31 octubre 2009

La alineación

Mantengan su atención en el centro del pecho. Respiren con suavidad, tranquilos.
Espalda erguida, dejando que todas las cosas entren y salgan sin dificultad.
Cuando el hombre usa su conciencia y todo su estar para provocar un hecho, este ocurre. Cuando el hombre sabe y siente la necesidad de alinearse con su Ser, el hecho ocurre. Pero tiene que tomar conciencia de esa necesidad.
En estos momentos la Tierra se alinea perfectamente en su nueva entrada, a esa energía subliminal. El hombre, a su vez, se alinea para entrar en esa conjunción con su Ser. Y así es el trabajo de despersonalizarse, ese que tanto ha buscado el hombre con terapias, encuentros…, ha buscado la fusión con su Ser, y en este momento la alineación se está dando. La Tierra está en su lugar preciso recogiendo todo lo necesario para después transmitírselo a los hombres, a su interior. El hombre a su vez inhala esa perfección y le hace sentir la necesidad de ir al encuentro de su Ser, fusionarse con éste.
Y ahí, cuando comienza esa unión, cuando todo se une, cuando todo se funde, es cuando realmente el hombre, dentro de ese cuerpo concreto, físico, puede vivir sin que este le moleste lo que tanto y tanto tiempo ha ido buscando, su Ser, energía pura, viva. Ya sale de esos límites del cuerpo confinado, ya es posible unirse en cualquier espacio, en cualquier lugar, en cualquier mundo, en cualquier galaxia.
Esto es así y se está dando. Pero, como venimos diciendo y haciéndoles que vean y sientan la necesidad de dar ese paso hacia adelante, también se está dando la confusión, la necesidad de salir del planeta, de marcharse, de lo que ustedes llaman morir.
En los últimos momentos de ese tránsito planetario se unen esas dos fuerzas necesarias pero incompatibles. Por un lado la satisfacción, la alegría de sentirse seres completos y, de alguna forma, privilegiados por estar viviendo este tránsito. Por la otra, seres que no pueden aguantar más la presión interna.
¿Recuerdan que hablamos sobre la necesidad de que el hombre encontrase su centro a través del silencio para retomar fuerzas y así poder ayudar a sus semejantes? Pues cada día que pasa, cada instante que pasa es mas la necesidad de ayuda que tienen esos semejantes, y aquel que se ha alineado con su Ser y puede -porque así se siente- ayudar, debe hacerlo. Pero AYUDAR con mayúsculas.
Cuando algo termina, cuando algo culmina, al instante hay un nuevo amanecer. Pero en ese tránsito, en ese instante, el caos, la confusión, la mezcla de energías es impresionante, y lo que de ahí nace es grandioso, ¡grandioso! Pues ese tránsito es el que está ocurriendo y debe el hombre aceptar, pero no con una aceptación conformista sino como una grandiosidad para así, de pronto, poder volverse luz.
Mucho han escuchado y reflexionado, pero conforme pasan los momentos, los instantes, van comprendiendo que todavía no han aceptado la situación o su situación, porque a cada paso que dan y que no sienten que ese paso dado lo hayan pedido, se sienten desorientados y frustrados.
Tienen que asimilar que en estos momentos el estar en paz es lo más grandioso que pueden tener. Y esa paz es la que les llevará, la que dirigirá sus pasos hacia donde cada cual tenga que ir. O sea, que con sentirse en paz en estos momentos ya no deseen ir más allá. Mantengan una mente relajada, un cuerpo tranquilo y una disposición de servicio, y cada instante irá llegando y ustedes lo captarán y ahí podrán actuar. Así de sencillo y así de natural.
Pero no olviden todo lo que han escuchado. Para entrar en esa gran paz interna, sus espacios, sus vidas personales, deben de estar solucionados. No es lo mismo decir estoy en paz que sentirse en paz, no lo confundan. La teoría les dirá “estoy en paz”, la práctica les hará sentir la paz.
Solucionen sus vidas, estén disponibles para cuando se les requiera, dispongan sus vidas con armonía, no dejen nada, nada, y a la vez estén dispuestos a dejarlo todo. Esa es la actitud de servicio, y la actitud que hoy se necesita en el planeta, seres que están disfrutando de esa paz interna, que están disfrutando de todo el entorno de su vida, pero que a la vez están disponibles para el instante que se les necesite.
Dentro de ese estar de profunda paz irán sintiendo –como tantas veces vamos diciendo- las palabras que en sus días escucharon, pero en esta paz las van sintiendo, van sintiendo los diálogos y el momento de actuar, dónde, cómo y cuándo. Es como si alguien les hablase en lo más profundo y dirigiese sus pasos hacia donde son necesarios. Por tanto, no es necesario que su mente esté pensando qué hacer o cómo hacerlo. Si está la disposición, la disponibilidad de servicio, lo demás no importa, al contrario, lo demás son impedimentos, los pensamientos son impedimentos, es la actitud. Por tanto, sientan si están en paz o dicen estar en paz.
¿Por qué se les hace tanto hincapié en que estén en su centro, en que se alineen con su Ser, en que dejen todo sin dejar nada?: por el gran momento del planeta. Cuando a un ser todo le funciona, cuando toda su vida le responde armónicamente, no es porque él lo haya buscado, no es porque él lo ha ganado, es porque ha entrado en sintonía, en sintonía con esa energía de comprensión, de amor, en la cual entró el planeta.
Ahí, para comprender esas últimas palabras, tienen que retroceder a unas semanas atrás cuando se les decía que ni se les premia ni se les castiga, es una situación natural de evolución del planeta y sus habitantes, y dentro de esa evolución, de ese estado evolutivo, el hombre ha llegado al punto de poder alinearse con su Ser, de reconocer que es luz. Y ahí, automáticamente, entra en sintonía con esa esencia divina y ya entra en disposición de servicio; no es voluntario ni mental, es un trabajo interno, una devoción, no un aprendizaje, es una devoción que cada ser lleva en su interior, unos más latente, otros más dormida, pero en el interior de todos los seres late esa necesidad y esa esencia divina.
Aquel que quiere, quizás no lo pueda conseguir. Aquel que siente, de seguro lo conseguirá. De ahí que insistimos en que dejen la mente a un lado. No lo piensen, que no sea mental, que no sea un querer mental, que sea una necesidad interna, una necesidad del alma. Y el hombre está acostumbrado a moverse por sus pensamientos y eso le hace creer que es una necesidad, eso le hace creer que sabe, que tiene conocimientos.
Todo es mental, han de sentir. Han estructurado sus vidas a través de unas necesidades internas, y esas no les corresponden porque lo filtran con la mente. Ven sus vidas poco agradables, ven que falta ilusión, que falta conformidad, que falta, que falta, que falta… Han conformado sus vidas a través de lo que sus mentes les han ido diciendo y pidiendo.
Y volvemos a lo de siempre. En estos momentos de la historia en que la mente no tiene protagonismo, ¿qué ocurre con sus vidas si todo ha sido pensado?, ¿qué ocurre con todo lo que han creado a través de sus mentes que no les satisface, que no encuentran donde acoplarlo en este momento? Y lógicamente, los seres humanos se sienten desvalidos y sienten la necesidad de enfermar y morir, terminar -lo que el hombre llama terminar- voluntariamente, a través de esa mente.
La semana anterior les decíamos que iríamos poco a poco introduciéndoles en esa nueva forma a la que hoy el hombre tiene que acceder, en ese nuevo comportamiento, en esa necesidad de que ya de una vez por todas no se llame ser humano, sino Ser, que se muestre sin limitaciones y su cuerpo no sea un impedimento para mostrar quien es. Pero todo lo anterior que acaban de escuchar es necesario para ir introduciéndoles en esa comprensión.
Yo tengo que comprender que hasta estos momentos de la historia ha estado viviendo mi personalidad, un humano, y a partir de ya tengo que mostrarme como un Ser. Ahí están esas dos fuerzas que hoy están levitando en el planeta. Son una, es el ser humano, pero hoy éste ya se ha hecho doble, por una parte está el Ser y por otra su personalidad, su humanidad. Y hay una lucha interna muy grande.
Eso en el hombre, pero en el planeta, en el universo, existe esa misma fuerza dividida, está la energía del Ser, del sentir, y la energía mental, y ahí hay una gran lucha a ver quién puede más. Eso, en rasgos generales, es lo que desde fuera se ve en el planeta. El hombre luchando consigo mismo, con una necesidad de vivir a través de lo que siente, y por otra parte vivir a través de lo que sabe su mente. Le resulta más fácil vivir como su mente le dice porque toda la sociedad del planeta está conformada de esa forma, mental, por tanto no le resulta difícil dejarse llevar por esa inercia que, en él, sabe, pero en su interior esa esencia divina, ese Ser, ya no puede más.
Y ustedes dirán: “¿y qué va a ocurrir?, ¿quién ganará?” Desde aquí les decimos que, indudablemente, el Ser, porque el hombre, con toda su fuerza mental, no es sino una ilusión. Por tanto el Ser, la esencia, es lo que persiste, lo que permanece, y lo crean o no, ahora, en este sistema material, no son nada comparado con esa esencia que palpita en el interior.
¿Que sus personalidades les pueden hacer creer que va a costar mucho?: cierto. ¿Que sus mentes van a poner toda la resistencia?: cierto. ¿Que puros humanos están haciendo que el planeta y sus habitantes entren en una decrepitud?: cierto también. Y ahí está, ahí está ese Ser que acaba de despertar en el interior del hombre que de momento nace y no sabe hacia dónde ir, y se refugia en esa soledad, en ese silencio, en esos amigos, sí, porque ya hay seres, ya hay seres dispuestos y disponibles para ese servicio.
Pero tienen que aprender a distinguirlo, tienen que sentirlo, ¿qué son?, ¿qué sienten que son? De nuevo volvemos a la conciencia. Cuando el hombre toma conciencia se alinea mucho más rápido con su Ser. Si el hombre no es consciente se deja llevar por la multitud, por esa energía densa en la cual también está sumergido. Y en ese espacio habitan todos, en ese mismo espacio.
¿Y qué se van a encontrar y por qué se les previene de lo que vayan a encontrar? Para que lo distingan, para que no crean que son sus imaginaciones, para que no se relajen, para que tengan la seguridad de que es realmente lo que debe ser, esa contundencia y esa fuerza.
El hombre está dentro de esas dos fuerzas -como decíamos-, su mente es la que quiere conquistar y quiere continuar, pero no es tiempo, no es tiempo. Mas la idea persiste, y ¿qué va a encontrar el Ser?: un desajuste interno que le puede provocar y le provocará confusión, malestar, enfermedad. Y es ahí donde tienen que empezar a distinguir. Si yo sé que es la mente la que está pasando por mi y sé que ésta es una ilusión, voy a dejar que pase y tranquilamente no la voy a aceptar, quiere continuar dirigiendo mi vida, pero en mi profundo Ser ya no le doy ni un instante mas.
Han de ser contundentes con lo que sienten y dejar que su mente poco a poco vaya perdiendo fuerza, porque esa fuerza es –repetimos- la que está en el planeta, seres con una fuerza increíble, seres despiertos pero que les cuesta permanecer enteros por la cantidad de energía mental que tiene el planeta, seres despiertos, seres que saben y quieren pero que les cuesta muchísimo romper esa inercia mental que han provocado cada uno de los habitantes del planeta. Pero en ello está, y siempre es ese espíritu, esa esencia, la que va a tener la fuerza para que todo, la vida, continúe.
Como decíamos hace un momento, se les dirige y se les dirigirá, pero durante un tiempo deben andar solos, deben alinearse y centrarse con su Ser. Desde ese Ser escucharán, desde su personalidad se verán aislados y solos. Y esto también es necesario para que dentro de esa lucha interna vayan acoplándose a esa nueva forma de hacer.
Hasta hoy sus personalidades han replicado a través de sus mentes. Ahora su Ser tiene que replicar a través de su sentir. Por tanto sus vidas serán nuevas. Tienen que conformar un entorno nuevo en base a esa nueva forma de ser, ¿entienden?
Hasta hoy sus vidas han estado replicando en base a una educación mental y ustedes han hecho, y creado un entorno y una vida en base a ello. Y ahora, de repente se les dice que esta no puede continuar, de hecho lo están viendo, se cae a trozos, no puede continuar. Por tanto deben interiorizarse, saber perfectamente qué sienten y en base a ese sentir crear una nueva vida. Estarán dentro del mismo cuerpo físico, aparentemente serán los mismos, aparentemente, porque no serán los mismos. Al crearse un nuevo hábitat, al replicar en unas nuevas directrices, su vibración cambiará absolutamente, totalmente, y será cuando sientan esa ligereza en el cuerpo, será cuando sientan esa sensación de apertura, esa sensación de estar en un cuerpo pero que este no les molesta para nada, una sensación de volar, energía pura, pero aun teniendo un cuerpo físico el cual pueda moldear su nueva vida, porque recuerden que el espíritu cogió un cuerpo físico para crear, para moldear. Continuaran teniendo ese privilegio, pero sin esa densidad que hoy tiene el humano. Y eso está ahí, la Tierra ya se alineó y se puso en su lugar, y el hombre está comenzando a hacerlo.
Visualícense como dos seres en uno. Por un lado el cuerpo y su mente, por el otro su sentir y su espíritu. Tienen que ir aflojando uno y alimentando al otro, es la nueva etapa. Para ello ya se les dijo “observen su alimentación, coman ligero, dejen las carnes, aliméntense lo más sano posible, beban mucho liquido”. Es como si en sus cuerpos el fuego estuviese quemando toda la densidad que hoy tiene un humano para dejar que aflore ese espíritu. Pero deben ayudarle físicamente con la alimentación, deben ayudarle físicamente con el silencio, un silencio mental, un silencio físico en momentos, pero sobre todo mental. Dejen que su mente se diluya, den fuerza a lo que de momento para la mayoría aun es desconocido, al espíritu, con la disposición y disponibilidad de permanecer en un estado de servicio hacia el planeta, hacia el universo.
Esa sería la recomendación que se les da para estos instantes, y no decimos tiempo, decimos instantes. Todo, todo se está acelerando, todo. A una acción, una reacción. A una acción del hombre, una reacción divina. Recuérdenlo, el hombre está acelerando el proceso, y muy bien, cuanto antes mejor. Pero a esa aceleración, las fuerzas del universo se alían con el Ser para aportarles la fuerza para que sus cuerpos queden, latentes, pero que sea el espíritu real quien habite en ellos.
Recuerden: la alimentación cuídenla, el silencio y la disponibilidad.
Que así sea.

24 octubre 2009

La fusión

Cuando escuchan la palabra “fusión”, ¿qué les resuena en su interior?
La fusión es quizás el nuevo dialogo del hombre en estos nuevos tiempos. La forma de vivir actual ya no vale, no sirve, no lleva al hombre hacia el encuentro de sí mismo. La vida que él ha compuesto ya no es necesaria para este nuevo paso, debe dejarla como está y comenzar a recoger nuevos puntos de referencia.
Pero estos puntos de referencia han de resonarle. Para que las nuevas palabras les resuenen han de quedar en vacío, sino no existe resonancia en su interior. Las palabras que el hombre escuche cuando se dispone en ese silencio interno y en ese vacío, sin ser voluntad de éste, comienza a hacerlas suyas o a desecharlas, pero tiene que entrar en esa fusión con el silencio, en esa fusión con la paz interna, con la armonía interior, de ahí que le llamamos el nuevo diálogo del ser de humanidad para esta nueva etapa.
El hombre ha de aprender a fusionarse con todo, interna y externamente, para dirigirse hacia aquello que le resuena en el amplio sentido de la palabra resonancia: puede resonarle una idea, puede resonarle una intuición, puede resonarle el silencio. Debe ir a fusionarse con aquello que le resuene, fundirse y hacerse uno, tanto si es del exterior como de su interior.
No confundan las palabras con lo que creen saber, con lo que creen entender, no las confundan, siéntanlas, hagan que en su interior resuenen. En la medida que hagan que las palabras les resuenen, verán la sencillez y facilidad que tienen para adaptarse a esta nueva forma de vivir. Así, a voz de pronto, parece que con una sola palabra, fusión, vaya a ser la palabra mágica que lleve al ser humano a esa nueva etapa. Y aunque no lo crean, aunque les parezca extraño o lo dejen ahí en el aire, en la medida que se fusionen con esa palabra irán viviendo esa nueva etapa. Así, sencillamente, naturalmente.
Ya hace tiempo que les decíamos -y les recordamos- que todo el trabajo que la mente ha estado haciendo, recogiendo, elucubrando, engordando, sirvió, hizo su función, pero lo quiso hacer difícil y le hizo creer al hombre que en las dificultades este crece. Y él lo creyó tanto que realmente la mayoría de seres humanos viven una vida dificultosa. Pero eso fue, no es. Hoy es la sencillez, la naturalidad, lo que va a ayudar a dar al hombre ese salto; le va a dar la fuerza y la energía para ver hacia dónde y cómo.
Somos conscientes de que al hombre, este hombre al cual están todos apegados, le queda poco tiempo. Pasa de ser un hombre, un ser humano, a ser un Ser. Y a ese ser es al que nos referiremos y estamos refiriéndonos en estos instantes, ya no mas al ser de humanidad. Vamos a fusionarnos con el dialogo a la fuente, al Ser.
Para ir directamente al Ser, este tiene que observar su vida, lo que ha hecho y lo que él llama su vida. “Yo tengo mi vida”, dicen la mayoría de seres humanos, “yo he conformado mi vida y a lo largo de esta he hecho esto o aquello”. Bien, esa vida es la que tiene que observar e ir –escuchen y sientan bien- despidiéndose. Tienen que despedirse de lo que ustedes llaman vida para poder fusionarse con la autentica vida. Pasan de ser seres humanos a ser esencia divina, que con una palabra se define: pasan a ser Seres, Seres de energía que hoy pueden adoptar un cuerpo humano pero en dos instantes pueden adoptar otro cuerpo no humano. A ese ser es al que hablamos –recuerden- y al que ustedes deben fusionarse, y para ello, para fusionarse con su Ser, tienen que observar lo que llaman sus vidas e ir diciéndoles adiós.
¿Por qué si el hombre está lo que ustedes llaman “a gusto”, si el hombre esta de alguna forma “contento” con lo que vive, por qué tiene que ir diciendo adiós?
Recuerden que se les está induciendo para que decidan y sean ustedes los únicos que dirijan sus vidas. Y repetimos hasta la saciedad para que les quede bien grabado: sólo en la medida en que ustedes quieran ir hacia esa nueva vida, sólo entonces. Si están contentos, acoplados, conformados con sus vidas, está todo bien. Hablamos con palabras mayúsculas a ese Ser que se entiende, o así lo entienden estos que les hablan, que quiere ir más allá. Si es así tienen que ir despidiéndose de sus vidas para poder formar, fusionar y fusionarse con la auténtica vida. Mientras estén creyendo y actuando como tal con las vidas que llevan, recuerden que no cabe la posibilidad de nadar y guardar la ropa, no cabe la posibilidad de llevar las dos vidas paralelas, no cabe, entre otras cosas porque su nivel de energía, su tasa vibratoria es distinta en la medida que vayan fusionándose con su Ser, nada de lo que hoy llaman vida les servirá en esa medida que vayan adentrándose dentro de esa nueva vibración.
Y entren en el principio de la oración, dejen que las palabras les resuenen en su interior para poder comprender. Hoy no se les puede hablar, no se puede, si no es a través de este verbo. Pero no lo confundan con el verbo o la palabra coloquial a la que ustedes están acostumbrados, háganlo a través de ese eco que en su interior les haga ver o sentir la autenticidad de aquello que escuchan, porque si no es así lo dejaran en meras palabras. Tampoco ocurriría absolutamente nada, recuerden que todo está bien, sencillamente costaría más si quedan solo en las palabras a las cuales ustedes están acostumbrados. Pero no hay otro modo, hoy, para cercarse a ustedes y hacerles entender cuál es el nuevo camino a seguir. Por eso tantas veces repetimos: entren en ese silencio interno en que es mucho más fácil acercarnos a ustedes, entren en esa quietud para que a través de ella podamos estar más accesibles. Entre otras cosas, esa quietud y ese silencio en esta nueva etapa van a ser y están siendo uno de los requisitos para que el hombre se sienta más tranquilo, para que viva estos tiempos con un poco más de esperanza.
En la medida que dejen un tiempo para ese silencio interno y esa quietud de mente, verán esos atisbos de luz en su interior que les darán fuerza para continuar viviendo estos últimos coletazos en la Tierra.
Pero nos adentramos un poco más.
Les aclaramos cuando decimos “cuando aquel que así lo sienta comience a ir despidiéndose de su vida” para que no lo confundan: no es que van a despedirse de sus seres queridos, de sus trabajos, de sus haceres, no, pero sí internamente está en la disposición de estar de paso, pero un paso muy ligero, muy, muy, muy ligero, o lo que es lo mismo, no estar apegado a nada. Mientras continúa estando en esta vibración, lógicamente tendrá que tener un sustento que sostenga su cuerpo y sus necesidades, tendrá que relacionarse y, aparte de relacionarse, fundirse, ¡fundirse! con esas relaciones. De ahí que tiene que elegir sus relaciones, relacionarse con seres con quienes pueda fusionarse totalmente, al igual que consigo mismo, con esa tranquilidad y esa paz de que es lo que es sin dobleces. A eso llamamos “ir despidiéndose de la vida actual”.
El hombre, con su vida, esta apegado. Tanto, que cualquier imprevisto que él no haya decidido le hace entrar en un desasosiego que le genera enfermedad, en una preocupación que ya no cabe dejar espacio para atisbar una nueva forma de hacer. Está convencido de que es a través de esas relaciones, de esa vida que él ha conformado, que tiene que hacer ese cambio. Y no es así, no es así.
No todos –compréndanlo, siéntanlo-, no todos los seres humanos quieren hacer ese cambio; nos atrevemos a decir que son una minoría. Por tanto, la inmensa mayoría se está aferrando a algo que ya no cabe. De ahí que les decimos y les estamos preparando para que puedan ayudar a esos seres humanos que se han aferrado a esas vidas, a lo que ellos llaman vida, y que todo lo viven como enfermedad y catástrofe. Pero aquel que ya no está en ese estado es el hombre que tiene que apoyar, lógicamente, dando ejemplo de cómo se puede vivir en estos momentos con una sonrisa en la boca, cómo se puede vivir sin generar una enfermedad, cómo se puede vivir sin que le vaya –como la mayoría dicen- la vida en ello, vivir una vida más sencilla que hoy está aquí pero que puede, y así lo sabe, así lo siente y así lo decide, estar en otro lugar en cualquier momento.
Por tanto, no se aferren a la vida que llevan. Dense tiempo para entrar en ese nuevo estado de vida, un nuevo estado en el que las palabras no existen como ustedes las entienden. En ese nuevo estado de vida es a un nivel de sensación y fusión por amor, ese es el nuevo dialogo del Ser. Mientras estemos con este cuerpo físico sí necesitamos de estas palabras, sí necesitamos del verbo, pero seguido de un sentir, seguido o a la par de una sensación, que ese verbo me evoque un sentir, que me evoque una necesidad de fusionarme con aquel que habla.
Pues bien, si hoy el hombre quiere llegar a fusionarse con su Ser ha de ir diciendo adiós a esta vida a la cual se ha aferrado, tiene que ir soltando y dando importancia a esa nueva forma de ver la vida que es a través del silencio esté quien esté, es a través de relacionarse con un Amor con mayúsculas, no por parentescos, no por simpatías, aquel que haga que en mi interior resuene algo.
Vayan aquietando sus cuerpos físicos, dénse tiempo para todo lo que emprendan, vívanlo con la idea de que es para una nueva forma de hacer. Y ese tiempo y ese darse –se les repite- no es a través de la palabra, es a través del silencio y la quietud, silencio externo e interno, ahí la mente no habla, es ese silencio que comunica y se fusiona con otros estados de consciencia.
¿Por qué -quizás se lo hayan preguntado alguna vez- les hemos expresado en varias ocasiones que nos resulta más próximo acercarnos a ustedes a través del sueño?, ¿se lo han preguntado?: porque sus mentes están en quietud. Pero claro, en la mayoría de casos ustedes no son conscientes. Y de nuevo se les dice: depende de ustedes el que quieran hacer toda esta tarea conscientemente. Pero para poder hacerlo consciente tienen que parar la mente, por tanto, a un nivel físico tienen que dejar tiempo de quietud mental, de silencio mental y quietud física.
No se puede de otro modo hoy. No podemos llegar a ustedes cuando están dentro de una tarea, pues toda su energía o gran parte de ella está laborando en esa tarea. Pueden intuirnos, podemos acercarnos, pero nunca puede ser a un nivel consciente, pues no puede el hombre hacer dos cosas a la vez. El Ser puede hacer millones de cosas a la vez, de hecho las hace. Pero hoy están siendo hombres, hoy son seres humanos, más humanos que Seres.
Por tanto, nuevos requisitos, nuevas directrices, nuevas vías para coger nuevas formas de vivir: fusión con nuestro Ser, fusión con aquel, aquellos que elegimos, fusión con la Vida en mayúsculas, e ir despidiéndose de lo que el hombre llama vida.
Esto, poco a poco lo irán entendiendo porque lo van a ir viviendo. Y entenderán lo que hoy las palabras no les llegan, entenderán perfectamente a qué nos estamos refiriendo.
Todo se está poniendo en el lugar que le corresponde aunque el hombre así no lo crea, todo. Todo tiene una perfección tal que se asombrarían, hasta lo que ustedes llaman equivocaciones, hasta lo que no se atreven a hacer, es porque ha de ser de esa forma y no de otra. Todo está bien, recuérdenlo, todo está bien, no se agobien. Estén únicamente pendientes de cómo lo viven, cómo, eso sí. Estén pendientes de cómo lo viven, cómo viven su vida: que la viven a gusto, ¡adelante!, se les apoya sea la vida que sea. Cómo viven su vida, y si quieren algo mas porque así lo sienten, vayan a por ello, también se les apoya.
Están realmente sostenidos por la auténtica vida, ¡por la auténtica vida! Entiendan o no lo que se les quiere decir, tampoco importa. Y ustedes dirán: ¿qué es pues lo que importa? Su Ser, éste sabe, se habla a su Ser, al Ser, lo demás no importa, son sus personalidades, son la vida que sus personalidades han creado y eso, con todos los respetos, no es importante ni para ustedes ni para la Creación, son experiencias que han decidido vivir para fusionarse con su Ser.
Todas las explicaciones que les estamos dando, todas y cada una de ellas, son para hacerles comprender lo que está ocurriendo en estos instantes en sus vidas y en el planeta, pero que lo entiendan o no, no importa, no importa porque ocurre. Entonces, en la medida que ustedes quieran entender es en la medida que se han de involucrar, no más ni menos.
Un instante, sólo un instante de reflexión.
Así sea.
Amén.

18 octubre 2009

Acción y reacción

Ayúdense con la respiración para alinear sus cuerpos y ábranse a otra realidad.
Como ya van sintiendo, el ser humano no tiene límites, es la mente de éste la que marca sus límites.
El ser humano, como ya bien saben, es ese haz de luz que sin él saberlo ya está iluminando el universo. El ser humano es, si la mente le dejase, el infinito en donde caben todas las posibilidades.
Esta ley de acción y reacción es una ley que el hombre aun no ha llegado a entender porque sólo la vive a un nivel humano. Hoy vamos a ampliarla para que abriéndose a ese infinito lleguen a sentir lo limitado que ha estado hasta hoy el hombre, siendo éste consciente o no. Esta ley ha sido incomprendida y, por tanto, no usada, cuando todo lo que existe esta a la disposición del ser humano para ayudarle a éste a llevarlo a ese estado de iluminación que necesita y que hoy exige.
Cuando las leyes divinas se aprenden a usar, es lo que ustedes llaman la magia, es vivir constantemente en esa Creación infinita. Hoy se vive -como se ha dicho- sin comprenderla, por tanto, cuando el hombre algo no comprende lo vive como un castigo y observa que de sus actos, de sus acciones, automáticamente le viene una respuesta que, por regla general, la vive como negativa o como castigo. Lógicamente, no ha asociado su acción, ha vivido esa reacción como un hecho aislado, ¿comprenden?
Todo lo que el hombre en su densidad vibracional hace, todo lo que hace, lo que piensa, lo que siente tiene una reacción, bien sea a nivel energético si es mental, si es emocional, bien sea a un nivel físico si así ha sido el movimiento de energía, concreto. Pero en cualquier caso esa actitud del hombre, al no ser comprendida como una unidad, como un todo que lo ha vivido separadamente, vive la reacción como castigo y, realmente, cogiéndonos a las leyes humanas, a las leyes de los hombres, sí tienen esa razón de dar el nombre de castigo a las reacciones divinas, y no se dan cuenta porque no lo asocian, que es un resultado de sus propios actos.
Por eso vamos caminando minuciosamente por esa cuerda floja, por ese filo de la navaja desde un principio, dándoles poco a poco las herramientas para que ustedes mismos evalúen sus acciones, sus actos, sus pensamientos, siendo conocedores de las leyes divinas.
Y deben, como también se les viene diciendo, unificar todo lo aprendido, todo lo escuchado, todo lo asimilado, para darse cuenta de que todo tiene una razón de ser. Cualquier pensamiento, cualquier hecho que aparentemente si no se asocia en conjunto parece que no se sepa ni por qué se está pensando o por qué se están haciendo determinadas cosas, si fuésemos capaces de unificar todo lo aprendido nos daríamos cuenta que nuestros pensamientos, y por tanto nuestras reacciones ante la vida, ante nuestra propia vida, no son ni más ni menos que un reflejo de nuestros actos, bien momentáneos o bien actos anteriores, pasados; yo realicé determinado acto y lógicamente eso tuvo un resultado que en su momento no se vio porque no era el momento, pero ese acto tuvo una reacción; esa acción tuvo una reacción y al cabo del tiempo yo no comprendo el por qué porque no he unido la totalidad, voy caminando por la vida separándolo todo, todo, vivo fraccionado. Y así el hombre no puede unificarse con las leyes divinas.
Por tanto, eso es a nivel humano, el ser humano reacciona de esa forma. Y si ustedes piensan u observan sus vidas, se darán cuenta que así lo han ido viviendo a lo largo de estas reacciones no queridas por ustedes, no buscadas por ustedes en el momento, pero si retroceden y son realmente transparentes con ustedes mismos, se darán cuenta que en su momento engendraron esa acción, por tanto también la reacción.
Insistimos, estamos hablando a un nivel humano. Pero no deben dejarlo por ser a un nivel humano, recuerden que estamos en el interior de cuerpos humanos y es partiendo de lo que somos que podemos atisbar a la realidad del espíritu, pero hoy estamos en el interior de un cuerpo humano con las trabas de este cuerpo humano a todos los niveles. Por tanto tengan muy en cuenta que todo lo que ustedes están recogiendo que -entre comillas- no les gusta, lo han generado ustedes mismos. Todo, amplíenlo a todo: formas de pensar, formas de hacer, formas de encauzar la vida, enfermedades, disposición ante esa enfermedad, ante esa vida, ante su entorno…, amplíenlo porque va mucho más allá, amplíenlo. Todo lo que ustedes llaman su vida es un reflejo de sus actitudes, de sus actos, y eso queda ahí. Pasamos.
Si a un nivel humano todo tiene una acción y por tanto una reacción, si es una ley divina, ¿cómo creen ustedes que se está actuando a ese nivel de divinidad? Porque repetimos, estamos dentro de una ley divina, por tanto tienen que conocer cómo se desenvuelve esa ley divina con la vida humana. Recuerden que antes de escuchar esa ley divina tienen que asimilar, y esa quizás sea la clave si quieren que les resuene lo que van a escuchar, esa sería la clave para que ustedes trabajasen durante un tiempo, cada uno el necesario, para rehacer su vida.
Ante los acontecimientos humanos, ante todos los actos de esta humanidad, lógicamente está habiendo una respuesta, y esa respuesta ustedes como la humanizan la verán o la están viendo como un castigo divino. Otros que no crean en esa divinidad lo estarán viviendo como un cambio climático, otros que tampoco crean en ese cambio climático lo estarán viviendo como unas temperaturas o reacciones insólitas de la Tierra. De cualquier forma que ustedes piensen, se les dice: es una reacción divina ante un acto humano. Y ahí desearíamos que estuviesen templados para continuar escuchando.
Como la divinidad –recuerden- no castiga, como la divinidad es totalmente imparcial y pura, está adecuando espacios para poder albergar a esos seres humanos que no se hayan quebrado por sus actos. Ustedes escucharán en breve que galaxias han colisionado, que la Tierra se está descomponiendo. Y lógicamente, a un nivel humano, como ya tanto han escuchado, como ya tanto han visto, se quedaran idénticamente igual que están. Pero para aquellos que algo les resuene en su interior, para aquellos que hayan buscado ese mínimo equilibrio para que sus cuerpos puedan estar, observar y continuar, para todos estos seres de humanidad se están adecuando espacios que puedan albergar esos espíritus.
Y no se juzguen como bueno y malo, no se juzguen porque se queden igual, no se juzguen porque les dé por emocionalmente estallar, no se juzguen por nada. Ahora sí, observen, observen sus actos, porque en base a ellos ocurrirá esa reacción. Pero es normal, es natural, es una ley, no se pueden saltar las leyes, las divinas. Por eso les decíamos que se les está apoyando para que todo lo que escuchen, todo lo que vivan les resbale para que sus cuerpos se mantengan en el equilibrio mínimo para poder estar, hoy, en el planeta Tierra, y mañana no. Pero poder estar, poder continuar estando.
Se les está ayudando a ello, lo cual no quiere decir que no sean conscientes de lo que está ocurriendo, de ahí que les decimos: no se juzguen por sus reacciones, están ante lo imprevisible, no pueden saber cómo van a reaccionar, pero tampoco juzguen a otros seres que no reaccionen como ustedes. Todo ocurre en base a esa ley y todo está bien, todo permanece en equilibrio. Es una reacción a actos del hombre pero que se está haciendo. Todo, todo, y nada como castigo.
Eso y así es la vida, esa es la vida. Hay seres que se equivocan, seres que no actúan, pues no ocurre nada, todo tiene una causa y un efecto, una acción y una reacción, no ocurre nada. Nada se termina, todo es una gran continuidad, pero -se les repite- sean conscientes porque es la consciencia la que les va a permitir flexibilizarse, no quebrarse.
A un nivel humano observen sus cuerpos, sus huesos, observen los huesos, recuerden que se les ha dado una idea de cómo alimentarse para que esos cuerpos sean más flexibles, que se les han dado ideas para observar sus vidas sin juicio ni prejuicio y enmendarse en lo que cada cual observe que debe avanzar.
Tienen muchos datos para que, si quieren llegar a ese momento con equilibrio y armonía, puedan hacerlo. Pero de nuevo depende de cada uno de ustedes lo que haga con todo el conocimiento que tiene, depende de lo que quieran ustedes alcanzar. No depende de estos servidores, no depende tampoco de la divinidad, recuerden que la llevan en su interior y son ustedes, dentro de esa libertad, los que deben de adecuarse para llegar a ello.
Tienen, y se les dará, mucho conocimiento para poder comenzar a andar hacia ese punto de luz que hay en su interior. Éste es el que les va a ir indicando el momento y el lugar, y ustedes, unos muy conscientes, otros no tanto y otros dormidos, van a llegar a hacer ese tránsito.
Pero continuamos con las leyes divinas. A causa –repetimos- de la acción del hombre, el Cielo tiene una reacción. Sí, esa reacción, como venimos diciéndoles en otras ocasiones, el hombre debería de vivirla con armonía. De hecho toda la ayuda que tienen ustedes a través del sueño, a través de estos servidores, a través de seres que están entre ustedes físicamente y que todavía no son conscientes, se les está ayudando, se les está dando un aporte de energía mayor para que puedan hacer ese tránsito en armonía.
Créanlo, siéntanlo, hasta incluso medítenlo, plantéense que sus cuerpos les acompañan porque es necesaria la acción para que haya una reacción, recuérdenlo. Imagínense, solo imagínense, que se necesitase de seres humanos totalmente despiertos, totalmente en armonía, que ya sintiesen ese Amor con mayúsculas que es el que todo lo puede, para servir en estos momentos a la Tierra. Rectificamos, en momentos muy próximos. Imagínense que los necesitásemos. Sería con sus cuerpos, porque sería para una acción ya, rápida, ¡ya!
El hombre necesita de su cuerpo, entiéndanlo, en este planeta necesita de sus cuerpos. Siempre su espíritu ha necesitado de estos cuerpos, por eso han nacido y renacido en el planeta. Si se necesitasen sus ayudas sería con sus cuerpos. Si sus cuerpos no los cuidan no van a poder ser servidores a ese nivel humano y físico, entiéndanlo. Es un ejemplo, pero no lo pierdan, porque puede ser un hecho real que se les necesite, todo depende de la acción del hombre.
Y ustedes, seres buscadores, seres despiertos, tienen el deber, que no la obligación, el deber, de cuidar sus cuerpos. Cuiden sus huesos, aliméntense bien, aliméntense de vida, recuerden, coman natural y poco. Hagan que su vibración se eleve a través de los alimentos porque es más rápido, no por nada más, porque es más rápido. Y en este momento la Tierra necesita de acciones rápidas.
Entren en armonía en su interior, agrádense, ámense, hagan que sus cuerpos se vitalicen a través de ese amor por ellos, háganle sentir al cuerpo que van a comenzar una nueva función, que van a ser premiados por ello.
Como les decíamos, pacten. El ser humano está acostumbrado a pactar y a romper esos pactos, por supuesto, pero no se atrevan a romperlos. Pacten con su mente, con sus cuerpos, pero a través del amor. Denle amor, no palabras, quiéranlo pero con un propósito, recuerden que el culto al cuerpo hoy no sirve. Recuerden todas las oraciones, únanlas, no sirve el culto al cuerpo, ámenlo desde el interior, háganle ver y sentir que va a ser su arma más valiosa para poder hacer, actuar cuando se le necesite. Y se le necesitará en la Tierra y así, sus espíritus en el interior de sus cuerpos serán grandes servidores de luz, grandes servidores de luz.
Acostúmbrense a escuchar y ver más allá de lo humano. Acostúmbrense aunque sea a través de un niño, a través de un humano, a través de otro ser que tengan enfrente. Acostúmbrense a escuchar y ver a alguien más grande que ese hombre que les está hablando, a alguien más que esa mujer que estoy viendo, háganlo grandioso, hagan sentirse y sentir que somos seres realmente privilegiados por el momento en el que estamos viviendo, por el momento, el grandioso momento del despertar de la Tierra, del despertar del hombre. Y podemos verlo físicamente, y podemos actuar físicamente, y por tanto habrá una reacción divina ante todo eso humano si lo elevan.
Aquel que tengo frente a mi es un hombre de carne y hueso, pero estoy viendo a un dios personificado y estoy actuando en base a lo que veo. Que todos los actos a partir de ya, todos, sean esa ofrenda, esa ayuda hacia el planeta y hacia los seres que están apoyando al planeta.
Tantas veces han querido ayudar, tantas veces han dicho y expresado en voz alta la gran necesidad de ayuda… Ahora se les está pidiendo. Cuiden sus cuerpos para que su espíritu, que reside en ellos, pueda actuar inmediatamente a la voz de ya. Cuiden los huesos que sostienen sus cuerpos a través de la alimentación y la respiración.
Vean que todo aquel que les rodea, incluido uno mismo, esta ofrecido a una gran misión, por tanto tengo que verlo y actuar en consecuencia a esa gran misión, porque yo así lo decidí antes de nacer y así lo he querido durante toda mi estancia en la Tierra. Actuando así no les quepa la menor duda que escucharan por ustedes mismos lo necesario para cuidar sus cuerpos, lo necesario para ir donde se les llame, y no lo tendrán que escuchar por nadie, lo escucharan cada uno de ustedes mismos.
El tiempo es ya, solo marca sus tiempos la acción del hombre. Decirles en dos, en tres, en cuatro, en cinco meses no sería correcto porque lo marca la actitud del hombre, la acción del ser humano. La reacción que pueda ser de tiempo medido, va en base a lo que el hombre de, a la acción que de. Pero no estamos hablando ni tan siquiera de un año humano, hablamos de un tiempo corto, hablamos de que a través de su energía, a través de sus vibraciones, las cuales se modifican a la vez con sus formas de pensar y sentir, pueden ayudar a que el transito, sea de meses o de años, sea en armonía.
Poco importa el tiempo, pero no hablamos de muchos años, no hablamos de “lo veré o no lo veré, o serán mis descendientes o no”, no, es ya. El ya lo marca el hombre, se repite, lo marca el hombre, pero hablamos -en sus tiempos- de muy poco tiempo. Y se les ira diciendo en base a la acción del hombre. Ayuden, ayuden a esa acción del hombre con sus actos para que la reacción del Cielo sea lo más armónica posible para el hombre.
Recuerden, tienen muchos datos y mas que se les darán, para comenzar a caminar hacia ese dar y darse. ¡Tantas veces lo han pedido, tantas!, recuérdenlo. ¿Tanto se les está pidiendo?, ¿tanto? ¡Si solo se les pide lo que ustedes tanto han pedido! De nuevo es una reacción, ¿observan? Es una reacción a lo que ustedes han pedido a través de sus actos, ¡cuántas veces, años, casi conscientemente desde su nacimiento en esta nueva etapa!
Ahora es momento. Pero de nuevo se les deja que sientan y se involucren hasta donde ustedes quieran. Siempre recordándoles que, sean las acciones que tomen las que sean, sea la ayuda que den la que sea, constantemente a ustedes se les está ayudando, se les está acogiendo, y sea cual sea su decisión siempre serán acogidos.
Así sea.

16 octubre 2009

Buscando el Centro

En el encuentro anterior hablábamos de la búsqueda de la armonía. En este, la búsqueda es hacia el centro del hombre.
Lógicamente, cuando el hombre busca el centro tiene que ir acompañado de la armonía: armonía interior, armonía exterior, armonía de ideas, armonía de hechos, para, sin tan siquiera saberlo, llegar a ese encuentro con su propio centro, con su esencia divina. Existe y está ubicada en el hombre, pero como tantas cosas que existen en su interior, desde su parte divina, su parte sagrada, y el hombre no conoce o reconoce pero están, pues este centro existe físicamente y es trabajo suyo el llegar hasta él.
Muchas veces se ha hablado que el hombre debe reconocer lo que es suyo y lo que es impuesto por otros, lo que es su necesidad y las necesidades impuestas por él mismo. Mucho se ha hablado sobre la fuerza que tiene toda la parte que le rodea, incluidos los demás seres humanos que están pero que no son él, y que se deja arrastrar por lo que no es él. Hemos hablado de todo ello para llegar a recordarles que en su interior existe ese centro, punto de armonía y equilibrio para hacer que su personalidad y su esencia divina, su espíritu, encuentren una comunión, una unión.
Y también se les ha recordado que toda la actividad que usan a lo largo del día, siempre buscando fuera, buscando lo que sea, pero siempre fuera de uno, todo lo que el hombre busca, sea lo que sea, siempre lo busca fuera, sea conocimiento, sea lo que fuere, y es en su interior donde deben buscar. Y ahí el hombre se pierde, se pierde con cosas ajenas a él que le gustan, que le apetecen, que lo embelesan pero lo entretienen, lo atrapan.
Es preciso que, en la medida en que cada cual necesite, sean ustedes los que evalúen sus necesidades. Cada cual, según su necesidad, debe descubrir qué es lo que necesita y qué es lo que su personalidad le pide o quiere, y una vez descubierto, si lo que buscan y quieren es ir hacia su propio encuentro, deben apartar de ustedes aquello que les aleja.
Al principio es una tarea bastante ardua, porque están habituados a conseguir todo aquello que les hace gozar -entre comillas-, y cuando el hombre se divierte, lógicamente esta entreteniendo esa búsqueda, ese anhelo. No es que no pueda divertirse, pero tiene, si así es lo que quiere, que divertirse y encontrar ese gozo en la búsqueda de sí mismo, porque realmente es lo que le va a enseñar el autentico gozo, el encontrarse y reconocer quién es.
Eso de antemano les va a suplir cualesquiera otras necesidades, tanto físicas como espirituales, les va a dejar plenos. Pero sobre todo, en esa búsqueda hacia el centro de uno mismo, lo que van a lograr es poder dar esa respuesta que quieren ustedes dar, que hoy es mental. Pero en la medida que encuentren ese centro, toda su actitud va a estar realmente en mostrar quiénes son y en hacer lo que han venido a hacer al planeta. Todo lo demás son entretenimientos que sus mentes y sus necesidades mentales les hacen tener para no llegar a ese fondo.
Por costumbre, por inercia, por comodidad, esa es la gran lucha que tiene el ser humano hoy. Por una parte quiere encontrar esa fusión con la esencia divina, y por la otra quiere llevar el mismo ritmo que su mente le marca, que sus necesidades le marcan. Es incompatible, por eso hemos comenzado diciendo: “sean ustedes quienes evalúen sus necesidades”. Pero si sus necesidades son profundas tienen que ir eliminando todos esos obstáculos impuestos por su mente, obstáculos de necesidades, obstáculos que se les ponen delante para ver la flexibilidad y la profundidad de lo que cada cual quiere o necesita, obstáculos en gran medida impuestos por el hombre, por él mismo, y en otra cierta medida por los seres que les ayudan y apoyan para, de nuevo, fortalecerles.
Recuerden que están entrando en ese manantial de energías nuevas, para lo cual tienen que prepararse, ponerse fuertes emocional, mental y físicamente. De ahí también que se les apoya haciendo que en gran parte, problemas, que así los viven ustedes, que solo son experiencias necesarias para su evolución, se les está apoyando para que esos “problemas” no les impregnen demasiado y los quiebren.
¿Recuerdan que les decíamos: “intenten que todo lo externo les resbale, que cerraran los poros para que todo resbalara”? Pues se está apoyando a toda la humanidad para que esos llamados por ustedes “problemas” sean más ligeros, porque en ese tránsito en que están sumergidos, el hombre es quebradizo, es un recién nacido, y tanto los apuros, las necesidades que este se ha impuesto, los problemas que no son tales pero así lo vive, todo, todo lo introducen en lo más profundo haciendo que su fortaleza de espíritu se quiebre, enfermando sus cuerpos y quedándose -que eso es lo más peligroso- atrapados en lo que ustedes llaman su vida, sus problemas.
A todo ello se les está ayudando porque el momento necesita de esa ayuda, el hombre necesita de esa ayuda. Y aunque ustedes no lo crean -se les repite- se les está ayudando, y una de las formas es la ya nombrada, hacer que todos los problemas no los vivan como tales, hacer que vean sus dificultades, pero salvables, ver que crecen detrás de una dificultad, que esa dificultad les ha dado más ánimo para continuar. En todo ello no están solos. Si ustedes fueran capaces de ver la energía que están recibiendo el planeta y los seres humanos, seria para mostrar las gracias y dejar las quejas a un lado.
Se trabaja contra reloj con todos ustedes, contra reloj. Lo que ustedes hoy no comprenden, lo que ustedes hoy no ven, lo que ustedes hoy ni tan siquiera atisban, todo ello se les está configurando. Están creando una nueva atmosfera para poder acoger a todos los seres que estén en su centro, de ahí que es importante que cada cual reconozca la ayuda que se les está mostrando, que se les está dando a nivel colectivo e individual, y poner todas esas fuerzas, poner todo ese ánimo en salvar lo mejor con la mayor dignidad.
Esos problemillas o dificultades que se les presentan en su vida diaria son solo experiencias, recuérdenlo, no se impregnen de ellas, son experiencias para crecer, experiencias para el alma. No pueden entrar en esos recintos sagrados con esas dificultades para entender su propia vida. Dado que no entienden, dado que todavía no están al cien por cien despiertos, cuanto menos, valoren y sientan la gran ayuda que está teniendo en estos momentos la humanidad. Eso ya es un paso de humildad, un paso hacia el agradecimiento que el hombre debe mostrar por tan semejante ayuda.
No se quejen por sus vidas. Eleven esos problemas, eleven esas dificultades, pidan ayuda a su centro, a su interior donde reside el que sabe. No busquen fuera absolutamente nada, porque nada van a encontrar. Es tiempo de buscar hacia adentro. Es tiempo de encontrarse con su centro, con su alma. Es el momento divino para hacer esa fusión. Todo lo demás que busquen son entretenimientos, y no está ni mal ni bien, recuerden, no existe la dualidad, ni el mal ni el bien, existe una necesidad que cada cual debe sentir con qué fuerza clama e ir a darle lo que clama.
Sepan distinguir cuando se están entreteniendo voluntariamente o cuando se están dejando arrastrar por la masa, una masa ciega, una energía potente, no la subestimen. Cuando el hombre está durmiendo, cuando tiene los ojos cerrados, tiene una energía que atrapa esa energía sutil y le hace desear necesidades que ni tan siquiera pasaron por él.
Y no se quejen por el momento en el que están. Al contrario, den gracias por estar participando de este nuevo amanecer, y recuerden que todo lo que se les está presentando en sus vidas es para templarlos y que puedan ingresar en esa gran burbuja.
¿Cómo encontrar su propio centro? ¿Recuerdan cuando hablábamos de la resonancia? Cuando algo resuena es porque está en vacio, una resonancia no puede como tal vibrar si no está hueca, vacía. Para poder encontrar ese punto de encuentro solo es necesario sentirse en vacio y desearlo, el centro viene hacia ti. Tu disposición es la de entrar en vacio sin que los pensamientos penetren, con un cuerpo tranquilo para que no moleste, y lógicamente, en el tronco del hombre, porque es un tronco hueco donde puede tener cabida esa vibración. Y resuena en el interior como las palabras cuando salen por la garganta, y esa resonancia despierta a esa conciencia y le hace recordar su unión con el hombre. Ahí la fusión voluntaria por parte de la personalidad del humano. Por tanto, lógicamente, si esta en el interior del hombre no se puede buscar fuera, por tanto tampoco importa el lugar donde uno busque, puesto que está en el interior.
Todo lo que el hombre necesita para llegar a ese vacío es una necesidad de equilibrarse, de armonizarse, pero no es necesaria para encontrar o llegar al centro, son adornos que se pone el hombre y que si los necesita para llegar ahí está todo muy bien, pero recuerden que es en la quietud allá donde elijan estar en quietud, es en el vacio total de pensamientos allá donde uno quiera estar en vacio. ¿Comprenden por qué el lugar no es tan importante? Ahora bien, si ese lugar hace que la persona esté en pura armonía, bendito sea el lugar, pero no se empeñen, que no interfiera absolutamente nada físico ni de pensamiento para poder fundirse con esa esencia que hay en el interior del hombre, con ese centro vital. Todos los problemas que el hombre se ponga se los está poniendo él, no existen, porque en cualquier lugar si así lo desea, puede quedar en quietud y en vacio.
Todos los impedimentos que la mente pone al hombre son producto de ella, es la mente la que los pone, no los hay. El hombre ha hecho de su vida un gran problema, y no es así, no existe. Desde que nace lo educaron para vivir una vida llena de dificultades, de tristezas, de lamentos, y no existe tal vida, eso más bien lo podríamos llamar una muerte lenta. Es lo que ustedes han creado y llaman vida, pero es una ilusión, no existe lo que están viviendo, es parte –recuérdenlo- de una experiencia necesaria para el alma. No la atrapen como vida, no es vida, es una experiencia más de la autentica vida.
Y la autentica vida no depende de este cuerpo físico, pues el hombre es esencia. Y es hacia esa esencia que queremos ir con nuestro cuerpo físico, para encontrarla. Pero el hombre –repetimos- es esencia y adopta mil y una formas, y en un preciso momento y lugar optó por una forma humana, pero esa forma humana es una ilusión momentánea para vivir unas experiencias en este planeta, recuérdenlo. No se impregnen como si fuese la vida, no lo es, es una experiencia más. Háganlo como un juego, y si no les gusta el juego cámbienlo, porque es un juego, es una experiencia que coge el alma para llevársela a su lugar, a la autentica vida, y es ahí hacia donde están entrando.
Pero a la autentica vida se entra despiertos, se entra conscientes, de ahí que esa burbuja está siendo creada para el hombre que está despierto, para aquel que quiere hacer ese tránsito consciente, y para eso no hay elucubraciones.
Sus mentes les preguntaran: “¿lo hare bien?, ¿lo hare mal?, ¿será así?, ¿será asa?, ¿qué debo de hacer?” Se les está diciendo: ir al encuentro de la esencia que reside en su interior. La esencia que reside en el interior necesita que conscientemente se vaya hacia ella para ella poder fusionarse. Es entrar en quietud, quedar en vacío y llamarla, y esta acude a la llamada. Esa vibración es tan poderosa, es tan mágica que cuando encuentra el camino correcto se fusiona, y todo, todo lo que ustedes están escuchando, todo lo que ustedes intuyen, todo lo que ustedes presienten se da al instante, y ahí se dice: han culminado su tarea, ahora sí pueden ir a su casa –con mayúsculas-, a su hogar, a su autentica vida. Mientras tanto son experiencias, es el gran juego que adoptan para impregnarse de lo necesario, experiencias necesarias, vibraciones que simultáneamente están enriqueciendo al espíritu, y las están encontrando aquí, en este planeta, dentro de estos cuerpos.
Así de grandiosa es la autentica vida. Pero si ustedes hacen de sus pequeños o grandes cuerpos el todo, de sus vidas el todo, ¿qué van a encontrar si ya creen tenerlo todo?, ¿qué pueden encontrar?: nada. Si creen que esta vida es ya la autentica vida, si creen que sus cuerpos es lo máximo que pueden alcanzar, pues ya lo tienen, no busquen mas. Es que es más sencillo de lo que sus mentes les muestran, es muy sencillo. Si ustedes creen que la vida es lo que están viviendo, si creen que todo es su cuerpo y sus dolores o sus maravillas, si creen que todo lo tienen ya, no busquen más, gocen de lo que tienen. Pero si realmente hay una necesidad vital porque intuyen, presienten, o llámenlo como quieran, que esto es una pequeña facción de una gran, grandiosa idea, no se queden atrapados en sus cuerpos, ni en sus cuerpos ni en sus experiencias, vívanlas como eso, una experiencia que viene, la tomo y la suelto. Cualquier tinte que se le ponga a esa experiencia como buena, mala o regular, ya es su mente; la experiencia es la experiencia.
No se dejen atrapar, es muy sencillo, todo es muy sencillo. La gran problemática es lo que sus mentes quieren hacer y ustedes dan por bueno, que como son sus pensamientos es lo real o lo correcto. Ni es real ni es correcto, de ahí que se les dice en cada encuentro y cada vez con más ahínco: no se dejen arrastrar por sus pensamientos, vayan a la sensación, a la sensación, vivan tras la sensación, que no sea la mente la que dirija sus vidas.
La mente no quiere entrar en ese estado de conciencia, entiéndanlo, no quiere entrar, se resiste a no ser ella la poderosa. Al resistirse hará que crean que sus cuerpos enferman, hará que crean que sus vidas son caóticas, hará que crean que es lo único que existe para encerrarlos bajo llave. Ahí son ustedes mismos quienes la tienen que acallar.
Entren en dialogo con ella: no me des más órdenes, tú estás, sí, estás, pero estás a la disposición de mi sentir, y siento blanco y tu vas a actuar en blanco, y si no tranquila, no te voy a obedecer. Hablen con sus mentes, y una vez entrados en ese dialogo hagan que calle, sí: ahora no te toca hablar, estoy relajándome, estoy entrando en mi interior, luego hablamos. Trátenla como si de otro ser se tratase: ahora te hablo, ahora no, ahora es tu turno, ahora te callas… pero con contundencia, como el que sabe, porque saben.
Recuerden que únicamente se les orienta hacia un recuerdo, pero ustedes saben. Repliquen como el que sabe.
Que así sea.

Frases