26 septiembre 2009

Buscando la armonía

Hace un tiempo les comunicábamos la necesidad que tenía el hombre de encontrar su propio centro, la importancia que tenía el que cada cual, cada ser humano, encontrara su sintonía.
Hablábamos de la frecuencia vibratoria que está teniendo lugar en el planeta Tierra, en su planeta, y cómo esa frecuencia vibratoria estaba influenciando la frecuencia de vibración del hombre. Y les aconsejábamos que unificasen, que sintonizasen con la frecuencia vibratoria del planeta.
Hoy se les dice que deben buscar la armonía en sus cuerpos. Y vamos a profundizar la gran importancia que tiene en estos momentos el encontrar esa armonía.
El hombre tiene demasiada documentación teórica. El hombre tiene mucho conocimiento mental. El hombre ha dado mucho de comer a su mente, ésta ha engordado tanto que ha desequilibrado su cuerpo y hay que buscar el equilibrio para que exista esa armonía.
El hombre ha dado tanta y tanta importancia a esa nutrición mental que ésta hoy le está pasando factura. Se ha hecho la dueña y señora de todo el cuerpo, de cada uno de los órganos, de cada una de las sensaciones. ¿Cuánto cuesta hoy encontrar que un ser de humanidad se deje guiar únicamente por esas sensaciones que su cuerpo le emite? Dificilísimo, porque tras una sensación, la mente la atrapa, la quiere encasillar y consigue hacerlo, consigue darle nombres, fechas y lugares, por tanto deja de ser una sensación. Ya la mente la ha dirigido para que responda como ella quiere que lo haga en base a todo el conocimiento adquirido por una sociedad caduca, por una mente que ya no procede.
Hay que buscar la armonía. El hombre debe flexibilizarse hasta tal punto que parezca que todo, acontecimientos, pensamientos, actos, le resbalan. Cualquier hecho que ocurra a su alrededor, cualquier pensamiento que su mente le mande, tiene que resbalar por él sin quedarse absolutamente con nada.
Deben buscar la armonía. Y para ello, además de flexibilizar esas ideas rígidas, esas emociones enquistadas, esos sentimientos, además tienen que idear la forma de que durante algunos momentos al día dejen la mente totalmente en quietud. Es una obligación que se les recomienda acepten para que en ese estar de quietud el espíritu pueda encontrar dentro de sus cuerpos ese punto de equilibrio. Porque recuerden que aparte de todo lo que ustedes ya saben que hay en su interior, reside su espíritu, y éste no encuentra en el cuerpo un momento de armonía.
Imagínense, como tantas veces han escuchado, que sus cuerpos son templos y en ellos reside el alma, el espíritu. Y ese templo debe estar en armonía. Y sus cuerpos no están armónicos. Sus mentes dirigen cualquier acto de sus vidas, cualquier momento de sus vidas, son estas las que los dirigen. Recuerden y aúnen todas las oraciones que están escuchando: la mente ha tenido y tendrá su momento pero en éste es necesario aquietarla, flexibilizarla, dar la posibilidad de que todo pueda ocurrir, no lo clasifiquen, no dejen que esta lo clasifique porque si es ella la que clasifica los hechos éstos no pueden cambiar, y estamos en el momento del cambio.
Si volvemos al principio y les volvemos a recordar que todo es energía, que cada ser de humanidad vibra con una tasa energética, esa tasa energética produce una resonancia en su interior que hace que sus cuerpos se armonicen o se desarmonicen.
Tenemos la necesidad de aunarnos con esa vibración del planeta que ya no es la que nuestro cuerpo tiene. Tenemos la necesidad de observar los cambios de la naturaleza para así replicar dentro de esos cambios de modo que nuestro cuerpo se armonice y tenga similar vibración al planeta. De otra forma el cuerpo enfermará, ya que el hombre no puede convivir dentro de un planeta que no corresponde a su misma frecuencia, no puede.
Dentro de este cambio de vibración, el hombre primero debe saber qué ha ocurrido o sentir qué está ocurriendo y adecuarse y replicar en consonancia para poder tocar la misma melodía. Por eso necesita encontrar el equilibrio para que éste lo armonice.
Muchas veces insistimos en que aquieten su mente, en que no le den más alimento del necesario. Les hemos explicado cual es la función de ésta y hoy no vamos a entrar de nuevo en detalles. Pero la mente tiene una función que hoy debe ser parada. Para alcanzar esa armonía, hay que dar a la mente su alimento y al alma el que le corresponde. Y hoy necesita poco alimento la mente y mucho alimento el alma.
La forma de alimentar a ese espíritu, a esa alma, es lo que hoy vamos a sugerir, recuerden, a sugerir. Deben de sentir lo que a cada uno le resuene y obrar en consecuencia. Pero se les sugiere para que adecuen ese cuerpo, esa vibración corporal, a la del planeta.
Deben de observar su alimentación. El cuerpo tiene demasiada alimentación, está sobrealimentado. El cuerpo necesita de alimentaciones más sutiles. Ya no necesita, y sientan lo que están escuchando, como necesidad el cuerpo ya no necesita, es más, puede rechazar la alimentación que hoy se le da. El cuerpo debe alimentarse de cosas naturales y desechar todo lo que no sea natural. Y poco, aliméntense lo justo, lo justo y necesario para las tareas que cada cual ejerza, más bien menos que mas. Traten de aliviar al cuerpo de desechos animales, traten de aliviarlo, eso les va a producir mayor flexibilidad corporal, mental, emocional y sentimental. Traten de incrementar las frutas naturales.
Traten de oxigenarse al aire libre. Comprueben sus vestimentas, vayan con colores armónicos, desechen las tonalidades oscuras aunque estén de moda. Usen perfumes suaves, muy suaves. Y dejen espacios de quietud para su mente.
Actuando de esa forma ayudarán a ese cuerpo a que asimile esas nuevas vibraciones. Tienen que sutilizarse, elevar esa vibración, vibran muy densos, la humanidad vibra muy densa. Tienen que vibrar más sutil, más rápido, como hoy lo está haciendo la Tierra, de ese modo sus cuerpos se sintonizarán, no enfermarán.
No pueden –repetimos- coexistir dos vibraciones distintas en un mismo planeta. Todo aquel que en este tiempo -no decimos tiempo venidero-, actualmente, momentáneamente, no se sintonice con la frecuencia del planeta, enfermará. Es lógico, entiéndanlo, y se les da, se les da las recetas -entre comillas- para que ustedes adecuen esa vibración corporal a la de su planeta para que este continúe acogiéndolos con salud, con armonía.
Cuando ustedes cambien, cuando flexibilicen esa forma de actuar con sus cuerpos, con su mente, notarán más la sensación de flotar, notarán más las sensaciones sutiles de esos perfumes no humanos. Porque en la medida que el hombre se sutiliza entra en esa otra dimensión que ya está preparada para acogerle donde todo es distinto. Y es cuando pueden entrar a eso que hasta hoy se le llama novedoso.
Ahí podemos entrar aunque aparentemente estemos dando recetas para el cuerpo, aparentemente. Lo tenemos, lógicamente, tenemos un cuerpo el cual hemos decidido llevarlo con nosotros, por lo tanto es aparentemente. Damos recetas para el cuerpo. Estamos entrando en otra dimensión de la cual ya hemos hablado en otros momentos. El hombre vive y convive dentro de varias dimensiones aun sin él saberlo, y esas dimensiones, esos estados de conciencia que coexisten entre sí, se alcanzan cuando se cambia el nivel de vibración del cuerpo.
A uno le es más bonito decir:”me estoy trabajando la mente con meditación, me estoy trabajando la mente con oración, me estoy trabajando la mente con ejercicios místicos, estoy…” Pero, ¿es real?, ¿han flexibilizado sus caracteres?, ¿han dejado que los acontecimientos que ustedes llaman malos, buenos o regulares pasen sin impregnarse de ellos?, ¿han conseguido estar momentos al día con la mente transparente y serena, con las emociones tranquilas y en armonía, con sentires totalmente apaciguados, en paz? Porque si no es así, por más que trabajen con la mente, contorsionen sus cuerpos, oren, no les va a hacer vivir o vivenciar ese estado de consciencia porque es un trabajo individual que deben hacer con todo lo que ustedes tienen. Tienen un cuerpo, tienen una mente, tienen unas emociones, y esto tienen que armonizarlo para que todos estos atributos, incluido el cuerpo, puedan ser elevados de vibración y entrados de lleno a esos niveles sutiles de conciencia.
Cuando ustedes escuchan: “son tiempos en los cuales el hombre puede escuchar la llamada y acudir a esta llamada”, ¿cómo se imaginan que pueden acudir a esa llamada?, ¿cómo se lo imaginan?, ¿pueden imaginárselo con esta forma de pensar actual, con esta forma de sentir actual, con este cuerpo actual, con esta vibración actual? Porque no se les dice que han de pasar por el tránsito de la muerte para que vean y vivan esas dimensiones, no es momento de ello y se les ha repetido muchas veces. Pero para que puedan atisbar, entrar, vivir y convivir con esos seres que están esperándoles en esos niveles de conciencia sutiles, tendrán que trabajar con sus cuerpos, con sus mentes, con sus emociones, con todo lo que son ustedes.
Nadie lo puede hacer por ustedes. Pasa por la alimentación, pasa por su forma de vestir, pasa por la flexibilidad de sus mentes, por lo que ustedes emanan y a la vez por lo que recogen de otros seres. Recuerden que todo, todo está mezclado y entremezclado, sus mentes, sus ideas, sus emociones, todo. Un acto que parezca voluntario igual es un acto reflejo de otro ser pero que inconscientemente lo hemos hecho nuestro.
Estamos entremezclados los unos con los otros, por eso de nuevo repetimos y hacemos alusión a otros encuentros: primero deben sentir quienes son, conocerse, si son ustedes o es que están respirando algo de los demás y se están impregnando de ellos. De ahí que les decíamos: “observen la vida como si no fuera con ustedes, que les resbalen los acontecimientos sean estos como sean, los califiquen ustedes de la forma que quieran, pero que les resbalen”. Sencillamente con el trabajo de ustedes mismos con ustedes mismos ya tienen mucho que hacer para, en poco tiempo, en corto tiempo, elevar esa vibración.
Tienen la necesidad, como seres de humanidad, de introducir nuevos esquemas en su interior. Y para ello deben cambiar radicalmente sus conductas, entre ellas la alimentación. Es muy importante, muy importante, están alimentados en exceso y con fragmentos descompuestos. Aliméntense de vida, ¡aliméntense de vida!, y poco, no necesitan tanta alimentación. Déjense llevar por su intuición, que la tienen, desechen por costumbre las comidas copiosas, las bebidas en exceso, los empachos mentales y físicos, dense la oportunidad de sentirse ligeros, livianos, flexibles de mente y cuerpo. Eso es tarea de cada cual a partir de ya que saben cómo conducirse.
Si el hombre tiene cinco sentidos, que dicen tener cinco sentidos -tienen muchísimos más sentidos pero no los trabajan-, aun esos cinco les van grandes, y es más, en la mayoría de seres se están atrofiando. El olfato, en la mayoría de seres humanos se está atrofiando. El tacto, la mayoría de seres no lo trabajan, no se tocan, no se abrazan, no se sienten a través del tacto. No se trabajan las miradas. Es todo a lo bruto, todo marcado por esas pautas densas, densas, que embrutecen al hombre.
Ya no es tiempo de ello. Tanto el hombre como la mujer deben recoger esa armonía que desprende el género femenino. Y no como masculino y femenino, sino como mujer, como feminidad, como flexibilidad, como dadora de vida.
Ya los tiempos de la densidad, de la fuerza, de la grosería como cosa gruesa, fuerte y grande dejaron su sello, pero lo dejaron, ya no es tiempo. El planeta vibra con una frecuencia sutil, la que a él le corresponde. El hombre debe hacer lo mismo. Y para ello no lo volvemos a repetir, ya tienen datos para sutilizar, para agilizar la vibración.
Deben sintonizarse con otros seres del universo los cuales tienen una frecuencia superior, hoy, a la de ustedes. Deben sintonizar ustedes esa misma frecuencia. Ellos mandan y mandan energía para ayudarles a hacer ese tránsito. Con sus pensamientos, con todo su corazón mandan a la Tierra y al hombre ayuda para que éste eleve la vibración, pero ya está en el hombre el hacerlo.
En la medida que cada cual profundice con todo lo escuchado e incorpore algo de lo escuchado, así él mismo sentirá qué está ocurriendo en su interior.
Tienen toda la ayuda, toda, siéntanlo así. A cada paso que ustedes dan, toda la ayuda se les ofrece. Es tiempo de eso, recuérdenlo. No nos cansamos de insistir, es tiempo de ayuda y es tiempo de que esa ayuda se ofrezca. Siéntanlo. Es tiempo de que la ayuda se ofrezca.
Una vez incorporada, una vez trabajada ofrezcan, ofrezcan lo que ustedes hayan asimilado, porque estará ya en su interior y será ese reflejo necesario para mostrar que se puede, que el hombre puede con todo lo que acontece en el planeta. Con armonía, recuerden. Puede con todo lo que acontece en el planeta viviéndolo con armonía.
Así es.
Amén.

22 septiembre 2009

Oración del día 16 de septiembre de 2009

Respiren con suavidad, profundamente. Mantengan la espalda erguida con la intención de abrirse totalmente a la magia, con la intención de posibilitar que ocurra en su interior ese instante mágico.
No den por hecho nada de lo que escuchen. No traten de entender, sencillamente ábranse para que resuene cada una de las palabras en el interior y estas ya irán haciendo su función.
A nuevos momentos nuevas formas de pensar, nuevas ideas, nuevas formas de actuar. Ya el tiempo del blanco y negro, el tiempo de la noche y el día, el tiempo del bien y del mal, el tiempo de la causa y el efecto quedaron atrás. Quedó atrás, pues, el tiempo de la dualidad y por hecho el tiempo del karma.
Todos estos conceptos tan arraigados en la raza humana ya están caducos, ya han cumplido con su función, pero el hombre tiene que soltarlos para dejar que entren nuevos conceptos, ideas, formas de vivir. Y para que el hombre entre dentro de esos nuevos conceptos no le basta con decir “estamos en un tiempo nuevo y hay que soltar lo viejo y abrirse a lo nuevo”. Bien, ¿y cómo se hace eso?, lo he oído pero ¿cómo suelto mi forma de pensar?, ¿cómo entro a una nueva fase de pensamiento?
Para eso tienen que comprender lo que ocurre, y una vez comprendan todo lo que ocurre dejarse llevar. De momento vamos a hacerles sentir esos nuevos conceptos a los cuales el hombre tiene que agarrarse. Una vez éste escuche esos nuevos principios de vida y asimile hasta donde él pueda asimilar, es dejarse llevar por los acontecimientos que se le pondrán justo delante para que continúe en su avance y se introduzca de lleno en esos nuevos conceptos de vida. Pero se tiene que dejar llevar, guiar, porque si no se deja guiar, lógicamente replicará como hasta ahora su cuerpo, su mente, su energía está replicando, en base a los conceptos que él tiene del bien o del mal, de lo bueno o no tan bueno, de la dualidad, en una palabra.
Dentro de este nuevo campo de visión que el hombre tiene que atisbar, no decimos que de lleno vaya a entender, comprender o ver, sino atisbar. Atisbar quiere decir intuir que pueda ser de esa forma y dejarse llevar por los acontecimientos de su propia vida, lo que le ocurra a él mismo.
Entiéndanlo bien, no queremos decir que se dejen llevar por las circunstancias de alrededor, lo que les rodee de sus semejantes, no. Entiéndanlo bien y no lo confundan, lo que se le pone a su vida, ante la vida del ser humano. Se le pondrá unos acontecimientos que él tendrá que resolver, que lidiar, que arreglar o sencillamente comprender. No lo de su entorno. A cada cual se le planteará de forma distinta puesto que cada ser de humanidad es distinto.
Hasta hoy, se le dé la palabra karma o no, o no, entiendan el concepto de karma o no, la energía del ser humano desde su venida a la Tierra ha sido una réplica de ese karma, de esos acontecimientos no resueltos, no resueltos en una vida, recogidos en ese tránsito que llamamos muerte, recogidos en ese tránsito y vueltos de nuevo al nacimiento con esa carga pendiente para resolverlos en la vida actual. A eso, en rasgos generales, le llaman karma.
Y el hombre, le dé la palabra o no como le hemos dicho antes, comprenda o no, lo lleva impregnado desde sus inicios, impregnado, impregnado hasta tal punto que sin ser consciente, la palabra que él usa determina constantemente ese hecho, como por ejemplo cuando dicen: “bueno, no pasa nada, ya alguien le rendirá cuentas, o ya rendirá cuentas a alguien”, o “bueno, ¿quién soy yo para castigar?, ya recibirá su castigo”.
Son formas de hablar que están impregnadas en lo más profundo del hombre y hasta ahora le han servido, y han servido, entiéndanlo y recuerden todo lo que hablamos anteriormente en los encuentros, todo sirve, todo, y todo ha servido, todo. Para llegar a un punto evolutivo todo nos ha servido. Ahora bien, cuando ese punto evolutivo ha llegado ya hasta el punto de tener que elevar esa vibración, no se puede elevar una vibración con lo anterior, con lo antiguo, con lo que ya no corresponde, porque esa forma no va a dar la posibilidad de dar ese paso evolutivo en la conciencia humana. Por tanto, sirvió. Pero ahora tenemos que entrar, el hombre, ustedes, tienen que entrar en una nueva forma de ver, de sentir y de pensar, y para ello se tienen que cambiar los conceptos antiguos.
No existe el bien y el mal, ya es momento de que lo asimilen. Todo lo que ocurre y ha ocurrido es para que el hombre evolucione, no como castigo, nadie nos castiga ni nosotros mismos nos castigamos, es y ha sido necesario para nuestra evolución. Eso que hemos llamado mal o bien tampoco es que lo hayamos merecido en otras vidas, recuerden, no. El hombre ya vino en sus inicios como ser perfecto, vino para recoger experiencias de un plano concreto, denso, para evolucionar su espíritu que está en constante evolución.
Para ello se impregno de esa densidad que llamamos cuerpo una y otra vez, y fueron necesarias cada una de las leyes impuestas por el hombre, necesarias, necesarias para que pudiera recibir dentro de este cuerpo la densidad del planeta, las ideas de éste, la temperatura de éste… Se fue amoldando ese espíritu al cuerpo, aceptando cada una de las leyes para su propia evolución sin tener ningún recuerdo, sencillamente un acto auto reflejo de aquello que fue ese haz de luz, recuérdenlo. Todo voluntariamente, repetimos e insistimos.
El inicio fue únicamente decidido por el propio hombre. Podía haber decidido quedarse en estado de energía y servir -de servicio- de otras miles de formas. Decidió tomar un cuerpo físico dentro de este planeta, en el cual hubo y hay unas leyes universales y unas leyes del hombre, unas leyes divinas y unas leyes impuestas por los hombres, pero ello lo aceptó también siendo consciente de su pérdida de memoria a un nivel momentáneo. Siendo consciente de todo ello decidió venir y en ello se impregnó con esa ley llamada karma o causa y efecto, y todo sirvió, se insiste, todo sirvió.
Ahora tiene que recoger esta nueva temperatura, por decirlo así. El hombre ya no tiene la misma vibración, por eso en este tránsito de vibración está insatisfecho y busca. No en un país o en otro, en todo el planeta, todos los seres que habitan en él andan buscando. Andan buscando el sentirse medianamente ubicados en ellos, en su forma de pensar, en su forma de ver, en su lugar, en su país. El hombre trata de coger su ubicación pero –recuerden- no la puede encontrar fuera de él, de ahí que les decimos muchas veces: “estén en su centro porque fuera van a ver caos y mas caos”
El hombre que ya busca un camino, ahí sí puede encontrar porque ese camino que busca al fin le llevará a su interior y al fin escuchará, leerá, de alguna otra forma le llegará el modo de poder dar con otras leyes para poder aplicar, aplicar, a su necesidad tal y como vaya resonando lo que escucha, resonando lo que lee, resonando lo que intuye. Y aplicará y encontrará, y cada cual encontrará su medio aunque al fin todos hablen de lo mismo y todos nos lleven al mismo camino, pero cada cual debe encontrar el suyo.
Dentro esas nuevas pautas donde ya lo que yo haga no está ni bien ni mal, mi forma de pensar no es ni buena ni mala, en mis decisiones no cabe el error, cuando actúo ya lo debo hacer sin miedo puesto que no arrastro nada ni dejo pendiente nada. Recuérdenlo, no pueden dejar pendiente nada. Si ponemos ejemplos cójanlo como ejemplo pero siéntanlo.
Si mi vida, lo que yo llamo vida, se culmina dentro de un instante, dentro de unas horas o unos días, no tengo nada pendiente conmigo ni con nadie, paso limpio, totalmente limpio, no llevo carga alguna, no tengo que solucionar absolutamente nada, todo lo que he hecho, todo lo que he cumplido ha sido ideado de la mejor forma con todo el amor para servirme y servir a la humanidad y al planeta, puesto que no existen los conceptos de bien o de mal.
Eso ya es un paso muy, muy importante, porque si asimilamos que no puedo dañar, que no me pueden dañar, si en mi resuena que toda mi vida pasada, presente y futura está en la máxima perfección, ha sido milimétricamente pensada por el que sabe, que mi cuerpo solo ha sido una réplica de aquello que debía ser, no puedo tener pendiente absolutamente nada, por tanto mi conciencia debe dejar totalmente en paz y en armonía a mi mente, y mi mente a la vez no debe pensar más allá de lo que escucho en el instante, de lo que pienso en el instante. No puedo pensar en el ayer ni en el mañana, ni en el me lo están diciendo de una forma o de otra: ¿qué color llevará?, ¿qué tinte me estará dando? Te está dando el tinte perfecto, te está dando el color más luminoso; no pienses para nada que está actuando mal o que tú estás actuando mal. Ni él ni tú estáis actuando mal, hay una corrección, una perfección exquisita aunque tú no lo veas, aunque tú no lo sientas.
Abrirse a esos nuevos conceptos es tarea de cada cual. En la medida en que se abra uno a ellos irá comprendiendo, porque así lo irá sintiendo, todo lo que comienza a ocurrir. Sin estos conceptos claros cada uno puede pensar que el semejante viene a por él, que existe el egoísmo, que cada cual vive y hace por él, y no es correcta esa forma de pensar, no es correcta. La forma de pensar correcta y perfecta es ver que el sentido que se le está dando a la vida y el sentido que a mí me están transmitiendo mis semejantes de esa vida es la perfecta para él y para mí que lo escucho, para él y para mí que me lo hace vivir, la perfecta.
No se puede esperar que en unos instantes de escucha vayan a comprender, no se puede esperar que en unos instantes lleguen a asimilar, no se espera eso de ustedes. Lo que sí se espera es que abran a nuevos conceptos su mente y su corazón, que sientan aquello que les resuena, que den la posibilidad de que la magia ocurra a través de ustedes. La magia puede ocurrir, lo imprevisible debe ocurrir. Pero para ello tienen que abrirse a nuevas posibilidades y romper con esos conceptos viejos, deben de observar si su forma de pensar vuelve a replicar de la misma forma, si se vuelven -ustedes mismos- a observar pensando de la misma forma haciéndose culpables o haciendo culpable al prójimo.
No existe la culpa así como no existe el miedo, ni existen el bien ni el mal. Todo eso les ha servido para tenerlos controlados en ese cuerpo denso y físico, pero ahora ya están fuera de ese cuerpo. Si, escuchan bien, están fuera de ese cuerpo. Se asombrarían, se asombrarían de verse a ustedes, a cada uno de ustedes, literalmente volar cuando llama el sueño, literalmente ir y venir con alegría, recogiendo esa nueva forma, esa nueva energía.
Y les resuena en su interior cada palabra que escuchan, pero ahora tienen que vivenciarla. Y para ello tienen que ir anulando los conceptos antiguos que tienen y eso les va a resultar muy fácil, muy fácil. Muy fácil porque, en su mayoría, el hombre replica con los conceptos antiguos. Si ustedes se observan repitiendo los mismos, ya esta, así de sencillo: anúlenselos; no es la forma de pensar correcta, esto fue, hoy ya no, como aun no se qué pensar dejo mi mente en blanco, todo está bien.
Todo está bien, díganselo a ustedes mismos. Van a ir viendo constantemente que su forma de pensar replica a la antigua. Automáticamente paren unos instantes, sencillamente, unos instantes, y no le den más fuerza a ese pensamiento, al contrario: soy un ser perfecto, pero es que quien tengo frente a mi es también perfecto aunque él no lo sepa; pero yo lo sé. Por tanto no le voy a dar más fuerza al pensamiento, no soy culpable de nada, he actuado en base a lo que he sentido en este instante, en base a lo que la vida me ha hecho, y es perfecto, todo en mi es perfecto, por tanto no te voy a juzgar que tú no hayas sido perfecto, también lo eres aunque me cueste entender.
Deben hacerse esa reflexión constantemente, porque cambiar un concepto no es sencillo. Les va a resultar fácil verse, pero verse en lo antiguo, eso sí les va a resultar muy fácil. Lo que ya no va a ser tan fácil es que paren esa mente, retrocedan y se vean como seres perfectos, y a sus semejantes. Ese es el trabajo que deben de hacer.
Pero nunca –recuérdenlo-, nunca van a estar solos en este nuevo despertar, nunca. Traten por todos los medios de ponerse en oración. Traten de comprender que entrar en oración es entrar en lo más perfecto de uno mismo, es entrar en contacto con el alma. Entrar en oración es entrar en comunión con las fuerzas del universo conscientes de que son luz. Entrar en oración es fusionarse con la Divinidad, y si el hombre se fusiona con la Divinidad esta le va a dar siempre, a cada instante, los medios necesarios para que no desfallezca y la fuerza y energía necesaria para ver con claridad el siguiente paso.
Deben entrar en oración porque les va a ayudar a ver y entender qué está ocurriendo en su interior y fuera de él, les va a ayudar a ver ese paso siguiente ante el cual el hombre titubea porque aun está en los conceptos, “lo haré bien, lo haré mal, será lo correcto, no será”, siempre pensando, como es natural, en lo que conoce. Dejarse llevar ante lo desconocido solo se puede hacer cuando el hombre entra en oración sabiéndose que hay algo superior, llámenle algo, algo superior a uno que le puede dirigir y le puede dar la vida, la vida con mayúsculas, le puede dar el sentido de su existencia.
Poco a poco, pero dentro de esta apertura, dentro de estos nuevos conceptos, iremos recordándoles, porque aun dentro de lo novedoso, de lo que llamamos tiempos novedosos, en lo más profundo del hombre nada es novedoso para él porque todo lo sabe, recuérdenlo, el hombre está desde su existencia replicando en la perfección.
Pero para que entienda adónde y el por qué, todo se les va a ir recordando y se insistirá todo lo necesario a cada uno individual y colectivamente, recuérdenlo, siempre se les está guiando, siempre ha ocurrido y en estos momentos, sobre todo, en estos instantes de transición, no les quepa la menor duda de que son muy bien guiados. No hay palabra, no hay pensamiento, no hay hecho que no esté supervisado, por amor siempre, siempre intentando llevarlos entre algodones para que toda esta transición, todo este momento o caos planetario no les dañe en lo más profundo, hasta incluso podríamos decir, dejando que sus cuerpos físicos puedan estar en optimas condiciones; hasta en el cuerpo físico, cosa que en los tiempos anteriores no se contemplaba. Hoy el hombre puede hacer una transición planetaria aun con su cuerpo físico. Pero esto es lo de menos, esto se les da como un dato referencial para que no estén pendientes de éste, para que si les duele o les deja de doler es lo de menos. Pero aun en este cuerpo se les está apoyando para que hagan esa transición lo más armónicamente posible.
Comprendan y recuerden que hemos hecho mucho hincapié en que deben unirse a seres similares a ustedes para que esa energía les posibilite ese cambio más fácilmente. Y les decíamos que siempre el hombre se ha de apoyar con el hombre, que ha de apoyar energía con energía similar para que esa tasa vibratoria se elevase y les fuera más fácil sentir, ver, percibir. De alguna forma les hemos hecho hincapié para que sus cuerpos físicos y sus mentes concretas puedan tener mayor facilidad para que no se echen al vacio sin saber qué ocurrirá. Pero si en casos puntuales no necesitan de otro hombre y sintiendo esa fuerza inmensa se echan al vacio, no les quepa la menor duda que no necesitan nada más, porque en ese vacío es donde van a encontrar y a llenarse de estos nuevos conceptos.
Pero somos conscientes de que esos seres son una gran minoría, minoría. Por tanto, insistimos que es mucho más fácil cuando se aúnan grupos y esas energías se apoyan unas a otras para poder dar mayor consistencia al instante de sus vidas, si así siempre lo necesitan, no más. Es una sugerencia, pero recuérdenlo, recuerden que en estos momentos si se necesitan unos a otros deben ir a por ello, todo siempre dentro de esa necesidad de cada cual.
Obsérvense. Observen sus necesidades, sus formas de pensar, obsérvense hasta la saciedad. Obsérvense a ustedes mismos y no se dejen pasar absolutamente nada, nada que replique dentro de esos conceptos viejos. Llamamos viejos como cosa que ha pasado, como hecho que ha cumplido ya su función, pero no desechen absolutamente nada puesto que todo ha cumplido su función.
De cualquier forma, ustedes, cada uno individualmente, se van a sentir con necesidades desconocidas para ustedes mismos. Pero siempre que sientan una necesidad que no saben darle nombre, a poco que se interioricen verán el por qué y cómo llegar a esa nueva necesidad. A poco que se interioricen está todo palpitante a punto de que cada cual quiera cogerlo. Ya no está encerrado ni ocultado ni introducido en lo más profundo, está todo latente ahí a la disposición de cada ser humano que intuya, que sienta, que necesite. Ese es el regalo del que tanto y tanto y tanto se viene hablando. Esa es la necesidad de recoger cada ser humano todo aquello que le corresponde.
Ya no vale. Y esto entiéndanlo y amplíenlo. Cuando usamos los conceptos de “ya no vale”, de “viejo”, sientan las palabras que van más allá, mucho más allá de lo que escuchan y amplifíquenlo. Ya no vale la forma de pensar, sirvió pero ya no sirve. Ya no sirven las profesionalidades, ni doctores, ni arquitectos… Ya no sirve, sencillamente, sirvieron. Hoy sirve única y exclusivamente el corazón, el darse a uno con la complacencia y sin miedo de saber que está en lo correcto. Por tanto, si amplifican, la enfermedad ya no existe, si no existen las profesiones no existen los doctores, no existen los sanadores. ¿Van comprendiendo más allá de las palabras?
Hoy simplemente les hacemos un pequeño recorrido a todas las grandes posibilidades que tiene y con las que cuenta el hombre para hacerles romper todos esos conceptos caducos: “voy al doctor para que me cure”, “voy al sanador para que me sane”, “voy para que me…” Cualquier cosa que no dependa de ustedes, cualquier cosa que no se dé en su interior hoy no sirve.
Pueden, por supuesto, porque están ahí, porque están dentro de esa vía del despertar, pueden y deben comunicarse. Orar –recuerden- es comunicarse, es entrar en comunión, es fusionarse dentro de esos nuevos conceptos. Eso sí, y ahí ya entra la sanación, ahí ya entra la perfección, a todos los niveles, a todos.
Rompan con los conceptos del bien y el mal, rompan con los conceptos de la ley de causa y efecto, rompan con los conceptos de las profesionalidades. No se empeñen en replicar con aquello que ustedes ven como correcto o incorrecto, simplemente vivan, sencillamente, repliquen en cada instante sin llevar nada premeditado, sin llevar nada dado por hecho.
No tienen que justificarse ante nada ni ante nadie, y eso se les irá mostrando a cada instante. ¿Cómo?: recuerden, el hombre no tiene otro medio para que le muestren cómo debe de comportarse sino es a través de sus semejantes o a través de sí mismo, por supuesto. Son los dos medios de los cuales todas las energías que están apoyando al planeta pueden interceder e interceden a través de su conciencia en ese estado que llaman sueño o a través de un semejante que pone automáticamente en evidencia una forma de hacer o pensar de cada cual.
De ahí que volvemos a insistir: aquello que me llegue a través de otro es perfecto aunque a mí, en este momento, no me haya caído bien, aunque en ese momento no lo haya comprendido, es más, que me haya revelado. Es perfecto.
Y dentro de esa perfección está replicando el ser de humanidad.
Así es.
Amén.

15 septiembre 2009

En la vía del nuevo despertar

Que el hombre es un haz de luz, esto ya lo sienten. Que el hombre es la perfección máxima, es lo que tienen que aprender.
Y en este nuevo despertar, en este constante despertar, se les alienta para que vayan sintiendo que son seres perfectos. Y se les mostrará a cada instante.
Recuerden que constantemente se les está dirigiendo aun sin ustedes saberlo. Cualquier pensamiento, cualquier acto que crean propio, hoy ya no lo es. Pueden llamarlo casualidad, pueden llamarlo una prueba, pueden llamarlo de mil formas, pero sencillamente o grandiosamente es la preparación que cada ser necesita para cobrar la conciencia de quienes son.
Y pueden creer que es un hecho por repetición, pueden creer que es un acto voluntario del hombre, y se harán mil y una preguntas y sus mentes les llevaran y traerán. Y pasará un tiempo en que aun crean que son ustedes mismos, pero recuerden que constantemente se les está dirigiendo porque así lo decidieron cada uno de los seres que escuchan. Y se vale esta Divinidad de otros seres para inculcarles o dirigirles, y se vale de cada uno de ustedes para hacerles ver en el estado momentáneo de cada instante cuáles son sus sensaciones, cuáles sus sentires, cuáles sus pensamientos. Únicamente para que despierten a esa grandeza que son, valiéndose de ustedes mismos.
Eso es un hecho, eso es real y ocurrirá constantemente. Y no le llamen casualidad. Ya no está, ya no existe, recuérdenlo, ni la casualidad ni la inconsciencia ni la equivocación, ¿lo recuerdan? El hombre no puede equivocarse, no cabe la equivocación en él. Son experiencias necesarias para dar el alimento que cada cual necesita.
Lo que en un tiempo no muy lejano escuchaban y al tiempo parecía que tenían respuesta a través de ustedes mismos, de sueños o del propio semejante, pero quedaba ahí y ahí quedó durante mucho tiempo dándole el nombre de casualidad, curiosidad… ¡qué curioso!, ¡qué casual!, ¿se van dando cuenta que toda aquella teoría que entonces vivían como real, como asimilado, se dan cuenta que cuando en un momento puntual se les dirige para que automáticamente ustedes mismos se den cuenta y de alguna forma evalúen el punto en el que están, el punto evolutivo, por supuesto, se dan cuenta que ya no es teoría, que ya se están involucrando?
Es y ha sido un ejemplo, pero vivan en cada instante a partir de ya, vivan la vida como observada desde ese punto de elevación al cual ustedes aun no pueden llegar pero que sí existen seres que desde ese estado de consciencia les están dirigiendo para que ustedes mismos lleguen a ver con esa claridad, lleguen a sentir sin ninguna equivocación quien es realmente el ser humano, de qué está hecho este ser.
No hace tanto que se hablaba de sus personalidades, como acaban de escuchar, pero hoy parece que hayan pasado cientos de años. Claro está que seres humanos están dando culto a ese cuerpo, por supuesto, pero aquel que está en su interior ya no tiene duda alguna. Y eso es muy importante. A quien está en el sendero ya no le caben las dudas, el que está despertando es el tiempo y observará, como hace un instante, que toda la vida se pone adecuadamente para que él llegue a sentir quien es, a dar fuerza y unirse a ese Todo evolutivo, ser parte del Todo conscientemente.
Recuerden que con solo el despertar de un ser alumbra a millones que estén dormidos. Solo con el despertar de un ser, solo con la vibración consciente de un ser de humanidad se hace posible que millones de hombres que duermen despierten. Esa es la luz a la que se refiere constantemente el hombre, es un ser de humanidad y debe brillar con luz propia en ese despertar para poder ser guía, para poder ser referencia para aquel que todavía bosteza.
Pero lo que se pretende, lo que en este momento se ha pretendido a través de un, a través de un, es que lleguen en su totalidad a ver que sus vidas no dependen de ustedes, en el sentido que si se dejaron guiar, que si quisieron ser guiados, puedan ver y percibir que constantemente se les va a poner delante para que reaccionen al instante en base a su forma de pensar, a su forma de sentir.
Es un nuevo comienzo. Y recuerden que les dijimos: siempre se está apoyando al hombre si este así lo decide, siempre. Pero en estos momentos en donde todo debe brillar, donde no cabe la oscuridad, la ocultación, al instante se darán cuenta que están siendo dirigidos.
Y esto se les dice para que observen sus propias vidas, para que observen sus actos, el mas mínimo, aunque les parezca algo que han repetido, aunque les parezca que es un pensamiento rutinario, aunque les parezca que es el mismo hecho. A partir de ya. Ni es rutina, ni es el mismo hecho. Si fuese así se les mostraría en el instante a través de otro ser humano para abrirles los ojos, no para dejarles en evidencia, ni muchísimo menos.
Siempre se les dirigirá con amor, siempre se les dirigirá con armonía, serán ustedes mismos los que observarán que no ha sido casual, que ha sido para ustedes únicamente, para usted, únicamente para el otro. Eso lo que –quizás- haga la diferencia de la individualidad y la colectividad. Yo soy un ser individual pero vivo en una colectividad, y hago uso y me demuestran constantemente que soy parte de una energía de seres y que su evolución es mi evolución.
Constantemente se darán pruebas para que observen el punto en el cual están. Si dijeron y se dicen seres que buscan la verdad, se les va a mostrar constantemente la verdad ultima, no la verdad del hombre ni la verdad de cada cual, la verdad ultima. Se les irá mostrando con amor para que ustedes vayan abriendo ese corazón y esa mente a todas las posibilidades, a todas, a todas la que existen que no se pueden ni imaginar.
Y se tomará a cada ser en el momento que convenga con el permiso de sus seres, de su ser, de su alma. Con el permiso –se repite- de sus seres, de su ser y de su alma, no de su personalidad. Se les mostrara cuando menos lo esperen, en el –quizás- momento que ustedes pueden calificar como inoportuno, pero sentirán en lo más profundo que ha sido el momento indicado para su despertar y se sentirán agradecidos por ser tocados, premiados -como se les decía- por ese ser que sabe, por esa energía que sabe, en definitiva, por ese camino abierto para todos los seres humanos, un camino propio, un camino consciente que atrapa, aun sin saber, por ese sentido último de amor al cual nos referíamos el encuentro anterior, ese premio que el hombre no quiso aceptar para poder llegar hasta el fin y dar lo mejor de sí.
Vivan como una experiencia pero no la olviden. Y no se sientan molestos porque se escuchen sus pensamientos. Es necesario porque así ustedes – recuérdenlo- lo pidieron. Por eso se les decía: observen sus pensamientos porque estos se les mostrarán, observen sus sentires porque estos también se mostrarán, observen sus necesidades porque estas también se mostrarán. Para su desarrollo evolutivo.
Esa es la ayuda. No se les puede ayudar de otra forma sin soltar todo lo que hay en su interior que ya no corresponde. Y para que ustedes suelten lo que ya no les corresponde se tiene que evidenciar, tienen que verlo, tienen que sentirlo y tienen que darle el nombre que le corresponde.
No es una casualidad. Me lo han puesto para mejorarme. Tampoco me lo han puesto para castigarme ni para poner en evidencia el momento actual en el que estoy. Sólo me lo indican, porque así lo pedí, para mi desarrollo evolutivo, para mi reencuentro con mi propio ser.
Esa es la ayuda, y se va a ir mostrando de mil y una formas y siempre ustedes estarán satisfechos con cada una de las muestras.
Así será.
Así es.
Amén.

07 septiembre 2009

La fidelidad

Bienvenidos, bienvenido a todo ser humano que de alguna forma escuche, lea o le lleguen las palabras. Bienvenidos a esta nueva etapa de la humanidad. Y bienvenidos, sobre todo, a todo aquel ser humano que abre su mente y su corazón a nuevas posibilidades.

De antemano les decimos que ser fiel a la idea, ser fiel al universo, a Dios, es realmente lo que el hombre, lo que ustedes, vienen haciendo aun sin creerlo, ¡aun sin creerlo!, desde que son o fueron creados.

El hombre se ha detenido y se detiene muchas veces ante una dificultad, ante un contratiempo, según cada cual, se detiene, se detiene y piensa o siente que ha retrocedido, que se ha parado, que se ha quedado atrás. El hombre nunca retrocede, la humanidad nunca retrocede, la vida nunca vuelve atrás. La vida es y seguirá siendo vida en su propia evolución y camino, no existe la vuelta atrás, no existe el retorno, siempre es una constante ida, ida o ir hacia esa perfección que es el hombre.

Partimos de esa base aunque ustedes lo escuchen como una metáfora, aunque ustedes lo escuchen como una quimera. Es real.

El hombre siempre ha caminado hacia una perfección. Desde que existe, toda su evolución ha sido ideada para llegar a esa perfección, y la fidelidad con la cual lo lleva es digna de admiración, admiración por otros seres, admiración por otras naturalezas, por otras vibraciones.

Partimos de la base en esta nueva etapa, de que el hombre, el ser humano, tiene que redescubrirse, tiene que llegar a sentir quien es, tiene que ofrecer ya todo lo que está en su interior. Y escuchen bien: en su interior. Nada está fuera de él, nada. Todo aquello que escuchan y escucharán lo lleva cada uno de los seres humanos en su interior y lo lleva guardado intencionadamente hasta el momento previsto por la Divinidad para salir. Y ese momento previsto ya está.

Por tanto el hombre va a ir ofreciendo en un inicio todo lo que él siente que es. Va a sentir que es una buena persona, va a sentir y comprender que lo que pensó en un momento que fue equivocación, cualquier hecho de su vida, no fue así, que en su vida no cabe y jamás lo hizo esa equivocación. Va a ir comprendiendo que lo que él llamo errores cometidos fueron aciertos. Va a redescubrir su infancia, su adolescencia, su pubertad, su vida, dándose cuenta de que cada paso o expresión a la vida que él calificó como buena, mala, regular, necesaria o innecesaria fue realmente perfecta para llegar a ser quien es. Va a descubrir y observar que lo que él tenía, el concepto de una vida triste o precaria, fue, es y seguirá siendo perfecta para ese desarrollo del alma, del espíritu.
Cada ser humano eligió por siempre sus experiencias en la etapa de vida para complacer a su alma, para llegar a esa unión con su espíritu y que este le descubra realmente el personaje que es, no la personalidad a la cual ustedes están ajustados. Esta personalidad a la que están o creen estar pegados es una ilusión, una de tantas ilusiones que el hombre ha contemplado pero que ya observa, porque así lo siente, que en su interior hay algo más.


Y no es la mente la que le dice que hay algo más. La mente queda en un plano físico, y en lo que el hombre puede llegar a sentir y esta sintiendo de lo que es, la mente no le puede dar respuesta a las sensaciones que en su interior nacen.

En todo ese bullicio, en todo ese caos está sumergido el hombre, un caos interno que es reflejado, lógicamente, en el exterior. Por esos tantas y tantas veces se les dice, se les ha dicho y se les dirá: no juzguen lo que ven fuera, porque lo que ustedes están viendo fuera es una réplica de todo lo que está ocurriendo en el interior del ser humano, una réplica de un no saber qué ocurre y tengo que reaccionar de alguna forma, y aparentemente esa reacción puede levantar bambollas, y ser agresiva, y aparentemente, aparentemente, aparentemente…
Todo es ilusión, todo se mueve en el ámbito de la apariencia. Solo es real esa fidelidad que el hombre y todos los seres de vida contemplan hacia algo Superior sin saber a qué, pero que les hace continuar y continuar aun ante la desesperación de la personalidad de muchos seres humanos, ante la desesperación de la incomprensión de muchos seres humanos.


Ante todo eso que aparentemente es caótico el hombre continúa siendo fiel a ese instinto de vida. Y todo se les va a ir mostrando. Es el tiempo de recoger ese premio al cual el hombre se ha negado voluntariamente. Se ha ido negando voluntariamente a recoger sus premios, y ¿saben por qué?, ¿por qué el hombre se ha negado durante tantas y tantas encarnaciones a recibir premios de la divinidad?: por amor. El hombre negó recibir esos premios por amor al prójimo. Comprendan el alcance de las palabras que escuchan.

Cuando el hombre comenzó su nueva andadura, la densidad de la Tierra era tal que volvió realmente al hombre como lo que ustedes conocen del ser primitivo. Conforme el tiempo y la densidad de su planeta comenzó su andadura, en cada encarnación el hombre venia con mas sutileza, con una vibración más ligera. Pero todavía sabía que la densidad del planeta podía atraparlo, de ahí que escondió su don más preciado hasta que este ser, esta Tierra, estuviese preparada para el despertar, y con ese despertar el propio del ser humano. Por eso no quiso recibir ningún regalo, porque sabía que podía quedar atrapado y sintió la necesidad en cada encarnación de volver de nuevo para estar presente en este momento puntual del cambio de la Tierra.

Pero ya el hombre identifica totalmente, plenamente, que no puede ser atrapado por esta. Cuando el hombre identifica que no puede ser atrapado por la Tierra ni por ningún otro ser de humanidad es cuando puede recoger todo lo que ha estado preparado para él, todo. Ese es el momento actual de los seres que habitan la Tierra. Y se les vuelve a repetir aunque ustedes no lo creen: el proceso es literal, el proceso que está viviendo el hombre, el proceso de la Tierra es, y aunque su visión y su audición no observen nada más que caos a su alrededor, es la perfección pura.

El hombre está entrando en esa perfección al igual que el planeta. Y ese va a ser el nuevo seguimiento de estos seres que les apoyan, hacerles comprender, hacerles sentir que están aptos para recibir todos los dones, y más de lo que el hombre pueda nunca imaginar. Sus imaginaciones, allá donde les lleven, se quedan cortas por no poder salir de esta esfera planetaria, por eso decimos “y mas allá de lo que el hombre pueda imaginar”.

Pero no decimos mas allá de lo que el hombre pueda sentir. Y ahí de nuevo se les pide dentro de este nuevo seguimiento: sean fieles a su sentir, olvídense de la lógica, olvídense de la razón, sean fieles a ese sentir, ábranse a la posibilidad de que está ocurriendo, no de que va a ocurrir, de que está ocurriendo en su interior y en el planeta esa perfección de vida, atrévanse a verse ya, a sentirse ya como seres de perfección, no se atrevan a dudar de ustedes, no se atrevan a pensar ni por un instante que serán perfectos, que van camino de esa perfección.

No, no van camino de esa perfección. Atrévanse a sentir que son perfectos, que ya son perfectos, que cualquier acto que hagan, cualquier experiencia que observen en sus vidas que no les ha gustado, que no se han sentido bien por hacerla, obsérvenla como necesaria para ese plan de vida que cada uno de ustedes pidió. Porque realmente es así, están replicando con una perfección milimétrica, replican en cada instante de sus vidas con una perfección esplendorosa.

Lo que ustedes conceptúan como bueno y malo no existe, son experiencias necesarias que se las pidieron y dieron para su evolución, para su encuentro con ese alma divina, con ese punto de encuentro con la totalidad, con la inmensa totalidad.

En la medida que ustedes -y fíjense que hermosura- crean y vivan esa perfección, les será abierta, reconocerán, ya serán incapaces de dudar. Son ustedes mismos una vez más los que tienen que abrir esa mente estrecha y contemplar todas las posibilidades y mas que ni tan siquiera pueden atisbar. Estar abiertos a todo. Y cuando se dice todo es toda la inmensidad.

No se dejen asustar por lo vean, por lo que vivan, es todo perfecto para ustedes. No se queden en sus cuerpos, sus cuerpos les van a apoyar mientras ustedes quieran llegar a saber quiénes son, sus cuerpos les van a llevar hacia donde ustedes en su interior quieran ir y ninguna dolencia física les va a detener, ninguna incomprensión aparentemente les va a detener. Van a ver caminos abiertos ante ustedes en la medida en que vayan abriendo esa mente a una posibilidad infinita, porque ya es momento, porque ya es tiempo, ya no cabe ocultación, ya nadie nos puede decir, ya es momento de recoger ese premio, esos premios, esos dones que hemos ido guardando y guardando para poder servir a la humanidad, al planeta.

Y se les ira apoyando constantemente decidan lo que decidan, porque es tiempo, porque es la labor del acompañante, no es momento de dejar a la humanidad sola, es momento de estar cuando este lo necesita, y es momento de que ustedes sientan toda la ayuda que están recibiendo, porque en la medida que ustedes sientan toda la ayuda a todos los niveles fomentaran y harán más fuerte a cada uno de sus hermanos, a cada uno de sus semejantes, a cada uno de los seres que habitan el planeta, ayudaran a abrir los ojos a aquellos que permanecen dormidos.

Ya no es tiempo de quedar retrasado en lo que no hice, ya no es tiempo de quedarme en lo que haré. Es tiempo de hacer, porque cuando el hombre hace aquello que siente no hay equivocación. Cuando el hombre hace, aquello que hace es un paso más hacia ese encuentro con la Divinidad, y ya no cabe él lo tuve o lo debí de hacer mejor.
Es perfecto, recuérdenlo. Ábranse a la posibilidad de que su vida ha sido, es y será perfecta y única para lo que ustedes demandaron. Y se les da, se les da, se les regala.


Acéptenlo y que no quepa ya la menor duda de que en potencia son perfectos; no son en potencia perfectos, se les repite, son perfectos, y replican y han estado replicando, aunque les cueste entenderlo y mas asimilarlo, han estado replicando dentro de esa perfección.

Y poco a poco, poco a poco irán entendiendo el por qué de estas palabras y rápidamente asimilarán aquello que son.

Así será.

Amén.

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