21 junio 2009

La llamada

Bien podríamos decir que es la llamada al recuerdo, la llamada a la oración, la llamada a la intención, la llamada al compromiso, a tantas y tantas cosas que el hombre va dejando en su camino pero sobre todo es una llamada de alerta para cada uno de ustedes, para cada ser de oración.

El ser de oración es aquel que se reconoce el gran buscador, aquel que no dice sí a una vida sin sentido, y a ese buscador se le habla y trata de dirigir en base a esa llamada de alerta, de atención y a ese despertar en su recuerdo.

Deben fusionar su vida en una sola dirección, sentir hacia donde la quieren dirigir y hacer esa llamada de elección contundente para que se dirija en esa sola dirección. Reflexionen cómo está la vida de cada uno de ustedes en base a lo que necesitan internamente, qué pasos han dado, qué movimientos han hecho para que en base a esa reflexión den fuerza a sus ideas iniciales, a sus sentires más profundos, a lo que ustedes hayan querido que sus vida se dirijan, hacia dónde se han propuesto.

El hombre se propone muchas veces cambiar su vida y se propone otras tantas realizar tantas y tantas pequeñas o grandes obras, pero son decisiones sin fuerza, decisiones que solo quedan en la mente sin ser realizadas.

La idea de estos servidores es hacerles recordar cuál es su intención en la vida, qué intención tienen ustedes ante la vida y ante su hacer en ella. Cuál es su intención, reflexiónenlo, no en este instante pero reflexionen, no deben dejarse llevar por ninguna idea –recuérdenlo-, es una llamada de alerta para que no se dejen arrastrar por una idea que no sea la de cada uno.

Deben coger las riendas de su propia vida pero antes tienen que saber qué hacer y hacia dónde quieren ir. La mayoría de seres se dejan llevar, no por un ser en especial o varios seres en especial, pero se dejan llevar por la vida, se dejan arrastrar por las circunstancias y en la mayoría de casos esas circunstancias no les gustan, no les son agradables, van en contra de su sentir pero no sienten la fuerza para cambiar esa inercia, y ahí es donde queremos hacer hincapié, deben romper la inercia que tienen de dejarse arrastrar por los acontecimientos, por la vida.

Una cosa es esa vida en mayúsculas que uno reconoce que es la auténtica vida y es a la que debe y quiere llegar. Ahí sí se deja, se deja. Cuando uno siente que es lo que él quiere vivir, como él quiere que sea su vida, se deja, pero ¿cuántos seres –y ahí es nuestra llamada de alerta- están dejándose llevar por esa vida que ellos contemplan como fundamental y única?, ¿cuántos no son los mas que viven arrastrados por una inercia esperando en su mente que llegue el momento -no sé cual-, para cambiar?

La inercia educacional, la inercia de la sociedad, la inercia de vidas y vidas pensando y haciendo de un modo determinado, ha hecho que el hombre vaya muy rápido con su mente y muy lento en su acción, que idee una vida espectacular sin fundamento para no poder vivirla jamás, ha hecho una ilusión en su mente y una desesperación en su hacer, una inconformidad con lo que piensa y con lo que vive, y ahí entra esa llamada de recuerdo o al recuerdo para que recuerden que sus vidas sólo dependen de ustedes, de cada uno de ustedes, que cada modificación, por imposible que le parezca, está en sus manos, que cada necesidad por grande o lejana que les parezca esta en sus manos.

Se les recuerda que todo depende solo de cada uno de ustedes, pero para ello deben tener una voluntad firme, una idea clara, un hacer contundente, sin esperar resultados, sin esperar aprobación, sin esperar que los demás le lleven. Deben dejarse guiar por esa parte de ustedes que sabe y hacer frente a cada una de sus necesidades. No deben dejarlo para mañana, no deben esperar que se arregle solo; no se puede arreglar solo porque cada vida depende de uno mismo, no de otro u otros, depende sólo de uno y cuando uno hace aquello que siente que debe hacer toda su vida comienza a tomar forma.

Y esa es la reflexión que el hombre da por hecho o la reflexión que no aborda en la mayoría de casos, sencillamente le es más fácil y cómodo levantarse y dejarse arrastrar por las circunstancias del día, sean personas, hechos, circunstancias en general. Y un día y otro día y otro día, y pasa el tiempo y el hombre se ve apagado, ve que esa vida que él ansiaba o imaginaba no se produce y en general se siente desmotivado.

Todo esto que escuchan cansados están de escucharlo. Y, ¿por qué hacemos esta reflexión si aparentemente el hombre ya lo sabe? Porque como les decíamos días atrás, el tiempo es ya aunque ustedes lo escuchen mil veces, aunque de tanto escucharlo lo olviden. Y es bueno que el hombre, a un nivel interno, tenga la idea de su vida bien plasmada, clara y fuerte para poder visionar, tanto ustedes hacia dónde, como los seres que les apoyan dar con cada uno de ustedes.

Si están mezclados entre tanta humanidad, energía sin voluntad, energía sin identidad -puesto que todos hacen lo mismo-, la inquietud del momento parece ser la inquietud de todos los seres aunque no sea así. Pero se dejan arrastrar hasta el punto que se confunden entre tanto sin sentido, hasta el punto que no se da por ustedes mismos y el orante debe tener la intención clara para poder escuchar la llamada, debe tener su idea bien estructurada en su corazón de qué quiere hacer con su propia vida para poder dar con el antídoto necesario para que esa vida sea fecunda, que no sea una más mezclada sin identidad propia.

Cada ser de humanidad tiene que recordar y recoger cuál es su hacer en el planeta en este momento. Ya lo han escuchado muchas veces, muchas, y llegará un momento en que ya dejen de escuchar y pasen a la acción, eso depende de cada uno de ustedes, de cada uno de ustedes, conforme se vayan sintiendo y vayan dando los pasos. Lo único que deben procurar es no confundirse con la totalidad sin una intención clara. Ojala esa totalidad de humanidad fuera una –como decíamos- con una misma idea, una idea clara y única, pero no es así, cada ser de humanidad debe de hacer su propia vida como así lo sienta, aunando toda la intención de amor hacia el prójimo, por supuesto, pero con identidad propia.

La inmensa mayoría se han sumergido en una decisión común que nada tiene que ver con sus sentires más profundos. Y esa decisión común no va precisamente con la intención de amor al prójimo. Es una intención que ha montado la sociedad para embaucar al hombre, dejarle en quietud y, así, poder mover los hilos a voluntad –llamémosle- de la sociedad.

No son marionetas, no lo son, no son marionetas ante los ojos humanos. Son seres responsables de ustedes mismos, perfectos hasta la saciedad, y deben dar muestras cada uno de ustedes de esa perfección.

Deben reflexionar sobre la vida que cada uno se ha formado, si están o no conformes con ella. Si están conformes, adelante, y sean realmente esos pioneros para mostrar una vida de amor y perfección. Y si no, si no están satisfechos con su vida, por lo menos reconózcanlo y afiáncense en que no están satisfechos con su vida, porque de esa forma se les puede encontrar, porque también de esa forma podemos hacer esa llamada de intención tanto por su parte como por la nuestra.

Pero si el hombre ha conformado su vida dejando que los demás lo dirijan, ya ahí ha querido sumarse a esa energía sin identidad, a esos seres humanos que parece que hayan perdido ese espíritu dejándose arrastrar por las ideas y necesidades de la mayoría.

Reflexionen y tómense tiempo para hacerlo diariamente. Sólo con la vida de cada cual. No la imaginen, no, no traten de fantasear, no. Cuando el hombre fantasea sobre su propia vida se pierde en esa fantasía. La vida no es así. La vida dentro de la grandeza, cuando se vive en perfección, claro que entra la fantasía, claro que entra la ilusión, pero es una ilusión vivida y una fantasía que ya deja de serlo porque es vivida.

El hombre fantasea con una vida que, de no cambiar mucho esa forma de hacer, se quedará solo en eso, en una fantasía o en una ilusión. Y pierden y pierden y pierden… -y hablamos de perder- instantes maravillosos esperando que algo surja fuera. Bien, puede que ese algo surja fuera, pero si tienen la idea clara. No tienen la idea clara en base a sus propias vidas, desechen lo que no aunque sea internamente, y vayan a lo que sí quieren, un día y otro y otro, para que de alguna forma se les pueda ayudar.

Dicen con palabras y pensamientos que necesitan la ayuda. Llaman -de nuevo la llamada- para que se les ayude, pero su inercia vuelve a involucrarse en esa necesidad que no es la de cada uno. Así, por más que se quiera apoyar ustedes no perciben. Y en este momento necesitan retomar su propia vida, es suya. Recapaciten en lo que quieren, reestructuren su vida y expresen con palabras lo que quieren y lo que no quieren, lo que son y lo que les gustaría ser, porque de ese modo unifican y no se pierden.

Hay muchas formas de poder llegar. De formas distintas se lo hemos mostrado, unas sencillas, otras no tanto, pero todo pasa por el movimiento de cada uno de ustedes, de cada ser de humanidad. Por más que escuchen cómo hacerlo, si ustedes no lo hacen no pueden encontrar lo que buscan.

Y pasan y pasan y pasan, y día tras día -reflexionen y lo observarán- se dejan llevar por la inercia de una sociedad que no ha cogido su rumbo, una sociedad que va a que los demás le arreglen su vida. Y lógicamente eso no puede ocurrir. La vida la compone y descompone cada uno con sus actos.

Y hablando de estructuras, les recordamos que el hombre es una estructura y en base a su necesidad su estructura está. Si no encuentra la necesidad, su necesidad de permanecer, la estructura lógicamente dejará de estar para que el espíritu pueda retomar una nueva forma. Y son los momentos que está viviendo la humanidad, los momentos que vive y menos le gustan al hombre.

Pero, ¿qué hace para que ello no ocurra?, ¿cuáles son sus pensamientos y acciones para hacer de su necesidad su vida y no ir en contra de esa necesidad?, ¿qué hace el hombre?, ¿qué hace cada uno de ustedes para no ir en contra de lo que necesita?, ¿cuáles son sus pasos?

Reflexionen. Esta es la llamada de alerta. Reflexionen cada uno con la vida que está viviendo, y de no ser de su gusto traten de ser contundentes para marcar una vida con la que estén satisfechos. Márquenla, diséñenla, estructúrenla para que pueda ocurrir y en ningún momento se dejen arrastrar por las circunstancias venideras.

Amén.

12 junio 2009

Un instante de Amor

Solo en un instante de amor el hombre es iluminado.

Cuando al hombre le toca la luz todo lo comprende, ve el plan del cual hablábamos el encuentro anterior, ve el plan en su totalidad, le da fuerzas para retomar, reubicarse, reaccionar y hacer. Pero sin ese instante de amor el hombre no puede llegar a esa iluminación, no puede ser tocado por la luz.

Por eso les decimos de todas las formas posibles que traten de cambiar los hábitos que tienen en sus relaciones, que traten de ver la bondad y la virtud en cada uno de los seres humanos, que desechen totalmente todo lo negativo que piensen con respecto al hombre y a uno mismo, que sientan en lo más profundo del corazón que el hombre, si está en vías de cambiar, no lo va a hacer a través de una crítica o juicio de los demás, lo va a hacer a través de sentir el calor y el amor del prójimo, se va a dar y a fundirse con el otro cuando se sienta amado.

Esas y otras actitudes son las que deben de cambiar, pero no de palabra. No dejen que nadie, nadie les diga lo que deben de hacer, pero aquello que sientan háganlo, hagan aquello que sientan, déjense arrastrar por las sensaciones sin entrar en por qué.

En ese instante de amor al cual hacemos hoy hincapié, dedicamos todo nuestro tiempo y nuestro esfuerzo en hacerles llegar que no son palabras. El instante de amor el hombre no lo conoce puesto que el amor que él llama, como la vida a la que él se refiere, no es el autentico amor y no es la autentica vida. Cuando tienen instantes de amor, lo que ustedes llaman amor es un instante que quizás sacie sus cuerpos y sus mentes, pero que no deja de estar en un plano humano.

Cuando sientan esas improntas rápidas, esas sensaciones de amor, no van a saber de dónde llegan ni de quien viene. Es un amor regalado que de seguro no vendrá del prójimo, ese amor no lo puede regalar el hombre porque no lo conoce todavía, pero sí es a través del hombre y del darse a los demás que la Divinidad regala esos instantes de amor y es ahí cuando el hombre comprende, es ahí cuando el hombre decide qué hacer con su vida y nadie, nadie le ha obligado, nadie ni tan siquiera le ha sugerido, ha sentido, ha sido tocado por esos momentos de luz, por ese resplandor de divinidad.

En estos tiempos el hombre no está satisfecho consigo mismo. En su inmensa mayoría hay una gran insatisfacción, una gran tristeza, un gran desánimo, pero no esperen encontrar grandes grupos movidos por esa sensación de amor, no esperen encontrar esa comprensión en el hombre.

Como les decíamos, es todo muy sencillo pero a la vez el hombre lo ha hecho complicado. Si en su sentir y en su necesidad cada ser de humanidad no pretende la aprobación del otro, que sencillamente a nivel individual quiere mejorarse, quiere alcanzar eso que siente, eso que percibe que existe mas allá de las normas humanas, quiere alcanzar eso que late en lo más profundo de sí, para alcanzar eso que siente o percibe solo tiene que mirarse hacia su interior, solo tiene que depender de uno mismo pero con esa sensación de amor ante todo.

No tengo por qué ni tan siquiera valorar las decisiones o la vida de los demás, paso por la vida observando, apoyando, elevando al ser humano. Pero en mí, si quiero alcanzar, si quiero llegar a ser en vida un servidor, en mi no va a entrar el juicio, la crítica ni el desanimo, porque no espero respuesta, no va a entrar absolutamente ningún pensamiento negativo. Voy a cambiar hasta lo más profundo de mi para conseguir que mi vibración sea realmente la que puede atraer esas llamaradas de luz, porque si no la luz está pero pasa sin entrar en mi, ese instante de amor está constante, está, pero yo no lo percibo, mi pensar y mi estar es demasiado concreto y está demasiado viciado en normas de la sociedad y en actitudes que me oscurecen, me espesan, me densifican, me dejan puramente humano.

Y el hombre, recuerden, de humano solo tiene su cuerpo, es un ser de divinidad. Tienen que sentir, sentir que son seres de divinidad que solo tienen de humanos sus cuerpos para poderse relacionar, para que puedan tomar la experiencia de este planeta y ponerla a la disposición del Plan.

En estos momentos actuales no son grandes masas pero hay seres despiertos, como ya les venimos diciendo, que en su momento se atrevieron no más ni menos que a hacer aquello que sentían debían hacer, no mas, sin grandes pretensiones pero sí valorándose internamente teniendo la seguridad de que son guiados y de estar protegidos, y también dieron sus primeros pasos sabiendo que no tenían ciertas respuestas.

Esas ciertas respuestas que el hombre espera -ya lo decimos muchas veces- las obtienen cuando elevan su primer paso. Mientras quede a un nivel mental pero no concreticen ese nuevo paso no puede haber respuesta, no pueden tener más claridad. La claridad comienza cuando el hombre empieza a avanzar. Y el hombre cree que está avanzando porque su mente le dice que está preparado o que no lo está. Pero si sienten lo que escuchan, si en su interior les resuena, hace tiempo que decimos que el hombre ya está preparado, que todo está en su interior y solo tiene que mirar hacia adentro, recrearse en sus adentros y replicar solo en aquello que siente en ese instante, no dejar que su mente le diga que si o que no y arrastre su vida. Y hay seres que ya han dado ese paso.

En su día se les dijo: la Tierra, este planeta que les sostiene es un ser vivo y necesita de su ayuda, de su amor, de su gratitud, y no tiene que ser un pensamiento, debe ser una devoción, sentirse desde lo más profundo que la Tierra está necesitando apoyo humano. Una forma del apoyo que el hombre debería de dar es sentir esos instantes de amor que no se logran con la crítica ni el juicio sino apoyándose y apoyando a los seres humanos, lograr ese instante de amor y ponerlo a la disposición o disponibilidad de la Tierra y los hombres para que estos –escuchen bien- no dañen a la Tierra.

En estos momentos el pensamiento del poderoso hombre –con minúsculas- está a punto de destruir sus planetas, sus, no su planeta. Recuerden que en su día les decíamos que el hombre habita en varios planos a la vez sin él ser consciente, pero que su energía todo lo impregna, por tanto, si destruye este planeta Tierra está destruyendo sus replicas a otros niveles energéticos. El todopoderoso hombre está pensando en destruir la Tierra, y como ustedes comprenderán eso no está en el Plan -con mayúsculas.

¿Qué puede ocurrir cuando el hombre a si mismo se cree el todopoderoso?: que la Divinidad lo destruye. Recuerden y enlacen todas las oraciones, la que les vamos a recordar es reciente. Cuando el hombre deja de replicar con amor y se cree con la suficiente fuerza para poder destruir el lugar donde habita y a los seres que con él están, entra dentro de esa oscuridad y no se sabe cuando despierta para realmente formar parte de nuevo, porque nada se pierde, de esa energía que en su día replicará con un nuevo mundo, con un nuevo amanecer.

Pero en esa consecuencia, en ese acto de falta de amor, puede llevarse realmente muchos seres dentro de ese malestar que también hemos hablado, de esa falta de motivación, de esa falta de conocimiento de que no solo son un cuerpo, que tienen un espíritu en su interior que clama salir, un espíritu que quiere vivir y se han dejado arrastrar por su conveniencia. Recuerden que al hombre nadie, nadie, aunque él se sienta obligado, aunque se sienta reprimido nadie le obliga a nada, lo hace porque le conviene, está dentro de este sistema porque le conviene, replica dentro de este malestar porque le conviene porque en un momento u otro se alimenta, se nutre de ese mal hacer.

Por tanto, los seres que con ese acto de falta de amor sean arrastrados, son arrastrados también por voluntad propia, de ahí que les decimos muchas veces: sean ustedes los dueños de sus propias vidas, no se sientan ni dejen que nada ni nadie les arrastre, ni el sistema ni nada de lo que ustedes llaman obligaciones, tienen ya todo en su interior para poder replicar en un momento, en un instante de apuros, poder replicar y dar vuelta de 180 grados a sus vidas y ponerse en esa disposición de amor.

Es un estado de conciencia que el hombre eleva sólo con el sentir que está en ese camino de amor y que todo, hasta sus pensamientos, reflejan ese amor. Y tiene que observar que no solo quede en su mente cuando idea o piensa con alguien o algo y no le entra ese juicio ni esa crítica, que lo único que le mueve es querer dar, querer mostrar amor, bondad, lo que tiene sin esperar nada a cambio. Esa es la actitud que el hombre debe proponerse y conseguir: me voy a proponer a mi mismo pasar en cada momento esa bayeta para eliminar, cortar de raíz ese sentimiento en contra de la humanidad, ese sentimiento de yo ser o hacer mejor que nadie.

Un sentimiento de humildad profundo, un sentimiento de reconocimiento de que el hombre, el ser que tengo frente a mi es un ser de bondad y de divinidad y yo igual, es ese tu a tu que el hombre debe rescatar. Y ese tu a tu le va a hacer tener ese instante de amor que ni puede imaginar, la palabra amor con mayúsculas elevando al máximo el sentir al Dios vivo en mi el cual es todo perfección. Ese es el hombre, no su cuerpo, el hombre, y eso es lo que yo voy a ver porque me lo voy a proponer, voy a ver únicamente a un ser perfecto, por tanto ya no me cabe el juicio, ni la crítica, ni el comentario mordaz, ni la broma sin sentido; voy a vivir la alegría del instante y voy a poner cada cosa en su lugar comenzando por mí.

Propónganselo. Propónganselo porque a la vez que les decimos que el hombre está haciendo una barbaridad les decimos que también tiene ese contrapunto de amor latente, el cual puede entrar en ese sentimiento a ese otro todopoderoso.

Tienen que esperar momentos en que no sepan ni qué hacer ni hacia dónde dirigirse. En esos momentos deben entrar en quietud y sentirse seres auténticamente divinos que no han tenido ni un mal pensamiento hacia el planeta ni hacia sus habitantes, que los últimos momentos sean realmente recuerdos amorosos ,que solo les ha movido la ayuda al otro. Eso deben de imponérselo como el alimento que toman cada día, deben exigirse tener pensamientos de amor hacia todos los seres humanos, sin excepción.

Vean lo que vean, escuchen lo que escuchen, el ser humano está dentro de ese plan de divinidad y todo va a surgir como debe surgir, no como el hombre está intentando, pero para eso la sacudida es fuerte y solo resistirán aquellos que ya estén trabajando por el autentico amor, porque ya están preparados, porque ya pueden rescatarlo de su interior, porque ya no tienen que ir a ningún movimiento ni a otros puntos de su planeta.

Esta todo en su interior, y dejándose llevar por las sensaciones los pasos serán los correctos. Pero claro, no se pregunten por qué han dado esos pasos, no tendrán respuesta, no la hay, se les dirige pero no hay respuesta. Ustedes actúen en consecuencia a lo que en su interior late, pero si late no lo acallen, es nuestra forma de poder comunicarnos. Si late lo que sea en su interior vayan a por ello, denle forma, estructuren sus vidas en base a lo que ustedes sientan.

Apóyense unos a otros sin esperar nada, con la satisfacción de que están apoyando a aquel que en el instante lo necesita. Apóyense con la mente, apóyense en las obras, apóyense en sus decisiones, saquen lo más hermoso que tienen, que lo tienen. Todo lo demás no importa, todos serán dirigidos, dirigidos por un sentir, déjense llevar por ese sentir.

Hay días, momentos, instantes que son más requeridos que otros. Es normal, es como en sus vidas cotidianas, que hay momentos en que les urgen mas, de urgencia, unas necesidades que otras y toda su energía la vuelcan ahí. En estos momentos el planeta necesita que ustedes estén interiorizados y necesita del apoyo de amor de cada uno.

El próximo día 18 la Tierra entra en un sin sentido por el hombre. Estén preparados para que sus cuerpos estén lo más alineados que puedan a ese instante de amor. Cójanse si así lo necesitan, el día relajado. Preparen todo el día anterior, para ese día estar lo más alineados posible a ese sentimiento de amor.

Aparentemente, de aquí en adelante los grupos se van a sentir más desprotegidos, aparentemente. Como les venimos diciendo, en cada momento la energía se debe depositar donde más lo requiera el momento.

Aparentemente se van a sentir más solos, pero también venimos diciéndoles que el hombre ya está preparado para caminar en solitario, lo que ocurre es que en grupo les puede ser mucho más sencillo, de ahí que se les hace mucho hincapié en que se apoyen los unos a los otros, pero el hombre en sí, al tener todo en su interior ya está preparado para caminar en solitario; en solitario físicamente, humanamente, pero nunca el hombre está en solitario, nunca; sólo con que uno de ustedes sienta esa parte de divinidad ya el grupo lo siente, de ahí que deben hacer el esfuerzo durante un tiempo para que ese sentimiento de amor sea cada vez más fuerte, ¡más fuerte!.

Siempre se está con ustedes, siempre, piensen lo que piensen, decidan lo que decidan, hagan lo que hagan. Lo único que cambia es que en unos momentos nos sienten más y en otros se sienten más solos, pero son sus cuerpos que bajan de frecuencia. Si ustedes mantienen esa frecuencia nos sentirán en todo momento.

Pero dado que el planeta pasa por este momento, la densidad de energía es mayor y les va a ser mas difícil sentir a estos seres que les apoyan. Pero están, mas y mas y mas. Están sosteniendo a cada ser de humanidad dando aquello que cada uno decide, dando aquello que cada uno necesita.

Amen.

07 junio 2009

Tiempos de recuerdos


¿Han reflexionado durante la semana en el grupo de humanidad?

¿Han podido, por un momento o instante, imaginar a toda esta humanidad conociéndose entre sí?

¿Han podido sentir, visualizar, intuir ese puntal que son para esta humanidad?

De estas y otras reflexiones que se les irán haciendo, deben sentir las respuestas que surgen sin razonar al escuchar o visualizar a una humanidad grupal que entre sí se abastecen en plena armonía. Ese sentir, ese sentimiento, es el que puede acercarles un poco a la verdad de esta humanidad.

Por eso, durante bastante tiempo, venimos haciéndoles comprender que no juzguen al prójimo, que se observe cada cual a sí mismo y de lo mejor de sí en todos los aspectos -como decíamos el encuentro anterior-, a nivel de pensamiento, de sentimiento y de acción den lo mejor sin juzgar cómo está la humanidad.

Venimos tiempo, mucho tiempo, influyendo en el sentir de esta humanidad a través de muchos puntos del cuerpo y de la mente para que cambien esa visión o forma de pensar con respecto a ese grupo de humanidad del planeta. Sin darse cuenta inciden en el juicio y automáticamente les cambia la forma de sentir con respecto a un grupo de humanidad, se ensimisman en cada uno de ustedes en sus propias vidas y no pueden sentir la totalidad de la humanidad; al no sentirla, al no sentirse parte de esa grandiosa humanidad les aparece el juicio y enjuician todos los haceres de los demás, y es más, casi en la totalidad negativamente.

Observen sus conversaciones y estén atentos cómo a lo largo de estas, durante un día, siempre pasa por formar una opinión y muy sutilmente la opinión siempre está teñida de un juicio. No corresponde ya a esta humanidad repetir los mismos patrones. Esta humanidad, aunque ustedes no lo crean, aunque les cueste verlo y sentirlo, es una humanidad perfecta. ¿No lo creen?, pues es una humanidad perfecta, cada ser humano está repitiendo lo que él quiere repetir y cumpliendo sin saberlo, en la mayoría de casos, con la función que se propuso cumplir.

No es fácil entender dentro ni fuera de la espiritualidad cómo una humanidad aparentemente entrada en un caos pueda ser perfecta. Cuesta entenderlo. Pero les hacemos unas pequeñas aclaraciones y verán que no puede ser de otro modo.

Si no existe la casualidad, si todo forma parte de un plan perfecto, todo, todo lo que existe en este y otros lugares forma un mismo plan, perfecto. El hombre no sabe qué plan es, no siente la totalidad de ese plan, pero todo forma parte de un mismo plan y éste es perfecto. Pues si todo forma parte de un plan y el hombre no sabe qué hay detrás, cual es el ideal o el fin de ese plan, no puede, lógicamente, ver, adivinar o sentir qué propósito tiene este aparente caos dentro de una visión perfecta, de un plan perfecto. Eso no le cabe al hombre en su mente. Pues todo, hasta los detalles más insignificantes, hasta los detalles más perversos según la mentalidad de esta humanidad, hasta estos están siendo parte de esa perfección para finalizar un plan.

Cierto es que dentro de ese plan, como les venimos diciendo muchas veces, el hombre tiene la posibilidad de encajar las piezas conscientemente o inconscientemente. Si es consciente tiene que tener muchísimo cuidado porque ahí aun le van a entrar más esas dudas y aun le va a entrar más esa necesidad de crítica.

Y decimos esto porque conforme el hombre va elevando su punto de conciencia, su estado vibratorio, comienza a tener nuevas necesidades, observa a su alrededor y su mente le hace ver que los seres y las circunstancias que le rodean, hechos incluidos, no se corresponden con su sentir, van totalmente opuestos a su sentir, y automáticamente si no se está muy, muy pendiente de sí mismo, le entra el juicio: “¿por qué?, ¿por qué ha actuado así?, ¿por qué me ha dado esta respuesta?, debería de haber sido esta, o la otra, o la otra…

Es muy fácil, dada la forma de pensar de la mente y su limitación de ver una totalidad, que enjuicie lo que tiene a su alrededor y a la humanidad entera. Deben romper con esa forma de pensar y de vivir, porque recuerden que tal y como ustedes piensan automáticamente actúan, eso les está limitando, esa forma de ver la vida tan acotada, tan limitada les está perjudicando para poder ser conscientes y hacer el proceso de elevación de conciencia conscientemente.

Si todo pertenece a un plan que el ser humano desconoce, pero sí presiente que es dirigido por una Fuerza, llamémosle divina, llamémosle elevada, que dirige y nos lleva a buen recaudo, si eso sí que se intuye el siguiente paso es que todo lo que ocurre está bien, aunque yo no lo sepa todo forma parte de ese gran juego divino del cual yo aun no tengo conciencia, pero todo lo que está ocurriendo en el planeta, cualquier respuesta de los seres humanos, cualquier proceso aunque no nos guste, y es más, aunque aparentemente esté haciéndonoslo pasar mal, es correcto.

El hombre tiene esa posibilidad de si algo de lo que está viendo, algo de lo que está ocurriendo en su entorno y mas allá no le gusta, no se siente cómodo, en vez de dejar que su mente enjuicie el momento y a los seres, en vez de que eso ocurra tiene la posibilidad de cambiar, pero ¿cómo va a cambiar si tiene esa forma de ver y pensar tan cuadriculada, tan obcecada en viejas ideas?

Si todo está bien, en mayúsculas, todo lo que ocurre en este planeta, en el universo y en toda la existencia pertenece a esa perfección, bien podemos decir: “no lo comprendo, voy a vivirlo de otra forma, de esta, de esta y de esta, pero no tengo por qué poner en tela de juicio ningún acontecimiento, ninguna persona por difícil que me sea comprender; es mi comprensión, es una comprensión apocada, una comprensión pequeña”. Ese es el esfuerzo que debe hacer esta humanidad, de ver la grandeza.

Por eso les decimos: imagínense, usen la imaginación para ver miles y millones de seres formando un grupo abasteciéndose los unos a los otros, imagínense esa nueva humanidad porque realmente, en otros aspectos que ustedes no alcanzan a ver -de momento- está ocurriendo, lo que sucede es que el hombre no tiene conciencia, no tiene el recuerdo de que todo, él incluido, forma parte de esa perfección.

Debemos adentrarnos a buscar, a ahondar dentro de ese recuerdo que llevamos dentro, qué dije yo en mis inicios, a qué me comprometí yo en mis inicios, porque en esos inicios yo vi la totalidad de la película, a mí me enseñaron cómo iba a ser este momento en la Tierra y yo decidí venir para apoyar a los demás seres humanos y para enriquecerme. Si yo decidí, después de ver la totalidad de la película, y estoy aquí y aquí me siento, escuchen, me siento, lógicamente tendré que hacer reajustes porque he olvidado.

El hombre tiene que reajustarse a cada cambio, a cada sensación de su propio cuerpo, a cada sensación de las circunstancias más inmediatas, claro que debe hacer reajustes, pero si trata de no enjuiciar, no entretenerse en ese juicio y usar esa energía para ese recuerdo, para ver la totalidad del plan, para comprender y ser consciente si es que necesita entender para mover los hilos, para mover las piezas, debe de involucrarse en ese interior y tratar de recordar “¿cuál es mi papel, a qué me comprometí?”. Es sencillo. Lo tienen además muy sencillo: encontrar cada cual aquello en lo que se comprometió.

Y dentro de que el hombre no cree si no vive la experiencia, dado que el hombre aunque escuche si algo no le resuena se olvida, observen qué tendencias son las que cada cual trae, cuáles son sus tendencias.

No hablamos de a lo que el hombre se dedica, no. Puede que dentro de ese olvido el hombre se esté dedicando a algo que nada tiene que ver con lo que él se comprometió, por eso no encuentra una satisfacción en aquello que hace. Hablamos de la tendencia innata del hombre, siempre replica algo que es aunque no sea aparente para los demás, algo que es siempre un resorte que tiene como algo guardado o escondido.

Es sencillo dar con lo que cada cual debe hacer en estos momentos. Pero vamos más allá. Si el hombre no consigue identificar para encontrar esa satisfacción de decirse a sí mismo: “estoy realmente replicando con lo que yo me propuse o me comprometí”, si no es así, el hombre debe de darse, darse. Si no consigue encontrar o tiene dudas de qué es, dense a este grupo de humanidad, en vez de en el juicio estén en la elevación por un prójimo, eleven al prójimo, traten de ver esa grandiosidad que tiene el ser humano en su interior y resáltenla, resáltenla porque es otra forma de encontrar aquello que cada cual debe hacer.

Cuando el hombre replica dentro de la perfección automáticamente comienza a recordar porque -se les insiste-, si todo forma parte de un plan perfecto, el hombre en sí, aunque crea que tiene todos los defectos del mundo es un ser perfecto y en su interior está, o en otro estado de conciencia así lo está viviendo. Recuerden que ustedes solo ven un estado de conciencia, solo viven –en minúsculas lo de viven- una parte muy pequeña de la totalidad. Ustedes están viviendo en otros planos de conciencia, el ser de humanidad vive en otros planos de conciencia. Lo crean o no es así.

Y se les dice todo esto para que las palabras vayan resonando en su interior, resonando, no comprendiendo, resonando para que esa resonancia les traiga el recuerdo de una totalidad en donde todo forma parte de esa perfección y todo tiene un por qué y un para qué, todo. Pero es lógico que se les escape, están viviendo una minúscula parte de la totalidad. Imaginen, ustedes ven y actúan en consecuencia con lo que ven, pero es que –para que entiendan- lo que están viendo es como la vida de una hormiga ante la de un gigante. Es una minúscula, minúscula, minúscula parte de una grandiosa totalidad. Y se les recuerda para que en su interior resuene porque la totalidad está a punto de completarse, a punto de completarse.

¿Y por qué se insiste tanto si todo es perfecto?, ¿si el ser humano va a llegar a esa perfección, por qué se insiste tanto en que ustedes comprendan y recuerden? Podrían decir: “y qué más me da, si al fin voy a llegar déjenme tranquilo”, y es así, se insiste porque todo lo que está viviendo el hombre, su vida, se está desmoronando y le hace sufrir.

¿Qué ocurre cuando el sufrimiento entra dentro de las vidas? Recuerden, recuerden y recuerden, no nos cansamos en decirles que integren todo lo que han escuchado, que está en su interior. Cuando el hombre entra dentro de esa tristeza, dentro de lo que se puede llamar oscuridad, y eso es así, cuando el hombre vive en la oscuridad es otra parte de la vida, es una parte que no tiene el hombre por qué negarla, es como lo que ustedes llaman bueno y malo, que en resumidas cuentas no existe lo bueno ni lo malo, todo es parte de un algo, llamémosle así, pero cuando hablamos de luz y oscuridad ahí entra el juego de los tiempos al cual hoy no nos vamos a referir, solo lo vamos a tocar para aclarar un poco lo de la oscuridad y el sufrimiento. Cuando el hombre entra y se sume en esa tristeza, en ese dolor, todo él, toda su energía se repliega y hace que lo que esté a su alrededor sufra las mismas consecuencias, entre dentro de esa oscuridad. Cuando el hombre se adentra en esa oscuridad tarda años y años, tiempos, en retomar de nuevo la conciencia.

Por qué, esa es nuestra pregunta y esa es nuestra decisión de intentar apoyar al ser de humanidad para que vaya hacia esa luz, hacia esa perfección conscientemente, sin dolor, sin tristeza, esa y no otra la que mueve a todos los seres que les están apoyando. El ser humano está siendo apoyado por muchos seres, muchos, y lo único que mueve a estos seres es que no pasen por esa oscuridad y ese sufrimiento, por eso se les hacen ciertas aclaraciones para que ustedes puedan hacer los cambios necesarios para vivir lo que está aconteciendo sin dolor, para que reflejen esa luz, para que el ser refleje esa luz que lleva en su interior. No olviden que la luz realmente es el bálsamo para la enfermedad.

Cuanto más necesidad tenga el hombre de comprender, de saber, mas se le apoya porque es una necesidad que no puede acallarla otro ser humano. Pero hay seres que no necesitan de preguntas, que viven y hacen; también a ellos se les apoya. Por eso decimos “no juzguen”, porque realmente se está apoyando cualquier decisión que tome el ser humano, cualquier decisión. Pero recuerden que si están dentro de esa necesidad y parece ser que todos los seres que se reúnen, todos los seres que intuyen que hay algo, algo, llamémosle así, algo que necesitan y no encuentran, a ello es a lo que se refiere cuando hablamos de aclarar, los demás ya lo tienen claro, los demás seres que no tienen ningún planteamiento viven, y ya está.

Normalmente es al buscador, aquel que se hace preguntas, aquel que lo que tiene en su entorno no le satisface, ese es el que necesita más aclaración y a él se presta más ayuda porque es bueno que se pregunte, es bueno que sienta qué tiene que hacer, hacia donde ir, cómo apoyar, todo en pro del ser humano, todo para darse al prójimo, no para colgarse ningún don, no para almacenar conocimiento, para dar, porque se siente la necesidad de dar. A ese es al que se refiere, a esos seres que necesitan otra forma, y a ellos van dedicados cada uno de los encuentros.

No enjuicien. Observen sus conversaciones porque en ellas encontraran muchos juicios y muchos más prejuicios ante los demás. Obsérvense en sus pensamientos, en sus palabras, en sus actitudes. Sus vidas están teñidas de un juicio y ese juicio -entre otras cosas pero hoy es a él al que nos dedicamos- les está encadenando, les está parando, les está confundiendo.

Cuando ven un acontecimiento sencillamente obsérvenlo, pero aparten cualquier comentario porque ese comentario va teñido de juicio. Para que el hombre despierte ya les hemos dicho que es muy fácil, pero al mismo tiempo esa facilidad después de tanto tiempo con pensamientos viciados, con actitudes viciadas, si no cambian esa forma tan incrustada en sus interiores, lógicamente les resultara difícil.

En sí el hecho no es difícil, es sencillo tomar una elevación de conciencia superior, muy sencillo, tan sencillo como dejar la mente quieta, tan sencillo como vivir la vida sin ningún prejuicio ni juicio, tan sencillo como darse a los demás antes que a uno mismo, tan sencillo como elevar cada mañana la mirada al cielo y dar las gracias, pero al mismo tiempo esa sencillez el hombre la ha complicado con sus necesidades, con sus prejuicios, con sus juicios.

Solo tienen que recordar. Para recordar imagínense a todos los seres humanos como una gran familia, sin prejuicios ni juicios, una grandísima familia, una grandiosa y maravillosa familia. Porque así son, es increíble pero así son. Es maravilloso porque el ser humano es una gran familia.

No hace mucho hablábamos sobre la necesidad que tiene la humanidad de apoyo de otros seres que les den nuevas esperanzas, la gran necesidad de acercarse al dolor sin llanto, la gran necesidad de ver seres que les acontecen igualmente a los unos que a los otros desgracias, lo que ustedes llaman desgracias, pero unos lo viven serenamente, templadamente, y otros se sumen en una desesperación. Hablábamos de que es importante estar templados para poder ser apoyo para esos seres dolientes que no saben vivirlo de otro modo.

Y hoy se les recuerda aquellos encuentros que hablábamos de ello, porque conforme pasan sus tiempos, conforme acontece ese nuevo advenimiento, el hombre se sumerge más en las catástrofes y en el dolor y vienen momentos en que ustedes deben de estar fuertes, templados, serenos y, sobre todo, sintiéndose una grandísima familia.

Amén.

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