27 marzo 2008

ORACION: EL VUELO DEL HOMBRE (II)


¿Hacia dónde se dirige el hombre? ¿Realmente la sensación que tenemos del hombre es la de vuelo o, por el contrario, es una sensación de densidad?

En su inicio, quizá en los tiempos del hombre nómada, si se asemejaba al vuelo puesto que él iba y venía como ave de un lugar a otro, pero ¿hoy realmente sentimos que el hombre vuela? Es importante que cada cual llegue a esa seguridad de sentir si él es un ser capaz de volar o, por el contrario, es un ser sedentario.

El hombre puede elegir aquello que le atraiga. Si él considera que su vida está dentro de un sedentarismo y ese sedentarismo lo vive con paz, con armonía, con serenidad, será que para él es tiempo de sedentarismo. Si por el contrario, dentro de ese estar de quietud su espíritu se revela pidiendo, clamando el vuelo, será que para él es tiempo de volar. Y dentro de la capacidad de elección del hombre, puede y debe dirigir sus pasos hacia donde crea, hacia donde sienta que es su momento. Cada cual debe sentir hacia donde emprender para dar realmente cauce a sus necesidades y no dejarse imbuir o impregnar por la totalidad de las necesidades de los demás.

Es tiempo de que el hombre emprenda el vuelo, pero si así lo siente cada cual. Es tiempo de una nueva regeneración del hombre, pero si así lo siente cada cual. Porque dentro de ese tiempo, cada ser de humanidad lleva su propio ritmo, y para que su cuerpo no se dañe debe adecuarse a su propio ritmo.

Bien es cierto que debe siempre de esforzar un poco esa inercia del cuerpo sedentario, un poco, pero tiene que adecuarse a su propio ritmo. Es muy usual que el hombre, dentro de lo que ve, de lo que observa, quiera parecerse a otros seres humanos porque le atraigan, porque sienta que es lo mejor, y lógicamente debe probar si así lo siente, pero siempre teniendo en cuenta que cada ser de humanidad tiene su propia vibración y esa vibración tiene su tiempo. No deben ir más rápido ni más lento. Por lo tanto, únicamente será un punto de referencia aquello que le agrade para probar, no más. Siempre como punto de referencia para probar si es realmente la vibración de uno, la necesidad de uno.

No puede el hombre emprender el vuelo sin estar realmente seguro y cierto que eso es lo que necesita. Y se les recalca de muchas formas que observen si es lo que cada cual necesita hacer, que dentro de tantas y tantas necesidades mezcladas de la humanidad no sea uno más que no sabe cuál es la suya. No se mezclen hasta el punto de no saber cuál es su verdadera necesidad, únicamente deben de mezclarse, de unirse, cuando sepan porque así lo sienten y todo su ser les hace ir hacia esa unidad, cuando realmente deben fundirse con esa idea, ideal, ser… no antes, porque en este tiempo, como ya les hemos explicado, es un tiempo de impase para un nuevo despertar y en ese preámbulo las personas tienden a dejarse llevar por la totalidad o la mayoría, por aquello que de momento les gusta se sienten atraídos.

Y deben de reflexionar y sentir, si realmente es lo que ustedes están en ese momento necesitando. Ahí es donde tantas veces les hemos hablado del libre albedrio. El hombre es libre para poder unirse o no a esa totalidad sin perder su individualidad, porque si se deja arrastrar sin estar totalmente cierto que es esa y no otra su necesidad, únicamente hace eso, dejarse arrastrar perdiendo su individualidad, y nunca, cuando se les sugiere que se agrupen, que se reencuentren, que formen para alcanzar esa fuerza necesaria para el vuelo, no se les dice en ningún momento que pierdan su individualidad o que vayan, como vulgarmente se dice, a ciegas. No es tiempo de cegueras, es tiempo de vuelo pero hacia la luz, hacia la luz de cada cual, hacia la luz de cada ser de humanidad.

Es ese tiempo de reconocimiento de uno mismo, de potenciarse uno mismo para llegar a ser ese puntal dentro de un grupo, dentro de un país, dentro de la tierra misma, pero sin perder la individualidad. Para ello, el hombre tiene que hacer ese viaje interno de reconocer y reconocerse en su totalidad, para no dejarse arrastrar por la idea o ideas de los demás, por las necesidades de los demás. Vayan dentro de ese vuelo del hombre, hacia las necesidades de ustedes mismos, reconozcan cual es su vibración, porque cada cual tiene su propia vibración, y así, quizá reconozcan esa necesidad intima que no está para nada teñida con las necesidades de los demás. Si mi vibración es lenta, pausada, puedo acelerar puntualmente, pero no más, debo llevar mi propio ritmo, debo de hacer en base a ese ritmo. Si por el contrario es rápida, debo adecuarme también a ella y vencer esa inercia del cuerpo, esa inercia de la mente, para así dejar al espíritu volar dentro del cuerpo. Hablamos siempre que estamos dentro de un cuerpo con las limitaciones del propio cuerpo, sin que este nos sea limitador para elevarnos dentro de ese vuelo de humanidad.

Con esto se quiere decir que si el cuerpo físico está enfermo, si tiene ese deterioro, con él debemos volar, que no sea ningún impedimento para hacer aquello que vinimos a hacer, porque cada ser tiene el cuerpo necesario, saludable o enfermo, para hacer lo que se propuso antes de tomarlo. Aunque en momentos nos parezca que es débil, que es pequeño o demasiado grande, o lo que sea, aunque por momentos nos parezca que no nos acompaña, es el cuerpo que necesitamos para hacer aquello que vinimos a hacer. O sea, no debe ser ni por un instante un impedimento para alcanzar lo que nos propongamos.

El ser humano se da muchas excusas a sí mismo. Unas veces es por el tiempo, otras es por su inconformismo, otras porque se siente enfermo, otras por temor, pero siempre siente un gran freno físico y mental que en momentos determinados es una gran losa para el espíritu, cuando realmente, si sabemos que cada cual tiene aquello que necesita para cumplir con su hacer, si se sabe y se siente ¿qué impide al hombre darse realmente otra respuesta a sí mismo para que alcance ese vuelo, para que no se quede anclado en tantas limitaciones creadas por él mismo que no son reales y que él vive como reales porque las vive, se siente atado en la mayoría de casos y la mayoría de seres se sienten limitados por unas cosas u otras y así puede llegar, claro que puede llegar, ese momento de dejar el cuerpo sin haber cumplido aquello que vino a cumplir? Claro que puede ocurrir.

Y claro que una vez más le vuelven a dar de nuevo la oportunidad de retomar, para hacer aquello que quiere el espíritu hacer y que toma el cuerpo para llevarlo a cabo pero que después, en el interior, cuando el cuerpo se asienta, no despega, no ven más que limitaciones a su alrededor, siempre son unas u otras excusas para no dar esa respuesta. Y ustedes se preguntarán: “¿qué respuesta?, ¿por qué siempre nos dicen la respuesta?” Volvemos a insistir: su propia respuesta. No miren hacia fuera, miren hacia su interior. Las respuestas que ustedes están deseosos y anhelantes de que otros seres, humanos o no, les den, cuando las tienen en su interior, cuando ustedes deben de darse sus propias respuestas en base a sus necesidades para encontrar así, encontrar.

Pero no busquen fuera, repetimos, busquen en su interior otra respuesta que les llene. Porque el hombre está deseoso de llenarse, se siente vacio y busca, pero no busca en su interior, siempre lo hace fuera de él porque es ahí donde cree encontrar la respuesta. Y encontrará, claro que sí, pero encontrará la de los demás. Es en su propio interior donde tiene que indagar y dar con esa repuesta que resuene y resonará en la humanidad. Y cada cual tiene la propia.

Pero de nuevo el hombre cree que va a encontrar fuera de si esa respuesta, y cree que cuando se le habla, quien habla le va a decir por donde y cuando y qué, y no se lo puede decir. Pueden dirigirlos para encontrar en su interior, eso sí, pueden dirigirlos y decirles “por ahí no, por allá, por allá encontrará, por ahí no”, pero aclararles lo que ustedes, cada uno de la humanidad, aclararles el por qué y el para qué están aquí…, en general sí, pero individualmente lo llevan en su interior y son ustedes mismos los que deben de hacer ese viaje, ese vuelo hacia su interior, para que después de encontrar puedan realmente mostrarlo a la humanidad. Ese es el gran vuelo chamánico del hombre, mostrar lo que encontró en su interior, la joya que encontró en su interior, mostrarla. Ahí está mi don, ese es mi don más preciado. Y ponerlo en común con el hombre.

Pero esta en el interior del hombre. Se les dice, se les dirige, se les sugiere y se les tiene que decir una y otra vez que lo novedoso es porque está en el interior del hombre y el hombre, al sacarlo, al mostrarlo, lo muestra como algo genuino e irrepetible, sea idea o no. Ahí está lo novedoso, pero el que busquen en su interior no es una novedad. Se les dice constantemente que el hombre tiene que buscarse, buscarse, que se perdió en un momento, buscar sus autenticas necesidades, su autentico pensamiento, no el que está mezclado con el pensamiento de los demás, tratar de ser autentico para poder mostrar esa autenticidad, para poder mostrar aquello que ustedes y cada uno de los seres humanos dijeron que venían a dar.

Recuerden que ustedes son co-creadores de Dios que en su día, en su momento y en su instante tomaron esta forma actual para hacer aquello que eligieron hacer. Hacer, recuerden, hacer, no pensar, hacer, y cada uno de los seres que habitan el planeta tiene algo distinto del otro que hacer, algo distinto, algo complementario a esa gran obra del hombre.

Eso es lo que el hombre tiene que descubrir y eso está en su interior. Lo de fuera puede ayudarles, claro que puede, claro que debemos reunirnos y expresarlo, claro, pero para inspirarnos, para aclararnos, para cada vez desechar e ir quitando la paja de en medio y poder introducirnos cada vez más en nuestro interior, porque a través de lo que vemos, de nuestro comportamiento, de los demás, nos vamos conociendo, sí, pero hacia el interior, hacia nuestra verdadera y única necesidad. Ahí está lo novedoso.

Últimamente se les dice que el hombre tiene que encontrar algo nuevo, nuevas ideas, nuevos haceres, que no tenemos punto de referencia. ¿No se les ha ocurrido pensar que ese punto de referencia esta en el interior y por ello no se conoce, porque no se ha mostrado todavía? El hombre no lo ha mostrado porque no lo ha encontrado en su interior, porque trata de encontrarlo fuera de sí y lógicamente, fuera de sí todo esta descubierto, todo. Por tanto no esperemos encontrarlo fuera, está en el interior, y ¿que es novedoso?: por supuesto, y ¿que no tenemos punto de referencia?: por supuesto, porque no hay otro repetido.

Lo que cada cual tiene que hacer, lo tiene que hacer él. Puede parecerse, puede ser semejante pero nunca puede ser igual.

No se pueden confundir. No deben confundirse, no deben dejar que su mente les confunda. Saben perfectamente lo que escuchan, saben donde clasificarlo y cómo llevarlo a cabo. Son ustedes mismos los que dejan que su mente confunda las palabras que escuchan, porque tratan de adecuarla de la mejor forma y manera para hacer el mínimo esfuerzo posible y ahí es cuando, sin ser conscientes, ya vuelven a olvidar y a perderse de nuevo como si nada les hubiese llegado. Y lógicamente vuelven a confundirse y a buscar fuera de ustedes.

Pero si dejan a la mente tranquila, si únicamente tratan de sentir esas necesidades, ese sentir más profundo, y lógicamente hacen en consecuencia a ese sentir y a esa necesidad, no pueden confundirse porque el sentir y el hacer en consecuencia ese sentir, nunca les puede confundir. Les llevara a una experiencia y a raíz de ella irán adentrándose cada vez más en sí, cada vez más profundamente hasta encontrar el verdadero sentir, ese sentir profundo que hace dar importancia a lo que realmente importa y quitarla a lo que nos tapa la luz.

Obsérvense cada cual, no traten de imitar a nadie, sean fieles a lo más profundo de su sentir y eleven el vuelo hacia el interior.

Amén.

ORACION: EL SENTIR DE LA VIDA


Aclaración.

Esta oración, correspondiente al dia 19 de septiembre de 2.007, es la primera que hicimos tras el verano y la primera desde que abrimos el blog.

No estaba transcrita porque en su día se incluyó la grabación de audio. Creíamos que los audios serían útiles para quienes desearan escuchar las oraciones, pero pudimos comprobar que debido al gran tamaño que ocupan y la baja velocidad de transmisión de muchas lineas no lo eran tanto, y comenzamos a transcribirlas para que se pudieran leer como texto.

Queda, por tanto, incluída. Ya no hay ninguna oración pendiente de pasar de ésta nueva etapa. Hay, no obstante, unas cuantas anteriores que trataremos de ir transcribiendo e incluyendo poco a poco.

Oración.

Se les va a ir haciendo preguntas, para que cada uno de ustedes responda internamente hasta llegar a su propia visión, a su propio sentir de esta oración.

¿Cómo caminan cada uno de ustedes ante la vida?, ¿con el pensamiento, o sea, con la mente, o con el sentir, con el corazón?

Y no se queden solamente en las palabras escuchadas, vayan más lejos, no sean como los niños pequeños que constantemente se les tiene que ir diciendo, repetidas veces, la misma cosa de muchas formas distintas. Son adultos, comprendan la vida en el mayor de los sentidos para amplificar, así, cómo es su vida, desde que se levantan hasta que anochece durante todos los años que cada uno de ustedes tiene. Amplifiquen al máximo y respóndanse cómo viven la vida, cómo se plantean cada uno de los acontecimientos que les llegan, si con la mente o con el corazón.

La mayoría de los seres humanos, actualmente, la viven con la mente, con la razón. Necesitan tener una razón para todo aquello que hacen, completamente, bien sea algo sin importancia o algo importante, pero para todo lo que el hombre mueve necesita que le avale una buena razón. Así se mueve el ser actual de esta humanidad, por la razón, la lógica, la mente.

Y nuestra pregunta es solo para cada uno de ustedes: ¿creen que esa razón, esa lógica, está llevando a la humanidad por el camino que realmente le corresponde como raza, como raza creadora, como raza innovadora?, ¿creen realmente que la raza humana está en su punto más álgido como raza?, ¿pueden realmente decir que esa razón ha llevado a la humanidad a un punto inmejorable? Dejando aparte sus historias personales, viendo la globalidad de la raza humana, ¿podrían realmente llegar a la conclusión que tal y como el hombre se está moviendo ha alcanzado o está en vías de alcanzar ese punto álgido inmejorable? ¿o creen, por el contrario, que el hombre, esa gran minoría que se mueve por el sentir o por el corazón, está apoyando como minoría, observen, en algo a esta raza?

No crean que son palabras teóricas, no estamos en el tiempo de la teoría. Estas preguntas son para que ustedes reflexionen en su interior y den la importancia que corresponde a sus vidas. Y poco importa, poco o nada, que lo hagan o no, no importa. No importa porque el Plan, ese Gran Plan, ya está, lo quieran o no lo quieran marcar. Pero sí que sería de buen grado que sus vidas mejoraran en el sentido amplio de la vida, no puntualmente en una u otra área de esas vidas personales, sino en la vida. La vida es vida y no muerte, como está el hombre, y eso se siente. No existe una razón para decir que el hombre está entrando en esa muerte en vida, se siente.

Y ustedes pensaran al escuchar: “eso no va con mi vida”. Y en la medida en que no sean suficientemente puros consigo mismos y vean detalle por detalle en donde sus vidas hacen agua, en donde ahogan y sofocan la esencia del ser que habita en cada cual, la sofocan con la razón, la ahogan con la lógica y no dan la expresión, la autentica expresión de vida que le corresponde al hombre como raza, al ser de humanidad, dar esa expresión de vida que todo lo que piense, que todo lo que sienta, que todo lo que toque, que todo lo que haga rezume vida.

Quizá muchos se pregunten: “yo estoy vivo, yo tengo mi hogar, mi familia, mis amigos, me divierto, lloro cuando toca, estoy vivo, siento, oigo…”. Y con todos nuestros respetos hacia cada uno de ustedes y hacia todo el planeta, se les dice: no están vivos, sus vidas -lo que ustedes llaman vidas- entran en una vía sin sentido, en una vía razonable, sí, pero sin sentido de vida, y allá ustedes lo que hagan con ello, no importa. Una y otra vez se les dice, no importa, no se fustiguen para nada, no se atormenten , pero en este instante de la humanidad sí se debe saber –de sabiduría, no de conocimiento- cómo pueden, si quiere cada cual, dirigir la vida hacia la vida, no hacia la muerte, y ahí se les está esperando, se espera a que el hombre sea consciente y no vaya dormido.

De nada sirve escuchar si no aplica el hombre aquello que escucha y da sentido a la propia vida, que en su momento el hombre le dio sentido a su vida y proyectó y programó y sintió la vida. Pero tal y como vemos, la historia nos muestra que civilizaciones anteriores también sucumbieron y hoy estamos aquí, la raza no acaba, eso sí, la civilización cambia, sucumbe, quedará quien quede pero como raza no acaba. Ahora bien, la raza mejora, la raza debe mejorar y mostrar el sentido autentico de ser de humanidad y aquellos que dicen que saben qué hacen, aquellos que dicen que todo lo saben, aquelllos que dicen que lo aplican en sus vidas, no se mientan.

No deben usar la mentira con los demás, pero mucho menos con ustedes mismos. Viven en una gran mentira, se lo hemos dicho muchas veces. Los estamos tratando como niños pequeños mal educados, si, porque la educación no ha sido ni está siendo correcta y el hombre está mal educado. Tratamos de educar en base a lo que es la vida, a lo que es, escuchen bien, a lo que es, no a lo que debería.

La vida es vida aunque ustedes no lo hagan. Existen otras vidas que quizá en algún momento las atisben, quizás, que están dando muestras de la vida, pero en este planeta ésta raza está yendo hacia su propia destrucción en base a las auto mentiras que se dicen a sí mismos y a la mentira que usan con todo y en todo. Ya no distinguen donde está la verdad y donde la mentira, no lo distinguen, y en sus vidas, salvo excepciones, usan la mentira diariamente.

¿Saben que ocurre cuando el hombre usa esa auto mentira en sí mismo?: el ser es anulado, el sentir queda totalmente opaco, ahora bien, es muy razonable, todo entra dentro de esa razón lógica, “he mentido porque si digo la verdad se puede molestar, he dejado de decir porque si digo lo que pienso o lo que siento se puede molestar…”. Están viviendo una gran mentira y sus vidas como ser de vida no sirven, no están sirviendo, y el hombre nació y nacerá para dar un servicio de humanidad al planeta, en principio, y después a la totalidad. Cuando eso no es viable, cuando no cabe ya porque el hombre se ha auto destruido con esa mentira razonable, el hombre se marcha.

Cuando un ser usa lo que siente en el amplio sentido, “siento que eso es así, porque lo he sentido, no te puedo explicar por qué, pero siento que es así, siento que las palabras me han llegado, siento que mi vida hace aguas en algunos de los aspectos y siento que lo he de mejorar”, cuando eso se ha sentido ya no caben las excusas, ya no cabe la razón, ya no cabe lo que la totalidad o la mayoría de los humanos hagan, no va con cada uno, no va conmigo, se que así responde la humanidad, se que así responde la mayoría, pero yo siento que no. Aun siendo en soledad, aun siendo en un aislamiento voy a tratar de mejorarme como ser porque lo debo, porque me dieron la vida, me la ofrecieron para ofrecer yo a cambio ese sentido de vida y no replicar con decrepitud, y enfadarme por esto o por lo otro y mosquearme, como se suele decir ahora, por tantas y tantas pequeñas y absurdas historias de la vida, de lo que ustedes llaman vida.

Hay tanto que mejorar, tanto que depende de cada uno de ustedes, escuchen bien, de cada uno de ustedes, y que aunque les parezca que sus vidas son, quizá, rutinarias, poco alegres, tienen algo concreto, fundamental, que nadie puede hacer si no lo hace uno. Así de autentica es la vida.

Y no es que se espere eso de ustedes, no se espera nada de la raza humana, nada. Porque si el Creador estuviese esperando las reacciones de los hombres, estaría idénticamente siendo humano como ustedes. No se espera nada. Pero los servidores, los que en su momento y en su día decidieron servir a la humanidad, estos servidores que les hablan a través de la oración, decidieron estar al servicio para replicar en la autentica verdad de vida para aquel que quiera escuchar y se decida a caminar por ese sentido de vida, no por el sentido de la razón. Sin esperar, con los brazos abiertos, eso sí, para cada cual que se decida a ser servidor y estar en sintonía y compañía de estos servidores que les hablan.

La decisión, esa libertad, esa gran libertad de la cual dispone el ser humano, es real, y el hombre decide qué hacer con su vida, qué hacer, pero si están escuchando aquí no usen la mentira, porque día tras día se les hablará y no con nombres, pero cada cual sabrá a quien y para quien se está hablando.

Sean conscientes. De nada vale usar esas expresiones en ustedes y seres como ustedes, grupos como ustedes, que se les recuerda constantemente que llevan la misma línea. Idénticamente igual están escuchando la oración de hoy, la misma, y seguro que muchos se están sintiendo afectados, pero tienen dos trabajos, escucharlo o dejar de escucharlo, pero cuando se sirve a la verdad de vida no se puede dejar de decir aquello que se siente que hay en cada interior de los presentes, no en la totalidad de la humanidad que ya hemos dado ese gran o pequeño repaso de cómo están, sino los que escuchan la oración, porque es para ellos para quien se habla, es para aquel que decide dar el primer paso, y ustedes decidieron dar ese primer paso y presentes están como otros tantos.

Y se habla para ustedes, así de sencillo y claro. No se está incluyendo al resto de la humanidad que no están escuchando, y quizá si se puedan auto decir “lo siento, no pensé, no quise hacerlo…”. Esas grandes justificaciones ya no van con cada uno de ustedes, no se pueden justificar en que no se han dado cuenta o en que no han sido conscientes. Ustedes son conscientes, y si usan la mentira o dejan de usar la verdad, que para el caso es lo mismo, se están mintiendo a sí mismos.

Elijan ustedes qué es lo que quieren hacer, porque antes de este mes de descanso, antes de este mes de reflexión, terminamos con un ciclo. Éste es novedoso para ustedes. Y ahora se les deja esa reflexión que a nadie le tienen que rendir cuentas, sean ustedes, cada cual consigo mismo, los que decidan escuchar o dejar de escuchar, pero no se mientan. Aprendan, eso sí, si de verdad no saben, aprendan lo escuchado, incorpórenlo en sus vidas, actúen como si realmente estuviese ya en su interior o dejen únicamente esa puerta del sentir y sientan, de todo lo que escuchan, qué cosa, qué palabra les ha llegado, y aquello que les haya llegado aplíquenlo, pero ya no repliquen con la misma forma de vivir que hasta hace veinte minutos, no del día anterior, veinte minutos.

Cada cosa que sientan deben darle cauce. Y se les amplia un poco más. Cada cosa, cada palabra, cada hecho que observen que les llegue al corazón, incorpórenlo en sus vidas. Todo aquello que sientan que les ha impactado, no a través de la mente, a través del corazón, del sentir, si no lo incorporan dañarán sus cuerpos. Recuerden que hace algún tiempo, les decíamos que el hombre en este planeta se está auto seleccionando, y bien a través de catástrofes, de lo que llamamos o llaman enfermedad o de accidentes, el hombre se marcha. No llamamos muerte porque la muerte no existe, pero se marcha. El hombre se está auto seleccionando. En la medida en que escuche o sienta y no incorpore, su cuerpo enfermará hasta el punto de marcharse de este planeta. Ustedes créanlo o no, poco importa, pero el deber de estos servidores es de expresarlo, de hacerles conscientes.

Hagan con todo lo que han escuchado una breve interiorización, sientan con qué se quedan, rechacen aquello que no vayan a incorporar, rechácenlo ya, ahora, en este instante, lo que no vayan a incorporar, pero aquello que decidan quedarse, incorpórenlo en sus vidas.

Amén.

14 marzo 2008

ORACION: EL HOMBRE, UN SER ERRANTE


Muchas veces se ha hablado o hemos escuchado, sobre la libertad que tiene el ser humano, sobre el libre albedrio del hombre, que éste es capaz de caminar hacia el lugar que elija en el momento que elija, con seres que elija y ahí, dentro de esa libertad, como tantas veces hemos dicho, el hombre se ha perdido en ese mar de posibilidades, hasta no saber por qué camino dirigirse, con qué seres encontrarse, por donde y como caminar.

Va realmente errante. Hasta sus pensamientos los lleva y los trae sin dirección fija. Ya le cuesta, no es que no sea capaz, pero le cuesta mucho descifrar el sentir del corazón, canalizarlo por ese sendero hasta la mente y, en la mente, dar forma y plasmarlo, concretizarlo.

De nuevo se pierde con tantas y tantas formas de pensar. Le surge una idea, la analiza, le da forma en la mente, la deja, de nuevo la toma, le vuelve a dar forma, la deja…. Estamos en un nivel de pensamiento, con lo cual, a la tercera o cuarta vez de tomar y dejar la misma idea, la idea se marcha. De nuevo aparece esa sensación de arranque, de no tener una dirección firme, una dirección recta donde mente, sentimiento y espíritu van a una y van con la firmeza o seguridad de llegar a buen puerto, de llegar a ese lugar, físico o no, donde se regocija y recoge ese alimento para continuar, esas fuerzas para continuar con una nueva idea, con un nuevo sentir y hacia delante.

El ser humano hace tiempo, tiempo, que dejó de caminar firme y seguro hacia un lugar, hacia donde su sensación, su sentir o su pensar le marque. ¡Hace tanto tiempo…! que hoy en día se pierde en sus propios pensamientos, en sus propias sensaciones, se pierde.

Dentro de esa libertad que tiene el ser humano, para dejar de caminar errante debe saber distinguir cual es un pensamiento o un sentir firme y darle cauce, llevarlo hasta su culminación. No debe de dejar absolutamente nada, nada, en el pensamiento, nada en el corazón, debe de dar forma para dejar de ser un caminante errante, porque el hombre, el ser de humanidad, tiene un camino marcado, recto, al cual debe llegar ya.

Cada ser de humanidad tiene el camino frente a él y debe de estar ya metido dentro de ese camino, al principio, a mitad, casi en la llegada…, no importa, pero sí debe distinguir su propio camino y debe adentrarse en él sin pérdida de tiempo.

Debe de dejar todo a un lado, hasta conseguir adentrarse en ese espacio que es solo suyo. Es un recorrido únicamente para él. Todo ser humano llega al mismo lugar, pero cada ser tiene su propio recorrido. De ahí que ustedes, a un nivel inconsciente, lo confunden con la personalidad.

Cada ser humano tiene su personalidad, sí, pero no estamos hablando de ella. Cada ser tiene su recorrido, su camino, y aparentemente ese camino lo va a vivir bajo su forma, su necesidad, su personalidad, sonriente, entristecido, rápido, lento…, depende de su personalidad, pero no estamos hablando de personalidades sino de individualidades.

Cada ser de humanidad tiene un camino individual que recorrer, que le llevará a ese espacio en común con todos los seres que habitan el planeta. Pero debe dejarse de dar vueltas y vueltas, ya debe de tomar ese camino y poco a poco, cada cual a su paso, recorrerlo.

Y, ¿por qué se les dice todo eso?: en base a cómo hoy están los sentimientos, la vivencia y la convivencia de los seres humanos, se les va dirigiendo de forma que cada cual atisbe o vea clarísimo o intuya cual es su medio a seguir, cual es la forma que cada uno elige para llegar a ese camino, para llegar a ese fin o culminación con los demás seres.

Y se les van dando pautas de muchas formas, para que cada cual reconozca la más sencilla para él, la más sentida, pero al fin todas llevan al mismo lugar. El fin es que cada uno de los seres humanos sea capaz de recorrer ese sendero sin lastimar ni lastimarse siendo fiel a su sentir, audaz en su pensar, pronto en su hacer y cauto al recorrerlo.

El hombre, como tantas veces se ha dicho, siempre se acoge a lo que le resulta más cómodo, y la comodidad se la da lo que ya conoce. Todo lo que conoce y en lo cual se desenvuelve es, lógicamente, aquello por lo que apuesta. Pero tal y como el hombre se mueve en todo lo que ya conoce, como tantas y tantas veces les decimos, “observen cómo está la humanidad, observen qué comportamiento tiene el hombre con el hombre, cómo son sus relaciones, y observarán que esa forma de relacionarse, de vivir dentro de la comodidad, no está sirviendo, no sirve ni al hombre ni a la Divinidad”.

En base a que el hombre siempre se mueve dentro de esa comodidad que ha hecho de su vida, nada nuevo puede entrar y anda dando tumbos de allá para acá. De una idea salta a otra, de una emoción a otra, a otra, a otra…, sin dar forma ni cauce a esa energía, a ese hombre conformado, y al final se hace y se siente a sí mismo un ser sin sentido que vive sin dar un sentido autentico a su vida, sintiendo que está sin estar, cuando el hombre, una vez adentra un paso hacia ese camino, automáticamente reconoce que su vida y su movimiento tienen un sentido especial, y que ha de dar forma a ese sentido que solamente lo puede hacer él, es su sentido de la vida, de su vida, de su propia vida.

Pero tiene que adentrarse en su propio sendero, debe de dejar de errar y de estar errante, de probar y probar y probar, y adentrarse en uno y salir, ¡no! Ese es el tiempo en el que están la mayoría de ustedes, en un tiempo de picotear sin atreverse a dar forma a tanto y tanto alimento que llevan dentro, y a ver que surge, a ver qué forma surge. Porque esa forma, esa forma que tiene el pensamiento de ir y de ir y no darle cauce, es lo que hace que el hombre esté alejado de su vía, de su camino, y lo único que le puede dar luz para elegir y dejar de picotear es dar forma a los pensamientos, darles forma, que dejen de estar en el interior y se muestren al exterior.

Cuando hay una idea en el pensamiento y esta se lleva a cabo, la mente automáticamente se vacía, queda relajada, dispuesta a recoger de nuevo el mandato del corazón, y de nuevo a construir. Pero en la medida en que no salen las idea fuera, la mente es un caos, un caos de pequeñas ideas, de ideas sin importancia que nunca les hemos prestado la debida atención, que están ahí, pero que están años ahí sin dar forma y sacarlas fuera. Tanto, que el hombre está confundido, su mente no está clara, está totalmente confundida. Para dejar de estar confundida deben de conseguir dar forma a cada una de las ideas que le vengan a la mente, estén o no estén dirigidas por el corazón.

En su día se les dijo que primero el corazón siente, la mente recoge ese sentir y lo plasma. Pero en base a que el hombre continua confundido, cada vez mas confundido, a mas información más confusión, hoy se les dice: denle forma a cualquier pensamiento que les llegue, porque será la única forma de ver que están equivocados, la única forma de ver que eso que han construido y dado forma no les ha gustado y, quizá por descartes, encuentren su camino, el suyo propio.

De alguna forma estos servidores, en su empeño de servir y darse, llegaran a cada uno de ustedes. De alguna forma. En ustedes está recoger y dar forma a eso que han recogido.

Está costando llegar al ser humano porque éste quiere comodidad, no quiere soltar nada y menos adentrarse en alguna idea que le sea nueva. No quiere solar nada y menos adentrarse en alguna idea que le sea nueva. Quiere repetir de nuevo todo lo que ya sabe, y eso les va a hacer daño, no les va a dejar posibilidad para reencontrarse realmente en lo que cada uno de ustedes es. Les hará daño, dejen la comodidad, déjenla. Dejen que entre aire limpio y nuevo, ideas limpias y nuevas, y llévenlas a cabo. Pero si para ello tienen que vaciarse con todas las ideas antiguas, denles forma a las antiguas, denles forma, porque si no sacan tanto conocimiento que llevan en su interior dándole forma, es difícil que les llegue algo nuevo.

La humanidad esta errante, sí, pero como siempre decimos y sabemos, mientras la vida existe, es el punto de referencia que seres humanos han encontrado realmente su propio camino.

Y esa luz, esa energía de esos seres que están en su camino, es la guía inconsciente para el resto de la humanidad. Inconsciente para el resto de la humanidad pero que está latente, y mientras esos seres estén, la humanidad está.

Así de mágica es la fuerza que tiene el hombre. Así de profundo es el poder del ser humano, que con la fuerza y claridad de unos pocos pueden mantener un equilibrio en la raza humana.

Amén.

06 marzo 2008

ORACION: TIEMPO DE PASION


La semana pasada les pedíamos, al comenzar la oración, que tragaran saliva, que asimilasen, que llevaran las palabras a lo más profundo y que se reubicasen ahí para que dieran ese sentido a cada una de ellas dentro de ustedes mismos.

No se les va a recordar constantemente, pero en cada encuentro deberían llegar sin tiempo, sin prisa, deberían dedicar todo el tiempo necesario hasta llegar a asimilar aquello que llamó la atención a cada cual. Si para ello tuviesen que dedicar -lo que llaman tiempo físico- una noche, dos noches, tres, a ese grado de compromiso, deberían de asumirlo cabiendo la posibilidad de que eso pudiese ocurrir, al igual que se les dice de cada palabra: “avívenla, denle cauce, denle vida, que no se quede en palabras muertas”. Aquello que cada uno asimile, que cobre automáticamente vida en el interior y posteriormente con todo aquello que cada uno se relacione.

Así de importante y de trascendente debería de ser la palabra para cada ser humano, y sobre todo para ustedes.

No se reúnan como un grupo cualquiera, no se reúnan como seres amistosos, denle la importancia que tiene, dénsela y eleven, sublimen la importancia que tiene el reencuentro, el grupo, el reagruparse.

Todo lo hemos dicho muchas veces y se repite. Todo está dicho, no hay nada nuevo ni novedoso que ustedes no lleven en su interior, no que no lo hayan escuchado, quizá muchos seres humanos no lo hayan escuchado pero sí lo llevan en su interior, sí resuena en su interior, sí les replica con algún conocimiento o en algún momento puntual, algo de lo que escuchan les hace sentir que eso es suyo, que eso va directamente para ustedes, para cada cual de aquellos que escuchen, y en realidad es así. En el interior del ser humano está todo lo que pueda escuchar.

Estos servidores, lo único que hacen es recordarles lo que ya resuena en su interior, y la dedicación de cada cual, escuchen, es de transformar y dar forma humana -porque están dentro del cuerpo humano-, a eso que han asimilado, a eso que han escuchado, para que no se quede únicamente latente en el interior, porque latente esta desde que el hombre es hombre, latente lo lleva el hombre desde el mismo instante en que existió, pero le falta, que por eso vino, poner pasión a la idea que está en su interior latente.

Para poner pasión el hombre tiene que reconstruir, dar forma a esa idea, dar forma a esa parte interna en la medida en que escuche, le resuene y lo haga viable a través del pensamiento. En esa medida el hombre debe replicar rápidamente y dar forma a aquello que le ha llegado al interior, aquello que está, estuvo y estará latente pero que a través de la escucha de un momento puntual, a través de una oración, de una persona o de lo que sea que le resuene en su interior debe de dar forma y sacarlo, porque a la idea del Creador, la idea que ustedes llevan en su interior, se le ha de dar forma, tiene que conformarse. Ese es el momento actual en que la humanidad está entrando, el momento de dar forma a la Gran Idea que fue dada por el Creador y asumida por cada uno de los seres que habitan el planeta. Aquellos seres que despiertos están, que escuchan y les resuena, deben de ponerse a dar forma a esas palabras que están escuchando.

No se reúnan con prisa. No se les podrá transmitir, y hay mucho que transmitir, si en su interior están alertas por el momento. Les estábamos llegando a lo más profundo un día tras otro, para que ustedes mismos valoren y dediquen sin que nadie les ponga el tiempo, sin que nadie les ponga o les mida sus días de encuentro, que ustedes mismos reaccionen y se ubiquen sin tiempo, sin horarios, que den paso a todo lo nuevo que en momento puntuales se les podría decir, y no hay tiempo, no dan tiempo.

Dicho eso -que no se reúnan con tiempo-, se les dice o se les corrige la forma de ver sus encuentros. No lo tomen como algo personal que solo le les transmite a ustedes, no encasillen ninguna de las palabras y las traten como si fueran para ustedes, se está hablando a toda la humanidad que quiera escuchar. Cierto es que son parte de esa humanidad, cierto es que están en un momento en que necesitan un dialogo personal. Como ustedes están la mayoría de grupos a los cuales visitamos. Aquel ser que tenga una necesidad personal puntual no duden que se le contestará y él sabrá perfectamente que ha sido contestado.

Cuando no se identifiquen en esa contestación personal, deben de mezclarse con toda la humanidad, porque a la humanidad se le está hablando. No lo personalicen, porque en la medida en que ustedes personalizan las oraciones, las atrapan y no dejan salir parte de esa energía al espacio aunque los demás escuchen. Los demás pueden escuchar, pero si ustedes atrapan las palabras para después no darles uso y que se muestre a través de cada uno en los medios en donde está, en esa medida que lo han atrapado sin dar uso, los demás pierden la oportunidad de poder recordar lo que en su interior está para que así les pueda resonar a la vez que a ustedes.

Un día se les puntualizó que grupos pequeños de 10, 12,15, 17 personas, hay muchos en el planeta y todos reciben la mismas oraciones que ustedes, todos, y cada cual las distribuye como puede o como su idea ha llegado. A parte de esos grupos que escuchan directamente la oración, cada cual ya lo ha soltado para que parte de la humanidad que no está directamente en el interior de esos pequeños grupos, pueda escuchar y puedan resonarle las mismas palabras que a todos ustedes. En la medida en que ustedes lo atrapen, en la medida en que lo hagan suyo y no lo movilicen en los medios en los que ustedes se mueven, están estancando algo tan valioso, están dejando que se estanque una energía preciosa que quizás a seres que están cerca de ustedes les pudiera ayudar.

Se les dirá directamente cuando se está hablando a cada uno de ustedes, lo sentirán, lo percibirán, lo intuirán, pero no se les dirá directamente con nombres, ustedes ya saben para quienes va. Deben de ampliarlo, no lo encierren.

Como les hemos dicho, muchos de ustedes, que están escuchando en estos pequeños grupos, necesitan, por necesidad del momento que ya les hemos explicado, que les contesten directamente. Y se hará, pero pregunten. Tienen unos espacios que ustedes han configurado, les han dado forma, les han puesto horario y ustedes no preguntan, dan por hecho que lo saben y después mal entienden, no mal interpretan, mal entienden las palabras, no dan cauce a lo que estos servidores quieren que le den, y por ejemplo se les dice lo que tanto han estado esta semana, y no este grupo únicamente, todos los grupos a los cuales nos comunicamos, con la palabra tan sencilla de “reúnanse”.

¿Qué es lo que ocurre con las palabras para que el hombre no les de cauce?, ¿a qué se refiere para ustedes una reunión? Lógicamente, las reuniones entre amigos, que a eso hacíamos alusión al principio. No se reúnan como amigos, las deben de distinguir cuando se les dice en un estado orante donde la energía les supera a un mil por mil, donde la energía se comparte con cientos y cientos de seres humanos. No estamos hablando de reuniones entre amigos, estamos hablando de reuniones, de reencuentros entre almas sagradas y tienen que elevar y saber donde están en cada instante y elevar, sublimar la palabra que les resuena. La palabra que da pie a que ustedes se reúnan, deben de elevarla a lo más alto para que puedan entender qué les hemos querido decir, la que les resuene, porque en realidad, todas las palabras que escuchan, el tiempo les dará la razón de que cada una de ellas se puede y se debe sublimar, cada una de ellas les da la respuesta si ustedes le dan cauce a todas y cada una de las preguntas que ustedes tienen, a todo y cada estado de ánimo en que ustedes están, en cada momento de la vida podrían coger la esencia de esas palabras para resolver o darles luz a cualquier momento transitorio que estén viviendo.

Pero ustedes escuchan las palabras con un oído humano y no trascienden ninguna de ellas, no las trascienden, y son las mismas, porque todo lo que existe está, no hay nada por descubrir, no hay nada que descubrir, sí hay mucho por no decir, todo que sublimar. Es ponerlo en otro estadío de consciencia, la misma palabra pero elevarla, darle la profundidad que tiene, estrujarse físicamente hasta encontrar el sentido autentico de esa palabra que nos llamó en un momento la atención. Y elevarla.

Entraran en otro estado de consciencia, entraran en otras necesidades, en otras necesidades vividas en este planeta, pero ya sus necesidades serán distintas, sus ideas, lógicamente, fluirán tranquilas, y encontraran el sentido autentico de lo que ustedes vinieron a hacer, encontraran justo la pasión necesaria para llevarlo a cabo, porque quizá ustedes están descubriendo, unos más, otros menos, pero casi a la par, casi en conjunto, están descubriendo quiénes son y que tienen que hacer en este momento puntual de la historia. Pero les falta esa fuerza y esa pasión para poder dar forma y concretizarlo en este planeta concreto, llevar la idea a esta forma, conformar la idea. Ustedes son cuerpos conformados, energía conformada, conformada en cuerpos humanos, y sus ideas latentes deben de conformarlas en algo físico y a partir de ya tienen que surgirles esas ideas para mostrarlas. Es dar cauce a todo el conocimiento que está en cada uno de los seres humanos, dar cauce, dar forma a esas ideas que están en el interior del ser humano.

Es tiempo de pasión, tiempo de ideas, no nuevas, sino de ideas vividas que lógicamente serán nuevas para el hombre, con nuevas respuestas, porque de nada vale una idea si no se plasma, a eso nos referimos con ideas nuevas. Para el hombre son nuevas pero en su interior han estado latentes desde el mismo momento en que existió, pero no les dio forma y ahora se les recuerda y en su interior resuenan algunas de ellas y deben darles forma. Para eso decíamos “reagrúpense”, para dar forma a la idea, que de seguro en el interior del hombre cuando está despierto la idea es similar por no decir la misma, la necesidad es similar por no decir la misma.

Cierto es que unos van aparentemente por delante y otros aparentemente por detrás, pero en el interior de cada uno, camine como camine, resuena. Lo único que cambia es que en el que va por delante, su necesidad ya es de plasmar y quizás ese paso lo aleje, pero resonar, a todo ser humano que habita en el planeta le resuena.

Cada cual, en la medida en que le urja, deben reunirse para recordar, reforzar, rehacer con pasión la idea original de Dios dentro de ustedes, la idea original del Creador dentro de ustedes, y dar forma concreta en un planeta concreto.

Pero para eso el hombre tiene que bajar todas sus barreras, de ahí que les decíamos “reúnanse sin tiempo”, simplemente con la dedicación de que algo ocurrirá. Pero en cualquier reunión, no solo en sentido orante. Eleven todos sus encuentros, denles forma, porque es momento de dar forma con pasión a cada uno de los encuentros de dos o más seres.

Dejen a un lado todo lo que se repite y lo que les hace estar siempre dando la misma respuesta, esa respuesta ya se la saben, ya se la saben, toda la humanidad se la sabe y les está entrando dentro de esa desesperación de no saber qué hacer por la inercia de repetir el mismo patrón tantas y tantas y tantas veces.

Den cauce nuevo a nuevas necesidades, y solo necesitan estar dos, solo necesitan estar dos, un tiempo, a ver qué ocurre, a ver qué se nos ocurre, a ver qué de nuevo puede venir, a ver cómo replicar lo que ya está en nuestro interior, cómo. A eso se referían las reuniones, los reencuentros, el encontrarse, encontrarse o reencontrarse con la palabra Divina que está en su interior en forma de idea, en forma de necesidad de salir y de plasmarse para que sea una muestra para aquel que no cree, porque el que cree solamente tiene que actuar, una muestra para aquel que no cree, una muestra para aquel que ha perdido ya el sentido de su vida, para que haya menos seres que quieran marcharse sin ver la función o una salida a su vida, para replicar como corresponde a la divinidad.

Amén.

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