el espíritu hacer y que toma el cuerpo para llevarlo a cabo pero que después, en el interior, cuando el cuerpo se asienta, no despega, no ven más que limitaciones a su alrededor, siempre son unas u otras excusas para no dar esa respuesta. Y ustedes se preguntarán: “¿qué respuesta?, ¿por qué siempre nos dicen la respuesta?” Volvemos a insistir: su propia respuesta. No miren hacia fuera, miren hacia su interior. Las respuestas que ustedes están deseosos y anhelantes de que otros seres, humanos o no, les den, cuando las tienen en su interior, cuando ustedes deben de darse sus propias respuestas en base a sus necesidades para encontrar así, encontrar.

Pero no busquen fuera, repetimos, busquen en su interior otra respuesta que les llene. Porque el hombre está deseoso de llenarse, se siente vacio y busca, pero no busca en su interior, siempre lo hace fuera de él porque es ahí donde cree encontrar la respuesta. Y encontrará, claro que sí, pero encontrará la de los demás. Es en su propio interior donde tiene que indagar y dar con esa repuesta que resuene y resonará en la humanidad. Y cada cual tiene la propia.

Pero de nuevo el hombre cree que va a encontrar fuera de si esa respuesta, y cree que cuando se le habla, quien habla le va a decir por donde y cuando y qué, y no se lo puede decir. Pueden dirigirlos para encontrar en su interior, eso sí, pueden dirigirlos y decirles “por ahí no, por allá, por allá encontrará, por ahí no”, pero aclararles lo que ustedes, cada uno de la humanidad, aclararles el por qué y el para qué están aquí…, en general sí, pero individualmente lo llevan en su interior y son ustedes mismos los que deben de hacer ese viaje, ese vuelo hacia su interior, para que después de encontrar puedan realmente mostrarlo a la humanidad. Ese es el gran vuelo chamánico del hombre, mostrar lo que encontró en su interior, la joya que encontró en su interior, mostrarla. Ahí está mi don, ese es mi don más preciado. Y ponerlo en común con el hombre.

Pero esta en el interior del hombre. Se les dice, se les dirige, se les sugiere y se les tiene que decir una y otra vez que lo novedoso es porque está en el interior del hombre y el hombre, al sacarlo, al mostrarlo, lo muestra como algo genuino e irrepetible, sea idea o no. Ahí está lo novedoso, pero el que busquen en su interior no es una novedad. Se les dice constantemente que el hombre tiene que buscarse, buscarse, que se perdió en un momento, buscar sus autenticas necesidades, su autentico pensamiento, no el que está mezclado con el pensamiento de los demás, tratar de ser autentico para poder mostrar esa autenticidad, para poder mostrar aquello que ustedes y cada uno de los seres humanos dijeron que venían a dar.

Recuerden que ustedes son co-creadores de Dios que en su día, en su momento y en su instante tomaron esta forma actual para hacer aquello que eligieron hacer. Hacer, recuerden, hacer, no pensar, hacer, y cada uno de los seres que habitan el planeta tiene algo distinto del otro que hacer, algo distinto, algo complementario a esa gran obra del hombre.

Eso es lo que el hombre tiene que descubrir y eso está en su interior. Lo de fuera puede ayudarles, claro que puede, claro que debemos reunirnos y expresarlo, claro, pero para inspirarnos, para aclararnos, para cada vez desechar e ir quitando la paja de en medio y poder introducirnos cada vez más en nuestro interior, porque a través de lo que vemos, de nuestro comportamiento, de los demás, nos vamos conociendo, sí, pero hacia el interior, hacia nuestra verdadera y única necesidad. Ahí está lo novedoso.

Últimamente se les dice que el hombre tiene que encontrar algo nuevo, nuevas ideas, nuevos haceres, que no tenemos punto de referencia. ¿No se les ha ocurrido pensar que ese punto de referencia esta en el interior y por ello no se conoce, porque no se ha mostrado todavía? El hombre no lo ha mostrado porque no lo ha encontrado en su interior, porque trata de encontrarlo fuera de sí y lógicamente, fuera de sí todo esta descubierto, todo. Por tanto no esperemos encontrarlo fuera, está en el interior, y ¿que es novedoso?: por supuesto, y ¿que no tenemos punto de referencia?: por supuesto, porque no hay otro repetido.

Lo que cada cual tiene que hacer, lo tiene que hacer él. Puede parecerse, puede ser semejante pero nunca puede ser igual.

No se pueden confundir. No deben confundirse, no deben dejar que su mente les confunda. Saben perfectamente lo que escuchan, saben donde clasificarlo y cómo llevarlo a cabo. Son ustedes mismos los que dejan que su mente confunda las palabras que escuchan, porque tratan de adecuarla de la mejor forma y manera para hacer el mínimo esfuerzo posible y ahí es cuando, sin ser conscientes, ya vuelven a olvidar y a perderse de nuevo como si nada les hubiese llegado. Y lógicamente vuelven a confundirse y a buscar fuera de ustedes.

Pero si dejan a la mente tranquila, si únicamente tratan de sentir esas necesidades, ese sentir más profundo, y lógicamente hacen en consecuencia a ese sentir y a esa necesidad, no pueden confundirse porque el sentir y el hacer en consecuencia ese sentir, nunca les puede confundir. Les llevara a una experiencia y a raíz de ella irán adentrándose cada vez más en sí, cada vez más profundamente hasta encontrar el verdadero sentir, ese sentir profundo que hace dar importancia a lo que realmente importa y quitarla a lo que nos tapa la luz.

Obsérvense cada cual, no traten de imitar a nadie, sean fieles a lo más profundo de su sentir y eleven el vuelo hacia el interior.

Amén.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cierro los ojos,
abro la fantasía de mi mente,
me aislo de todos
y muchos no me entienden.

Me abro a mí misma
para poder comprenderme,
emprendo mi vuelo....
voy, al reencuentro de Dios en
mí ,presente.

¿Para qué fuí creada?
¿por qué tanto mé amas?.
Todo permanece en silencio,
esperando una respuesta a una
llamada....

Estoy esperando en Tí,
siento qué me amas,
intentando comprenderte....
me haces volar sin alas.

Un poema a esta oración.
Gracias. ALMA.

Juan Miguel Bueno. dijo...

Está circulando el "lazo azafrán" por la red. yo lo acabo de colgar en mi blog, puedes encontrarlo allí y colgarlo en el tuyo si lo crees oportuno. Saludos.

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