24 junio 2010

1ª Oracion del 20 de junio de 2010

Prestamos atención a la respiración y hacemos que esta esté tranquila, profunda, pausada. Espalda erguida, mentón ligeramente recogido hacia el pecho para que fluya la energía libremente. Mente tranquila dejando pasar todas las ideas sin quedarnos con ninguna.
Siendo conscientes de nuestra respiración pausada, la dejamos y centramos toda nuestra atención en el centro del pecho como si quisiéramos que la respiración saliera y entrara por el pecho, y ahí quedamos en silencio.
Comenzamos el día de hoy dando mayor relevancia al sonido y la luz. Podríamos decir que entramos en el tiempo del sonido y la luz.
A lo largo de los tiempos el hombre ha tenido constancia por diversas fuentes, religiosas, filosóficas y demás, de los tiempos que acontecen y acontecerán, pero siempre a través de una mente concreta y sobre todo una mente estructurada, estructurada de ideas repetitivas. Por tanto todo lo que ocurre, está ocurriendo y ocurrirá, o sea, el tiempo de sonido y de luz, nada tiene que ver con las previsiones que el hombre tiene, tuvo o tendrá. Nada, no se parece en nada puesto que no hay referencias en el planeta ni en los universos.
Siempre los científicos suelen decir que se repiten las etapas, se repiten los acontecimientos cada equis tiempo. No es cierto y realmente los estudiosos saben que no es así. Son similares, similares en cuanto a que su mente los contempla de la misma forma. Pero si damos por hecho que la mente no puede contemplar absolutamente nada porque todo es novedoso y no tiene referencias, cuando hablamos del sonido ustedes pueden pensar en el viento, en el trueno, ¿en qué otra cosa puede pensar el hombre si no conoce?
Por tanto, si decimos que lo que acontece y acontecerá no se parece en nada, lógicamente podemos estar escuchando el trueno o el viento y no poder llegar a ninguna conclusión o llegar a las conclusiones de hasta ahora. Truenos, tormentas, agua, pero a ese otro nivel en el cual el hombre ha entrado y está comenzando a ser consciente, en ese nivel de apertura espiritual, nivel de apertura o de luz del alma, ese estruendo, ese trueno quiere decir muchísimas más cosas que hoy, quizás, lo escuchen como palabras porque lógicamente todo lo que se les está explicando, todo lo que se les está intentando inculcar es para que comiencen a romper esos esquemas mentales y a dar otro sentido, pero como siempre se les viene diciendo, ustedes pueden escuchar el sentido de las palabras pero la transformación de las mismas ya es a través del hacer del hombre porque si solo se quedan en palabras estas quedan vacías, por tanto no hay una experiencia, a uno no se le cambia absolutamente nada y continua con sus mismos esquemas escuchando el trueno o escuchando el viento.
Cuando se usan las palabras, el verbo, que es lo único que tenemos para poder comunicarnos, el hombre tiene el deber de elevar esa palabra y darle forma para que lo que escucha realmente se implante en el interior de cada cual como una experiencia, y ahí, al vivir esa experiencia internamente, es cuando el hombre actual tiene acceso a ese haz de luz o a esa nueva conciencia. Pero si no, quedan palabras y de palabras el hombre no puede hacer el cambio.
Por eso se les dice y se les ha dicho durante mucho tiempo que está en el interior de cada cual el querer atravesar a esa luz en base a la necesidad que cada cual tenga de llegar a ese estado. El hecho ocurre y ocurre para todos, ni buenos ni malos, ya que no existe, ocurre para todos. El único requisito es que el hombre escuche, observe, asimile y haga.
El cambio es para todos, para toda la humanidad, para todo el planeta, y todos lo han de vivir, todos sin excepción, pero el tránsito de la vivencia es lo que el hombre en sus conceptos antiguos o caducos vive como malo o bueno, vive como enfermedad y salud, vive como bien o mal ese cambio. Y la mayoría lo está experimentando como malo, como enfermedad, la mayoría esta sucumbiendo bajo esos conceptos antiguos y caducos cuando realmente es muy poco el esfuerzo que ha de hacer para ver lo mismo que está ocurriendo, porque el hecho es el mismo, pero ya lo ve dentro de otra dimensión de luz y le ve el sentido autentico de liberación, con lo cual su cuerpo no es dañado, no aparece la enfermedad y hace el cambio que corresponde.
Sentimos muchísimo, muchísimo, que el ser humano esté cayendo dentro de ese dolor, cayendo dentro de esa falta de ilusión en la cual está. El proceso han elegido ustedes vivirlo así, sus actos han provocado que el cambio sea como está ocurriendo. Podría haber sido más armónico, desde luego, y podrá ser más armónico si así cada cual pone su grano de arena. Y realmente cada cual en su vida, en su medio, en su interior lo vivirá y lo está viviendo de forma distinta, pero en general todos están cayendo en la melancolía, en la tristeza y en el dolor.
De ahí que muchas veces se les ha dicho que los seres que atisban esa luz, que sienten en su interior esa fuerza deben de acoger a los que están quedando en el camino, por lo menos para que no sufran, no deben sufrir, el hombre no debe sufrir. El mismo cambio, el mismo proceso, los mismos acontecimientos no tienen por qué vivirlos con dolor cuando comprenden, cuando entienden el sentido de la vida.
La vida está comenzando para el hombre, es el parto espiritual del alma. Cuando éste no se ve únicamente como cuerpo físico y eleva ese estado de conciencia, esa mente a decirse, a verse como algo más que un trozo de carne y huesos, ve el sentido de la vida, ve el sentido de lo que le está ocurriendo a él y a los demás y automáticamente comienza a hacer ligeros, pequeños o grandes cambios en su vida, formas de pensar distintas, formas de sentir distintas, y comienza de nuevo la ilusión por ver ese nuevo amanecer, por ver esa luz.
El hombre cree que con pedir esta todo resuelto. Cree que cuando pide al ser humano, cuando pide al Cielo, cuando pide, en general, ya está todo resuelto. Pero en su interior sabe al igual que sabe cuando él no se ha portado debidamente, cuando sabe que no ha dado la respuesta adecuada y sabe que podría haberlo hecho muchísimo mejor, internamente el hombre sabe cuándo puede hacerlo mejor e internamente sabe que pidiendo, por más que diga que él cree en un Dios, que él cree en la Divinidad o que cree en la Creación, internamente sabe que no está haciendo lo correcto, no hay un buen intercambio en la conexión de Dios y el hombre y él así lo siente cuando se para en infinidad de momentos y se pregunta por qué hay algo en su interior que le dice: por esto, por esto y por esto.
Pero el saber no quita que el hombre tenga que hacer ese cambio o ese pequeño o gran esfuerzo en cambiar, prefiere decirse automáticamente: ha sido mi imaginación. Para todo cree en su imaginación pero cuando le interesa lo amaña de tal forma que no da cauce, no da curso a esa imaginación, y cuando no le interesa lo deja ahí como que no va con él. En resumidas cuentas, el hombre siempre tiene motivos para amañarse y estancarse por no dar un paso novedoso, un paso distinto, por no hacer un giro en su forma de sentir, de pensar. Hay que hacer un pequeño esfuerzo.
En la medida que el hombre tenga la necesidad de entablar esa comunión con el Creador no tendrá otra solución que dar ese primer paso, revisarse sus formas de hacer y corregirlas, revisarse sus formas de pensar y corregirlas, si no nunca va a llegar a tener una conexión con la Creación, siempre se va a sentir aislado, puede llenar de tiempos de diversión, de regocijo su vida, pero siempre se sentirá aislado de esa fuente de Divinidad.
Ese es el esfuerzo que el hombre debe hacer, no creer en lo que ve a ciegas. Él se observa y ve su cuerpo, se observa y ve sus necesidades, se observa y ve sus inquietudes, pero son físicas, no profundiza, no quiere conectar con la parte de divinidad que hay en él, eso lleva una responsabilidad y éste, mal o bien, se acomoda con lo que tiene.
Todo lo que se les explica, todo hacia donde estos seres que apoyan al planeta intentan inducirles es para que observen ese peldaño de luz que hay frente ustedes y decidan si suben o no, es para abrirles esas puertas para dejarles entrar, pero el peldaño lo ha de subir el hombre.
Tomando en cuenta que no existe el bien ni el mal, que no existe el acierto ni la equivocación, tomando en cuenta que el hombre está en plena libertad de elección, tomando todo eso en cuenta podríamos decir: que el hombre haga lo que quiera, todo estará bien, todo estará bien. Pero lógicamente todo estará bien para el ser humano pero todo lo que el hombre hace, entiendan bien, todo lo que el hombre hace tiene unas consecuencias, unas consecuencias para sí, para el planeta, para el universo.
Y ahí es donde entran los servidores de luz. Que el hombre decida llegara donde tenga que llegar de una forma u otra es su elección, pero cuando entra ya que su conducta modifique otros mundos eso ya no es elección del hombre, y ahí es donde están manteniendo y donde está en ese filo fino hoy la humanidad. Por eso se les explica de qué modo pueden elevar esa vibración y hacer que todo, incluido el ser humano, haga su proceso dentro de una armonía sin dañarse y sin dañar lo que existe, vea o no vea la existencia el hombre.
Existe más de lo que sus ojos ven, cualquier actitud del hombre va más allá de lo que él cree, cualquier decisión por pequeña que sea no solo le mueve a él sino que mueve todo lo que existe. Por tanto, ahí es donde están todos los seres de luz pendientes de esas decisiones o actuaciones del hombre para que no dañen todo el sistema o todo ese gran juego del universo que ya esta predicho y que ya ha entrado en su tiempo.
Que el hombre quiera hacer ese proceso de una u otra forma no importa. Si ustedes quieren relajarse porque sus cuerpos no les acompañan, porque su mente no tiene la fuerza o las ganas de hacer ese esfuerzo está bien, lo harán de otra forma, pero está bien. Ahora bien, todos los actos que hacen hoy quedan reflejados a nivel vibracional, energético, en la Tierra, y esto estos seres lo remodelan para que no haga daño al sistema de mundos y esa remodelación se invierte de nuevo en una energía armónica y positiva para el planeta Tierra y los demás planetas existentes de mas formas de vida.
Pero cuando entra esa masa crítica donde la fuerza se incorpora a tal velocidad que es lo que está ocurriendo en el planeta Tierra, y no da tiempo a estos seres de mantener y transformar toda la energía basura que el hombre esta depositando con sus formas de pensar y hacer, precipita la Tierra, precipita el ser humano y precipita todo lo que existe. Y eso no puede ocurrir, eso no es armonía, por tanto eso no existe en el universo y queda aquí reducido siendo los hombres, siendo el ser humano a través de sus cuerpos enfermos quienes están haciendo ese cambio; o sea, dicho de otra forma para que lo entiendan mejor, todas las formas de pensar negativas que hoy está teniendo el ser humano por no querer aceptar el cambio que es visible se están traduciendo en una enfermedad que respira el hombre, o sea, esta dañándose a sí mismo y a los demás. Esa forma de pensar está dañando su cuerpo y el de los seres que habitan el planeta Tierra.
No se está dejando salir nada. De ahí, lo crean o no, las tormentas, de ahí el sistema solar, de ahí las enfermedades que se avecinan para estos dos meses de julio y agosto tal como ustedes cuentan el tiempo, enfermedades fuertes, nuevas, porque la energía que el pensamiento genera no está saliendo fuera de este espacio de la Tierra, no podemos dejar salir esta energía para no enfermar otros mundos, otras formas de vida, y está de nuevo revirtiendo en los seres humanos. Están ustedes mismos provocándose las enfermedades.
Forma de salir, forma de evitar que esa masa crítica absorba todas las formas de vida del planeta: elevar la vibración. ¿Cómo elevar la vibración?: cambiando la forma de pensamiento. ¿Cómo cambiar la forma de pensamiento?: visualizando la armonía, rodeándose de armonía; los ojos captan la belleza, la mente eleva su pensamiento, su pensamiento eleva la vibración. Por tanto esa parte divina que tiene el hombre no deja entrar aunque estuviese respirando la enfermedad las 24 horas del día, no deja que su cuerpo enferme, esta vibrando ya dentro del planeta en otra dimensión. Eso es así, pueden creerlo o no, pueden experimentarlo, eso sí, pueden experimentarlo.
Pero para ello tienen que atreverse a observar con sus ojos la armonía. Si no la hubiese -de ahí que se les decía tantas veces “salgan a la naturaleza”- deben de crearla, ver la belleza, impregnarse de la belleza; hará que sus pensamientos cambien, por tanto su mente cambiará, su vibración se elevará y su cuerpo sanará.
No pueden quedarse, no deben quedarse en esa pasividad de ver las cosas ocurrir y solamente ver lo negativo de lo que ocurre. Si estuviesen viendo esa belleza observarían que lo que está ocurriendo tiene un lado muy positivo, muy hermoso, y ya seria ese granito de arena para que esa masa crítica de humanidad diera otra respuesta.
¿Pero el hombre, cómo lo vive?: se les da todos los medios. Se les quita el trabajo, lo ven como desgracia. Se les da un cuerpo enfermo, lo ven como desgracia. Les cuesta realmente vivir la vida, la escasez, lo ven como desgracia. Cuando es una gran oportunidad para que el hombre suelte amarras, para que a través de ese cuerpo doliente llegue a su punto más álgido y vea que debe parar, observar y automáticamente ver la grandeza de la vida, sentirse conectado con Dios aunque esté muriendo su cuerpo. Ya deja de vivirlo como desgracia y automáticamente llega la sanación. Es poner al hombre en el punto más álgido para que mute, y este lo está viviendo como una gran desgracia.
Se les da otra visión para que aquellos que quieran puedan tener acceso a esa luz sin pasar por la muerte.
En la medida de lo posible, durante este tiempo de verano deben de sentir que sus corazones están más aquietados. De ahí pueden –como les decíamos- salir al aire libre, sentir cómo el corazón se aquieta, se alegra, deben de inducir voluntariamente a una respiración mucho más lenta de lo habitual aunque en principio les cueste un trabajo. En la medida que la respiración vaya aquietándose siendo conscientes de ella, observaran que es todo como más pausado, más lento, no más costoso sino más lento, pero el hacer, el trabajo se ejecuta igual o mejor. Pero sí los movimientos deben observarlos más lentos y al principio pueden hacerlos voluntariamente hasta que salgan solos. Todo más lento, el caminar más lento, el pensamiento más lento, la respiración más lenta. No emprendan grandes trabajos, no tengan varias ideas a la vez, tengan una idea, macérenla y pausadamente llévenla a cabo. Pero todo siendo muy conscientes de la lentitud, sobre todo en estos meses de verano. Cualquier idea, cualquier acontecimiento, cuando les venga a la mente relájenlo y conscientemente hagan que les cueste más tiempo de desarrollar, no tengan prisa para nada.
La energía que están respirando hace que su corazón se apresure, por tanto tienen que poner la voluntad para que este se sosiegue físicamente haciendo que los acontecimientos sean más lentos; no perderán tanta energía, elevaran la que tienen.
Son pequeñas medidas que se les dan para que su cuerpo, sobre todo el corazón, observe los acontecimientos sin que este se dañe, que viva todo lo que ocurre como si no fuese con él siendo consciente de que es parte de todo.
Ven una acontecimiento que el corazón les salta: usen la mente para aquietarlo, no pasa nada, esta todo dentro de lo previsto. Mi sentir es altruista, mi hacer es incondicional para el Cielo y para el hombre, nada tengo que temer. Así se sosiega el corazón y éste continua latiendo sin dañar ningún órgano.
Y sobre todo, a lo largo del día de hoy haremos hincapié en que el hombre, a través de sus pensamientos y su actitud no solo puede poner su cuerpo en armonía, sino que debe, por deber al hombre, ayudar a que éste salga de donde se está metiendo, ayudarle a ver otras posibilidades en su vida.
Amén.

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