28 enero 2010

En busca del Creador

Mantengan la mente relajada, el cuerpo sereno y alerta.
No cambien las palabras que escuchen, sientan la entonación, el momento, la resonancia en su interior, pero permanezcan serenos.
Desde tiempo se les vas mostrando qué hacer, cómo comportarse para encontrar lo que cada cual busca en su interior, y se les dan pautas para que así lleguen a alcanzarlo. Pero cuando el hombre pide, lo espera ya y lo quiere ya, y todo lo que existe tiene un proceso.
El hombre, después de su andadura por el planeta ha ido dejando atrás lo más puro de él y ha ido, sin darse cuenta, quedándose con lo mas cómodo, con lo más rápido, apagando así una sed momentánea. Y así hasta nuestros tiempos. Pero dentro de todo ese proceso, civilización tras civilización ha ido ganando de alguna forma ese billete de vuelta porque, en definitiva, el hombre, desde que existe, trae en lo más profundo de él ese recuerdo de El Creador, en lo más profundo desde que comenzó su andadura por la Tierra tiene ese recuerdo de dónde procede.
Pero, ¿qué ha ocurrido?: que el hombre ha intentado encontrarlo en la Tierra, ha intentado encontrarlo en su día a día, y lo ha buscado por miles de sitios desde las religiones, filosofías, formas de vida… Lo que muestra es que el hombre tiene recuerdos de una armonía vivida.
Y en ese proceso, durante todo ese proceso y esas andaduras, resulta que el planeta Tierra ya ha tomado su investidura de divinidad, por tanto el hombre que habita en el planeta tiene el deber de hacerlo si quiere continuar dentro de este sistema, este sistema de mundos.
Para poder el hombre permanecer en este planeta, como así lo ha hecho la Tierra, debe encontrar en su interior a Dios, al Creador, a la Divinidad, denle el nombre que mejor se ajuste a cada uno de ustedes, pero en definitiva tienen que retornar a la esencia de Dios. Y ese camino de retorno que tiene que hacer, que ya ha comenzado en su andadura, tiene que hacerlo sintiendo en su interior la voz. Por eso venimos encuentro tras encuentro recomendándoles que expresen en voz alta para sentir su voz, para romper todos los inconvenientes, taras, obstáculos que se han puesto a sí mismos para no escuchar ni a estos servidores ni al Gran Servidor.
Y lo buscan, lo buscan con palabras, se aclaman a Él a través del rezo o la oración, a través de la meditación, a través de las reflexiones, pero con palabras vacías. Recuerden que el verbo es creador cuando se utiliza el Verbo y no la palabrería.
Ustedes, tanto interna como externamente, usan palabras para ir al encuentro de Él, que en definitiva, no serán ustedes quien Le encuentren, será Él el que se acerque, pero ustedes tienen que poner todos los medios desde lo más profundo para querer ir hacia El, para querer que les encuentren. Y así como muchas veces decimos “es una de las formas, pero hay más”, en esta ocasión no hay ninguna otra forma, no hay ningún otro modo de llegar hasta Él. En definitiva, no hay ninguna otra forma de permanecer en este planeta ni en ningún otro lugar del universo si no es a través de sentirlo, de escucharlo, de entablar esa comunión o dialogo interno con Dios.
Y podemos llamarle de muchas formas, de la que mejor se nos acople. Podemos creernos religiosos o no, ateos o no, no importa la forma externa que le demos. El resultado es que el hombre es Su creación, y en este momento de la historia la Tierra retorna al Creador, a su Creador, por tanto el hombre retorna, hace el camino inverso, ya ha cumplido todo lo que tenía que cumplir y ahora se debe a otras cuestiones.
Al comienzo les hemos dicho: no cambien ninguna palabra. Continuamos recordando.
Para que el hombre continúe estando con su cuerpo en este planeta tiene que adoptar otro cambio de conciencia. El cambio de conciencia no es físico, el cambio de conciencia se lo da su Creador. Y todo este tiempo vamos preparando a cada uno de los seres humanos para que sientan a ese Creador dándole -se repite- el nombre que cada cual necesite, y les vamos dirigiendo de la mejor forma para sentirlo.
Pero el hombre aun quiere cogerse, aun quiere aferrarse a lo que conoce y lo que conoce el ser humano, como ustedes pueden ver, no es a Dios, no es al Creador. Conoce las creaciones de los propios hombres y estas creaciones las ha hecho propias, propias y necesarias.
Pero como dijimos la ultima vez, todo a lo que el hombre se ha ido agarrando, todo lo que el hombre puede decir hoy “esta es mi vida”, todo, todo salvo la forma física en algunos de los casos, todo se le va a ir abajo, no lo va a sostener, no puede sostener la forma, o sea, el cuerpo físico, no lo puede sostener la misma forma de vida que han llevado hasta el momento.
Todo cambia, y es literal, todas sus vidas van a cambiar comenzando por la vida personal, íntima, llámenla como quieran, trabajo, amigos, formas… Pero claro, tantas veces el ser humano ha escuchado semejantes palabras… Semejantes palabras y nada en sus vidas ha cambiado aparentemente, que una vez más, una vez más el hombre escucha pero no asimila.
Pero poco a poco, poco a poco, cada cosa tiene su momento, irán relacionando lo escuchado con esa forma distinta del devenir y eso distinto que ha de venir lo pueden buscar a través de la fusión o unión con Dios, no hay otro modo, no se metan ahora en religiones, ni tan siquiera en filosofías, adéntrense en lo más intimo de cada cual, en definitiva es ahí donde El les puede encontrar.
Pero, como decíamos al inicio, no tengan ninguna prisa, no quieran hacerlo ya. Pero sí deben de comenzar a cambiar esa actitud indolente, autoindulgente, cómoda hasta llegar hasta el hastío; deben de tener como primera o primerísima necesidad el encontrar a nuestro Creador en su interior, y después continúen con sus vidas. Para ello cada cual puede hacerlo a su forma, por supuesto, pero que sea lo primero, lo primero que ustedes piensen, lo primero que ustedes hagan, den prioridad a ese reencuentro con El.
Una, y otra, y otra, cada cual necesitara su tiempo puesto que cada cual está en momentos distintos. Cada cual necesitara su tiempo, pero no por ello deben de dejar de hacerlo, no de pensarlo, no estamos diciendo que tienen que pensar en Dios, tienen que encontrar a Dios.
No lo piensen, no se detengan en cómo. Tienen que entrar en silencio en el primer instante de su consciencia diaria, entrar en esa intima comunión con nuestro interior, o sea, a través del dialogo, a través del verbo. Si es necesario exprésenlo en voz alta para que vayan familiarizándose con su voz y con la voz de Él.
Si no tienen prisa, si parten de la base de que todo tiene su proceso, encontraran que en un momento determinado cambia hasta la forma de querer encontrarle, cambia el dialogo, cambia el tono, pero cada vez mas es más fuerte la necesidad de interiorizarse para hablar con Él.
En principio el hombre piensa que habla consigo mismo y puede pasar un tiempo que así lo crea. Cuando se atreve por fin a expresar en voz alta ese dialogo con Dios, se sorprende de las tonterías que puede llegar a decir, se sorprende de su propio tono de voz, se sorprende de tantas cosas que no conocía… Pero de lo que más se sorprende es de la gran necesidad que siente en su interior de coger un tiempo para hablar con Él.
Cuando así ocurre, cada cual llega en su momento, pero cuando le escucha ahí ya se rompen todas las barreras, y en este tiempo, para poder llegar a ese punto necesario en el cual está sumergido el hombre es necesario pasar por ese proceso. Recuerden que el hombre es un ser de divinidad en potencia, que muchas y muchas veces han escuchado que todo está en su interior, que solo hoy es el recuerdo lo que tienen que retomar. Pero en todo ese proceso en el cual han estado millones de años, cada cual tiene su apertura porque cada cual ha ido haciendo encarnación tras encarnación, por tanto cada cual lleva su tiempo, su proceso y su despertar.
Pero todo lo que han escuchado durante tanto y tanto tiempo ya no tiene espera, es ya. Tantas veces lo han oído… ¡Es ya! ¿Ya, qué quiere decir?: cuando ustedes así lo decidan, lo cual tiene un peligro para el hombre: el hombre escucha y quiere hacer eso que está escuchando, eso que le agrada, pero cree que lo va a hacer pensando, y ya se les dice que no es tiempo de pensar, estamos ya en el proceso de actuar. Lo que bien es cierto, y ahí es donde radica el peligro, es que el hombre quiere hacerlo con este cuerpo, y con este cuerpo –se les repite- es comenzar a actuar desde el instante pasado, ya ni tan siquiera el presente, el pasado, es ya, inmediato, porque ocurre que como el proceso ha de venir, el hombre tiene que aceptarlo quiera o no quiera. Si el hombre no comienza a actuar, escuchen sin asustarse, el hombre dejara el cuerpo.
Si estamos en el tiempo de retornar hacia la parte de divinidad, si estamos de retroceso a nuestro hogar, que es el del Creador, lógicamente no podemos retornar con esta forma de pensar, de sentir ni de hacer porque, entre otras, no es armónica. La armonía la está retomando el hombre poco a poco mientras va acercándose a esa parte de divinidad que hay en él, por tanto, mientras ese proceso se dé y el hombre esté haciéndolo, su cuerpo le seguirá. Pero si cree que lo escuchado o lo leído forma parte de algo mas que tiene que almacenar como conocimiento, su cuerpo enfermara y se marchara, literalmente.
Es ese momento de decidir qué quiere hacer cada cual, cómo quiere continuar, ¿quiere continuar con esta forma, con este cuerpo? Si quiere continuar con el tiene que ir en busca de su propio Dios, tiene que fusionarse con esa Perfección. Si no quiere hacerlo con este cuerpo, es más, si no puede hacerlo con este cuerpo lo dejará para así continuar.
Quizás, quizás a muchos de los seres humanos les va a resultar más fácil dejar el cuerpo para fusionarse con la Divinidad, eso casi seguro. Pero la opción del hombre, la opción que hoy está teniendo el hombre que en otros momentos no ha tenido, es la de poder llegar a esa fusión con este cuerpo. Por tanto, de ahí que decimos que es ya, porque imagínense personas en una edad adulta de 50, 60, 70, 80, y que escuchen que es ya con el cuerpo que tienen, un cuerpo doliente quizás, sano, también, y que sea posible esa fusión con el Creador; realmente el hombre tiene que romper ahí todos los moldes estructurados en base a todo lo que él creía o pensaba, y dejarse ese espacio para entrar en comunión con esa Perfección que será la que vaya adecuando ese cuerpo doliente, esa forma de vida, esa actitud, para realmente poder continuar sirviendo a esta humanidad.
A partir de ya, todo aquello que no sirva para esta humanidad, para esta nueva humanidad, a través de catástrofes, a través de enfermedades, a través de todo lo que ya conocen irán cambiando de plano, pero continuaran sirviendo. Es lo que queremos que escuchen: el hombre, quiera o no, tienen que servir, por lo único quizás que pueden sentirse como seres privilegiados es porque se les da la opción de servir conscientes de que están sirviendo, y otros sirven siendo inconscientes, sintiéndose desgraciados, hasta incluso prefiriendo la muerte, pero sirven. Todo en el universo, todo lo creado sirve para llegar a la armonía, a la esencia, a esa esencia perfecta.
Y lo que se les trata de inculcar hasta lo más profundo, bien vayan aisladamente, bien vayan en grupos, es que tienen la posibilidad de llegar a esa perfección conscientes de lo que está ocurriendo. Pero esa conciencia no la van a encontrar en los escritos ni en las lecturas, en las religiones ni filosofías, la van a encontrar en su interior aclamándose al Creador.
Pero escuchen bien, aclamándose no quiere decir mendigando. Tienen que romper los viejos conceptos de rezar con la retahíla como si no fuesen hijos del Creador. No son mendigos, son hijos formados a la imagen y semejanza de perfección del Creador, por tanto tienen que ir de tu a Tu con todo el respeto y el amor que se le debe a un Padre –con mayúsculas-, a un Creador, pero de tu a Tu, con fuerza y resolución. Deben de sentir esa necesidad de servicio y esa claridad que solo se la puede dar El que Sabe.
Pero Se le tiene que ir cara a cara, día a día, instante a instante, no a través del rezo ni de la palabrería, sino a través del Verbo Creador: “quiero esto, necesito esto por esto y por esto, deseo esto por esto y por esto”; den sus motivos, den sus razones: “quiero servir por esto, quiero ser consciente por esto otro, tengo hasta aquí de claridad, si no es suficiente Te pido mas”.
Pero no mendiguen. Millones de años ha estado el hombre mendigando porque así se lo ha enseñado el propio hombre. El hombre es digno de alzar bien alta la cabeza y la voz, y hablar con su Creador con todo el amor del mundo expresándole sus necesidades más profundas, esa es la oración con Dios.
Conforme se vayan adentrando en esa nueva forma de dirigirse al Creador, irán observando cambios profundos en su interior, irán comprobando -porque así lo comprobaran- que lo que tienen en su entorno ha dejado de servirles, tendrán que cambiar -como así expresamos unos encuentros atrás- su forma de hacer y de reunirse, porque irán comprendiendo y aceptando sin que nadie les diga, que lo que han estructurado ha servido hasta el momento, pero a partir de ahí ya no sirve.
Como también se les dijo, a cada ser se le va adecuando la forma y el momento con mas armonía posible para que cambien sus vidas y sus formas. Como grupos también se observa cual es, en estos momentos, la mejor forma para que puedan sacar lo mejor de sí. Pero ustedes tienen que ir sintiendo, a la vez, que la estructura que han formado, tanto familiar como grupo espiritual, ha dejado de servirles; obsérvenlo, siéntanlo y hagan los cambios oportunos.
Cuando ustedes se adentren en su interior irán recogiendo nuevas formas para una estructura familiar, cuando ustedes se adentren en ese interior observaran que todo aquel que quiera realmente formar parte de esa conciencia de servicio grupal ira observando qué movimientos se han de hacer y le resultará mucho más fácil comprender; cuando se les dirige de otro modo hacia otras formas comprenderán y asimilaran más rápidamente.
Pero hagan el esfuerzo, dentro de que es tiempo de ese esfuerzo, es tiempo de dejar atrás esa comodidad, de no pensar, no lo van a encontrar a través del pensamiento, lo van a encontrar a través de esa interiorización y esa búsqueda interna, y ahí se les ayudara a través de sus encuentros.
Pero tienen que hacer ustedes el esfuerzo de ver de qué forma pueden servir mejor, más eficiente, más eficaz, más pronta, porque el tiempo es ya, a la humanidad.
Así sea.

23 enero 2010

La palabra intencionada

Les recordamos que a estas alturas, en el hombre, ya todo está en su interior. Por eso solo les recordamos, y con todo el amor del que disponen estos seres les encauzan para ese recuerdo.
Todo lo que escuchen y escucharan tiene que resonarles en el interior, puesto que ya todo lo saben. Pero dentro de esa resonancia irán comenzando a despertar dentro de ese recuerdo, a cómo actuar en base a la necesidad vibracional del planeta, o lo que es lo mismo, cómo comportarse en la vida cotidiana.
Partiendo como siempre desde lo que hay, desde lo que somos, desde lo que tenemos comprendido y lo que tenemos que recordar, partiendo de esa base es desde donde comienzan todos los malos entendidos, porque partimos –recordamos- de la comprensión de cada cual; unos han llegado a sentir hasta cierta parte del Plan de la Totalidad, otros están por arriba, otros por bajo…
Por tanto, dentro de esa insistencia en que el hombre tiene que recordar, lógicamente se les dirige en base a los conceptos que ustedes manejan, entre otras cosas el verbo, la palabra, pero ¿qué es lo que ocurre?: que este verbo, esta palabra, cada uno de ustedes la entiende de forma distinta en base a lo trabajado de cada uno. De ahí los malos entendidos que surgen con el verbo y de ahí ese verbo no intencionado que usa el hombre.
Y decimos un verbo no intencionado porque volvemos otra vez a insistir, si tenemos que inducirles o dirigirles hacia ese recuerdo de que son seres totalmente de luz y que todo está en su interior, y tenemos para ello que usar la palabra y cada uno de ustedes la entiende a su forma y su modo, ¿cómo poder llegar a todos? De ahí que llamamos el verbo intencionado, y de ahí que vamos a enseñar o a hacerles que recuerden cómo deben de usar la palabra para que no hayan malos entendidos o, lo que es lo mismo, para usar el verbo creador.
Como al tiempo de hoy nada sirve para pasar a este siguiente estadío, pero tenemos que valernos de lo que tenemos, o sea, tenemos que hacer que sirva, que nos sirva, que nos continúe sirviendo, tenemos que conseguir que la palabra, que es el único medio que tenemos de relacionarnos entre sí, o uno importantísimo que tenemos para relacionarnos, recobre la fuerza que en sí tiene el verbo.
En esta nueva dimensión, mientras estemos en este cuerpo concreto -no en este planeta, en este cuerpo concreto-, mientras tengamos cuerpo necesitamos del verbo para poder continuar estando dentro del planeta. Recuerden que el verbo es creador, crea y nos está creando el espacio adecuado para continuar dentro de este planeta con nuestros cuerpos. Pero para ello la dimensión tiene que cambiar, que es a lo que estamos dispuestos a apoyarles y ayudarles. Aparentemente nada les va a cambiar, físicamente, aparentemente, pero internamente todos ustedes comprobarán, no van a comprobar, estarán comprobando, que en su interior están habiendo grandes y decisivos cambios.
Para que esto sea cada vez más sentido, para que remueva todas estas sensaciones del cuerpo físico, mente, emociones, sentimientos, todas y cada una de las sensaciones, tenemos que continuar haciendo que nos sirva, y bien, el verbo. Para ello tenemos que cambiarlo.
En el encuentro anterior les aconsejábamos que no utilizaran la palabra amor hasta que no sintieran el auténtico amor al cual nos referíamos, pero estábamos usando el verbo, ¿cómo sino poder llegar hasta ustedes?, ¿cómo sino ustedes pueden llegar hasta otros seres humanos? Pero dándole toda la importancia y trascendencia que tiene. Pues bien, aconsejábamos que al referirnos a esa palabra “amor”, como aun ustedes no la sienten, al referirnos a ella lo haríamos como el Creador o la Creación, que es en definitiva amor. Con la palabra ocurre lo mismo.
En definitiva, si el hombre es un ser de luz, en principio aprisionado en un cuerpo concreto y pesado, y es tiempo de florecer, tiempo de iluminar, tendremos que aprovechar lo que tenemos para poder quitarnos toda esta espesura y sentirnos físicamente más ligeros, más sutiles. Por tanto, la densidad de la palabra que usamos hasta el momento tiene que sutilizarse, vocalizase dándole la intención -de ahí que volvemos de nuevo a trabajar con la intención- en todas las expresiones.
Cuando comunicamos, cuando nos comunicamos, hasta hoy nos entendemos cuando no son cosas importantes, cuando son cosas intrascendentes, cuando son palabras dichas sin ninguna intención, ni para bien ni para mal. Podríamos decir en el vocabulario del hombre que cuando se expresan a través de la broma todo el mundo lo entiende, pero cuando la palabra ya tiene que cobrar una importancia, ahí el hombre se pierde porque cada ser humano quiere ser más importante o quiere que se le reconozca mas, cree tener más conocimiento y quiere destacar de cualquier forma por encima de los demás. Entonces la palabra no se entiende, no se quiere entender, se malentiende porque no se escucha. Cuando entre sí hay una reunión y algo se quiere expresar, todos quieren tener la razón y cada cual, como la palabra es tan versátil, la expone pero lo hace queriendo subir por encima de los demás.
Y es natural, es natural porque el hombre, sin él saberlo, quiere llevar a esa palabra, a ese verbo, a su máxima expresión, pero como lo hace desde su ego, desde su don de importancia, y lo único que consigue o ha conseguido hasta estos momentos de la historia es vocear, subir el tono de las palabras perdiendo realmente la compostura de luz del hombre, no se comporta como ser de luz y ha vulgarizado esa necesidad de expresar o de exponer su forma de ver cualquier cuestión. Eso es lo que el hombre tiene que cambiar desde ya en estos momentos, pero a partir de lo que tiene, de la palabra.
¿Cómo sublimar la palabra?: intencionadamente. Yo voy a expresarme, pero antes de expresarme tengo la intención de saber qué quiero conseguir con esa palabra, qué quiero conseguir, cual es mi intención, cual es la intención del ser humano. Primera pregunta o auto pregunta que se tiene que hacer el hombre: ¿cuál es mi intención?, ¿qué fuerza le voy a dar yo al verbo?, ¿con qué intención?. ¿Como hasta ahora, hablar por hablar, hablar únicamente por crear espacios sonoros con un sonido que no se va a poner de acuerdo, hablar por hablar para rellenar el tiempo?
Hasta hoy, comprendan bien, hasta hoy el hombre está donde está –entre otras cuestiones- por no dar la importancia y la trascendencia que tiene a la palabra. Desde hace muchísimo el hombre deterioró el significado de esta y no lo ha recuperado, pero en este momento, si cada cual quiere entrar a formar parte de esa nueva humanidad tiene que hacerlo a través de la palabra, su vibración –recuerden- .
Cuando el verbo es escuchado o vocalizado crea una vibración en el interior del hombre, la cual, si está usando como corresponde ese verbo creador, automáticamente en su interior comienza a haber una resonancia que rompe con todas las negatividades internas u obstáculos que uno tenga para llegar a sentir realmente quien es en realidad.
Cuando esa resonancia penetra en su interior y comienza a haber ese eco, automáticamente entra ese recuerdo, esa intuición, esa nueva forma de dirigirse, de actuar, de escuchar, de ver, de relacionarse, porque aun teniendo ese velo por encima ya comienza a sentir que las cosas son de forma distinta, y lo ha hecho únicamente la resonancia de las palabras, el verbo, cuando es el verbo creador. Mientras tanto son palabras, pero si no van seguidas de esa intención solo quedan en palabras, y las palabras hasta hoy han llevado a la humanidad a lo que es. Y hoy lo que es esta humanidad ya no sirve, por eso se les dan las mismas, ¿observan?, se parte de lo que hay y lo que hay, si se le retoma la importancia siempre ha servido y siempre servirá, pero retomando ese verbo creador y dejando la palabra para este tiempo pasado.
Para que yo me exprese con el verbo creador y este resuene en mi tengo que intencionar las palabras, por tanto no me voy a relacionar con otro ser humano si antes de hablar yo no tengo la intención clara de qué quiero hacer vivir en mí y en el otro, en mí y en el otro lo que realmente quiero expresar. ¡Quiero!, porque así lo creo, porque así lo siento, observo mi vocabulario, observo mi forma de expresarme y observo mi intención y, ¿cuál es mi intención?, debemos preguntarnos; de hacer sentir una verdad que yo creo; voy a hacérsela vivir, voy a hacerle vivir una alegría, voy a hacerle compartir algo increíble que me ha ocurrido, y con esa intención de hacer partícipe a ese ser voy a expresarme. Ya estoy usando el verbo creador, y creo, estoy creando una nueva situación que yo ya he vivido para evocarla y que este ser humano este viviéndola aun sin haberla vivido.
Estamos creando una situación, una circunstancia, un hecho para que otros lo vivan. Eso es aplicable a un pensamiento, a una necesidad de compartir desde el corazón. ¿Cómo se expresa el corazón?: a través de verbo. Pero el corazón hoy se expresa a través de la palabra y esta no tiene la intención bien focalizada y se pierde. ¿Cuántas veces no quieren decir algo, y resulta que lo que la otra persona ha entendido les ha dejado totalmente entristecidos porque nada tenía que ver con lo que ustedes querían expresar? No ha estado bien intencionado.
Y en cambio se parte de lo que hay, no estamos diciendo “tienen que ir allá o acá”, no, estamos diciendo: la palabra es lo que tienen, pero elévenla, denle esa creación que le corresponde, denle la autentica palabra que es el verbo, el verbo creador. Y el verbo se hizo carne…, pueden crear, y de hecho en esta nueva etapa de la humanidad se va a crear mientras estén en el cuerpo físico, van a ver creaciones a través de su verbo o con su verbo, porque habrá retomado la fuerza que realmente tiene. Y esa resonancia que en su interior está es lo que les va a dar la posibilidad de sentir quienes son, y es de dentro, nada les va a venir de fuera, por eso decíamos y repetimos: cualquier pensamiento, aunque estén en solitario, exprésenlo en voz alta.
Les decíamos el encuentro anterior que a través del sonido, a través del color se les va a ir orientando. La palabra, el verbo crea un sonido, y es el principio. Y partimos de lo que el hombre tiene. ¿Comprenden la gran importancia de que comiencen a expresar en voz alta, a modelar su propia voz para que resuene en su interior?
Cuántas veces al escucharse no les gusta su voz, no les gusta su entonación o no la expresan con fuerza, con propiedad. Cuantas veces no se dicen: es que no se me expresar, es que no encuentro las palabras, es que me cuesta. Para reencontrarse a ustedes mismos, para reencontrar quienes son, tienen la necesidad de utilizar la palabra expresada, crear un sonido con su propia voz, expresar pensamientos en voz alta para, de alguna forma, familiarizarse con su voz, en un principio, seguido de muchas más experiencias que ni se imaginan a través de esa resonancia lo que va a ocurrir.
Pero cierto, cierto que hasta los pensamientos tienen que ser intencionados, no deben de dejar que el pensamiento fluctué sin ton ni son, sin blanco ni negro, no, que hasta el pensamiento sea intencionado, voy a pensar en tal o cual visión, en tal o cual idea, en tal experiencia, en tal imaginación, lo que ustedes quieran, pero intencionadamente y expresándolo en voz alta; se asombraran al principio de la torpeza de sus palabras, de la torpeza de su entonación, de la torpeza de lo que fluye, no se reconocerán; pero es necesario, tienen que reencontrarse dentro de esa vacuidad de su interior.
Hacen muchas cosas para sus cuerpos físicos, para estar o para agradarse se visten de esta forma o de esta otra, embellecen sus rostros, sus cuerpos, pero ¿qué hay de esa vacuidad en el interior, de ese silencio del interior que ahora se tienen que escuchar? Yo tengo que escuchar mi propia voz y sentir qué ocurre cuando sale por este cuerpo, por esta vacuidad, qué ocurre desde mi coxis hasta la garganta que es por donde sale, qué está pasando en ese interior, cuántas puertas está derrumbando, cuántos limites está rompiendo, qué desea expresar esta palabra, por qué tiene la necesidad de expresar.
De nuevo volvemos a lo mismo, todo está en su interior, todo, pero no está bien canalizado o está olvidado. El deber de todo servidor, de todo aquel que se considere servidor como estos servidores que les hablan, es de orientarles para que vuelvan a descubrir quienes son.
Se les habló en el encuentro anterior que se está trabajando desde ese corazón, desde esa Creación, para que el ser humano recobre su espacio, y se está trabajando con todos los seres humanos, con todos, para que todos tengan la misma fuerza y claridad para hacer lo que cada uno sienta que debe de hacer en cada momento. Y se trabaja a través del sueño, a través de la intuición, a través de esos momentos de silencio que ustedes recrean, para darles fuerza para continuar.
Comprendan que cuando algo se está soltando, cuando algo está cambiando la incertidumbre del ser humano es grande y a veces esa desorientación les hace sufrir innecesariamente. De ahí que tratamos de darles esa fuerza a través de sus momentos de quietud para que vayan orientados hacia donde ustedes elijan, pero sintiéndose apoyados por –llamémosle- otras fuerzas.
Y así se les continuará orientando en estos momentos trascendentes, y orientándoles cómo pueden ustedes avanzar armónicamente hacia el lugar que les corresponde.
Así sea.

18 enero 2010

Las sensaciones

Sean como esponjas en cada encuentro. Cualquiera puede ser mediador de los seres que apoyan al planeta Tierra, pero tienen que habituar la palabra salida desde el corazón dando forma a las sensaciones que su cuerpo en ese instante esté teniendo.
Cada sensación, bien sea mental, emocional, física, cualquiera, sentida, se debe dejar liberar a través de la palabra pausadamente, sin prisa, sin esperar qué diré o no después. Recuerden que en el tiempo en el que están jamás serán juzgados, por tanto es un deber de cada cual el dejar salir desde su interior dando forma a las sensaciones a través de la palabra. Se les ira guiando, se les dará ese verbo fluido y pausado, pero han de intentarlo, han de intencionarlo.
Recuerden que dispusieron cada uno de los presentes que podrían dar en este instante al planeta y sus habitantes. Recuerden que todos sus encuentros han sido con la intención de poder servir, ese servicio sin esperar nada allá donde ustedes están, que se les ha ido y se les está preparando para poder dar una respuesta adecuada en cada momento, en cada situación, en cada lugar, y jamás serán reprochados, jamás podrán equivocarse, pero es suya la intención y la disposición.
A la espera de esa disposición o disponibilidad se adecuan lo más fácil posible para el aprendizaje, para dar ese paso a esa nueva conciencia. Y a través de sus encuentros, a través del verbo, a través del sueño, a través de las inspiraciones, a través de sus pensamientos se les induce a sentir esa nueva vibración de apertura del corazón, esa nueva vibración de amor.
Más adelante explicaremos que el amor al cual nos referimos no es el amor que ustedes conocen, expresaremos y explicaremos cómo entonar esa nueva melodía del corazón para poder sentir el autentico amor. Hasta entonces recomendamos no empleen la palabra amor, no será empleada hasta que les hagamos sentir el auténtico amor.
Para expresar esa nueva vibración la relacionaremos con el Creador o la Creación, puesto que ustedes al Creador o la Creación sí le dan esa entonación espiritual ya fuera de cualquier tema de contradicción, lo elevan al máximo de lo que son capaces. Pero la palabra amor ustedes la empequeñecen, por tanto no vamos a emplearla. Recuerden pues, que cada vez que nos expresemos a través de la Creación o el Creador queremos estar transmitiéndoles esa vibración del amor con la que la Tierra ya late.
Están entrando en una nueva etapa, no precisamente porque comiencen su año dado como cuenta el hombre el tiempo, sino porque la energía del planeta así lo pide y ustedes están preparados para poder vibrar en una nueva sintonía. Esa nueva sintonía tiene que tomar forma, recuerden que están en un plano concreto, la Tierra es un plano denso y concreto. Dentro de esa densidad tienen que tomar forma las palabras que escuchen.
En esta nueva vibración, para que todos los servidores estén disponibles tienen que cambiar su forma de amar. Ya hace tiempo que venimos diciendo que sientan, que actúen bajo el sentir, que actúen bajo lo que les dicta el corazón, que relajen la mente y no le den absolutamente ninguna importancia a sus pensamientos, que los filtren a través del corazón.
Pues bien, en esa nueva vibración, en ese estado de conciencia la Tierra ya está, y los pioneros deben de ser aquellos grupos que han estado trabajando para ese momento, que lo han estado expresando interna y externamente. Pues bien, para esos servidores se habla y para todos los grupos del planeta es similar en base a su estado de avance dentro del mundo espiritual. Pero la energía para todos y ante todo es a través de abrir la puerta del corazón.
Para poder abrir sus corazones tienen que usar lo que ustedes llaman “técnicas”, pero deben de usarlas porque si lo dejan únicamente en palabras, el grupo como tal no entrará en esa nueva etapa o en esa nueva vibración.
Como siempre, recuerden que queda todo al alcance de lo que ustedes quieran hacer. Solo se les indica qué hacer y cómo hacerlo para poder llegar a lo que ustedes en su día dijeron y pidieron, o lo que es lo mismo, elevando al máximo la palabra, lo que antes de nacer ustedes vinieron a hacer a este lugar.
El cuerpo humano tiene puertas y ventanas y conexiones con otros mundos, con otras realidades, con otras existencias, siempre, eso es parte de la vida, siempre todo lo creado esta en interrelación constante, por tanto el hombre no es una excepción. Él, aun sin saberlo, aun estando dentro de esa densidad, en sus momentos de quietud como es a través del sueño, siempre ha estado alimentándose, o sea, conectado con esas realidades haciendo y laborando dentro de ese Plan del Creador. Pero luego, cuando regresa a su cuerpo, pierde toda conciencia de lo que ha estado ocurriendo y para lo que ha estado preparándose durante la noche. Pero no tener conciencia no quiere decir que no esté implantado en él, de ahí que el hombre, quiera o no, lo entienda o no, ya esta dispuesto para dar ese gran paso vibratorio, ese paso a esa nueva conciencia. Porque el no tener conciencia físicamente no exime de estar creciendo como ser, por tanto el hombre ha sido y está siendo preparado para una nueva vida, para un nuevo despertar.
Pero les decíamos hace un instante que para ese despertar deben de haber puntos de apoyo tal como ustedes los están teniendo desde otras dimensiones como es el caso oportuno de este instante, de sus encuentros. Por tanto, en la Tierra deben de haber puntales para que, llamémosles durmientes o inconscientes, sean atraídos hacia esos puntales bien conscientemente bien inconscientemente, de ahí la importancia de estos seres servidores del planeta Tierra.
Recuerden que hace tiempo y en varias ocasiones se les preguntaba: “¿quieren ser preparados para ese gran servicio?”. Porque se les recordó y se les recuerda que siempre han estado anhelándolo. Pero cuando se les expone sencillamente con sus palabras, ustedes pueden optar por continuar o no y siempre estará bien, todo estará bien y siempre serán asistidos, siempre, no puede ser de otra forma, ya no puede ser de otra forma.
El hombre tiene, dentro de esa capacidad de interrelacionarse con todo, en su cuerpo físico tiene puertas, ventanas, antenas. Y en épocas, en momentos, se van cerrando unas para dar paso a otras, para abrir otras, y eso depende de la densidad y del momento del planeta.
Por tanto, en estos últimos tiempos han tenido una mente dotada y sobrealimentada. Bien, eso les ha llevado a una tecnología -entre comillas- avanzada, pero ahora esa puerta se está estrechando, no cerrando, sean como esponjas, intenten integrar todo lo que escuchan para poder luego en su interior darle forma. Estrechando, la mente del hombre se va estrechando y va abriéndose una gran ventana hacia el corazón. Y esa es la nueva energía que está entrando por el órgano físico del hombre, por el corazón.
Por tanto, bien a través de la visualización, a través de las sensaciones, el hombre –recuerden- ya tiene todo en su interior para poder hacer que sienta, para poder hacer que lata el corazón, que bombee de forma diferente ese órgano, el corazón. La visualización es buena técnica hasta que logren que la sensación sea plena.
Esa sería la clave: tienen que sentir, tienen que notar sensaciones en su cuerpo. Ustedes están acostumbrados, cuando se saludan o se ven después de un tiempo, a abrazarse, y de ahí vienen sensaciones. Pero observen sus abrazos y observen sus manos de posesión, cómo pretenden poseer con sus manos, dar forma. Observen que sus abrazos siempre van, siempre, en todos los humanos vistos desde fuera se están agarrando, se están presionando, visualícenlo, visualicen sus abrazos, se agarran, se presionan, hablan, ¿por qué? Se están perdiendo sentir las sensaciones. Cada parte del cuerpo, recuerden, son ventanas y son medios para poder expresar, pero lo que hoy queremos transmitir y deben, por deber, de hacer hincapié y probar lo que se les va a decir hasta comprobarlo ustedes mismos: sean sutiles, entramos en la vibración de la sutileza, pero no por ello el cuerpo deja de sentir, es más, siente con muchísima más intensidad, y en esa nueva intensidad el corazón bombea de forma distinta.
En vez de poseer, en vez de aprisionar la libertad del sentir, cuando se relacionen, cuando se encuentren, acérquense, hagan que el pecho se una con el otro, pecho con pecho, corazón con corazón, pero no usen el verbo ni sus manos, estén un tiempo, el que cada cual sienta, sintiendo, dense la posibilidad de que esos dos corazones puedan fluir sin agarre.
Dentro de esta nueva etapa se les va a dirigir, si así ustedes lo quieren, sobre formas distintas de expresarse, formas distintas de relacionarse. Por tanto sugerimos que sus encuentros también sean distintos. Deben de dar profundidad.
¿Recuerdan que muchas veces hemos venido diciéndoles que eleven las palabras, eleven los momentos al máximo que sean ustedes capaces? Para que sus encuentros sean realmente fructíferos para ustedes y para la humanidad, para que sean realmente servidores, deben de elevar al máximo esos encuentros poniendo tiempos diferentes, dando la oportunidad de crecer el número hasta doce. Deben de ser doce servidores, están reencontrándose y en su momento serán grupos de doce.
En esta nueva etapa les iremos explicando el por qué de las cuestiones novedosas, porque dentro de que no haya ningún puntal referente, sí es el deber de estos servidores hacer que sus mentes se relajen y que tengan suficiente fuerza a través de su intención para esa mente, porque se les ha dado el alimento adecuado, de ahí que decíamos hace un instante: sólo se está dejando respirar a la mente, no se le ha cerrado, está respirando para poder inhalar nuevos conocimientos.
Estén abiertos a todas las nuevas posibilidades. Cambiaran de forma, cambiaran de numero y cambiaran de actividades, de ahí que hace un instante se les decía la forma y el medio para que cada cual pueda, dentro de esta interrelación, ser ustedes mismos, cada uno de ustedes, los que puedan comunicar en un momento necesario, porque el don o la virtud que cada cual tiene debe de desarrollarla a través de esa vacuidad o vacio y esa oportunidad que se le da de concretizar esas sensaciones.
Todo es novedoso, recuérdenlo. Y dentro de ese Gran Plan Universal estos servidores adecuan lo mejor para que puedan entender y para –sobre todo- que puedan actuar desde lo que tienen y desde lo que son, nunca se les va a dar tareas que no estén preparados para poder abarcar.
No se les pide que abran y que sean grupos de doce por una cuestión de cantidad. Podrían estar dos y estar preparados para poder ser transmisores de las nuevas vibraciones. Pero es en este momento lo mejor para el planeta que los grupos se reúnan en número de doce, lo cual no quiere decir que no puedan asistir más personas, no quiere decir que cuando se les dijo “sean ustedes siete” no pudiesen entrar más.
Y ahora que se les dice que el grupo será de doce, irán acudiendo por esa sincronicidad vibratoria. No quiere decir que cuando estén los doce no puedan reunirse más (personas), lo que se les está haciendo sentir es que esos doce pioneros o estos siete pioneros en este momento son el puntal. El puntal se refiere a que cada persona afín en sentir, en pensar, en necesidad e intención pueda acudir y sean estos esa suma hasta los doce, y posteriormente puedan ser muchos más, pero siempre serán esos doce los que sean puntales de ese numeroso, cuantioso grupo. Unos irán, otros vendrán, pero esos doce siempre estarán. Física, mental, espiritual, es la intención –recuerden-, cuando el hombre se abre a la intención de amor no siempre necesita estar físicamente, pero sí deben de componer esa energía del número, doce.
Podríamos estar con esta disponibilidad, contado como ustedes cuentan de tiempo, toda la noche, pero vamos a dejarlo ahí porque sus mentes ya no absorben más. Quédense con la intención y la posibilidad de que van a cambiar, si así lo quieren, de forma de hacer para estar más disponibles para este momento en la Tierra.
Actúen con conciencia de que toda su vida, toda, va a ser girada. Todo lo que hoy les sostiene les va a continuar sosteniendo pero de forma totalmente distinta, o lo que es lo mismo, van a continuar siendo asistidos pero lo que les sostiene va a cambiar.
Traten de ser conscientes en todo momento de sus sensaciones y exprésenlas. Cualquier sensación, aun estando en soledad, exprésenla. Van a ser requeridos a través de la palabra, a través del sonido y a través del color, a través de la palabra, a través del sonido y a través del color.
Filtren todo su hacer con el corazón.
Así sea.

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