01 abril 2011

Oración del 20 de marzo de 2011 - parte 2

Continuamos.

Llegados a este punto de comprensión, de comprensión con la necesidad o necesidades de cada cual, esa es la gran reflexión que cada uno tiene consigo mismo.

El siguiente paso que el hombre debe dar, y más en concreto el hombre consciente de lo que quiere, o sea, el que en base a esa reflexión apuesta por ser un servidor, debe de comprender que toda esa energía va a ser requerida para otras cuestiones de la vida, ya no de su vida sino de la vida, de lo que llamamos vida: vida en el planeta, vida en los hombres, vida.

Cuando cada uno siente en sus momentos más íntimos esa conexión con ese conocimiento de saberse servidor, de saberse contemplado constantemente, de saberse guiado constantemente, necesita de pocas pruebas concretas o físicas para continuar y, sobre todo, para saber si su vida y lo que hace con ella va más allá de lo meramente físico.

Llegado a ese punto el hombre sabe que los Maestros están, sabe que el Padre está, y si sabe se mueve con esa certeza y no es que no se conduela con el dolor de los demás, no es que no le duela su cuerpo físico, no es que no tenga la necesidad de cubrir ciertas necesidades cotidianas con el hogar, es, aparte de eso, como si de repente le entrase la capacidad de poder con todo, es esa ilusión de saberse en esa recta final, de saberse protegido constantemente, de no decaer con esos dolores o achaques de la vida, lo que le da el sentido auténtico a la vida de cada cual.

Pero el hombre debe de sentirlo en lo más profundo, no debe dejar que se relajen sus oídos o que se alague su personalidad, su ego, llámenle como quieran. No es más de lo mismo, no, hablamos de un sentir. El hombre debe llegar a ese sentir en lo más profundo, ese en que ya no caben las preguntas, sino sólo cabe dar las gracias y no de palabra. Dar las gracias cuando uno abre los ojos después de una larga noche por estar vivo y por servir con su energía al cambio del planeta, al cambio de la humanidad. Es dar las gracias por cada inhalación a lo largo del día por sentirse vivo y estar disponible. Es dar las gracias por los alimentos, por el espacio, por las personas, por la soledad, por todo. Ya no caben las preguntas, no hay necesidad de ellas.

Hasta que el hombre no llegue por sí mismo a no tener la necesidad de preguntas, ni el por qué me duele, o el por qué esto me ha ocurrido a mí, o así, o por qué ha pasado eso en la Tierra, o por qué, qué hacer, o qué no hacer… Ya se les está diciendo.

Y también se les está diciendo que los encuentros, que hasta ahora han sido sistemáticamente lo que ustedes llaman una vez al mes, van a ser cada vez que ustedes así lo requieran, en el nombre del y allá donde más de una persona se reúna, no importa el número de personas, no importa el día en el cual se reúnan, todo ha sido un proceso necesario para llegar a abrir esa parte física del hombre, esa parte de su mente, esa parte de sus emociones, esa parte de su cuerpo concreta y física. Hoy, a la vez que ya no necesita de ese día o esa hora, son todos los días y a todas horas si así él siente que tiene que hacerlo. Y tampoco depende de si esta solo o en compañía si así siente que debe hacerlo. Y ese sentir se lo va a ir dando a la vez que vaya haciendo sus cambios físicos porque va a ir sintiendo la necesidad de dar, de dedicar más tiempo, mas energía a esa Totalidad.

Pero cada cual, como así es y debe de ser, tiene su tiempo, su ritmo, su espacio y su forma. A

la vez que todos los seres humanos no están conformados de la misma forma, sí de la misma esencia pero no de la misma forma, cada cual en ese tiempo de reflexión debe adecuar sus necesidades y no engañarse; de nada sirve, se les dan pautas concretas, las cosas son como se les dice; otra cosa es que ustedes no las sientan así, bien, no las hagan, si no las sienten no las hagan, acójanse a su libre albedrio, acójanse a él. Pero cuando ocurre algo en la humanidad, en el planeta, en sus vidas, bien sea de sufrimiento, de catástrofes, de dolores, no se hagan las preguntas puesto que las respuestas ya las tienen aunque no las quieran ver o no las quieran reconocer o no quieran moverse en base a eso que escuchan o que saben.

De nuevo se les dice, y siempre se les ha dirigido en base a sus necesidades: muévanse en base a sus necesidades, pero muévanse.

Como ejemplos tienen muchos, muchos ejemplos. Y día a día se les dan como a los niños chicos, haciendo hincapié en que si el tiempo es el que es, si la energía es la que es, quieran o no quieran, comprendan o no comprendan el hecho es y está siendo. Y ahí va el ejemplo: cuando tienen un dolor van a solucionarlo, pero van a solucionarlo desde fuera, reflexiónenlo. Una vez más el hombre cree que sus respuestas van a estar o venir desde fuera, van al doctor, van a la persona o especialista que arregle ese dolor y están constantemente yendo a lugares y personas para que les calmen o les curen, y se les dice y se les ha dicho: es la revisión de su vida y los cambios o giros que esta necesite lo que les va a solucionar ese dolor, esa enfermedad, esa motivación, sin necesidad que sea ni dolor ni enfermedad. Son esos giros internos en la vida de cada uno lo que va a hacer que el cuerpo se ponga en sintonía y armonía con la energía que está.

Y el punto para saber si uno está haciendo esos giros -se les vuelve a repetir- son sus dolencias o su falta de armonía, de escasez, lo que les va a ir dando muestras de que no están en el punto correcto, de que no están haciendo los movimientos que necesitan para entrar en esa armonía. Por más que alguien les diga, por más que el médico les escuche y les recete, por más que les hagan desde fuera, si el cambio o el giro no lo hacen ustedes mismos voluntariamente, puesto que así han observado que es necesario en la vida de cada cual, nada les va a servir desde fuera.

Y toda la energía que se les escape con la queja, con la insatisfacción, con el decaimiento, con la desmotivación, es energía necesaria, ¡necesaria!, para mantener sus cuerpos en este momento en el planeta.

Ustedes pueden pensar, y así lo piensan, por eso se les dice: “esta persona se ha marchado porque ya le tocaba, estaba enferma o era mayor, ya procedía que se marchara”, y es cierto, es cierto, era mayor, estaba enferma y era momento de dejar su espacio. Pero ¿por qué estaba enferma?, o ¿por qué no se sanó? : porque no tenía ninguna necesidad de sanarse y se marchó. Cuando la persona tiene la necesidad, la necesidad de quedarse, lo siente y pueden estar derrumbándose todos los cimientos de la Tierra y esa persona permanecer en ella. Pero de seguro que esa persona ya ha revisado la vida que lleva y ya ha hecho todos los movimientos necesarios para adecuársela y que esta vida le sea armónica.

Y todo, como vemos, depende una vez mas de cada uno de nosotros. Claro está que cuando estamos tan sumergidos en los problemas cotidianos como hasta el momento, la persona puede pensar que ha sido la casualidad la que todavía le deja estar en la Tierra. Y eso se ve cuando hay una catástrofe: miles y miles de personas que se marchan y entre ellas, pasando por lo mismo, una se queda. Esa persona, por más dolor que vea en todo su entorno, su vida está en armonía, si no su cuerpo no hubiese podido quedarse.

Todo aquel que se queda en el planeta a partir de ya, es porque su vida está siendo equilibrada, ¡equilibrada!, con la energía que entra, por tanto puede permanecer dentro de esa energía, ahí no entra la voluntad del hombre. Yo puedo tener una voluntad de hierro, pero si mi energía no la adecuo al momento presente mi cuerpo sucumbirá; y mi voluntad puede ser fuerte y abundante, pero ¿dónde pongo esa voluntad? De ahí una vez más, como nadie nos debe decir qué hacer ni cómo hacerlo, es entrar en esa sintonía y dejarse guiar a sabiendas con plena conciencia de que esa guía es la perfecta porque así lo siento, no porque me lo dicen, porque así lo siento en lo más profundo. Y para sentirlo antes he actuado, primero observando, después rectificando, después obedeciendo en base a lo que yo siento y mi corazón me dicta, sin fisuras. El hombre no puede sentir algo e ir en contra de ese sentimiento, porque así de nuevo se forma un desequilibrio.

Siempre ha sido así. No se les dice nada nuevo, siempre, desde que el mundo es mundo ha sido así. Otra cosa es que el hombre, dentro de su prepotencia, crea saber más de lo que sabe y vaya en contra de lo que siente porque en el momento su cuerpo le pide otra cosa. Aprendan a separar lo que viene desde lo más profundo del corazón y lo que sus cuerpos les piden por la inercia de la costumbre, porque el cuerpo está mal acostumbrado.

Pero se da por hecho y se les recuerda ligera o rápidamente, que ya se les han dado pautas para que ese cuerpo sea más ligero y no los aprisione. Tanto a través de la alimentación como de la respiración o de la oxigenación se les han ido dando pautas para que ese cuerpo mal acostumbrado a una serie de cuestiones no los aprisione, lo mantengan, porque es necesario para hacer o dar cumplimiento a lo que su espíritu necesita, pero mantener no quiere decir que tengan que estar esclavos de ese requerimiento de gusto.

Hablamos de necesidad del corazón, y eso se siente. ¿Cuántas veces los seres humanos no dicen: “se me ha hecho el corazón de piedra, no siento ni dolor ni amor”? Y es cierto, el cuerpo, con sus gustos, se ha hecho tan fuerte, tan pesado que ya no siente esa emoción del corazón. Por eso se les decía: sutilicen su cuerpo a través del alimento y la respiración, no le den todo lo que quiere, sean ustedes quienes manden de él y no él quien mande de ustedes.

Puestos en este instante, ya ese cuerpo debería estar a sus órdenes y de hecho, en cada instante a partir de ya, ocurra lo que ocurra, cuando observen su interior y su exterior, su familia y otras familias, su país y otros, cuando realmente observen lo que está ocurriendo verán cómo ni hay culpa, ni culpabilidad ni culpables, es lo que es, y ni ustedes son culpables ni nadie; está siendo lo que debe de ser.

Cuando sus corazones se entristezcan, lógicamente se darán cuenta de que todo sigue su curso y la mente puede preguntar: “si todo sigue su curso, ¿por qué mi corazón se queja?” Y este puede responder: “porque no me has dejado otra salida, porque has apostado por otras situaciones o cosas, y de golpe ves el sufrimiento pero no te has preparado para él, y de golpe ves la tristeza porque no te has hecho inmune a ella”.

El hombre se ha de inmunizar, ha de ver la tristeza pero no sentirse triste, puesto que se sabe que lo está dando todo, todo, y que forma parte de ese Todo para que resurja o nazca ese nuevo hombre, esa Nueva Humanidad. Y está llegando a su propio punto, no está ocupando ningún punto, ni poco ni mucho más de lo que le corresponde, y siente que está dejando espacio para todo: para la expresión, para el conocimiento, para la nueva luz, sin ser un estorbo, al contrario, siendo una ayuda. Se me está requiriendo como lumbrera para los que están ciegos, pero si no hago caso a ese requerimiento sintiéndolo en lo más profundo, por comodidad o cualquier otra cuestión que antepongo a este sentir, no me estoy preparando para ver la tristeza y no sumergirme en ella, para ver las catástrofes y permanecer en la Tierra, me iré con la tristeza y me iré con las catástrofes. A eso se les está preparando y a eso se les ha estado preparando durante tanto tiempo que conforman los grupos, para estar en el momento adecuado, que así lo eligieron, si continúan queriendo estar.

Y claro que vivirán dentro. Vivirán dentro de la catástrofe, dentro de las tristezas, pero sus cuerpos estarán templados y su espíritu alegre porque lo que viene, lo que nace es increíblemente hermoso, solo se está marchando lo que ya no corresponde, no mas, para dar lugar y paso a otros seres. Por eso se les decía: no necesariamente tienen que pasar por la muerte, claro que no. Pero lógicamente, el hombre debe de adecuarse para que no ocurra eso.

Y tantas otras veces que el hombre no va buscando a través de los medios de fuera, lógicamente de fuera, porque si lo viese desde el interior ya no lo buscaría, lo tendría. Pero mientras el hombre se haga las preguntas y busque fuera, puede andar buscando, como así lo viene haciendo, toda una vida. Y puede buscar conocimiento, puede buscar paz, puede buscar visiones, puede pedir, claro que puede pedir, pero también se puede estar pidiendo toda la vida y no recibirlo, porque no es momento de ello, ¿comprenden? No porque se les castigue o lo hagan bien o mal, no, porque buscan donde ya no hay, porque quieren desde fuera cuando ahora es desde dentro, cuando miran por ustedes mismos, cuando ya no es tiempo de mirar por uno mismo, es tiempo de la Totalidad. Y ahí ya no hay preguntas, por tanto ya no hay respuestas.

El hombre va haciendo paso a paso a través del palpitar de su corazón, y no tiene dudas de si lo hace bien o mal, porque ese bom, bom, bom, bom… le va dirigiendo con esa precisión que no existen para él las dudas.

No se va a entrar en detalles, para que vivan lo más armónicamente posible el futuro inmediato del planeta Tierra. Pero sí es conveniente que reflexionen porque, aun siendo seres a los cuales se les mima únicamente por su intención, si ustedes no laboran en ese corregir normas o pautas, no están exentos de pasar por lo que están viendo. Es más, cada país de los que han dividido el planeta, si el planeta lo han dividido en lugares, pues en cada lugar va a ocurrir lo que sus moradores están necesitando para marcharse o quedarse del planeta. Todos sin excepción.

En estos doce meses, en este triangulo, en esta magia, porque se necesita de ella para que resurja esa raza, van a ir comprobando que todos los lugares del planeta se van resintiendo. Unos mas y otros menos, al igual que el cuerpo físico, y solo va a ir en base a los seres que habiten en los lugares. De ahí que hace tiempo se les dice: formen pequeños lugares donde la energía se mueva en armonía, porque donde hay armonía no hay enfermedad ni catástrofes. En los lugares donde habitan seres que quieren y dan esa energía para lo que se demande de ella hay armonía, y donde hay armonía no hay enfermedad.

Y no importa el número de asistentes en los grupos, no importa. La intención cuando es firme mueve montañas. Ustedes se preguntan: “¿qué he de hacer para que mi vida recobre la armonía?, ¿qué he de hacer para encontrar un trabajo que vaya acorde con lo que yo necesito?, ¿qué he de hacer para que mi familia entienda?” ¿Se observa?, ¿reflexionan… que es una demanda totalmente exclusiva?, mi trabajo, mi familia, mi pareja, mi cuerpo…

Lo están viendo desde fuera. Cuando ustedes depositan la intención en un lugar -el que fuere, un lugar- y desde ahí emana energía para esa Fuente o la Totalidad, ya es un espacio sagrado, por la intención, por la voluntad, independientemente del número de personas que estén, en el hogar, fuera de él. Cuando el hombre se comporta así, lógicamente, empieza a armonizarse él y su entorno, y sin preocuparse por la familia, el trabajo, todo se pone en su lugar y todo se pone en armonía. Es como la búsqueda de buscar fuera, fuera, fuera. Hasta que no busquen dentro nada se pondrá en armonía y pueden pasarse toda la vida buscando y acudiendo a que les arreglen sus cuerpos y sus mentes.

Si no surge la necesidad desde lo interior, desde lo más profundo del corazón, déjenlo. Si sabemos que no existe la muerte, si sabemos que no existe ni el bien ni el mal, déjenlo, dejen lugar en el planeta. Pero teniendo la conciencia y la seguridad de que todo lo que viene se puede cambiar y armonizar desde dentro con esa intención y esa claridad de intenciones.

Cuando algo ocurra no se van a sentir mal y tampoco van a sentir que no están haciendo nada, al contrario, van a sentir que están en el lugar que corresponde haciendo lo que les corresponde con esa sensación de paz que es lo que da muestras de lo correcto. Y quien pueda ayudar físicamente ahí estará, y quien pueda ayudar física, emocional, mental y espiritualmente ahí estará. Cada cual que dé en base a lo que necesita dar, sin escatimar, sin reservas, sin reservarse nada, puesto que desde fuera todo se nos da y se nos dará.

Si el hombre, desde lo más profundo de su Ser sabe que está, nada del exterior le va a mover de esa armonía, nada. Y puede estar, y de hecho estará dentro de esas catástrofes, dentro de esa angustia, y las verá y hará –y observen y escuchen- humanamente lo posible y lo imposible, pero sobre todo su Ser, su Esencia estará en el lugar que le corresponde, ¿comprenden?

Como decíamos hace un instante, decida lo que cada cual decida, siempre que tengan su espacio se va a estar con cada uno de ustedes sean o no sean grupos. Y se va a hacer por todos los medios posibles e imposibles, al igual que ustedes, ayudar y sosegar ese corazón y esa mente. Como pueden entender, si se les está requiriendo toda esa energía ¿cómo no se les va a dar toda la energía que estos seres saben adecuadamente repartir?, por supuesto. Pero no tienen que ver limitación, no tienen que recurrir a un grupo de personas o un día en un encuentro.

Sus cuerpos ya han sido durante todo ese tiempo que han vivido, ya han sido poco a poco preparados para que puedan voluntariamente coger las riendas de su libre albedrio, las autenticas riendas. El que se quieran reunir para potenciar, estupendo. El que ustedes crean que son potenciadores, estupendo. Ahora, eso sí, no olviden crear desde lo más profundo, sin dudas, sin que sus mentes se hagan sus preguntas, crear un espacio sagrado, ¡sagrado!; quien necesite adecuarlo físicamente, también; quien sencillamente con ponerse en posición e interiorizarse, también. Lo que cada cual necesite, no se pongan barreras. Sí pónganse un lugar físico, porque ese lugar físico es el que va a ir creciendo, creciendo hasta el punto de tomar o recoger esa energía armónica para que se sostenga, aun en el aire se sostenga. Y en ese sostén, todos los seres que se armonicen adecuadamente.

Si les motiva estar en grupos, adelante. No esperen que siempre vaya a ser igual puesto que al igual que ustedes están siendo requeridos y no se sabe para qué, estos que les hablan también lo están.

Déjense sin normas. Dense la oportunidad de abrirse en la totalidad, de abrirse. No se dejen, por su bien, no se dejen ni un instante juzgando a cada quien por cualquier decisión que se tome, ni un instante siquiera, no se les pase por la mente ningún juicio ante nadie, sea la decisión que sea, sea que opten por enfermar, sea que opten por cualquier barbaridad que a ustedes les parezca, porque al fin no se trata de barbaridades, se trata de que cada cual tiene su momento, se trata de respeto con mayúsculas, de respeto. No dejen que sus vidas físicas, sus normas físicas y concretas les hagan dar una respuesta que ya no corresponde.

Ahí sí deben de ser firmes, con ustedes sí deben de ser firmes, ¡firmes!, no rígidos, ¡firmes!; firmes con lo que sientan, y si sienten que no procede esa forma de actuar cámbienla, no den ni una hora más a continuar igual; y sobre todo, y acabamos, para que cada uno de ustedes reflexione en base a lo que desea hacer durante estos doce meses.

Culminando el encuentro de hoy, dense la oportunidad de ver todos los acontecimientos y permanecer, permanecer.

Creen sus propios templos, bien sean físicos, bien internos. Den la oportunidad de que en estos se refugie todo aquel que busca. Estén abiertos a recogerlo todo, ¡todo!, sin emitir ningún juicio, ¡todo!

En la medida que se suelten y suelten, en esa medida es la que van a encontrar.

Desde el Punto de Luz en la mente de Dios que afluya Luz a las mentes de los hombres, que la Luz retorne a la Tierra.

Desde el Punto de Amor en el Corazón de Dios que afluya Amor a los corazones de los hombres, que Cristo retorne a la Tierra.

Desde el Centro donde la Voluntad de Dios es conocida, que el Propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres, el Propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el Centro que llamamos la Raza de los Hombres, que se realice el Plan de Amor y de Luz, y selle toda puerta del mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

Amén.

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